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El uniforme de tito Diego ,capítulo 17.

en Sexo con maduros

La recién desflorada compañera de habitación del comandante Don Diego se levantó, relajada y satisfecha de aquella magnifica noche que había pasado….ahora tocaba organizar la quedada con sus dos amigas para completar la promesa ; quizá el fin de semana podría ser un buen momento, ya que recordaba que sus padres iban a salir fuera y de esa manera podrían disfrutar a tope del evento , porque estaba segura que aquel hombre que dormía a pierna suelta sería capaz de satisfacer a las tres juntas ; se sintió celosa, porque recordando el delicioso placer que la había hecho sentir esta noche , no quería compartirlo con nadie , pero bueno, era su promesa y había que cumplirla ; además, recordaba cómo a Don Diego se le encendían los ojos sólo de imaginarse de estar con tres universitarias vírgenes para él solo ; pues bien, después de como se había portado con ella,  lo menos que podía hacer era ofrecerle ese regalo …..estaría dispuesta a ofrecerle a su  madre si fuera preciso . Se fue casi de puntillas, no quería que su madre se diese cuenta de que había pasado la noche con aquel portentoso  macho, ya que le parecía que todo indicaba que ya no era virgen , y seguro que si su madre la pillaba, lo sabría .

Y lo que menos podría pensar es que precisamente era su mismísima madre la que estaba loca por acostarse con su iniciador en los placeres del sexo ; se dio la vuelta en la cama tras levantarse su marido, y le oyó vestirse ; hoy entraba un poco más tarde y se dio el gustazo de seguir un ratito más en el cama .

-          Oye, no te olvides que  nuestro vecino el comandante Don Diego es nuestro huésped e igual querrá desayunar….hasta luego.

Uf, se le había olvidado por completo ….su admirado vecino estaba en la habitación de al lado, y estaba sola con él ….recordó la enorme polla que exhibió en el control de carretera , y  de cómo su compañera se lo agenció …menuda elementa estaba hecha ; aunque ella tampoco se quedaba atrás , después de haberse tirado al excitado oficial que lo acompañaba y a aquel fogoso cadete .

Se levantó para ir al baño ; la puerta de la habitación de su hija, que era la que ocupaba Don Diego, estaba entornada ; vio de forma fugaz las piernas del oficial , revueltas con la sábana , y advirtiendo que por la posición debía estar boca abajo, no pudo evitar asomarse , abriendo un poco más la puerta…efectivamente dormía boca abajo , la sábana tapaba su culo y dejaba al aire sus fuertes piernas, que prácticamente no tenían vello , desde la mitad de los muslos hasta sus pies …y entonces advirtió que había algo que no concordaba con la tela de la sábana, y era la presencia de otra tela diferente , celeste claro, que permanecía arrugada alrededor de sus piernas ; comprobó divertida que se trataba de sus calzoncillos , y obviamente bajados hasta esa altura .

¿Cómo era posible que durmiese de aquella manera? Pensó que si estuviera más cómodo , lo lógico sería que se los quitase …entonces advirtió una corriente de frescura en su coño, ya que se había humedecido ante la visión de aquel objeto de su deseo , y además de algo que le resultaba familiar …

¡ El olor ¡ Olía de forma terriblemente excitante a cojones, un olor muy parecido al que traía su marido después de una buena jornada a lomos de su caballo, y que la hacía entregarse de forma inmediata a él, gustándole especialmente cuando venía algunos días todavía con el uniforme puesto , como justo hacia una semana…se sintió muy culpable, como era posible que buscase sexo fuera de su matrimonio si su maridito la mantenía bien satisfecha …

Pero es que aquel portento que estaba observando mientras dormía era algo fuera de serie ,lo mismo que habían sido el oficial de Tráfico y el cadete , que , cosa curiosa y que hasta ahora no se había dado cuenta, parecían que estaban follando el uno para el otro, como exhibiéndose cada uno de ellos frente al otro …quizá eso explicase el plus de pasión que le habían puesto y que había hecho que algo que en un principio iba a ser sólo un revolcón se convirtiese en una especie de demostración de lo que eran capaces de provocar en una mujer, y desde luego que lo habían conseguido ….

