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El uniforme de tito Diego ,capítulo 19.

en Sexo con maduros

Cuando Don Félix entró en el piso donde se alojaba Don Diego, rápidamente se sintió invadido por una sensación voluptuosa , relacionada con un olor familiar , que no acertaba a reconocer …sacó su pistola, al estilo de cuando se entra a registrar una casa desconocida , y vio que no había nadie en el salón, la cocina, ni el aseo ; se adentró en las habitaciones, hallando que en el dormitorio principal no había nadie ( no sospechaba siquiera que a la dueña de aquella cama se la había follado en el control de carretera ) , y , finalmente, entró en otra más pequeña, que tenia la puerta entreabierta …la abrió , poco a poco, y vio como había dos camas individuales ;una estaba vacía, y la otra, ocupada por un hombre.

Que no era otro que  el comandante , echado en la cama, profundamente dormido, roncando a pierna suelta y con una expresión de beatitud absoluta, completamente ajeno a la presencia del capitán en ese instante …y casi completamente desnudo , como pudo apreciar el capitán Díaz , para regocijo suyo .Así que abrió la boca para increparle , esperando darle un buen susto y anunciarle que estaba detenido, cuando algo llamó poderosamente su atención.

Don Diego le recibía boca abajo, con sus apreciados calzoncillos bajados hasta casi los tobillos, de modo que le obsequiaba con una panorámica  completa de su magnifico culo ; la pierna derecha la tenía levemente flexionada, de manera que entre sus hermosos glúteos y el inicio de su muslo, se atisbaba la rotundez de sus enormes cojones , coloraditos y acompañados de aquel vello que los enmarcaba ; las calcetas embutían sus pies , y su camiseta de tirantes permanecía cubriéndole la espalda hasta el inicio de su portentosa retaguardia , como una concesión a cierto pudor que emanaba del dormido oficial .

Y hablando de emanación, el voluptuoso aroma empapaba el aire del dormitorio, haciendo que las aletas de su nariz se dilatasen y que entrase hasta lo más profundo de sus pulmones , para repartirse por todo su cuerpo y hacerle sentirle tremendamente excitado ; y los expuestos huevos de Don Diego actuaron como una luz que lo encandilaba , no pudiendo evitar , tal como le sucedió a su predecesora en el disfrute de este macho , tocarlos desde aquella posición tan arrebatadora, y los palpó con suavidad ; le encantó percibir la tersa piel de su escroto , y comenzó a acariciarlos en derredor, sintiendo el cosquilleo del vello acompañar los movimientos circulares de sus dedos ; le resultaba una sensación parecida a cuando acariciaba un coño bien peludo ( no le gustaba que se lo depilasen ) , pero al ser algo novedoso , la sensación de estar haciendo algo por primera vez, casi como si estuviese perdiendo la virginidad, le produjo tal placer que se descubrió casi jadeando mientras acariciaba los cojonazos de su subordinado .

El acariciado comandante no se inmutaba lo más mínimo ,tan cansado  que se encontraba tras tanta follada , y su cuerpo respondió , de forma casi refleja , ante las lascivas caricias del capitán , y se volvió de forma parcial , quedando de lado , abrazándose a la almohada , y ofreciéndole a Don Félix una nueva visión de su admirada anatomía .

El expuesto comandante quedó del lado izquierdo , con la pierna de ese lado extendida , mientras que la derecha intentó  flexionarla, pero la tracción que ejercían los bajados slips ( que aunque gastados , aún mantenían cierta elasticidad ) ,impedía que fuera completa , y se quedó a medio camino, dejando de esa forma a la vista una amplia panorámica del aparato reproductor del maduro oficial .

