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Recuerdo de España

en Hetero: Infidelidad

Vivo en una localidad, costera famosa por sus playas, lo que significa que durante los meses verano la localidad se llena de gente. Lo que voy a relatar ha sucedido este mismo verano.

El 14 de julio, sábado, por la mañana justo cuando iba a salir de casa, para ir a comprar al mercado, mi mujer me detuvo.

-          “José Antonio, has visto, en la casa de en frente hay nuevos inquilinos” dijo mi mujer.

-          “Si no me digas, ¿Serán como los del año pasado?” dije, recordando eran muchos y no cabían y tenían que dormir en la terraza.

-          “No creo, solo he visto a dos mujeres” dijo mi mujer.

-          “¿Están buenas?” pregunte con cierto sarcasmo.

-          “Siempre pensando con la entrepierna” dijo.

-          “Bueno, yo me voy que se me hace tarde” dije saliendo de la casa.

Instintivamente mire a la casa de enfrente a la que se refería mi mujer, justo cuando subían una persiana del segundo piso y dejaban al descubierto unas piernas larguísimas. Para no ser descubierto acelere el paso marchándome.

Cuando volví a casa, mi mujer que estaba limpiando la cocina, se me acerco.

-          “Confirmado hay nuevos inquilinos, mejor dicho inquilinas, son dos mujeres, y antes que lo preguntes ¡Están buenas!” dijo riendo.

-          “Pero buenas como para…” dije siguiendo la comicidad.

-          “No te pases” dijo mi mujer

-          “O sea que están buenas” dije.

Tuve que salir corriendo para que no me diese con el cepillo de la escoba. Aquella misma noche, cuando me fui a la cama, me desnude hasta quedarme en pelotas.

-          “¡José Antonio!” dijo mi mujer.

-          “¿Queeeee?” dije.

-          “La persiana esta abierta, y enfrente hay gente” dijo mi mujer.

Instintivamente mire al balcón de enfrente, vi una silueta de mujer, así que rápidamente me aparte y me puse el pantalón corto del pijama, ante la cara de enfado de mi mujer.

El lunes siguiente, al mediodía, vi por primera vez a las dos inquilinas, mi mujer no se equivocaba, estaban muy buenas, deberían rondar los 40 años, y eran dos bellezas pelirrojas, era evidente que no eran españolas. Fue por la tarde cuando volví a casa que las dos inquilinas estaban en la puerta de casa jugando con mi hija.

-          “Buenas” dije.

-          “Es papi, que alegría, son dos amigas de mami” dijo mi hija.

-          “Buenas tardes” dijeron con dificultad las dos, confirmándome que no eran españolas.

En ese momento salió mi mujer.

-          “José Antonio, te presento a las vecinas, Anne Marie y Nicole, son profesoras como yo” dijo mi mujer. “Es mi marido, José Antonio, el padre de la criatura” puntualizo mi mujer en francés (mi mujer es profesora de idiomas).

Salude a cada una, con un beso en la mejilla. Nicole tenia media melena, vestía unos short vaqueros y una camiseta roja, que permitían ver un cuerpo casi perfecto, mientras que Anne Marie, era algo más baja, el pelo lo tenía corto, llevaba un vestido holgado y estampado, se intuía que también tenía buen cuerpo pero algo mas rellenita.

-          “¿Son francesas?” pregunte a mi mujer.

La llamada Nicole no dejo hablar a mi mujer.

-          “O no, somos de Bélgica” dijo Nicole

Seguimos hablando, yo con Nicole que parecía conocer mejor el castellano que Anne Marie, y está en francés con mi mujer, durante un rato, hasta que entre en la casa.

Durante los siguientes días me cruce con ellas un par de veces, en una de estas veces, Anne Marie vestía con unas bermudas y una camisa color azul, comprobé que aun teniendo buen cuerpo estaba más rellenita que Nicole, y un par de tetas impresionantes.

