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Amigos de instituto III

en Dominación

gastados y su camiseta. Ni decir tiene que me fui directo a ellos. Estreche la mano de José y le di un par de besos a ella muy cerca de la boca (los demás compañeros de clase estaban por allí y no quería ser la comidilla del día)

 

- JOSE!!! Cris!!! que tal estamos?. - pregunte alegre a la pareja- ¿Que, te lo has pensado mejor y te tendremos de compa?.

 

- Muy bien chavalin - Me contesto como si no nos hubiésemos visto solo hacia cuestión de horas. - No. Esto no es para mi, así que no me tendréis en clase. Además, he conseguido un empleo en el mantenimiento de ascensores y empiezo a currar la semana que viene. Así que vendré a acompañar a Cris durante una semana para ver a la peña.

 

-Perfecto. - y dirigiéndome a ella le pregunte - ¿y tu que tal te encuentras?, porque de estar veo que estas tan buena como antes de verano.

 

- Pues muy bien, gracias. Aquí a ver como esta esto. - Respondió con una amplia sonrisa.

 

A las nueve menos diez subimos hacia clase, no sin antes despedirse ellos dos como le gustaba hacerlo, es decir con un tremendo filetazo. Yo hice tiempo mirando un escaparate de la tienda de viajes que teníamos al lado de la puerta y subimos juntos por la escalera, ella delante mío. Aquello si que era un espectáculo y no las giris en la playa, subía contoneando se culo delante de mi, como una autentica zorrita, a buen seguro que Carde la había puesto bien calentita con su "despedida" . Mire atrás y no vi a nadie y delante suyo tampoco, así que alargue la mano por debajo la falda y le toque el coñete, llevándome una gran sorpresa al no encontrar un solo pelo, se lo frote un poco y me dejo la mano oliendo a ella antes de entrar por la puerta de la planta. Cristina es una chica muy mona, pero antes de conocer a Carde no daba demasiada importancia a su aspecto interior, así que la recordaba con un conejo muy peludo.

 

Nos sentamos juntos hacia el final de la clase como era costumbre, pero a nuestra contra estaba el echo que en lugar de pupitres en este centro usaban sillas, así que se acabo el sobarnos por debajo de la madera. "Cuéntame como es que ahora no tienes un pelito de tonta en el chichi" le comente a mi compañera.

 

- Bueno, este verano, hemos estado en algunas playas nudistas y José considero que estéticamente era mas bonito que me vieran el conejito sin pelos que tan desarreglado como lo llevaba. Así que me ordeno afeitármelo - Me comento con naturalidad.

 

- Así que estarás morenita hasta en el ojete, no? - le comente sarcásticamente. Mi mente de pervertido empezaba a funcionar otra vez a pleno rendimiento- Pues ya me lo enseñaras luego - le dije con un guiño y una sonrisa. Su cabeceo en sentido afirmativo, me confirmo que seguía teniendo "poder" sobre sus actos.

 

El resto de las clase transcurrieron de una forma normal. Todos los profesores se presentaron y nos dieron la vara con sus temas y sus horas de estudio; uno tras otro desfilaron a sus respectivas bolas mirándonos como los pastores miran a sus rebaños. La verdad, es que nosotros no les hacíamos tampoco demasiado caso a ellos, y además, la idea de que el coño de Cris se me presentase sin un pelo y totalmente moreno me estaba saltando en la cabeza desde  primera hora. Gracias a dios, llegaron las tres y la peña abandono el centro casi a la carrera. Como todavía era veranete y los maderos no estaban muy fuertes en el tema del casco, le dije a Cris que subiera en la moto, que yo la llevaría a casa.

