miprimita.com

Maldito regreso

en Confesiones

MALDITO REGRESO

Me había nacido y criado en un pueblito de campo, pero a los 19 años, mis padres fueron atraídos por la gran ciudad.Dejé allí algunas amigas y un tipo mayor que yo, exactamente 7 años, que siempre me pretendió pero que yo no sentía nada por él. El tenía una mezcla de amor y calentura por mí, pero no me atraía. Estuvo preso por robo reiterado, tipo pesado y para nada cariñoso.

En la gran ciudad conocí a mi actual marido, un hombre muy bueno y emprendedor, es químico, con un laboratorio propio que trabaja muy bien. Mi marido, Esteban , vivía al principio para mi y su profesión, pero cuando su laboratorio empezó a aflojar, fruto de la poca habilidad de Esteban para arreglar con las obras sociales, la cosa se puso distinta.

Esteban llegaba a casa preocupado, distante, y yo sentía eso, al igual que Ariel, nuestro hijo de 4 años, que percibía que nosotros estábamos en problemas.

La plata ya no alcanzaba, ya empezaban las quejas contra la gran ciudad, no se en realidad si era Esteban el que fallaba por su casi nula habilidad para el manejo del dinero, pero la cuestión es que todo se derrumbaba.

Una noche me dijo "Mariana, ya esto está llegando a un límite, no vamos a poder llevar mas esto y no pienso pedir dinero,sería el acabóse porque no podría devolverlo".

Yo escuchaba, pero hacía silencio, no podía acotar nada porque también yo me dejé estar, tendría que haber salido a trabajar antes en lugar de quedarme en casa con Ariel.

Día a día, la cosa empeoraba. Yo tenía 31 años , no era una belleza pero tenía lo mío, el pelo castaño con reflejos claros, los ojos marrones claros, muy buen par de pechos, bastantes grandes y duros, linda cintura que dejaba marcar bien una cola que sobresalía redonda y parada y muy lindas piernas.

El clima en casa empeoraba , ahora discutíamos por cualquier cosa y hacía mucho tiempo que no teníamos relaciones sexuales. Era acostarnos, darse vuelta cada uno para un lado y dormir.

Hasta que se me ocurrió un día decirle que porque no nos íbamos a mi pueblo, que allí con su profesión íbamos a estar bien, las cosas eran mucho mas baratas y Ariel tenía un buen colegio para sus estudios.

No le hizo mucha gracia, él odiaba mi pueblo, no se porque, tal vez porque siempre tuvo como meta conquistar la gran ciudad por eso odiaba lo que ella no fuera.

Pero un día en donde no fue nadie al laboratorio, vino y me dijo "Bueno Mariana, vamos allá, ya le dije a un colega que le alquilaba el laboratorio,no aguanto mas estar allí solo viendo como se cae".

Mi marido era bueno en su profesión pero malo en lo demás, nunca se daba cuenta cuando íbamos a algún lado y los hombres me miraban con intenciones no santas,él vivía en su mundo, decían que los químicos eran especiales pero no pense que tanto, aunque él hacía honor a ese dicho.

Preparamos todo y a la semana fuimos. Yo tenía allá la casa de mis viejos que ya no estaban vivos, y mi hermano que estaba en Europa no tenía problemas que fuera a vivir allí.

Llegamos, el pueble estaba a 900 kilómetros de la gran ciudad, y nuestra casa a 10 kilómetros del pueblo. Vino a recibirnos Don Carlos, un hombre que vivía a 2 kilómetros de mi casa y me había visto nacer.

Cuando me vio, me abrazó y me dijo "Marianita, que grande, y claro, hace 12 años que no te veíamos por acá, sos una señora ". Saludó a Esteban y le dio un beso a Ariel que estaba tomado de mi mano.

Cuando entramos estaba todo igual a cuando nos fuimos, Don Carlos había ,mantenido todo igual.

Las paredes de madera, el hogar a leña, los muebles que papá había mandado a hacer de madera rústica, todo igual.

Los de la mudadora acomodaron todo, y se fueron. Nos ubicamos en la pieza que era de mis padres y a Ariel en la pieza que era mía.

Don Carlos se fue después de ayudarnos, y nos recostamos los tres en la gran cama de mis padres y nos dormimos.

