miprimita.com

Trío de favores.

en Trios

Hola, permitirme que me presente. Mi nombre es Pablo y os escribo para contaros una historia que me ocurrió hace un tiempo y con la cual, descubrí una faceta de mi vida que hasta entonces desconocía.

Veréis, resulta que desde hace mucho tiempo tengo novia, y todo había ido transcurriendo con normalidad entre nosotros hasta entonces, tanto en lo afectivo como en lo sexual, aunque debido tal vez a la monotonía de conocernos ya tanto, al final (por lo menos por mi parte) empecé a notar que iba perdiendo ese deseo hacia ella que hasta entonces había tenido.

No obstante, al no habérselo dicho nunca, entre nosotros todo seguía con normalidad, aunque a mí me faltase esa chispa de morbo que existía antes en nuestra relación. Normalmente los dos solíamos salir siempre solos, pero a veces se apuntaba algún que otro amigo o amiga de ambos, como era el caso de David, el cual, al no tener novia, se venía en más de una ocasión a la discoteca con nosotros para ver si así ligaba algo, puesto que, aunque era una buena persona, no era muy agraciado físicamente y tal vez por eso aún seguía hasta virgen.

En uno de esos días de baile en el cual no tuvo esa suerte, se quedó muy deprimido, puesto que, aunque intentarlo lo había intentado por todos los medios, el éxito no le había acompañado. Por eso Gloria, que así se llama mi novia, al verlo tan mal, me preguntó si me importaba que ella bailase con él alguna canción lenta para animarle un poco, a lo que le contesté que adelante, que por mí no había ningún problema.

Así que una vez le dije eso, lo sacó a bailar lo cual para él fue toda una sorpresa, mientras que yo me quedé allí sentado viendo como se lo llevaba hacia la pista de baile. Luego empezaron a moverse acompasadamente y yo seguí mirándolos desde allí. Conforme iba avanzando la canción, vi como poco a poco iban juntando sus cuerpos y sus caras. Entonces fue cuando de pronto, noté que me estaba poniendo muy cachondo al ver allí a los dos rozando sus cuerpos, cosa que no me había pasado nunca.

A continuación, al acabar la canción, ambos hicieron por salir de la pista, pero yo, después de lo que me había ocurrido, les indiqué nerviosamente que podían seguir, que por mí no dejaran de hacerlo. Así que los dos me obedecieron enseguida y de esa forma pude seguir desde allí calentándome un poco más, viendo como sus cuerpos y sus labios se iban acercando cada vez más el uno al otro.

Al final, la erección que todo aquello me produjo, no la podía ocultar ya de ninguna manera, así que, tras hacerle una señal desde lejos a mi novia, me fui rápido hacia los lavabos y una vez entré en una de aquellas cabinas sin saber muy bien todavía lo que me había pasado, me saqué la polla como pude del pantalón y empecé a masturbarme poco a poco como un colegial, para después ir acelerando cada vez más el ritmo de mi mano, hasta conseguir disparar sobre ella un buen chorro de leche caliente, la cual hizo que se me quedase toda pegajosa, por lo que tuve que ir a asearme un poco antes de salir. Luego volví a la sala y vi que ellos habían acabado ya de bailar y estaban allí sentados tomándose su consumición. Entonces me uní a ellos y naturalmente no les comenté nada de lo que me había ocurrido anteriormente, lo que sí hice fue sacar a mi novia a bailar, y una vez en la pista y ya bien pegadito a ella, empecé a sentir algo dentro de mí que hacía tiempo que no sentía y mi polla lo agradeció, puesto que enseguida empezó a crecer y a engordar de nuevo, tanto, que ella se dio cuenta y comenzó a restregarse sobre mí con mucho morbo y a besarme en los labios con mucha sensualidad.

En ese momento miré a David y pensé que ahora tal vez a él, le estaría pasando lo mismo que me había ocurrido a mí, y eso aún me ponía más caliente todavía, por eso llevé una de mis manos a las tetas de mi novia para acariciárselas y otra a sus nalgas para atraerla aún más hacia mí y al bulto de mi entrepierna.