Mi mujer cogió más confianza con las vecinas, hasta el punto que el sábado 21, coincidiendo con el cumpleaños de mi hija, cumplía 6 años, las invito a comer en casa. Durante la comida, fue mi mujer la que hablaba con ellas bien en francés o en ingles, de vez en cuando traducía para que yo me enterase, por eso me entere que vivían en las afueras de Bruselas. Nicole era la mayor, 38 años y estaba separada, aunque tenia pareja allí en Bélgica, mientras que Anne Marie tenia 37 años, estaba casada, y aunque mi mujer no dijo nada, creí entender que tenia ciertos problemas en su matrimonio, al igual que el primer día pude comprobar que Nicole vestía de forma más atrevida y sensual que Anne Marie.

Ese mismo sábado,  por la noche, aprovechando que mi hija se quedaba en casa de una amiga, salimos a tomar algo mi mujer y yo, coincidimos con las vecinas en el local de copas. Nicole llevaba puesto un top muy escotado con una minifalda, que mostraba todas sus curvas y Anne Marie al igual que el día que las conocí, llevaba un vestido amplio y largo que por el contrario cubría sus curvas.

Ya en casa, mi mujer subió a la habitación, se puso el pijama y bajo.

-          “¿Te han gustado las vecinas?” dijo mi mujer.

Conociendo a mí mujer tenía que medir las palabras.

-          “No están mal, son simpáticas” dije.

-          “Si son simpáticas, pero creo que son lesbianas” dijo mi mujer.

-          “No me digas” dije, no lo había ni pensado.

-          “Si creo que si” dijo afirmando con la cabeza.

Subimos a la habitación, me fui a desnudar pero antes mire al balcón de enfrente, en el balcón estaba Nicole, se había puesto un camisón corto, enseñaba las piernas, se trasparentaban las braguitas y sus pechos. Mi mujer que se dio cuenta, la saludo por el balcón y bajo la persiana.

-          “Si no bajo la persiana se te habrían salido los ojos” dijo riendo mi mujer.

Pensé, el problema no era que se me saliesen los ojos, sino como estaba la polla, fue mi mujer la que se aprovecho de la situación. Aquella noche no pude dejar de pensar en las vecinas, sobre todo en Nicole, me la imaginaba desnuda, debería ser un bombón.

Durante los siguientes días, como en la semana anterior,  me cruce con las vecinas varias veces y no pasamos del saludo. El miércoles al mediodía lleve a mi mujer y a mi hija a que cogieran el autocar que las llevaría a la localidad natal de mi mujer, allí se encontraría con su madre y su hermana, yo iría a buscarlas diez días después. Aquella misma noche al ir a la cama fui a bajar la persiana del balcón y como la noche del sábado en el balcón de enfrente  estaba Nicole, y como la otra noche vestía el camisón corto, por mi parte solo llevaba el pantalón corto del pijama puesto, la salude con la mano y me tumbe en la cama, me quite el pantalón y me quede desnudo sobre la cama, imaginando a Nicole comencé a masturbarme, cada vez mas rápido hasta que sentí que mi leche iba a salir, me levante cogiéndome la punta de la polla y fui al baño, allí deje que saliera mi leche libremente.

Cada noche se repitió la escena, el domingo por la tarde estaban las dos en la puerta, las salude y me quede hablando con ellas, mejor dicho hablando con Nicole e intentándolo con Anne Marie.

-          “Si el miércoles por la mañana temprano nos marchamos, hoy es nuestro ultimo domingo” dijo Anne Marie.

-          “¿Lo habéis pasado bien?” pregunte.

-          “Si, aunque hemos echado a faltar alguna cosa” dijo Nicole.

-          “¿El que?” dije.

Ambas se miraron y sonrieron.

-          “¿Qué os parece si esta noche salimos a cenar?” dije

-          “Bien, pero… ¿Debemos vestirnos?” dijo con cierta dificultad Anne Marie.

Ante aquella pregunta me quede algo parado, las mire de durante un instante recorriendo con la mirada su cuerpo.

-          “Si fueseis desnudas seria un espectáculo” dije

Nicole rio.

-          “Se refiere si tenemos que vestirnos para cena importante” dijo Nicole.

-          “Lo he imaginado, vamos a ir de tapeo” dije.

-          “Oh, yo comprendo” dijo Anne Marie que se había puesto roja.

-          “Quedamos sobre las nueve” dije despidiéndome.

Justo a las nueve salimos dirección a la zona centro fuimos a varios locales y sobre las doce volvimos a casa, ellas a la suya y yo a la mía.

