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Favor bien pagado

en Hetero: Infidelidad

Me habían ofrecido trabajo para los 4 meses de verano, era perfecto, para después seguir mis estudios en la universidad, pagaban bien, muy bien y tenia posibilidad de quedarme, los inconvenientes tenia que empezar el 15 de mayo, justo cuando empezaban los exámenes, era en otra ciudad, aunque pagaban un plus para el alquiler del piso.

El horario era bastante bueno de 9 de la mañana a 3 del mediodía. Para un muchacho de 21 años era un buen inicio, acepte el trabajo.

Un miércoles a principios de junio, faltaban 10 minutos para las 3 y un compañero del departamento comercial se me acerco

-          “Buenas tardes, me llamo Eduardo”.

-          “Yo soy José Antonio, ¿Querías algo?”.

-          “La verdad es que si, ¿me podrías hacer un favor?”.

-          “Si esta en mi mano”

-          “Creo que si, te explico, hoy tengo una reunión aquí y no se a la hora que terminare, el problema es que hoy es el cumpleaños de mi mujer, Aurora, íbamos a ir a cenar aun restaurante aquí en la ciudad, pero con el despiste me he traído las llaves del coche, si no me tuviera que quedar iría a casa y nos vendríamos después, pero al quedarme … , la cuestión es que me han dicho que tu vives en las afueras por la alameda, ¿es cierto?”

-          “Si vivo allí”

-          “Yo vivo a la entrada de la alameda, son unas casas blancas, con las verjas verdes que se ven desde el tren, es la primera parada”

-          “Si yo me bajo en la segunda parada”

-          “¿Podrías llevárselas?, me harías un gran favor, sabré recompensártelo”, saco las llaves del bolsillo.

-          “Dime la dirección, me marcho ya”.

Me escribió la dirección y me dio las llaves.

Salí del trabajo a las 3:05 y cinco minutos después estaba en la estación y un minuto después llegaba el tren, para hacer el favor a Eduardo debía bajarme en la cuarta estación (la que estaba cerca de mi piso era la quinta), tardo algo menos de 20 minutos, llegando mire por la ventana y vi las casas blancas con las verjas verdes.

Me baje del tren y fui directamente hacia la zona mire la dirección era la segunda casa, pase la verja y llegue a la puerta fue llamar y me abrió, delante mío tenia una mujer de unos 30 años, morena, delgada y no muy alta, no era una belleza pero estaba bien, vestía con vaqueros, y una blusa manga corta y con botones.

-          “¿José Antonio?” me pregunto

-          “Si, ¿La mujer de Eduardo?”

-          “Si, soy Aurora, entra y toma algo, fuera hace calor” se echo a un lado dejándome paso.

-          “No es necesario, me marcho ya, tengo que ir a comer”

-          “Pasa, me ha quedado comida”

-          “No quisiera molestar”

-          “No es molestia, te estamos agradecidos, y con una comida no se paga el favor que nos has hecho, aun estamos en deuda, pasa”

Tanto insistió que pase, ya dentro preparo la mesa.

-          “No te he preguntado si te gusta los macarrones gratinados”

-          “Si que me gustan”

-          “Y de segundo tengo unos filetes de cerdo”

-          “Vale”

Me senté en la mesa y unos minutos después salía con un plato de macarrones, me fije mejor en aquella mujer, aunque era delgada, se notaban que sus pechos eran firmes, y los pezones tenían que se duros pues se marcaban, sobre el sujetador y la blusa.

-          “Los he calentado al microondas, y de beber que quieres”

-          “Cualquier cosa” dije encogiendo los hombros

-          “Yo estaba tomándome una copita de vino tinto, ¿Te apetece?” replico ella

-          “Bueno” conteste escuetamente

Volvió a entrar en la cocina y salio con una botella de tinto y un par de copas, las lleno, y se sentó frente a mi. Aquella mujer tenía un no sé que que me excitaba, no sabía si era el conjunto en ella, su voz, o era su boca.

-           “Que aproveche, sabes hoy cumplo 29 años, no si te lo ha dicho Eduardo” al decirlo hizo algo que me excito, respiro profundamente, hinchando los pulmones, haciendo que su pecho subiese,  y pareciese mas grande debido a su delgadez.

-          “Si, que había dicho algo, pero se me olvido, ¡felicidades!”