Pero acostarse con este hermoso ejemplar de macho que tenía delante debía superar a todos ellos …y todas estas reflexiones se avivaron cuando, en un movimiento inesperado, su admirado huésped hizo un movimiento , se arrebujó en la cama y se quedó de lado , con las piernas dobladas ; durante la maniobra había movido la sábana, dejándola a medio camino de descubrir su culo , pero la postura que había adquirido le resultó extremadamente excitante : estaba acostado del lado izquierdo, la pierna de ese lado quedaba bajo su cuerpo, ligeramente flexionada ; la derecha había quedado doblada más alta , quedando la rodilla casi a la altura de su pecho , de modo que el inocente y dormido Guardia Civil le ofrecía una privilegiada perspectiva de sus enormes cojones , sobresaliendo entre el pliegue de sus muslos , dibujando una deliciosa continuación desde la raja de su culo , aprisionados por las musculosas piernas , ligeramente enrojecidos por la presión y delicadamente rodeados de vello que se escapaba desde su pubis ; el conjunto lo remataban los traqueteados calzoncillos, que habían quedado estirados entre ambas piernas, deslizándose hasta el tobillo derecho, trazando un libidinoso arco desde la parte lateral de la rodilla izquierda; tampoco desmerecía la presencia de las calcetas de servicio, blancas , la izquierda subida hasta casi debajo de la rodilla, la derecha enrollada hasta casi el tobillo, unida al bajado slip, dando al  poseedor de aquellas maravillas , mientras seguía roncando a pierna suelta, una pátina  de descuido  muy acorde con la situación de voyeurismo .

Resultaba además intensamente excitante el que llevase todavía la camiseta de tirantes puesta , como si quisiese mantener su pudor , mezclándose al candor de aquel maduro dormido como un niño , con su camisilla ( como la llaman en Canarias , parece ser ) , pero mostrando lascivamente aquellos tremendos atributos , sin que el se apercibiera de ello .

La excitada anfitriona no tardó en aproximarse aprovechando la ocasión, recibiendo de lleno el almizclado olor de aquellos huevazos , lo que le hizo a su coño casi revolcarse de gusto y prácticamente chorrear de imaginarse que  semejante aparato rozase su vulva, se restregase por sus labios y chocase contra su periné , mientras el pollón que ya conocía intentase abrirse paso hacia su anhelante vagina, o ya dentro, entrando y saliendo , follándola a saco …se llevó una mano a su palpitante chochito y , al no llevar bragas ( costumbre que tenia al dormir con su marido para facilitar las folladas a medianoche ) , el contacto le provocó un intenso orgasmo , de lo excitadísima que se encontraba ante semejante visión .Tuvo que morderse los labios para no gritar a pleno pulmón, pero lo que no pudo evitar fue gemir , mientras el placer  se amplificaba  ante la contemplación de aquella parte del aparato reproductor de Don Diego .

Y en mitad de aquella locura , se atrevió a introducir un dedo entre la deliciosa rajita del culo de su dormido huésped, para deslizarla sobre la suave piel del escroto ; el testículo derecho, que era el que había acariciado, se contrajo de forma refleja , y , de forma tan rápida que casi no se dio ni cuenta, el dormido comandante separó las piernas para hacerle sitio , y su mano resbaló entre los fuertes muslos del oficial de Tráfico , quedando aprisionada .

De modo que alli quedó, su mano derecha entre las piernas de su huésped , abarcando literalmente el  benemérito escroto , sintiendo la deliciosa redondez ovoide de su contenido, notando lo elásticos y firmes que eran aquellos cojones, una vez que la palma de su mano, pasado el susto de sentirse apresada, transmitía esas deliciosas sensaciones a su cerebro, a la que se unió la deliciosa cosquilla del discreto vello que adornaba aquella zona…y si la palma de su mano acogía la suave piel escrotal, asimismo comenzó a percibir en sus dedos la deliciosa forma cilíndrica de su polla,  que crecía y aumentaba su dureza por momentos ante el contacto de sus dedos , de modo que el glande, que en un principio lo notaba , redondito y contundente , justo al final de sus dedos, se fue escapando hacia arriba , dejando un rastro de humedad levemente pegajosa que indicaba la secreción de líquido preseminal, presagio de una corrida plena de su dormido comandante de la Guardia Civil; alrededor de la cada vez más dura polla y los acariciados huevos , sentía el crujido y las caricias de la enorme mata de vello púbico que debía poseer este magnifico ejemplar de macho que ella sentía a su merced, a pesar de que estuviera apresada de aquella manera : la mano no podía moverla sin despertar a su inocente oficial, en brazos de Morfeo , y esta situación le estaba resultando terriblemente excitante .Su coño alcanzó el estado de meseta , y los orgasmos comenzaron a sucederse ante aquel tacto tan delicioso.

Don Diego , efectivamente, seguía profundamente dormido tras el esfuerzo coital nocturno con , precisamente la hija de la captora de sus partes , y justo en este momento estaba soñando que la perversa estudiante que acababa de desvirgar le estaba apresando los huevos , los cuales de nuevo se quejaban con esa mezcla de dolor y placer que conocía tan bien ; se sentía en la pura gloria después del polvazo , y ahora con este regalo del íntimo  magreo , de modo que comenzó a  despertarse , percibiendo que el delicioso sueño era realidad, ya que conforme iba adquiriendo un estado de semiconsciencia, efectivamente sentía una mano aferrada a su paquete ; dejó pasar un minuto para disfrutar del momento , imaginando a la perversa universitaria dispuesta para un nuevo juego erótico , a pesar de su cansancio sexual , ya que repasó sus polvos previos, y la verdad es que habían sido unos días muy intensos en cuanto a su actividad folladora , a saber :

-          El primer polvazo a su sobrina, al descubrirla sin bragas…menuda guarrona estaba hecha ¡¡¡

-          El segundo polvo a ella , cuando la pilló montada a horcajadas sobre él .Vaya delicia y cómo follaba la condenada.