Don Félix , aunque ya lo había visto en varias ocasiones, se quedó perplejo, como si lo viera por primera vez …y es que el paquete de Don Diego era digno de admiración ; y en aquella postura que había adoptado , cayendo graciosamente hacia la izquierda, siguiendo la ley de Newton , como si fuera una deliciosa cascada que cayera de entre sus muslos y bajo vientre , emergía la polla , relajada, casi cubierta por el prepucio , acompañada de sus hermosos y acariciados huevos , que habían reaccionado ante el oficial masaje contrayéndose por el reflejo cremastérico ,dejándose arropar por aquella magnifica mata de vello púbico que englobaba todo el conjunto …y  el olor seguía invadiendo la pituitaria del capitán , esta vez casi pudiendo detectar por un lado un olorcito de marisco fino junto a otro más acre , propio de aquellos portentosos cojones, y entonces Don Félix supo que su compañero de nuevo se había tirado a otra mujer , y ello le hizo sentirse más excitado todavía , intentando imaginarse como habría sido el polvo que habría echado; en ese instante se apercibió de cómo el espeso vello se apelmazaba en la zona derecha , justo entre la polla y el testículo derecho , y no pudo dejar de tomarlo entre sus dedos  , sintiendo que todavía estaba ligeramente húmedo  , y , llevándoselos a la nariz, comprobó su lascivo origen : eran jugos vaginales , no había duda.

Y entonces, su entrenado olfato en estas lides le hizo recordar la procedencia : era producto de la vagina de la mujer que se benefició en el control , y esa certeza le hizo sentirse más caliente , y  a la vez rabioso de llegar tarde y no haber visto a este maldito Don Diego gozando y haciendo gozar a aquella viciosilla ,la cual obviamente sería la dueña de la casa en la que ahora se encontraba .

Un sentimiento de celos se añadió a toda la tormenta que le invadía, y estos  eran de doble sentido : por un lado , se sentía celoso de que el comandante hiciera suya a toda mujer que el también lo había hecho ; y por otro , que le causaba bastante turbación, eran los celos relacionados con la propia mujer , ya que ser penetrada por aquel portentoso macho debía ser toda una experiencia , a juzgar por los gritos que profería la compañera del coche del control , mientras era horadada por aquel instrumento.

Don Félix , preso de un calentón como nunca había sentido, se desabrochó el cinturón y el pantalón , ya que la polla, empalmada al máximo , no podía sacarla por la bragueta , bajando la cremallera , y , de un tirón, bajose calzoncillos y pantalones hasta medio muslo , dejando que su enhiesto miembro saltase al aire como un resorte , sintiendo una gran liberación  ;en ese momento , el dormido benemérito cambió de nuevo de posición , para quedarse boca arriba , con las dos piernas extendidas , ligeramente separadas , quedando sus huevos apoyados en la sábana , adonde llegaban al estar ya más relajados , y la polla realizó un gracioso movimiento de vaivén hasta quedar  sobre ellos .

Don Félix sintió la necesidad de  tomar entre sus dedos aquel magnifico miembro , y se volvió a acercar al inocente poseedor de aquella maravilla de la Naturaleza   , poniendo la rodilla en el borde de la cama, y la punta de su polla rozó el pie derecho de Don Diego, justo donde había estado manipulando éste el clítoris de su anfitriona , quedando al capitán Díaz a medio camino de su maniobra , al sentir de nuevo una humedad que ya le era familiar : efectivamente advirtió que la blanca calceta dejaba ver su tejido traslucido , pudiéndose apreciar su contenido, que no era otro que el dedo gordo del pie , perfectamente dibujado ; acercó la nariz, y de nuevo le invadió el olor del coño de aquella mujer, esta vez perfectamente definido, y la perplejidad se adueñó del capitán …¿ qué significaba aquello? ¿podría ser que …? No se lo podía creer …

Pero, mientras miraba a Don Diego, que seguía en los brazos de Morfeo, llegó a la conclusión de que aquel compañero suyo había sido capaz de follarse a la dueña de la casa …¡¡ con el dedo del pie ¡¡……volvió a observar el objeto de su atención, mirando hasta donde llegaba el empape de la tela, cual Sherlock Holmes de la lascivia , advirtiendo que era la totalidad del dedo la que ofrecía aquella extraña cualidad , llegando a la conclusión de que el comandante había sido capaz de introducirlo en la vagina de aquella afortunada , y seguro que la había hecho tener un buen orgasmo .

