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Asuntos de familia (1)

en Hetero: General

A principios de junio, las discusiones entre mis padres habían aumentado, decidieron que como había aprobado el curso bastante bien, lo mejor era que comenzara las vacaciones lo antes posible, pasaría unos días en casa de mi abuela patena, Pilar que hacia años que no iba por allí, aproximadamente 10 años, desde la muerte de mi abuelo.

Mi abuela paterna vivía en un pueblecito agrícola, en tiempos pasados la familia de mis abuelos habían sido los terratenientes de la zona, por eso a mi abuela le llamaron primero la señorita, y ahora la señora, y eso que la mayoría de los terrenos se habían vendido o estaban arrendados. Pero era lo suficiente para vivir con cierta holgura y con sirvientes.

Llegue al pueblo pasadas las seis de la tarde, mi abuela me esperaba en la puerta, tras ella como siempre estaba Candelaria, Cande, la sirvienta preferida de mi abuela, algo así como una ama de llaves, rondaba los 40 años, la recordaba de la ultima vez que estuve allí, una mujer simpática  y muy hermosa, los años la habían favorecido, la madurez habían hecho de ella una mujer muy deseable.

Por lo que había escuchado a mi padre, Cande, era hija de una sirvienta de mi abuela, al morir la madre de Cande, cuando esta tenia 5 años, mi abuela la acogió como una hija (ya tenia dos hijos algo mayores, mi padre y mi tío). También había escuchado que ya de mayores tanto mi tío como mi padre la habían rondado, pero sin conseguir nada.

Cande se quedo embarazada con casi 18 años, según cuentan mi abuela monto en cólera, pues creía que el padre era alguno de sus hijos, pero resulto que el padre era capataz de la finca, mi abuela los obligo a casarse, pero unos meses después antes de que naciera la cría el capataz murió. El nacimiento de la cría fue una fiesta y le pusieron Pilar, como a mi abuela.

Pilar se convirtió en algo así como la nieta que no tenia, aunque 5 años después llegue yo, su verdadero nieto, por eso le estaba pagando los estudios en el extranjero.

-          “Mi niño, cuanto tiempo sin verte” dijo mi abuela

-          “Abuela, esta perdiendo la memoria nos vimos hace dos meses” mi abuela había ido a vernos dos meses atrás.

-          “No esperaras que una vieja como yo lo recuerde todo” mi abuela tenia 75 años aunque era muy jovial.

-          “Señorito, José Antonio, esta muy crecido” dijo Cande

-          “Cande acompáñale a la habitación preparada para el, que no le falte nada” ordeno mi abuela

-          “Si señora” repuso Cande

Cande fue a coger mis maletas, yo me anticipe.

-          “Las llevo yo que pesan”

-          “Gracias me sigue” dijo Cande

-          “Al fin del mundo” dije con cierto sarcasmo

Subiendo las escaleras me fije en su trasero, efectivamente era una mujer muy deseable, me acerque a ella y le dije en voz baja.

-          “Estas mas buena de lo que yo recordaba”

-          “Señorito no sabe lo que dice”

-          “Si que se lo que digo” dije y puse mi mano en su culo.

Ella dio un respingo pero no dijo nada, llegamos al primer piso, a la habitación, que de pequeño ocupaba cundo iba allí. Deje las maletas al lado de la cama. Cande puso una maleta encima de la cama, y la abrió, comenzó a sacar la ropa de la maleta y la colocaba sobre la cama.

Observaba a Cande, como ya he dicho tendría 40 años, no era muy alta, pelo castaño claro, un culo imponente una cintura estrecha y un par de tetas impresionantes por como se marcaban en la blusa, pensando en eso me había excitado, la polla la tenia tiesa, me puse detrás de ella, la cogí por la cintura y acerque mi paquete a su culo, al sentir mi polla en su culo ella se enderezo y se dio la vuelta.

-          “Señorito su abuela…”

-          “Se lo vas a decir” le increpe yo

-          “… no, quiero decir que su abuela lo esta esperando, no la haga esperar”

La tenia agarrada por la cintura, su boca estaba muy cerca de la mía, la bese y la solté.

-          “Seño-rito” tartamudeo

-          “Esto es un adelanto” dije chulescamente

Salí de la habitación, fui al encuentro de mi abuela.

-          “Abuela te encuentras muy joven”

-          “Adulador, cuanto estarás, las fiestas son dentro de unas semanas, ¿Sabes quien viene?” me pregunto

-          “Si fuera adivino, seria multimillonario”

-          “Pilar, mi …, tu …, y sabes la hija de Cande”

Seguí hablando con mi abuela, me conto cosas de Pilar, de sus estudios, de cómo había cambiado, aquella niña delgaducha tenia ahora 22 años y era una señorita.

A la hora de la cena en la mesa estábamos, mi abuela, Cande y yo. Tras la cena mi abuela se fue a dormir, siempre escoltada por Cande. Su habitación y la de Cande estaban en la planta baja. Vi la marcha de Cande, como andaba haciendo que su culo fuera de un lado a otro, contorneándose, la reacción de mi polla fue inmediata, ponerse tiesa, subí a mi habitación, me desnude y me puse un pantalón corto de pijama, mi polla seguía tiesa, me la acaricie por encima del pantalón.