Estuve viendo la televisión un rato y me dirigí a mi habitación, entre primero en el baño, allí me desnude, quise coger el pantalón del pijama, pero recordé que lo tenia en la habitación, salí del baño directo a la habitación, justo al llegar me di cuenta que tenia la persiana abierta, y enfrente estaba Nicole, como siempre con su camisón corto, no se si ella me llego a ver desnudo, me puse el pantalón y salí al balcón, la salude.

Con mímica le pregunte donde estaba Anne Marie, ella me contesto que durmiendo, también le propuse que viniera a tomar una copa a casa, ella me señalo su vestimenta, yo le señalé la mía, sonrió y me gesticulo que venia.

Baje nuevamente al salón comedor y abrí la puerta y allí estaba ella, se había puesto una chaqueta, que cubría justo sus pechos aunque dejaba a la vista sus piernas.

-          “Tu quieres un Gin-Tonic” dije

-          “Si, gracias” dijo ella, sentándose en el sofá, hizo un cruce de piernas espectacular.

Fui a la cocina prepare el Gin-Tonic para Nicole y un Ron-Cola para mi, se lo lleve.

-          “Aquí tienes, un Gin-Tonic” dije.

-          “Gracias” dijo ella.

-          “Te puedo hacer una pregunta personal” dije.

Ella entrecerró los ojos, me miro.

-          “Claro, aunque sí es muy personal puede que no la conteste” dijo Nicole sonriendo.

-          “Lógico, ¿Sois lesbianas?” pregunte casi inocentemente.

Nicole sonrió se levanto, pensé que se marcharía, pero no lo hizo, simplemente acerco su boca a mi boca y nos fundimos en un beso, en el que nuestras lenguas se buscaron.

-          “Me gustan demasiado los hombres, aunque alguna vez he pensado como seria con otra mujer, nunca he estado con ninguna, y creo que Anne Marie tampoco” dijo al separar su boca de la mía.

Se quito la chaqueta, sus pechos se trasparentaban a través del camisón.

-          “Cuando esta tarde preguntaste como lo habíamos pasado, y dije que nos había faltado algo, no imaginas el que” dijo acercándose a mi.

Tire del camisón hacia arriba, sacándoselo, dejando sus pechos al descubierto, tenia unos pechos perfectos. Nuevamente juntamos nuestras bocas, sentí sus cálidos pechos sobre mi pectoral desnudo. Cogí su mano y la conduje escaleras arriba hasta la habitación, ella se sentó en la cama, me bajo el pantalón del pijama, mi polla ya estaba tiesa, así que Nicole comenzó a acariciarme la polla lentamente, a besarla. Recordé que me había dejado la persiana del balcón subida mire por ella, se veía el balcón de Nicole, me pareció ver a alguien mirándonos en la penumbra, pero como estaba tan atareado con Nicole no preste mas atención.

Hice que se tumbara en la cama, le quite las bragas, vi su vello púbico bien recortado, hice que abriera las piernas, acaricie su clítoris y los labios vaginales, introduje dos dedos en su vagina, ella gemía de placer, decía algo en francés, pude entender que pedía que se la metiera, pero aun no tenia el coño lo suficientemente lubricado, cuando entendí que lo estaba acerque mi polla a su entrada vaginal, y dejándome caer sobre ella se la metí, Nicole di un pequeño grito, mientras seguía la penetración una y otra vez, agarre sus pechos, mientras los manoseaba, chupe y mordisquee sus pezones, ella entrelazo sus piernas en mi espalda, de pronto sentí que su cuerpo se estremecía, sus piernas se aflojaron, un grito me indico que acaba de alcanzar el orgasmo, permanecí unos segundos sobre ella, hasta que me hizo girar, para quedarme boca arriba, ella se situó sobre mi, sonreía. Cogió mi polla y se la acerco a la entrada de su vagina y se la fue introduciendo lentamente hasta quedar empalada, comenzó a moverse, se agacho y puso su boca en mi oreja, me dio un par de lametazos.

-          “Como se dice en español, lo que estamos haciendo” dijo con voz entrecortada.

-          “Estamos follando” dije sonriendo.

