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Lhdaf. 10

en Amor filial

La historia de Alicia Fernández. Relato 10

 

Durante los siguientes días noté un significativo cambio en Carlos. Lo notaba más cercano a mí. No sé qué le habría contado mi primo, pero lo que quiera que fuera estaba claro que había cambiado algo en mi amigo.

El viernes por la noche, después de cenar, mi tío Alfonso y Alex me pasaron a recoger a casa en coche. Llevaba el pelo liso, una camisa sin mangas a cuadros azules y unos 'shorts'. Mis padres salieron y estuvieron charlando con mi tío.

- Qué guapa va mi sobrina ¿no? - me cogió de la mano y me hizo dar una vuelta sobre mí misma.

- Gracias, tito.

- Es muy sexy – opinó Alex.

- ¡Niño, que es tu prima! - le regañó Alfonso dándole una colleja.

- ¡Pero si…!

- ¡A callar! - otra colleja.

Me reí por lo bajo.

- Oye ¿y dónde está Julia? - le preguntó mi madre.

- En casa, no le gusta salir de fiesta.

Mi primo y yo nos miramos, pues ambos sabíamos la verdad. Habíamos intentado que viniese su hermana, pero no hubo manera. Lo cierto es que mi prima y Leticia nunca se habían acabado de llevar bien. Ella llamaba “amargada” a Julia y mi prima “zorra” a mi amiga. Y si encima sabía que ellos dos iban a follar, pues se entendía perfectamente que no la quisiera ni ver.

- Bueno, voy a llevar a estos y luego me paso con Lara, ¿os va bien?

- Sí, prepararé algo de beber – se animó papá.

Iba a subir al coche cuando mi padre me llamó:

- Ali, toma esto.

Me giré y me dio spray de pimienta.

- Papá, que voy con Alex.

- Me da igual – y se me acercó al oído -. Cuando esté follando con tu amiga en mitad de la calle, necesitarás esto por si alguno se pasa de listo. Vamos, cógelo.

- Está bien…

- Gracias – me dio un beso y dejó que me fuera.

Mi tío llevaba unas cajas en el asiento del copiloto, de modo que su hijo y yo nos tuvimos que sentar detrás. Me senté al lado de la ventana y mi primo me estuvo acariciando los muslos todo el trayecto.

- ¿Y qué, Alicia, cómo va con Carlos?

- Muy bien, la verdad. Cada vez hablamos más y me voy acercando más a él. A este ritmo, en un par de meses será mío.

- Me alegro. ¿Sospecha algo?

- En absoluto. Hace algún tiempo fui a su casa y conocí a su madre, Ana. Pero se han cambiado el apellido: ahora son los Bosch.

- Ya me lo dijo Julia cuando supo que era él. Deduzco que no te reconoció…

- Qué va.

Al rato llegamos a mi antiguo barrio. Volver a pisar esas calles me trajo muchos recuerdos, tanto buenos como malos. Mi tío nos dejó en medio de la fiesta, y nos habríamos perdido de no ser porque me conocía aquel barrio como la palma de la mano. Decidimos ir por calles poco transitadas para evitar encontrarme con gente que me conociese. Habíamos quedado con Leticia en la puerta de su casa, y allí estaba, tan sexy como siempre.

- ¡Leticia!

- ¡Alii!

Nos abrazamos y dimos dos besos. Alex nos miraba divertido por detrás.

- ¿No le dices nada, primito?

- Que sois unas chillonas, eso digo…

- ¡Calla! - le di un calmante cariñoso.

Leticia se acercó a él y le metió la lengua hasta la campanilla, poniéndole las manos en los hombros.

- Hola, Alex – le dijo con una vocecita de lo más sensual -. ¿Qué tal todo?

Iba a besarla cuando mi amiga se giró y nos dijo que entráramos en su casa.

- ¿Y tu novio, Leti? - me interesé.

A juzgar por la cara de interrogante con la que me miró mi primo, supe que Leticia no se lo había contado.

- Oh, no os preocupéis por eso, se está emborrachando con sus amigos.

- Qué golfilla jiji – me reí.

- Mira quién habla…

Leticia sabía de mi relación con Alex, así que cuando cerró la puerta no tuvimos que ocultarnos más. Subimos a su habitación y nos desnudamos. Ambas éramos bisexuales, pero ella siempre había tirado más hacía los hombres, mientras que yo estaba más repartida.

