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El poder de los sentidos

en Erotismo y Amor

__El poder de los sentidos__

Siento, como se eleva mi corazón, como cada vez que oigo tu susurrar, mi alma flota enlazando… esas sensaciones livianas.

Tus palabras entran en mi mente, sin dejarme indiferente…revuelve mi interior, ahogándome en la pasión de mi deseo.

Siempre con la interrogante, de tu voz elocuente, que se va adentrando en mis sentidos, haciendo que penetres allá donde fluyen y cobran vida los sentires.

Y despierta en mí el sentido del tacto, a través de mis manos siento la suavidad de tu piel, que percibo al tocar con mis dedos. Acaricio esa dermis que se me antoja aterciopelada, cuando al rozar mis manos, se eriza levantando el vello de tu tez. Al igual que se enervan tus pezones, se me asoman erectos, deseosos de que mi gusto alcance su sabor, pero eso lo dejo para mas adelante.

Mientras me regocijo en esa piel, que como una alfombra se tiende hacia mi, deseosa de ser acariciada, descubierta en un sin fin de caricias, haciendo descubrir unas nuevas formas de sentirlas en ti. Mientras tu te revuelves, y sientes como tu vientre se levanta, como tu corazón palpita mas fuerte, y como desde tus adentros te vas sintiendo más y más excitado, a tu mente aflora el deseo de ser tomado, de ser lamido por mi lengua, y esperas ansioso esa caricia, que yo voy haciendo esperar desde mi deseo.

Entonces dejo mi mano bajar hacia tu pene, y noto como va poniéndose erecto, lo siento palpitar entre mis manos, dejándose acariciar, asintiendo a mis tocamientos, mientras mis dedos siguen bajando por entre tus ingles, colándose en ese canal donde tus testículos se hallan hinchados y duros.

Junto mis dedos a ellos entrizándolo, los estiro, los cojo dentro de mi mano, meciéndolos en ella. Mi mano ahuecada los acoge, mientras mi dedo corazón se desliza hacia atrás, llegando a ese lugar recóndito donde tu ano se esconde ,mi otra mano siente como ese lugar escondido… se abre para mi, mientras acaricia tus nalgas y las abre, y me va absorbiendo, quiere abducirlo, sentirlo dentro, y te aflojas, te relajas para mi.

Me das ese derecho con tu mirada, la cual se va dejando ir, en un cerrar de parpados en los que te escondes, centrando toda atención en esa caricia. Voy introduciendo mi dedo en ti, notando las paredes de tu ano, poco a poco noto las rugosidades de tu orificio, muevo mi dedo en un acto semicircular, abriéndote más y más, empujando hacia adentro lo hago penetrar entero.

El sentido del oído comienza a funcionar, oyendo como te quejas en un acto de placer enrarecido. Caricias nuevas que no has sentido, y que descubres entre mi dedo y tu piel interior. Así te vas descubriendo, dándote y dándome nuevas formas de sentir. Saco mi dedo de ese lugar, que descubrimos erótico y sinuoso, queriendo ahora sentir mi olfato y mi gusto.

Me retiro discretamente, subo hasta tu boca y rozo tus labios, que encuentro relajados y hambrientos de mi boca. Con mi lengua voy perfilándolos, empiezo por la comisura izquierda, subo hacia el labio superior, voy repasándolo muy lentamente, hasta llegar a la comisura derecha, y bajo por el labio inferior hasta llegar de nuevo a la comisura izquierda. En ese momento abres tus ojos y nos miramos, entreabres tus labios invitantes a sentir mi sabor.

Entonces mi lengua se cuela dentro de tu boca, se pasea por tus encías notando el tacto en contraste con tus dientes, tu lengua va buscando la mía, que seguidamente se cuela mezclando nuestras salivas, jugueteando, entrando y saliendo de nuestro paladar, vuelves a cerrar tus ojos, y mi lengua sale de tu boca. Cierro mis labios y busco tu oreja, tú sientes mi aliento en ella mi respiración agitada, y llena de deseo, respirando nuestros perfumes.

