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EL PERVERTIMIENTO DE IRINA Capitulo IV

en Voyerismo

EL PERVERTIMIENTO DE IRINA

IV Parte.

Pasados unos días después de la prueba de Irina, Selen, una noche en que fue a visitarla como normalmente hacía, le dijo que ese fin de semana estarían libres de la academia, y que había preparado algo especial para divertirse.

_Y ¿a dónde vamos Selen?, preguntó Irina.

--Escucha, hay un club especial en Tánger, allí tengo muchos conocidos y solemos ir las chicas y yo, no te vas a arrepentir, uno de los socios del club es un millonario de Marruecos y tiene clubs en varias capitales de Europa y medio oriente, se llama Farid, te va a encantar es muy elegante y con mucho mundo recorrido, le vas a encantar.

--¿y no es peligroso?

--para nada tontuela, además tiene muchos guardaespaldas que cuidan el lugar y a nosotras también, nos vamos a ir en taxi y ellos nos traerán cuando queramos, además estaré contigo todo el tiempo que quieras.

La noche del viernes, Selen fue a buscar a Irina.

--Hola Irina, ¿Ya estás lista? Porque veo que no estas vestida para la ocasión, ja, ja.

Selen llevaba una minifalda abierta de un costado que cuando caminaba dejaba ver todo el pelambre de su pubis pues no llevaba ropa interior, y en la parte de arriba una pequeña blusa que no llegaba al ombligo de tela muy transparente que dejaba ver sus senos desnudos.

--Pero Selen ¡!, si vas casi desnuda!

--Claro, querida, a este club hay que ir así.

--Pero. ¡Es que vamos a parecer putas!

--Ja, ja. ¿y es que no lo somos?

Irina se rio de la ocurrencia de Selen sin saber que todo esto estaba planeado con antelación por Hassam, quien se había puesto en contacto con Farid, y en verdad la estaban alquilando.,

Irina se cambió de ropa rápidamente, y se puso un atuendo muy parecido y sin ninguna ropa interior. Cuando llegó el taxi por ellas, Irina no ocultaba su abochorno al sentirse observada por el chofer.

--¿Al lugar de siempre señorita Selen?

--Si, Abdul, al lugar de siempre.

Irina se le quedo mirando a Selen extrañada de la familiaridad del taxista.

--Abdul siempre viene a recogernos para ir a la ciudad, no te asombres, le tenemos mucha confianza.

Y tomándolo de los hombros le plantó un beso en la oreja y empezó a lamerla.

--Ves Irina, así se tratan a los taxistas y te dan un excelente servicio. ¿Verdad Abdul?

El chofer se rio, y tomó rumbo a la autopista.

Cuando llegaron a Tánger, Selen le dijo.

--Vamos a estar en una zona del paseo marítimo la zona conocida por zona roja, aquí hay gran cantidad de clubs privados, casas de juego y prostíbulos lujosos. Pero mira, ¡ahí está nuestra meta!

Llegaron a una pequeña puerta con el letrero “Club Oasis”, la puerta estaba custodiada por un gigante negro con cara de pocos amigos. En cuanto el taxi se estacionó frente a la puerta, este avanzó y abrió la puerta con una gran sonrisa.

--Adelante Miss Selen, la estábamos esperando.

Las dos jóvenes entraron al antro, bajando por unas escaleras que asemejaban a las escaleras de las mazmorras de las cárceles y llegaron a una recepción con una señorita muy agradable que las llevó a una pequeña sala.

--enseguida les traeremos una bebida, el señor Farid no tarda en llegar.

Cuando la recepcionista salió, Selen se dirigió a Irina.

--Mira querida, espérame aquí, no tardo, voy a buscar a un amigo en la otra sala, mientras tanto puedes inspeccionar el lugar, mira, este corredor tiene varias ventanas, en cada una puedes ver diferentes habitaciones y chismear un poco para no aburrirte.