Gloria por su parte también estaba ya muy cachonda, así que llevó una de las suyas hasta mi polla y empezó a sobeteármela sin parar, sintiendo creo yo, que hasta sus continuas palpitaciones. Luego, cuando vimos los dos que estábamos a punto de corrernos, decidimos marcharnos a casa para rematar bien la faena, y tras despedirnos de nuestro amigo, así lo hicimos. Al llegar al apartamento empezamos enseguida a quitarnos la ropa ya desde la puerta de entrada, así que cuando llegamos al dormitorio ya nos la habíamos quitado casi toda.

Entonces cogí a mi novia y la puse de espaldas sobre la cama con las piernas bien abiertas y empecé a chuparle y a lamerle aquel coño tan caliente y mojado que tenía. Así fui consiguiendo darle todo el placer que me iba pidiendo, hasta que, al notarse ya demasiado cachonda, me empezó a decir que quería mi polla para llevársela a la boca y lubricármela bien para que después se la metiese entera hasta lo más profundo de su coño.

Seguidamente y cumpliendo sus deseos así lo hice, y una vez se puso de rodillas ante mí, empezó con su lengua a lamerme todo mi rosado glande, para después seguir metiéndose centímetro a centímetro todo aquel pedazo de carne que yo le ofrecía. Así se pasó un buen rato hasta que, por fin, viendo que me había puesto ya a cien por hora, la hice poner a cuatro patas sobre la cama y volví a chuparle otra vez toda aquella raja palpitante, hasta dejársela bien lubricada.

Luego empecé a meterle poco a poco toda la polla hasta que llegué a notar como mis huevos chocaban ya en sus redondeadas nalgas una y otra vez. Así me hizo estar un buen rato mientras que ella se iba echando hacia atrás en cada embestida para que la penetración fuese aún más profunda para ella.

Seguidamente y tras unas cuantas embestidas más en su coño, se la saqué del orificio y la hice ponerse de nuevo de rodillas para que, tras meneármela frenéticamente ante ella, me pudiese correr como así hice sobre su cara y su boca, ya que, entre tantos disparos, alguno le fue cayendo también dentro de ella.

Al final, una vez acabamos todo, nos quedamos los dos muy extrañados por la euforia que habíamos tenido, ya que hacía mucho tiempo que no lo habíamos hecho con tanta energía. A continuación, nos dimos una buena ducha conjunta y aunque yo sí que sabía porqué había ocurrido todo aquello, a ella no le quise comentar nada al respecto por si no llegaba a entenderlo, aunque en realidad a mí me estaba dando mucho que pensar.

Así fueron pasando los días, pero yo necesitaba saber qué me había pasado, por eso decidí probar de nuevo para ver si volvía a ocurrirme lo mismo. Para ello y sin comentarle a Gloria porqué lo hacía, invité un día a nuestro amigo David a comer en casa. Llegado el momento él se presentó allí con una botella de vino y tras saludarnos los tres, nos dispusimos a tomar el aperitivo en el salón.

Mi novia entonces se sentó junto a mí y justo enfrente de David, el cual debido a la posición que ella había adoptado en el sofá, le debía de estar viendo toda la entrepierna y las bragas, por la cara de circunstancias que iba poniendo y lo nervioso que le notaba. En ese momento y al igual que la otra vez, me empecé a poner muy caliente ante aquella situación, con tan solo pensar que mi novia lo estuviese poniendo así, tan solo con sus encantos.

No obstante, tampoco le comenté nada y traté de disimular como pude aquella gran erección que estaba teniendo. Ahora ya sabía por fin lo que me ponía a cien por hora, y era el ver a mi novia con otro hombre, así que me puse a pensar en como podría disfrutar mucho mejor de ese gran momento.