Paseo de nuevo mi lengua por tu oreja, completando el circuito de su estructura, de fuera adentro. Allí dejo mi lengua latir dentro de tu oído externo, haciéndote percibir, un ligero escalofrió que te hace estremecer, la saco haciendo el mismo recorrido pero al revés, después, bajo por tu cuello mordisqueando con mis labios esa suave piel, me miras y me sonríes, se que estas sintiendo una excitación plena, y quieres mas, tienes prisa pero yo no quiero correr, quiero gozar de tu piel.

Así voy demorándome, voy retardando el goce, quiero llevarte al límite, me incorporo un poco y llevo mi cara sobre tu pecho. Reparo en tu suave vello, como roza mi cara y tu pecho agitado subiendo y bajando. El latir de tu corazón que agitado, salta para dar besos a mi mejilla… desde dentro de tu pecho, y de nuevo mi boca se posa en tu aureola izquierda, bordeando ese circulo velludo, donde mi lengua empieza a enredarse, dando vueltas sobre ella, ensalivando y haciendo que de tu boca salgan gemidos.

Me acerco a tu pezón, que insinuante se yergue ante mis labios, lo lamo y los estiro con mis labios, incluso en un momento, mis dientes se agarran a ellos, mordiéndolos con suavidad, y oigo, como en un grito de placer te revuelves en ti mismo, eso me excita mucho, veo que a ti también, y me recreo en ello durante unos minutos que se hacen incontrolados.

Entre mordiscos, besos y caricias de lengua, mis manos tocan tus manos, las entrelazo con mis dedos, subo tus brazos hacia arriba por encima de tu cabeza, te suelto y mis dedos bajan delicadamente a través de tus brazos, rozando la punta de mis dedos por ellos, de nuevo sientes escalofríos y tu cuerpo empieza a temblar.

Te desarmas, te contorsionas buscando el roce de mi piel, entonces mi pierna se eleva, pasando a través de tu cuerpo, y dejándolo en medio del mío, me siento sobre tu sexo, dejándolo bajo el mío, lo noto duro y erecto, deseoso, llamándome a ser acariciado.

Yo mientras me entretengo bajando hasta tu ombligo, jugueteando con el, metiendo mi lengua juguetona en ese hueco, que se me antoja al igual que un paréntesis explicativo, dando tregua a algo que sin remedio esta llegando.

Mientras tu notas las caricias que mi sexo, te dedica húmedo sobre tu pene, lo he depositado dentro de mi raja, me muevo lenta y suave, en vaivenes que hacen nacer en mi, gemidos de deseo y ardor.

Me deslizo sobre el mojándolo, lubricándolo con mi flujo, que ya abundante y espeso, corre a través de mis piernas, mientras tu frenético, alcanzas a levantar tus manos que se adhieren a mis pechos, estrujando esa masa de glándulas, que se nos hace placenteras.

El desenfreno esta llegando, sabemos que no hay espera, y así sentada encima de ti… me giro, me doy la vuelta dándote la espalda, tú me ases de la cintura levantándome un poco. Tu pene se incorpora buscando la entrada, que latente desea ser tomada por el.

Justo en mi posición el se sitúa solo, esta a mi altura y dejándome caer sobre el, penetra mi cueva ahogándome en gozo. Me espasmo y tu notas mi latir dentro de ti, me dejo caer sobre tus muslos rozándote mis pezones en ellos, extiendo mis brazos agarrándome a tus pies, mientras mi boca, besa tus rodillas y muslos y noto el palpitar de tu pene ardiente, dentro de mi concha latente, deseosa e impúdica, tu pelvis empieza a moverse, la mía se acopla a tus movimientos también, y nos dejamos ir en un incontrolado sentir.

Sentimos el tacto de este gozoso deseo íntimo, nuestro interior se contrae, temblamos. Y en espasmos de placer, nos quedamos exhaustos en la locura de amarnos.

 

 

Evelyn45

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