Ella sonrió, dejo escapar un gemido.

-          “Anne Marie nos esta viendo follando” me susurro al oído.

-          “Quieres que cierre la persiana” dije.

-          “No, me excita ser observada” dijo aumentando sus movimientos.

Se dejo caer sobre mi, estaba a punto de alcanzar otro orgasmo, la agarre fuertemente, y con movimientos pélvicos cada vez mas rápidos hasta que ella alcanzo el orgasmo coincidiendo con el mío. Seguimos abrazados, ella sobre mi, durante un rato que pareció eterno, al separarnos ella quedo a mi izquierda, me semi-incorpore, y acaricie su pezón derecho.

-          “¿Lo habías hecho alguna vez siendo observada?” pregunte

-          “Cuando estaba casada con mi marido hacíamos swing…” dijo ella.

-          “¿Swing?” dije, al no comprender lo que quería decir.

-          “Si dos parejas, dos matrimonios, yo con el otro, mi marido y su mujer nos observaban, y después nosotros a ellos” dijo.

-          “¡Ah! Intercambio de parejas” dije.

-          “Si, también… ménage à trois” dijo.

-          “Tríos, tu marido, tu, y…” dije.

-          “Si marido, yo y otro. Cuando me separe viví una temporada con dos amigos, y follamos” dijo sonriendo.

-          “A la vez” dije yo, metiendo mi mano entre sus piernas, acariciando su coño aun húmedo.

-          “Ahhhh, unas veces sí, otras no, incluso una vez hicimos gangbang” dijo ella, retorciéndose de placer.

-          “Lo de gangbang no son relaciones sexuales de una mujer con mas de tres hombres” dije, introduciendo dos dedos en su vagina.

-          “Siiiiiiii, lo hice con esos dos amigos y tres mas, uno tras otro” dijo.

-          “¿Fue placentero?” pregunte.

-          “¡Placer!, si al principio, después fue mas cansancio, aunque ellos si que quedaron satisfechos. ¿Follar otra vez?”  dijo.

-          “Si en cuanto me recupere, pero mientras disfrutaras” dije.

Después del primer encuentro quede cansado, pero después de un pequeño descanso volvía a estar preparado, acariciaba su clítoris con el pulgar mientras que el dedo índice y anular permanecían en el interior de su vagina, ella cada vez mas excitada, alcanzo un orgasmo, mi polla que durante ese tiempo había estado rozando el cuerpo de ella volvía a estar tiesa y preparada para entrar en su vagina, le abrí las piernas me situé en medio, y lentamente acerque mi polla a su entrada vaginal, primero con mi polla acaricie su clítoris, después los labios vaginales, ella ante la caricia gimió, por ultimo se la metí entera, dio un grito.

-          “Follar, follar” grito.

Mientras entraba y salía mi polla de su vagina, hice que pusiera sus piernas sobre mis hombros haciendo que la penetración fuese mas profunda, alcanzo un nuevo orgasmo. Saque la polla, volví a acariciar sus pechos, hice que se diese la vuelta, que se pusiera a cuatro patas, dejando caer su cabeza sobre la almohada. Acaricie su coño, y se la volví a meter desde atrás. Acaricie su trasero, con el dedo untado en su propia secreción vaginal, poco a poco fue dilatando su ano, permitiéndome primero meterle un dedo, después dos, ella cada vez mas excitada solo jadeaba, puse mi polla en la entrada de su ano, lentamente con cierta dificultad se la fui metiendo, fue ella con un movimiento imprevisto hizo que se la metiera de golpe con cierto dolor para mi, pero aparentemente con mucho placer para Nicole que dio un grito, unos minutos después mi semen quedaba en su culo, Nicole quedo tumbada boca abajo, yo sobre ella.

-          “¿Tu amiga, Anne Marie es tan viciosa como tu?” pregunte.

-          “¿Vi-ci-osa?” dijo sorprendida.

-          “Follar, follar, con dos, tres, cuatro, cinco” dije.

Hubo un silencio, roto tras unos segundos de pensamiento.

-          “Comprendo, Anne Marie, no como yo, ella follar con su marido, no se si alguien mas” dijo riendo.

