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Descorchando a Marta XI Tarde de chicas

en Dominación

WhatsApp “Vamos a pillar”

fresa: a ver, todas lo tenéis claro? Tenéis que pillar unos tejanos que tengáis viejo y convertirlos 

Ainhoa: Joder Marta. Eso es muy corto. Si salgo así a la calle, mi padre me mata

fresa: dos cosas Ainhoa: primero en este chat no soy Marta, si no fresa. Y en segundo lugar, las reglas son estas, o lo aceptas o lo dejas

Carla: yo tengo unos parecidos, pero más largos. Me parece morbosa la idea, así que los recortare. Pero si con los que tengo ya parezco una puta, con cuatro dedos menos, estoy seguro que va a ser un escándalo.

Agujero: no seas cría. Tenemos edad para llevar eso y a los hombres les parecerá bien

Ainhoa: está bien, saldré con otros a la calle y me los pondré en algún lado. Pero se me va a ver todo el pelo del chocho

fresa: el Amo no quiere nada de pelo, que después nos lo tenemos que comer nosotras y es una guarrada. Ya te estás depilando!!!

Ainhoa: pues ya me diréis como! Mi madre no se lo depila tampoco y no hay cuchillas y yo paso de hacérmelo con la epilady, que me lo dejara al rojo vivo.

fresa: no me cuentes tu vida, pero has de estar lista para las tres, que vendremos a buscaros con el coche

Carla: joder tía… Estas segura? A mí me da mucho palo esto de que tu madre participe.

Agujero: bufffffff cuando os pille vaca el chocho, vais a flipar ¿Os lo han comido alguna vez?

Carla: un par de veces, pero me pone nerviosa más que excitarme

Ainhoa: A mí sí. No veas que mojadura pille…

Agujero: pues cuando os meta la lengua vaca, vais a flipar… fresa es buena comiendo coños, pero su madre además, sabe usar los dedos de puta madre

Fresa: jajaja eres una cerda viciosa agujero

Agujero: si señora

Amo Carlos: Buenos días, chicas. He visto que fresa ya os ha dado las instrucciones ¿Alguna duda?

Ainhoa: No Señor

Fresa: No Amo

Agujero: No Amo

Carla: No Amo

Amo Carlos: Carla, tu todavía no te has ganado el honor de llamarme Amo. Si esta tarde te portas bien y cumples como una buena perra, no te quitare el collar y te daré un nombre de esclava. Mientras, llámame Señor.

Carla: Perdón, Señor

Amo Carlos: Bien. Puesto que van a jugar con nosotros, voy a añadir al chat a vaca y al Amo Marcos. Como a mí, las que todavía no han sido sometidas, le llamareis Señor y cuando os lo permitamos y solo entonces, el tratamiento será de Amo ¿Entendido?

Fresa: Sí Amo

Agujero: Sí Amo

Carla: Sí Señor

Ainhoa: Sí Señor

Amo Carlos a añadido a Amo Marcos a la conversación

Amo Carlos a añadido a vaca a la conversación

Amo Marcos: Vaya, vaya… así que este es el chat de las compañeras de clase de mi hija… vaya cuatro… que sepáis que he visto los videos que habéis mandado y me han puesto la polla muy dura. Espero que seáis tan viciosas como parece en ellos y que no sea solo boquilla, porque me ponen las niñatas que parecen una cosa y luego son otra.

Amo Carlos: Si… quien diría, viendo sus fotos de perfil que pueden llegar a ser tan cerdas…

Vaca: Hola chicas. Soy vaca. Si tenéis alguna duda, decírmelo y yo os ayudare en lo que pueda para que sea lo más placentero para todas. No sé si mis Amos os han contado la jerarquía…

Amo Marcos: No vaca. Explícaselo

Vaca: Vale. Gracias, Amo. Está bien. Los Amos tienen el rango más alto. Os pueden usar como y cuando quieran por donde quieran. Indistintamente de lo que vosotras queráis. Luego, con el permiso de los Amos, estoy yo. Cuando ellos no estén, me debéis obediencia a mí, que actuare en su nombre y velando por sus intereses y si falto yo, será fresa quien llevara la batuta. Puesto que agujero ha entrado algo antes que vosotras, es la siguiente en el escalafón y las dos nuevas, en lo más bajo ¿Es así, Amo?

Amo Carlos: Muy bien, vaca. Buena perra. Una vez dicho esto, os quiero a las cinco con esos pantalones puestos y sin ropa interior. La parte de arriba va a vuestra discreción, pero ha de ser algo que se pueda retirar fácilmente o con suficiente escote para sacaros las tetas cuando nos apetezca. Hasta luego.

Ajustándonos al horario las tres menos diez llegábamos Marcos y yo a la puerta del instituto, aparcando el coche a una distancia prudencial para poder ver el punto de encuentro, pero lo suficientemente lejos como para que no nos viera nadie que pudiera estar atento a la escena.

Cinco minutos después llegaba Carla. Su pelo castaño iba recogido en una larga cola que casi le llegaba a media espalda. Llevaba una camisa rosa que apenas le marcaba las tetas y unos tejanos que eran una buena copia del ejemplo que había puesto fresa en el chat. Unas bambas negras completaban el conjunto.

Dos minutos más tarde llegaba a la puerta del instituto Ainhoa. Sus tejanos, algo más cortos que los de Carla dejaban ver perfectamente sus nalgas y puesto que eran algo más grandes que los de su amiga, algo más del coño de su portadora. En la parte superior llevaba una camiseta de tirantes de color verde oliva y unos bonitos zapatos. Era la primera vez que la veíamos con unas gafas de pasta negra, ya que tanto en los videos como cuando la conocí en persona, llevaba puestas unas lentillas. Al llegar y encontrar a Carla, le dio dos besos. Por el lenguaje corporal de ambas, se las notaba nerviosas. No paraban de moverse y mirar hacia todos lados y de tirar del pantalón para que les tapara algo más de nalga, cosa que era imposible.

A las tres en punto hizo su aparición el coche de vaca, con fresa y agujero en su interior. Al aparcar, en el vado del propio instituto, bajaron las tres. Tanto fresa como agujero llevaban un pantalón que les llegaba exactamente a media nalga y que dependiendo de cómo se movieran, dejaba ver las antenas de los huevos vibradores que llevaban en el interior de sus coños. Ambas llevaban una camiseta que les tapaba únicamente las tetas, ya que dejaba al descubierto su barriga y en la que se podía leer, en letras estridentes “arrep” (La palabra Perra se podía leer si se miraban a través de cualquier espejo). Por su parte, vaca lucia el mismo conjunto que las dos sumisas y contrastaba terriblemente con el grupo, ya que parecía una milf que había llevado mal lo de envejecer y pretendía parecer igual de joven que su hija y amigas.

Las chicas, cuando bajaron del coche y se dirigieron hacia sus amigas, las saludaron con un discreto pico en los labios, mientras se daban un abrazo en el que se tuvieron que notar los pezones, puesto que todas tenían prohibido usar los juveniles sujetadores que ya tenían que llevar por el volumen de sus pechos. Por su parte, vaca llego al grupo algo mas tarde y se dirigió a las novatas con paso firme. Una vez delante suyo, agarro a Ainhoa por la nuca y le dio un profundo beso con lengua, que la pillo totalmente desprevenida, haciendo que pusiera caras raras mientras la lengua de vaca jugaba en su boca. Cuando le llego el turno a Carla, puesta ya sobre aviso, dio un soberbio beso con lengua a la madre de su compañera de clase e incluso se atrevió a amasarle con disimulo la nalga izquierda.

