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Sin compromiso: Es la jefa 2.

en Trios

Las vi salir a las dos de mi piso, me quede pensando como se habría tomado Lara el que Julia hubiese pasado la noche conmigo. No me lo podía quitar de la cabeza, decidí que lo mejor era no pensar, me metí en la ducha, el agua casi fría hizo que por unos momentos aparcara mis dudas.

Salí a pasear sin rumbo fijo, en mi cabeza se repetían una y otra vez las secuencias de la noche anterior en la cama con Julia.

Fui a comer a un restaurante cerca de casa, al salir volví a casa, pase toda la tarde sentado en el sofá delante del televisor, decidí ir a ver Lara tenía que verla y aclarar lo sucedido. Calcule cuando tendría que salir para llegar allí justo antes de cerrar, cogí el coche y me dirigí a la tienda de Julia, donde trabajaba Lara. Hice bien el cálculo, llegue justo cuando estaban cerrando, allí estaban Julia y Lara, el resto de los empleados ya se habían ido.

-       “Pasa José Antonio, estamos terminando” dijo Julia.

-       “No quisiera molestar” dije.

-       “Cariño tu nunca molestas. Lara, aquí tienes a tu… novio” dijo Julia.

-       “No es mi … bueno da lo mismo, supongo que has venido por Julia ¿No?” pregunto Lara

-       “A mi no me metas en esto, yo tengo cosas que hacer” dijo Julia.

-       “Realmente he venido a por ti, necesitamos hablar” dije.

-       “Pero antes de iros, Lara como estamos solos podrías probarte un vestido que ha llegado hoy” dijo Julia.

-       “Bueno, hare un pase de modelos privado para ti” dijo Lara dirigiéndose a mí.

Entraron las dos en la parte interior de la tienda, unos minutos después salía Julia, se puso junto  a mí. Poco después salía Lara, llevaba puesto una especie de vestido, verde, con una falda por encima de la rodilla, de la cintura salían dos tiras delanteras que se anudaban al cuello, tapando los pechos, Lara llevaba puesto el sujetador.

-       “Bien, perfecto …” dijo Julia acercándose a Lara “…pero el sujetador lo afea, este vestido es para ir sin él”

Julia le desato el nudo del cuello dejando caer las dos tiras, Lara se quito el sujetador dejando a la vista sus pechos, Julia volvió a anudar las tiras al cuello, Lara me miro, le hice un gesto de OK con el dedo pulgar.

-       “Mejor, pero…” dejo el suspense Julia “…el problema son los pezones, verdad, José Antonio” termino de aclarar Julia.

-       “¿Los pezones?” pregunto Lara.

-       “Supongo que te refieres a que se pueden marcar” dije yo.

Julia no se corto ni un pelo, separo las tiras de los pechos, dejándolos nuevamente al aire, le pellizco los pezones ante el asombro de Lara, pero no fue lo único que hizo, acerco su boca a uno de los pezones y lo mordisqueo, Lara gimió, le excito e hizo que los pezones se pusieran tiesos, Julia volvió a poner las tiras sobre los pechos.

-       “Ves a lo que me refiero, se marcan” dijo Julia.

Entonces Julia volvió a sorprendernos, se abrió la blusa que llevaba y se bajo el sujetador, dejando al aire los pezones, pero como la noche anterior estaban cubiertos por una pezoneras de plástico, se las quito, dejando ver aquellos pitones que tenia por pezones y se los coloco en los pezones a Lara.

-       “Así está mejor, vale, puedes cambiarte” dijo Julia, haciendo que Lara volviera al interior de la tienda.

Lo sucedido había hecho que me excitara, sentía como mi polla iba a reventar. Julia se acerco a mí, aun no se había colocado el sujetador y los pezones los tenia pegados a la blusa marcándose, puso su mano sobre mi paquete.

-       “La tienes dura, espero que esta noche lo paséis bien Lara y tú” dijo Julia.

No pude decir nada, pues en ese momento salió Lara.

-       “Ya estoy, nos vamos” dijo dirigiéndose a mí.

-       “No se te olvida algo…” dijo Julia “…las pezoneras”.

-       “Si es verdad” dijo Lara.