Al otro día fuimos en nuestro auto al pueblo a comprar víveres y a empezar a presentar a Esteban en la clínica. Todo estaba igual. En la clínica le dijeron que empezaba a trabajar a principio de mes, o sea que faltaban 2 semanas, pero como las condiciones eran buenas estábamos tranquilos.

Esteban quería tomar algo y le indiqué que fuéramos al único bar que había para tomar.

Fuimos caminando, pues el pueblo era tan chico que no había necesidad de mover el auto. Por el camino algunos me reconocieron y me vinieron a saludar y entramos en el bar.

Estaba igual, nos sentamos y no había visto que en un rincón estaba él.

Si, estaba Julio, mi ex pretendiente, miré y lo vi mirándome fijo, con esa cara de degenerado de antes o mas, avejentado con sus 38 años, el cabello largo y desprolijo con algunas canas, una cara curtida por el sol con arrugas, con ese bigote que no soportaba y barba de unos cuantos días, vestido con una camisa a cuadros abierta 3 botones y un jean descolorido.

Me hizo un gesto con la boca el cual ignoré, él era muy conocido y temido allí, su antecedente de haber matado a un tipo en una pelea sin compasión lo hacía de respetar.

Asteban se levantó para ir al baño, y no había entrado cuando Julio ya estaba parado al lado de nuestra mesa. "Mariana, estas hermosa, mucho mas que antes,te sentó muy bien la ciudad, te estaba esperando", dijo mirándome a mi y a Ariel que estaba tomando un licuado.

"Gracias Julio, pero ya viene mi marido, andá", contesté fríamente.

Hizo una gran sonrisa, dijo "Nos vemos linda" y se volvió a su mesa.

Terminamos rápido de tomar, yo me quería ir, no soportaba a Julio ahí, nos levantamos y nos fuimos, siempre con la mirada de Julio posada en mi.

En casa había que hacer arreglos de plomería porque la pileta perdía y la ducha del baño andaba mal.

Esteban me dijo que iba al pueblo a buscar un plomero, y me quedé con Ariel jugando en la cama.

Como a la hora y media volvió, y casi me desmayo cuando lo vi aparecer con Julio.

Le mostró las pérdidas mientras Julio me tenía clavada con la mirada y yo estaba fría, paralizada.

Julio dijo que era un trabajo de 1 semana por lo menos hasta encontrar la rotura y repararla. Yo sabía que mentía, quería estar aquí por mi.

En un momento que Esteban se fus afuera a jugar con Ariel le dije a Julio "desde cuando sos plomero?, quiero que te vayas rápido de aquí, hace lo que tengas que hacer y andate y no me vengas con eso de una semana a mi".

"Pero Marianita, que violenta estas!!,siempre fui plomero y no puedo apurar esto", me contestó riéndose.

Al otro día llegó a las 7 de la mañana, y empezó a romper en la cocina. Yo fui a preparar el desayuno y él me miraba el culo desde el piso. Sabía que no podía mirar nada, porque estaba con un camisón largo pero él miraba.

Esteban fue a jugar afuera con Ariel y yo me bañé, cuando salí fui a la pieza, me terminé de secar el pelo con una toalla, me saqué el camisó quedando en tanga y corpiño y lo vi a Julio parado en la puerta.

Me tapé con el camisón como pude y le dije "Que haces acá?, queres que le cuente a mi marido?, andate"

Julio me miraba el cuerpo fijo y muy serio y me dijo sin dejar de mirarme "Vine por una humedad de acá, tenes que calmarte o te va a hacer mal", sonrió y se volvió a la cocina.

Esa noche intenté tener relaciones con Esteban pero él no quería, lo que me dio mucha bronca.

Al otro día, Esteban me dijo que iba al pueblo a ver que pasaba en la clínica, y de paso para hablar con el director del colegio para el año que viene mandar a Ariel.

Me quedé con Ariel y Julio que estaba en la cocina siempre en el mismo lugar.

Yo estaba con una pollera azul ni muy corta ni muy larga y una remera blanca, acomodando cosas en el comedor.Julio estaba en el piso de la cocina debajo de la pileta pero veía bien el comedor de allí y Ariel estaba afuera jugando con el perro que habíamos traido.

Se me cayó al piso un tenedor y fue justo debajo de la mesa, me agache para agarrarlo y como no llegaba me estiré. Ahí me di cuenta que la pollera se había subido y que mi culo con la tanga apuntaba directo a donde estaba Julio.

Me levanté enseguida, pero ya había visto todo él.