- Chicas ¿os parece si empezamos con una buena mamada?

- ¡Síi! - gritamos al unísono.

Nos arrodillamos hasta tener su polla en la cara y Leticia la engulló. Yo fui a buscar su consolador (sabía donde lo guardaba) y se lo metí en el chocho, con lo que empezó a gemir.

- Mmm… Aahhh… - gemía mi amiga mientras saboreaba aquel suculento manjar.

- Joder, Leti… - suspiraba mi primo – No recordaba que la comieras tan bien… Aahhh…

Me puse detrás suya y sobé sus tetas mientras la penetraba y besaba su cuello.

- Cambio – me pidió Leti al cabo de un rato -. No puedo más, aguanta muchísimo…

Engullí su rabo con mucho gusto y le acaricié los testículos con las manos. Mientras tanto, mi amiga se ató el consolador en la cintura y me lo metió por el trasero mientras me sobaba los pechos.

- Aaahh… Chiicas… - suspiraba Alex.

- Disfruta, primito…

Me metía su polla hasta el fondo, saboreándola toda, la sacaba completamente y vuelta a empezar. Era delicioso ver cómo se retorcía de placer ante semejante mamada.

Al final se le hinchó el nabo del todo y descargó todo el semen en mi boca, semen que compartí con Leticia besándola y dándole una buena cantidad de la sustancia.

- Ahora me toca a mí… ¿Quién quiere ser la primera?

- Yo misma – se ofreció Leti.

Se abrió de piernas y mi primo metió la cabeza en medio. Le abrió los labios vaginales, que ya estaban hinchados y chorreando líquidos, y le metió la lengua dentro.

- ¡Aahhh…! - gimió mi amiga.

Alex besaba los labios vaginales con sus labios y con la lengua lamía el clítoris, razón por la que Leti se retorcía de placer. Me acerqué a ella, me puse a masajearle las tetas, que estaban muy duras, y la besé. Por su parte, rodeó mi cuello con sus brazos y me metió la lengua hasta la campanilla.

- ¡Mmm…! ¡Síi!

- Te gusta, ¿eh, perra?

- ¡Síii!

- Te gusta cómo te como todo el coño…

- ¡Síii! ¡No pares, por favor!

- ¿Te vas a correr cómo la zorra que eres?

- ¡Síi! ¡Soy tu zorraa!

- Síi, eres mi puta particular…

Estos comentarios nos estaban poniendo sobremanera a los tres, de modo que al poco rato Leticia se corrió, llenando la cara de mi primo de fluidos. Se acercó a nosotros y los limpiamos con la lengua, tragándonos todos los líquidos que chorreaban por su rostro.

- Ah… Ah… Gracias… - suspiraba mi amigo, aún con el corazón a cien – Ha sido increíble…

- Ya te digo… Tu coño sabe fenomenal… - Me miró – Te toca, primita…

- Encantada.

Me abrí de piernas y Alex se metió entre ellas. A aquellas alturas estaba excitadísima, de modo que no hubo necesidad de prepararme el chocho para lo que venía a continuación. Empezó besando y lamiendo mis mojadísimos labios vaginales y poco a fue metiendo la lengua, razón por la que empecé a gemir. Por su parte, mi amiga hizo lo que yo con ella: se puso a masajear mis pechos y me besó con lengua.

- ¡Aahhh…! - era el único sonido que conseguía emitir.

Mi primo ya había llegado a mi clítoris y me lo lamía y frotaba enérgicamente, increíblemente bien. Con sus dedos acariciaba mis muslos de una forma muy agradable, y con la lengua y la boca me lo lamía y chupaba todo.

- ¡Mmm…! ¡Síii….! ¡Quée riiicoo…!

- ¿Te gustado lo que estamos haciendo, primita?

- ¡Síii! ¡Muucho!

- ¿Te vas a correr cómo la puta que eres?

- ¡Síii!

- ¿Vas a gozar como una buena perra sumisa?

- ¡Síii!

Noté como mi chocho empezaba a palpitar y supe que iba a correrme. Volví a llenarle la cara de juegos, y de nuevo se los quitamos a base de lamidas. Una vez limpio, continuamos:

- Quiero ver cómo os liáis sin consolador, al natural.

