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Cristina y los visitadores, capítulo 13.

en Sexo con maduros

Cristina se quedó consternada , sintiéndose confundida ante todo lo que le estaba pasando en este congreso, y pensando en las palabras que Don Rafael le había dedicado antes de irse.

¡ Pero si no concebía acostarse con otro hombre que no fuese Don Rafael ¡

Y es que se había quedado prendada de su cuerpo, su voz, su calva, su culo , su polla , sus huevos …y de cómo la había hecho sentirse …¿ mujer….esto era lo que se escuchaba en las canciones, las novelas, las películas …sentirse mujer?

Pues si eso era, le gustaba , y mucho….todavía sentía el frescor en su vagina del semen que Don Rafael acababa de depositar ,  y aquella sensación de haber sido poseída , y a la vez de haberlo poseído a él, le resultaba placentera…

Y en medio de estas reflexiones, llamaron a la puerta. Ella fue corriendo a abrirla, pensando en ver a Don Rafael, arrepentido de haberse ido tan pronto, y dispuesto a volver a hacerle el amor , quizá en otra divertida postura.

Y ante sus ojos, para su decepción , apareció Don Paco.

Venía con su maleta , y se la quedó mirando , a través de sus gafas , con aquella cara de palurdo que siempre había tenido…y por la expresión que le mostraba, además cara de tonto, pues se quedó esperando en la puerta.

-          Buenas noches….soy Paco, el jefe de Rafael…

-          Ya lo veo, ya…buenas noches…- contestó ella, sin disimular su disgusto.

-          Bueno…Rafael ya le habrá contado …- y no se atrevía a mirarle a la cara, y se estaba ruborizando - …hay problemas con las habitaciones…y el laboratorio no ha tenido más remedio …

-          Ya lo sé , Don Paco – le contestó ella, intentando ser más amable, al recordar el percance con el catedrático y cómo Don Rafael la había salvado de aquella encerrona .

Y casi se relamió ante el recuerdo de cómo Don Rafael la había hecho suya .

-          Pues ….bueno….¿ puedo pasar? – dijo Don Paco , esta vez mirándola  intensamente a través de sus gafas , y metiendo la maleta a guisa de tope a través de la entreabierta puerta.

-          Ah….espere un momento, por favor…- dijo Cristina , al darse cuenta de que estaba completamente desnuda , pues había ido corriendo a abrir pensando que era su querido visitador .

¿ Le habría visto….se habría dado cuenta?

Don Paco, que se sentía bastante ridículo ante aquella situación , no terminaba de entenderla….Rafael había compartido habitación con aquella estudiante …y juraría que estaba desnuda, pues fugazmente, al abrirle la puerta, le parecía haber visto una teta …¿ o era su obsesión , tras haber tenido alguna conversación hablando de ese tema , con los catedráticos de Rayos y Bioestadística, que estaban más calientes que el palo de un churrero?

-          Joder, Paco, qué suerte tiene Rafael de compartir habitación con esa estudiante…- recordó Don Paco que manifestó Manuel , el de Rayos, mientras se dirigían a buscar los caballos al picadero.

-          Anda, Manuel, que es compañera de su hijo , y podría ser su padre…qué cosas tienes.

-          La verdad es que está bien buena – apostilló Luis, el otro catedrático , mientras se daba un pellizco en su paquete….¿ se estaría empalmando ante aquellos comentarios?

El mismo Don Paco , sintiéndose culpable, notó como su polla daba un respingo, rápidamente recogido por sus ajustados slips , y no menos ajustado pantalón de montar ; y ante la posibilidad de que semejante muestra de entusiasmo  fuera advertida por sus compañeros de paseo hípico , se miró disimuladamente el paquete , posicionando lo faldones de su chaqueta estratégicamente, y asegurándose de que no iban a traicionarle abrochándose el botón inferior de la misma .

Don Paco creyó hacerlo con soltura, pues no advirtió ningún gesto de sus universitarios acompañantes hacia su gesto, a la vez que sintió un cosquilleo de lo más agradable al rozar la punta de su polla la suave tela de sus fieles calzoncillos, ya que su glande se quedaba al descubierto en cuanto su miembro comenzaba a aumentar de tamaño  ; la firmeza del elástico pantalón de montar le afianzó su sensación de seguridad , y una vez que llegaron al establo, la conversación se centró en los caballos que iban a montar, escuchando los consejos del  mozo de cuadras que allí se hallaba a su disposición.

