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Vas a sufrir mucho mi amor

en No Consentido

VAS A SUFRIR MUCHO MI AMOR

 

Se que no estoy bien, me lo dijeron y me doy cuenta, mi enfermedad es muy extraña, es odio a mi mujer.

Elena es una excelente mujer, callada, extremadamente dócil, fiel, elegante, excelente madre, no es ella, soy yo.

Me casé sin quererla, por obligación, por estúpido, no me atraía, solo los primeros 3 meses de noviazgo, me maldigo por haber llevado todo adelante hasta casarnos.

Hice de todo por cambiar pero es inútil, no puedo.

Ella tiene 36 años, yo la preparé para mi y ella sin decir nada lo hacía, pero nada.

La hice teñir de rubio, le dije que se dejara el pelo mas largo, hasta pasando los hombros y lo hizo, le pago el gimnasio dos veces por semana y va, hace régimen, sus ojos azules era algo que me gustaba, le hice poner tangas de esas que usan las chicas de 20 y se las pone, le impuse que se suba las polleras y los pantalones sean ajustados y ella cumplía mi deseo, ahora tiene un muy buen cuerpo, está apetecible pero sigo sin calentarme, es esa manera de ser, que parece estúpida, con esa mirada de inocente que me revienta, con toda su docilidad. Estoy enfermo, ya lo sé, pero no me curo. En la cama ya ni me le acerco, antes le daba con todo para hacerla sufrir, no se porque pero quiero que sufra, y encima mi pene es chico, se acostumbró enseguida, ni eso.

Le quise una vez hacer el culo bien duro que tiene, lloraba tanto que la dejé.

Nuestros dos hijos, Tomás de 8 y Matías de 5 están muy bien criados por ella, pero no hay caso, la veo y me pongo nervioso.

No se porque no me separé, tal vez por lástima, casi seguro, porque eso es lo que ella despierta, lástima. Ella ni soñar se va a ir.

Este verano nos íbamos con nuestra casa rodante a una zona de montañas que no conocíamos, yo no quería ir con ella, pero por los chicos programé todo.

Preparé la casa rodante que era bastante grande y ya en la fecha decidimos salir un fin de semana y quedarnos todo el mes.

El viaje fue pintoresco, Elena casi no hablaba, salvo con los chicos y yo mientras manejaba la miraba. Estaba con jeans apretados que le marcaban esa hermosa cola que tenía y una remera blanca que le resaltaban los pechos, con su pelo rubio, pero no había caso, esa manera de hablar, esa cara de inocente, no me encajaba.

Después de varias horas de viaje llegamos a una estación de servicio, mientras llenaba el tanque de combustible aprovechamos para tomar algo y descansar un poco, como a las dos horas seguimos. Hacía mucho calor y era tarde, estaba bajando el sol, pero quería adelantar porque faltaba poco.

Por fin llegamos, eran las 10 de la noche, y fuimos directamente al camping para las carpas y lñas casas rodantes.

Pude parar a la orilla del lago que era inmenso y atrás se veían las montañas alumbradas por la luz de la luna que estaba llena.

La luna se reflejaba en el lago, era hermoso y se veían mas allá otras casas rodantes y carpas.

Era un silencio hermoso, solo se escuchaba el agua moverse en el lago, por eso, mientras Elena y los chicos se quedaron en la casa, yo fui a la orilla del lago a fumarme un cigarrillo.

Estaba sentado en una piedra como a 20 metros de la casa y sentí risas, miré para ver de donde procedían y vi una carpa bastante cerca de donde estaba la casa iluminada por un farol bastante potente.

De la carpa se veía la casa nuestra y vi a dos tipos sentados afuera de la carpa tomando alcohol seguro y riéndose. Miré bien y los vi clarito.

Debían tener como 40 años el mayor y 35 el otro. Lo que me llamó la atención es que estaban con una camisa abierta y desnudos abajo, los dos igual.

Se veía dos poderosas armas colgando en la silla, parecían dos víboras descansando.

Yo no se si pensaban que nadie los veía o no les importaba, estaban solos y ambos con sus cabezas rapadas, les brillaban, y con aros grandes en sus orejas.

Hablaban y gritaban bajo el efecto del alcohol.

Uno fue a hacer sus necesidades al lado de un árbol sin importarle si era visto o no, mientras el otro estaba agarrado del pico de la botella como un bebé a la teta.

