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El azar y el sexo 2/3

en Hetero: General

Había pasado la noche con Nieves, por la mañana al despertarme estaba mirándome.

-          “¿Como te encuentras?” le pregunte.

-           “Yo creía que estaba bien, pero veo que tu amiga esta mejor” dijo mirando a mi polla que la tenia tiesa.

Sonreí, mire sus pechos, acerque mi boca a su pezón y le pegue un chupetón, ella respondió cogiéndome la polla y moviéndola arriba-abajo, unos minutos después estaba entre sus piernas, y mi polla entrando nuevamente en su vagina, no fue como la noche anterior solo alcanzo dos orgasmos, antes de que yo eyaculase, aunque fueron muy intensos. Tras un descanso.

-          “Te puedo pedir un favor” dijo ella con aire de misterio.

-           “Otro, al menos deja que descanse” dije sonriendo.

-          “Vale, dentro un rato otra vez, te parece bien en la ducha” dijo sonriendo.

-          “Te tomo la palabra” dije.

Nieves se levanto quedando sentada junto a mí.

-          “El favor es que te quedes conmigo hasta las seis, cuando mi ex traiga a mis hijos” dijo.

-          “Supongo que el objetivo no será que conozca a tus hijos, mas bien para que tu ex me vea ¿No?” dije entornando los ojos.

-          “Es una tontería, mejor lo dejamos” dijo separándose de mi.

-          “No me importa, incluso me gustara ver su cara” dije cogiéndole del brazo para que no marchara.

-          “También a mi me gustara” dijo sonriendo maliciosamente.

Se dejo caer encima, arrastrándome a la cama, entre besos y caricias, íbamos a empezar cuando me dijo al oído.

-          “No quedamos en hacerlo en la ducha” dijo guiñándome un ojo.

No tubo que decir nada mas, nos levantamos y nos fuimos a la ducha. Allí volvimos a hacerlo.

Al mediodía nos fuimos a mi casa, algo había cambiado en Nieves, se puso unos vaqueros ajustados, y una blusa rosa, dejando varios botones desabrochados, que permitía ver su sujetador. Fui a la habitación me desnude para cambiarme, ella entro y me miro la polla.

-          “Sabes que me gustaría hacer…” miro a la cama “... túmbate” me ordeno.

Me tumbe, se arrodillo frente a mi me acaricio la polla comenzó a lamérmela,  con la lengua me acaricio los testículos subiendo por la polla, hasta metérsela en la boca, y siguió y siguió, estaba a punto de llegar y se lo dije, paro.

-          “Es lo que quiero saborear tu leche, hace mucho que no la pruebo” dijo, y siguió.

Sentí como salía mi leche y como ella la chupaba, la saboreaba, se deleitaba con ella.

De mi casa fuimos a comer a un restaurante y de allí a su casa, aun era temprano.

-          “¿Quieres tomar algo, o hacer algo…?” esto ultimo lo dijo humedeciéndose los labios.

-          “Si que me apetece hacer algo” dije.

-          “¿Qué?” y se acerco a mi.

-          “Si te lo contase no tendría gracia, te voy a tapar los ojos” le dije.

Le quite la blusa y la use para taparle los ojos, la fui desnudando y acariciando, cuando estuvo totalmente desnuda la conduje al sofá.

-          “¿Vamos a hacerlo en el sofá?” pregunto.

-          “Mas o menos” conteste.

Me desnude, y seguidamente hice que se apoyara en el brazo del sofá.

-          “Por favor, por el culo no” dijo sobresaltada.

-          “Déjame hacer a mi, si no te gusta paramos, ¿vale?” la tranquilice.

-          “Vale” contesto mas tranquila.

Le hice que abriese las piernas un poco, y con el dedo comencé a acariciar sus labios vaginales, estaba muy húmeda, con mi polla comencé a jugar en su trasero, y de golpe se la metí por la vagina, grito de placer.