-          “Gracias”

Nuevamente volvió a hinchar los pulmones y nuevamente sus pechos subieron y mi excitación volvió a aumentar, se levanto y la seguí con la mirada, me fije en su culo, bien formado, el vaquero hacia que marcara las redondez del mismo, unos minutos después volvió un par de filetes, algo había cambiado, se había desbrochado un botón de su blusa dejando ver perfectamente el canal entre sus pechos, se volvió a sentar frente a mi, comenzó a jugar con un botón de su blusa, mientras hablábamos de cosas intrascendentes no me atrevía a mirarla a los ojos, me estaba poniendo cardiaco, y la botella de vino había caído, se levanto y se fue caminado hacia la cocina, en esta ocasión contorneando las caderas, entre el vino y mi imaginación el calentón era de campeonato, volvió con otra botella de vino, seguimos bebiendo y hablando, además el vino en ella también estaba haciendo su efecto, le había soltado la lengua, y comenzaba a decir cosas cada vez mas subidas de tono.

Termine los dos filetes, ella se levanto, puso las manos sobre la mesa y se inclino, dejándome ver el sujetado por completo

-          “¿Qué quieres de postre?”

En ese momento creo que sufrí un corto en mi celebro, inconscientemente dije

-          “Tetas”

Me di cuenta enseguida de lo que había dicho y rectifique

-          “Quería decir peras”

Nuevamente me di cuenta que había dicho algo fuera de lugar.

-          “Fruta, cualquier fruta”

Se incorporo, pensé: ahora viene cuando se enfada y me hecha, pero no se enfado.

-          “Veo que te han gustado mis tetas…” agarrándose los pechos por debajo y subiéndolos, y continuó “Así que te gustaría probar mis peras, sabes a mi sin embargo lo que me gustaría probar es tu banana” y se acerco.

Me quede sorprendido,  ella ya está junto a mí, se arrodillo.

-          “Y por lo que veo tiene que estar muy maduro” el vino le había inhibido por completo.

Me desbrocho el botón del pantalón, me bajo la cremallera y metió la mano bajo mi slip, y tras un par de caricias me saco la polla, me miro y tras guiñarme el ojo comenzó a chupármela, yo me había quedado como petrificado, no me movía, fue ella la que se separo de mi se levanto.

-          “Sígueme”

Yo como un autómata la seguí, me tuve que coger los pantalones para que no se cayeran, ya en la habitación ella se puso delante de mí, se quito la blusa y el sujetador, se agarro los pechos.

-          “Pruébalas, haber si te siguen gustando” y me las ofreció.

 No me lo tuvo que repetir, deje caer los pantalones, aun tenia la polla fuera, me acerque y cogiéndole los pechos comencé a chupar y mordisquear los pezones, ella gimió de placer pero se separo.

-          “ No lo hagas muy fuerte, que después me salen moratones y como se lo explico a Eduardo”

Se tumbo sobre la cama se quito el resto de ropa, yo la imite, me sorprendió la ausencia de vello púbico, ella pareció leerme la mente.

-          “Es un regalo de aniversario para Eduardo, seguro que le gusta así, peladito”

Entonces  me acerque a ella, metí mi cabeza entre sus piernas, comencé a comerle el coño, darle pequeños mordisquitos en el clítoris, Aurora, gemía incluso gritaba de placer, le había sorprendido al comerle el chochito, le gustaba.

-          “Si, sigue, que gozada, increíble …no puede ser, métemela estoy llegando”

Era evidente, su coñito estaba bien lubricado con mi saliva y las secreciones vaginales, coloque mi cuerpo entre sus piernas, con mis manos cogí sus muslos, enfrente mi polla a su coño, y lentamente se la metí.

-          “¡Si, toda entera!”dijo

Yo se la metí toda, la cogí por la cadera y comencé con el vaivén, en cada acometida mía ella gemía, de pronto como si de un resorte se tratara se medio incorporo, grito, y se volvió a dejar caer

-          “ He llegado, he llegado”

-          “Pues aguanta porque a mi aun me queda”

-           “!Siiiiiiiiiiii!, yo aguanto”

Seguí empujado, en un momento tenía toda la polla dentro de su vagina, se incorporo cogiéndome del cuello, me arrastro cayendo encima de ella, hizo un giro y quede yo debajo y ella arriba.

-          “Soy, una amazona veras como cabalgo” y cabalgo.

Le agarre las tetas fuertemente, para que no se movieran. La sujete por la cintura y había comenzado a moverse mucho mas rápido, hasta que se dejo caer sobre mi, había alcanzado otro orgasmo, unos segundos después era yo el que llegaba, inundando su vagina de mi blanco liquido. Del esfuerzo y del vino quede totalmente dormido, desperté al sentir como un despertador, al mirar vi en los pies de la cama a Aurora, tenia puesto una bata, el pelo aun húmedo, estaba hablando por teléfono,

-          “… si me trajo la llave, me estoy arreglando en seguida salgo, yo también, besitos” y colgó.

