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NIÑA BONITA (Pretty Baby)

en Amor filial

NIÑA BONITA (Pretty baby)

Relato basado en el escrito que sirvió como guion de la película titulada en España como “La Pequeña” (Pretty baby en idioma original) dirigida por L Malle y protagonizada por Brooke Shields.

Este relato ya lo había publicado previamente, pero fue quitado de la página por la edad de la protagonista, debo decir que me apegué a la edad descrita en el guion en el cual basé mi escrito, esta vez, las edades de Violet han sido cambiadas para no herir susceptibilidades o caer en un relato que pudiera ser censurado, también cambié un poco el final y afiné algunas partes, espero que os agrade y como siempre estoy abierto a las críticas y comentarios.

Nueva Orleans diciembre 1930.

Mi nombre es Ernest, soy fotógrafo ya retirado, lo que estoy escribiendo sucedió en 1917 en Storyville el distrito rojo de Nueva Orleans.

En esa época me dedicaba a tomar fotografías de las prostitutas, contratado por algunos burdeles de la zona, con objeto de hacerse publicidad, o vender fotos pornográficas, fue en uno de esos encargos cuando conocí a Susan, una bella prostituta de la casa de Madame Zulú, y famosa no solo por su belleza sino por atender todos los deseos de sus clientes, por más perversos o viciosos que fueran.

La sesión de fotos iba a ser en su habitación, que como todas las del local, estaba con una decoración muy parisina, con una gran cama central y una letrina con una bandeja con agua para asearse acomodada en un extremo del cuarto. Cuando la vi por primera vez, recostada en la cama con batín de seda transparente, me quedé estupefacto por su belleza, no llegaba a los treinta años, con un pelo castaño y grandes ojos verdes, delgada, pero con unos pechos todavía muy firmes y pequeños, me recibió con una sonrisa muy lozana y me dijo que empezáramos, que estaba a mi disposición, y que Madame Zulú ya le había dicho de que se trataba, así que yo le dijera que poses hacer y lo haría.

Susan se quitó su batín y empezó a posar desnuda en diferentes posiciones, en eso estábamos, cuando se abrió la puerta y apareció la niña más bonita que yo jamás había visto, tendría como catorce o quince años a lo más, delgada y con unos senos pequeños, la cara era la de una muñeca, con sus ojos verdes y su cabello castaño dorado cayéndole en la espalda.

“Hola Violet, pasa a ver a tu mami que la están fotografiando”, mira…

Ernest, me llamo Ernest le dije.

-- sí por supuesto, mira Ernest, te presento a mi hija Violet.

--“¿Que también me vas a tomar fotos Ernest?

--Claro pequeña, eres hermosísima y te tomaré varias fotos

La niña entonces corrió alegre hasta la cama quitándose el vestido y quedando desnuda.

Yo me quedé perplejo mirando a Susan, pero ella rio, y me dijo, “Violet quiere ser puta como su madre, y es tiempo de hacerle publicidad”.

Violet empezó a hacer poses de mujer fatal que me hicieron reír, me dijo con cara muy seria,

--“¿De qué te ríes Ernest?, No soy bella como mamá, pero mira, ya me están saliendo pelitos en el coño.

 y entonces se sentó en la cama abriendo las piernas, -- “Ven y tócalos para que veas que es verdad lo que te digo. Además, ya me dijo mi mami que pronto seré mujercita y que me podrán follar los hombres y ser la puta más hermosa de aquí”.

“Bueno Violet, todavía falta un tiempo, y tenemos que esperar a que dios te dé la señal roja”, le dijo Susan, tomándola cariñosamente.

Esa tarde me engolosiné tomando fotos a madre e hija, Violet tenía un talento natural para ser modelo, todavía guardo esas fotos que son las mejores que he tomado en mi vida.

Cuando terminamos le pregunté a Susan si podía llevarme un rato a Violet a comer un pastelillo en una tienda cercana.

-- claro Ernest, a Violet le encantan los pasteles, me contestó amablemente.

---“Mmmm…si, vamos ya, me encantan, y después si quieres te doy una mamada, mamá dice que soy muy buena para eso, y a mí me gusta mucho”.

Susan, para mi sorpresa, se rio y le dijo que fuera conmigo y me portara bien. Yo me quedé con la curiosidad de si lo que había dicho Violet era verdad o era una ocurrencia de niña, y me propuse averiguarlo.