Vaca: vaya… - dijo mientras sonreía a la joven Carla – Tienes una buena lengua…

Carla: Si… me lo dicen mucho – mientras devolvía la sonrisa

Vaca: Genial. Entonces seguro que tu y mi coño seréis buenas amigas…

Y diciendo esto, se giró para entrar en el coche otra vez. Al hacerlo, sus pantalones, que eran una talla inferior a lo que necesitaba se le metieron en la raja del culo y la del coño, pareciendo más un tanga tejano que un pantalón de dicha tela que dejaba ver la antena del juguete vaginal que ella también llevaba, pero a ella parecía no importarle y se limitó a sonreír mientras arrancaba el coche, en dirección a los cines de Cerdanyola, llamados “el punt”. Agujero se sentó delante, al lado de vaca, mientras que fresa se sentaba entre Carla y Ainhoa.

Vaca: bueno, chicas – les dijo como si fuera un tema totalmente trivial – en el chat ya ha quedado claro que en el orden jerárquico estáis por debajo mío, así que actuare en interés de mis Amos. Lo que vais a hacer es un camino de no retorno. Cuando se entra a su servicio, no se puede interrumpir. Y si se sale de él, es para siempre. Sin segundas oportunidades ¿Habéis entendido hasta aquí? – pregunto a las dos candidatas. Ambas cabecearon en sentido afirmativo – perfecto. Ahora vamos a un cine, en el que seréis iniciadas en la sumisión. Si no tenéis claro qué queréis servir a los Amos, os ruego que lo digáis ahora. Parare el coche y podréis bajaros. Si lo hacéis, los Amos no usaran los videos que tenemos de ambas y el juego terminara de forma definitiva. Si permanecéis en el coche, aceptáis someteros y seguir haciéndolo hasta que decidáis dejarlo. Para ello, basta con que pronunciéis la palabra “ROJO”. Eso supondrá la parada absoluta del adiestramiento y la ruptura total con los Amos y con el resto de las perras. La aceptación de las reglas lleva implícito vuestra total e inmediata obediencia a todo lo que se os ordene. Este modo de vida exige una total confianza en los Amos y desobedecer solo puede significar que no estáis preparadas y por lo tanto, no se os permitirá seguir con vuestro adiestramiento – Otro nuevo cabeceo de las chicas indico a vaca que la habían entendido, pero que no bajaran del coche significaba que estaban dispuestas a entregarse como sumisas, por una parte para no perder su apuesta, pero mayoritariamente por el morbo que les daba ser modeladas como esclavas, a manos de Amos con experiencia y de los que les habían hablado maravillas sus amigas – Bien… comentado esto, fresa me ha dicho que os habéis descargado el programa del vibrador wifii y que ya os ha explicado cómo funciona – ambas chicas asintieron con la cabeza – perfecto. Tenemos quince minutos hasta llegar a los cines. Quiero que os bajéis los pantalones hasta las rodillas y abráis las patas para que se os vea bien el coño para que fresa os los pueda meter.

Las chicas desabrocharon el botón y levantaron el culo para poder quitar la prenda de sus caderas, después abrieron las piernas para dejar espacio libre a fresa, que inmediatamente desenvolvió el primer vibralush y se lo llevo a la boca para lubricarlo e introducirlo en el coño de Carla, donde se alojó sin ningún tipo de problema, lo que demostraba que aquel agujero estaba más que entrenado para recibir visitas. Fresa introdujo un dedo para asegurar que no salía más que la antena de color rosa del juguete y cuando termino, miro a agujero, que estaba enviando el video al grupo para que todos pudiéramos tener un recuerdo de aquel momento. Cuando esta le dijo que ya estaba lista para gravar el siguiente, repitió la operación en el coño de Ainhoa, a quien le costó bastante más encajar el objeto.

Ainhoa: De… déjame a mi… ohh… por favor… - dijo a la vez que intentaba coger el juguete de la mano de fresa. Pese a ello, fresa tenía órdenes concretas de metérselo ella y no se lo permitió.

Vaca: ¿Qué pasa? – Pregunto a su hija - ¿Algún problema en metérselo?

Fresa: no señora – respondió usando el tratamiento correcto para dirigirse a su madre sin estar nosotros presentes – Ainhoa está muy mojada, pero le cuesta entrar… pero… ya! Ya está dentro – dijo fresa después de dar un buen empujón al juguete, que lo introdujo profundamente en el coño de su compañera de clase, hasta casi hundir totalmente la antena, así que a parte de vibrador, entraron parte de los dedos. Cuando los quito del coño de su amiga, fresa se llevó inconscientemente a la boca – ala! Que flujo más rico!

Ainhoa: Yo… Ufffufffuffff… Joder, que morbo… - decía entrecortadamente – me… me voy a… joder!!!JODER QUE ME CORRO!!! – dijo mientras sacudía la pelvis como si le estuvieran aplicando descargas eléctricas.

Fresa: Ala!!! Solo le he metido el huevo en el coño y ya se ha corrido! – Dijo mientras pasaba los dedos por la raja empapada y totalmente depilada de su compañera de clase – Y que mojadura lleva!!! Cuando se la claven los Amos, se va a correr como una guarra. Igual que hizo agujero. ¿Verdad que si, cacho de mierdecilla? – Dijo mientras acercaba los dedos empapados de flujo de Ainhoa a la boca de agujero, que los devoro sin descuidar por un solo segundo la grabación que estaba haciendo del momento y que enviaría más tarde al grupo de whatsapp.

Vaca: esta pequeña perra también tiene un buen potencial – dijo mientras echaba una mano hacia atrás para acariciarle el coño a Carla y recoger parte del flujo que salía de él para llevárselo a la boca y saborearlo – delicioso… Por cierto ¿Cómo te has afeitado el coño, Ainhoa?

Ainhoa: Pues… - dijo poniéndose roja de vergüenza – con la máquina de afeitar de mi  padre. Espero que no se afeite ni hoy ni mañana, porque estaba tan excitada cuando lo he hecho que tenía que irla limpiando de pelo y… de flujo. Cuando he terminado, me pareció que la maquina olía a coño, pero igual son imaginaciones mías…

Carla: Jajajajaja. Ahora tu padre, cuando se afeite, te olerá el coño. Seguro que se le pone dura y no sabrá porque a menos que reconozca el olor. Y si lo hace, es que te huele las bragas sucias jajajaja – dijo la mayor del grupo con mucha soltura, como si fuera algo que conociera.

Vaca: Silencio, cerdas – dijo en tono tajante, como hembra Alpha mientras descolgaba el teléfono y lo ponía en manos libres – llaman nuestros dueños. ¿Si Amo?

Carlos: Vaca, Marcos y yo ya hemos visto como las dos crías han recibido los huevos vaginales. Que fresa les explique cómo configurarlos y cuando estén listas, las añadiremos al grupo – le explique a nuestra sumisa – cuando lleguéis a los cines, aparca en la explanada que hay delante, pero no en la parte visible. Quiero que aparques el coche con el maletero tocando los árboles. Nosotros aparcaremos al lado y les pondremos los collares a las nuevas perras. Agujero ¿trajiste las camisetas para ellas?