- Hecho.

Cada una rodeó a la otra con sus piernas y dos empezamos a liar como dos buenas lesbianas mientras Alex se masturbaba delante nuestra.

Con una mano metíamos los dedos en el chochito de la otra y con la otra nos acariciábamos mutuamente, mientras que nuestras bocas y lenguas se devoraban la una a la otra.

- Quée riiico…

- No pares, Ali, se está súper bien….

- Nooo, lo haces genial…

- Cómo me ponéis, chicas… Seguid, ni se os ocurra parar.

- No, tranquilo….

- Qué gustito…

Acabamos haciendo un 69, devorando nuestros palpitantes coñitos y llenándonos el rostro y el pelo de líquidos vaginales. Una gozada…

Cuando nos corrimos, nos abrazamos y nos besamos con mucho amor, aplastando nuestras tetas con las de la otra. Maravilloso… Finalmente, mi primo se corrió y nos llovió leche caliente encima, leche que lamimos hasta quedar bien limpias.

- Chicas, sois increíbles, de verdad… Vaya dos rubias…

- Jiji de nada, primito – le dije aún acariciándome las tetas, que seguían bien erguidas pese el trajín que les daba constantemente.

- ¿Queréis follar ya o antes hacemos anal?

- Yo voto primero anal – opiné -. ¿Leti?

- Yo igual, follar lo dejamos para él final.

- Bien. ¿Quién quiere ser la primera?

- Déjame a mí – me ofrecí alegre -. Quiero que me reviente el culo pero bien.

- Sin problemas, Ali. Colócate.

Me puso a cuatro patas y le ofrecí mi trasero.

- Hay que ver cómo tiene el culo, eh – opinó mi amiga, que me lo había empezado a acariciar y besar mientras Alex preparaba su polla.

- Sí, respingón, bien redondo y durito… Una delicia de trasero. ¿Tú lo tienes igual, Leticia?

- No, el mío no está tan bien puesto, pero sí que se mantiene firme. ¿Lo quieres catar?

- Después, primero quiero reventar este – le guiñó el ojo.

Estando yo a cuatro patas, Leticia se puso debajo de mí con el consolador puesto y me lo fue metiendo lentamente por mi chochito. Iban a follarme por dos agujeros. Mi primo ya estaba listo. Aprovechó que tenía el culito bien limpio y sin pelos para meter la cabeza en medio y lamerme toda la raja.

- Mmm… Qué rico, Alex… - le agradecí cerrando los ojos por el gustito.

- Es para que tu trasero no sufra, Ali…

- Gracias…

Apoyó las manos en mi cintura y me la empezó a meterme por el culo.

- Aaahh… - gemí, tanto por la enculada de mi primo como por la follada de mi amiga, que me estaba comiendo las tetas mientras me penetraba.

Alex poco a poco se fue animando y me dio por culo con más fuerza, razón por la que mis gemidos aumentaron.

- ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah!

- ¡Joder! ¡Síii!

- Mmm… ¡Quée riicoo…!

- ¡Dame más fuerte, cabrón! ¡Párteme en dos!

- ¡Te voy a romper el culo, Ali! ¡Aahh…! ¡Aahh…! ¡Quedará inservible!

- ¡Dame duro y calla, primo! ¡Te quiero!

- ¡Calla, zorra!

- ¡Dame más fuerte, Leti! ¡Mmm…! ¡Aaaaaaahh…!

Después de un buen rato de reventarme el trasero y el coño, Alex descargó toda su lefa dentro de mí, cayendo ambos rendidos sobre la cama, sobre Leticia.

- Gracias, primito… - le agradecí aún con su polla clavada en mí.

- Todo un placer, primita…

Iba a cerrarme el culito para que no salieran restos de leche aún caliente, pero mi amiga me paró:

- No, Ali, espera. Déjame limpiarte el culo…

Alex y yo la miramos extrañados.

- Leti ¿estás segura? Es el culo…

- Totalmente. Déjame limpiarlo mientras os liáis.

- Como quieras.

Mi primo se puso debajo de mí y nos liamos mientras ella metía la lengua dentro y lamía y se tragara los restos de su amante. Él y yo acariciábamos nuestros cuerpos y nos besábamos con lengua, disfrutando del momento. Sentía una agradable sensación de frescor en mi rajita.