 En cuanto salió Selen, Irina empezó a caminar por el largo corredor que estaba un poco en penumbra y tenia varias ventanas en uno de los lados, cada una con una con una pequeña cortina, Irina se aproximó a la primera y descorrió la cortinilla y cual  fue su sorpresa de ver a Miss Helen, ataviada con una ropa de vampiresa, toda de cuero negro y un látigo en sus manos, junta a ella estaba Patricia la pupila española completamente desnuda y con un collar de perro en su cuello con una correa que agarraba Miss. Helen. Enfrente de ellas estaban cuatro hombres de diferentes tipos y edades.

--Dios!!, pero si la está vendiendo como puta!!—Pensó Irina, no creyendo lo que veían sus ojos.

Miss Helen entonces le dio un latigazo en las nalgas a la joven ibérica, y tomándola de sus cabellos la hizo ponerse a cuatro patas viendo al lado opuesto de los hombres, enseguida se dirigió a los hombres mientras le abría las nalgas obscenamente. Uno de ellos, un gordo asqueroso con el pelo lleno de goma y con tipo árabe, tomó uno de los dildos que estaban en una mesa y lo escupió, para después acercarse al culo de la hermosa chica y con la ayuda de Miss Helen que le abría más las nalgas, procedió a insertarlo bruscamente en el pequeño ojete, la joven se retorció del dolor, mientras Miss Helen le gritaba, visiblemente alterada y enardecida y le golpeaba las nalgas.

Todo esto que le resultó en un principio desagradable a Irina, después sintió como se le mojaba su vagina y empezó a experimentar un extraño placer.

Irina no quiso ver más, cerró la cortina y se aproximó a la siguiente ventana, allí vio a Carol, la joven inglesa, atada sobre una losa pétrea de escasos treinta centímetros de altura, abierta de pies y brazos y mantenida en esa posición por argollas de acero que aprisionaban sus muñecas y tobillos, cada argolla estaba sujetada por una gruesa cadena que mantenían abiertos los miembros de la chiquilla. Alrededor estaban tres hombres de edad avanzada, de tipo oriental, tal vez japoneses, estaban sentados observando cómodamente en unos mullidos sillones, fumando grandes cigarros. El humo que había en la habitación hacía difícil la visión, pero sin embargo notó unas cosas negras que se movían en el cuerpo de Carol, cuando pudo ver bien, se dio cuenta que esas cosas negras que se movían eran seis babosas  grandes, de diez o doce centímetros de largo que se arrastraban dejando su camino de babas, hacia el pubis de la jovencita mientras ella se retorcía de terror y asco, cuando una de las babosas se logró introducir ligeramente en la vagina abierta de la chica, los hombres se pusieron a aplaudir, y uno de ellos se paró a su lado, y abriéndose la bragueta sacó un miembro todo arrugado y empezó a orinar sobre la joven tratando de dirigir el chorro de orina hacia el molusco que estaba medio metido en el sexo de la chica. Irina estaba experimentando un placer inusitado al ver el espectáculo, que le resultaba repugnante pues no había animal que le diera más repulsa que las babosas, y abriendo la abertura de su falda empezó a acariciarse el clítoris frenéticamente. De pronto, sintió unas manos en sus hombros y una voz ronca que le decía:

--¿Te excita ver a tu amiga Carol, retorcerse de placer?

Irina volvió la cabeza dejando rápidamente su masturbación, y vio a un hombre de unos cincuenta años, altivo y sumamente atractivo que la miraba maliciosamente con una mueca de crueldad.

--No te mortifiques, querida Irina, no es ninguna vergüenza deleitarse y excitarse viendo las vergüenzas ajenas, eres tan voyeur como yo.

Irina le sonrió y le dijo.

--usted debe ser Farid ¿o me equivoco?

--Así es, y tú Irina por supuesto, la amiga de Selen, pero, dejemos a tu amiga que siga divirtiéndose, por favor ven conmigo, quiero presentarte a unos amigos, supongo que ya fue suficiente de ventanas, ahora Pasemos a otro salón VIP.

 Recorrieron otro corredor hasta llegar a un gran salón, había una docena de personas, hombres y mujeres, todos lujosamente ataviados, lo que hizo que Irina se ruborizara por el atuendo que llevaba, Farid se dio cuenta y le susurró al oído.

---No te preocupes por las damas emperifolladas, todas estarán muertas de envidia ante tu belleza.