No les importaba nada, se rascaban los huevos, se manoseaban sus pijas, todo sin el mas mínimo pudor.

Ellos no me veían porque estaba tapado por unos matorrales pero yo los veía a ellos, aparte con la borrachera que tenían ni miraban para ese lado.

Y de pronto veo que uno, el mayor , le toda el brazo al otro y le señala para donde estaba nuestra casa rodante.

Miré hacia la casa y la veo a Elena, con un camisón rosa que tenía y que le trasparentaba todo, con una tanga negra que yo le había echo comprar, que estaba preparando café justo frente a la ventana, se ve que ella no se dio cuenta de la carpa de ellos, sino no estaría allí.

Volví a mirar a los tipos y los veo mirando los dos a Elena, hablaban bajito y el mas grande ya tenía una erección dejando ver ahora si un enorme miembro.

Yo miraba entretenido y cuando Elena cerró la cortina pensé que era justo lo que buscaba, entregar a mi mujer a esos bárbaros y verla sufrir. De pensarlo tuve una erección pensando en la dulce, inocente, cándida, hermosa Elena con esos dos tipos de los mas bajos.

Me fui a la casa pensando que había que ponerse manos a la obra y entregarles a esas hienas al corderito.

Al otro día , había un sol espectacular, apenas me levanté lo primero que hice fue mirar por la ventana a la carpa de los tipos y ya estaban despiertos sentados afuera tomando sol.

No estaban desnudos, sino con una malla muy chica y sus bultos atentos.

Le dije a Elena que estaba fabuloso para bañarse en el lago.

Le hice poner una bikini negra que se le metía en el culo, lo que la obligaba a acomodársela a cada rato, ella como siempre me hizo el gusto.

Agarré por el camino que estaba mas cerca de ellos, que enseguida miraron cuando la vieron así.

Yo estaba excitadísimo pero me cuidaba por los chicos. Ellos ahora me vieron a mi y a los chicos y pusieron caras de complicación. Yo sabía que jamás la conquistarían a Elena por como era ella y ellos. Mi señora ni miraba a otros tipos. Debería ser por la fuerza, una violación.

Mientras nos bañábamos ellos miraban fijo a Elena que luchaba en el agua para acomodarse la bikini que porfiada se le metía en la raya del culo.

Estuvimos mas de una hora en el agua y como no habíamos llevado nada nos secamos parados al sol.

Ellos miraban, yo los vi mejor, eran de terror justo el opuesto a Elena, ella fina, delicada y ellos brutos, borrachos, salvajes.

Volvimos a la casa y ellos acompañaban con la vista al culo de Elena que estaba con la bikini adentro, como que se la había comido. Ellos tenían sus pijas muy duras y no hacían nada para ocultarlo.

Esa noche yo desde la casa los vi que estaban sentados otra vez desnudos mirando a la ventana de nuestra casa rodante, esperando ver algo y yo les iba a dar el gusto.

La convencí a Elena que cocinara con la tanga rosa nada mas y la remera blanca, porque hacía calor y los chicos estaban en otro compartimiento.

Una ves mas me hizo caso y se paró de espalda a la ventana para preparar la comida.

Yo disimulado corrí la cortina y ahora el espectáculo era perfecto.

El mas grande se paró con la verga que le estallaba al ver el culo de Elena con la tanga toda metida adentro.

El otro siguió sentado pero ya se pajeaba.

Todo bien, pero solo me preocupaba que la situación se me escape de las manos, sabía que si los calentaba unos días mas y si me iba con los chicos la agarrarían seguro pero era difícil, ella nunca se separaba de nosotros.

Pasé toda la noche pensando en eso y al otro día vino la solución inesperadamente.

Anunciaron un concurso de pesca que duraba toda la noche del sábado, había que estar embarcados en dos grandes lanchas de los organizadores, era miércoles, tenía casi tres días para calentarlos bien y pagaría la inscripción para mis hijos y para mi, con la excusa que estaríamos en el medio del lago.

Antes de pagar me faltaba consultar a los chicos pero ellos aceptaron enseguida, les gustaba la aventura, y Elena media triste pero por no molestar a los chicos aceptó quedarse.

Todo redondo, al otro día pagaría la inscripción y chau Elena.

Llegó la noche y debía darle otro toque a los tipos, tenían que estar bien calientes.