Unos minutos después me quede dormido, me desperté a las ocho al sonar el despertador, estaba desnudo solo en la cama, ni rastro de Nicole. Me duche  y me vestí, cuando salí a la calle mire la casa de las vecinas y sobre todo al balcón, cerrado como si no hubiera nadie.

Ya en el trabajo no pude dejar de pensar en lo caliente que era Nicole, me hubiese gustado verla al mediodía, pero tenia que comer con un cliente, pero estaba seguro que por la noche volveríamos a follar.

Por la noche, a eso de las ocho llegue a casa, tras hablar por teléfono un rato con mi mujer y mi hija, a las nueve subí a ducharme, deje la persiana de la habitación abierta, cuando salí de la ducha me seque y totalmente desnudo fui a la habitación, en el balcón de enfrente estaba Nicole que sonrió al verme, le hice una señal para que viniese y ella respondió afirmativamente, me puse solo un bañador, pensé recibirla desnudo pero debía abrir la puerta y podía ser comprometido.

Unos minutos después sonaba el timbre, sin duda era Nicole, baje corriendo a abrir la puerta, mi sorpresa fue ver delante mío a Anne Marie.

-          “Buenas noches” dije sobreponiéndome a la sorpresa.

-          “Buenas noches” dijo Anne Marie.

-          “¿Querías algo?” dije intentado que se fuera lo antes posible.

-          “Recuerdo de España” dijo con cierta dificultada y sonriendo.

-          “¡Recuerdo de España!” dije sorprendido.

-          “Follar, follar tu y yo” dijo entrando en la casa.

Aun con la sorpresa encima cerré la puerta y mire a Anne Marie por la espalda primero y cuando se dio la vuelta por delante, llevaba puesto un vestido largo de color rosa claro.

-          “Has dicho follar” inquirí mirándola a los ojos.

-          “Si follar, fuckme, ñaca-ñaca” dijo echándose encima mío.

Sentí su cuerpo cálido, mi polla se disparo, ella lo noto y metió su mano bajo el bañador me agarro la polla y me la saco, y la acaricio.

-          “Mejor en habitación, ¿Si?” dijo ella.

La cogí de la mano, subimos a la habitación, la persiana aun permanecía abierta, y en frente, en el balcón estaba Nicole, aplaudió.

-          “Quieres que cierre la persiana” dije.

-          “No, yo quiero sentir excitación de Nicole mirando” dijo.

Supuse que quería saber que se sentía al saberse observada mientras follábamos. Mientras la besaba acariciaba su cuerpo y lentamente la fui desnudando, tire hacia arriba del vestido, llevaba puesto un sujetador de encaje fino muy calado también rosa claro, Nicole no usaba sujetador, y también de rosa claro unas braguitas tipo tanga, al quitarle el sujetador quedaron libres sus tetas, las tenía grandes, muy grandes pero no tan caídas como pensé. A diferencia que con Nicole que podía coger cada teta con una sola mano, para coger bien una teta de Anne Marie tenía que utilizar ambas manos, le agarre una teta, chupe y mordisquee su pezón, también mucho más grande que el de Nicole. Entre gemidos Anne Marie se arrodillo y me bajo el bañador, acaricio nuevamente mi polla, la miraba como hipnotizada,  acerco su boca a mi polla, la beso para después introducírsela lentamente.

Hice que se tumbara en la cama, me fije en el vello púbico, aunque también se notaba que lo tenia recortado como Nicole aunque no tanto o bien era mas abundante. Hice que abriera las piernas, comencé a jugar con su clítoris, su coño se humedeció, mas aun cuando mis dedos exploraron su vagina, Anne Marie se retorcía en la cama, gimiendo y acariciándose las tetas, me deje caer sobre ella, haciendo que mi polla acariciase su coño sin llegar a introducirla, mientras mis manos agarraban sus pechos los estrujaba, pellizcaba y mordisqueaba sus pezones, sus gemidos se transformaron en gritos, Nicole había desaparecido del balcón, pronto sentí como sus cuerpo se estremecía alcanzando un primer orgasmo, entonces no lo dude,  puse mi polla en la entrada de su vagina y lentamente se la fui introduciendo, haciendo que aquel primer orgasmo se alargase. Hice que pusiera su pierna izquierda sobre mi hombro derecho, haciendo la penetración más profunda. Su cuerpo desnudo vibraba a cada acometida mía, sus gemidos fueron en aumento, hasta un nuevo orgasmo. Me deje caer junto a ella.