La verdad es que todo me fue saliendo bastante bien, puesto que tras comer los tres estupendamente, me pude quedar a solas con David tomando unas copas, mientras que ella nos dijo que se iba a dar una ducha rápida y luego se iba a cambiar. Al cabo de un momento mi amigo, debido tal vez a tanto beber, necesitó ir a uno de los baños, y al hacerlo yo me quedé allí solo en el salón.

Entonces, al pasar ante la puerta de uno de ellos, vio que estaba algo entreabierta y que sonaba el ruido del agua de la ducha. Así que se paró ante ella y trató de mirar por el trozo que quedaba abierto. Seguidamente pudo ver a través de un gran espejo que había en el interior a mi novia duchándose. David tras aquella visión empezó a ponerse muy cachondo y sin que lo viese nadie, comenzó a tocarse todo el paquete, hasta que al final, decidió sacarse toda la polla y se la empezó a menear poco a poco con mucha suavidad.

Yo al ver que tardaba, fui a interesarme por él, y fue así como lo vi allí con toda la polla al aire, aunque no le quise decir nada y me oculté como pude, empezando también tras el calentón a menearme la polla al igual que seguía haciendo él. Al verlo así masturbándose, me puse muy caliente y empecé a acelerar los movimientos de mi mano, lo que me produjo que soltase un leve gemido, el cual me delató ante David, que al verse pillado me miró asustado y trató de guardarse toda aquella polla tan grande que tenía y que vi que era mucho más larga y gorda que la mía, por eso, aunque lo intentaba no podía hacerlo.

Después de todo aquello salí ya de mi escondite con la polla en la mano y le animé a que siguiese allí masturbándose mientras la espiaba, al igual que iba a hacer yo a la salud de Gloria. Entonces él, aunque muy sorprendido me obedeció, y siguió espiándola y meneándosela hasta que se corrió sobre su mano, al igual que hice yo al verlo a él al cabo de un instante. A continuación, nos fuimos ambos al otro lavabo para asearnos y una vez allí le comenté de amigo a amigo todo lo que me pasaba.

Al principio no lo entendía y se mostró muy reacio a la proposición que le hice posteriormente, por eso le pregunté si es que no le gustaba mi novia ni tan solo para echarle un polvo, a lo que me respondió enseguida que sí que le gustaba mucho pero que lo veía todo demasiado raro. Así que tuve que tocarle su lado de ligón y le pregunté si veía normal que un joven como él estuviese todavía virgen con ese cacho de polla que tenía entre las piernas la cual le acababa de ver.

Luego le comenté que, si quería perder la virginidad, ese podía ser su día de suerte.

Así que, tras pensárselo de nuevo, al final me dio la mano y aceptó mi proposición. Ahora ya solo me faltaba hablar con Gloria y que los tres nos pusiésemos de acuerdo. Para ello empecé a pensar en cosas que ella me hubiese contado en la intimidad durante todo ese tiempo que habíamos pasado juntos, y una de ellas que me vino a la mente fue que en una ocasión me había confesado que no quería morirse sin antes haber probado otra polla más que no fuese la mía, ya que quería saber qué se sentía teniendo otra diferente en la boca y entre las piernas.

Entonces me di cuenta enseguida de que por ahí es por donde debía intentarlo con ella. Cuando Gloria acabó de ducharse y de arreglarse, se vino a unir a nosotros y entonces fue cuando estuve hablando con ella sobre David. Le dije que me había estado contando que se sentía muy mal por no haber podido follar nunca con ninguna chica y ser todavía virgen aún teniendo una polla mucho más grande y gorda que la mía tal y como ya se la había visto en alguna ocasión.

Luego le pregunté si no le daba pena verlo así, y ella me contestó que sí, pero que no sabía qué podía hacer por él. Entonces la miré fijamente a los ojos y le dije que si quería podía hacer lo mismo que hizo aquel día del baile, en el cual no había podido bailar más que con ella. En ese momento Gloria me miró extrañada y me dijo si sabía lo que le estaba pidiendo, a lo que le respondí que sí, ya que así tendría la oportunidad de hacerle un favor a él y ella podría probar otra polla que no fuese la mía, como desde siempre había sido su ilusión según me había contado en alguna ocasión.