Terminamos de cenar, los chicos se fueron a dormir entusiasmados por el concurso y le dije a Elena que me acompañe a la orilla del lago a fumar.

Ella como era de esperar aceptó y le dije que no fuera con el jeans, que hacía mucho calor, que se pusiera ese vestidito playero que le había comprado en un shopping.

Se lo puso, y casi no le tapaba el culo de tan corto.

Fuimos y los tipos casi tiran las sillas cuando la vieron y ella me dijo que los vió desnudos. Le dije que mirara a otro lado y la tuve allí casi media hora, viendo que las pijas de los tipos estallaban.

Al otro día estaba en la cola para inscribirnos y se acercaron los tipos. El mas chico me saludó y me empezó a preguntar como era la inscripción. Yo sabía lo que querían averiguar, les expliqué y me preguntó si iba solo, le dije que no, que iba con mis hijos y que mi mujer se quedaba, pusieron cara de satisfacción y les pregunté si ellos iban, y el mayor me dijo "No, no sabemos pescar, somos un desastre, mejor nos vamos a quedar y a acostarnos temprano."

Sonreí, todo iba de maravillas. Solo había algo que hacer, yo quería ser testigo de lo que sucedería, quería ver a la dulce Elena en manos de esos brutos, tenía que encontrar la forma.

Después de pensar mientras recorría las instalaciones donde estaba la inscripción se me ocurrió algo.

Aparte de las dos lanchas grandes donde estarían los pescadores, había botes de goma para traslado de gente a la orilla por cualquier cosa, yo diría que iba a buscar algo a la casa y que me sentía descompuesto del estómago, los chicos se quedarían, ellos estaban muy entusiasmados con esa aventura y les diría que volvería en un rato.

Ya con todo solucionado, volví a la casa, faltaba el viernes y el sábado hasta la noche en que salíamos y Elena tendría una visita muy interesante.

El viernes fue para seguir calentando a los tipos que me di cuenta que estaban empacando sus cosas, lógico, la iban a violar y se irían volando de allí esperando que ella hiciera la denuncia. Una vez mas llevé a mi familia al lago y Elena con una bikini blanca super chiquita que por primera vez me costó convencerla que se la pusiera porque ella decía que no le gustaba que los chicos la vieran tan corta de ropa, pero al final se la puso y los tipos estaban que ya no se contenían. Mientras estaba en el lago con Elena y los chicos pensé otra cosa, como iban a entrar?, Elena jamás les abriría y se encerraría en la casa, por eso jugué fuerte, cuando volvíamos del lago y antes de pasar frente a ellos, yo hablaba alto con mi llave en la mano mas los cigarrillos y la remera diciéndole a Elena que abriera ella que no encontraba mis llaves, hice como que las buscaba y dejé caer todo, recogí la remera, los cigarrillos y el encendedor pero dejé las llaves en el suelo, como que no me di cuenta, seguí caminando y note que uno de ellos se paraba y fue al lugar donde estaban las llaves, todo bien ahora.

Esa noche otra vez les di el espectáculo que ellos deseaban, pero haciendo que la jodía a Elena y ante el asombro de ella por algo que yo nunca hacía le bajé la tanga frente a la ventana, ella se la subió enseguida pero ellos habían visto el culo de mi mujer libre y pensé por un momento con temor que vendrían ahora, fue muy fuerte. Por suerte se contuvieron, estaban con sus potentes pijas en la mano totalmente hinchadas y se metieron en su carpa.

Llegó el sábado y yo no hice nada, ya estaba todo listo. A las 8 de la noche fui con mis hijos hacia el embarcadero que estaba como a unos 200 metros de mi casa rodante, me fijé que la casa estuviera sola, y efectivamente nadie se había estacionado cerca.

Todo se simplificó cuando estábamos en la fila para embarcar y vi a un conocido nuestro que habíamos visto cuando llegamos, con su hijo a punto de embarcarse, como su hijo era amigo de los míos, le dije que si me los cuidaba arriba de la lancha que me había agarrado descompostura, me dijo enseguida que no me hiciera problema, que mas tarde tomara un bote y fuera pero que me asegure estar bien. Mis hijos aceptaron enseguida subir con su amigo y el padre y yo me quedé.

Vi como estaban todos muy contentos cuando salió la lancha y mis hijos me saludaban y yo les respondí, ni se imaginaban la noche que tendría la madre.