Leticia no tardó mucho en acabar de limpiar mi ano. Yo estaba un poco cansada después de la doble penetración, así que me até el consolador y les dije a los amantes que follaran ellos mientras yo le daba por el culo a mi amiga.

Me tumbé en la cama y dejé que ella misma se fuese metiendo el consolador despacito, sin prisas. Alex esperaba paciente.

- Lista – anunció Leti -. Métemela hasta el fondo, Alex.

- Hecho.

Se acercó a ella, la agarró por el culo y la folló salvajemente.

- ¡Ah! ¡Ah! ¡Síi! ¡Dame duro, cabrón!

- ¡Calla, guarra! ¡Uf! ¡Uf! ¡Aahh…!

Mientras los tortolitos follaban a gusto, me estuve acariciando los pechos suavemente, sin apretar. Después de tantos polvos, tantas enculadas, tantos magreos, seguían igual que el primer día, grandes, firmes y duritos… No era por presumir, para muchas chicas tenían que operarse para conseguir lo que yo tenía me forma natural. Mientras estas ideas pasaban por mi cabeza, ellos seguían a lo suyo.

- ¡Síi! ¡Ah! ¡Ah! ¡Más fuerte!

- ¡Te voy a reventar, zorra!

- ¡Síii! ¡Rómpeme el culo!

Finalmente lanzaron un fuerte gemido y se corrieron los dos a la vez, corriéndose Alex en lo más profundo de la vagina de Leticia.

- Joder, qué bueno ha sido – suspiró mi primo.

- Desde luego… Hacía tiempo que un hombre no me follaba tan bien.

Leticia estuvo un ratito acurrucada a mi lado mientras Alex nos besaba y acariciaba a las dos. Yo ya llevaba un rato preparada para seguir, de modo que pregunté:

- Leti ¿te limpio el chochito?

- Por favor…

Se abrió de piernas, metí la cabeza entre ellas y me puse a comerle toda la almeja mientras me tragaba toda la leche aún caliente de mi querido primito. Debido a la profundidad en la que había descargado, me fue imposible sacarlo todo, pero sí una buena parte. Mientras tanto, mi amiga gozaba como una buena perra.

- Mmmmm… Síii… Qué gustiiito…

- Tu coñito está muy rico, Leti… ¿Quieres probar?

- Sí…

Subí hasta su boca abierta, la besé con lengua y le pasé todos los jugos, que eran una mezcla entre los suyos y los de mi primo.

- ¿Qué tal?

- Muy ricos, sí…

Continué tragando fluidos y semen hasta que quedó prácticamente limpio.

- Han quedado algunos restos de semen, pero están muy hondo y no llego con la lengua. Cuando te duches límpiatelo bien, eh, que no quiero verte con barriga en unos meses jijiji

- Gracias jiji

- Primita ¿te apetece follar ya?

- ¿Ya estás listo? ¿Con todas las veces que te has corrido?

- Sí, mi polla es mágica, ya lo sabes – me guiñó el ojo.

- Vale, vale jiji – acepté sonriente.

- Ali ¿querrás que te encule mientras folláis?

- No, deja mi culito tranquilo un ratito jiji

Aún estaba algo cansada, de modo que dejé que mi primito me cabalgase. Hundió un rabo en lo más hondo de mi ser y me folló con pasión. Coloqué sus manos en mis pechos y me relajé, dejando que me follase él.

- Ah… Ahh… Uff… Ali… Quée bueeenoo…

- Mmm… Ufff… Sí… Quée riiicoo… No pares, primito…

Leticia se había estirado a mi lado y me iba besando el cuello y los labios. Se estaba muy bien, muy a gusto.

- Vaya espectáculo dais las dos, enserio – nos agradeció Alex mientras me seguía cabalgando, bien como nos liábamos mientras follaba conmigo.

- ¿Te gusta, primito?

- Síii…

- Te gusta el vicio ¿eh? - Leti me metió la lengua en la boca solo para calentar a mi primo.

- Muchoo… Me pone muy burro…

- ¿Te gusta como nos amamos como dos buenas lesbianas? - enrrosqué mi lengua con la de mi amiga y nos besamos con pasión.

