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El uniforme de tito Diego ,capítulo 18.

en Sexo con maduros

Un coche de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil se paró justo en la puerta del inmueble donde el comandante Don Diego dormía plácidamente después del intenso polvo que le había echado a su anfitriona …¿ el motivo? Pues precisamente ,ese polvazo ….¿ y cómo es eso posible?

Pues porque el deseado Don Diego se quedó exhausto después de cómo abusó su anfitriona y le indujo a que la follase , tras la inolvidable noche en que había desvirgado a su hija ….y no hay que olvidar que nuestro héroe ya venía bastante cansado de todo el folleteo con su sobrina y la mujer del control de carretera ( que además era compañera de trabajo de la ultima a la que se había tirado hacia un rato ) , y su cuerpo, sin poder más por el desgaste y la tremenda relajación en que había quedado , se dejó llevar y le llevó a un estado de sueño profundo del que no se despertó , pese a que su alrededor la mañana comenzaba a producir ruidos y en la habitación en la que descansaba el sol entraba a raudales .Y los minutos , y horas pasaban y pasaban….

Y desde la Comandancia de Tráfico se estableció que había que ir a buscarle , ya que era una falta bastante grave y que no se podía tolerar , de modo que el propio Capitán Díaz de ofreció a su busca y captura ; le acompañaban el cabo  Severiano y el sargento Eusebio , experimentados y veteranos guardias de la Agrupación, que se ofrecieron voluntarios a acompañar al jefe de la Academia .

Los suboficiales  iban delante , el cabo Severiano conduciendo y el sargento Eusebio  a su lado  , mientras el capitán iba detrás ; Don Félix iba especialmente excitado, ya que no podía evitar lo que le evocaba acercarse al comandante Don Diego y esposarlo , detenerlo  y tenerlo a su merced …la teresiana la tenía estratégicamente situada sobre su tremendo paquete para no dejar traslucir el enorme empalme que mantenía bajo su ajustado pantalón de montar .

Y la sobrina fue la que abrió la puerta y se quedó de una pieza al ver a aquel trío de Guardias , con cara de mala leche .Lo tres la miraron incrédulos ante el camisón y la bata que todavía ella portaba , ya que la mañana la tenia libre.

Ella no pudo menos que admirar a los subalternos que traía el oficial : uno de ellos , con el pelo blanco , de unos 45 años , bien parecido ,aún con sus cejas negras ,  con gafas, cuyos ojos color avellana no dejaban de traspasar con su mirada sus tetas, que casi atravesaban la tenue tela de sus intimas prendas , ya que los pezones se le estaban poniendo duros sólo de sentirle ; era de complexión fuerte, cara redonda y la boca entreabierta , que presagiaba un buen manejo de su lengua ; le gustaba llevar el uniforme bien justito, ya que los pantalones se pegaban a sus fuertes piernas como una segunda piel, y sus botas, bien brillantes y lustradas, le llegaban casi a las cuadradas rodillas , mientras que al estar de firmes , con las piernas juntas, el paquete que proyectaba era digno de un buen ejemplar de macho .

El cabo Severiano, que era el objeto de su atención , se comenzó a poner colorado ante la mirada de la sobrina de Don Diego , y miraba a su superior bastante impaciente .

-          Mi capitán , esto …

-          ¡¡ Cállese, cabo , que siempre se precipita , joder ¡¡- dijo enérgicamente Don Félix .

En ese momento el otro guardia le echó una mirada de reprobación a su compañero, y ella quedó clavada por los ojazos negros que tenía , que parecían traspasarla , mientras le miraban con descaro , más aún que su compañero el cabo al que acababa de reprender Don Félix ; el sargento Eusebio era algo más joven, más guapo , moreno , con unas buenas patillas que ya le plateaban las sienes , rostro más anguloso y unos buenos labios que se relamieron ante su mirada ; no le iba a la zaga en cuanto a lo apretado de los pantalones , que parecían iban a reventar , y sus fuertes muslos se perdían en el brillante cuero de sus botas , que las llevaba igual de ajustadas a sus pantorrillas .

-          A ver , señorita – dijo el capitán , intentando mostrarse todo lo serio que podía – venimos a buscar a su tío , que no se ha presentado esta mañana en el destacamento y eso no se puede tolerar …

-          Uy, mi capitán – dijo ella , sin poder quitar ojo de la entrepierna del oficial, que ya dejaba traslucir un bulto  bastante evidente de su entusiasmo ; su propio coño respondió con una buena dosis de humedad ante la visión de aquel tiarrón que tan bien la había follado , y ese punto de ira que lo hacía terriblemente irresistible ; se imaginó bajándole ahora mismo la cremallera de sus ajustados pantalones y dejar al aire aquella polla que ya manchaba la verde tela con el líquido preseminal , para dejársela bien limpia …- mi tio no se encuentra aquí ,está alojado en otro piso …

-          ¿ Cómo dice ?- dijo Don Félix , sorprendido – esto me huele a algo anormal ..