Agujero: Si, Amo. Están en el maletero.

“Bien” dije y colgué. El cine al que íbamos era un multi pantalla, es decir, con muchas salas. Algunas de ellas, las conocidas como “delicatesen” tenían asientos reclinables. En estas salas solían hacer los pases de películas con cierto tiempo en cartelera que ya no reportaban tanto benefició. La ventaja de este establecimiento es que se puede comprar las entradas por internet y que ves que capacidad tiene la sala y cuantas entradas están vendidas. La idea de ir al cine por primera vez con las dos perras nuevas era para exponerlas a una situación límite que si no las rompía, garantizaba que podríamos hacer lo que quisiéramos con ellas, así que compre siete entradas para una sala que únicamente tenía capacidad para quince personas y que, al consultar las ventas por internet, para ver que disponibilidad tenían los asientos, no tenia mas butacas compradas.

Entrando en la cercana ciudad de Cerdanyola, agujero puso una foto en el grupo de whatsapp donde se veía a fresa con las manos en los depilados coños de sus compañeras de clase y como con los dedos índice y medio de cada mano abría los labios vaginales de sus amigas, dejando expuesta la antena del huevo vaginal y los clítoris hinchados de ambas.

Carlos: fresa será una gran switch – le dije a Marcos, en referencia a las esclavas que pueden tomar el rol de Amas si se lo ordenan – como su madre.

Marcos: La verdad es que si. Ya viste como trato a las otras y como lleva de apretada a agujero si se despista…

Cuando llegamos a los cines, no había casi nadie en la puerta. Aquella hora, con el calor que hacía, convertía aquella primera sesión en un gasto para los cines. Vaca maniobro el coche y lo aparco a unos escasos cien metros de la puerta, fuera de la línea de visión de la entrada del local. Tal como se le había ordenado, aparco con el maletero casi tocando la pared y yo hice lo mismo, dejando mi coche a una distancia suficiente como para que al abrir las puertas, los extremos se tocaran y entre los coches tuviéramos espacio para iniciar a las pequeñas aprendices.

Nada más bajar del coche, agujero se puso en cuclillas, haciendo que se le viera perfectamente todo el coño y, sacando la polla y los cojones de Marcos por la bragueta, la empezó a mamar. Era algo que mi colega le había ordenado: que siempre que tuviera oportunidad, se la metiera en la boca, sin esperar la orden. Al verlo, las otras dos se quedaron un poco paradas, pero fresa les explico que su Amo/padre había tenido la deferencia de encargarse personalmente de la educación de agujero para hacerla una esclava perfecta. Mientras que Carla miraba atónita la mamada, Ainhoa estaba algo más nerviosa y atenta a los alrededores, por si venia alguien.

Marcos: ¿Te gusta como lo hace agujero, putita? – le pregunto ante la atenta mirada de la aprendiza – a ver que eres capaz de hacer tu… pero antes… - dijo mi colega, sacándole la polla de la boca a agujero y extendiendo una mano hacia vaca

Vaca le entrego a su Amo el mismo collar que llevaba agujero. Un collar de cuero, de color blanco, con una argolla a la altura de la nuez. Era un simple collar de sumisa. Fino y sin pretensiones, regalo de nuestro amigo José. Cuando lo vio, la cría se recogió el pelo, que le caía tras la nuca y se acerco a Marcos, para que se lo ciñera. Él lo hizo con la polla a escasos centímetros de la cara de Carla, quien no perdía de vista ni un segundo el babeante capullo de quien sería su Amo. Cuando aquella señal de propiedad quedo ajustada en el cuello de la repetidora, marcos acerco el rabo a su boca y se lo dejo chupar.

Carla saco la lengua y empezó a lamerle los huevos a Marcos. Sin prisa. Pegaba pasadas con la parte plana de la lengua y luego subía hasta el capullo, ensalivándola bien. Una vez la tubo bien mojada, abrió la boca al máximo y mirando a los ojos a Marcos, se metió más de media polla y luego, centímetro a centímetro, fue apretándose contra él, hasta que desparecieron los casi 20 cm de rabo de mi colega en el interior de su garganta. Aquella cría sabia como hacer una mamada y eso le agrado a mi compadre.

Marcos: Vaya, vaya… así que tenemos una cerda experta en el grupo… - dijo con aprobación mientras dejaba que la propia cría fuera quien se follara a sí misma la boca con su polla.

Yo por mi parte, había ordenado salir a Ainhoa del coche y tras ponerle el correspondiente collar, le estuve acariciando sus pechos en desarrollo, el culo y un encharcado chocho que manaba jugos sin parar. Aquella humedad constante se notaba ya en la entrepierna del pantalón, que lo volvía bastante más oscuro. Vi con satisfacción que sus pezones habían reaccionado al contacto y se habían puesto erguidos, notándose bajo su camiseta. Después, le desabroche el botón y deje caer los pantalones hasta los tobillos, empezando a jugar con su tierna vagina, de la que asomaba una antena de color rosa. A pesar de estar prácticamente llena con el huevo vibrador, no tuve demasiados problemas para meterle un dedo en el coño, que estaba realmente empapado pese a que el juguete todavía no se había sido puesto en marcha. Cuando lo gire y le toque el punto G, aquella pequeña fulana se corrió con un gemido mientras se aguantaba en el coche para no caerse.

Carlos: Mira que bien… - dije mirando a Marcos, que ahora mismo tenia a Carla comiéndole la polla mientras agujero hacia lo que podía por llegar con la lengua a sus pelotas – me parece que nuestra pequeña gafa pasta es una zorrita con multiorgasmia. ¿Es así, putita? – y diciendo esto, volví a estimularle el mismo punto, consiguiendo que se corriera en menos de medio minuto por segunda vez, soltando una gran cantidad de flujo, que casi me empapo hasta la muñeca mientras le comía la boca y devoraba sus gemiditos.

Aprovechando la gran cantidad de flujo que me resbalaba por la mano, saque mi dedo de su coño y pasándolo por debajo de sus piernas, encontré el agujero del culo. Ambas habían recibido la orden de comprar y usar un enema para tener aquel agujero disponible, así que cuando empecé a apretar, la pequeña pajillera soltó un respingo.

Carlos: Relájalo – le dije en la oreja mientras dejaba de comerle la boca – hoy te la follaremos Marcos y yo y te lo rellenaremos de lefa. Pero tranquila, hay tres perras que te ayudaran en que esta sea la experiencia más morbosa de tu vida.

Y diciéndole esto, le volví a comer la boca con ganas al tiempo que le metía las dos primeras falanges del dedo medio, que al notar menor resistencia entraron sin mayor novedad. La niña, que al principio se había mostrado tímida, poco a poco había ido perdiendo esa timidez y ahora besaba con lengua con más ganas que efectividad. Mientras, fresa, que había estado atenta a nosotros, entro en acción en cuando le separe las nalgas a su amiga. Le metió la lengua en el ojete y empezó a comérselo, cosa que provoco otro orgasmo en la pequeña empollona. Unos minutos después y tras otro par de orgasmos mientras fresa le comía el culo y yo le movía el dedo dentro del coño, vaca nos informo que apenas quedaban diez minutos para el inicio de la sesión.