Volví a bajar al salón, esperaba ver allí a Cande, pero no estaba, me dirigí a la habitación de mi abuela, esta dormía. La de al lado era la de Cande, me acerque a ella y abrí con sigilo, había una luz tenue, era la luz del tocador, al pie de la cama, una cama grande, Cande estaba sentada frente al espejo del tocador peinándose, llevaba puesto un salto de cama o batín azul claro, corto, trasparente, anudado a la cintura, al estar sentada el batín caía por el lado dejando ver bien contorneado muslamen.

Entre y al cerrar la puerta tras de mi ella se dio cuenta de mi presencia, se levanto e intento recomponerse la ropa, aunque parte del sujetador quedo fuera, y al ser trasparente y estar delante de la luz se le veía su silueta perfectamente.

-          “Señorito que hace aquí” dijo sobresaltada y algo nerviosa.

-          “Deja lo de señorito, soy José Antonio”

-          “José Antonio, José Antonio, prefiero señorito, ¿A que has venido?”

-          “Mi abuela te dijo que no debía faltarme de nada, y ahora mismo lo que me falta es una mujer” lo dije mirándome el abultado paquete “Y como te dije esta tarde, aquello era un adelanto, quiero el resto …”

Me acerque a ella, le solté el cinturón, y se abrió el batín, y este callo al suelo, dejo al descubierto un cuerpo que mareaba, no se inmuto. De pronto cambio su discurso, paso de ser defensivo a agresivo).

-          “Que le puede dar un pimpollo como tu a un cuerpo como este” señalándose su cuerpo semidesnudo.

Aunque en principio sorprendido, supe reaccionar, la cogí por la cintura la atraje hacia mi, pegue mi paquete a su cuerpo, seguro que sintió mi polla, mientras nos besábamos ella metió la mano bajo el pantalón del pijama, y me acaricio la polla.

Le saque un pecho del sujetador, y comencé a darle pequeños mordiscos al pezón.

-          “Espera un momento, no seas bruto, puedes romper algo” dijo y se separo de mi.

Se quito el sujetador, y las bragas y se dejo caer en la cama. Delante mío en la cama, había una mujer de 40 años, muy hermosa y por lo que podía comprobar muy caliente, con las piernas flexionadas y abiertas, enseñándome su coño, era una visión muy sensual. Me acerque a ella, me senté en la cama a su lado, acaricie sus pechos, ella gimió, bese sus pezones, los chupe, lamí y mordisquee, mientras mi mano entraba en su entrepierna, acaricie sus muslos, ella se abrió mas de piernas, estaba jadeando, toque su clítoris lo acaricie con un dedo, frotando lentamente alrededor, acaricie sus labios vaginales, estaba muy húmeda y muy excitada, antes de meterle la polla ya había alcanzado un orgasmo, me puse entre sus piernas y lentamente le metí la polla en su vagina, arrancándole gemidos y gritos de placer, seguí adentro a fuera, alcanzo otro orgasmo, hice que se pusiera a cuatro patas, con las piernas abiertas, nuevamente le metí la polla en su vagina, le metí un dedo en el ano, ella se sobresalto.

-          “No te gusta” le pregunte.

-          “Si, mucho sigue, métemela por el culo”

Lubrique bien su ano, metía dos dedos y tres, aquel culo estaba dilatado, pidiéndome que le metiera la polla. Cande jadeaba, ella estaba cerca del orgasmo. Yo también, no me daba tiempo a metérsela por el culo.

Apreté fuerte para que mi polla entrase lo máximo posible, para que mis testículos tocaran su trasero, estaba a punto de correrme, y me corrí, ella alcanzo un último orgasmo explosivo. Se estiro en la cama y yo encima de ella.

-          “Nunca pensé que un pimpollo como tú me hiciera llegar hasta donde me has hecho llegar” dijo con cara de satisfacción

-          “Cuanto hace que no lo hacías”

-          “No hace mucho, una tiene sus novios, la cuestión es la calidad…” dijo sonriendo.

Me levante de la cama, me puse el pantalón y me fui.

A la mañana siguiente vino a despertarme, llamo a la puerta.

-          “Señorito, su abuela lo esta esperando a bajo”.

Estaba despierto, y tenia la polla que parecía que iba a reventar, me quite el pantalón, y me estire en la cama.

-          “Entra” le dije

Entro, Cande iba vestida como casi siempre, falda justo por encima de la rodilla y blusa.

-          “Señorito, debería taparse, alguien le puede ver”

Se paso la lengua por los labios

-          “Ven aquí y tápame tu” le dije

-          “Ya me gustaría, pero no puede ser, su abuela lo esta esperado, y no le gusta que le hagan esperar”

Salte de la cama, me vestí, y me marche no sin antes pegarle un pellizco en el trasero.

-          “Luego nos vemos” le dije

-          “Si señorito, aquí le espero”

El encuentro con mi abuela me dejo ciertas dudas.