Para quitarse las pezoneras tuvo que dejar ver sus pezones, aun los tenia tiesos.

-       “Es que no tengo de recambio hasta llegar a casa” dijo Julia, poniéndoselas.

Salimos de la tienda, y nos despedimos. Nos dirigimos al coche.

-       “Te apetece ir a cenar, invito yo” dije a Lara.

-       “Vale pero escojo yo el sitio, tú no eres de aquí y aunque conoces muchos sitios, yo sé de algunos que seguro tu no conoces” dijo Lara sonriendo.

-       “Ok, tu indicas, …” dije “A propósito, Julia …”

-       “No hace falta que digas nada, ella es una mujer hermosa y nosotros no tenemos ningún compromiso” dijo Lara.

-       “Si, veo que eres muy comprensiva, pero a Julia me parece que le gustas” dije.

-       “No seas tonto, a ella como a mi nos gustan los hombres” dijo Lara.

-       “No te niego que le gusten los hombres, pero como te miraba los pechos, como te cogió los pezones y como te lo chupo, a Julia le gustas” le dije.

Lara no dijo nada.

-       “¿Que sentiste?” le pregunte.

Nuevo silencio de Lara.

-       “¿Dudas?” dije.

-       “No es que dude, es que me gusto, tu sabes de mi experiencia sexual, es la primera vez que una mujer me hace eso, y sabes me gusto” dijo Lara.

Sonreí, llegamos al coche y nos montamos. Lara me dirigió, me llevo por calles que no conocía, hasta que me hizo parar y aparcar. Salimos del coche. Un corto paseo y llegamos ante una puerta, mire y no había rótulos.

-       “¿Qué lugar es este?” pregunte.

-       “Ya veras, es de los pocos sitios que me enseño mi ex” dijo sonriendo.

Llamo a la puerta, abrieron, Lara saco una tarjeta que enseño y nos dejaron pasar. Nos condujeron por un pasillo hasta una habitación.

-       “Es un restaurante con departamentos privados, los hay para dos comensales y para más” dijo.

-       “Pero… no se ha de reservar antes” dije.

-       “La tenía reservada hace un par de semanas, tras lo de esta mañana no sabía si podríamos venir” dijo.

La habitación era pequeña, una mesa dos sillas y contra la pared una especie de diván alargado.

Sobre la mesa había un par de cartas de menú, leí la lista de platos, eran desconocidos para mí, tenían nombres muy exóticos.

-       “¿Qué me recomiendas?” dije.

-       “Si te parece pediré por los dos” toco un botón.

Unos instantes después entro un camarero, Lara pidió los platos, el camarero se fue.

-       “¿Que tiene de particular este restaurante, aparte de ser un tanto lúgubre?” pregunte.

-       “Ya lo veras” dijo.

Estaba expectante, llevaron la comida. Lo cierto es que no estaba mal, y lo único novedoso era la intimidad.

Terminamos de cenar.

-       “Siéntate en el diván” dijo Lara.

Obedecí, y me senté. Ella se acerco a la puerta y cerro. Se acerco a mí.

-       “Ahora veras lo que tiene de particular” dijo.

Y sin decir nada más se arrodillo frente a mí, me bajo la cremallera y me saco la polla, la acaricio.

-       “No te preocupes nadie vendrá” dijo ante mi cara de asombro...

Con su lengua recorrió desde mis testículos hasta la punta de mi polla, una y otra vez. Mi polla se fue poniendo tiesa, engrandeciéndose, termino por metérsela en la boca, chupándomela. Cuando estuvo bien lubricada se separo de mi, y se desnudo.

Se sentó en el diván, acaricie sus pechos, y con mi boca mordisquee los pezones. Con una mano acaricie sus muslos, dirigiéndome a su entrepierna, ella abrió las piernas permitiéndome acariciar su clítoris, y sus labios vaginales, la humedad de su coño iba en aumento, lo que facilitaba que metiera los dedos en su vagina, estaba muy excitada, me pedía que se la metiera que estaba a punto de alcanzar el orgasmo, seguí acariciando su cuerpo e introduciendo dos dedos en su vagina.