-          “Siiiiiiiiiiiiiiiiii, así” dijo

La cogí por la cintura y envestida tras envestida ella gemía y gritaba, poco a poco se fue dejando caer sobre el brazo del  sofá hasta alcanzar un orgasmo, pero no pare seguí, aprovechando sus flujo vaginal con los dedos se lo fui untando por el ano; sin dejar de penetrarla vaginalmente con mi polla, comencé a introducirle primero un dedo por el ano, esperaba que se opusiera, pero no lo hizo, al contrario reacciono gritando, y pidiendo mas, entonces aumente la dosis, con dos dedos, para entonces ella había perdido el control y pedía mas, alcanzando un nuevo orgasmo, no lo pensé saque mi polla de su vagina, ella estaba recostada sobre el brazo del sofá. Situé mi polla en la entrada de su ano y lentamente se la fui metiendo, fue ella la que con un movimiento hizo que mi polla se metiera de golpe, grito y pidió mas, sentí como su ano se iba dilatando y lubricando dejando atrás la dificultad inicial, mientras la enculaba ella se acariciaba el clítoris y en el momento que mi semen inundaba su trasero alcanzo otro orgasmo. Me deje caer sobre su espalda, tras un pequeño descanso nos levantamos. Nieves recogió su ropa.

-          “Mi ex y mis hijos no tardaran en llegar, voy a ponerme algo, y tu será mejor que guardes el pájaro” dijo.

Mientras y me guardaba la polla ella se fue a la habitación. Poco después volvió enfundada en un albornoz, me acerque a ella y metí mi mano bajo el albornoz, no se había puesto las bragas, acaricie su clítoris, ella gimió.

-          “¿No me digas que aun quieres mas?” pregunto.

-          “¿Y tu no?” insistí.

-          “Si, pero….” dijo señalando un foto de sus hijos.

No pudo seguir, acababan de llamar a la puerta, se arreglo un poco y abrió la puerta, dos críos se le echaron encima, y tras ellos un hombre.

-          “¿Y ese señor?” pregunto el mayor de los críos.

Entonces fue cuando su ex se fijo en mí.

-          “Un amigo de mama, un buen amigo, subir a vuestra habitación, dejar las cosas” dijo Nieves.

-          “Ahora mismo” dijeron los críos

-          “Miguel, mi ex-marido, José Antonio un amigo” hizo las presentaciones Nieves.

Tendí la mano a Miguel, no me la rechazo, pero me la dio con algo de reticencia. En eso volvió a sonar el timbre, abrió Nieves, era Karina.

-          “¿Dónde están mis sobrinos preferidos? ...” miro a Miguel con desgana “... ¿Aun estas aquí? ...” entonces me vio “Si estas aquí, José Antonio” se me acerco y nos dimos un par de besos en las mejillas “Tu y yo tenemos un asunto pendiente”.

En eso volvieron a salir los hijos de Nieves y abrazaron a Karina.

-          “He cumplido mi cometido, así que me voy, buenas tardes” dijo Miguel dirigiéndose a la puerta.

-          “¿No te quedas un ratito?” pregunto Nieves con sorna.

-          “No puedo tengo cosas que hacer” y salió dando un portazo.

Los tres, Nieves, Karina y yo nos quedamos mirando la puerta. Unos segundos de silencio parecieron eternos. Para terminar riendo los tres.

-          “¿Ha pasado la noche aquí?” le pregunto Karina a su hermana Nieves.

-          “Si, acertó con la moneda” dijo sonriendo.

-          “Y que tal” dijo Karina.

-          “Bien” dijo Nieves.

-          “Solo Bien” dijo Karina.

-          “Bueno yo creo que me debo de ir” dije intranquilo.

-          “Espera, tenemos que hablar” dijo.

-          “Otro día mejor” dije.

-          “Como quieras, creo que hoy seria el mejor día, ¿Verdad que es el día Nieves?” dijo Karina.

-          “Yo creo que si, en mi habitación nadie os molestara” dijo sonriendo Nieves.

Mi nerviosismo fue en aumento, pues Karina se había acercado mucho. Decidí que lo mejor era marcharme. Y rápidamente me dirigí a la puerta de salida.

Justo abriendo la puerta, sonó el timbre, mi sorpresa al abrir fue encontrarme de frente a Juanlu.

-          “Estas aquí, ¿Hace mucho que has llegado?” dijo Juanlu.

-          “¡No!, digo si” dije tartamudeando.

-          “Comprendo no te has ido, ¡Eh!” dijo sonriendo y guiñándome el ojo.

-          “Me voy, nos vemos mañana” dije despidiéndome.

De camino a casa no dejaba de pensar en lo sucedido, incluso me reí de las circunstancias. ¿Que habría pasado de haber decidido quedarme en casa de Nieves antes de la llegada de Juanlu?

El viernes por la mañana Juanlu, propuso que el sábado cenásemos en su casa los cuatro, no me negué pero tampoco accedí.

Aquella misma tarde fui a casa de Nieves, esta me recibió con una sonrisa, en el salón estaban sus hijos viendo la televisión.