Y mirando  a sus compañeros, les ordenó :

-          ¡¡Hagan el favor de registrar esta casa , mientras yo custodio a esta señorita ¡¡

-          Mi capitán , no hace falta que me registre nada …mi tío se aloja en el quinto piso izquierda..

-          Mi capitán, si usted permite – terció el sargento Eusebio , mientras miraba alternativamente a su compañero el cabo y a ella- nosotros nos quedamos custodiando a esta señorita y usted puede subir a ese piso a confirmarlo .

El capitán se quedó mirando a su subordinado con cara de sorpresa y a la vez de agrado …no era mala idea presentarse sólo a capturar a Don Diego …seguro que lo pillaba tirándose a otra mujer , y eso le daba una envidia y unas ganas de observar la escena …notó que su polla iba a reventar, así que no lo dudó más y dejó al cabo y al sargento al cuidado de la sobrina del comandante que habíase convertido en transgresor de la ley al no acudir a trabajar esa mañana .

Don Félix salió presto y tomó las escaleras ; apretó el timbre con insistencia pero Don Diego estaba tan profundamente dormido y con la puerta del dormitorio cerrada, de modo que siguió plácidamente dormido , ajeno al creciente  cabreo del capitán Díaz ; éste comenzó a llamar a la puerta , mientras decía :

-          Comandante , abra la puerta a su superior, ó aténgase a las consecuencias ..

-          ¿ qué ocurre ahí fuera?- dijo una vecina, que salió ante el jaleo , quedándose asustada al ver al oficial de Tráfico en la puerta de sus vecinos - ¿ no han pagado una multa? – preguntó al ver el uniforme de Don Félix.

-          No se trata de eso, pero a usted no le importa – le dijo el capitán, molesto por la intrusión – métase en sus asuntos, señora …

-          Pues si quiere, yo tengo unas llaves de la casa, que mis vecinos me dejan por si surge algún imprevisto …

-          Joder, pues ya está tardando en dármelas…¡¡Venga, dese prisa ¡¡

La mujer se apresuró a dárselas, intimidada por la presencia y la ira de Don Félix, y cerró su puerta , asustada .

Entretanto, el sargento y el cabo entraron en casa de la sobrina de Don Diego , obligándola a sentarse en el sofá , mientras el cabo Severiano se sentaba a su derecha, y el sargento Eusebio a su izquierda.

-          Usted de aquí no se mueve hasta que vuelva el capitán con su tío …-le dijo el sargento , bastante cabreado .

-          ¿ Y les puedo preguntar qué ha hecho mi tío?- dijo ella, intentando no mirar cómo al sentarse, el paquete del sargento se proyectaba hacia arriba , emergiendo entre sus piernas de forma escandalosa .

-          Su tio ha transgredido las normas de la Academia – respondió el cabo, pellizcándose sus huevos, ya que el pantalón le había pillado justo un pliegue del escroto – no acudiendo esta mañana, que teníamos el acto de entrega de especialidad ..y eso en un oficial no se puede permitir …

-          Vaya, pues si que son estrictos – se atrevió a decir ella, que tuvo que resistirse a no aliviar el intenso picor que debía acuciar al cabo , a juzgar por cómo se tiraba de la tela y rascaba su paquete , a la altura donde casi se dibujaba su huevo derecho : la tela no daba más de sí y la cremallera aplastaba el escroto, dejando cada uno de sus cojones a un lado , y la polla, fiel a donde cargaba , se fue acompañando a sus atributos hacia la izquierda .

Ella estaba absolutamente embobada viendo aquel espectáculo que el cabo le estaba ofreciendo , el cual intentaba cambiar de postura, pero a cada cambio el pellizco volvía a cebarse en su sensible piel, y era inevitable volver a tocarse para intentar dejar libres sus varoniles atributos .Estaba colorado como un tomate , entre el dolor y el picor que sentía , y la vergüenza que estaba sintiendo ante ella .Finalmente, no tuvo más remedio que levantarse y meterse la mano por dentro del pantalón , lo que hizo no con poco trabajo, debido a lo ajustado del mismo .

Ella se quedó boquiabierta al ver al cabo Severiano manipulándose sus varoniles partes de aquella manera , recolocando sus huevos y su polla hasta sentir un gran alivio, a juzgar por la expresión de su rostro ; al sacar la mano, los huevos volvieron a quedar marcados , y volvió a sentarse a su lado .