 Aumentaron los flujos vaginales al correrse, se dejo caer hacia un lado, me levante y me desnude, me puse sobre ella, y lentamente le metí mi polla en su vagina, pero ella quería que fuera más profunda la penetración y entrelazo sus piernas en mi espalda, haciendo que mi polla entrase de golpe, y mis testículos golpearan en su culo, tras unos minutos en aquella posición ella hizo que me sentara nuevamente, y sentándose sobre mi dándome la espalda, y empalándose mi verga en su vagina, poco después alcanzaba un soberano orgasmo al sentir como mi leche inundaba sus entrañas.

Se levanto, y cogiendo unas toallitas que había sobre una repisa se limpio.

-       “Me acercas una” le dije.

-       “¿Para qué?” me pregunto.

-       “Para que va ser, para limpiármela” mire mi polla que estaba desinflándose.

-       “Para ella tengo otro sistema” dijo arrodillándose nuevamente.

Me cogió la polla y comenzó a chupármela, limpiando los restos de semen y flujo vaginal, pero también hizo que mi polla volviera a ponerse tiesa.

Lara al ver como había respondido mi polla, se levanto y se dirigió a la mesa, se apoyo en ella ofreciéndome su trasero.

-       “Métemela nuevamente” dijo.

No me lo tuvo que repetir, me acerque por detrás, acaricie sus labios vaginales, volviendo a aumentar su lubricación, por un momento pensé en metérsela por el ano, pero decidí metérsela por la vagina, con las manos en la cintura, con la polla acaricie sus labios vaginales, la coloque en la entrada de la vagina, un pequeño empujón y mi polla comenzó a recorrer su vagina, que fue acompañado por un gemido de placer de Lara, mientras se la metía, fui lubricando con saliva su culo, haciendo que el esfínter se dilatase e introducirle el dedo pulgar primero, y después dos dedos, Lara obtuvo un nuevo orgasmo, dejándose caer sobre la mesa, yo estaba a punto de correrme, pero Lara hizo que me sentara en la silla, se arrodillo frente a mí, y se metió mi polla en su boca, sentir sus labios y su lengua acariciar mi polla, unos segundos después me corría, la leche que llego a su boca fue poca, pero si la suficiente para satisfacerla.

Tras descansar un rato nos vestimos y salimos, fuimos al coche y nos dirigimos a casa de Lara.

-       “Te ha gustado el restaurante” dijo ella.

-       “Me ha gustado más el servicio interior” dije sonriendo.

-       “No jodas…, bueno joder sí que has jodido, a mí también me ha gustado el servicio” dijo con sarcasmo.

Seguimos hablando de varias cosas, incluido nuevamente su affaire con Julia, hasta llegar a casa de Lara. Por un momento pensé en irme a mi piso, pero fue Lara la disipo cualquier duda.

-       “Quédate a dormir esta noche, porfa” dijo.

-       “Pero solo a dormir” dije.

-       “Bueno eso lo podemos remediar” dijo sonriendo Lara.

Fue una noche tranquila, estábamos demasiado cansados, pero por la mañana fue distinto, lo hicimos dentro de la ducha.

Mi relación con Lara no había sufrido modificación, seguí quedándome por la noche en su casa, cuando teníamos ganas lo hacíamos.

El viernes, que me fui a mi piso al mediodía, se presento por la noche Lara.

-       “Julia nos ha invitado a una fiesta en su casa el domingo, mañana le tengo que decir si vamos a ir” dijo al entrar

-       “¿Invitación a ti o a mi?” le pregunte.

-       “A los dos, lo ha dejado bien claro” dijo.

-       “Tu decides” le dije.

-       “Es mi jefa, y una invitación aunque sea gracias a ti no la puedo despreciar” dijo Lara, nos besamos.

-       “Creo que la invitación es mas por ti” dije.

-       “Sigues empeñado en que le gusto” dijo Lara.

La cogí por la cintura, y la bese, mi lengua busco la suya.

-       “¿Te quedas esta noche?” le pregunte.

-       “No, me voy mañana tengo que madrugar para ir a trabajar” dijo

-       “Quédate un ratito, te preparo algo de cenar y después decides” le dije.

