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Valle del sol

en No Consentido

VALLE DEL SOL

 

Estaba haciendo el amor con Roberto, mi marido, gozando como siempre lo hacía con él y vi algo afuera. Me sobresalté y le dije "Roberto están mirando, alguien nos esta mirando".

Roberto me miró asombrado, nunca pare nuestra sesión amorosa, me preguntó donde, le dije que de la ventana, se puso los pantalones y salió conmigo atrás.

No había nadie y ese era el comienzo de lo que sucedió.

Ayer nos mudamos a este pueblo, "Valle del Sol", distante de todo, de no mas de 20 manzanas de casas bajas.

Roberto es médico y había cerrado la clínica en la ciudad donde él estaba, lo que conseguía alla casi no nos alcanzaba para comer, un colega de él habló con un médico de acá y le ofreció venir.

La paga es buena y a pesar de que casi todas las noches tiene guardia bien vale el esfuerzo.

Yo tengo 29 años, hija de Ucranianos, rubia, bien rubia con el cabello lacio por debajo de los hombros, ojos celestes, pechos chicos buena cola, de 1,65 metros.

Esa noche estábamos aprovechando, la primera noche ahí, mas que la noche siguiente empezaba las guardias, sumado a que teníamos ganas de hacer el amor, tomamos esa noche como la nuestra, pero juro que vi una sombra en la ventana que miraba para nuestra pieza.

Después de mi susto es como que nos enfriamos por eso nos quedamos en el comedor tomando una copa.

Nuestra casita era hermosa, con dos piezas, un comedor mediano, una cocina toda armada, un baño principal y uno de servicio. Era chica pero hermosa, afuera un jardín a la entrada con hermosas rosas y plantas y atrás un patio chico, con cochera al costado con entrada al comedor.

Estábamos tomando algo pero yo cada tanto miraba a la ventana del comedor, tenía el presentimiento que nos miraban, lo sabía.

Al otro día, luego que yo casi no pegara un ojo viendo dormir a mi marido y mirando a la ventana, mi marido fue a hacer las compras y yo me quedé arreglando el jardín de entrada.

Apareció nuestra vecina, una mujer gorda y de unos 70 años que me saludó. Hablamos , me dio la bienvenida y no se cansaba de decir que era hermosa, se veía por lo que hablaba que no estaban acostumbrados a ver una mujer tan rubia por ahí.

Me comentaba que no iba a tener problemas, que el pueblo era muy tranquilo y la gente muy buena. La invité a pasar a nuestra casa y tomamos un té. Me dijo que el marido estaba jubilado y había ido a caminar por las sierras como lo hacía todas las mañanas. Es que el pueblo está en el medio de sierras y bosques, todo verde, el aire puro, al abrir las ventanas el paisaje que se ve parece de sueño, pero no todo iba a ser como se veía.

Vino mi marido y se la presenté, al rato vino el marido de ella, un hombre de unos 75 años pero que se conservaba muy bien, y los cuatro nos quedamos hablando. Como era de rigor ellos al enterarse que Roberto era médico lo ametrallaron a preguntas sobre remedios y cosas afines a la salud.

Hasta que mi marido, un poco harto de tener que revisar gente cuando estaba aprovechando su descanso me dijo " Victoria, querida, me voy a bañar, me preparas la ropa?".

Los viejos entendieron y dijeron que se iban a su casa.

Esa noche Roberto se fue a tomar su primer guardia.

Yo me quedé en el comedor leyendo una revista y escuchando música, me había olvidado de lo que había visto la noche anterior.

Hacía calor, aunque sin ser mucho yo lo sentía, por eso me saque el pantalón jogging que tenía y me quedé con una tanga rosa con florcitas blancas y una remera rosa.

A eso de las 10 me agarró sueño, apagué la luz del comedor, fui al baño y me acosté.

Estaba con la luz del velador prendida hasta que vi que me dormía.

Justo que la iba a apagar, miré a la ventana y había la sombra de alguien parado justo en la ventana. Lo veía entre las hendijas de la persiana, juntando fuerzas dije "Quien está ahí?, que quiere?", nadie me respondió y la sombra siguió ahí.

Me levanté rápido y fui al comedor, agarre el teléfono y miré los números que estaban anotados y llamé a la policía.

Al rato apareció un patrullero y bajaron corriendo dos policías que me golpearon la puerta, abrí y les expliqué lo que había visto, estaban caminando por alrededor de la casa y vino otro patrullero mas, eran los dos que tenía el pueblo.