- Síii… Me pone muchoo…

- Espera – me paró Leti -. Hagamos un triángulo.

- Vale – acepté encantada.

Mi amiga puso su culito firme y jugoso en la cara y se besó con lengua con Alex mientras este le sobaba las tetas a placer a yo le comía el coño a su amante.

- Ahhh… ¡Aaahhh…! ¡Síii! - gemía Leticia.

- Joder… Chicas, son geniales…

- Gracias… ¡Mmm…! ¡Aaahhh…!

- ¡Síii…!

Al rato sentí como el gran nabo de mi primo se endurecía en mi interior y supe que pronto me iba a correr. Él, al igual que yo, lo notó, de modo que aceleró la follada.

- Leti, bájate que se va a correr… ¡Mmm…!

- Voy.

- ¡Umm…! ¡Primita, te voy a reventar el chocho con tanta lefa…

- ¡Mmm…! ¡Síii! ¡Reviéntame mi chochito, síii…! ¡La noto enorme dentro de mí! ¡Mmm…!

- ¡Sí, está enorme…! ¡Te va a explotar a coño con tanto leche!

- ¡Síii…! ¡Por favor…! ¡Córrete dentro de mí y lléname de tu semillla…! ¡Ummm…! ¡Síii…!

Y finalmente, tras unas últimas salvajes embestidas, se corrió dentro de mí, en mi vagina, en mis entrañas. Cayó rendido sobre nosotras y lo acogimos en nuestros brazos. Sentía como su polla iba empequeñeciendo en mi interior, así que procedí a sacármela de dentro. Apareció un pene ya flácido, de muy buen tamaño y chorreando aún semen y fluidos vaginales míos. Me cerré los labios vaginales cuidadosamente, procurando que no saliera ni una gota de la semilla de mi querido primo.

- Ali, no hagas eso, que te puedes quedar embarazada – me aconsejó mi amiga.

- Tranquila jiji no estoy en mis días fértiles.

Viendo que Leti no parecía tener intención de hacerlo, me acerqué al pequeño Alex (nunca mejor dicho) y lo limpié. Me gustaba la sensación de tener aquella pequeño herramienta en la boca, lo encontraba vulnerable, manejable y necesitado de mis cuidados de prima.

Pasamos un ratito descansando hasta que Leticia empezó a chupársela a Alex para despertarla.

- ¿Ya tienes ganas, Leticia?

- Si, me apetece echar otro polvo.

- Como quieras. ¿Te apuntas, Ali?

- Sí, lo haremos como antes.

Mi primo se puso sobre mi amiga y la folló de forma salvaje, ya que a esta zorrilla le gustaba el sexo duro casi más que a mí. Por mi parte, me senté en la cara de Leti y me abracé a Alex. Esta vez, debido al cansancio que ya arrastraban, apenas duraron unos minutos (aunque también puede que fuese porque una embestida fuerte de Alex era como tres normales).

- Aahhh… Ummm…

- ¡Síii…! ¡Mmm…!

Se corrió en su interior, y esta vez sí que fue el final. Acabamos haciendo un 69 para limpiar de semen el chochito de la otra y luego nos quedamos los tres dormidos un buen rato, abrazados en su cama.

 

Nos despertaron unos petardos dos horas después, sobre la una de la mañana.

- Mmm… Chicas, despertad, que nos hemos quedado dormidos…

Leticia y yo nos desperezamos a base de magrearnos mutuamente y fuimos al baño a limpiarnos.

- Hay que ver lo bien que folla tu primo, eh.

- Sí, lo hace genial.

- Su hermana no aprovecha la polla que tiene a su disposición, siempre tan formal…

- Eso era antes, ahora cada vez se deja llevar más. Hace unas comidas de coño muy ricas jiji

- ¿En serio? ¿Cómo lo habéis hecho para que la monja deje los hábitos?

- Jaja, no seas mala – me hizo gracia su chiste malo.

- No, en serio, me sorprende. Quiero decir… La última vez que la vi apenas era capaz de hacerle una paja a Alex.

- Créeme, ha cambiado mucho.

- No, si al final me empezará a caer bien y todo.

Nos acabamos de limpiar mutuamente y salimos del cuarto.