Me dirigí a la cocina a preparar una cena suave a base de embutidos, mientras se quedo viendo la televisión.

-       “Ya esta preparada la cena” dije.

-       “Ya voy” contesto Lara levantándose del sofá.

Se acerco a mi, la cogí por la cintura y la bese, fue un beso largo, apasionado, acaricie su trasero.

-       “No sigas por ese camino, que te conozco y estoy muy cansada, mañana nos espera un día muy largo” dijo ella separándose de mi.

-       “¿Ni un poquito? Te llevo yo a tu casa después” le dije

-       “Ya veremos, después de cenar” contesto sonriendo.

Nos sentamos en la mesa a cenar, concretamos lo de la invitación a casa de Julia. Al terminar recogimos.

-       “Siéntate en el sofá” dijo Lara.

-       “No seria mejor irnos a la cama” dije sarcásticamente.

-       “Ya te he dicho que no me voy a quedar” dijo.

-       “Vale, pero para que quieres que me siente en el sofá” dije mientras me sentaba.

Lara se arrodillo delante mío, entre mis piernas, me bajo la cremallera del pantalón, me saco la polla, la acaricio, tiro el pellejo hacia abajo, descubriendo al cabezón (glande), con su lengua jugueteo con el glande, sus manos masajeaban mis testículos, me deje caer hacia tras apoyando la cabeza en el respaldo del sofá, y ella siguió despacio sin pausa, hasta que se metió la polla en la boca, su cabeza bajaba y subía rítmicamente, para mayor excitación mía me tenia sujeta la polla por la base con sus manos alargando el tiempo de placer, en un par de ocasiones le dieron arcadas de lo profunda que se la metió..

-       “¿No quieres que vayamos a la cama y te folle?” pregunte, entre jadeos.

-       “No, viéndote ya disfruto” dijo.

Unos minutos después sentía que estaba a punto de correrme.

-       “Ya viene, me corro” dije justo antes de correrme.

Como cañonazos salió mi leche impactando en el interior de su boca, fueron cuatro, Lara no dejo escapar ni una gota, termino lamiendo el resto de leche que quedo en mi polla.

Quede sobre el sofá medio adormilado, como si estuviera en trance, salí de el al sentir la puerta de la calle cerrarse, supuse enseguida que sería Lara que se marchaba. Efectivamente, mire a mi lado y no la vi, se había marchado. Me duche y me metí en la cama.

Al día siguiente, a media tarde me llamo Lara me dijo que había aceptado la invitación. Pero no seria el domingo como se había dicho en un principio, sino que pasaríamos la noche en casa de Julia, que pasase a buscarla por su casa a las diez de la noche.

Y a las diez de la noche estaba en la puerta de su edificio, por el telefonillo me indico que ya bajaba, la espere dentro del coche. Al subir al coche me dio un beso.

-       “¿Has descansado?” me pregunto.

-       “Si mucho. Esta tarde, después de tu llamada, me deje caer en la cama y cuando me di cuenta era muy tarde” me excuse.

-       “Vale, me lo imagine” dijo.

El resto del viaje, lo pasamos escuchando música, y Lara indicándome la dirección y explicándome cosas de interés por donde pasábamos. Tarde algo menos de una hora en llegar. Fuimos recibidos por Julia y su marido Migue. Fue este el que nos acompaño a la habitación que usaríamos aquella noche.

Después bajamos a cenar, allí había unas cuantas parejas más, que nos fueron presentadas. Al terminar nos quedamos un rato bailando en el salón. Lara se pegaba mucho a mi sentía el calor de su cuerpo, Cerca de las dos de la madrugada el marido de Julia se marcho a dormir, y Julia se acerco a nosotros,  Lara y yo seguíamos bailando muy pegados y Julia se situó detrás de Lara, y se abrazo y bailamos formando un trió muy pegadito. Justo a las dos de la madrugada subimos a la habitación, Julia nos acompaño, en la puerta nos despedimos hasta el día siguiente.

Ya dentro de la habitación, Lara se desnudo.

-       . “¿Qué te parece, me sienta bien este pijama?” dijo Lara sonriendo.