Dicho esto, se quedó pensativa, y mirando a David desde lejos con cara compasiva, el cual se había quedado allí solo y sin saber que estábamos tramando, me contestó muy nerviosa que, si yo estaba de acuerdo, lo haría. Entonces nos fuimos hacia él y le ofrecimos una copa. Luego empezamos ambos con unas bromitas muy morbosas y picantes y así poco a poco, fuimos calentando el ambiente.

Seguidamente le hice una señal a David como de aprobación y con una excusa que me inventé, intenté dejarlos solos. Para ello, hice como que me iba a la calle y en realidad lo que hice fue irme hacia otra parte del apartamento. Mi novia entonces siguió hablando con él y a continuación puso una música lenta y volvió de nuevo a sacarlo a bailar.

Él, aunque estaba muy nervioso se pegó con ganas a ella y fue así como pudo comprobar que lo que yo le había contado sobre su polla era del todo cierto, puesto que la estaba sintiendo allí en sus muslos y también en toda su entrepierna. Así mi amigo se fue calentando aún más y empezó a tocarle las tetas y el culo, pero ya sin ningún tipo de disimulo.

Yo por mi parte volví allí y empecé a espiarles sin ser visto, mientras que mi erección empezaba ya a notarse mucho y más aún cuando se fueron al dormitorio y con la puerta abierta se empezaron a desnudar el uno al otro. Entonces al llegar al slip y bajárselo, apareció ante los ojos de ella, aquella gran barra de carne tan dura y tiesa, la cual la dejó sin palabras, o mejor dicho con tres palabras, las cuales fueron… Oh, Dios mío ¡. Así que, dicho eso, enseguida empezó a palpársela por todos los lados, al igual que hizo también con sus huevos.

Después se la empezó a chupar como una loca y se la fue intentando meter toda poco a poco en su boca, aunque le era imposible debido a las dimensiones que tenía. Así se pasó un buen rato intentándolo, mientras que yo seguía meneándomela como un poseso allí escondido viéndolos a ellos. Al cabo de un rato David la hizo poner de espaldas en la cama con las piernas abiertas, y aunque no tenía mucha experiencia en el tema, le empezó a lamer y a chupar todo su húmedo coño. A continuación, le fue metiendo su lengua dentro de él, así como lo hizo también en su culo, lo cual, aunque al principio le pareció raro, después vi que le gustaba mucho, puesto que se iba separando las nalgas con sus manos para que él pudiese chupárselo todo mucho mejor hasta cansarse. En ese momento Gloria tan solo hacía que gemir de placer y pedirle más y más a mi amigo, así que él, trataba de complacerla como podía, por eso la hizo ponerse a cuatro patas sobre la cama y desde atrás empezó a follarla por el coño con todas sus ganas una y otra vez. Por mi parte yo seguía allí meneándome la polla sin parar ante aquellas imágenes, agilizando cada vez más los movimientos y estando ya a punto de estallar. Así que, al no poder aguantar más aquella situación, entré en el dormitorio con mi polla tiesa en la mano ante el asombro de los dos, y mientras iba desnudándome, me subí a la cama y le ofrecí mi polla a mi novia, la cual me la empezó a chupar enseguida como una loca, con mucha maestría.

Por otro lado, nuestro amigo seguía dándole fuerte desde atrás y según nos comentó, aquello era para ella como estar en la gloria, por el placer que estaba recibiendo por ambos lados. Luego se me ocurrió que podíamos hacer algo que había visto en alguna película porno como era la doble penetración. Así que una vez lo propuse y los tres estuvimos de acuerdo, tal vez debido a la calentura que teníamos, decidimos intentarlo.