Cuando entraron, inmediatamente se acercaron varios de los amigos que rodearon a Irina con todo tipo de comentarios sobre su belleza, tres de ellos, una pareja francesa y un hombre negro muy alto con frac, tomaron del brazo a Irina y a Farid y se metieron a una especie de palco con cortinas en donde se sentaron alrededor de una pequeña mesa y cerraron las cortinas para mayor privacidad.

--Caray, Farid, me tienes asombrado con tu invitada de hoy, es una belleza única, --Dijo el hombre francés que estaba junto a Irina.

--Mientras decía esto, ponía descaradamente su mano en los muslos de la joven por debajo de la minúscula falda y empezó a meter dos dedos en la núbil vagina.

Irina, cuando sintió los dedos del extraño penetrar en su intimidad, miró a Farid como pidiendo su intervención a semejante ataque.

Pero lo que vió en Farid fue una mirada de condescendencia y hasta satisfacción y le dijo al francés.

--Querido amigo, parece que estas dispuesto a probar del plato ajeno, ja, ja.

--Así es y parece muy apetitoso.

 Y sacando la mano de debajo de la mesa, le enseñó los dedos húmedos a los demás que compartían la mesa, se llevó los dedos a la nariz y los olfateó, mientras Irina se ponía roja como un tomate.

--Mmmm, huele muy bien, como a caviar fresco, ¿Quieres probar, querida?

 Dijo dirigiéndose a su pareja, que al parecer era su esposa, una mujer joven muy distinguida y guapa.

La mujer tomó los dedos de su marido y los chupó sensualmente.

--Delicioso, está para chuparse los dedos, pero, ¿Por qué no le ofreces a nuestro amigo Loter que lo pruebe?, espero que Farid no se moleste.

--De ninguna manera Simone, adelante Loter, sírvete tú mismo—le dijo al negro.

Irina no sabia donde meterse, por un lado, se sentía humillada delante de esos extraños, pero también cada vez le excitaba más ser el centro de atención del juego sexual.

El negro metió la mano debajo de la mesa y procedió igualmente a meter los dedos dentro de la vulva que estaba cada vez mas mojada y sacando los dedos procedió a lamerlos y exclamar.

--Delicioso, Farid, y me imagino que el platillo trasero ha de estar igual de exquisito.

--Yo creo que más, Loter, pero, ¿porque no lo pruebas y nos das tu opinión?, Nuestra adorable invitada no va a desairar al caballero, ¿verdad?

Irina se sentía como parte de un aperitivo, pero cada vez estaba mas excitada, y le dirigió una mirada inquisidora a Farid.

--ahora querida ponte en cuatro patas para que mis amigos puedan admirar tu hermoso culo y tocarlo a discreción.

Irina primeramente se turbó por la orden que le dio Farid, pero extrañamente el hombre empezó a ejercer tal autoridad sobre ella, que obedeció sin chistar, levantándose de la silla y poniéndose en cuatro patas como había visto momentos antes a través de la ventana a la joven española, ofreció su esplendoroso y juvenil culo a todos, entonces el negro abriendo groseramente las nalgas de la joven metió completamente uno de sus dedos y lo empezó a remover dentro del estrecho pasaje, bajo las miradas libidinosas de los otros tres. sacó triunfalmente el dedo ligeramente marrón, y lo lamió lentamente hasta meterlo completamente en su boca y exclamó

--¡Exquisito!

Farid entonces se dirigió a la pareja francesa y los invitó a degustar el manjar, mismos que no esperaron más y siguieron con el perverso ritual gustativo. Simone fue la última, tomó a Irina y levantándola de su posición le tomó de la cara y la beso en la boca, pasándole el sabor acre que conservaba en su lengua.

Farid la tomó de la cintura y despidiéndose de sus amigos la llevó a un apartado.

Pidió dos copas de champagne y le dijo.

--Querida Irina, veo que te gusta que te admiren y te toquen, no te avergüences, las mujeres bellas como tú están para que las admiren. Ahora dime, ¿te gustó que te vean siendo utilizada como instrumento sexual?

--Si, me gustó mucho, nunca había sentido esta sensación.

Bien si te gusta, te voy a llevar a un lugar donde vas a ser la atracción, brindemos por ello.

Irina, sin saber porqué, aceptó de inmediato la invitación.

