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El descubrimiento del ser (1)

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EL DESCUBRIMIENTO DEL SER (1)

Entonces solo era un recuerdo, solo una fantasía soñada a partir de una realidad, de un deseo y de una pasión escondida en el más recóndito rincón del alma, su vida sólo sobrevivía a matices de deberes, derechos y obligaciones que establecidos por una sociedad absurda e hipócrita en que todo lo que fuera aparte de sus normas estaba mal visto, esta historia puede ser la de cualquier persona pero hoy voy a contar la de María.

 

Era delgada, alta, esbelta, su pelo era de color cobrizo, el cual cuando el sol la iluminaba, hacían de el como si hilos de cobre brillaran y un aura la coronara, tenia rizos en el y se le formaban tirabuzones, ella solía jugar con el de vez en cuando haciendo girar sus dedos sobre ellos a sabiendas de que la miraban y que ese gesto hacia que los hombres la desearan.

Se deleitaba en su caminar siempre errante, sereno, seguro. Sus ojos verdes claros, grandes, rajados y sus pestañas eran como un abanico que cuando cerraba y abría sus ojos acariciaban el aire. Su boca era sensual, cuando sonreía dejaba ver unos dientes perfectos, blancos, sus labios carnosos rojos y su piel blanca, era cómo una aparición como algo irreal, sublime.

Cuando transitaba su cuerpo se contoneaba al pasar, su falda delimitada sobre sus rodillas dejaba entrever unas piernas y muslos perfectos, y se adivinaba a través de su estrecha vestimenta unos glúteos duros y firmes. Maria era una mujer llena de encantos que hacen que los hombres se giren para seguir mirando la belleza de un cuerpo bien formado. Ella nunca pasaba desapercibida.

 

Su vida era muy normal su marido, sus hijos, la casa ,la familia llenaba su entorno, por lo menos ella intentaba que todo lo que hacia tuviera una cierta armonía, por lo que procuraba dar esa imagen con una sonrisa que no era exactamente sincera. Pues tras ese cuerpo envidiable, esa sonrisa turbadora ella escondía deseos que nadie jamás podría imaginar.

Reiteraba pesadillas, al menos eso decía su marido el cual cada noche la oía gemir y llorar en sueños que la hacían desvelar a media noche. La hacían despertar agitada y sudorosa, pero nunca recordaba esos sueños, sabia que aquella noche se despertaba excitada y cada vez que aquello le pasaba se arrimaba a su marido buscando calmar su excitación.

El cada vez que aquello pasaba trataba de calmar su estado, pero ella nunca se quedaba satisfecha quería mas y mas. El ya casi la ignoraba no sabia como calmar tanta pasión, llego hasta pensar que estaba poseída por algún ser extraño, no era normal decía él y así seguía día a día llevando una situación que no sabia como arreglar como hacerle entender a Maria que aquello no iba bien.

Un día ella llego de la compra se metió en la cocina a preparar la cena, estaba harta de tanta rutina, hacia calor el aire casi no se podía respirar, la flama de aquel día era insoportable decidió darse una ducha fría y no lo dudo, se dirigió al cuarto de baño la casa estaba en silencio, solo se oía el sonido de una canción de alguna radio de algún vecino, que como siempre ponía la música bien alta.

 

Se fue desnudando se quito la blusa, la falda y los zapatos, se miraba en el espejo sabiéndose hermosa, disfrutaba así se movía al son de la música era una canción melodiosa, una de esas canciones eternas que marcan época y se repiten a través del tiempo sin llegar a perderse, seguía allí parada ante al espejo admirándose, gustándose, se quito el sujetador y miro sus pechos erguidos, duros ,deseosos de caricias.

No lo dudo sintió dentro de ella una sensación de angustia y deseo unidas, no quería tocarse pero su deseo se desataba por minutos y no podía frenar no quería dejar de tocar y disfrutar de ese don de placer que su cuerpo le ofrecía, no obstante solo los rozo, pensó que tal vez no era el mejor momento, así que se quito la braga pero aun se miraba , abrió la puerta de la ducha se metió dentro, el agua estaba fría se mojaba la cabeza y no dejaba de pensar en el torbellino de pasión que su interior sentía.

El agua hacia que sus pezones estuvieran salidos y duros notaba la tensión en ellos, y como un escalofrío recorría su espalda haciendo que se le erizara el bello de todo su cuerpo, se apoyo en la pared con las manos, el agua caía desde su cabeza notando el chorro como le rebotaba a través de su espalda, llegando hasta sus glúteos y bajando por sus muslos y piernas.

En ese momento dejo libre su imaginación para gozar de sus sentidos, tomo la esponja le puso jabón la paso por su cuello, como acariciándolo, la espuma caía sobre su pecho haciendo desaparecer sus pezones como si fuera una montaña nevada. Empezó a sentir el tacto de la esponja rozando su piel la paso sobre sus pechos, sus brazos, sus muslos y sus piernas, froto su espalda y bajo sus manos hasta su culo estaba muy excitada.