Salimos y después de comprarle el pastel, le dije que fuéramos al parque cercano y me platicara todo lo que hacía.

Nos recostamos en el césped y Violet me empezó a relatar su corta vida.

“Mira, cuando estaba chiquita, antes de cumplir mis catorce años, siempre que mamá se metía con un señor a nuestra habitación, yo me quedaba oyendo a través de la puerta y trataba de atisbar por la cerradura lo que pasaba detrás, ya que me daba curiosidad cuando oía a mamá dar pequeños gritos diciendo: más, más. A veces alcanzaba a ver a mami boca arriba en la cama, mientras el señor se acostaba sobre ella, o a veces veía a mamá ponerse en cuatro patas, como perrita, y a su cliente montársela como hacen los perros, o también, se hincaba frente a él y le empezaba a chupar el pito.

Después cuando salía su cliente, (así le llamaba mamá cuando era un extraño), yo entraba corriendo al cuarto y la veía siempre contenta, y abría sus piernas enseñándome su chocho hinchado y húmedo. Yo no sabía que era esa sustancia blanca que chorreaba, y me dijo que era leche de hombre, y que de ahí se formaban los bebés, entonces tomé un poco con los dedos y lo probé, “¿Te gusta, hija mía?, me dijo, y le contesté que sabía raro, pero que sí me había gustado, entonces me dijo que podía lamerle el chocho si quería, y comerme toda la leche.  Desde entonces, me aficioné a la leche de hombre, y la tomaba siempre que salían los clientes de mamá, ya sea de su coño o del culo.”

Violet me asombraba con su candidez al hablar de estos temas, y continuó.

Varios meses después, me dijo que era tiempo de que fuera aprendiendo lo que iba a ser mi profesión, yo me puse muy contenta y le dije que me hacía muy feliz que me enseñara como ser una buena puta.

A partir de entonces, cada vez que entraba un cliente, yo estaba en el cuarto con ella, desnuda, a veces, esto turbaba un poco a ciertos hombres, en especial a los más jóvenes. Mi tarea era lavarles con todo cuidado la picha, pues como decía mamá, algunos eran muy guarros y tienen un pellejo muy largo que les cubre la cabeza, estos generalmente la tenían muy sucia y cuando les levantaba el pellejo, estaban llenas de una sustancia amarillenta que mamá le llamaba queso de hombre y olía muy fuerte, como a queso roquefort. A mí me daba mucha tentación saber a qué sabía esto, así que, una vez que entró un hombre que se veía muy sucio, tomé su picha y le subí el pellejo para ver qué tanto de “queso” tenia, la cabeza estaba cubierta casi completamente de queso, yo no pude resistir más, y lo empecé a lamer hasta dejarlo limpiecito, mi mamá se me quedó viendo y me dijo, “Violet, que guarrilla eres, naciste para puta y vas a hacer muy felices a todos los hombres”. Me sentí muy orgullosa y desde entonces ya no uso el agua y jabón para lavarles la picha.

También me enseñó otras cosas, cuando se ponía en cuatro patas y la enculaban, yo me ponía debajo de ellos con mi cara bien cerca del coño de mamá y lo empezaba a lamer, esto la ponía muy contenta y empezaba a echar el juguito que tanto me gusta, luego, también me dijo que le chupara los huevos al hombre que la estaba enculando, pero que lo hiciera con cuidado, pues eran muy delicados, y que si los lastimaba me podrían dar un tortazo, pero si lo hacía bien, nos darían una buena propina, a partir de entonces siempre recibíamos propinas y mamá estaba muy contenta, una vez, uno de los clientes, un viejo sucio que apestaba a sudor y con cara de sádico, que siempre le gustaba darle a mamá por el culo,  y mientras yo estaba abajo lamiendo a mamá, sacó su verga del culo toda mierdosa y la acercó a mi boca diciéndome que la chupara, yo la tomé y la empecé a chupar hasta dejarla limpia, al final nos dio una super propina, y mi mamá me dijo que cada vez hacia mejor mi trabajo.