Se levantó como un resorte, miró que el nene estuviera afuera y vino poniéndose a mi lado.

Me dijo"Como estas amor!!!, terrible, te satisface tu marido?, yo creo que no, creo que necesitas unos días de buen amor", y me tomó con una mano la cintura. Le saqué la mano y le dije "Andate de acá, dejame, saca esa mano sucia de encima mio".

"Shh, que va a escuchar el nene, quietita",dijo y me puso la mano en una teta apretando.

"Andate carajo que cuando venga Esteban le cuento".

"No vas a contar nada, porque sabes como me las cobro, sería terrible que les pase algo a ellos, a tu marido y a tu hijo,llegó la hora en que tenemos que hacer lo que quedó pendiente".

"Vos estas loco, si vas preso no vas a hacer nada hijo de puta" le dije.

"Yo tal vez no, pero mis amigos sí me vengarían, así que cambia el tono"

"Que mierda queres", le dije ya con miedo, "A vos, no seas boluda, ya sabes".dijo

"estas loco, soy casada, dejame por favor".

"No, no te dejo, y menos después de lo que acabo de ver, escucha bien y mejor que lo cumplas. Quiero que me excites hasta pasado mañana que tu marido va a ir de viaje por 3 dias a la ciudad, yo voy a hablar con el dueño de la clínica y lo va a mandar alla, mañana quiero que te asomes al comedor en tanga nada mas para que te vea, provocame, ponete el dedo en la concha y el culo en tu pieza con la puerta abierta, hacelo sino olvidate de esta hermosa familia que formaste.".

Yo estaba aterrada y solo le dije "Y Ariel estos tres dias que vas a hacer con él?".

"Nada, no se va a dar cuenta de nada. A la noche duerme y durante el día va a jugar con el perrito, no se va a enterar de nada". Dijo eso y volvió a la cocina porque ya se escuchaba el auto volver.

Se fue a la noche y yo no pude dormir, maldita la hora que dije de volver, era una pesadilla que empezaba.

Al otro día Julio estaba en la cocina, yo desde la pieza escuché a Esteban y a Ariel jugando afuera con el perro.Ya Esteban me había dicho que el dueño de la clínica lo había mandado a la capital a un congreso de químicos o algo así.

Me cercioré que estaban allí, me saqué el vestido y fui al comedor en tanga solamente.

Me quede parada allí mirándolo, y con un dedo empecé a tocarme la vagina.

Me miraba muy serio y se levanto como un rayo y se puso a mi lado, miró la puerta, me hizo señas que espere, fue a ver y una vez que vio a mi marido y mi hijo bastante lejos jugando volvióMe metió directamente una mano en el culo, corrió un poco la tanga a un costado y me metió el dedo adentro.gemí y dándose cuenta me dijo "No me digas que sos virgen del culo?" le dije que si, que nunca mi marido lo hizo por ahí porque a mi no me gustaba.

Lanzó un soplido para arriba y me acariciaba las nalgas diciéndome "Viste?, al final algo te voy a desvirgar, mañana se acaba la virginidad por ahí, y espero que te acuerdes de mi cosita".

Mientras me besaba el cuello y me tocaba el agujero del culo yo pensaba que si me acordaba de su cosa.

Era larga, bastante gruesa pero la cabeza desproporcionada, eso me asustaba en su momento, esa cabeza que parecía una manzana grande, por eso no quise nada con él, por miedo.Una sola vez la había visto y no quise saber nada con eso, algo que a él lo dejo mal, enojado, casi me odiaba, y ahora me tenía, y no iba a tener contemplaciones.

A pesar de todo, y como con mi marido no pasaba nada, estaba excitada, en ese momento me dio bronca que Esteban me rechazara por sus problemas y me puse mal.Pensé que yo lo buscaba como una tonta y él nada.

Casi sin darme cuenta, le agarré la espalda a Julio con mis dos manos, le busqué la boca y lo besé.

Cuando terminamos el beso, me miró, se sonrió y me llevó la mano a su bulto. Estaba que explotaba, quería romper el pantalón, y se lo empecé a frotar, gimiendo le dije "Solo te pido que seas suave, es dañino esto que tenes, por favor tene cuidado, sé suave"

Me dijo que sí y nos soltamos porque sentimos que venían. Fui volando a la pieza y me cambié.

Al otro día llovía, le preparé la valija a Esteban, nos saludó, saludó a Julio pidiéndole que nos cuide (pobre ingenuo), subió al auto y se marchó antes que se forme barro.