Y ahora mismo, ante la puerta de la habitación, mientras seguía entornada y Cristinita no terminaba de franquearle la entrada, volvió a remedarse la situación de unas horas antes, ya que aún vestía el traje de montar , y de nuevo su polla pugnaba por hacerse visible bajo aquella traicionera tela …¿ porqué cojones tenían que ser los pantalones de montar tan ajustados? …..ya se lo habían dicho cuando los eligió al inscribirse en el picadero del hotel, pues alquilaban la vestimenta para montar , y el atento mozo de cuadra , que era el mismo que gestionaba el alquiler, le ayudó a probárselos….el no podía permitirse comprarse un equipo semejante , como si parecían hacerlo los catedráticos, que habían traído sus trajes de montar y sus botas ( y bien que el laboratorio había tenido que pagar un extra para el equipaje de los señores aficionados a la hípica )

“ Joder” , pensó Don Paco, “ Nunca me he visto en una situación así….esta jovencita que me parece que estaba recién salida de la ducha, y yo empalmándome con unos pantalones de montar…pero es que yo no tengo la culpa, joder, quien le manda abrir la puerta de un hotel asi….eres un malpensado, Paco, estaría haciendo otra cosa …”

Pero se volvió a sentir conforme , al asegurarse de que sus faldones cubrían su inoportuno empalme, comprobando que el botón los mantenía sobre su expuesto paquete .

Y justo estaba terminando de alisarse aquellos benditos faldones, cuando la puerta se abrió y pudo ver a Cristinita envuelta en un albornoz.

-          Adelante, Don Paco , disculpe, es que me ha pillado justo terminando de ducharme…

Y entonces , ante la certeza de que , efectivamente, le había abierto la puerta desnuda y había visto , aunque fugazmente, una teta ,se sintió el absoluto protagonista de alguna película de destape , cual Alfredo Landa de la visita médica , y aquello sobrepasó toda su capacidad de control sobre su traviesa polla.

Aquella inesperada situación provocó que su polla no sólo diera un respingo ( como cuando iba con los salidos catedráticos ) ,sino que pegó un empujón tal sobre su textil prisión, que se abrió paso por la abertura lateral del slip ; su glande quedó expuesto al completo, ya que  el prepucio, de por sí de fácil deslizamiento, se retrajo completamente hacia atrás ante aquel violento movimiento ,toda vez que quedó sujeto por la abertura del calzoncillo , quedando finalmente toda la punta de su polla fuera del slip.

Se dejó invadir por una sensación de alarma total , ya que la polla pareció que iba a reventarle el pantalón, y por una fracción de segundo , pensó que la tenía al aire, para casi inmediatamente , sentir sobre la sensible piel de aquella delicada zona la firme presión de la elástica tela del dichoso pantalón ; y como ésta era de canutillo , parecida a la pana, pudo apreciar casi con precisión milimétrica , cada uno de los relieves del trazado.

Ante toda aquella cadena de acontecimientos polleros, no pudo evitar mirarse de forma refleja hacia sus faldones , comprobando, aliviado , que su viril miembro estaba a buen recaudo, mirando a Cristina con una expresión de alivio y tranquilidad, que ella percibió como otra muestra de estupidez.

“ Pero, qué le pasa a este hombre ….tiene hoy mas cara de tonto que nunca…” .Cristina si apreció, por el rabillo del ojo, un tenue movimiento del faldón izquierdo, como si una leve brisa lo hubiese movido , seguramente provocado por aquella tontería que tenía aquel hombre encima.

Y es que Don Paco se había quedado petrificado ante aquel  inesperado recibimiento , y se sentía completamente descolocado , con aquella erección fuera de lugar , teniendo la sensación de que si daba un paso, su polla delataría su viril entusiasmo.

-          Pero hombre, pase….no se preocupe, que ya nos conocemos de hace tiempo, y hay confianza …soy compañera de Rafa, y nos hemos visto en su casa muchas veces.