Estaba hablando con su marido Eduardo, se situó delante del espejo y sin ningún pudor se quito la bata y quedo desnuda, me levante.

-          “Ya te has despertado machote”

No le conteste me acerque a ella me puse por detrás como yo también estaba desnudo apreté mi polla contra su espalda, y la abrace desde atrás haciendo que mis manos agarrasen sus pechos.

-          “Uf, machote, no has tenido bastante”

-          “No sientes mi polla como esta”

La volvía a tener grande y dura, se giro, quedando pegada a mi, sentí como su mano me agarraba la polla.

-          “Tendrá que ser otro día, Eduardo me esta esperando, date una ducha que te llevo a casa”

Me separe de ella pero no sin antes pegarle un mordisquito en el pezón. Seguí su consejo y me duche, me vestí y poco después salíamos de su casa. Había algo en aquella mujer, se había puesto un vestido negro con un escote de vértigo en la espalda, no se había puesto sujetador por eso se marcaban los pezones, nuevamente tenia la polla dura.

Nos montarnos en el coche para ir a mi piso.

-          “Gracias…” me dijo al salir del coche “… en los siete años de casada, ha sido el mejor regalo de aniversario

Ya en casa, pensando en lo sucedido, estaba flipando; pero pensé que no volvería a suceder, pues aquello había pasado por casualidad.

Al día siguiente estando en el trabajo, se me acerco Eduardo.

-          “Gracias, por haber llevado las llaves, no sabes el favor que me hiciste, sabes cenamos y nos quedamos a dormir en un hotel, no veas que noche”

Pensé: no veas cómo le va la marcha a Aurora por la tarde conmigo y por la noche con su marido como si nada.

-          “Me alegro, que te saliese también” le dije.

-          “Lo que le recrimine a mi mujer que no te acercara a casa”

-          “No pasa nada, debes comprender que yo soy un desconocido”

-          “Pues ya no lo eres, tienes que venir una noche a cenar”

-          “Si una noche de estas me invitas”.

Se alejo de mí, pensé: solo me faltaba ir a cenar.

Pasó el fin de semana, y el martes cuando estaba a punto de irme recibí una llamada de teléfono era de Aurora

-          “Machote, espero que no tengas ningún plan, pues tengo dos peras que están deseando ser comidas, espero que vengas al salir del trabajo”

-          “Y tu marido”

-          “Me ha llamado, tiene una reunión esta tarde,  por lo que se queda a comer allí, te espero” y colgó.

Cuando iba salir me encontré con Eduardo.

-          “¡Que putada!, pues no tenemos reunión esta tarde, nos vemos mañana”

-          “Si, que es una cabronada, hasta mañana”

Media hora después estaba en casa de Aurora, me estaba esperando enfundada en la bata que tenía la última vez, nada mas entrar se puso enfrente mío.

-          “Creo que la ultima vez nos quedamos aquí” y se quito la bata quedando desnuda, “¿Quieres comenzar por el postre?”

Y tanto que comencé con el postre, directamente me fui a chuparle las peras, y unos minutos después estábamos en la cama ambos desnudos, follando cambiando de posturas, ella alcanzo dos orgasmos antes de que yo eyaculase. En la misma cama me trajo la comida, estaba comiendo.

-          “Sabes no eres el primer amante que tengo, ha habido varios, incluso en el viaje de novios que fue un crucero me enrolle con otro viajero, pero tú eres el primero que me manda mi marido, contigo es diferente, me gusta”

-          “Con los otros no te gustaba”

-          “Claro que me gustaba, pero no me importaba si no los volvía a ver, pero el otro día, estaba con Eduardo y solo hacía que pensar en ti”

-          “Por eso aquella noche follastes con tu marido como una salvaje”

-          “¡No jodas! Bueno joder sí que jodes, doy fe. Eduardo te lo conto”

-          “Algo me dijo”

-          “Sabes lo estaba haciendo y me acordaba de ti, te puedo asegurar que quiero a mi marido, pero he descubierto que necesito mas”

Para demostrármelo cogió mi polla y se la metió en la boca, estuve a punto de tirar la comida en la cama. Deje la comida a un lado, se tumbo boca arriba, se abría de piernas, me puse de rodillas, puse sus piernas en mis hombros, acaricie su clítoris y su s labios vaginales, puse la polla en la entrada de la vagina, con la punta acaricie su clítoris, y se la metí, fue una penetración dura hasta el fondo ella grito de placer, seguí entrando y saliendo ella marcaba el ritmo, hasta alcanzar un orgasmo, no pare seguí ella dejo caer las piernas de mis hombros y las entrelazo en mi espalda, apretando para que la penetración fuera más profunda si era posible, llego a un nuevo orgasmo.