- Joer, qué tardonas, ¿os estabais liando o qué?

- Casi jiji.

- Espero que no queráis más marcha, porque el pequeño Alex ya no se levanta ni con viagra.

- Tranquilo jiji ya estamos más que servidas. Mañana más – le guiñé el ojo.

Decidimos que Leticia nos presentaría a su novio y después ella se iría con él y mi primo y yo por otro lado. Lo fuimos a buscar y nos lo encontramos bastante contentillo.

- Hola, cari ¿cómo vas?

- Bieen… Aquíi… - tenía la voz muy pastosa, fruto de la borrachera que llevaba encima.

- Quiero presentarte a unos amigos: esta es Alicia, mi mejor amiga, y este es Alex, su novio.

- Mucho gusto.

Nos dimos dos besos y olí el pestazo que echaba. Estuvimos un ratito charlando por él y luego nos fuimos.

- Vaya pedo que lleva encima ¿no? - le comenté a Alex.

- Demasiado. Hay gente que no sabe beber… Muy bien, ¿qué te apetece hacer?

- ¿Vamos a bailar? Me apetece bastante.

- Hecho.

Cerca había una especie de porche donde se escuchaba música country y había algunas parejas bailando. Estuvimos un rato bailando y después decidimos ir a un lugar más tranquilo. Fuimos a una bancos que estaban un poco apartados y nos sentamos allí.

- Ali ¿tienes frío? Tienes la piel de gallina…

- No es nada, solo hace fresquillo.

- Ponte esto, anda.

- Está bien… Gracias.

Me puse su chaqueta negra de Adidas y me abracé a él. Se estaba muy bien, la verdad.

- ¿Qué tal lo has pasado?

- Bien, el trío con Leticia ha sido genial. No está a tu nivel pero se acerca bastante…

- Amor de prima jiji – nos dimos un beso.

- ¿Sigues con restos de semen?

- Puede que haya quedado algo, pero no te preocupes, en casa me limpio.

- Ya sabes que no quiero dejarte embarazada.

- Tranquilo, no lo estoy. Voy con cuidado. Aunque a decir verdad, no sé si te lo había comentado, pero me haría ilusión tener un hijo contigo, primito.

- A mí también, Ali, pero ya sabes que no puede ser.

- Ya… - nos dimos otro beso, y con este nos fuimos animando.

Nos besamos con lengua y Alex me estiró en el banco, poniéndose sobre mí.

- Hay que vigilar que no venga nadie, Ali.

- Sería morbo que alguien nos viera jijiji

- Te reconocerían…

- No estoy tan segura. Apenas he visto a nadie conocido en la fiesta.

- Aún así. No nos la juguemos.

- Nadie sabe que somos primos.

- Da igual.

Mi primo empezó a recorrer mi cuerpo con sus manos, sin hacer presión, solo acariciándome. Nos íbamos a follar porque estábamos realmente agotados, pero eso no quitaba que no nos pudiésemos liar tranquilamente. Alex me besaba el cuello y bajaba hasta mis senos, cuyos pezones mordisqueaba suavemente.

- Ahh… Ahh…

- ¿Te gusta?

- Sii…

Estuvimos un rato más así, pero cada vez teníamos más frío. El calentón se nos estaba pasando. Llamé a mi padre y en un momento estaba allí.

- ¿Qué, cómo ha ido? - se interesó.

- Muy bien, papá.

- ¿Estaba Leticia?

- Sí, hemos estado con ella en su casa un buen rato.

- Te noto cansada, hija.

- Estoy bien. Es solo que tengo sueño.

- Duérmete un rato, Ali.

Recosté la cabeza en el hombro de mi primo y me cogió de la mano. Estando aún medio dormida, oí como Alex y mi padre hablaban.

- ¿Qué tal lo hace su amiga, Alex?

- Muy bien, tito. Alicia es una diosa, pero Leticia se le acerca bastante.

- Sí, lo hace muy bien. No suelo follar mucho con ella, pero sé que en la cama es muy buena.

- No hace falta que me lo digas jaja. Venimos de hacer un trío, por eso está tan cansada.

- Lo imaginaba… A propósito, me alegra que podamos hablar así, Alex. Con ella no hay manera. No sé si es que se cree que no sé que os acostáis.