-          “Buenos días abuela”

-          “Buenos días, mi niño, que tal has pasado la noche”

-          “Bien, diría que muy bien”

-          “¿Cande lo ha hecho bien?”

Me atragante, por unos momentos, imagine que nos había visto a Cande y a mi.

-          “Co-mo, queee...” dije medio tartamudeando

-          “Que si Cande lo hizo a tu gusto...” Un sudor frio recorrió mi espalda “...lo dejo todo a tu gusto”

-          “Si todo esta bien, a mi gusto” repuse intentando ocultar mi nerviosismo

-          “Me alegro, fue precisamente, lo que dije que hiciera”

-          “Ella a seguido al pie de la letra tus indicaciones” dije con cierta sorna.

Cuando subía las escaleras para ir a mi habitación.

-          “Dile a Cande que no se entretenga, que tu ya estas servido” dijo con una sonrisa

Nuevamente sentí como si los testículos los tuviera en la garganta.

-          “Si abuela se lo diré”

Cuando llegue a la habitación, Cande estaba desnuda encima de la cama.

-          “Te estaba esperando pimpollo”

Me acerque a ella, y mientras acariciaba sus pechos le conté la conversación con mi abuela. Cuando le dije lo que me había dicho subiendo la escalera dio un salto y comenzó a vestirse.

-          “Que te pasa no te quedas”.

-          “No se si tu abuela sospechara algo, pero si dice que no me entretenga, no debo hacerla esperar”

Yo sabia como las gastaba mi abuela, de pequeño había tenido muchos ejemplos.

-          “Espérame esta noche” me dijo Cande

La vi salir, lo peor es que al verla desnuda se me había puesto la polla tiesa, tuve que masturbarme pensando en la noche.

Aquella noche después de cenar, Cande se fue con mi abuela, y yo subí a mi habitación me desnude y espere a que Cande llegase, y llego. Como la noche anterior llevaba el batín azul trasparente, pero en esta ocasión sin nada debajo.

Se puso delante de mí y se desabrocho el cinturón, y dejo caer el batín. Me acerque a ella y bese sus pezones, ella soltó un gemido.

-          “Esta noche quiero sentir tu polla dentro de mi, en la boca, en el coño y en el culo”

-          Tus deseos son ordenes”

Me empujo, hizo que me tumbara en la cama, se arrodillo delante mío, cogió mi polla con una mano, con la otra se acariciaba su coño. Subió y bajo la mano que agarraba mi polla esta que esta estuvo bien tiesa, y comenzó a chupármela, primero con la lengua para posteriormente metérsela entera en la boca.

Cuando estuvo bien lubricada, se agarro a la silla y me ofreció el trasero, su culo no estaba preparado para recibir mi polla, así que se la metí por la vagina, con el fluida de esta fui lubricando el ano, metiéndole los dedos, estaba a punto de llegar Cande al orgasmo, sus movimientos del culo se hicieron mas rápidos, sus jadeos mas intensos, en ese momento le saque la polla del coño y se lo metí en el ano, aun estando bien lubricado, costo algo entrar, soltó un grito, había alcanzado el orgasmo y ahora sentía un nuevo placer, lentamente se la fui metiendo hasta que mis testículos tocaron su trasero, rítmicamente la saque y metí una y otra vez, me pedía mas rápido estaba alcanzando otro orgasmo y yo estaba a punto de correrme, tuve que aguantar hasta que por fin mi leche inundo su culo.

Cuando saque la polla la tenia flácida, me deje caer en la cama, ella se enderezo no sin cierta dificultad.

-          “Pimpollo, me has roto el culo, te aseguro que nadie lo ha hecho tan bien como tu”

Se puso delante de mí, cogió su batín,  y comenzó a ponérselo, aquello hizo que mi polla volviera a estar tiesa. Ella lo vio.

-          “Pimpollo no me digas que aun te quedan ganas”.

-          “Tu misma” dije cogiéndome la polla, que aun estaba lubricada.

Ella se acerco, no se quito el batín, simplemente paso sus piernas por encima mío y lentamente se dejo caer empalándose en mi polla, con movimientos lentos subía y bajaba, mis manos se posaron en su pechos y pellizcaban sus pezones, termine por cogerla por la cintura para mantener el ritmo, no sé el tiempo que estuvimos, ni los orgasmos que alcanzo Cande, pero cuando yo por fin eyacule, ella se había dejado caer sobre mi parecía una muñeca de trapo, quedo desecha, mas o menos como yo.

Tras un descanso Cande se levanto.

-          “Me puedo ir ya, s e ñ o r i t o”

-          “Tú misma”

-          “No me digas que otra vez”

Lo cierto es que estaba cansado, muy cansado.

Cande se encaminaba a la puerta, se giro.

-          “Pimpollo, descansa”

Y se fue.

Durante los siguientes días, nos seguimos viendo en mi habitación.

Una noche dos semanas después del primer encuentro, Cande vino a mi habitación.

-          “Mañana viene mi hija, será mas difícil que nos veamos”

-          “Pues tendremos que aprovechar” le dije.

Y lo aprovechamos.

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