Fresa: Madre mía… es delicioso! – Dijo mientras se levantaba de detrás de su amiga y le comía la boca a su madre, pasándole parte del flujo- ¿No crees, vaca? - Vaca paladeo aquel gusto que acababa de recibir, como lo haría el mejor de los metres de un caro restaurante con un vino de lujo y dio su aprobación. Luego, estiro la mano y le metió dos dedos a la amiga de su hija y empezó a follarla con ellos sin piedad, lo que le provoco un nuevo orgasmo. Al terminar, se volvió a llevar los dedos a la boca.

Vaca: que dulce es la hija de puta – dijo mientras volvía a usar los dedos como una cucharilla para recoger más flujo del coño de Ainhoa – como un puto caramelo

Carlos: Bien, putitas. Ahora cerda y dulce se quitaran la blusa y se pondrán las mismas camisetas que llevan la otras tres perras – inmediatamente agujero las repartió y Carla (cerda) y Ainhoa (dulce) se las pusieron – Perfecto. Poneros esto – Les dijo mi compañero mientras les daba la versión de sus plug anales sin las colas. Estos, del mismo diámetro que los otros, terminaban en un cristal en forma de joya en lugar de la larga cola de perra que llevarían es sitios más reservados. Cerda se lo metió con cierta dificultad, pero dulce, gracias a la saliva de fresa, lo hizo relativamente más rápido – Bien pequeñas, ahora os iréis las cinco hacia la sala. Nosotros os seguiremos a distancia y entraremos algo mas parte. Quiero que os sentéis de la siguiente forma: cerda, un espacio vacío y agujero. En la fila de abajo os sentareis dulce, la butaca vacía y fresa. Y vaca se sentara en la tercera fila, la más cercana a la pantalla para poder grabar todo el espectáculo ¿Queda claro? – Todas las sumisas asintieron – pues vamos – les dije para que se pusieran en marcha.

Mientras veíamos como caminaban delante de nosotros luciendo sus culos, del que se escapaba algún brillo por el plug anal que llevaban, Marcos me miro y sonrió. A las dos nuevas incorporaciones se las veía caminar algo agarrotadas con los juguetes en sus agujeros. Espero  a que estuvieran a punto de entrar en el cine y justo entonces, activo los vibralush que todas llevaban en sus coños. Todas dieron un respingo más o menos importante cuando notaron que el aparato empezaba a vibrar en sus entrañas, pero todas lo sobrellevaron bien, sin que se notara demasiado, menos dulce. La cría se paró en seco, junto sus rodillas y echándose hacia adelante, como si le diera un retortijón, empezó a temblar, presa sin duda de uno de sus múltiples orgasmos. Marcos me miro inquisitivo, como preguntándome con la mirada si tenía que apagar el mecanismo.

Carlos: No lo apagues. Que se acostumbre a caminar con ese regalo puesto y a controlar sus orgasmos – dije mientras veía como vaca se acercaba a ella y la ayudaba a incorporarse y a caminar, pese a que esa vibración era un placer casi doloroso para la pequeña aprendiz – nadie dijo que fuera fácil…

Cuando entraron en el cine, todo hombre que había cerca las siguió con la mirada. Aquel grupo de diez nalgas bien merecía girar la cabeza. Si hubieran sido algo mayores, la gente creería que iban de despedida de soltera, pero con esa edad, las miraron como unas provocadoras. Incluso el encargado de leer los códigos de barras de las entradas se las miro más que detenidamente, no sabiendo si las podía dejar pasar con aquel atuendo. Afortunadamente, un par de sonrisas de vaca y unas palabras cariñosas, hicieron que se le bajara la suficiente sangre a la polla al trabajador como para no pensar en prohibirles el paso. Cuando un par de minutos después, tras aprovisionarnos de palomitas y bebidas en el bar del cine, le enseñamos nuestras entradas nos miro con verdadera envidia, intuyendo que íbamos juntos, ya que llevábamos siete bebidas y cuatro raciones dobles de palomitas.

Encargado: Cuidado con lo que hacen ahí dentro. No quiero escándalos – nos dijo discretamente

Carlos: Bueno… será bastante escandaloso, pero si no hay gente en la sala, no tiene que ser difícil pasárselo bien… todos…– y con una sonrisa, nos fuimos mi amigo y yo hacia la sala delicatesen.

Carlos: ¿A quién quieres estrenar? – le dije a mi colega

Marcos: Déjame a cerda – respondió – tiene pinta de ser una putita viciosa y me gusta.

Carlos: perfecto – yo me encargo de la empollona. Le voy a enseñar cosas que no están en los libros

Entramos cuando empezaban a poner los anuncios. Las perras se habían distribuido tal como se les había indicado y tras repartir las bebidas, nos sentamos Marcos y yo en nuestros sillones. Tanto cerda como dulce se encontraban entre la pared y uno de nosotros. Fresa y agujero, a nuestro lado, se interponían entre el pasillo y la “fiesta”.

Cuando nos sentamos, mire para atrás. Agujero le había sacado otra vez la polla a Marcos y ya se la estaba comiendo como una loca. Aquella niñata se había grabado a fuego esa instrucción de mi compadre y la llevaba lo antes posible a cabo. Por su parte, Marcos había subido la camiseta a cerda y le estaba comiendo un pezón mientras tiraba del otro, lo que provocaba sensaciones encontradas en la chavala

Carlos: Ven aquí, zorrita – le dije a dulce mientras la agarraba por la nuca – es hora de ver que sabe hacer esa boquita tuya. Fresa, sácame la polla y enséñale a tu amiga como trabajármela.

Fresa: Si Amo – Dijo con respeto. Y dirigiéndose a dulce le ordeno en todo tajante – Ven aquí, pequeña mierda. Te voy a enseñar como se la has de chupar al Amo Carlos para darle gusto. Ponte de rodillas, pero antes, quítate los pantalones. El Amo ha de tener acceso a tus agujeros sin impedimentos.

Y diciendo esto, fresa se quito el pantalón, dejando al aire su coñito en forma de hucha. Su clítoris, que le asomaba por la parte superior de los labios, se notaba inflamado y con ganas de marcha. Cuando su compañera se quito los pantalones pude ver bien lo que escondía entre las piernas. Su coñito también tenía unas proporciones bonitas. Los labios menores no sobresalían de los mayores y estando en pie, se veía cerrado, pero unas gotas de flujo colgaban en la parte baja, lo que me daba una idea de su nivel de excitación. fresa la agarro y le explico exactamente como tenía que hacerlo. Le enseño a usar la lengua en mis cojones, en mi polla e incluso si echaba el culo hacia adelante, como tenía que lamerme el ojete. Cuando se lo hubo explicado, dejo que fuera la propia dulce quien llevara el ritmo, estando siempre atenta a posibles correcciones que le tuviera que hacer, siempre precedida de un buen tortazo en el culo.

Por su parte, vaca se entretenía en grabar todo lo que estaba pasando y mientras lo hacía, no dejaba de meterse los dedos. Había dejado el pantalón en su butaca y se movía por la sala únicamente con la camiseta cubriéndole las ubres. El flash de tu teléfono nos indicaba en que situaciones no tenía suficiente luz y tenía que activarlo para que las protagonistas salieran con total claridad en la grabación. Esos videos no eran otra cosa que pequeñas pólizas de seguros para garantizarnos que en un futuro, las niñas, mal aconsejadas, quisieran buscarnos algún problema.