--Pero, tengo que decirle a Selen, ella ha de estar buscándome.

--no te preocupes, yo le mandaré decir que salimos unas horas y que te llevaré a la mansión.

Farid e Irina salieron del club en donde los esperaba una limousine negra en donde un chofer negro salió a abrirles la puerta, Irina notó que el chofer iba armado y su acompañante también, supuso acertadamente que eran guardaespaldas de Farid. Cuando subieron Farid le dijo al chofer que se dirigiera al lugar de costumbre.

Selen, mientras tanto y pasados unos minutos recibió el mensaje de Farid, lo miró con preocupación pues había quedado de acompañarla a todos lados esa noche, pero pensó que estaba de más preocuparse, pues no había lugar más seguro que estar con Farid, así, después de unas horas, volvió a la mansión en donde esperó a Irina en su habitación quedándose dormida hasta que el sonido de la perilla del cuarto la despertó, se dio cuenta de que ya era de mañana y la luz del sol iluminaba el cuarto, cuando vió a Irina entrar sigilosamente.

--Hola trasnochadora, ¿cómo te fue?, te ves un poco cansada.

--Hola Selen, me alegra mucho verte, estoy hecha trizas, de cuerpo y alma.

--¿Porqué? Explícate.

--Estoy muy confundida, amiga, han sucedido tantas cosas que no sé que pensar, me parece que cada vez me estoy volviendo más perversa y disoluta.

--Bueno, querida, no sé porque lo dices, pero platícame.

--Pues veras, cuando me dejaste sola, me puse a merodear como me dijiste y di con unas ventanas, allí vi a Miss Helen, vendiendo los servicios de Patricia…! como puta! Y más adelante, también vi a Carol a la que le hacían hacer cosas horribles tres viejos con cara libidinosa.

--Ja, ja, No seas ingenua querida amiga, a Patricia le encanta ser vendida como puta, es uno de sus vicios, y Miss Helen solamente la ayuda a cumplir sus deseos, cada quince días hace lo mismo y cada vez le gusta que le pidan hacer mas guarradas, y respecto a Carol, ella también cumple sus fantasías, le gustan las cosas bizarras y sucias. Pero mejor cuéntame cómo te fue con Farid.

--Bueno pero antes déjame decirte, que las escenas que vi de nuestras amigas me dejaron mojada y con ganas de experimentar cosas por el estilo, y esto me hace preguntarme si me estoy volviendo una promiscua degenerada.

--Mira amiga, eso es perfectamente normal, a mí también me gustan las cosas raras, perversas y extravagantes, y yo misma he experimentado con gusto cosas que ni te imaginas y que te contaré uno de estos días, pero ahora cuéntame tú, que estoy ansiosa y muriéndome de curiosidad.

Pues bien, cuando salimos del club, Farid me subí con Farid a una limousine, y me dijo que me iba a llevar a cumplir mis fantasías de voyeur, así que salimos del centro de Tánger y llegamos a unos lugares en las afueras, parecían basureros, allí en medio de la nada, hizo detener el auto y me dijo que me quitara la ropa, yo ya estaba muy excitada y nada más pensaba en follar con él.

 Le pregunté si los guardaespaldas se iban a quedar, y me respondió que sí, que ya empezaba mi fantasía voyeur, se desnudó y se acostó en el asiento trasero, yo estaba maravillada del cuerpo tan musculoso de Farid y de la verga tan apetecible que tenía, casi negra y larga,  me ordenó que me montara encima de él, me coloqué a horcajadas encima de su erecta verga, que me penetró en su totalidad en mi ya encharcado coño, estuve gozando inmensamente, pues Farid parecía incansable y yo creo que ha de haber tomado algo, pues no eyaculaba y permanecía con la verga como  garrote.

En eso, me percaté que en las ventanillas había gente mirando, al principio me asusté, pues parecían maleantes, todos harapientos y sucios, entonces Farid me dijo, ahí los tienes Irina, estamos dándoles un espectáculo gratuito, y tú eres la actriz principal, estos desgraciados rara vez ven una belleza joven y encantadora enseñándoles el culo y follando como puta.