Después de esto, le decía a mamá que tenía ganas de chuparles la picha hasta que me echaran la leche en la boca, pero me decía que debería esperar más tiempo, que esperara a tener mi boquita más grande, no se me fuera a deformar, así que yo empecé a practicar con paletas o zanahorias, pero no era igual, les faltaba la leche, así que, cuando a vi a mi amigo el negrito…. Esto no te había contado, pero frente al burdel de Madame zulú, había un burdel de negros, mi mamá me tenía prohibido acercarme, pero me hice amiga de un niño un poco más chico que yo, se llama Sammy y  nos veíamos en la parte de atrás del burdel para jugar, siempre a escondidas, pues su mamá que era una puta del burdel de negros, también le había prohibido ver a los niños blancos, Bueno, continuando, le dije que quería chuparle su pichita, él, al principio, no quería, pero después tanto insistir, aceptó, se la estuve chupando un rato y empezó a crecerle y ponérsele dura, yo sabía que iba a ser tiempo de que echara su lechecita, pero fue inútil, solamente sentía que le salía un poquito de líquido pegajoso. Y en lugar de leche me soltó un chorro de meados, era la primera vez que lo probaba, pero no quise que se sintiera ofendido, así que me trague todo y le dije que estaba muy bueno.

Después cada vez que nos veíamos me decía que quería hacer pis en mi boquita.

Así, hace varios meses, mamá me dijo que ya era tiempo de que me iniciara como puta mamadora, que esa noche iba a ir un viejo, y que al pobre hombre a duras penas se le lograba poner un poco tiesa cuando se la chupaban, así que era la oportunidad para mi iniciación, pues el viejo era bastante pervertido y seguramente le gustaban las niñas como yo, me puse muy contenta de que al fin iba a mamar una picha que me echara lechita.

Cuando llegó el viejo yo ya estaba desnuda, agarrada de la mano de mamá para que me viera más niña, el viejo, que apenas podía sostenerse con un bastón me miro con cara de lujuria y le preguntó a mamá, ¿esta es la criatura que se la va a chupar a este viejo?

. Si Sr. Watson, será la primera vez que ve el sexo de un hombre.

. Yo me reía por dentro, pero puse cara de susto cuando el viejo se bajó los pantalones y los calzoncillos que estaban amarillentos de manchas de orín, y se sentó a la orilla de la cama. Entonces me arrodille frente a él, y tomé su pichita tímidamente en mis manos mientras mamá me decía, “mira hija, eso se llama verga y es el sexo de los hombres, tienes que chuparla suavemente para que el señor te regale algo de la preciada lechita que le va a salir”.

Le dije, volteando hacia ella y poniendo cara seria, pero riendo por dentro, “Pero está muy grande y no sé si me quepa en la boquita”

Entonces tomé suavemente su verga que ya se estaba empinando ligeramente y le empecé a subir el arrugado pellejo que la cubría.

Que rico huele mamita, como a pescado., ¿y esto como mantequilla que tiene alrededor?, ¿qué es? Y mi madre siguiendo el juego me dijo

“Es quesito de hombre mi amor, lámelo, lo puedes comer y veras que bueno es”

Así empecé a lamerlo y meterlo todo en la boca y chuparlo como si fuera caramelo,

Pero por más empeño que ponía, no lograba que se le empinara completamente, entonces mi mamá me dijo

“Mira hija, si quieres que el señor te dé su lechita, vas a tener que hacer un truco que hace que se ponga a tono”

Y dirigiéndose al viejo le dijo: Sr. Watson voy a ayudarle a levantar sus piernas para que deje su culo al alcance de la niña, entonces agarró las piernas y las levanto de las rodillas, de tal manera que parecía que estuviera sentado en el aire mostrando un ojete negro, peludo y sucio , yo ya sabía lo que tenía que hacer, así que metí la cara entre sus nalgas y empecé a meterle la lengua en el culo apestoso del viejo, tenía pedazos de mierda seca alrededor, pero no me importó, me los tragué y traté de meter la lengua todo lo que pude y sentí como la verga se empezó a levantar, entonces mi madre volvió a sentarlo y yo me apresuré a mamarlo golosamente hasta que sentí su leche en mi garganta, no era mucha, pero me hizo ilusión saber que era la primera leche que descargaban en mi boca y que tragaba toda sin rechistar.

Violet se levantó y me dijo muy ufana:

--” Mírame, desde entonces siempre le piden a mamá mis servicios de mamadora”

Como ya empezaba a oscurecer, le dije que la tenía que regresar al burdel, entonces me abrazo y me dijo

“¿Ahora si me dejas que te la chupe?”