Como estaba muy cerca de mí, alargue las manos y pellizque sus pezones, haciendo que se pusieran tiesos, me desnude yo también. Lara se pego a mi como si siguiéramos bailando, sentía su desnudez sobre mi desnudez.

Nos tumbamos sobre la cama, estaba acariciando su entrepierna cuando se abrió la puerta, era Julia, llevaba puesto un camisón amarillo con encajes, se le marcaban los pezones. Cerro la puerta tras de si.

El asombro era manifiesto en Lara. Julia se acerco a nuestra posición, se quito el camisón quedando totalmente desnuda. Se acaricio los pechos, parándose en sus pezones tiesos y pellizcándoselos.

-       “Julia, ¿Qué haces?” dijo Lara.

-       “No me digas que nunca has visto una mujer desnuda” dijo Julia.

Yo me aparte, quede al margen de la conversación, Julia se acerco a Lara, le acaricio las tetas y después los pezones. Lara no dijo nada, simplemente gimió, parecía que le gustaba, y mas le gusto cuando Julia muy despacio acerco su boca a los pezones y con la lengua comenzó a lamerlos. Mi mano seguí aun en la entrepierna de Lara, sentí como su coño se humedecía.

Me levante para dejar sitio a Julia.

-       “No te importa. ¿Verdad?” dijo Julia.

-       “No adelante toda tuya” le dije, aquella situación me había hecho excitarme tenia la polla tiesa y muy dura.

Era el momento en el que Lara debía haber dicho o hecho algo, pero no lo hizo permaneció bocarriba, con las piernas abiertas. Julia siguió chupando y mordisqueando los pezones, y con una mano acaricio el vello púbico de Lara para seguidamente, meter la mano en la entrepierna y acariciar con los dedos el clítoris de Lara.

Julia dejo de chupar los pezones para bajar la cabeza y meterla en la entrepierna. Julia con la lengua jugaba con el clítoris y los labios vaginales de Lara, que  se retorcía de placer, jadeaba y gemía constantemente.

Ante aquella situación me había agarrado la polla y me estaba masturbando. De vez en cuando Julia me miraba y sonreía.

Me acerque a la pareja, Lara tenia los ojos cerrados, me agache y mientras seguía masturbándome, chupe los pezones de Lara, esta estaba totalmente entregada al placer, le metí un dedo en la boca y ella lo chupo con ansia. Yo estaba a punto de correrme, y por los gemidos de Lara intuía que estaba a puto de llegar al orgasmo. Así que acerque mi polla a su cara y unos segundos después hasta cuatro chorros de leche calentita salían de mi polla, el primero impactaba en la cara y nariz, el segundo en los ojos, el tercero en la boca, al cerrarla, el cuarto impactó alrededor de la boca en los labios, coincidiendo con el orgasmo de Lara.

Julia abandono la entrepierna para acercar su boca a la cara de Lara y chupársela eliminando el semen de la cara, los ojos y la nariz, y terminar juntando las dos bocas en un morreo largo, en el que intercambiaron todo tipo de fluidos.

Lara quedo tumbada en la cama totalmente exhausta. Mientras Julia se levanto, se acerco a mi, mi polla estaba ya flácida, ella la cogió con una mano la acaricio con la otra, se arrodillo y me la chupo haciendo que nuevamente se pusiera dura, muy dura.

Julia se levanto, miro a Lara.

-       “Te la he dejado a punto de caramelo, métesela” dijo sonriendo.

Mire a Lara seguía con las piernas abiertas, me acerque colocándome entre sus piernas, hice que las pusiera sobre mis hombros, encare mi polla a la entrada de su vagina y lentamente se la metí, no costo pues estaba bien lubricada, un nuevo gemido de Lara significo que le gusto, seguí entrando y saliendo. A mi espalda sentí como se cerraba la puerta, Julia había salido de la habitación.

Los gemidos de Lara fueron en aumento, estaba a punto de alcanzar nuevamente el orgasmo, y lo alcanzo, me deje caer a su lado, realmente estaba cansado.

Comprendí que mi relación con Lara había entrado en otro nivel. Lo que no sabía lo que sucedería a partir de ese momento.

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