Entonces le dije a David que se pusiese acostado de espaldas sobre la cama y que mi novia se pusiera sobre él. A continuación, le comenté a ella que le cogiera aquella polla tan larga que tenía y se la fuera metiendo poco a poco en su coño hasta que la tuviese toda dentro. Una vez lo hizo, yo desde atrás le fui levantando como pude un poco sus redondeadas nalgas, y una vez que lubriqué bien toda mi polla con mucha saliva, le di también unos cuantos lengüetazos en la aureola de su culo, así como en su orificio central, el cual parecía que me estaba invitando a que lo perforase cuanto antes.

Luego fui intentando clavársela poco a poco, hasta que al final lo conseguí. A continuación, me paré un instante y cuando vi que su esfínter se había dilatado lo suficiente, empecé a bombear sobre él, al igual que fue haciendo David, pero en su coño. A partir de ahí ella empezó a gemir y a chillar de placer como nunca la había visto, y al cabo de un rato de estar los dos dándole fuerte por ambos orificios, decidimos sacársela de sus calientes agujeros, para corrernos seguidamente sobre aquellas maravillosas tetas que tenía y sobre su vientre como así hicimos.

Después ella con uno de sus dedos, cogió un poco de leche de cada uno de nosotros y se la llevó hasta la boca, viendo los dos como con su lengua las iba saboreando, mientras nos miraba a ambos en plan sensual.

Al terminar todo aquello, nos estuvimos duchando los tres y a continuación, acordamos no volver a repetirlo, ya que todo lo ocurrido allí, había sido como un favor mutuo que ambos nos habíamos hecho por diferentes circunstancias y que, a partir de ahí, seguiríamos siendo lo que habíamos sido hasta entonces, tan solo unos buenos amigos. Así que una vez lo aceptamos, despedimos ya a David, el cual tras haber perdido su virginidad estaba más que contento, y nosotros volvimos a nuestra rutina de siempre, aunque a partir de entonces, ya sería algo más elaborada y con algunas prácticas nuevas en nuestro repertorio, como por ejemplo el sexo anal, ya que, al parecer, a mi novia le había gustado tanto.

FIN.

Mas de olivenza

El increíble regalo de mi sobrino.

Las virginidades de mi novia

El masaje con final feliz de mi esposa.

Mi primer intercambio.

Mi amiga, mi marido y yo.

Visión, sueño y realidad.

Ya no sé, si soy hetero.

Trío inesperado, aunque estupendo.

Max, el perro de mis vecinos.

Su silueta me encantó, y después me taladró.

Lo que una me empezó, otra me lo acabó.

Historia de una caliente viuda.

Una comida con final inesperado.

Intercambio equino de parejas

El primer anal de mi esposa.

Mis dos amigos y yo (2)

Mis dos amigos y yo ( 1 )

Mis verduras y yo.

Mi marido, su perro y yo.

Complaciendo los deseos de mi novio.

Blanco y ébano,la combinación soñada.

Cumpleaños con sorpresa.

Pasión frustrada y sueño.

La primera vez que vi una p---a.

Nuestro primer intercambio

Experiencia a ciegas

Un caballo en plena sierra

El establo mágico

Mi primer glory hole

Aprendiendo con mi amiga

20 minutos de gloria ?

Rufus, mi amigo soñado.

Acurrucado en tu cuello.

De reprimida a insaciable.

Mi nueva dieta sexual

La herencia venía con premio extra (ii parte).

Buscando nuevos aires (ii parte).

La herencia venía con premio extra (i parte).

Buscando nuevos aires (i parte).

Confesiones de teresa (i parte).

Casa nueva, vida nueva (ii parte).

Casa nueva, vida nueva (i parte).

Innovadora experiencia

Las vacaciones de maría (iii parte)

Las vacaciones de maría (ii parte)

Las vacaciones de maría ( i parte )

La invitada (iii parte)

La invitada (ii parte)

La invitada ( i parte )

Trágico aniversario

Mi viaje a zaragoza (ii parte)

Mi viaje a zaragoza ( i parte)

Mi paciente favorito (parte ii)

Mi paciente favorito (parte i)

Sorpresa nocturna

Retraso en el metro