 Al decir esto, abrió la ventanilla que estaba frente a mi y que tenia a escasos diez o quince centímetros de mi rostro, inmediatamente se sintió el hedor que despedían los andrajosos, estaban como cuatro o cinco apilados para ver mi cuerpo desnudo cabalgando encima de Farid, entonces vi como comenzaban a bajarse los sucios y harapientos pantalones y sacaban sus asquerosas  vergas en completo estado de erección, el olor a macho y marisco podrido inundó el auto, y como no podían meter su verga dentro del vehículo, entonces Farid me dijo

--¿Por qué no los ayudas?, vamos, agarra sus sucias vergas y métetelas en tu boca de putilla.

Yo me excité más con sus palabras denigrantes, y todavía le dije que me repitiera lo que me acababa de decir, y me dijo “Metete esas vergas sucias en tu boca de mamadora hasta que te echen la lefa que tanto esperas y dime a que te saben”.

Yo tomé la que tenía más cerca, y empecé a chuparla con devoción, únicamente la sacaba de mi boca para decirle a Farid lo sucia y llena de queso que estaba, a Farid  cada palabra lo excitaba más, entonces le besé en la boca para compartir el sabor fuerte que tenía, Farid me besó apasionadamente y me susurró que lo volviera a hacer, volví a tomar la verga hasta que inundó mi boca con sendos chorros de esperma, que sin tragar, compartí otra vez con Farid, así, uno a uno les fui lamiendo, chupando y mamando, para después enseñarle mi lengua llena del requesón y la lefa a Farid, que me agarraba del cabello y me besaba en los labios, no fueron menos de seis indigentes que soltaron su leche en mi golosa boca, durante este devaneo sexual, tuve como cuatro orgasmos, entonces sentí como Farid se puso rígido y me llenó mi vagina del maravilloso néctar.

 Farid subió el cristal y creí que era el final, pero entonces bajo el cristal opuesto, el que estaba cerca de mi culo, y me empujó hacia la ventanilla hasta que mi culo casi salía del auto, sentí varias manos tocándome, y varias vergas tratando de encularme, hasta que una  se abrió pasó y me penetró el ano, fue sumamente morboso sentirte enculada por una verga anónima, me sentí la puta mas sucia, entonces Farid se corrió por segunda vez dentro de mí, cerró los cristales y quedamos abrazados, me preguntó si me había gustado la experiencia, le dije que me había encantado, traté de agarrar mi ropa, pero me detuvo diciéndome que todavía no terminaba, nos sentamos mientras el abría la puerta,  me dijo que saliera, yo en ese momento, y a pesar de mi calentura, tuve miedo de que los mendigos me hicieran daño, el pareció adivinar mis pensamientos y me dijo que no tuviera miedo, que sus guardias se encargarían de mi seguridad, bajé del auto y el detrás, me tomó de los hombros y me obligó a hincarme enfrente de él, me tomó de la cara y alzando mi rostro, me escupió. Nunca me habían hecho algo tan humillante, pero era tal mi locura, que esperaba otro escupitajo y abrí la boca para recibirlo, pero en lugar de eso, me empezó a mear por todo el cuerpo, yo nunca había sentido algo igual, me sentía degradada, pero me excitaba y abrí la boca para recibir algo de sus orines, entonces empecé a sentir varios chorros calientes en mi espalda, volteé, y vi cerca de mi espalda a  cinco o seis de esos andrajosos meando sobre mí, Farid tomo mi cara y me obligó a recibir la orina, gritándome “ Abre la boca, puta guarra y traga los meados de estos despojos humanos”, yo lo hice, y si antes me había sentido sucia, ahora era mi límite.

 ¡mírame Selen!, recibí y tragué los meados de por lo menos seis malvivientes.

Después de eso, me llevó al club en donde tomé una ducha y aquí me tienes.

Querida amiga, fue una experiencia maravillosa, no hay razón para que te sientas confusa, duerme y ya veras que mañana te sientes una joven completa y satisfecha.

--Pero dime Selen, ¿volveremos al club?

...Naturalmente, en unas dos semanas que tengamos otro fin de semana libre

--¿Y me venderás como puta?

Ja, ja. Claro que sí, querida, eres mas puta de lo que pareces.

Continuará…