Sus mejillas le ardían y su sexo estaba lleno de flujo metió su mano dejando caer la esponja al suelo, allá entre sus piernas todo era placentero, la suavidad de su piel y sentir sus manos rodando por ella la hacían ponerse frenética y dejo a un lado la culpabilidad para dejarse llevar por ese placer que la estaba embargando. Pensaba en si alguien llegara y oyera sus gemidos o si su marido la descubriera así, se sentía culpable de sentir ese deseo, pero era mayor la llamada de su interior, de su deseo, sus ganas.

Cogió el guante de crin y llena de rabia lo froto fuerte sobre su cuerpo, raspando, castigando su piel por gozar de esa manera, su respiración se hacia mas fuerte por minutos, su corazón cabalgaba en una carrera contra reloj y cerro los ojos.

El agua caía refrescando su ardor y ansia, calmando un poco su angustia ,ahora pensaba en todos esos hombres que al pasar la piropeaban y en como sus penes se izaban como banderas a su paso y ella estaba sola, se imaginaba una gran fila de hombres todos desnudos y ella pasando revista y escogiendo a cinco de ellos para su placer personal, le gustaban con las poyas grandes, gordas y que fueran fuertes y musculosos de esos que pueden estrujarte en un abrazo y rodearte con un brazo la cintura, atrayéndola hacia él y frotándola por su cuerpo, haciéndola llevar a un mundo que solo vive en sueños.

Eso hizo que estuviera mas caliente aun, entonces cogió la esponja la apretó entre sus piernas, como si se tratara de un pene el filo de la esponja entraba en su vulva rozando el capuchón de su clítoris,! gemía sin parar ¡, salio de la ducha , cogió el aceite de baño lo extendió por su cuerpo, primero sobre los pechos los cuales estaban rojos por el guante de crin, después por su vientre, sus piernas y su sexo, estaba lleno de flujo de esencia de su ser, pensó que necesitaba llenarlo, sentirse llena de hombre y dejando fluir su imaginación, pensó en algo parecido a un pene miro las cosas que la rodeaban buscando que podría servirle, miro un bote de desodorante, el cual tenia forma y tamaño ideal para servirle en tan grato momento, lo cogió y lo unto con el mismo aceite, levanto una pierna la puso sobre el wc y con una mano abrió su sexo y con la otra lo introdujo en el, ¡ gritaba de placer! decidió ir al dormitorio, se echo sobre la cama.

Allí imagino a esos cinco hombres con ella todos tocándola, apretó fuerte sus muslos dejando dentro el bote de desodorante, lo sentía dentro cual poya dura y fuerte,! gemía como una loca!, pensó que era la poya de uno de los hombres escogidos, después cogió la esponja y se la metió en la boca como si fuera otro falo mas, la absorbía y lamía sin parar, decidió ponerse de rodillas, dejando así que otro de ellos le cogiera los pechos y le retorciera los pezones, y para sentirlo, pinzo los pezones con pinzas del pelo, ese fue el tercer hombre, al cuarto hombre le entrego su culo así que cogió su dedo y lo introdujo en su ano no sin antes lubricarlo con el mismo flujo de su cuerpo , estaba llena , así le gustaba sentirse.

Solo quedaba el quinto hombre, el mas deseado, a ese lo dejo mirando para que aprendiera ese, "era su marido", a él lo imagino mirándola. Mientras su mente gozaba a través de su fantasía con otros cuatro mas así que empezó a moverse, su cuerpo desesperado solo quería dejarse ir en esa corriente que a través de su vientre la estaba ahogando entre gemidos y la esponja que tenia en su boca aquello la estaba haciendo llegar al éxtasis, su cuerpo temblaba de placer y en ese momento su interior se desato como un mar bravío, y tubo un orgasmo de locura , sus gemidos y gritos recorrían cada rincón de su dormitorio, resonaban en las paredes como un eco cortando el silencio posterior, llegando a sus oídos la música que aun sonaba.

Sudorosa quedo extasiada, saco el desodorante, se quito las pinzas y quedo desnuda sobre la cama, allí sola tirada en la soledad de la habitación cuando de pronto, noto como alguien la llamaba dándole palmadas, ¡despertó!. Era su marido, todo había sido un sueño de nuevo, solo que ahora recordaba cada momento vivido en el, cuando abrió los ojos, solo sonreía, no medio palabra no hacia falta, ahora sabia lo que quería lo que después de tanto tiempo había estado buscando, ansiando felicidad, y por fin ya sabia, miro a su esposo le volvió la espalda y durmió cual niña con una sonrisa en sus labios

 

Maria se levanto aquella mañana, con la sonrisa en el rostro recordando el sueño de la noche anterior, no sin sentir como su interior se revolvía y como su vientre sentía unas ganas locas de hacer el amor, de llegar a ese mundo que la hizo ser tan feliz.

 

Evelyn45

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