Después de mas de una hora de revisar con linternas, mirar en toda la casa, y recorrer los alrededores, un oficial vino y me dijo "Señora, no hay nadie, está segura que vio lo que dijo?", le dije que no solía ver visiones, estaba molesta.

El oficial volvió a decir "No me interprete mal, no pretendo hacerla pasar como que ve visiones, solo que ni siquiera huellas hay, nada, solo por eso le decía", me dijo que cualquier cosa los llame, y se fueron.

Los vecinos alertados por ese movimiento, vinieron a verme. Les explique lo que había pasado y la vieja, maría se llamaba me dijo "Hija, acá el viento a veces mueve las plantas y eso produce sombras, ya te acostumbrarás a eso". Pero no había viento, igual no quise discutir, tomaron un café que les preparé y se fueron.

A la mañana vino Roberto y yo lo estaba esperando y enseguida le conté todo y me dijo "Si, ya se, me contaron en la clínica. Victoria creo que te afectó el cambio de lugar, es solo eso, tenes que estar tranquila y pronto te acostumbrarás a esta paz que no conocíamos, vas a ver que todo estará bien".

No dije nada, pero llegué a pensar que podía tener razón, tal vez el hecho de estar en un lugar nuevo me ocasionó esto.

Me acosté con él y nos dormimos hasta después del mediodía, preparé la comida y después fuimos a dar una vuelta en el auto por el pueblo.

Compré comida como para tener en la heladera para dos días, tomamos un café en una hostería que parecía de un cuento de tan linda que era y nos volvimos a casa.

Esa noche, Roberto antes de irse me dijo varias veces que me quede tranquila y que si no podía dormir que me tome un calmante que me dejó.

Estaba mirando televisión, el único canal que se veía y que daba todas las noticias de la ciudad mas cercana que estaba como a 30 kilómetros.

Estaba con una tanga blanca y la remera rosa, me agarró cansancio y me fui a acostar.

Mientras estaba recostada leyendo un libro sentí pasos y como que se rompía una rama. Me sobresalté y me puse un pantalón jogging y fui al comedor, iba a llamar de nuevo a la policía pero no lo hice, pensé que estaba sugestionada y vi la sombra esta vez en la ventana del comedor, como que me seguía, tomé el teléfono y vi las luces de un auto que pasaba, junté coraje y salí, era el auto de la policía que estaba de ronda por ahí.

Cuando me vieron que salí pararon y de adentro me miraban.

Di una vuelta a la casa y no vi nada, volví al frente y ellos seguían mirándome, los saludé con la mano, ellos respondieron a mi saludo, arrancaron y se fueron, yo me encerré en la casa.

Me quedé en el comedor tomando una copa de alcohol y pensando que me pasaba.

Juraba que había visto la sombra pero no había nada afuera, me estaría volviendo loca?.

Me volví a acostar y sentí un golpecito en la ventana, miré y allí estaba la sombra, pero esta vez sentí una voz muy grave, como de ultratumba que dijo "mañana, sos vos", y se fue.

Quedé aterrorizada, que era eso de mañana?, no dormí y cuando vino Roberto corría a contarle.

Me escuchó y no sabía que decirme, me preguntó un par de cosas y no sabía yo que decirle.

Me miraba y ahora si pense que creía que estaba alterada.

No dije mas nada, y él me dijo que hablaría con la policía para que pase mas seguido por acá.

Todo ese día estuve mal pero trataba de disimular, era desesperante mi situación, nadie me creía y yo sabía que algo sucedería.

Llegó la noche y Roberto se fue prometiéndome que la policía estaría por acá.

Me quedé en el comedor, luego de ver varias veces si todas las puertas estaban cerradas.

Decidí darme una ducha, preparé el baño y llevé ropa interior nueva.

Terminé de ducharme, me puse una tanga azul, no me puse corpiño, y una remera negra arriba.

Me acomodé el pelo y cuando salí sentí ruido en el comedor, fui y allí lo vi.

Quedé dura del terror al ver a un tipo enorme con una pasamontañas que le cubría la cabeza y la cara, solo le dejaban ver dos ojos rojos y la boca y con una bata negra atada a la cintura, quise correr a la puerta pero me agarró del brazo y me dio una trompada en el estómago que me hizo perder la respiración, me llevó a la rastra a la pieza y como si nada me tiró en la cama, tomó mi brazo y sacó una jeringa, apretó el brazo con una mano y me dio una inyección en la vena con mucha pericia para encontrar enseguida mi vena.

Me dejó ahí recostada y él quedó parado al pie de la cama.