Volví a la casa en la oscuridad entre los matorrales, di la vuelta y me puse atrás, me elevé un poco y muy despacio miré por la ventanita que daba allí, no veía nada, al rato apareció Elena con la bikini blanca puesta y una remera azul, ya se había sacado el corpiño, algo que hacía habitualmente antes de acostarse.

Se estaba preparando café, ya había cenado seguro algo liviano, tenía puesta la radio-grabadora y estaba escuchando música melódica que a ella le gustaba.

Fui al borde de la casa para mirar hacia donde estaban los tipos pero veía por el reflejo de la luna la carpa pero ellos no.

Adentro de la carpa estaba iluminado, y como a la media hora vi que salían, miraron al lago para ver las luces de las lanchas pescadoras, estaban con las camisas toda desabrochadas y desnudos abajo, las pijas estaban durísimas sabiendo que el corderito estaba servido.

Miraron a la casa y comenzaron a venir. Yo tenía una erección terrible, y trataba de no acabar allí, todavía no había empezado el festín.

Estaban al lado de la casa y yo atrás de un árbol que estaba muy cerca pero amparado por la oscuridad. Caminaron por alrededor de la casa y uno se asomó por una ventana, le hizo señas al otro y ambos estaban mirando ahora.

La veían a Elena parada con la taza de café tomando y de espaldas, el culo tenía absorbida a la bikini y ellos no perdieron mas tiempo.

Fueron a la puerta y muy despacio metieron la llave y la abrieron, asomo uno la cabeza adentro y le hizo señas al otro de que Elena estaba en otro compartimiento y entraron, cuando vi que cerraron la puerta fui corriendo a la ventana donde sabía que estaba Elena.

La casa tenía muchas ventanas y yo me había asegurado para que estuvieran abiertas, hasta le hice lavar las cortinas ese día por lo que nada me molestaba para ver.

Elena seguía parada con el café y vi que uno de ellos espiaba por la puerta, la abrió de golpe, Elena tiró el café y ahí estaban los tres frente a frente.

Ella con pánico al verlos totalmente desnudos(Se habían sacado las camisas), sacando fuerzas de donde no las tenía, les dijo "Quienes son ustedes?, váyanse de acá ya mismo o llamo a alguien", intentó ir a la pieza aunque allí no tenía salida pero el mas grande la tomó de un brazo y la tiró contra una cucheta quedando ella sentada allí. La miró fijo y le dijo "No te hagas la mala porque la vas a pasar horrible. No estamos nosotros desnudos y vos casi para contar cuentos, por lo tanto relájate y vamos a gozar todos, nada de coraje acá".

Ella, en un estado que nunca la vi le dio un cachetazo y le dijo levantándose" No me toques basura, sácame la mano sucia de encima porquería, como se te ocurre pensar que yo voy a hacer algo con ustedes?, váyanse de acá que los denuncio mugrientos", fue su entierro.

El tipo le dio una trompada tal en plena cara que enseguida le empezó a salir a Elena sangre de la nariz y la boca. El otro la agarró de los pelos y la llevó a la rastra hasta donde estaba la pieza que ocupábamos nosotros, yo ya me preocupaba por la violencia de esto.

Una vez en la pieza y con ella gritando, de los pelos la levantó y le dio la cabeza contra un costado, lo que vendría a ser una pared pero de metal. La casa se movió del impacto de la cabeza de Elena.

Ella cayó como atontada del golpe tomándose la cabeza. Nuevamente de los pelos la llevaron al baño que estaba ahí al lado, le metieron la cabeza en el inodoro toda adentro y tiraron del botón, ella movía las piernas arrodillada viendo que se ahogaba. Le levantaron la cabeza, le dieron un golpe en los riñones y le metieron la cabeza de nuevo volviendo a tirar el botón. Le volvieron a levantar la cabeza, esperaron que recobre la respiración y de nuevo a tragar agua.

Ella estaba morada cuando la levantaron por tercera vez, la pararon le dieron dos cachetazos en las mejillas que el ruido se sintió desde donde yo estaba y la sentaron en la cucheta.

Eran expertos torturadores, daban terror, pensé en lo peor para ella.

Mientras ella se tomaba el cuello y tosía vomitando el agua que había tragado el mas grande se inclinó hacia ella y poniendo su cara frente a la de Elena le dijo " tenemos mas métodos para ablandar al mas duro, esperemos que no se nos vaya la mano y tus hijos queden huérfanos de madre y tu marido viudo. Vos contestame si queres unos golpes mas para terminar de convencerte o si con esto que pasaste es suficiente y ahora nos vamos a amar los tres toda la noche".