-          “A sido genial, pocas veces he llegado a sentir tanto placer” dijo.

Con una mano jugaba con sus pezones, y  la otra mano la introducía en su entrepierna, Anne Marie, cerro sus piernas, dejando mi mano atrapada entre ellas.

-          “No has tenido suficiente” dijo Anne Marie.

-          “No, ¿Y tu?” dije.

Su respuesta fue abrirse de piernas.

-          “Quiero follar, follar” dijo.

En esta ocasión no hubo mas preliminar, agarre sus piernas por los tobillos, juntándolos, metí mi polla su vagina, y haciendo que sus piernas subieran y bajaran, abriéndolas de vez en cuando a la vez que empujaba con mi pelvis, hasta que alcanzo otro orgasmo, hice que se pusiera de rodillas, que hincara su cabeza en la cama, ofreciéndome su coño y su culo, con saliva y los jugos vaginales, fui lubricando su ano, haciendo que este se dilatara hasta que mi polla pudo entrar, y lentamente se la fui introduciendo, a cada uno de mis movimientos Anne Marie respondía con un gemido y pidiendo mas, por fin la cogí de la cintura, con un pequeño movimiento se la metí hasta que mis testículos chocaron con su coño, este choque se repitió  una y otra vez, cada vez mas rápido, hasta que mi leche salió, regando todo su trasero.

Nos dejamos caer en la cama, a eso de las once se levanto de la cama y se marcho, aproveche para bajar a la cocina y prepararme la cena, mientras lo hacia pensaba que era una pena que aquellas vecinas se tuvieran que ir. A eso de las doce de la noche justo cuando volvía a subir a mi habitación, sonó el timbre, era una visita inesperada, yo permanecía desnudo, mire por la mirilla, era otra vez Anne Marie, abrí la puerta,  su mirada se poso sobre mi polla y sonrió. Ella seguía llevando el vestido rosa claro, pero se le marcaban los pezones, y al trasluz se veía claro que no llevaba puesto el sujetador.

-          “Me he olvidado algo” dijo.

Supuse que era el sujetador, alargue la mano y toque sus tetas, por encima del vestido.

-          ”Veo que tienes las dos” dije.

-          “¡Tonto! me he dejado el sujetador y las bragas” dijo.

Inesperadamente di un leve tirón de la parte inferior del vestido hacia arriba, dejando al descubierto su desnudez. Ella sonrió.

-          “Quiero follar” dijo.

-          “¿Quieres mas?” dije.

Ella asintió con la cabeza.

Después del anterior asalto quede cansado, pero tras la cena volvía a estar preparado. Le quite el vestido dejándola desnuda, se abrazo a mi, mi polla se restregó con su cuerpo aumentando de tamaño. Empecé a pensar que si Nicole era viciosa Anne Marie le superaba, pero no había tenido oportunidad de demostrarlo, y ahora comenzaba a destaparse.

Subimos a la habitación, efectivamente a un lado de la cama estaba su ropa interior, no la había visto cuando me levante. Se tumbo en la cama, se acaricio los pechos y el coño.

-          “Ven, follar otra vez” dijo.

Me situé a su lado, acaricie sus tetas, chupe sus pezones, me coloque entre sus piernas, mi polla acariciando su clítoris y sus labios vaginales, ella cruzo las piernas en mi espalda, puse mi polla en la entrada de su vagina, ella apretó sus piernas en mi espalda, la penetración fue rápida y profunda, estaba demostrado que no quería perder el tiempo, su excitación era tan fuerte que pronto alcanzo un orgasmo, su cuerpo se tenso y aflojo su presión con las piernas,  hice que pusiera sus piernas sobre mis hombros, y continuando con las penetraciones; pero ella quería mas, hizo que me tumbara sobre la cama, ella se subió encima mío dejándose caer lentamente, haciendo que mi polla entrase en su vagina, agarre sus tetas mientras ella se movía hacia delante y hacia tras, a derecha y a izquierda, y en círculos como si de una batidora se tratase, se dejo caer encima mío, apretando su cuerpo al mío, estaba a punto de alcanzar otro orgasmo, y yo también estaba a punto, seguimos moviéndonos al unísono, hasta que ambos alcanzamos el clímax, para mi fue mas placentero que la vez anterior. Durante unos minutos permanecimos unidos, al separararnos esperaba que Anne Marie se marchara pero no lo hizo, se quedo junto a mí.