Al rato sentí como que todo me daba vueltas y no me podía mover, estaba congelada ahí viendo al tipo ese que me miraba parado inmóvil.

Quería levantar mi mano y no podía, solo miraba . El tipo se abrió la bata siempre mirándome y estaba desnudo se sacó la bata y la tiró a un costado.

Su cuerpo era muy peludo, era morrudo, con músculos bien pronunciados, y tenía un pene fino pero muy largo, extremadamente largo y lo tenía muy parado.

Estaba solo con el pasamontañas, se puso a mi costado y me sacó la remera, intenté hacer un movimiento con la mano aunque parecía que me pesaba toneladas y me dio un sopapo, tan fuerte que me dobló la cara. Me tocó un poco la vagina por arriba de la tanga y comenzó a bajarla. Volví a intentar moverme y recibí otro sopapo tremendo.

Me sacó la tanga y me empezó a chupar los pechos , luego bajo mientras me miraba y me chupó la vagina, estuvo un rato y yo sentía su lengua pero estaba inmóvil.

Se puso arriba mío, me besaba los labios, el de abajo me lo agarró con sus labios y me lo chupaba, ahí vi sus ojos rojos mirándome y sentí que me metía su pija en mi vagina.

Era fina pero la sentía, entraba sin pausa y ya me dolía, la seguía metiendo hasta que hizo tope y me molestaba de tan larga, se empezó a mover, me bombeaba violentamente, con agresividad, mientras me escupía y chupaba su propia escupida en mi cara, me dio un par de sopapos mientras me cogía con fuerza, con odio, yo sentía eso como una espada que entraba dentro mío y me dañaba, me daba y me pegaba, me apretaba un pezón, me escupía pero no decía nada.

Estuvo mucho mas de una hora cogiéndome hasta que me acabó adentro, dejó que la pija salga sola , se puso se pie, se colocó la bata, me miró y se fue.

Al rato mas o menos comencé a recuperarme y me puse a llorar.

Quedé allí hasta que vino Roberto y me llevó a la clínica.

Cuando me subió al auto para traerme de nuevo después que me repuse, le pregunté que había salido en los análisis y me dijo "Victoria salió que te drogas, había droga".

Le dije "Pero me violaron y me dieron la droga para inmovilizarme, vos viste el semen, las marcas de los cachetazos, vieron eso. Decime Roberto, cuando me drogué?, sabes que jamás consumí"

"Ya se, pero acá no nos conocen van a pensar que somos drogadictos. El semen puede ser mío, ahora viene la policía y te va a preguntar mucho, por favor cuidado con lo que le decía, eso que contaste, es muy raro. Como que te violó un ser extraño", me dijo

Le contesté ya enojada "No era ningún ser extraño, era un hombre con su cara tapada, vos no me crees y pensas que me estoy volviendo loca, quédate tranquilo no voy a molestar tu trabajo con mi violación", y me puse a llorar. Me tomo de los hombros y me dijo que me entendía pero que yo lo entendiera a él. Al rato tocaron la puerta y era la policía.

Me tuvieron una hora preguntándome como si hubiera cometido un delito, y por último si iba a ser la denuncia que por favor describiera al sujeto.

Pensé que no había visto nada como para describirlo, solo su cuerpo, y eso no iba a servir. Les dije que no iba a hacer la denuncia , con satisfacción se levantaron y escuché que le decían a Roberto que me cuidara de las drogas.

No dije mas nada, me acosté y Roberto se acostó a mi lado y me quedé dormida.

Llegó la noche y Roberto se fue, me dijo algunas cosas de cuidarme pero no le presté mucha atención.

Fue una noche tranquila, me quedé dormida por los calmante que me había dado Roberto y cuando me desperté él ya estaba aquí de nuevo.

Me llevó al pueblo a hacer las compras y la poca gente que había me miraba, yo no les di importancia y a la vuelta,cuando llegamos hasta los viejos me miraban raro, saludaron pero nada mas.

Roberto se fue a la guardia y yo me bañé y me puse una tanga negra con mi pantalón jogging gris y una remera blanca.

Me senté en el comedor y tomé un vaso de whisky bastante lleno con hielo.

Me agarró cansancio y fui a la pieza, apagué la luz del comedor y cuando entraba a la habitación, prendí la luz y vi a un tipo parado al lado de la cama que me agarró de un brazo y me tiró arriba.

Estaba igual que el de la otra noche pero no era el mismo era otro. Mas bajo, y con la bata negra y el pasamontañas.

Antes de que pudiera gritar me dio un cachetazo y muy rápidamente me inyectó la vena.