Ella que estaba tomándose y masajeándose el cuello, toda colorada y respirando con mucha dificultad, con la cara amorotonada y con sangre, lo miró y casi sin que se le escuche por la dificultad para hablar que tenía le dijo "Por favor, basta, se los imploro, no me peguen mas, me duele todo, no puedo respirar, basta, hago lo que quieran pero basta".

El tipo que sarcásticamente asentía con la cabeza a medida que ella hablaba le dijo " Muy bien, así se habla, eso es ser inteligente. Ahora vas a ser nuestra mujer por esta noche, una muy buena mujer, muy asquerosa, por empezar, para conocernos, es de buena educación que beses a tus amados, muy apasionadamente, en la boca y que agarres a las pijas que vas a tener todas metidas adentro tuyo, a ver mi mujer como se comporta".

Elena lo miró, se soltó el cuello, y con cara de resignada aunque con muecas de asco, le tomó el cuello y lo besó en la boca. El tipo la tomó de la nuca y le metió la lengua mientras la apoyaba la pija en la pierna de ella.

El tipo visiblemente excitado y balbuceando de la calentura le dijo "Párate amor para estar mas cómodos y que tu otro amante te goce".

Ella con dificultad se paró, el mayor la agarró de la cintura, la apoyó bien contra él y la besó en la boca mientras el otro se le puso atrás y le puso las manos en el culo y le besaba la nuca.

Los dos le apoyaban sus pija, uno en la concha y el otro en el culo hasta que el que estaba atrás le bajó la tanga y le sacó la remera.

El de adelante se abalanzó sobre las tetas de Elena mientras el otro agachado le pasaba la lengua por todo el culo.

Era indudable que todo eso iba a surtir efecto, Elena cerró los ojos y aunque se negaba empezó a gemir al sentir todo eso, se resistía al orgasmo pero esas lenguas trabajaban muy bien sobre sus zonas sensibles y tratando de aguantarse el orgasmo vino.

Ella no quería sentirse así, excitada, pero le estaban dando placer.

El de atrás tenía escondida la cara en el culo de ella y el de adelante, ahora se incorporó después de dejarle las tetas rojas de tanto chupárselas y le besaba la boca, llevándole una mano de ella a su pija. Elena la agarró diciendo que eso no podía ser, pero ya se estaba calentando.

Le agarraba la pija pajeándolo y lo besaba como una ventosa, el de atrás seguía enterrado en el culo de ella.

Por fin dejó de chuparle el culo, se levantó y abriéndola de piernas le empezó a meter la pija en el culo.

Elena se quiso ir para adelante cuando sintió que la ponían por atrás, pero el que la besaba de frente la sostuvo para que su compañero la clave tranquilo.

Ella quería moverse y dio vuelta su cabeza pero estaba bien sujeta en el medio de ellos y ya la pija empezó a esconderse en el culo de mi señora que hacía gestos de dolor.

El mayor que la sostenía de adelante la miraba a los ojos viendo con gozo que ella estaba dolorida al recibir una pija por el culo y la chistaba como a los caballos para que se queden quietos.

Elena tenía mitad de pija en su culo, parada y bien agarrada, quería agacharse, moverse, pero no podía por eso se resignó y se quedó quietita esperando que le entre toda con gestos de mucho dolor.

Ya estaba toda clavada mientras el de adelante le hablaba y ella a duras penas le contestaba. Ya la estaba bombeando y el de adelante le seguía hablando y preguntando si la podía aguantar, ella daba un grito en cada embestida . Después de un rato que la bombeaba a un ritmo medio, ella empezó a agacharse y a abrirse mas de piernas, como si se quisiera sentar en la pija, ya estaba entrando en ritmo. Ahora el bombeo era mas rápido pero ella lo acompañaba y le agarró la pija al de adelante que así parado se la puso en la concha.

Con los dos agujeros ocupados, así parada, y gozando, mi señora mostró una imagen que yo ni soñaba que tendría.

Le estaban dando muy duro pero ella a pesar del dolor que por la cara se veía que sentía, lo aguantaba y le gustaba. Besaba desesperada a su perforador de adelante y se puteaban mirándose fijo.