Cuando me desperté por la mañana Anne Marie permanecía a mi lado totalmente desnuda, pensé en volver a follármela pero tenía que ir al trabajo, se me hacia tarde. Me levante sin hacer ruido, fui al baño me di una ducha rápida, volví a la habitación, ella permanecía dormida, me vestí, me iba a ir pero la tentación fue superior, metí mi mano en su entrepierna, comenzó a gemir y a removerse pero sin llegar a despertarse, si que lo hizo cuando mis dedos hurgaron en su vagina, fue un despertar de sobresalto y placer.

-          “¿Follar otra vez?” dijo medio dormida aun.

-          “Me tengo que ir al trabajo” dije separándome de ella.

-          “Y me vas a dejar así, para que me has despertado” dijo.

-          “Para que estés el resto del día pensando en mi” dije marchándome

Se quedo protestando en la cama. Cuando salía por la puerta me encontré con Nicole.

-          “Has visto a Anne Marie, no ha pasado la noche en casa, vino a buscar su ropa” dijo Nicole con una sonrisa en los labios.

-          “Esta arriba en la cama” dije.

-          “Ha pasado la noche aquí” dijo sorprendida Nicole.

-          “Si, y ahora esta en su punto, pero me tengo que ir a trabajar” dije dejando entrar a Nicole.

Me marche, fui al parking, arranque el vehículo, iba a salir cuando pensé que no pasaría nada por llegar algo tarde al trabajo, pare el vehículo, lo cerré y volví mi casa. Iba dispuesto a follarme a Anne Marie o a Nicole, o a ambas. Pero mi sorpresa fue al llegar a la casa sentí gemidos, subí a la habitación, la escena era de lo mas excitante, Anne Marie desnuda, con las piernas abiertas, sobre la cama como la había dejado y Nicole semidesnuda solo con las bragas, con la cabeza entre las piernas de Anne Marie y esta entre gemidos hablaba en francés, decía cosas como: mas, sigue así, no pares.

Era una tentación lo que estaba viendo, me acerque a Nicole, acaricie su trasero, dio un pequeño sobresalto al no esperarme, al verme sonrió.

-          “Métemela, follar tu” dijo.

No lo pese dos veces le quite la braguitas, y tal como estaba acaricie su coño, estaba muy húmedo, me desabroche el pantalón, los deje caer junto con los slips, mi polla estaba a reventar, la acerque a su trasero, la cogí por la cintura y se la metí, hasta que mis testículos chocaron, el cuerpo de Nicole se estremeció. Los gemidos de Nicole se cruzaban con los de Anne Marie, que alcanzaba el orgasmo. Anne Marie, se levanto, acaricio los pechos de Nicole, y ofreció los suyos a esta, unos minutos después era Nicole la que alcanzaba el orgasmo. Me separe de ambas las deje retozando en la cama, fui al baño, me lave y me fui.  

Como era lógico en el trabajo me costo concentrarme, estaba deseando volver a casa; pero mi jefe, sabiendo que estaba solo en casa, me invito a comer en su casa, su mujer y la mía eran buenas amigas, difícilmente pude negarme.

Cuando llegue por la noche a casa, mire al balcón de las vecinas, lo vi cerrado, entre en casa y sobre la mesa vi una nota:

José Antonio, hemos tenido que irnos con urgencia, nos habría gustado quedarnos una noche mas, nos llevamos un buen Recuerdo de España, esperamos volver el año próximo” Natalie y Anne Marie.

Además me dejaron una dirección de correo electrónico, aquella misma noche les envié un correo agradeciéndoles lo sucedido. Unos días más tarde me contestaron:

“Te enviamos una foto para que te consueles”, en la foto que adjuntaban estaban ambas desnudas acariciándose los pezones.

Cuento los días que faltan para el próximo verano.

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