Cerró los ojos. No podía dejar de mirar aquella cosa, sentir aquella cosa dentro de ella. Y no quería.
-Sois una puta vergüenza para el género femenino. Me dais asco, siento arcadas al veros así. El grupo entero estaba de nuevo en la cueva, con las sumisas arrodilladas y descalzas en el centro.
Hace un año analicé los mensajes que me llegan al correo. Esta vez traigo dos anécdotas muy recientes y dignas de ser contadas
Los protagonistas se enfrentan a las consecuencias del capítulo anterior.
Sonia no podía creerse lo que le había contado su hermano la pasada noche. Estaba claro que su hermano se lo había contado porque le estaba quemando por dentro y aún así tenía que hacer una cosa más sin falta para la mañana siguiente.
Las aventuras de la profesora Silvia en su primer día de instituto. Spin off de la serie mi prometida.
Luis ha decidido reunir a todas sus esclavas y a sus dos colegas en la cueva para presentar a su nueva adquisición y dejar las cosas claras a Laura y Susana.
A Luis le faltaba algo, aunque ni él mismo lo sabía. Tenía a Elena como su mascota, en Laura a su novia sumisa y a Susana como la sumisa de ambos. Pero cuando vio a Silvia, la nueva profesora del instituto, lo supo. Su harem no podía estar completo hasta no incluirla a ella también.
Una aventura con Elena, Laura y Susana.
Una fantasía muy básica de todo adolescente es echar un polvazo en el instituto. Si encima nuestra cerda es la reina del mismo, mejor aún.
Siguen las aventuras de Laura convertida en una esclava completa.
Y por petición popular, continuo la serie aquí.
Versión sado del capítulo de mi prometida, con diferente final y seguramente sin continuación.
-Menuda pedazo de hembra posees. -No es mía. Podía haber dicho que no.
Tal y como había predicho mi madre, Elena sólo salió de casa tras mucho insistir en ello. La llevaba a la piscina, a nadar un poco y a otras cosas, para que engañarnos.
Esa mañana mi padre pilló a Elena comiéndome la polla. Se encontraba desnuda y arrodillada haciéndome una mamada mañanera cuando abrió la puerta para avisarme de que el desayuno estaba listo.
Para mi, o para cualquiera en realidad, Elena era inalcanzable. Ya de entrada, su cuerpo resultaba impresionante, por lo que solo los más seguros de si mismos, los más osados o los más borrachos se atrevían a entrarla. Y todos y cada uno de ellos eran rechazados sistemáticamente.
Sonia era guapísima. También imbécil. Aunque a decir verdad cualquier chica que saliera con mi hermano mayor me parecía una imbécil, porque solo una imbécil podría aguantar a semejante hombre.
El amo Carlos llega a un acuerdo para la degradación de una rica heredera.
Se despertó en mitad de la noche desorientada, aterrada y muy dolorida. Por un momento no logró recordar donde estaba ni quien era el hombre con el que estaba durmiendo. Tuvo que levantarse para refrescarse la cara.
Una pobre niña rica debe vender su cuerpo y mente al demonio para salvar a su familia.
La habitación era un cuchitril. Al menos la ducha funcionaba. Y bien que estaba necesitada de una ducha.
Un relato corto que he escrito mientras recogo ideas para mi serie de la principiante de perra sumisa.
Al fin había conseguido llenar el cuenco, a base de mamadas por supuesto. Sí, Esmeralda estaba ahí fuera, desnuda, atada a la farola, jugando a ser una perra que esperaba pacientemente y divertida a que su criada le trajera el semen que le había encargado. Porque sí, no había que ser un lince para darse cuenta del papel que estaba interpretando cada una.
Se sentía bien, realmente bien. La ropa la quedaba de escándalo. Zapatos de tacón, medias negras, vaqueros cortos y ajustados, una camiseta blanca. Todo muy normal, y sin embargo... No, la diferencia consistía en ella. Estaba reluciente.