- Siempre ha sido reservada en eso. Nunca me habla de sus líos salvo en algún momento puntual.

- Entonces no sabes si tiene a alguien ahora mismo ¿no?

- Qué va.

- Yo alguna vez le he intentado sacar el tema, pero desvía la conversación. No está cómoda hablando de eso. Y mi mujer tampoco ha conseguido mucho.

- Ya, cuando pasó lo de Raúl se cerró. De caras a la gente es encantadora, pero es solo una fachada para ocultar que aún no lo ha superado.

- Claro, tengamos en cuenta lo mucho que ha sufrido. Cualquiera estaría así… - Mi padre se quedó callado y pensativo por un momento, pero volvió a la conversación - Oye, cambiemos de tema, ¿te parece? ¿Alguna noche has venido a casa a follar con ella?

- Sí, una o dos veces, creo recordar. Me hace entrar por la ventana, para que no nos oigáis jaja

- Ya te haré un copia de la llave, no te preocupes. No quiero que te mates intentando escalar.

- Tranquilo, tengo práctica.

- Aún así.

- Gracias.

- Oye, ¿y qué tal va con Carlos?

- Bastante bien, la verdad. Ella no lo sabe, pero tuve una conversación con él y me confesó que le gusta.

- Perfecto. ¿Qué le dijiste?

- Le dije que hasta hace unos meses estaba con Sergio, y que desde que lo dejaron ha estado buscando un punto de apoyo, alguien a quien aferrarse, y que lo ha encontrado en él.

- Yo no le hubiera hablado de Sergio aún, pero si ha servido de algo, me parece bien.

- Se lo dije en parte porque Julia me dijo que siempre ha tenido problemas de autoestima, y pensé que si le decía eso se lo subiría.

- En ese caso, hiciste bien.

 

Al rato llegamos a casa, me despertaron y entramos.

- Papá, yo me ducho y ahora bajo.

- Voy contigo.

- Está bien, no tardéis.

Nos estábamos desnudando en el baño cuando entró Julia.

- Hola, ¿cómo ha ido?

- Muy bien.

Mi prima se acercó a su hermano y le besó con ternura. Él la abrazó.

- Esto… Alex, yo me meto ya. Cuando acabéis, entras.

Mientras ellos se liaban, yo me limpié todo el cuerpo. Tenía semen reseco pegado por toda la vagina, y tuve que hacer bastante esfuerzo para llegar hasta el fondo y sacármelo. Alguna vez había estado a punto de comprarme un paquete de condones para evitar estas cosas, pero luego pensaba en el morbo que daba ir por ahí con leche calentita y cambiaba de opinión. Además, me parecía más natural hacer a pelo, más bonito.

Alex se metió en la ducha y Julia se fue.

- ¿Qué le pasaba?

- Nada, me ha preguntado si había follado con Leticia. Le he dicho que sí.

- No le gusta que te la tires, ya lo sabes.

- Ya, pero tiene que entender que aunque ella sea la mujer a la que quiero, aún somos jóvenes y podemos follar con quién queramos. Ya habrá tiempo para centrarse en una sola en unos años.

- ¿Pero le has dicho que puede follar con quién quiera?

- Claro que se lo he dicho. Siempre la animo a que cuando salgo, se venga conmigo y se vaya con sus amigas por ahí a buscar lío. Pero solo me quiere a mí para follar… Bueno, a ti y a mí.

- Sí jiji

Salimos del baño, nos vestimos (se puso un chándal de Ivan) y salimos a la terraza con los demás. Nos hicieron sitio y me senté entre mis hermanos.

- Bueno, hermanita, cuéntame que habéis hecho por ahí.

- Hemos estado en casa de Leticia y después hemos dado una vuelta por la fiesta. Había ambiente.

- Me imagino. ¿Y en casa de tu amiga qué habéis hecho?

Mi hermana quería que le contase si habíamos hecho un trío o no, aún sabiéndolo. Pero no iba a entrar en detalles, no delante de todos.

- No mucho, ya sabes… Lo típico jijiji

- Ya, yaa… Bueno, ya me contarás.

 

Estuvimos charlando un rato más, después fuimos al salón a ver una película y nos fuimos a la cama. Mis tíos habían bebido, de modo que ellos y mis primos se quedaron a casa a dormir. Alex, Julia y yo nos metimos en mi cama y nos quedamos dormidos en cuestión de minutos.