-          “Ven acompáñame...” me dijo “José Antonio y yo vamos a subir a la habitación un rato, vosotros quedaros aquí y no os peleéis” le dijo Nieves a sus hijos.

-          “Vale...” dijo la hija “...si vais a jugar a papas y mamas yo me pido una hermanita”

-          “Y yo un hermanito” dijo el hijo.

Nos miramos, ella sonrió, me cogió de la mano, subimos las escaleras y entramos en la habitación. Ella cerró la puerta y se colgó de mi cuello.

-          “No seria mala idea darles un hermanito o hermanita a mis hijos” dijo Nieves.

-          “Déjate de bromas” dije.

Se separo de mí y comenzó a desnudarse, pronto estuvo desnuda de cintura para arriba, me acerque a ella, le acaricie las tetas, y chupe sus pezones. Nuevamente se separo de mí, se dirigió a la cama y se tumbo. Termino de desnudarse, se acaricio los pechos y se movía lentamente retorciéndose, y emitiendo gemidos, rápidamente me desnude.

-          “Ven quiero sentirte dentro de mi” dijo Nieves.

Me acerque y me deje caer en la cama, junto a ella entre caricias la temperatura fue subiendo, mi mano entro en su entrepierna, su coño estaba muy húmedo, mi polla estaba muy tiesa, ella me la acariciaba lentamente con sus muslos. Mi boca chupaba y mordisqueaba sus pezones, mientras mis dedos acariciaban su clítoris y sus labios vaginales, introduje un dedo dentro de su vagina, Nieves dio un pequeño grito, me pedía que se la metiera.

Estaba tan excitado que puse mi polla en la entrada de su vagina, acariciando sus labios, lentamente empecé a meterla, al sentir como entraba se estremeció su cuerpo, se la metí hasta el fondo. Entonces de pronto sonó el timbre de la puerta, Nieves dio un respingo.

-          “Mierda, ¿Quien será?” dijo, separándose de mi y sentándose en la cama.

-          “Mama llaman a la puerta, ¿Abrimos?” gritaron los críos desde abajo.

-          “Preguntar quien es” dijo gritando Nieves, ya se había levantado.

Se acerco al armario, cogió una bata, se la puso y se encamino a la puerta.

-           “Es papá” grito la hija.

Nieves abrió la puerta del dormitorio y acelerando el paso bajo al salón.

Sentí como abría la puerta de la casa. Desnudo como estaba me acerque a la puerta de la habitación para escuchar lo que sucedía en el salón.

-          “¡Papa!” gritaron los críos.

-          “Niños, ¿Como estáis?, ¿Y tu?” escuche decir Miguel, el ex de Nieves.

-          “¿Que haces tu aquí?” dijo Nieves.

-          “Vengo a ver a mis hijos, o es que no puedo” dijo Miguel.

-          “¡Papi!, Mami estaba arriba con un amigo jugando a papas y mamas, ¿Tu también vas a jugar?” dijo el mas pequeño.

Aunque no podía ver Nieves me imaginaba su cara, roja como un tomate.

-           “Que casualidad durante toda la semana no apareces, y vienes ahora” dijo Nieves.

-          “Y por lo que veo vengo en el mejor momento” dijo con cierta ironía.

-          “¿Qué quieres?” dijo Nieves.

-          “Vengo a hacerte un favor” dijo casi gritando.

-          “¡Un favor!” dijo Nieves con cierta sorpresa.

-          “No seas mal pensada, ya que estas con tu amigo, me llevo a los niños al cine y tu estarás mas libre” dijo Miguel.

No hubo más conversación, sentí carreras en el salón, yo me dirigí a la cama y me tumbe, unos minutos después escuche como se volvía a abrir la puerta de la casa.

-          “Amigo, que te lo pases bien” dijo gritando Miguel, supongo que dirigiéndose a mi.

Se cerró la puerta y sentí como subía las escaleras Nieves, entro en la habitación.

-          “¿Dónde nos habíamos quedado?” dijo Nieves

Estaba de pie frente a la cama, dejó caer la bata y quedando desnuda, se acerco a mi, me cogió la polla la acaricio, paso su lengua desde la punta a la base y al revés, se la metió en la boca, dio un par de chupetones, dejando bien ensalivada la polla, para seguidamente subirse en la cama y muy lentamente dejarse caer para quedar ensartada por mi polla, se movía hacia delante y hacia atrás, a derecha y a izquierda, y en círculos, mientras yo le pellizcaba los pezones, sus jadeos fueron en aumento transformándose en gritos, se dejo caer sobre mi, yo continúe empujando con movimientos pélvicos.