Carlos: ¿Te has comido alguna vez algún coño, putita? – Le dije levantando por la coleta la cabeza de dulce. Tenía la barbilla llena de baba y los ojos rojos, de la presión que había ejercido mi polla contra su campanilla cuando fresa la había apretado para que aprendiera a hacer garganta profunda.

dulce: no señor – me dijo sin levantarse

Carlos: Perfecto. Vaca, siéntate en su sitio, abre las patas y enséñale a esta pequeña aprendiz que se hace cuando van a usarte el coño.

Vaca se sentó en el asiento en que inicialmente estaba la cría y poniendo las piernas sobre los apoyabrazos, se espatarro como si estuviera en el ginecólogo. Luego, sin dejar de grabar, se quito el juguete del coño y se lo llevo a la boca. El vibralush salió totalmente blanco, de los flujos de la matriarca del grupo y cuando dejo de ejercer presión en el interior de la sumisa, un pequeño torrente de flujos vaginales salió en dirección a su ojete. Fresa, atenta a la jugada y viciada como estaba con el sabor del coño de su madre, aprovecho la situación para hacer que la novata mirara mientras ella le trabajaba el higo, haciéndola retorcer de gusto. Mientras le metía dos dedos en el coño, su boca succionaba el clítoris de mama, lo que le provocaba unos espasmos cada vez más seguidos que desembocaron en una de sus húmedas corridas, que fresa se trago sin pestañear.

Fresa: Ahora tu, zorra – le dijo a la gafa pasta, después de tragarse todo el squirt de su madre, mientras la agarraba por la coleta y la amorraba al coño de vaca – si en cinco minutos no se ha corrido te daré tal paliza que no volverás a sentarte en una semana.

La joven dulce se amorro al higo de vaca, que estaba soltando sus últimos restos y empezó a comérselo tal como le había visto hacer a su compañera. Vaca, que notaba la inexperiencia de su nueva lamedora empezó a corregirla mediante el antiguo sistema de agarrarla por la coleta y moverla hasta el punto exacto donde ella quería. Mientras, fresa no perdía detalle. Estaba de rodillas, al lado de su madre y se estaba triturando el clítoris viendo como su compañera de clase era usada como un simple consolador por parte de la hembra Alpha.

Mientras, me gire para ver cómo le iba a mi compadre. Vi a marcos sentado en el borde del asiento mientras cerda le cabalgaba ferozmente lo que provocaba un ruido de chapoteo constante. Por su parte, agujero comía como podía el ojete de su Amo. Se había sentado literalmente debajo de la butaca de Marcos y con su lengua jugaba en el culo de mi compadre mientras se metía un par de dedos.

Carlos: agujero, ven – le dije a la joven sumisa, que dejo inmediatamente de lamer el ojete de Marcos. Ella se acerco solicita y me sonrió - ¿Cómo lo estas pasando, pequeña zorra? – le dije mientras le tiraba de los pezones.

Agujero: Muy bien Amo – Me dijo mientras ponía cara de placer por mi caricia – me encanta que el Amo Marcos me dedique tanta atenciooooon. En casa soy… uffff. Una princesa y he descubiertooooo que me encanta que me traten mal.

Carlos: Así que la pequeña niña pija prefiere ser una zorra – le dije mientras le soltaba una torta que le volvía la cara. Ella soltó un gemido de placer y pidió permiso para masturbarse – claro que si, putita. Pajeate – otra torta - ¿Te pone que te hagan daño? – le dije mientras la agarraba por el cuello y se lo apretaba. Mi formación como portero (a parte de otras cosas) me había enseñado como agarrar para dejar sin aire a cualquier persona. Si mantenía aquella presión durante unos cuantos segundos, la persona terminaría desmayada. Ella cabeceo frenéticamente, mientras abría la boca en busca de aire, pero no dejaba de masturbarse. Cuando empezó a mover la cabeza como si le pesara, solté la presa, conocedor que si la mantenía, iba a quedar inconsciente – pues ven aquí, zorra y cómeme la polla.

Y diciéndole esto, la agarre por la nuca y tire de ella. La muchacha casi salta por encima de las butacas, pero quedo enganchada por la cintura en el respaldo de la mía. En esa postura agujero podía comerme la polla (o más bien yo le estaba follando la garganta) mientras su culo, libre del pantalón, había quedado expuesto en la fila superior.

Marcos, que había estado atento a mis movimientos desde que noto que agujero le había dejado de comer el ojete vio una nueva postura y haciendo que cerda girara sobre si misma, la puso a comerle el culo a agujero, pero antes le explico que cuando una perra como ella saca un juguete de un agujero, lo ha de limpiar para que luego se vuelva a poder usar con garantías. Así pues, tras quitarle el plug a agujero, cerda lo limpio y lo dejo en el hueco que tenían las butacas para dejar las bebidas. Luego, separo las nalgas de agujero y sin dejar de votar sobre la polla de Marcos le metió la lengua en el ojete, empezándosela a follar como si de una pequeña polla se tratara.

Marcos: babéale bien el culo a esta perra, porque en cuanto esté lista, se lo voy a reventar – le dijo a cerda mientras la agarraba por debajo de los hombros y usaba la postura para clavársela hasta los huevos.

Mientras, la insignificante agujero era follada hasta la garganta por mi polla. Estaba usando su coleta como un verdadero asidero y era yo quien llevaba el ritmo de la follada. cerda hacia lo que podía con su culo. Ese mismo agujero unos días antes era virgen, pero ahora la niñata notaba como por mucha lengua que le metiera, no era capaz de que las paredes del ano ejercieran presión contra su apéndice.

Cerda: Amo!!! Por favor!!! Permiso para correrme!!! – Dijo aquella cría sin que nadie le hubiera explicado que tenía que hacerlo

Marcos: Si, hija de puta – le contesto mi compadre, soltándole un fuerte cachete en la nalga – córrete, zorra. Lubrícame la polla para darle bien a tu amiga.

Desde mi posición, apenas a un par de palmos de la cara de la aprendiza, pude ver como empezaba a boquear, como buscando aire. Luego puso los ojos en blanco y la misma cara que si hiciera mucho tiempo que tuviera ganas de mear y hasta ese momento no hubiera podido, mientras soltaba un gemido. Marcos noto como aquella zorrita se contraía i un denso flujo le empezaba a bajar por los cojones mientras las paredes del coño se contraían y agarraban su polla como si se la estuvieran chupando. Cuando mi compadre noto que esos espasmos remitían, se quito de encima a la nueva incorporación y levantándose, se la clavo de un solo pollazo en el culo de agujero. Fue una penetración sin contemplaciones, que solo se freno cuando los huevos de Marcos entraron en contacto con la hiperexcitada superficie del coño de agujero, que tenia verdaderos problemas para no dejar de apretarlo y perder el vibralush y que este cayera al suelo, ante la abundante lubricación que tenía en sus partes bajas.

Pese a esperarlo, el puyazo de mi compadre dolió a la aprendiza, que gimió. Esa apertura momentánea de su garganta la aproveche yo para clavársela hasta que prácticamente pego su nariz a mi escroto.

Carlos: eso es, pequeña puta – le dije mientras la agarraba por la nuca y le empezaba a follar violentamente la garganta – disfruta, cerda.