Y en esto que le llegó  una oleada de un intenso olor que la produjo una intensa excitación , y que no era otro que el almizclado olor a cojones que la mano del cabo había traído prendida tras la íntima manipulación , y , sin poder evitarlo , posó la mano sobre la rodilla izquierda del cabo , para, rápidamente , deslizarse hasta su paquete , agarrándole literalmente los huevos.

El sorprendido suboficial se quedó sin respiración ante la  maniobra de aquella que se decía sobrina del comandante Don Diego , y sintió un indescriptible placer mientras le agarraba, fuerte y dulcemente , sus varoniles atributos, a través del apretado pantalón de servicio .Y ahora lo que le dolía y le picaba era la polla , que , dura como un junco , pugnaba por abrirse paso entre la elástica lycra , bajo la suave presión a que aquella desvergonzada la estaba sometiendo .

-          Joder si es puta – musitó el sargento Eusebio , que no se estaba perdiendo detalle del espectáculo del cual estaba siendo testigo , mientras su propia polla emulaba a la de su compañero .

Y para no ser menos, agarró la mano izquierda de la sobrina del comandante y se la aplicó , directamente, sobre su palpitante paquete ; de esta manera, ella quedó en medio del sofá , agarrando los huevos del cabo Severiano a su derecha y los del sargento Eusebio a su izquierda. Y comenzó a frotar , a través de la tela , su precioso contenido ,palpando expertamente las puntas de ambas pollas, haciendo presa en ellas , aumentando la velocidad y la intensidad del roce sobre aquella delicada y sensible zona.

Ambos comenzaron a gemir y jadear , sonriendo, y se acercaron a ella al unísono, besándola en el cuello, cada uno por su lado ; ella no se quedó atrás en jadeos y suspiros , y apretó la presión sobre los  beneméritos miembros ; sus poseedores respondieron con un ataque directo a sus tetas , tras retirar la bata y el camisón y comprobar que no llevaba sujetador .

Al sentir las manazas de ambos sobre sus sensibles pezones , y mientras el sargento Eusebio le pellizcaba delicadamente el izquierdo y el cabo Severiano le titilaba el derecho , sus lenguas le chupaban frenéticamente el cuello a la vez , sintiendo tal placer, que dejó por un momento de palpar los paquetes de los defensores de la ley ; éstos , como si lo tuviesen ensayado, se abalanzaron a la vez con sus bocas hacia los estimulados pezones, y ella no pudo evitar gritar de puro gusto mientras sentía a la vez las lenguas lamer aquella zona erógena , chupar con fruición como si les estuviera dando el pecho , o incluso  algún mordisquito fugaz y leve que la hizo tener un orgasmo delicioso.

El sargento Eusebio y el cabo Severiano se miraron , sonrientes y cómplices , y uno por la derecha y el otro por la izquierda , bajaron sus manos hasta su vientre , deslizándolas sobre su pubis y acariciando su palpitante chochito a través de sus braguitas , que las tenía ya completamente empapadas ; introdujeron sus dedos por las ingles, separando la empapada seda , y mientras el dedo índice del cabo Severiano recorría su raja de arriba abajo, el sargento Eusebio tomaba en una delicada pinza entre su índice y su pulgar su clítoris ; ella casi aulló de gusto , sintiendo las manos de ambos suboficiales manipular su anhelante coño , y buscó con ansiedad la boca de alguno de ellos ; el sargento estaba muy concentrado en provocarle placer sobre su clítoris , no perdiendo detalle del mismo , de modo que fue el cabo Severiano quien advirtió su necesidad .

Ella sacó la lengua esperando que la boca del cabo se acoplase a la suya , pero, mientras sonreía socarronamente ,el canoso suboficial  se la quedó mirando a través de sus gafas ; “joder “ – pensó ella – “cómeme ya la boca , cabroncete..”  pero el ocurrente uniformado  decidió que mejor que besarle ,metería en su boca otra cosa …

Y entonces acercó  su manaza hacia ella, precisamente con la que antes se había recolocado sus cojones , de modo que al percibir el aroma , ella se lanzó a chupar con fruición el dedo índice del cabo Severiano ; éste se regocijaba con la pasión que había despertado en ella , observando divertido cómo se delectaba en su sabor , mientras con el pulgar le recorría los labios ,y rápidamente la sobrina del comandante atacaba el dedo para tragárselo .Un nuevo orgasmo la hizo gemir y estremecerse de placer ; ambos guardias de Tráfico lo percibieron, y se miraron, satisfechos , sonriendo y siguiendo con su hazaña.

