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La leyenda del terror

en Fantasías Eróticas

LA LEYENDA DEL TERROR

¿Cuál es el límite entre la imaginación y la realidad?, preguntó un pensador que no recuerdo su nombre.

Me llamo Claudia,tengo 25 años, y soy realmente hermosa.

Quien escuche esto pensará que peco de soberbia y narcisismo.

Pero no es así.

Soy alta, con el cabello rubio amarillo claro natural, jamás tocado por ninguna tintura, y con grandes ondas, la de adelante cae sobre mi frente llegando a mi ceja derecha.

Tengo grandes ojos celeste claro.

Mi nariz parece de una cara cirugía, pero nunca fue tocada.

Bajando tengo dos pechos grandes, sin ser como algunos globos que se ven por ahí, pero bien duros y parados.

Mi cintura es perfecta, fina, resaltando una tambien perfecta cadera con una cola dibujada.

Parada y bien dura que usando la ropa justa como yo lo hago es motivo de comentarios entre hombres y mujeres.

Mis piernas son largas y perfectamente formadas.

Leyendo esto dirán, pero ésta quien se cree.

Pero les aseguro que es todo verdad y lo certifico con propuestas que me llegaron para ser modelo, pero que como estoy en muy buena situación económica rechacé.

Soy separada desde hace un año, sin hijos.

Me casé a los 21 años pero viendo que todo andaba mal lo eché de casa.

Abogados de por medio le dí lo que le correspondía y no lo volví a ver mas.

Soy hija única, y al morir mis padres en un accidente automovilístico, me tocó su fábrica de insumos para el agro, la que vendí a un precio muy alto.

No hago nada, sólo voy al gimnasio tres veces por semana, viajo para conocer lugares, y vivo sola en un departamento de lujo en un barrio muy caro.

O sea, llevaba una vida privilegiada, hasta que conocí a Esteban.

Era compañero del gimnasio y estaba siempre embobado por mí.

Me miraba y yo disfrutaba viendo como no se animaba a decirme nada.

Hasta que un día se ve que juntó coraje y me comenzó a hablar.

A la salida fuimos a tomar algo a una confitería y charlamos de todo, pero yo le ocultaba mi situación diciéndole que trabajaba con una pariente.

Esteban no era una divinidad, pero era muy simpático. Salimos un par de días hasta que se animó a besarme.

Todo venía bien pero lo extraño es que ni siquiera me tocara los pechos cuando estábamos en plena sesión de besos, algo que me llevó a preguntarle "No te gusta mi cuerpo que ni siquiera lo rozas con las manos".

"Al contrario, me encanta", dijo y comenzó a contarme que tenía un problema serio de salud, que tenía como una impotencia y varias otras cosas médicas que no entendí muy bien.

Justo a mí pensé, pero como me sentía bien con él seguí adelante.

Pasaron dos meses y viviendo juntos en mi casa, y él sabiendo de mi bienestar económico, y consolándome por las noches con sus manos pero sin meterme jamás un dedo, esperando que tenga un orgasmo, que siempre llegaba, comenzó a hablarme de temas extraños.

Me decía que el venía del norte del país , de unos montes que existían en esa región, y allí estaba la leyenda del luminga, que era un ser diabólico que en una fecha (Que me dijo y lo que faltaba eran 3 meses para llegar a ella), ese ser pasaría toda la noche con una mujer (describiéndomela, pareciendo que coincidía conmigo) para tener un hijo.

Yo había visto películas similares a lo que él me contaba, por eso pensé que estaba influenciado por ellas y fabulaba. Pero como el relato me divertía lo escuchaba atentamente.

Pasaron dos días y él no en ese tiempo no me relató mas nada de esa leyenda que parecía lo tenía fascinado

Hasta que esa noche, luego de hacerme acabar con sus manos sobre mi vagina, me dijo "Claudia vamos al norte, a la casa de unos amigos míos, para conocer el monte."

"Pero debe haber infinidad de bichos allí, me da miedo", le contesté sorprendida.

"No, en el pueblito donde vamos no hay", me respondió.

"Bueno, total de paso viajamos un poco", dije, lo que provocó un extraño entusiasmo en él.

Arregló todo tan rápido que a los dos días estábamos arriba del avión.

Llegamos al aeropuerto de la ciudad y allí lo esperaban una pareja mayor que se acercó a saludarnos.

"Amigos, ella es Claudia, de la que tanto les hablé" les dijo Esteban, pensando yo en que momento les habría hablado.

Me saludaron los dos efusivamente y me miraron como para una selección de fotos, diciendo al rato el hombre "Es una escultura. Sinceramente no te creíamos cuando la describías pero es mas bella de lo que ni siquiera pensábamos".