Reparó en el tamaño del pie, que era grande ,acorde con la altura del oficial, y no pudo evitar mirar alternativamente a su botas de montar, que estaban en un rincón del dormitorio , una al lado de la otra , como si un invisible Guardia de Tráfico las estuviese utilizando ; se levantó y tomó precisamente la derecha : era una bota recia, bastante nueva y todavía no domada , como correspondía al poco tiempo que Don Diego las llevaba utilizando ; miró en su interior , para ver el número ….45 , una buena talla para aquel hombretón .El olor a cuero nuevo se mezcló con el olor a coño y a cojones del dormitorio.

La maniobra hizo que la caña de la bota rozase su durísima polla , dejando un rastro de liquido preseminal en el brillante y negro cuero ; sintió de nuevo aquellos celos, esta vez de la propia bota , por ser receptora de aquel pie follador …todos aquellos sentimientos , nuevos pero tan placenteros, le hacían sentir un delicioso vértigo , y continuó restregando la caña de la bota por su erecto pene , sintiendo un placer muy especial , como si dominase a Don Diego a través de su calzado .Dejó la bota al pie de la cama , toda llena de su lubricante líquido .

Volvió a centrar su atención en el pie de Don Diego, que seguía dulcemente dormido , roncando felizmente , ajeno a los manejos de su superior ; Don Félix acarició el empapado dedo a través de la calceta , imaginando hasta donde se introduciría en un coño , si la uña rascaría las paredes vaginales , si era posible excitar el clítoris …. esta idea le resultó especialmente perversa y deliciosa ….

Don Félix, preso de una excitación y sensualidad como nunca había sentido , se decidió a restregar su polla sobre el admirado dedo de su subordinado , haciendo que la recorriese de arriba abajo, y sus huevos rozaron asimismo el inocente pie ;advirtiendo que la blanca media se movía con facilidad ( probablemente estuviese tan ajada como los calzoncillos ) , el capitán decidió quitarle la calceta a Don Diego , lo que logró sin esfuerzo y sin que su poseedor, que seguía profundamente dormido , se apercibiese de ello , dejando el pie al aire.

Don Félix se sintió triunfante , como si hubiese desnudado al oficial entero ( sólo le quedaba la camiseta , la otra calceta y los calzoncillos bajados ) , y sintió un deseo irrefrenable de follarse el pie de Don Diego, si eso era posible ; para facilitar su maniobra , decidió desnudarse , quitándose la bota derecha , no sin cierto esfuerzo debido a los nervios de la situación .

Estaba tan excitado que advirtió que seria suficiente con quitarse sólo una , y ,bajándose hasta las rodillas pantalones y calzoncillos , se sacó la pernera del pantalón y los slips por la pierna derecha, dejándola sola con la calceta que traía  ; se aprestó, pues , en la cama , apostando su pierna izquierda (que tenía todavía  puesta la bota  , y los pantalones y calzoncillos bajados hasta la rodilla  ) al lado derecho de Don Diego , y la derecha , sólo con la calceta , al lado izquierdo del comandante , abriéndose de piernas y dejando que el pie de Don Diego se apoyase en su expuesta entrepierna ; recibió con un indescriptible placer el talón del pie en sus huevos , y la polla se acopló sobre la planta , saliendo entre los dedos su glande ; se dio cuenta de que la bota de su compañero la tenia cerca , en el suelo, y la tomó, calzándosela sin especial dificultad, ya que era dos números más grande que la suya , y la anchura de la pantorrilla era mayor .