Entre tanto, la pobre cerda se estaba recuperando de su tremendo orgasmo. Ya había follado algunas veces, pero jamás con tanta intensidad, con un rabo tan gordo y, por descontado, nadie la había usado como una muñeca de trapo. Ella estaba acostumbrada siempre a ser la princesa de la fiesta. Elegía las posturas en las que le apetecía que la penetraran y si bien le encantaba el sexo oral, jamás lo había practicado con otra mujer. Y mucho menos por el ano. Así que cuando Marcos le ordeno que se lo chupara a dulce, al principio dudo, pero luego lo hizo como le gustaba a ella que se lo hicieran y le follo su dilatado ano como si su lengua fuera una polla. El bombeo del Amo en sus entrañas y la proximidad de un orgasmo brutal hicieron que no se parara a pensar demasiado y cuando consiguió llegar al clímax, poco le importaba que tenía en la boca. Es más, descubrió maravillada que le encantaba comerse un culo. La verdad es que fue una sensación extraña. Como si de repente se hubiera dado cuenta de que no era el centro del universo y eso le descargara de la presión que había sentido hasta el momento.

De repente escucho la voz de vaca que la llamaba. La hembra alpha de la piara tenia las piernas obscenamente abiertas sobre los brazos de la butaca y dulce le estaba comiendo el coño a la vez que le metía dos dedos. Pero es que a su vez, la pequeña amiga estaba sentada sobre la cara de fresa, que le comía el coño, provocándole un orgasmo tras otro. Aquella escena triple lésbica era algo que no se hubiera imaginado en la vida. Y además, en un lugar público…

Vaca: Ven aquí, pequeña – le dijo haciéndole señales con el dedo índice de su mano derecha. Cuando se acerco, la agarro por la nuca y la morreo, metiéndole la lengua hasta la campanilla. Fue un beso largo. Apasionado. Con todo el sentimiento que una madre puede tener por una hembra de la edad de su hija. Y mientras se lo daba, cerda noto como vaca le tiraba de sus pezoncitos – sabes a culo. Y me encanta – le dijo vaca antes de volverla a besar.

El segundo beso fue más largo, pero igual de intenso y húmedo. Y cuando lo termino, sin decirle nada, vaca dirigió la boca de la aprendiza hasta su teta derecha. Ahí, su pezón de madre la esperaba duro como un granito. Cuando se lo metió en la boca, la joven sumisa supo instintivamente lo que tenía que hacer. Ella también había sido criada a pecho y recordaba cómo hasta mas allá de los tres años su madre le había dado de mamar. Y ahora entendía porque cuando lo hacía, le parecía que apretaba las piernas más de lo normal. Pero vaca era una madre atenta y mientras la joven aprendiz se esforzaba en comerle los pezones como una buena niña, ella estiro su brazo por debajo del cuerpo de cerda y capturo su clítoris, el cual empezó a acariciar lentamente al principio y con más fuerza conforme notaba los gemidos de su mamona.

Tan absortos estábamos todos en la follada comunitaria que no nos dimos cuenta de que hacia un rato había entrado el currante que nos había pedido las entradas. El muy cabrón se había quedado con la sala donde nos íbamos a reunir y había entrado a media película, sin avisar a nadie para ver el espectáculo. El resplandor de la pantalla le ayudaba, así como un par de flashes de los teléfonos móviles que no se perdían detalle de lo que estaba pasando y que eran operados por vaca y por mí. Y no fue hasta en una de las pasadas que me di cuenta que estaba ahí, de pie, al final de la sala, con una polla mas que respetable en la mano, machacándosela como un mono.

Carlos: Eh! Tú! – Le dije al currante, llamándole la atención. Él pareció salir de un trance e intento marcharse de la sala, como un niño al que han pillado espiando sus padres – no hombre, no! Ven! – Le dije sin dejar de follar la garganta de agujero - ¿Tienes una goma?

El chaval negó con la cabeza. Por la cara que ponía, parecía que no entendía para que queríamos una goma en medio de aquella orgia. Marcos paro la follada, le miro y negando con la cabeza, metió la mano en el pantalón y le alcanzo una de las que llevaba el para estos casos.

Marcos: Que desastre, chaval… - le dijo mientras volvía a agarrar a agujero por las caderas y a clavársela hasta el fondo a la vez que le apretaba las tetas, clavándole las uñas – si en lugar de machacártela, quieres un coño, ahí tienes uno – le dijo mientras señalaba en dirección a cerda, que seguía con el culo expuesto toda vez que le comía las ubres a vaca.

El chaval estuvo rápido y agarrando el preservativo se lo puso al instante y colocándose detrás de Carla, se la clavo  como si temiera que Marcos se lo fuera a replantear. Cuando la tuvo bien metida, empezó a follarse a la novata imitando el ritmo de Marcos, mientras ahora, la mano de vaca, en lugar de acariciar el clítoris de la chica, acariciaba los huevos del trabajador y pasaba un dedo suavemente por la entrada de su ano.

Marcos follaba cada vez más duro a agujero y le azotaba el culo sin piedad, tirándole del pelo, lo que hacía que en alguna ocasión fuera complicado hacer mi trabajo en su garganta, así que deje a mi colega con su juguete y agarre a dulce por la coleta y la saque de entre las patas de vaca. Cuando la bese me di cuenta que toda su cara estaba cubierta por el flujo espeso de vaca, que se había corrido como mínimo en un par de ocasiones, tragándoselo todo la aprendiza.

Carlos: Hueles a coño, cerda – le dije mientras le daba una torta, más que nada, para que se diera cuenta que podía hacerlo sin tener motivos - ¿Te gusta el coño de vaca?

Dulce: Si… ohhhh, joder… si… - dijo mientras la lengua de fresa, que seguía tumbada en el suelo le trabajaba el coño,–me gusta mas coooomerme su polla, señooor, pero… me gusta!!! hostia!!! Me corro otra vez!!! Jolines!!!!!

Carlos: Jolines… jajaja… eres una niñata de mierda – le dije mientras usaba su garganta con mi polla – anda, ven aquí…

Y tirando de la coleta de dulce, la puse en pie y mirando abajo, contemple la cara de pena de fresa. Era como si le hubiera acabado de privar de su manjar favorito, así que me apiade de ella y tras sentar a su amiga en mi polla, le separe las patas desde atrás y le ordene que le comiera el coño. Aquella cría era un verdadero manantial de flujo ya que tal como la senté sobre mi rabo, mano de su tierna raja una mezcla espesa compuesta de su flujo y de la saliva que le había metido fresa para comerle el coño.

Cuando mi polla entro totalmente en el coño de dulce y la punta le toco la matriz, la niñata empezó a moverse de una forma casi compulsiva, hacia adelante y atrás. Eso, ayudado con la lengua de fresa, que le seguía trabajando el clítoris, la acercaron a un nuevo orgasmo, momento que aproveche para apretarle los pezones con fuerza.

Dulce: Si papa!!! Así!!! Si!!! – Dijo totalmente fuera de si la modosita dulce – dame polla, papa!!! Llename de leche!!! Preñame!!! Preñameeeeeeeeeee!!!!

Y con ese chillido, la joven dulce se meó con mi polla metida hasta los cojones, lo que pillo totalmente desprevenida a fresa, que noto de golpe llena su boca de orín mientras dulce convulsionaba totalmente fuera de sí sobre mi polla. Afortunadamente, yo me había quitado los pantalones y los tenía sobre la butaca, porque si no, me los hubiera empapado.