Como no había gente a la redonda, me acosté en el césped, Violet abrió mi bragueta, y sacando con trabajos mi verga empinada, me dio la mejor mamada de mi vida.

Al terminar me preguntó con su vocecita infantil ¿Crees que soy buena mamadora?

Pasaron algunos meses, y yo, cada vez estaba más enamorado de esa criatura, la ternura que despertaba en mi era indescriptible, y a pesar de las cosas que hacía, su alma era tan blanca como una flor.

Un día que llegué a saludarla, me la encontré feliz y me recibió con un gran beso.

¿Qué sucede que estas tan contenta Violet?

Y me dijo, conteniendo las lágrimas de la emoción, ¡Ya soy mujer Ernesto!

¡mira !, y me mostró sus braguitas manchadas de sangre.

“Ya voy a ser una puta de verdad como mamá”

Yo fingí alegría, pues mantenía una falsa esperanza de que se mantuviera siempre como la conocí, y no sabía si era el principio del fin de nuestra relación.

Me dijo entonces, que Madame Zulú estaba preparando una gran fiesta en donde iba a ser subastada para ver quién era el afortunado de desvirgarla. Y salió corriendo a avisarle a su amigo Sammy.

Esa misma noche, y aprovechando que Violet estaba dormida, Susan me llamó a su cuarto, cuando subí, cerró la puerta y me dijo quedamente: “Querido Ernest, te voy a contar algo que Violet todavía no sabe y que yo misma no sabía hasta esta tarde. Como sabes tengo un novio que vive en Nueva York, el me conoció aquí hace ya un año, sabe a lo que me dedico, y esta tarde vino a decirme que quería casarse conmigo e irnos a Nueva York a vivir, el problema es que no quiere llevarse a Violet mientras no estemos plenamente establecidos, y hasta cierto punto tiene razón, así que la voy a dejar aquí, a cargo de madame Zulú, pero te ruego , ya que la quieres tanto y ella a ti, que la cuides como un padre, sobre todo, porque Madame Zulú, pese a ser una buena mujer, es muy codiciosa, y a pesar de que Violet ya se convirtió en mujer, es tan joven, bella e inocente, que va a tratar de explotarla lo más que pueda, sé de buena fuente, que tiene muchos amigos viciosos que ya  le ofrecieron mucho dinero para que Violet les satisfaga en algunas perversidades.

¡Pero si Violet todavía no es una mujer, es una niña de escasos dieciséis años ¡

Si querido Ernesto, pero aquí, una vez que ha tenido su primera menstruación, se convierte en mujer.

Yo me sentí completamente aterrado del panorama, pues Susan era la única que podía cuidar de Violet con autoridad, sin embargo, le dije a Susan que la cuidaría con mi propia vida de ser necesario.

Al día siguiente, Violet estuvo llorando todo el día cuando su madre le dijo lo de su viaje.

 Llegaron por ella al anochecer, Madame Zulú y las otras putas estaban llorando despidiéndola con fraternales abrazos, Susan tomó a Violet largamente entre sus brazos y le dijo que pronto volvería por ella y que obedeciera en todo a Madame Zulú y a su papi Ernest.

Violet no salió para nada al día siguiente, pero como todos los niños, se consuelan pronto, y dos días después ya estaba jugando muy entusiasmada, porque ese fin de semana por fin, sería la subasta tan largamente esperada.

 En la noche de la subasta, el burdel estaba a reventar, eran casi una treintena de personas, hacendados en su mayoría, pero no faltaban banqueros, políticos y ricos comerciantes.

Violet estaba siendo arreglada en su habitación, subí a verla y estaba preciosa, le habían puesto un vestido blanco de encaje y le adornaron su cabeza con una corona de flores blancas, parecía una diosa griega.

Cuando madame zulú subió, le dijo que ya estaba todo preparado, que la subasta iba a empezar.

La subieron a una especie de charola enorme en la que se sentó tomando un ramillete de flores blancas. Y la tomaron en hombros cuatro negros que habían sido contratados por la Madame, cuando bajaban con la charola en hombros, se hizo el silencio, y todos se quedaron boquiabiertos ante el espectáculo.

Depositaron la charola con Violet en una mesa, y madame Zulú subió a un estrado y se dirigió al público, diciéndoles que esta era una ocasión única, que ese ángel que veían, de apenas dieciséis años de edad, había alcanzado ya su estado de mujer y que iba a ofrecer su virginidad al mejor postor.