Yo pensé en un momento que era un baboso, pero como era muy viejo dejé de prestarle atención.

Subimos a una camioneta cuatro por cuatro nueva con doble cabina y comenzamos un recorrido que duró como tres horas, cansándome al extremo, por una ruta totalmente despoblada.

Hasta que empezó a verse un monte que abarcaba todo el frente y justo ante él,casi entrando cuatro casas chicas pero bonitas.

Bajamos y de las casas salía gente, todos mirándome a mí, hombres y mujeres.

No eran muchos, como dos o tres por casa, pero ningún niño, sólo gente muy mayor y vestidos con ropa de trabajo.

Rodeándonos nos fueron saludando, mientras todos me sacaban una radiografía con la vista.

Como Esteban les dijo que yo estaba cansada, me hicieron pasar a una casa, donde supuestamente estaríamos con Esteban, y guiándome a la pieza una de las mujeres me dijo que descanse.

Yo me tiré vestida en la cama, y escuché que ellos estaban reunidos en el comedor preparándose para hablar pero estaba tan cansada que enseguida me quedé dormida.

No sé cuanto pasó, me desperté, notando que era de noche y sobresaltándome al ver a una mujer sentada a mi lado.

"Tranquila querida, esperaba que te despiertes, vamos al comedor que ya está la cena", me dijo, pensando yo cuanto haría que estaba allí.

En el comedor estaban todos, Esteban y otro viejo sentados y el resto de pié.

Me senté mirándolos y empecé a comer pues tenía hambre,pero incómoda por todos los espectadores presentes.

Me miraron durante toda la cena y después de un rato, Esteban me dijo "Claudia vamos a dormir que son las 10 de la noche" y me llevó de nuevo a la pieza.

En la pieza noté que había una cama sola y le dije,"Pero hace poco me levanté, no tengo sueño ahora, ¿Vos donde te vas a acostar?".

En el comedor, no te preocupes, y acostate que te va a venir el sueño, el aire de aquí llama a dormir si no sos de acá. Hasta mañana", me dio un beso en la boca y se fue cerrando la puerta.

Quedé acostada con la luz prendida mirando el techo y escuchaba como en otra casa, lejos , un canto raro, pero cuando me aprestaba a levantarme para curiosear me vino un sueño fuerte de golpe lo que me obligó a volverme a acostar y me quedé dormida otra vez vestida.

Al otro día me desperté, esta vez sin nadie a mi lado y fui al comedor.

Allí estaba sentado Esteban leyendo un libro que cerró rápidamente cuando me vió, se levantó me beso y me indicó el baño como adivinando mi intención. Fui y luego de desayunar salimos a caminar.

Así pasaron los días alternando hablando con todos, caminando con Esteban, arreglando el jardín de la casa,y otras cosas.

Pero yo me sentía rara, como más débil, a la noche tenía pesadillas muy extrañas,casi incomprensibles, estaba como floja, a veces me mareaba, todo extraño.

Se lo comenté a Esteban que riéndose me explicó que no era nada , que el cambio de aire se hacía notar, que me quede tranquila.

Una noche, luego de cenar sentí un fuerte mareo que provocó que vuelque el vaso al piso.

Esteban se levantó, me alzó y me llevó a la cama.

Me acostó boca arriba e inmediatamente llegaron tres mujeres casi corriendo.

Yo estaba con los ojos abiertos pero casi no veía. Era todo turbio y no podía articular una palabra a pesar que lo intentaba.

Sentí que me sacaban el pantalón y la camisa, luego me sacaron la ropa interior colocándome una bombacha mucho más chica que la que tenía sin corpiño y oí con dificultad que una vieja, sin reconocer quien, decía "Hoy él la va a ver y seguro le va gustar. Con esta bombachita que tiene ahora esta bárbara. Esteban, deja la persiana abierta para que la vea bien y sacá la sábana para que no se tape. Volcala con la cola que dé contra la ventana, para que vea que hermoso culito tiene. Hoy no va a hacer nada, pues la cita es recién pasado mañana.".

Esteban por los ruidos y al doblarme en la cama noté que hacía todo.

Salieron, cerraron la puerta y quedé sola sin poder moverme a pesar que lo intentaba.

No sé cuanto pasó porque no tenía noción de nada, pero en un momento sentí un ruido en la ventana y sabía que algo o alguien estaba allí.

Me dio muchísimo miedo pero no podía hacer nada.