Esa noche tuve otro sueño erótico, esta vez con mi padre y Alex.

Estando mis primos y yo en mi cama, Alex empezaba a besarme por todo el cuerpo, me calentaba y le seguía el juego. Nos besábamos con pasión y finalmente me ponía sobre él y lo cabalgaba. Mientras follábamos, Julia se despertaba.

- Menuda puta estás hecha, Alicia. Nunca te cansas de follarte a mi hermano.

- No… Julia… Tu hermano está muy bueno y necesitado… Tú no le follas nunca… Por eso recurre a mí…

- Sí, Julia… No vales para follar… Ahh…

- Mmm… ¡Siii…! ¡Aaahhh...!

Excitado por mis gemidos, mi padre entraba en la habitación desnudo y con la polla durísima.

- ¡Aalii, vengo a follaaartee!

- ¡Ya tardabas, tito! ¡Pensaba que tendría que taladrarla yo solo!

- ¡No te preocupes! ¡Ya estoy aquí! ¡Te voy a reventar el culo, Ali!

- ¡Siiii! ¡Dos pollas a la vez! ¡Aaahh…! ¡Reventadme los dos agujeros, os lo suplico! ¡Siii!

- ¡Ya la has oído, Alex! ¡A reventarla!

Mi padre me levantaba por el culo y me la metía de una sola estocada en el fondo.

- ¡Ooohhh…! ¡Síiii…! ¡Qué riiiiicoo…!

Mientra papá me daba por culo, mi querido primo me follaba, reventándome el coño de una forma bestial.

- ¡Ah! ¡Ah ¡Ah! ¡Ah! ¡Mmm…!

- ¡Siii…! ¡No paréis…! ¡Qué gustoo!

Terminaba poniéndome a cuatro patas para recibir mejor las pollas, ya que Alex me la había sacado del coño para metérmela en la boca.

- ¡Umm…! ¡Qué rica vergaa, primito!

- ¡Toda para ti, entonces! ¡Puta! ¡Zorra! ¡Pedazo de guarra!

- Umm… ¡Siii! ¡Soy tu putaaa…!

- ¡Me corro, Alii!

Mi primo descargaba su leche en mi boca, pero se corría de tal forma que acababa llenándome toda la cara de su dulce néctar, manjar que yo cogía con los dedos y me tragaba mirándolo con su cara de vicio brutal. Por su parte, papá seguía follándome el culo y sobándome las nalgas, dejándomelas rojas. Alex volvía a follarme el chocho y al final se me corrían los dos dentro a la vez.

- ¡Oh! ¡Oh! ¡Oooohh…! ¡Siiii…! ¡Los dos a la vez! ¡Me estáis reventando por dentrooo!

Notaba como toda esa leche llenaba mi coñito y mi culito y había tanta que empezaba a salir a chorros de mi interior. Al final estaba tan cansada que me dejaba caer sobre la cama y me dedicaba a chupar las dos pollas, a la vez o de una en una, mientras estas seguían soltando lechecita sobre mí.

- ¡Ummm…! ¡Qué rica lechee!

- ¡Toda para ti, guarraa!

- ¡Sí, hinchate con nuestras pollas, golfa!

- ¡Soy vuestra golfilla! ¡Siii...!

Seguía chupando las dos pollas, saboreando una mientras masturbaba la otra y viceversa. Y mientras tanto, mi prima Julia mirándome con mala cara.

 

Me desperté sudando y con el chochito empapado. Estaba excitadísima. Me metí los dedos en mi coñito e iba a gemir cuando Alex me calló con un beso.

- Relájate, primita – me susurró al oído -. Relájate que te masturbo yo.

- Gracias…

Nos besábamos con lengua mientras me metía los dedos. Qué gustito…

- ¿Te gusta, Ali? ¿Lo hago bien?

- Siii, sigue… No pares… Te quiero, primo…

- Y yo a ti, prima…

Nos besábamos lentamente y con lengua y cuando finalmente me corrí quedé súper relajada. Alex me metió sus dedos en la boca para que me tragase mis fluidos y estuvimos jugueteando con nuestras lenguas hasta que caí rendida en los brazos de Morfeo.