Fresa tardo unos segundos preciosos en reaccionar, pero fueron suficientes como para tragarse parte de la meada de dulce. No es que le desagradara que se le mearan en la boca, de hecho, sus padres lo hacían habitualmente y ella estaba encantada de satisfacerles, pero que alguien se mee en la boca de otra solo puede hacerlo sin permiso cuando está por encima en la jerarquía. Y dulce era el eslabón más bajo. Así que cuando su cerebro detecto el cambio de gusto dulzón del flujo de su compañera de clase al amargo de la meada, fresa hizo lo que tenía que hacer toda hembra que pretenda conservar su puesto en el escalafón: Se levanto y le soltó un tremendo tortazo que hizo volar las gafas de pasta de su amiga.

Fresa: Hija de puta!!! – Chillo con su delicada voz mientras que le soltaba otro guantazo, ahora con la izquierda -¿Cómo te atreves a mearte en mi boca? Eres una cerda maleducada! – Otra torta -  te vas a cagar!!!

Y diciendo esto, agarro el clítoris de dulce con los dedos pulgar e índice y apretó con ganas. Aquella presión inesperada hizo que dulce contrajera fuertemente el coño mientras chillaba de dolor. Aquello era tremendamente delicioso, así que le ordene a fresa que se lo volviera a pellizcar, cosa que hizo con sumo gusto, produciéndome otra oleada de placer con su presión.

“Amo…” escuche decir a vaca, que estaba a mi lado y disfrutaba del espectáculo que le estábamos dando su hija, dulce y yo mientras se masturbaba con una mano y la otra la mantenía en la nuca de cerda para que le succionara el pecho “necesito una polla… Por favor…”

Vaca era una esclava bien entrenada y dócil. No solía hacer peticiones puesto que sabía que no se le concederían y tanto a su marido como a mí, no nos gustaba que nos “dirigieran desde abajo”, pero cuando las hacía, era por pura necesidad. Ya antes de acudir a la cita, mientras fresa le comía el coño en el sofá, haciendo el café, nos había comentado a Marcos y a mí que estaba tremendamente excitada. Haber convertido a su hija en un juguete sexual excedía con mucho su imaginación. Y el hecho de que no solo fuera su propia hija, sino también sus amigas, la tenía en un estado de mojadura constante, ejemplo del cual era que en alguna ocasión, durante alguna intervención en el quirófano, donde ella era enfermera, había tenido que salir para ir al baño, simplemente a masturbarse, puesto que no se podía concentrar de lo cachonda que estaba.

Carlos: vaca, ponte en pie y apoya los brazos en los reposabrazos de la butaca – le dije a mi comadre – cerda, sácate la polla del coño y ponte en cuclillas ante la butaca de vaca. Bien… ahora, quiero que te bajes lo suficiente como para que le puedas lamer el clítoris y meterle dos dedos. Prefecto. Y tú, chaval – le dije al currante del cine, que se había quedado momentáneamente parado, sin saber que hacer –ponte detrás de la veterana, sácale el plug que lleva en el culo, méteselo en la boca y luego dale por detrás sin piedad.

La cara de felicidad cuando el currante se la metió por el culo fue espectacular. Vaca llevaba en la boca un plug anal que había estado en su recto las dos últimas horas y pese a ello, lo chupaba como si fuera un caramelo. Mientras, las embestidas del acomodador hacían que se le movieran las tetas hacia todos lados, chocando entre ellas y con la cabeza de cerda, que le trabajaba el clítoris con la lengua y le follaba el coño con ambos dedos, demostrando una gran maestría, lo que provocaba a intervalos regulares un chorro de flujos que la cría se tragaba con verdadero placer.

Acomodador: Hostia puta, que culazo – dijo al cabo de unos minutos de penetrar a la sumisa – joder, como lo mueve la muy puta!!! Creo que me voy a correr… uffffffff

Cerda: Amo, por favor! – Dijo con la cara llena de flujos pero sin dejar de mover los dedos en el coño de vaca – déjeme que me trague la lefa!!! Me pira. Me vuelve loca!!! Me encanta tragar semen!!!

Marcos: No, cerda – le dijo sin dejar de dar por el culo a agujero, que tenia las nalgas al rojo vivo de las hostias que le había estado dando mientras la penetraba – no sabemos si este chaval tiene algo o no. No te ofendas tío – le dijo al currante, que había ignorado el comentario y estaba empeñado en follar mas duro el culo de vaca para llegar al orgasmo – pero si haces que mi mujer se corra antes que el chaval, te dejare que te la eche en tu puta cara.

Cerda no perdió un segundo y volvió a pegar los labios en el coño de vaca. Sus dedos, que no habían dejado de entrar y salir del coño de la hembra alpha del grupo entraron y salieron con mucha velocidad y fuerza. Vaca estaba en una nube. Abrió lo poco más que podía las piernas y empezó a resoplar. Uno de los brazos que hasta ahora le servían de apoyo se levanto y con la mano del mismo, agarro el botoncito que era el pezón de cerda y empezó a apretarlo, lo que dio una pista a la lamedora de lo que quería vaca e inmediatamente, hizo lo mismo.

La presión en el pezón, la profunda enculada que le estaba dando el acomodador y la lengua de cerda en el coño, unido a los dedos que le estaban destrozando el coño sin piedad hicieron que vaca solo pudiera retener el orgasmo un par de minutos más, para liberarlo de golpe y rellenar la boca de la aprendiza con un largo chorro de flujo a la vez que mugía con la boca llena por el plug. El chorro le dio en toda la cara a cerda, que incapaz de tragar tanto flujo, lo dejo caer sobre sus tetas y le resbalo hasta el coño.

Cuando el tremendo squirt finalizo, cerda aparto la cara del coño de vaca y miro a Marcos, que hizo una señal afirmativa. Entonces cerda salió de entre las piernas de vaca y poniéndose de rodillas, agarro la polla del acomodador por la base y tiro de ella, haciendo que sacara la polla del ojete. Con un rápido movimiento, le quito el condón y se la metió en la boca, empezando una feroz mamada que únicamente buscaba lefa. El chaval apenas aguanto un minuto y agarrándola por la cabeza, le dijo que se iba a correr, momento en el que cerda se la saco de la boca y con una rápida paja hizo que los huevos del hombre soltaran toda su carga en su cara mientras gemía como un hijo de puta.

Para Marcos, que siempre fue muy visual, ver como descargaba una espesa corrida aquel tío sobre la cara de una de sus sumisas fue una inyección de morbo, así que clavándosela hasta los huevos, descargo toda su leche en el interior de agujero, que boqueaba mientras era asaltada por un nuevo orgasmo que ponía perdido el respaldo de la butaca. Cuando mi colega termino de vaciarse en las entrañas de agujero, agarro su polla y la saco del culo de la sumisa.

Marcos: cerda, ven aquí, pequeña puta – le dijo mientras la apuntaba con su rabo – quiero que me la dejes limpia. Y luego, ya que te gusta tanto la lefa, quiero que le limpies el ojete a agujero.

Cerda casi salto por encima de las butacas y cuando llego ante Marcos, cayó de rodillas y se metió su polla en la boca. Aquella fue una mamada hecha para sacarle todo el jugo que todavía quedaba en el miembro y en las pelotas. Se la chupo como quien se toma un batido y lo apura hasta el fondo del vaso. Cuando termino, le comió los huevos, en busca de rastros de lefa y de una estimulación extra por si todavía quedaba algo dentro de ellos, que intento sacar con una nueva mamada. Cuando termino, se giró hacia el ojete de agujero, metiendo la lengua en el interior de aquel cráter que había dejado la polla de mi compadre después de taladrarla tan duro

Cerda: Hmmmmmmm. Qué bueno!!! Si!!! – iba diciendo conforme iba sacando la leche del culo de agujero

Marcos: Estírate en el suelo – ordeno – y tú, agujero, ponte de cuclillas encima de su boca. Quiero ver cómo le cae toda la lefa que te he metido.