Don Félix , loco de deseo ,comenzó a restregarse , deslizando su escroto sobre la planta del pie de Don Diego, resbalando la polla entre los dedos , y sintiendo, con especial gozo, el talón del pie sobre su ano, que había quedado completamente expuesto debido a su postura , al estar abierto de piernas .No pudo más y se corrió salvajemente , jadeando , sin fuerzas ni para gritar , pleno de éxtasis y poniendo perdido el pie del comandante , resbalando el semen por entre los dedos del castigado pie y hacia la planta del mismo.

Don Diego, que a pesar del cansancio comenzó a percibir el movimiento, aún medio en sueños , sintió como su pie estaba siendo apresado entre dos piernas ; recuperando la consciencia, recordó cómo hizo correrse a su anfitriona con el dedo del pie, y , creyendo que era ella que venia a buscar de nuevo placer , decidió seguir haciéndose el dormido , y comenzó a mover el pie , como si pisase un pedal ; dejó que las sensaciones le llegaran , y notó el expuesto ano que se abría ante las arremetidas de su talón , ofrecido y pidiendo más profundidad ; la planta del pie  le transmitió el tacto del vello púbico del capitán , y como los huevos habiánse desplazado hacia los lados, y la polla había caído sobre el vientre de su superior, siguió creyendo que se trataba de la viciosa esposa del policía local  , ya que interpretó la humedad propia del abundante semen que Don Félix había derramado como la propia de la vagina ; y le pareció que era mejor idea excitarle esta vez el ano en vez del clítoris ,de modo que decidió , guiado por la información que le llegaba , dejar resbalar el pie hacia abajo, poniendo su dedo directamente en el esfínter de Don Félix .

El oficial se sentía tan entregado y ofrecido , que rápidamente se dejó hacer, loco de gusto al tener la oportunidad de sentir con aquel maravilloso dedo lo mismo que había sentido la dueña de la casa , pasando pues de follador a follado , sintiéndose terriblemente vicioso y acoplando sus glúteos , de modo que el pie de Don Diego se enterró entre ambos, entrando el dedo gordo a gusto, lubricado por el semen que acababa de derramar  el perverso capitán .

Don Diego comenzó a mover su apreciado dedo de arriba abajo y en círculos , notando como el esfínter se iba relajando y permitiendo que entrase más profundamente , hasta llegar a la raíz del mismo ; Don Félix creía iba a volverse loco de placer , notando como el dedo se introducía hasta el fondo y el resto de los dedos se apoyaban en su glúteo izquierdo , realizando un masaje accesorio que amplificaba aquella sensación hasta el límite de sentir un delicioso espasmo desde su próstata .El comandante , divertido, sintió a su dedo apresado por la contracción anal , y , esperando el orgasmo, abrió los ojos para ver la expresión de su amable anfitriona .

Cual fue su sorpresa al encontrarse no a ella, sino al mismísimo capitán  Díaz , que mostraba una expresión de absoluto arrobo y abandono , gimiendo de placer , despatarrado  a los pies de él ; Don Diego mantenía  su pie derecho enterrado entre los potentes glúteos de Don Félix  , y su dedo metido en todo el culo de su superior, el cual le ofrecía una vista de sus abiertas piernas que le costó trabajo interpretar , hasta que se dio cuenta que a un lado estaban los pantalones y calzoncillos , revueltos a la altura de las rodillas , y al otro, la pierna desnuda , excepto porque tenia puesta la bota …no entendía como había podido adoptar esa posición , y pensó que igual había sido capaz de romper sus prendas para poder acoplarse a su pie ; en un principio intentó sacar el dedo de las interioridades de Don Félix , pero la contracción del ano del oficial lo hacia imposible , y al dejarse llevar por las sensaciones , que le resultaron bastante placenteras, y el morbo de estar follando el culo del capitán con el mismo dedo que hacia un rato había hecho correrse a su anfitriona, le hizo sentirse especialmente poderoso , y su maltrecha polla respondió con un empalme casi inmediato .