Esperó un rato tapándome la boca con su gran mano y cuando vió que me quedé inmóvil me soltó.

Estaba dura y lo vi que se sacaba la bata. La pija de éste era muy gruesa y menos larga que él anterior, la tenía totalmente dura y la cabeza muy hinchada. Muy despacio me sacó los joggings, y me sacó la remera. Tenía los ojos rojos como el otro. Empezó a chuparme la vagina por arriba de la tanga y luego me chupó un rato las tetas.

Me apoyó luego la cabeza de su pija en mi boca, y como yo no podía ni hablar, tenía la sensación que tenía duro como piedra todo ahí, me pasó la cabeza por toda la boca, y me dio vuelta dejándome boca abajo. Me abrió las piernas pero no me sacó la tanga, la corrió a un costado, y sentí que su pija se apoyaba en mi culo y me la empezó a meter.

Yo hubiera querido gritar con toda mi fuerza del dolor que me produjo cuando empezó a entrar, solo lloraba, y sentía esa gran cosa que se metía adentro mío.

Quise moverme y como respuesta recibí un golpe en la nuca que me hundió la cara contra el colchón.

Sentí que entró toda y me pareció que estaba mirando la muerte. Era un dolor terrible, y ese tipo no tenía intención de ser suave conmigo, al contrario, me agarró de los pelos tirándolos para él, me encorvé para arriba con el cuello que creí que se partía, y estando yo en esa posición y el con mis pelos en su mano me empezó a bombear el culo con una violencia que no entendía. La pija estaba lubricada , lo sentía por el ruido y por la facilidad con que entró.

Yo lloraba nada mas, no podía gritar ni defenderme, y él tiraba mas los pelos cuando veía que intentaba algo.

Saltaba atrás mío para clavarme el culo hasta el fondo, y yo me sentía morir, era con saña, un crímen.

Lloraba a mares y él me tiraba mas de los pelos, dándome cada tanto una palmada muy fuerte en mi nalga.

Esa cosa gorda estaba haciendo un desastre atrás, y mi culo ya no quería mas.

Creo que estuvo casi una hora y media, porque la sacaba un ratito y la volvía a clavar hasta el fondo.

Al final la sacó y me acabó en la espalda. Estuve así boca abajo llorando muy dolorida y no sabía que estaba haciendo, sentí que abría la cómoda pero con el dolor después me olvidé. Sentí que me limpiaba la espalda en donde me había acabado, se puso arriba mío y me besó el cuello, después dobló mi cara y empezó a besarme en la boca.

Se puso la bata y se fue. Al rato recobré la movilidad y arrastrándome llegué al comedor y llamé a la policía.

Vinieron , me llevaron a la clínica y estaba Roberto esperándome.

Me hicieron los análisis, por supuesto apareció la droga pero la sorpresa mayúscula, la que casi me mata de un susto fue cuando me llevaron a casa y un policía apareció con un consolador en la mano, si con una aparato, un terrible vibrador. Todos me miraron, y el policía le dijo a Roberto que lo sacó de la cómoda mientras buscaba indicios. Intenté decirles que no era mio, que lo había puesto, pero nadie me iba a escuchar.

Cuando quedamos solos con Roberto, le dije que él no creería en eso, me miró y me dijo que yo estaba muy alterada y que necesitaba tratamiento. Me metí corriendo en la pieza y me puse a llorar en la cama.

Esa noche cuando se fue Roberto, dije que no iba a dormir y agarré la guía telefónica y llamé a la policía de la ciudad mas grande mas cercana. Les explique todo y les dije que yo no confiaba en la policía de acá, después de escucharme me dijo que ellos no tenían jurisdicción aquí pero que llamara a la policía Federal que ellos sí podían intervenir.

Me dieron el teléfono y llamé. Me atendió un tipo que cuando le empecé a contar me derivó a un oficial. Este me escucho y cuando terminé me dijo "Señora, usted me está diciendo que la violaron dos veces, y que todo el pueblo esta en contra suyo?, y que la droga se la pusieron?, y el vibrador también?, pero no puede describir a nadie porque no sabe como hacerlo", viendo como venía le dije que perdone la molestia y que gracias. Lo último que me dijo fue "Donde queda su casa?", le dije y corté.

Esa noche no pasó nada, me quedé toda la noche sentada en el comedor, sabía que si me iba de allí, Roberto haría la denuncia y quien no entregaría a una drogadicta?.

Vino mi marido, lo saludé muy fríamente, y se fue a acostar, se levantó y cuando estábamos en el comedor tomando café en silencio, sentimos un auto que paraba y una puerta que se abría.