Sentí una respiración fuertísima siempre en la ventana y como una voz metálica que me dijo desde ahí "Sí sos vos, pronto serás mía toda la noche". Cerró la ventana y se fue.

Tardé un rato largo desde que escuché eso y me dormí.

A la mañana me levanté como en el aire, con cierta dificultad llegué al comedor, ví a Esteban sentado, y hablando como si tuviera trabada la lengua le dije que me aclarara sobre lo sucedido anoche.

Mi confusión se incrementó, cuando lo vi a él mirándome con cara de sorpresa total y diciéndome "¿De qué hablás Claudia?, seguro tuviste una pesadilla que te dejó mal".

Lo miré y le dije que él me había hablado de la leyenda y todo eso y que aparte sospechaba que me estaban poniendo algo en la comida o en la bebida pues me sentía mareada.

"Claudia, ya te dije que el aire y la comida de aquí te producirían un cambio. Estás sugestionada. Debe ser que tu inactividad allá en la capital te produce un mal efecto. Cuando volvamos tenés que hacer algo para tener la cabeza ocupada.".me dijo él.

Más confundida, trataba de pensar dentro de cómo estaba y supuse que podría tener razón, por eso me calmé y tomé el desayuno.

Ese día me llevó a caminar por una arboleda muy linda que había cerca de allí diciéndome que me haría bien esa paz que allí se respiraba.

Yo seguía muy rara, pero lo atribuía a lo que él me había comentado.

Llegó la noche, y me extrañaba no haber visto a nadie durante todo el día, como si estuvieran encerrados en sus casas.

Cenamos los dos solos, me acompañó a la cama, me ayudó a sacarme la ropa y a acostarme, se sentó en un borde de la cama y acarciándome el cabello me dijo"Descansá bien Claudia, dormí mucho, que mañana va a ser una noche muy larga y especial y tenés que estar bien para eso", me dio un beso en la frente mientras yo caía en un profundo sueño.

Me desperté sin saber la hora que era, aunque pensándolo bien desde que estaba en ese lugar había perdido noción de la hora y el tiempo.

Fui al comedor, y no había nadie. De ahí pasé al baño y después salí afuera de la casa.

Estaban todos sentados en la puerta de la casa de al lado levantándose casi juntos cuando me vieron.

El día estaba horrible, con el cielo paulatinamente poniéndose negro presagiando una fuerte tormenta

Vinieron todos a mi encuentro y me llevaron a la casa vecina a la nuestra.

Me sentaron mientras una mujer me dijo que me diera un baño en esa casa pués había hidromasaje y me haría muy bien.

Accedí pues en mi casa lo tengo y es realmente curativo.

Me pusieron sales y espuma que a pesar de oler raro no dejaban de tener rica fragancia.

Mientras estaba allí sentada disfrutando del baño, entró una mujer con un vaso en su mano y me dijo que tomara eso que eran jugo de hierbas del lugar que me sentarían bien.

El jugo era rico aunque un poco ácido.

Luego de un buen rato allí adentro salí, me cambié y fui al comedor.

En seguida otra de las mujeres, me sentó y con un secador de cabello y varios cepillos comenzó a peinarme, alabando permanentemente mi cabello.

Cuando terminó, me tuvieron allí sentada hablándome de cualquier cosa.

Les dije que tenía hambre a lo que una de ellas me dijo que sería mejor que no comiera, porque Esteban les había comentado que yo estaba mal y era conveniente pasar un día en ayunas para que el cuerpo se depure. Todo eso comentado con una perorata que parecía interminable.

Pasaron las horas y me tenían ahí sentada hablando hasta que llegó la noche.

Yo seguía sintiéndome rara y con mareos, pero ahora como agravada, se los comenté y me llevaron a la cama.

Me dejaron bastante tiempo sola acostada, pero yo estaba despierta aunque con muchas dificultades para hablar y moverme.

Hasta que entraron todos, me miraron y me hicieron algunas preguntas a las que yo trataba de responder sin lograrlo. Una de las mujeres dijo "Ya está lista". Vino otra me tomó del brazo levantó la manga de ni camisa y me dio una inyección en la vena.

Yo veía pero no podía hacer nada.

Me alzaron y me llevaron hasta la camioneta subiéndome.

Luego de andar bastante por caminos dentro del monte, la camioneta se detuvo.

Estaba todo muy oscuro y había empezado a llover.

Me alzaron sacando de la camioneta, y me metieron en lo que ví cuando Esteban prendió varias velas era como una cabaña.

Adentro tenía solo una gran cama en el medio con sábanas negras.

Esteban terminó de prender una gran cantidad de velas, mientras me colocaban sobre la cama y las dos tipas que habían venido en el vehículo con nosotros comenzaron a desnudarme por completo.