El capitán advirtió que Don Diego estaba bien despierto , y lejos de avergonzarse , le sonrió , completamente entregado , sintiendo el dedo aún en su interior .Advirtió la enorme polla del comandante , de nuevo tiesa como un junco , emergiendo entre aquel mar de vello oscuro, hendiendo el aire , y se imaginó las sensaciones que debía aportar sentir aquel magnifico miembro en el interior ….recordó a la sobrina del comandante , a la conductora del coche del control , y a la dueña de este piso , todas ellas , catadoras de las excelencias de aquella polla ( y se imaginaba muchas más que probablemente hubiesen pasado por la entrepierna del maduro oficial ) , y sólo quería una cosa: sentir lo mismo que habían sentido ellas .

-          Co…comandante Don Diego …- acertó a balbucear , todavía pletórico de placer – soy su superior y …le ordeno que …que me tome ….

-          ¿Cómo dice , mi capitán? – exclamó Don Diego, incrédulo ante lo que oía - ¿a qué se refiere?

-          Joder, comandante – dijo Don Félix, impaciente – que me tome, que me haga suyo, ¡¡¡que me folle, vamos ¡¡¡

-          Pe…pero …mi capitán , qué me está pidiendo …

Don Diego sabia perfectamente a que se refería, pero una cosa era meterle el dedo como lo había hecho, y disfrutar del momento, y otra cosa…¡¡follarse al capitán Díaz ¡¡…y encima después de tanta follada y metida, pero habría que hacer otro esfuerzo …sus huevos comenzaron a hacerle sentir aquel dolor en forma de protesta por su sobreexplotación.

-          Vamos a ver, Don Diego – dijo Don Félix , sintiendo  el vapuleado dedo en su culo , y terriblemente excitado  ante la discusión…¡¡su culo le pedía a gritos que aquella polla entrase a saco ¡¡ – he venido a detenerle por no acudir esta mañana a la Academia ….estoy dispuesto a dejar pasar esa falta, con esa condición.

-          Bueno, si es así- dijo el comandante, dejándose llevar por las circunstancias , y pensando que igual no estaba mal tirarse al capitán….el culo lo apretaba bastante , y seguramente sería bastante placentero meter su polla entre aquellos glúteos – pero para eso , tiene que dejarme que saque mi dedo …

 Don Félix no era capaz de  sacar el dedo de su culo, y le indicó a Don Diego con gesto de contrariedad  que no podía hacerlo ( aunque realmente no quería dejar de sentir aquella sensación de estar a su merced …su subordinado y encima mayor que él ) ; de este modo, Don Diego tuvo que hacer palanca con la otra pierna , extrayendo finalmente su dedo del hambriento culo del capitán, chorreante de flujos de aquella cavidad .Y entonces Don Diego advirtió que la bota que llevaba Don Félix en su pierna derecha , era …¡¡su propia bota ¡¡

No había dudas la respecto, sus botas eran más grandes, de pantorrilla más ancha y más nuevas , y el muy cabronazo se la había puesto …este Don Félix era un mariconazo de cuidado , nadie lo hubiese dicho .

Don Félix respondió con un gemido de placer al sentir como el maduro oficial le pisaba y extraía su dedo de su recién inaugurado esfínter, y lo admiró profundamente , allí echado, con aquella mezcla de virilidad , experiencia y autoridad que transmitía , con su canoso cabello , su camisilla , el pie derecho desnudo, con el dedo gordo rojo de tanto meneo dentro de su culo ,y el izquierdo aun con la otra calceta puesta .

-          Pues allá vamos – dijo Don Diego, curioso, y con una creciente excitación ,  haciéndole  al entregado superior un gesto para que se acercase , recordando  el gustazo que sintió cuando Don Félix le magreó el día que le echó los dos polvos a su sobrina.