-          El pajote que le hizo ( de nuevo su sobrina ) en presencia del lascivo capitán Díaz …menudo bukake y vaya mariconazo estaba hecho el capitán ¡¡¡

-          El polvo del control de carretera con la amiga de su anfitriona …como disfrutaron todos , fue una autentica orgía ¡¡¡

-          Y para terminar, el recién echado esta misma noche con la hija de su compañero el policía local , sin perder de vista que también lo era  de la anfitriona…

Recordó como aquella mujer fue capaz de follarse primero al capitán ( lo que pudo ver por el retrovisor mientras la salvaje y desvergonzada que estaba subida en su polla lo estaba exprimiendo a placer ) , y acto seguido lanzarse a por el inexperto cadete , que terminó tirándosela bajo aquella higuera  ; él mantenía el empalme mientras observaba y disfrutaba de aquella especie de película porno en la que se había transformado el control , y cuándo ya terminaron cadete y copilota, decidió dejarse llevar y correrse junto a la conductora, ebrios de lujuria y gusto, siendo entonces Don Félix, el cadete Miguel y la copilota ( luego anfitriona ), testigos del orgasmo compartido .

5 polvazos en menos de 48 horas que lo tenían completamente agotado , y ahora esta quería repetir …recordó como se hizo el dormido con los magreos de Don Félix , y recordó el inmenso placer que sintió mientras su superior lo sobaba a gusto, y pensó que podría hacer lo mismo en este momento …además , si se hacia el dormido, no estaría obligado a follar de nuevo, sus huevos ya le dolían de tanta producción testosterónica  y de espermatozoides, y su próstata ya la notaba sensible de tanto semen expulsado en 4 coños y al aire ( aunque más bien fue sobre el capitán y su uniforme ) .

Tras estas reflexiones, ya completamente despierto , y feliz y contento de sentir aquella mano femenina abarcando sus varoniles atributos, con la polla como un junco de nuevo , acostado del lado izquierdo, con sus fieles Abanderado : la camiseta que lo abrigaba del fresco de primera hora de la mañana , y los calzoncillos , que los notó bajados entre su muslo y el tobillo , así como las calcetas de servicio , que le abrigaban los pies ….y precisamente desde el pie derecho , percibió a través del algodón de la calceta , la cercanía de la entrepierna de su magreadora.

La anfitriona, que de cazadora había pasado a cazada, se sintió tan forzada en la postura , con la mano apresada entre los musculosos muslos de Don Diego, que se obligó a echarse en la cama , unido a la debilidad que le estaba provocando la situación de meseta ,y no pudo evitar plantar su desnudo coño cerca del pie derecho del expuesto oficial, así que el dedo gordo del pie, envuelto en el blanco algodón, le rozó la vulva , sacándole un suspiro de placer que intentó reprimir en vano.

Don Diego, divertido y excitado, oyó el gemido , de modo que , ni corto ni perezoso, procedió a darse la vuelta, intentando que no se le notase que estaba despierto  , para prácticamente introducir el dedo gordo de su pie en plena vulva, objetivo que alcanzó de pleno al notar cómo se desplegaban los labios mayores , y el gemido casi se transformaba en un grito de puro gusto ; se puso casi boca arriba, ofreciendo su desnuda entrepierna a su compañera de cama , estirando completamente la pierna y enterrando su dedo gordo entre las de ella, calculando la situación de su clítoris, al que comenzó a atacar sin piedad .

Ella , pillada de pleno en aquella maniobra , se quedó casi sin respirar al notar el dedo envuelto en la fina tela jugar con su excitadísimo aparato; se sintió borracha de placer porque además, al ponerse casi de espaldas el dormido ( ella todavía lo creía ) Don Diego , éste se abrió de piernas y ella pudo soltar la deliciosa presa que hasta ese momento había hecho en sus huevos , mostrándole , en todo su esplendor, lo bien dotado que estaba el oficial .