Una vez desnuda me rociaron con mucho perfume con fuerte olor a rosas, colocaron con una hebilla una rosa en mi cabello, me pusieron de pié y me pusieron un camisón bien blanco y con un gran tajo que llegaba hasta arriba en uno de los costados, con el camisón bien estirado hacia abajo me volvieron a acostar.

Se fueron las dos mujeres hablando entre ellas y Esteban dándome un beso en la frente me dijo. "Bueno Claudia, de a poco vas a ir recobrando el movimiento aunque no todo, relájate y disfrútalo, que a la madrugada te paso a buscar. Y se fue cerrando la puerta.

Escuché como la camioneta se alejaba y logrando moverme muy poquito pensaba que pasaría ahora.

Al rato sentí como que se acercaba algún tipo de animal por lo fuerte de la respiración y me invadió un terror tal que comencé a llorar.

Lentamente ví que se comenzó a abrir la puerta y cuando se abrió toda lo que allí observé me congeló la sangre.

Era algo muy alto casi todo cubierto de pelos dejado ver por algunos huecos la piel que era negra y gruesa. Su rostro también cubierto de pelos solo dejaba ver dos ojos verdes como los de un gato.

Sus brazos eran muy largos con manos muy peludas y sus piernas terminaban en dos enormes pies. Y en la entrepierna le colgaba como un miembro larguísimo y muy grueso totalmente rojo de las mismas características que el de un perro pero muchas veces mayor.

Se acercó mientras yo cerré los ojos pidiendo despertarme de esa horrible pesadilla.

Sentí por su respiración cada vez mas fuerte y entrecortada que ya estaba a mi lado.

Comenzó a tocarme con sus dos ásperas palmas de sus manos desde el cabello pasando por los costados de mi cuerpo hasta los pies.

Hizo lo mismo varias veces hasta que con una mano apretó fuerte los cachetes de mi cara hasta que mis labios quedaron para afuera y sentí como su boca, con un aliento asqueroso se apoyó sobre la mía introduciéndome una larga y rugosa lengua.

Movía esa lengua muy rápido sobre la mía y como buscando llegar a mi garganta.

Manteniéndose así me soltó la cara, con una mano empezó a masajearme bruscamente los pechos y la otra la metió por el tajo del camisón y después de un rato de acariciarme las piernas la puso sobre mi vagina.

Todos sus movimientos eran toscos, brutos y fuertes.

Casi sin darme cuenta abrí los ojos y ví esos ojos horribles abiertos, mirándome sin parpadear nunca, mientras seguía con su lengua dentro de mi boca.

Su mano acariciaba de tal manera mi vagina por arriba de los pelitos y los labios y la otra apretaba tanto mis pechos que a pesar de luchar contra eso sentía excitación. Sacó su boca de la mía tomó una de mis manos y la llevó hacia eso que le colgaba ya empezando a despertarse.

La colocó sobre su miembro haciendo que lo agarre y siempre guiándola comenzó a hacer que le haga movimientos de masturbación.

Comenzando a recobrar parcialmente el habla le dije llorando"No, basta por favor", a lo que él siempre mudo e ignorando lo que le pedía continuaba.

Ya esa cosa se endureció a límites extraordinarios.

Cuando estaba dura y totalmente hinchada, siempre con su mano apretando eso por la presión que la mano de él ejercía, la llevó a mi boca, mientras con la otra mano apretó de nuevo fuerte los cachetes de mi cara haciendo que mi boca se abra.

Con esfuerzo la introdujo dentro de mi boca y la empezó a mover para adentro y afuera rápido.

Yo tenía arcadas profundas porque a veces llegaba muy al fondo y aparte tenía un sabor horrible.

Como veía que iba a ser terrible, levanté un poco mi cabeza y la movía tratando de regular aunque sea un poco esos movimientos.Viendo eso,me soltó totalmente y me dejó que yo lo hiciera.

Yo antes que él volviera a hacerlo a su manera, y con gran asco se la empecé a chupar teniéndosela con una mano para evitar que empuje y me la hiciera tragar toda.

Estuve un buen rato chupando y chupando esa cosa hasta que empujó para adentro obligándome a apretársela porque sino me destrozaba la garganta y acabó terrible cantidad de semen dentro mio.

Tragando cualquier cantidad de ese líquido horrendo, saqué la boca y ahogada comencé a tratar de escupir todo lo que quedaba en mi boca pero sin poder evitarlo, vomité.

Me miraba hasta que me volví a acostar con un gusto horrible en la boca y mareada.