-          Hmmm …- musitó el obediente Don Félix, que entendió el deseo del comandante a la primera , y atacó sin piedad la expuesta entrepierna del comandante .

Don Diego suspiró de puro gusto al notar las manazas de Don Félix subir por la cara interna de sus muslos , acercándose lentamente a su entrepierna , llegando hasta las velludas ingles , donde se entretuvo en acariciar aquella magnifica pelambrera, dando  algún tironcillo al rizado vello, extasiado ante el contraste que mostraba con su blanco pelo ; Don Diego lo miraba , divertido, curioso y cada vez más entregado al magreo de su compañero , que lo miraba a través de sus gafas con autentica pasión , para a continuación admirar el tamaño y la forma de aquel prodigio que la Naturaleza había prodigado a su subordinado ; el capitán Díaz  continuó acariciando los huevos  , primero haciéndole cosquillas con la punta de los dedos, viendo como se erizaba el vello del hermoso escroto y los enormes testículos se contraían hacia la raíz de la polla, para volver a caer de nuevo al dejar de tocarlos ; este juego le hizo mucha gracia a Don Félix, y Don Diego lo recibió con sumo placer ; después de varias subidas y bajadas de sus cojones, recorrió la durísima polla por su zona ventral , siguiendo una vena hinchada que era como un camino a seguir, hasta llegar a su frenillo , donde comenzó a recorrer el glande en todo su derredor .

Don Diego estaba alucinado con el placer que le estaba haciendo sentir aquel hombre , y se sentía turbado ante sus sensaciones …pero es que Don Félix, entregado a que su maduro oficial se sintiese lo más a gusto posible, estaba poniendo en práctica todo lo que recordaba que a él mismo le procuraba mayor placer , aprendizaje que tomaba de todas su dilatada experiencia sexual , especialmente de sus muchas novias, amantes ,y sobre todo su mujer  , que se había mostrado una experta mamadora de pollas .

A continuación agarró literalmente su polla , para darle un lametón a su glande, entreteniéndose en la rajita del mismo y sorbiendo todas las gotas de liquido preseminal que destilaba con la punta de la lengua, como un delicioso néctar , y luego bajar  a su frenillo …joder, Don Diego tuvo que hacer esfuerzos para no correrse ante la deliciosa mamada que le estaba ofreciendo su superior , el cual lo dejó presto para que se la metiera hasta el fondo .

Don Diego, entendiendo que ahora tenia la iniciativa , y aunque por él , hubiese dejado a Don Félix que terminase y correrse entre aquellas caricias , se acercó al entregado oficial , ya que debía cumplir la orden , y , lentamente, tumbó a Don Félix de espaldas, para , casi inmediatamente, subirle las piernas  , haciendo que su culo quedase completamente expuesto ; colocó la pierna derecha , desnuda excepto con la propia bota de Don Diego , sobre su muslo, haciendo lo mismo con la izquierda, que llevaba los pantalones y los calzoncillos revueltos sobre la bota , que ésta sí, era la propia de Don Félix , quedando ambas piernas flexionadas sobre su pecho, que todavía portaba la camisa del uniforme .

Don Diego , al verlo de aquella guisa, le pareció muy excitante , ya que Don Félix dejaba ver su portentoso paquete entre sus flexionadas piernas , con la polla cual mástil , acompañada de su negro vello , y cuyo glande se perdía entre los faldones de la camisa ,por lo que le  apeteció dejar desnudo su pecho , para así poder admirar el enhiesto miembro del capitán , y de paso, sobarle los pezones , así que comenzó a desabrocharle la camisa .Don Félix estaba en ese momento casi enamorado de Don Diego ,mientras uno a uno, dejaba al descubierto su torso .