Acabaron los dos juntos casi y ella gimiendo recibió el semen de ambos.

Ella se acostó en la cucheta y ellos en el piso, al rato el mas joven se levantó y le puso la pija en la boca a Elena para que se la chupara, ella la agarró y la empezó a lamer, estaba preparada para otra guerra. El tipo se empezó a calentar y la pija se levantó de nuevo, se subió a la cucheta arriba de ella y la empezó a coger por la concha. Los dos gemían y el otro se levantó para sumarse. Mientras le daba duro a pijazos el otro le puso su pija en la boca a ella que se prendió enseguida, Elena ya estaba descontrolada y los estaba atendiendo a los dos para mi sorpresa.

Al rato el de arriba acabo con un gemido, se bajó y el otro enseguida la puso en cuatro y le clavó el culo. Le daba tan fuerte que la cucheta se aflojó de una punta y quedó ladeada, ahora si Elena sentía el dolor, era con mucha violencia que le daban al culo, encima la pija de esta tenia una cabeza enorme con relación al tronco y se veía que la dañaba. El tipo le tuvo que agarrar la mano porque ella la estiró para atrás para pararlo, y le siguió dando bomba al culo que ya sangraba un poco.

Ella se agarró del borde de la cucheta pero no se movía, solo gritaba en cada estocada y le pedía que pare, pero el tipo le siguió dando mientras el compañero agarró una botella de cerveza de la heladera y miraba riéndose como el culo de Elena se estaba abriendo violentamente.

No acababa nunca, pasó mas de una hora y le seguía rompiendo el culo a un ritmo infernal, ahora la veía sufrir, hasta vi unas lágrimas por su rostro contraído por el dolor.

Por fin acabo, la dejó un rato adentro y la sacó manchada de semen y sangre, algo le había fisurado atrás.

Elena cayó rendida y dolorida, se puso de costado con gritos de dolor si se ponía de espalda.

No fue tan placentera esta cogida, la dejó maltrecha. El que estaba con la cerveza la dejó y a pesar de la negativa de ella que tenía mucho dolor atrás, la cogió de nuevo por la concha mientras el otro ahora tomaba la cerveza y encendía un cigarrillo.

Mas de media hora Elena lo aguantó arriba hasta que le acabó en la boca haciéndole tragar toda la leche.

Ella no quería mas, estaba destruida, le dolía todo pero especialmente el culo, para su desgracia faltaba una mas.

Su verdugo anal, con placer por el daño que infringió, resolvió terminar su labor. Besándola y diciéndole cosas al oído la puso de costado, le hizo señas al otro que le agarró una pierna y la estiró para adelante, y ella sintió otra vez que su roto, dolorido y sangrante culo recibía visita de nuevo de esa cabezota tan dañina y sanguinaria.

Pegó un grito atroz cuando la cabeza otra vez se metió adentro y el tipo la empezó a bombear otra vez con violencia mientras el otro la tenía agarrada.

Era mayor cantidad de sangre la que salía ahora con la pija del tipo, estaba desgarrando todo ahí adentro.

También era mayor la cantidad de lágrimas que ella tenía en su rostro. Sufrió muchísimo otra hora mas, le acabó adentro y la saco con semen y mucha sangre. El tipo riéndose le mostró el agujero abierto y salido para afuera al amigo, daba impresión verlo.

Se tomaron dos cervezas cada uno y se pusieron la camisa dejando a Elena tirada en la cucheta llorando y tomándose el destrozado culo.

Me fui al muelle y me subí a un bote, llegué a la lancha y mis hijos estaban contentos con su amigo y el padre pescando.

Quedé preocupado por Elena y me dio lástima y bronca conmigo mismo. Estaba enfermo, ella no merecía eso ni a mi.

Llegamos y fuimos a la casa rodante. Elena estaba acostada en la cucheta toda pálida, dijo que se había golpeado de noche por eso tenía la cara marcada y que tenía fiebre.

Los tipos no estaban mas, la carpa había sido levantada.

Nos quedamos con mis hijos al lado de ella y yo le acariciaba la cabeza mientras ella me miraba y lloraba.

Nunca mas le hice nada malo, estoy con ella y ahora viste como ella quiere, la trato como una reina pero nunca me voy a olvidar lo que le hice y nunca me lo perdonaré.

MARCEL MILORD

Milord148@hotmail.com