Eran las 6 de la tarde, y Julio estaba en el comedor con Ariel.

Le dije a Ariel que Julio se iba a quedar porque llovía mucho y mañana tenía que seguir trabajando acá. El nene estaba en otra cosa con sus 4 años, decía a todo que sí, ni imaginaba nada pobrecito.

Le di de comer al nene y nosotros comimos algo muy livianito pensando lo que vendría.

Me fui a bañar y me puse una tanga a lunares negra y blanca, bien chiquita, sin corpiño, y una bata de salida de bañó que me llegaba a la rodilla. No podía controlar que estaba muy excitada y se notaba en mi mirada a Julio.

Esperamos mas de una hora en el comedor, y cuando vi que Julio se toco el bulto y me dijo "No aguanto mas, vamos", agarre al nene de la mano, lo llevé al baño, después a su pieza, lo acosté, esperé que se duerma leyéndole un cuento, y cuando lo vi dormido, prendí el equipo de música con esas canciones para chicos, lo puse tenue como para que lo mantuviera dormido y no escuchara nada, cerré la puerta y salí.

Julio ya estaba en la pieza cuando salí del baño, estaba acostado con la frazada que le tapaba sus genitales, desnudo.

Me acosté a su lado y casi temblando de la excitación que tenía le dije mientras lo tomaba del cuello "Mira lo que hiciste, mira como estoy, que me queres hacer desgraciado?".

Y lo besé con fuerza,estrellábamos nuestras lenguas pasando saliva uno al otro, hasta que él bajó su cabeza a mis grandes tetas y empezó a chuparlas, con lujuria, mordía los pezones, los marcaba, chupaba como queriendo sacar leche de ahí, y con las manos me tocaba el culo y la ya mojada vagina. Pasaba la lengua por mis pezones, y los volvía a chupar con fuerza, como un bebé que esta hambriento. Media hora estuvo allí y yo gimiendo y diciéndole basta.

Se incorporó y me llevó la mano a la frazada sin decirme nada, yo sabía que quería que se la saque y la saqué.

Y ahí aparecio eso. Largo, bastante grueso y esa cabeza desproporcionada. Parecía un palo con una bola en la punta, esa cabeza gigante que me hizo asustar. Agarré su pija del tronco y empezé a besar esa manzana colorada y muy grande. Movía mi mano por el tronco y trataba de meterme la cabeza en la boca pero era imposible, él gemía y me acariciaba el pelo.

Yo también estuve entretenida media hora en ese aparato casi deforme.

Hasta que me incorporó y me dijo "Quiero primero hacerte el culo, es lo que me tiene loco, desvirgarte ese culo precioso que tenes, sacate la tanga y ponete en cuatro por favor amor".

Me saque la tanga y antes de ponerme en cuatro le dije "Por favor Julito, despacio, me va a doler mucho eso, por favor, tratame bien, dulce, con mucho cariño". Le di un beso de lengua de casi 10 minutos y me di vuelta poniéndome como un perrito.

Me chupó el culo 15 minutos, pasándome la lengua por el agujero, acariciándolo con un dedo y masajéandolo.

Se puso mucha vaselina que tenia yo por Ariel y me puso en la entrada del culo, se puso arriba mio, me agarró con una mano una teta apretándola, me dijo "Sabes que siempre te quise Mariana, te quiero, sos mia", apoyó la terrible cabeza en mi ano y presionó.

No entraba pero yo sentía un dolor agudo de la fuerza por meterse, presionó mas fuerte y ahora la cabezota empezó a abrir paso. Lancé un grito cuidándome para que Ariel no escuche, y sentí que la cabeza se estaba por esconder adentro.

Mordí la almohada con todas mis fuerzas, y tenía los puños tan apretados que me lastimaba con mis propias uñas.

Presionó mas, ahora la cabeza fue recibida adentro, no aguanté, solté la almohada y grité .

Me puso la mano en la boca y me dijo "Bueno amor, bueno, ya esta, se esta abriendo, aguanta".

Y presionó mas fuerte, ahora resbaló para adentro y sentí que me desmayaba del dolor. Con una mano intenté sujetarlo pero la sacó y presionó mas. Volví a morder la almohada y a cerrar los puños, me sentía ahogada, un dolor terrible, la cabeza seguía entrando y ya no la aguantaba mas, fatal, estaba desgarrada, sentía ganas de evacuar, esa cosa gigante seguía entrando y yo veía todo doble del dolor.