-          Gracias, Cristinita …es que vengo vestido para montar ….- y comenzó a entrar.

Don Paco se quedó de nuevo sin moverse…y es que al hacerlo, el ajustado pantalón se deslizó sobre su expuesto glande, y le produjo una sensación de placer tal, que temió correrse allí mismo , si volvía a sentir de nuevo aquel roce sobre tan sensible zona erógena.

-          Pero, Don Paco….si podría ser mi padre….- no pudo evitar ella comentarle, ante aquella insistente resistencia a entrar en la habitación, de la que obviamente ella desconocía la causa.

Y pensó que igual estaba cohibido ante su presencia con el albornoz, por lo cual se decidió a entrar en el baño para vestirse.

Efectivamente, Don Paco suspiró aliviado al ver que Cristinita desaparecía de su vista , y entró corriendo en la habitación , con su maleta ; le parecía que hasta hacía mucho ruido con los tacones de las botas , y terminó andando casi de puntillas, cosa que le costó bastante trabajo , pues las botas eran casi nuevas , y a pesar de que eran alquiladas en el vestuario anexo al picadero del hotel ( al igual que los dichosos pantalones ) , y las había pedido estuviesen flexibles , pudo comprobar que estaban poco domadas…ya se enteraría el mozo de cuadra que se las había agenciado, porque a él se le habían ido los ojos detrás de otras marrones , que parecían más blanditas…pero el muchacho, después de medirle la pantorrilla, le dijo que le iban a quedar estrechas, pues los gemelos los tenia bien desarrollados.

Al entrar, le invadió un olor muy familiar, que no era capaz de terminar de especificar , pero que le traía recuerdos muy agradables….y de nuevo , su polla comenzó a notar la rugosidad de la hípica pana ; dispuesto como estaba a que no le jugase otra mala pasada, aprovechó la ausencia de su futura compañera de habitación , y , ni corto ni perezoso, se separó los faldones de la chaqueta, y , rápidamente, desabrochóse el cinturón ( que venía adjunto con aquellos traicioneros pantalones ) , para a continuación hacer lo propio con el botón , que no le costó apenas esfuerzo al tratarse de uno a presión.

Notó con alivio como la tela, al liberarse, dejaba de apretar su aprisionado glande, y tras comprobar que Cristina seguía en el baño, metió la mano  para recolocársela ; al hacerlo, un inoportuno pliegue de los no menos ajustados calzoncillos se cebó en su escroto ,sobre su testículo izquierdo , comenzando entonces un intenso picor ; sacose entonces la mano de la bragueta , y resolvió bajarse la cremallera con cuidado , no fuera a pillarse su miembro , y dejó al aire el objeto de sus desvelos , comprobando  que su juguetón miembro asomaba por la abertura del calzoncillo; le alarmó un poco al verla tan morcillona , debido en parte a la excitación , y en parte a la presión que recibía de la ajustada abertura del slip.

En ese momento, el  intenso picor comenzó a cebarse de nuevo en su huevo izquierdo, y decidió ser práctico : bajose casi de un tirón los calzoncillos, con cuidado de pasar su expuesto glande por la abertura, y de paso liberar al martirizado testículo, que esperaba con ansia la maniobra que rápidamente llevó a cabo, y que  no era otra que rascarse con fruición su cojón izquierdo.

Cristina ,justo en ese momento, se dispuso a salir , y se quedó de una pieza al ver , de forma furtiva , aquel inaudito espectáculo ; y es que la puerta del baño habiase quedado entreabierta , lo justo para permitirla asistir como espectadora al rascado de huevos de Don Paco, sin que su aliviado poseedor se percatase de ello.

Al principio no acertó a averiguar qué estaba haciendo el jefe de Don Rafael, viéndole manipular su entrepierna con aquella dedicación , con la mano metida bajo el pantalón y el cinturón, desabrochado, caído a los lados ; cuando finalmente sacó aquella manaza y , para su sorpresa, terminó de bajarse la cremallera , pudo fijarse en la móvil oscuridad que emergía entre los faldones de su camisa , y advertir, conforme sus ojos se adaptaban a la penumbra de la compartida habitación , que se había bajado los calzoncillos , y que se estaba rascando con intensidad sus atributos.