 

Me subí yo, arranque y me acerque hasta donde me estaba esperando ella, una vez mas reprimí el sentimiento de follarmela allí mismo. Cuando me pare a su lado monto en el ciclomotor tal como le enseñe yo en su día: pasando una pierna por encima de la parte trasera de la moto y sin sujetarse la falda. Así los que se hallaban a una distancia prudencial y mantenían atención a la escena vieron como un coñete depilado aparecía en escena para que, segundos mas tarde, desapareciera pegado al sillín de mi maquina. Siempre me ha gustado llevar de paquete a una chica con falda y en espacial al Cris, puesto que al no llevar bragas, su culo quedaba al aire cuando circulábamos a cierta velocidad , provocando mas de un bocinazo y alguna que otra exclamación bastante soez. Además, a la chica le gustaba agarrarse bien al conductor y no precisamente de la cintura, así que después de haber circulado solo unas cuantas calles, mi rabo se hallaba en completa erección y pidiendo guerra por la vía de urgencia.

 

Mi garaje no esta demasiado alejado de las bocas de metro de la ciudad, así que decidí que lo mejor seria dejar la moto en casa y acompañar a Cris hasta la de José en metropolitano, así de paso tendría la ocasión perfecta de exhibiría un poco mas, como a mi me gusta. Además el recinto era lo mas discreto que se me ocurría para calmar mi recalentón. Cuando se cerro la puerta a nuestras espaldas y me quite el casco para bajar de la moto, la chica sabia perfectamente cuales eran mis intenciones, puesto que al girarme para explicarle el plan, me encontré con unos labios deseosos de ser devorados y una lengua experta recorriendo el interior de mi boca. Puesto que la postura era bastante incomoda, me baje e hice lo mismo con ella, encontrándome con la agradable visión de ver un sillín mojado por los jugos que destilaba su siempre hambrienta almeja.

 

Siempre me había gustado Cristina, pero mi moto era algo sagrado para mi, así que le ordene limpiar inmediatamente ese manchurrón de la tapicería con la lengua o me vería obligado a darle un par de azotes en el culo.  No se lo tube que decir dos veces, con rapidez  y diligencia se agacho y sacando la lengua limpio hasta el ultimo resto de flujo de mi asiento. Aprovechando la postura inclinada de Cris y la dureza de mi rabo, me lo saque y la penetre allí mismo mientras continuaba ensalivando el sillín.

 

Me encontré con la misma cueva prieta que siempre pero con la agradable diferencia de que no presentaba ni una sola de las marcas que deja el sol después del verano y si a eso le añadimos la extrema suavidad de un coñete sin pelo, os podréis imaginar la sensación tan excitante que sentí. Estaba tremendamente mojada y las paredes de su vagina se ajustaban a mi miembro como un guante echo a medida, la cogí primero por las caderas y empece a bombear en aquel coño que tan bien conocía cada vez con mas fuerza y con mas ritmo. Ambos empezamos a gemir conforme ganábamos en velocidad y en un momento dado cambie sus caderas por sus pechos, encontrándome unos pezones abultados y solícitos de guerra, los cuales apreté y estruje hasta casi hacerle perder el sentido.

 

Estuvimos en aquella posición un buen rato, mas que nada porque era la única que nos permitía la situación. Diez minutos después de empezar a taladrarle el coño frene y después de escupirle en el ojete cambie el agujero por el que la envestía. Fui incrementando el ritmo de mi follada hasta que  sentí la sensación típica en la polla del orgasmo. Se la saque del ojete, hice que se arrodillase y se la metí en la boca para que terminase el trabajo. Un minuto después me corrí manchándola de leche. Algo mas tranquilo ya, me guarde el miembro dentro del pantalón; me contó que se había corrido un par de veces y que tenia muchas ganas de volver a hacer un trío con José y conmigo, puesto que los que le habían salido este verano, al no ser habituales, no sabía lo que les gustaba y se sentía frustrada como sumisa. Con una sonrisa en los labios, la hice levantar y palmeándole el culo nos dirigimos a la puerta para ir a casa de José, que seguramente ya le tendría preparada otra sorpresa, como así fue.