Ella se sentía en la pura gloria , aquellos dos hombres pendientes de ella, provocándole un inmenso placer , el sargento Eusebio manipulando su clítoris con experta maestría , mirándola con sus ojazos negros de vez en cuando , para confirmar su éxtasis , para posteriormente centrarse en su estimulado coño…y el cabo Severiano , que con sus  manos la tenía presa de gozo , con la derecha recorriendo sus labios vaginales de arriba abajo , a veces entrelazándose con los de su superior , y con la izquierda recorriendo su boca , emanando de sus dedos aquel olor que la volvía loca ; la afortunada descubrió que en la palma de su mano se concentraba gran parte del delicioso aroma , imaginando como había apresado    sus cojones y restregado su polla mientras recolocaba aquellas maravillas  , y aquella imagen se unió a la extrema pasión que sentía  y , sacando la lengua , comenzó a lamer con ansia la mano entera , centrándose en la palma y recorriendo con la lengua la raíz de cada uno de sus dedos .

El sargento  estaba alucinado con su respuesta , y por un momento cesó en la estimulación de su clítoris para observar, divertido ,como le comía la mano a su subordinado , el cual, comenzó de nuevo a introducirle el índice por la boca , a lo que ella respondió acogiéndolo con los labios, para a continuación entregarse  el cabo a un rítmico mete y saca de su dedo , de modo que era como si le estuviese follando la boca .

El cabo entonces miró a su superior , indicando con su cabeza hacia abajo y mirando a través de sus gafas hacia su apresado coño, y ambos asintieron , así que  tomaron las bragas , metiendo el sargento sus dedos por la izquierda y el cabo por la derecha y de un tirón , se las rompieron , dejando su coño expuesto e indefenso ante sus impúdicos tocamientos .

Ella gimió ,regodeándose al sentirse tan entregada a aquella pareja de Tráfico , sintiendo alivio al desprenderse de sus empapadas bragas y percibir un frescor entre su vulva que pedía a gritos ser penetrada …y parece que el maldito cabo Severiano estaba al tanto de sus necesidades, porque lo primero que hizo fue entrar directamente en su vagina con el dedo índice de su mano derecha , iniciando un mete y saca perfectamente acompasado con el de la boca , así que, a cada metida en la boca ,le sacaba el del coño , y al contrario ; el cabo la miraba arrobado y extasiado, y ella se sentía traspasada por aquella mirada a través de aquellas gafas de montura plateada ,mientras era follada por aquellos dedos , de aquel tiarrón maduro, canoso , con aquel uniforme que le sentaba tan bien y le hacia tan lleno de virilidad y autoridad …de nuevo se corrió intensamente , gimiendo y apresando el dedo en su boca ; el sargento miraba la escena impresionado , observando al cabo provocando aquel enorme placer a la sobrina de Don Diego , y entonces reparó en su subordinado.

El cabo Severiano iba a reventar en cualquier momento de puro gusto, ya que su dedo , apresado en la boca de su custodiada , le transmitía sensaciones totalmente nuevas y deliciosas , y su polla, apresada por los ajustados pantalones , parecía iba a provocarle un orgasmo en cualquier momento ; intentaba evitar los roces de su erecto miembro, pero dentro de la prisión de sus pantalones de montar era trabajo bien difícil, y logró adoptar una posición en la cual , colocado del lado izquierdo y vuelto hacia ella , el pantalón le permitió una muy leve holgura que permitió a su viril miembro expandirse , al flexionar la pierna izquierda sobre el sofá y flexionar ligeramente la derecha ; su brillante bota de montar negra izquierda ,sobre el borde del sofá ,servía de apoyo a la pierna derecha , cuya no menos brillante bota se apoyaba en el suelo ; y el trozo del pantalón que acogía su aparato reproductor mostraba una mancha húmeda y oscura de tamaño considerable .

El sargento no pudo evitar reconocer que su subordinado era todo un  digno ejemplar de macho , y excelente miembro del Cuerpo ,capaz de provocar aquel placer a una mujer , y llegó a sentirse celoso y con una sana envidia al admitirlo , debido a que en un principio el intentó llevar la voz cantante cuando se apoderó del clítoris , pero finalmente había sido el cabroncete de su subalterno el que la había hecho correrse de aquella manera …y el hecho de que fuera más maduro y de rango inferior , le infería un aura extra de morbo que nunca antes había experimentado…

Y ella , completamente relajada tras aquella fenomenal masturbación a la que la había sometido la pareja de guardias de Tráfico , decidió que ahora le tocaba a ella devolver el inolvidable rato que le habían hecho pasar ; se acordó de su queridísimo tito Diego, ya que gracias a su falta de esta mañana había recibido la visita de estos deliciosos miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado…

Por cierto , ¿ qué ocurría mientras en el quinto izquierda?

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