-          “Déjame que te coma la polla, saboree tu leche”

Se paso el dedo por su rajita, untándose del flujo de su coño, compuesto del flujo vaginal suyo y del líquido pre seminal mío, y se lo chupo.

-          “Que rico, y esa polla esta untado de ese liquido tan rico”

Yo estaba sentado en la cama, ella se arrodillo, me cogió la polla con la mano derecha, y con la izquierda los testículos, y se la metió en la boca, le cogí la cabeza, y di el ritmo, en alguna ocasión hacia que se la metiera más profunda al principio le dieron arcadas, pero lo supero, hice que me la chupara más rápido, estaba llegando.

-          “Estoy llegando”

Esperaba que apartase su boca, pero no lo hizo, y mi leche calentita inundo su boca, con la boca llena degusto el líquido, termino tragándoselo.

-          “Me gusta esta rico” nuevamente acerco su boca a mi polla y la limpio, dejándola limpita.

Me vestí, y salimos, en la puerta nos despedimos.

-          “Hasta próxima … vez que mi marido tenga reunión”

Di un mordisco al aire.

Pasaron los días, y me obsesione con que Eduardo no tenia ninguna reunión, pero el sábado por la mañana, al poco de levantarme, llamaron a la puerta al abrir me encontré con Aurora, materialmente se hecho sobre mí, cerré la puerta.

-          “Que haces aquí”

-          “No te excita que haya venido”

-          “Claro que me … excita, pero y tu marido”

-          “No te preocupes está jugando un partido de futbol, que juego mas tonto, veintidós tíos detrás de una pelota, y yo voy a tener dos para mi sola”

Sonreí, aunque esa expresión la había escuchado antes, me hizo gracia, unos minutos después estábamos desnudos, sobre la cama, acariciándolos, me puse boca arriba, ella me comía la polla, se giro hasta que su coño quedo encima de mi boca, y se lo comí, solo con las caricias alcanzo un orgasmo. Le dije que no se moviera, siguiera a cuatro patas, acaricie su rajita, le metí la polla por el coño, lubrique su ano, le metí un dedo, después dos, cada vez más rápido.

-          “Rómpeme el culo, rómpemelo” al sentir mis dedos en el ano.

Comprobé que estaba bien lubricado, y lentamente le metí la polla en el culo, dio un grito, y siguió gimiendo, y un nuevo orgasmo  cuando mi semen salía.

-          “Hacerlo contigo me relaja” tumbando se en la cama

Durante un buen rato estuvimos hablando hasta que fuimos interrumpidos, alguien llamaba a la puerta, salí y mi sorpresa fue ver delante de mí a Eduardo.

-           “Que tal, muchacho, te acabas de levantar, yo he jugado un partido de futbol, y estoy como nuevo, te preguntaras que hago aquí, venia a invitarte a cenar, que dices”

-          “Bueno, no sé qué decir…”, quería que se fuese lo antes posible.

En ese momento se sintió un ruido dentro.

-          “No estás solo”

-          “No no estoy solo, tengo compañía”

-          “A comprendo, por eso te acabas de levantar, te dejo, te espero esta noche”

Salió por la puerta, y volví a dentro, con Aurora.

-          “Has escuchado lo que ha dicho”

-          “Esta noche te tendré de invitado, no sé si me podre contener”

Aurora aun estaba tumbada en la cama, desnuda, se abrió de piernas.

-          “Ven, vuelve a metérmela”

Y se la volví a meter. Cuando Aurora se fue me quede pensando que pasaría si Eduardo se enterase de lo nuestro. Aquella noche fui a cenar a casa de Eduardo. Sin contratiempos. Cada vez que Eduardo tenía una reunión, Aurora y yo nos veíamos. Duro el tiempo que permanecí en la empresa, hasta septiembre.

Unos años más tarde volví a coincidir con Eduardo en una reunión de empleados, le pregunte por Aurora, me dijo que se habían separado, el motivo, le había sido infiel, un día que volvió de una reunión aplazada la pillo en la cama con un amigo suyo del equipo de futbol. Pensé podía haber sido yo

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