-          “Ya, ya” dijo gritando.

Su orgasmo coincidió con mi corrida.

Durante unos minutos, continuamos abrazados sin decir nada.

-          “Sabes estoy recordando lo del hermanito para mis hijos” dijo de pronto Nieves.

-          “¿Y?” dije yo.

-          “Que yo hace años que no tomo la píldora, y tu no has usado preservativo, aquí las matemáticas fallan, uno mas uno son tres” dijo con sarcasmo.

Me dejo paralizado.

-          “Tonto, aunque no tome la píldora, uso un anticonceptivo, no descarto quedarme embarazada otra vez, pero por ahora no” dijo riéndose de la cara que había puesto.

Cene en casa de Nieves y antes de que se presentara su ex con los críos  me fui a casa, no dormí bien aquella noche, solo hacia que pensar en bebes.

Al día siguiente, sábado, me desperté tarde, y fue al sonar el timbre de la puerta. Al abrir mi sorpresa fue mayúscula, frente a mi estaba Karina.

-          “Puedo pasar” pidió Karina.

-          “Por supuesto” dije dejándola entrar.

Me sentía incomodo, toda la semana había pensado en ella.

-          “Tenemos que hablar, no quiero que te lleves una imagen equivocada de mi...” dijo Karina.

-          “¿Por qué?” dije cortándola.

-          “Me gusta el cachondeo, y a veces parezco algo frívola, pero es todo lo contrario, soy muy seria” dijo Karina.

-          “¿Y?” dije.

-          “El otro día pude darte una imagen equivocada de mi” dijo.

-          “¿A que te refieres?” pregunte.

-          “Quiero mucho a Juanlu, sería incapaz de engañarle, te he podido dar una impresión equivocada, lo siento no era mi intención” dijo con una sonrisa.

En ese momento la mire y la desee mas que nunca, la habría llevado a la cama y...,  estaba en esos pensamientos cuando sonó el timbre de la puerta, recorrí el pasillo para abrir.

Nueva sorpresa, delante de mí estaba Juanlu.

-          “¡Juanlu!” dije gritando con toda la intención.

-          “¿Por qué gritas? ¿Te encuentras bien?” dijo Juanlu riendo.

-          “Bien, ¿Por qué lo dices?” dije, estaba asustado.

-          “Al verme te has quedado blanco” dijo Juanlu.

-          “No te esperaba” dije.

Juanlu no espero a que le invitase a entrar, entro y se dirigió al salón, se sentó en el sillón. Karina había desaparecido del salón, supuse se habría metido en alguna habitación. Juanlu era el oportunismo en persona, si descubría a su mujer pondría el grito en el cielo, sin haber pasado nada.

-          “Vengo del gimnasio, Karina esta en este momento con Nieves, te he de pedir un favor, ¿Tienes algo que hacer esta tarde?” dijo Juanlu.

-           “Esta tarde, si he quedado con Nieves” dije.

-          “Mierda, me habrías venido perfecto” dijo.

-          “Si quieres anulo lo de Nieves” dije.

-          “No hace falta, ya buscare otra escusa, como otras veces” dijo.

-          “¡Escusa! ¡Otras veces!” repetí yo mecánicamente.

-          “Como te dicho vengo del gimnasio, allí conocí el otro día a una piba, de las de moja pan, nos echamos unas risas. Y hoy me ha invitado a ir a su casa esta tarde” dijo sonriendo y guiñándome un ojo.

Seguro que se habría mordido la lengua de saber que su mujer estaba en la habitación escuchándolo.

-          “Y tu con mi cuñada ¿Qué tal?” me pregunto.

-          “Bien” dije.

-          “La has despertado de su letargo. En la universidad era la mas caliente, sabes en varias ocasiones he intentado liarme con ella, ahora  estará mas receptiva” dijo.

Se levanto y se dirigió a la puerta.

-          “Bueno, supongo que esta tarde estaré con mi hermana y sus hijos” dijo marchándose.

Volví al salón.

-          “Ya puedes salir, se ha ido” dije.

-          “Que fuerte, será cabrón, y no es la primera vez” dijo Karina, saliendo del interior.

Iba a decir algo cuando ella se puso el dedo en la boca para que callara.