Don Paco mostraba una expresión de alivio rayana casi en la beatitud , y le daba un aire de inocencia que la transmitió una ternura que sustituyó con rapidez al inicio de un sentimiento de rechazo, que terminó convirtiéndose en una autentica  diversión …aquel hombre que podría ser su padre, debía de sufrir un picor de lo más intenso a aquel nivel, a juzgar por cómo seguía y seguía.

-          Buuufff….joder….cómo pican lo huevos con estos pantalones tan ajustados …- dijo el atribulado jinete , mientras parecía casi soplar con sus labios sobre sus maltrechos genitales.

Cristina permanecía observando cómo la piel del escroto de Don Paco enrojecía , mientras la acometida de los dedos y uñas estiraba aquella delicada piel , y casi podía oír el ruido del rascado…y se sorprendió a si misma notando cómo las bragas limpias que se acababa de poner , comenzaban a empapar un nuevo destilado de su coño, y que tuvo que reconocer estaba provocado por la contemplación de aquel inesperado espectáculo.

Y es que Don Paco, ajeno a lo expuestos que estaban sus atributos, mostraba inocentemente a Cristina casi la totalidad de los mismos, pues aunque su atención se centraba en su huevo izquierdo por ser el epicentro de su prurito, había dejado el resto de su entrepierna al aire ,no de forma total , pero si intermitentemente , al intervenir los faldones de su camisa cual telones de un escenario, cuyos laterales estuviesen conformados por sus muslos ,casi envueltos en los pantalones de montar.

Cristina quedose embobada ante la aparición de la morcillona polla, más oscura que la de Don Rafael, emergiendo entre los faldones, para volver a esconderse , al igual que el compañero del rascado testículo, que quedaba oculto casi todo el rato, excepto cuando Don Paco estiraba el escroto hasta casi el máximo , llevando entonces al huevo derecho a ser expuesto a la matizada luz de aquella habitación ; pudo además advertir la oscuridad del vello púbico que acompañaba todas aquellas colgaduras , que brincaban ante la atracción de la Gravedad , y que calculó era de unos grados más en cuanto a castaño, que el que poseía su subordinado y que ella conocía tan bien ; es más , incluso se atrevería a decir que podría ser casi negro.

Pues casi negro era también el vello que cubría parte de las manazas de Don Paco , aquellas manazas que por un momento se imaginó rascando, o mejor acariciando, su coño…

No supo cuanto duró aquello, pero finalmente, tras quedarse ahíto y satisfecho, cesó el rascado y se aprestó a subirse los slips , tras meter su manaza , colocarla sobre su paquete y asegurarse de que lo cubría sin cogerle ningún pellizco , y posteriormente subirse la cremallera y abrocharse botón y cinturón de los pantalones , colocando sobre ellos los faldones  de la chaqueta, tras haberse remetido los de la camisa.

Ella tuvo la misma sensación que cuando iba al teatro, y el telón se cerraba tras la función.

Y menuda función …la había dejado absolutamente avergonzada, las bragas empapadas de nuevo , y sin atreverse a salir ante Don Paco .

-          Cristinita…..¿ estás ahí?- preguntó su nuevo compañero de habitación- es que necesito cambiarme para bajar a cerrar el stand….

-          Ya termino, Don Paco- le contestó ella,  mientras salía , haciendo como que estaba terminando de peinarse.

Le miró, invadiéndole de nuevo aquella sensación de hallarse ante aquel hombre que siempre le había parecido tan simple …y que acababa de mostrarle , sin él saberlo  , lo que poseía entre las piernas , de aquella manera tan inesperada.

-          Gracias, guapa- le dijo Don Paco, mientras entraba al baño , junto a su maleta.

Ella percibió el olor que desprendía, ligeramente a caballo , y no pudo evitar comparar el color del escaso pelo que cubría su cabeza ( no era tan calvo como Don Rafael, pero casi ) , con el que había vislumbrado durante el rascado….le rozó levemente la pasar, y le pareció recibir un intenso calor a través de la piel, provocándole de nuevo sentir cómo se refrescaba su vagina por una nueva producción de flujo.

Decidió marcharse de la habitación para cenar con sus compañeros, que le esperaban en el hall del hotel .

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