Ante la opción de tener más semen, cerda se estiro rápidamente sobre su espalda y agujero se puso en cuclillas. Cuando la aprendiza termino de agacharse, un gran cuajo de semen cayó en la boca de su amiga, que la trago sin pensárselo mientras se frotaba el clítoris como una loca.

Carlos: Así que te gusta el semen, ¿eh, cerda? Pues ven, que vas a tener más…

Y diciendo esto, deje caer hasta los cojones el cuerpo de dulce sobre mi polla. Mi capullo volvió a tocar su excitada matriz y ahí mismo, empecé a vaciar la carga que hacía rato pugnaba por salir de mis cojones. El trabajo de fresa y la inyección de leche hicieron que la cría empezara a convulsionar otra vez con uno de sus intensos orgasmos. Con los huevos vacíos dentro de dulce, hice que fresas se incorporara y mientras cerda me limpiaba la el rabo, con las mismas ganas que lo hizo con la polla de Marcos, me comí la boca y los pezones de mi ahijada. Cuando deje de notar los lengüetazos en mi polla, abrí las patas de dulce y su compañera realizo la misma limpieza que hiciera anteriormente en el culo de agujero.

Carlos: me alegro de que te guste tanto el semen de tus Amos, cerda – dije mientras desmontaba a dulce – es un regalo que te hacemos y no se ha de desperdiciar ni una sola gota. Así que ahora lame lo que ha caído al suelo mientras te entretenías comiéndome el cipote.

Cerda dejo de lamer el coño de dulce y a cuatro patas, como la perra que era, se puso a lamer del suelo las gotas de mi semen que habían caído, lo que aprovecho fresa para azotarle el culo con la mano mientras le decía que no se tenía que desperdiciar nunca el semen del Amo. La pequeña puta no desaprovechaba una sola oportunidad para imponerse a las otras y dejar claro cuál era el orden jerárquico.

Una vez todos vestidos de nuevo, con la película todavía sin terminar, nos dispusimos a marcharnos de la sala, no sin antes recibir la tarjeta personal de quien resulto ser el encargado de los cines, que, gracias a la participación en la fiesta, nos dijo que estábamos invitados a venir siempre que quisiéramos. Aquel primer contacto había sido muy morboso, pero todavía quedaban agujeros de las nuevas perras que no habían sido explorados.

Marcos: bueno… nos vamos ya – dijo poniendo los huevos vibradores que todas se habían vuelto a colocar en marcha – si alguna necesita desactivarlo para ir al baño, que me lo diga.

Fresa: Amo… ¿puedo hacer una petición?

Marcos: claro. Dime.

Fresa: Yo necesito ir a mear, pero quisiera pedir permiso para hacerlo en la boca de dulce. Esta pequeña hija de puta se me ha meado en la boca antes y no me ha sentado nada bien

Marcos: eso es una afrenta, verdad ¿pequeña puta?

Fresa: Si señor. Solo se mea a quien es inferior a ti

Vaca: correcto – dijo de improviso la madre de fresa – así que tú te mearas en su boca, así como el resto de las perras si no dicen lo contrario los Amos, pero cuando termines de hacerlo, yo me meare en la tuya. No quiero que olvides quien está por encima de quien.

Fresa: Si Señora.

Carlos: Perfecto. Os lo vais a beber todo, porque si no, saldréis manchadas de la sala ¿Te parece mal si lo hacemos aquí? Hay más espacio para hacer las fotos – le dije al acomodador, que puso cara de tener que pensárselo.

Marcos: El próximo día, si te haces un test de ETS, dejare que le rellenes la boca de lefa y meado a la que quieras – Atajo las dudas del responsable mi compadre

Encargado: Vale… pero esperar!!! – y salió corriendo de la sala

Marcos: Quiero que todas os quitéis el pantalón y os pongáis el huevo vibrador en la boca

Todas obedecieron sin rechistar. La boca era la parada temporal de los juguetes mientras no se les dijera otra cosa. Un par de minutos después, llego el encargado y puso unas bolsas de plástico en el suelo, formando un gran cuadrado.

Fresa: Amo, si me permites… me gustaría dirigir el castigo

Marcos: adelante

Fresa: dulce, siéntate en el suelo, zorra!. Las palmas de las manos y los pies, en contacto con este. Quiero que formes un triangulo con tus manos y tu culo, porque nos vamos a sentar en tus hombros para mear a gusto en tu boca de empollona hija de puta – y soltándole un nuevo bofetón, se puso sobre su amiga.

En cuanto esta estuvo en posición, fresa se puso sobre sus hombros. Su coño quedaba pegado a la boca de dulce. Entonces cerro los ojos y se concentro y con un suave gemido nos dio a entender que había empezado el castigo. La joven dulce, contra todo pronóstico, se bebió la orina sin poner inconvenientes, pero si mucha cara de asco. Cuando termino de mear, fresa le ordeno que le pasara la lengua por el coño, para limpiar todo resto de orina y al terminar, se puso en pie.

Una tras otra, las restantes sumisas fueron pasando por la boca de dulce, que se trago todas las meadas de de agujero y cerda. Incluso Marcos se acerco y después de meterle la polla en la boca, se meo, en tal cantidad que las fosas nasales de la sumisa dejaron escapar un poco de meado. Tanto vaca como yo, nos mantuvimos al margen del castigo.

Vaca: es tu turno, fresa. Ponte como le has ordenado a dulce.

Fresa obedeció a su madre y se coloco en la misma posición. Entonces vaca se puso sobre la boca de fresa y separando ligeramente el coño de su boca, empezó a mear, para que viéramos como lo hacía. Tanto la pericia de fresa en beberse el líquido elemento como la postura, descrita por la cría para que su amiga cumpliera con su función, me demostraron que esa forma de mear no era desconocida para la madre y la hija. Una vez terminada la micción, la progenitora empezó a frotar su coño con la boca de su hija y en menos de un minuto, un potente squirt le salpicaba la cara mientras su madre le recordaba a fresa que ese era su puesto. Cuando termino, orgullosa, se levanto de los hombros de su hija.

Carlos: vaca, ahora te pondrás tu – le dije mientras se ponía el huevo vibrador otra vez en el coño – y vosotras, pequeñas, limpiarle con la lengua la cara a fresa. Tanto nuestro semen como su flujo son sagrados para vosotras!

Vaca se sentó en el suelo y abrió la boca. Ella sabía que me gustaba mear mientras me miraba a los ojos. Acerque la polla a la entrada y empecé desde una distancia de 4 dedos. Por muy bien que lo hiciera, era prácticamente imposible que se lo tragara todo, así que fue la que mas salpicada de todas termino. Tras unos minutos de lluvia dorada, termine y me guarde la polla.

Carlos: Zorras! Ahora, hacer lo mismo con mi meado en la cara de vaca.

Y mientras la piara limpiaba a la hembra Alpha, yo comente a mi compadre un par de ideas para estrenar los culos de las nuevas sumisas.