Tocaron el timbre y salí a atender. Había parado en la puerta un tipo morocho que cuando me vio me dijo que era un inspector de la Policía Federal.

Me pareció un milagro, lo hice pasar y adentro se sentó y empezó a preguntar.

Pero le preguntaba a Roberto también, algo que la policía de acá no había echo.

Mi marido estaba incómodo y el inspector dijo que estaría en el pueblo y que se quedaría unos días allí.

Roberto se fue a trabajar y esa noche me esperaría la peor pesadilla.

Salí del baño con una tanga roja y allí estaban, los dos tipos que me habían violado, los dos juntos, como siempre no me dieron tiempo a nada y me golpearon en la boca con el puño, caí para atrás y me levantaron y me llevaron a la pieza arrojándome en la cama, uno me tenía y el otro me inyectó, al rato quedé inmovilizada y a merced de ellos. Uno se enterró en mi vagina empezando a pasar la lengua por arriba de la tanga y el otro me chupaba las tetas como si quisiera que lo amamante.

El que estaba en mi vagina, me levantó un poco la cadera y me chupaba el culo ahora, y el otro se dedicó a besarme en la boca sacando una lengua muy larga.

Se sacaron las batas y quedaron desnudos. Uno puso su pija en mi boca, y yo sentía un olor inmundo que despedía y el otro se subió arriba mío, el de la pija fina, y comenzó a penetrarme.

Me daba duro, muy duro, con saña al máximo. Me clavaba toda la pija adentro y me daba sopapos en la cara, se movía a un ritmo infernal,empecé a llorar del dolor, Mientras el otra me escupía en la cara y chupaba su propia saliva pasándome la lengua.

Pasaba ya media hora que yo sentía como esa espada me clavaba la concha me lastimaba. La sacó y me dieron vuelta, ahora el otro me clavó el culo de un empujón, y yo deseaba desmayarme, no aguantaba mas el dolor, era terrible. Me tuvo casi una hora clavándome el culo, hasta que la sacó. Me acomodaron de costado y se puso el de la pija gruesa adelante y el otro atrás, y levantándome una pierna bien alto me clavaron los dos agujeros, al mismo tiempo. Me pegaban y me besaban mientras me daban para matarme. Sentía las dos pijas dentro mío rompiéndome, eran dos cosas que me lastimaban sin piedad y los sentí gemir por primera vez, estaban calentísimos. Yo lloraba a mares, quería morirme antes de seguir sufriendo eso y ellos seguían dándome, bombeándome, quería ver sangre y la vieron, pues yo sangraba de los dos lados.

Sin que hiciera nada me pegaban en la boca y me escupían, me apretaban los pezones y el de atrás me tiraba del pelo con fuerza, me dolía todo, ya no aguantaba mas.

Justo que me acabaron los dos juntos llenándome de leche los dos agujeros,, se escuchó un auto que paraba, se levantaron corriendo, agarraron las batas y no los vi mas.

Yo estaba ahí y sentí que golpeaban la ventana y me llamaban. No podía hablar pero con un esfuerzo supremo moví la mano y tiré el velador al piso.

Ahí sentí que hablaban, por lo que deduje que eran dos y al rato sentí que rompían la puerta y entraban.

Miré a la puerta de la pieza y vi aparecer al inspector de la Federal con otro atrás.

El inspector le hizo señas al otro que se fue corriendo y me vino a tapar mientras llamaba a la clínica.

Escuché que cuando entraba con la camilla a la clínica, el inspector le dijo a Roberto que estaba allí "Es una violación, me entiende?, no ponga boludeces porque le juro que lo hago mierda, me escuchó?". Roberto dijo que si y me llevaron a terapia.

Cuando desperté estaba en una cama y vi a Roberto con el inspector y el otro que estaba con él mas tres federales mas.

Le agarré la mano al inspector y le dije que me quería ir sola a la ciudad a la casa de mi mamá, me dijo que si, que ellos me llevaban. Roberto no decía nada.

Al otro día me acompañaron a casa, Roberto miraba sin hablar, agarré algunas cosas mías y me subí al auto de los federales que estaba afuera.

En el camino a la casa de mamá le dije quienes fueron los que me violaron., y el inspector me dijo "No sabemos, vamos a investigar, allí nadie habla, por empezar como tenían llave de su casa, ya le informaremos si tenemos algún resultado".

No dije mas nada y me dormí en el auto, sabía que todo volvería a empezar.

CONTINUA

MARCEL MILORD