Zulú empezó con la cantidad de 50 dólares. Enseguida siguió la puja, 100,150,200, 300 hasta llegar a 500 dólares, ganado por un rico hacendado de la región,

El hombre era un individuo grande, gordo y barrigón, pero con mucho dinero. Tomó a la pequeña Violet como si fuera una muñeca y la subió en brazos a su habitación en medio de aplausos y hurras de los asistentes, Violet iba agarrada de su cuello y con cara de felicidad, como una novia en la noche de bodas.

Después de que se metieron al cuarto, Madame Zulú invitó varias rondas de wiskis, mientras los demás aprovecharon para contratar los servicios de las demás putas.

Pasaron como dos horas y ya se había ido la mayoría, cuando vimos al gordo hacendado bajar las escaleras a toda prisa con cara de asustado y salir corriendo hacia la cochera que lo esperaba afuera.

Al ver esto, Madame Zulú, yo, y varias de las putas que estaban en los sillones, subimos corriendo las escaleras esperando lo peor, cuando abrimos el cuarto de Violet la encontramos boca abajo en la cama, desnuda y con sangre en la sabana a la altura de su pubis, corrí y la tomé en mis brazos, y entonces, saltó hacia mí abrazándome y soltó una sonora carcajada.

Todos los presentes comenzamos a reír de la broma de Violet, y del susto que le había pegado al hacendado. Me besó y me dijo, ya soy una mujer completa, y puedes tomarme todas las veces que quieras papi.

Después de esa noche todo cambió para Violet, se volvió la estrella del burdel, y su fama llegó a todos los rincones de Nueva Orleans, diariamente llegaban a pedir sus servicios, hombres de todas las edades y razas, y a pesar de la recomendación que le hizo Susan a madame Zulú, de que no recibiera más de tres hombres por noche, hasta que cumpliera los dieciocho años, no había noche que no pasaran cuando menos cinco. Yo siempre estaba abajo esperándola a que acabara con su labor, para dormir con ella, pero no era suficiente para mí.

Yo no aguantaba esta situación, pues veía que semana tras semana, la lozanía y sonrisa de Violet se iban reduciendo, ya que su fama, no era solamente de una niña bella y sensual convertida en mujer, sino de que complacía todos los gustos y manías de los que pagaban sus servicios, y que, además, lo hacía siempre con el afán natural de satisfacer al macho en turno.

 Esto ocasionó, que varios individuos con los gustos más extraños y perversos buscaran su compañía. El colmo para mí, fue una noche que llegó un viejo en una silla de ruedas, lo acompañaban dos negros sucios y desarrapados, de esos que andan por las calles viviendo de lo que podían robar o de lo que le daban los que se apiadaban de ellos. Estuvo largamente dialogando con Madame Zulú, hasta que vi, como recibía un gran fajo de dinero y se hacía cargar por los indigentes, escaleras arriba, hasta el cuarto de Violet, estuvieron más de tres horas, hasta que los vi salir. Esperé un buen rato y al ver que no bajaba, subí a verla, me encontré el cuarto abierto y los tres mozos del burdel limpiándolo, había un fuerte olor a meados y mierda. En eso sale Violet del baño secándose su hermosa cabellera y me abraza, diciéndome que estaba muy cansada y que la llevara a dormir, que quería hacer el amor y olvidar lo que hizo ese día.

Esto fue la gota que derramó el vaso, le dije que quería casarme con ella e irnos a vivir a mi pequeña casa. ella me miró largamente y me abrazo dándome el beso más tierno que me habían dado nunca, y me dijo, con esa sonrisa que la caracterizaba, que la hacia la mujer más feliz del mundo.

Salí dispuesto a trabajar día y noche hasta reunir el dinero suficiente para sacar a Violet del burdel. Me fui a una ciudad más al norte por varios meses y logré reunir una moderada cantidad. Así a los seis meses regresé, y pese al ruego de Madame Zulú, que la dejara otra semana más, nos casamos, la pequeña recepción se hizo en el burdel, y una de las putas se hizo pasar por la madre de Violet, para que el juez pudiera casarnos, ya que ella era menor de edad (en aquel entonces la mayoría de edad era a los 21 años) y tenía que tener el consentimiento de la madre o el padre.