Lloraba, le decía que no la aguantaba que la saque, pero me decía que no,que tenía que entrar toda.

Hasta que la metió toda, me sentí empalada, ni me podía mover con eso en mi culo ya no mas virgen, el que había cuidado tantos años, ahora lo estaba rompiendo, sin piedad.

La dejó en el fondo, mientras me decía que me quería y que ese culo era de él nada mas.

Esperó un rato mientras me besaba, y comenzó a moverse. Fue el acabose, sentia esa cabeza terrible que entraba y salía y rompía en su visita a mi culo.

Con las manos golpeaba el colchón y con la boca destrozaba la almohada, pero él seguía gimiendo y casi saltando arriba mio para que entre bien adentro.

Seguía y yo me ahogaba de llorar, no soportaba mas, estaba destruida, sentía que la cabeza iba para adelante y atrás rompiéndome, no aguantaba, y las ganas de evacuar ahora eran terribles, parecía que me hacía encima, estaba sufriendo como nunca.

No se cuanto duró eso, pero fue mucho tiempo, hasta que me la enterró toda y sentí como si fueran litros de leche caliente en mi interior.

Me acomode a su lado en la cama muy dolorida, sentía fuego en mi culo y chorreaba la leche quien sabe con que mas, lo agarré y lo besé muy fuerte, nos apretamos en un abrazo mientras nuestras lenguas se entrecruzaban. Le acariciaba el pecho con muchos pelos que tenía mientras le decia que pasaría ahora, que todo estaba mal, pero no podia sujetarme y lo volví a besar.

Fui al baño y tarde en limpiarme todo lo que salia de atrás, volví a la cama pero antes pasé para estar segura que Ariel estaba dormido, cuando me aseguré que sí, me volvi a acostar al lado de él y en silencio le volví a agarrar esa arma que me había destrozado y la volví a chupar con fuerte succión en la punta de esa monumental cabeza. Enseguida volvio a ponerse dura y la cabeza de nuevo a punto de estallar, lo miré sin decirle nada y él me dijo "La queres de nuevo adentro tuyo no amor?", si, le dije, dame eso de nuevo por mi concha ahora por favor.

Me subí arriba de él, y con mi mano enfilé la cabezota hacia mi vagina y comencé lentamente a bajar. El me tenia de la cintura y espero que me clavara. La sentí en mi entrada y presioné mas para abajo, grité cuando esa cosa penetró entre mis labios vaginales, era terrible, me dolía muchísimo pero seguí despacio bajando. Sentía que entraba en mi interior, que me dañaba, pero yo seguía, hasta que él me tuvo fuerte de la cintura y se levanto de golpe metiendola toda.

La vagina estaba húmeda, pero igual el dolor fue terrible, apoyé mis dos manos en su pecho y lancé un grito de dolor. El se movía para arriba y para abajo y luego que mi concha se adapto a esa bestialidad yo también empecé a bajar y subir. Ambos gemíamos como animales, el ritmo era terrible y el dolor también al sentir la cabeza rozar en mis paredes.

Me estaba perforando yo misma, pero quería eso, lo gozaba, con muchísimo dolor pero lo gozaba.

Seguía enterrándome esa cosa gigante adentro, y él subía y bajaba a gran ritmo.me dolía, me dañaba la cabeza recorriendo mi vagina pero el placer también era grande, sentia que acababa muy seguido.

Duró mucho mi montada, hasta que nuevamente me llenó de su caliente leche adentro haciéndola desbordar.

Quedé rota pero me sentía bien, y eso me preocupaba.

Dormimos toda la noche, y al otro día había arreglado para que un matrimonio amigo de él y que yo conocía desde chica se llevara al nene al circo del pueblo.

Estuvimos toda la tarde en la cama, pero ahora como mis pobres agujeros estaban mas acostumbrados pude disfrutar mas.

Me hizo dos veces el culo y una la vagina y esa noche seguimos. Julio venia con mucha leche acumulada y la estaba sacando.

Llego el día que volvió Esteban, pero nada termino ahí. Estaban empezó a trabajar y Ariel a ir a jardín de infantes y yo a encamarme con Julio.

No sabía cuanto tiempo podría llevar esta doble vida, pero por ahora estaba mas que cómoda así

MARCEL MILORD

Milord148@hotmail.com