Cuando Don Diego culminó su propósito, advirtió con admiración cómo la polla de Don Félix llegaba hasta su ombligo, el cual estaba haciendo de receptáculo de su nueva descarga de liquido preseminal, y reparó en sus rotundos huevos ; recordó cuando estaba apoyando el pie en el culo del capitán creyendo que era el de su anfitriona, y dedicó un buen rato a explorar  esta zona,  para averiguar cómo había sido posible que se confundiese ; así que aplicó la mano sobre el periné de Don Félix , haciendo el mismo juego con su mano que cuando lo hacia con el pie, y comprobó cómo los cojones del capitán se desplazaban a los lados , dejando ver cuán móvil era su escroto ; recordó asimismo la sensación del vello púbico del aguerrido oficial , ahora a su merced , y que también lo había hecho confundirse con el coño recién follado , y jugó, al igual que lo hizo antes Don Félix con el suyo, dándole pequeños tirones que el propietario recibía con pequeños gemidos de puro gusto ; estuvo un rato deleitándose con el buen provisto vello del capitán, disfrutando de su entrega , y decidió , finalmente , ir a por el culo de Don Félix.

Comenzó dando unos buenos lametones a todo el periné, deslizando su lengua por los prietos y bien cuidados glúteos del oficial , orgullo del mismo y famosos en la academia ( decían que Don Félix tenia el culo mejor trabajado en el gimnasio )  , empezando por cada uno de ellos y terminando en donde empezaba el escroto, donde a veces la lengua seguía el recorrido para englobar de forma golosa el testículo correspondiente , metiéndoselo en la boca como si fuera un caramelo ; Don Félix casi gritaba del placer que Don Diego le estaba haciendo sentir :

-          Asi, comandante ….¡¡aaaaaah siiiii ¡¡¡¡ - decía, fuera de si , con la cara congestionada .

El comandante , siguiendo sus ordenes, se acercó a la durísima polla del capitán, y recogió, mediante un pequeño masaje que casi hizo correrse de nuevo a su captor, mediante los dedos índice , medio y pulgar, el líquido preseminal que destilaba su polla y que rebosaba en su ombligo, para ir untando la entrada del ano del capitán Díaz .Con este magnifico lubricante comenzó a dar vueltas con el dedo índice alrededor del esfínter, dilatándolo poco a poco, hasta que decidió , mientras miraba sonriente a su superior, introducir el dedo al completo .

-          ¿ es así como lo quiere mi capitán? –dijo, sonriendo socarronamente .

-          Ohhhhh….grrrrr ….co….comandante ….– casi gruño Don Félix, presa de una excitación deliciosa – si….siga…por favor ……

-          Pues ahora verá ,mi capitán – y , lentamente , añadió al juego el dedo medio , entrando ambos dedos sin dificultad .

Don Diego comenzó entonces a sacar y meter los  dedos , primero lentamente, para luego aumentar el ritmo , mientras el ano de Don Félix los engullía cada vez más , hasta provocar una nueva contracción que hizo gritar al oficial .

-          ¡¡¡Jooodeeer¡¡¡- exclamó el capitán, mientras extendía su cabeza de puro éxtasis .

Don Diego estaba pasándoselo estupendamente, porque la entrega del capitán era tan absoluta y llena de sensualidad , que le  recordaba alguna fémina de las muchas que habían probado sus excelencias .Así que pensó que ya era hora de dejarle plenamente satisfecho, porque  él mismo iba a correrse en cualquier momento y sus huevos se quejaban más de lo normal, de modo que no quería desperdiciar la ocasión .

Tomó pues a su ofrecido compañero de cama por las piernas, poniéndolas alrededor de su cintura ,y mientras le miraba expectante , posicionó su polla ante el dilatado ano , acariciando con su glande la entrada de su culo ; lo dejó resbalar , y se acopló , dejando que el dilatado esfínter se adaptase a su contenido ; Don Félix se agarró con sus botas (  la suya y la de Don Diego ) , a la cintura de su desvirgador , y las apretó contra los desnudos glúteos de Don Diego  , el cual , al sentir el cuero apretarse contra su desnudo culo , empujó sin piedad, y le introdujo , casi de una vez, toda su polla , notando como el apretado esfínter de Don Félix dejaba paso a su viril miembro .