Nos fuimos a vivir a una pequeña cabaña que había alquilado, allí tenía mi laboratorio de fotografía, y Violet me ayudaba, pronto aprendió la fotografía y éramos muy felices, ella recuperó su lozanía, y le volvió aquella sonrisa de la que me enamoré, habían pasado cuatro o cinco meses, y en una noche en que estábamos abrazados después de haber hecho el amor, me preguntó, ¿ Quieres saber que me hicieron hacer aquella última noche antes de que me rescataras, con el viejo paralitico y los dos mendigos, y luego los últimos meses antes de que me rescataras?.

No, le dije, no quiero saber nada, para mí, tú, eres tú ahora, te amo, me amas y es lo que interesa.

Es que quiero que lo sepas, no a detalle, pero lo que significó en mi vida esa noche, y que sepas las cosas que hice después, en lo que me convertí, y porque significó tanto tu declaración.

No dije nada, pero ella lo tomó como aceptación.

-- Cuando entraron a mi cuarto, aquel viejo satánico y los dos mendigos negros que le acompañaban, sentí miedo, y presentí que me iban a pedir algo fuera de mis límites. Y así fue, me dijo el viejo que quería verme ser usada como retrete humano de aquellos inmundos vagos, yo le dije que nunca había hecho algo parecido y que podía satisfacerlo en cualquier otra forma, pero no así, entonces me dijo que había pagado una fortuna por eso, y que tenía que cumplir, yo, como sabes, le había prometido a mi madre obedecer en todo a Madame Zulú, así que lo acepté.

 Durante esas horas, que se me hicieron interminables, fui usada para todo por aquellos mendigos, mi boca fue el receptáculo de los desechos de aquellos seres inmundos, me follaron el culo y la boca, me usaron como retrete dos veces cada uno, usaron mi boca para mear y para cagar, mientras el viejo se masturbaba viendo, me sentí asqueada de mí misma, pero lo peor fue, que me di cuenta, después de la primera hora, que empezaba a gozar… ¡si!... empezaba a gozar de ser denigrada, y pedí más.

En los meses siguientes se corrió la voz entre los más pervertidos, de lo que era capaz de hacer. Cada vez, me gustaba más ser denigrada, el viejo paralitico fue otras cinco veces, cada vez con distintos malvivientes, iguales o más sucios que los primeros, una vez metió cuatro con él, y siempre pedía que hiciera lo mismo, yo lo esperaba con ansia y me gustaba, es más, tenía varios orgasmos haciéndolo. Otros clientes sabedores de lo que era capaz, pagaban por llevarme fuera del burdel, al barrio negro, allí me metían a los retretes públicos en donde me follaban mientras lamia los meaderos o las orillas de los retretes mientras rogaba que me azotaran y me hicieran comer mierda.

 llegué a ser vendida a un hacendado que tenía un establo en las afueras, fui un sábado y domingo, y llegué a ir durante los siguientes seis fines de semana. La primera vez, me encerró con cinco perros grandes a los que tenía que mamarles la verga y beberme su semen antes de que me encularan, después, ya no contento con eso, me ordenó chupar el miembro de los burros y los caballos, cada fin de semana invitaba a otros degenerados amigos de él, a quienes se les ocurrían las cosas más perversas, cada vez que iba, deseaba hacer cosas más y más sucias, bebí leche de todos los animales, inclusive de un macho cabrío que tenía una gran cantidad de esperma que sabía horrible, la primera vez la vomité, pero después…¡llegué a beberla tres veces!, incluso, los dos últimos fines de semana, ya cansados de ver como mamaba la verga de todos los animales, me hicieron beber sus meados y hasta me hicieron comer su mierda que embarraban en sus vergas después de que  los enculaban.

Después de esto, razoné que, si seguía allí, iba a terminar como un despojo humano, y tú me salvaste mi amor, por eso te estaré agradecida toda mi vida.

Esa noche la sentí más mía que nunca.

Una semana después, oímos el golpeteo en la puerta, al abrir me encontré a Susan acompañada de su marido y dos policías, me dijo que iban por Violet, que sabía que me había casado con ella sin su consentimiento y usurpando su identidad, y que mejor no opusiera resistencia o me mandaría a la cárcel, No valieron los llantos de Violet, la arrastraron a la fuerza y la subieron a un carro. Susan volteo a verme y me dijo que no intentara volver a verla.

Dos años después tocó a mi puerta, estaba vestida como señorita, con una maleta y traía de la mano a una linda niña. Lo supe de inmediato.

Fin.