La polla, empalmada al máximo, emergía de una mata de vello marrón oscuro, denso , rizado, que destacaba entre sus blancas y fuertes  piernas , y que interrumpía la celeste camiseta de tirantes ; los huevos colgaban bajo ella, enormes, aún enrojecidos por su magreo previo, rodeados del eterno vello, y apoyándose con gracia sobre los potentes glúteos ; el derecho caía sobre la pierna que , estirada, la estaba casi follando, y el izquierdo, al acompañarle la pierna de ese lado doblada , llegaba a rozar la sábana ; a su lado, el pie envuelto en la calceta tiraba de los celestes calzoncillos , que de nuevo hacían de marco del prodigioso espectáculo , desde el muslo derecho hasta el tobillo izquierdo : una revista porno no hubiera podido sacar una instantánea mejor que aquello que estaba contemplando , y sintiendo : el multiorgasmo seguía y cada presión del dedo de Don Diego sobre su clítoris la llevaba de nuevo al éxtasis , y ahí ya no pudo evitar comenzar a gritar .

Don Diego, pleno de su poderío, divertido ante una nueva experiencia de uso de sus prendas ( primero sus calzoncillos con su sobrina y ahora sus calcetas con la estudiante ) , percibió que la voz asociada a aquellos grititos de placer no correspondía con la de la universitaria, y , extrañado , abrió los ojos .

Se quedó estupefacto al ver no a su recién desvirgada estudiante , sino a su madre, con el salto de cama aún puesto, abierta de piernas , recibiendo con sumo placer el dedo de su pie en su desnudo coño , con un gesto en la cara que hacia tiempo no veía en una mujer , de placer extremo …volvió a cerrar los ojos ,ella no le había visto  porque a su vez la pilló en mitad de un nuevo orgasmo mirando hacia arriba ; la impresión le afectó, pero intentó pensar deprisa : no podía permitir que esta mujer sospechase lo que había ocurrido la noche pasada, así que decidió, a pesar de las protestas de su admirados y magreados huevos, follarla a pelo para demostrarle que estaba pleno de potencia y que nada había ocurrido que lo debilitase .Así que  procedió a hacerse el recién despierto .

Ella percibió que el dedo juguetón dejaba tranquilo a su clítoris, y advirtió, entre sorpresa y recelo, que su huésped despertaba en medio de aquel empalme.

Don Diego la miró somnoliento, y luego sorprendido, mirando alternativamente a su pie inmerso en la entrepierna de ella, a sus bajados slips y a su polla que parecía un mástil , intentando transmitir sorpresa y desconcierto .

Ella no lo dudó un instante: se abalanzó sobre su huésped , y casi de un golpe, se sentó sobre el expectante comandante ,permitiendo que aquella enorme tranca la penetrase a fondo , hasta literalmente sentarse sobre los cojonazos que no hacia mucho había palpado a placer.

Don Diego se dejó llevar, satisfecho de que ella hubiera decidido montarse sobre él, ya que le hubiese costado más esfuerzo ser él quien tomase la iniciativa, y de esta manera gran parte del trabajo iba a hacerlo ella .

Y efectivamente que se lo tomó a conciencia : desde la pura gloria que sentía al ser atravesada por fin por aquel portento, ensartada hasta el fondo , comenzó a moverse arriba y abajo, primero lentamente, para luego aumentar el ritmo frenéticamente , comprimiendo los sobados  huevos en cada bajada , mientras el oficial de Tráfico la miraba extasiado .

Don Diego se dejó hacer placenteramente a pesar del cansancio, esta mujer era una experta folladora y su coño exprimía su polla de forma prodigiosa ; se acordó de Don Félix y del cadete Miguel, cuyas pollas ya la habían probado, y ello añadió más morbo si cabe a que estaba tirándose a la madre de la estudiante universitaria que había desvirgado la noche pasada y en esta misma cama….

Mientras ,ella le miraba sonriente y revuelta por el placer, y Don Diego volvía a decir :

-          Oui, oui, oui ¡¡¡¡

-          Si, si , si ¡¡¡¡- respondió ella, enérgica.

Y acabaron corriéndose a la vez, gritando al unísono , mientras la benemérita polla llenaba con una nueva y abundante descarga de semen el coño de su anfitriona .

No se habían dicho ninguna otra palabra aparte de las exclamaciones, y ella advirtió que era hora de irse al trabajo ; ni siquiera le preguntó si quería desayunar , y se marchó rápido , dedicándole sólo una perversa sonrisa , la misma que le dedicó su reciente amante ,dejando  al maltrecho Don Diego, comandante de la Guardia Civil de Tráfico, dormido ( esta vez de verdad ) , boca arriba, con su camisilla , los calzoncillos bajados hasta las rodillas, con la polla húmeda , relajada sobre sus magníficos huevos , arropado por su vello , que también había recogido parte de los jugos intercambiados, y que brillaba levemente donde unos cuantos mechones se agrupaban como si estuviese recién duchado ; las calcetas seguían puestas , y curiosamente, la derecha ofrecía un rastro de humedad a nivel del dedo gordo del pie , lo que permitía apreciar perfectamente su dedo y la uña .

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