Don Félix se sintió como atravesado por aquel cilindro duro, largo y calentito que ocupaba todo su culo , sin atreverse a respirar mientras sentía cómo se deslizaba en su interior ; al notar cómo el espeso vello del pubis de Don Diego cosquilleaba sus cojones , supo que su querido comandante ya lo había penetrado del todo , así que exclamó :

-          ¡¡ Jódame , Don Diego, es una orden, fólleme sin piedad ¡¡- mientras apretaba las botas contra el culo de su subordinado , y se agarraba a su espalda, subiéndole la camiseta hasta casi quitársela.

Don Diego no tardó en hacerle  caso, y comenzó un rítmico mete y saca  ,lento, disfrutando del placer que estaba generando en el jefe de la academia , gustándole sentir el cuero de las botas en su culo , y las manos de Don Félix recorrer su espalda ; lo miraba mientras sonreía con picardía , observando a cada metida cómo se bamboleaban sus huevos y su polla , a punto de reventar  a juzgar por lo rojo que se veía el glande, resbalaba sobre su vientre .

Reparó Don Diego entonces en su abierta camisa, y se lanzó a chupar con delectación los erectos pezones de sus tetillas , recordando cuando lo hacia con las mujeres, y efectivamente surtió el efecto esperado , haciendo gritar a Don Félix. Éste , pleno de gozo , exclamó :

-          ¡¡¡Por Diooooosssss ,esto es el paraíso ¡¡¡- gritaba , entre gemidos .

Mientras ,Don Diego comenzó a chuparle el cuello , alternando con cada uno de sus pezones ,momento en el que apreció que el blanco pelo seguía negro cerca de su nuca, y ese detalle le volvió  loco ,  pareciéndole  el mismísimo Eros que hubiera venido a amarle .Los huevos de Don Diego chocaban con sus glúteos a cada metida , y el roce del peludito escroto en aquella sensible zona lo llevaba al éxtasis .

-          Ay, Don Diego – le dijo, entre suspiros – ya sé cómo se sienten las mujeres a las que usted folla ….

-          Ah , pues encantado de que así sea- le respondió, entre jadeos, Don Diego, mirándole de forma intensa y llena de pasión a su capitán , mientras aumentaba de forma frenética el ritmo de la follada .

De esta manera, sin poder evitarlo y loco de amor , cogió y le dio un tremendo beso en la boca a Don Diego, el cual  lo recibió de buen grado, justo en el momento en que se corría a borbotones dentro del recién inaugurado culo del capitán , mientras éste lo hacía entre su vientre y el de su amante , ya que Don Diego cayó , exhausto ,sobre Don Félix , poniendo perdida de semen toda su camisilla .

Ambos se quedaron abrazados :  Don Félix aún con sus embotadas piernas cruzadas sobre el enorme culo de Don Diego , abrazado a su espalda ,mientras el comandante reposaba su cabeza entre el cuello del capitán ; Don Félix seguía acariciando dulcemente el pelo de Don Diego, y pensaba que nunca había sentido tanto placer como en este momento  .

Recordó entonces a lo que había venido , y le dijo :

-          Comandante, tal como le prometí , no está usted detenido .Ahora se lo diré a mis suboficiales .

-          Hmmm…- fue lo único que contestó Don Diego, que , reventado, se estaba quedando dormido de nuevo.

Y Don Félix, mientras seguía acariciando el pelo de Don Diego ( por Dios , cómo le gustaba este pelo blanco que se volvía negro cerca de su nuca ) , se acordó del cabo Severiano y del sargento Eusebio ,que debían estar aburridos de esperar en casa de la sobrina de Don Diego , ya que había perdido la noción del tiempo.

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