Me tomó el camisón y con fuertes tirones lo destrozó dejándome totalmente desnuda.

Me tomó las tetas con sus dos manos apretándolas y comenzó a chuparlas como desesperado.

Sentía como que los pezones parecían salirse de la succión y al buen tiempo de hacerme gritar las soltó viendo yo que las tenía coloradas y todas marcadas.

Pasó a la vagina, abriendo un poco los labios con sus dedos e introduciéndome la lengua y moviéndola adentro.

Ahora sí que me sentí con un terrible calor allí abajo.Levanté mecánicamente mi cadera y comencé a gemir con todo pues tenía orgasmos múltiples provocados por su acción.

Le tomé con mis manos su cabeza y me contorsionaba toda, parecía que volaba del calor.

No aguantaba mas y él seguía ahí, "Basta por favor, basta" le gritaba mientras los orgasmos se sucedían, pero él nada.

Luego que estaba destruida sacó su boca de allí, subió poniendo su cara frente a la mía y me introdujo nuevamente su lengua en mi boca.

Yo que no podía más sentí ahora que su terrible pija comenzaba a entrar en mi concha.

Desesperada, con mis manos traté de empujarlo de los hombros para atrás, pero tenía una fuerza muy grande y la pija comenzó la penetración.

Parecía que se me partía la concha cuando eso entró y rápidamente se deslizaba por mi interior.

El estómago era como que se inflaba y las paredes de la vagina como que se rompían en mil pedazos.

Pegué un terrible grito, mientras seguía tratando de pararlo con mis manos.

Pero continuó, y ya creí que la tenía en mi panza.

Empezó a meterla y sacarla a todo ritmo, y el dolor se me hizo casi insoportable.

Desesperada como estaba atiné a agarrarle la pija para evitar que en un empujón la metiera toda adentro.

Y él seguía moviéndose con todo para adelante y a atrás.

Teniéndole la pija con una mano y con la otra apoyada en su pecho como para pararlo, aumentó al doble el ritmo, haciéndome pegar otro terrible grito pues el dolor ya era incontrolable.

Bombeó lo que me pareció una eternidad hasta que soltó un horrible grito y me inundó de semen adentro.

Bruscamente la sacó y quedó acostado a mi lado con su mano apretándome una teta.

El dolor que sentía en mi vagina era terrible y llevando mi mano allí ví que tenía sangre.

No pasaron ni cinco minutos que me dio vuelta, colocándome boca abajo, me abrió bien las piernas y se puso sobre mí.

Yo sabiendo lo que pasaría,llevé mis manos para atrás y grité desesperada "No,No".

Pero era tarde,apoyó la punta de su pija en mi culo y comenzó a metérmela.

El mundo estalló a mi alrededor. Sentí un terrible dolor agudo en el culo,puntadas de todo tipo, y unas terribles ganas de defecar, todo junto.

Le suplicaba que saliera ,porque me hacía encima pero él empujaba más, perforando mi culo como un terrible pistón.

Antes de bombearme el ya abierto culo y por la presión que este hacía la sacó haciendo que me hiciera encima con un dolor insoportable.

Como si nada y sin dejándome siquiera decirle algo volvió a introducirla muy profundo provocando otro alarido que pegué mientras lloraba como una loca.

El culo ya abierto, no se acostumbraba a eso y volvió a darme puntadas fuertes mientras el ser ese me comenzó a poner y sacar a toda velocidad.

A los gritos y llorando trataba de pararlo con las manos sin siquiera hacerle disminuir la velocidad.

La pija entraba y salia fuertemente dañando todo a su paso y yo, con mi cara enterrada de la sábana trataba de agarrarla para frenarla.

Cuando lo logré pude hacer, apretándola, que entrara un poco menos, pero igual el dolor de cada empujón era mortal.

La lucha duró lo que pareció horas hasta que vino el alarido y me llenó de leche.

Salió de encima mio, tardando mucho logré darme vuelta poniéndome boca arriba, me metió otra vez la lengua en mi boca un rato largo, se levantó mirándome y se fue.

Quedé alli tendida sin poder moverme casi del dolor, me corrí a la parte limpia de la cama, miré con vergüenza la suciedad que había salido de mi interior, cerré los ojos y traté de relajarme.

Al rato escuché la camioneta, entraron, me levantaron, y Esteban mirando la suciedad sobre la cama me miró con lástima.

Nunca más volví a ver a Esteban.

Estuve mucho tiempo con Psicólogo aunque nunca me creyeron . No quedé embarazada pero sí marcada para siempre por esa pesadilla de terror.

 

MILORD

Milord148@hotmail.com