-          ·”Que desgraciado, y yo preocupándome del que dirán” dijo Karina.

No sabia que decirle, estaba a punto de saltar, se movía por mi piso como un animal enjaulado.

-          “Pero este se acuerda de mi” dijo dirigiéndose a la puerta.

-          “Recapacita no vayas a hacer una tontería” dije.

-          “La tontería la ha hecho el” dijo saliendo por la puerta.

Tras cerrar la puerta se quedo un silencio sepulcral, me metí en el baño y tras una ducha me marche a comer a un restaurante. Cuando a las cuatro de la tarde volví a mi apartamento allí estaba Nieves.

-          “Hace mucho que esperas” dije.

-          “No mucho, unos minutos, ¿Qué ha sucedido con mi hermana esta mañana?” me pregunto Nieves.

-          “¡No te lo ha contado ella!” dije sorprendido

-          “Ha llegado esta tarde refunfuñando, maldiciendo a todos los hombres, como sabia que por la mañana venia a verte imagine que seria algo que le paso contigo” dijo Nieves.

Le conté lo sucedido sin omitir ni un detalle, incluso los comentarios de Juanlu para con ella.

-          “Hijo p...” no llego a terminar de decir el taco.

-          “Entonces no te ha dicho nada tu hermana” insistí.

-          “No, pero luego cuando la vea hablaremos. Lo que siento es que tu te veas mezclado en todo esto” dijo.

-          “No tiene importancia, me refiero para mi” dije.

-          “Te voy a compensar el mal rato pasado” dijo Nieves pegándose a mi.

Nos fuimos a la habitación, entre caricias y besos nos desnudamos. Ella quedo frente a un gran espejo, yo detrás de ella, apretando mi polla contra su trasero, abrazándola, de forma que mis manos agarraban sus pechos manoseándolos. Su respiración comenzó a ser entrecortada. Nos dejamos caer en la cama y follamos intensamente. Nieves se marcho pronto, quería hablar con su hermana.

Por la noche fui a recoger a Nieves y fuimos a casa de Karina y Juanlu, a cenar. Esperaba un clima tenso, pero me sorprendió, todo eran bromas, Juanlu contaba chistes y Karina seguía con su mascara de mujer frívola. Al terminar Juanlu me ofreció una copa mientras ellas estaban en la cocina.

-          “No veas con la piba” dijo en voz baja

-          “La del gimnasio” dije también en voz baja.

Juanlu hizo mímica, las dos manos hacia delante y hacia atrás, como si estuviera esquiando, y mostrando el dedo pulgar hacia arriba, dejo de hacer gestos al salir ellas de la cocina.

-          “Nos vamos” dijo Nieves

-          “Como os vais a ir, la noche acaba de empezar” dijo Juanlu.

-          “Créeme será mejor que nos vayamos” dijo Nieves.

-          “Como esta tu hermana y tus sobrinos” dijo de pronto Karina.

-          “...bien, bien...” dijo Juanlu con dificultad.

-          “Claro has estado esta tarde allí” dijo Karina.

Juanlu se puso blanco, imagine que por su cabeza había pasado la infidelidad consumada de el.

-          “¿Por qué?” pregunto Juanlu, tragando saliva.

-          “Porque tu no estabas allí esta tarde, cuando fui con mis sobrinos a su casa” dijo Karina, se le había cambiado la cara, ya no reía.

-          “Sera mejor que nos vayamos” dije, en esta ocasión nadie dijo nada.

Nieves cogió su bolso y salimos de la casa.

-          “Donde has estado y con quien, cuantas veces me has engañado” fue lo ultimo que escuchamos que dijo Karina.

Ya en el coche.

-          “Tranquilo, esta es una batalla que ni tu ni yo debemos entrar, por lo menos por ahora” dijo Nieves.

Conduje hasta casa de Nieves, sin salir del coche nos dimos un  buen morreo, incluso metí mi mano en su escote y acaricie sus pechos.

-          “Deja la mano tranquila” dijo Nieves.

-          “¿Que hacemos ahora?” dije.

-          “Estoy cansada, y mis hijos están en casa con la niñera, mejor nos vemos mañana por la tarde en tu casa” dijo Nieves saliendo del coche.

Vi como entraba en su casa Nieves. Mientras conducía no me quitaba de la cabeza la pelea de Karina y Juanlu. Ya en casa me costó dormir pensando en lo sucedido.

(No te pierdas la tercera parte de El azar y el sexo, ¿Cómo será la venganza de Karina?)

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