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Treinta horas de amor (5 Final)

en Dominación

______Treinta horas de amor (5) ______

Pase la noche muy inquieta, las emociones me desbordaban, y el dolor era punzante, me levante varias veces en la noche, fui al baño y me desnude delante del espejo, miraba mis senos que estaban un poco rojos e inflamados, no era tanto el dolor, como la sensación de picazón y escozor, pero al mirarlos, recordaba sus manos sobre mis pezones, estirándolos y clavando la aguja, su cara, sus gestos, y su mirada. Eso para mi, era una pasión desmedida, parece que lo estaba viendo en ese instante, y en mi interior un vuelco de deseo, me recorría desde el corazón, hasta el vientre, y notaba como mi flujo bajaba desde mi vagina hasta mis muslos.

Sin darme cuenta me estaba excitando, mi mano subió hasta mis pechos, roce mis dedos por mis pezones, y tocaba las anillas. Mi mirada en el espejo deseaba ver la suya, sentirlo frente a mí, y de hecho sin estar, así lo sentía. Lave la herida de nuevo y le unte betadine, mi piel se cubrió de un rojo amarillento, moví las anillas y note que molestaban menos.

La excitación que estaba teniendo recordando todo lo vivido, me encendía y me deje llevar, por el deseo de estar con el. Estaba de pie frente al espejo mis manos recorrían mi vientre, mis costados, cerré los ojos, las sensaciones sobrecargaban mi cerebro. Hasta que uno de mis dedos se coló en mi sexo, y un gemido salió de mi boca, la batalla había empezado ya no podía parar.

Subí uno de mis pies, sobre el inodoro, introduciendo dos dedos y aleteándolos en mi interior, ¡Dios como lo echaba de menos en ese momento!, lo imagine tras de mi, asiéndome por la cintura, besando mi cuello, y lamiendo el lóbulo de mi oreja. Mis manos pasaron a ser las suyas y en un momento me derrame jadeante, apoyándome sobre la pared.

Estaba deseando que amaneciera, que atardeciera y que el día me llevara de nuevo hacia el. Me eche de nuevo en la cama, intente dormir de nuevo, y así lo hice, hasta que el sonido del despertador me sobresalto. Abrí mis ojos a la mañana, que insinuante, me provocaba salir corriendo a su encuentro, pero no podía ser, las obligaciones me lo impedían, pero por un momento me dije ¿y porque no? Hoy será el día para el, así que sin pensarlo lo hice dispuesta a darle la sorpresa.

Marco su número y lo llamo:

 

_Hola mi amor, ¿como estas?

_Bien, no te preocupes, te echo de menos, creo que no iré a trabajar, te parece que nos veamos esta mañana, hoy quiero que el día sea para ti.

_Es lo mejor que podrías decirme, te espero con mi alma y mi corazón ¡te amo!

_hasta luego, estaré ahí dentro de una hora.

_Chao amor

_Chao

Note en su voz la preocupación, seguramente no habría dormido en la noche, al igual que yo. Marque el número de mi trabajo, y puse la excusa de que no me encontraba bien, que tenia fiebre. No mentí, tenia fiebre, pero fiebre de amor, y lo único que me aliviaría, era el estar a su lado, sintiendo su aroma, sus besos, y sobre todo, mirarme en sus ojos, sentir su calor y su amor.

Hoy seria un día especial, el tenia que salir para su ciudad, y quería aprovechar todos los minutos con el, ya que la próxima vez que nos viéramos aun tardaría, aunque ambos sabíamos que esa vez, ya no nos separaríamos nunca, pero también sabíamos que la separación, iba a ser muy dura, pues después de estar juntos, nos echaríamos más de menos, y la distancia seria mucho mas dura, pues el paso dado era la prueba final, y la prueba la pasamos con gloria y sin pena, la pena vendría después cuando el avión saliera, y a cada paso, el corazón se desgarraría cada vez más, pero aun no quería pensar en ello, ahora estaba aquí, ya vendrían las penas y los lloros ahora quería desfrutar de su compañía al máximo.

Me visto recreándome junto al espejo, siento la sensación de que el me observa, y disfruto de ese instante lo hago despacio, lentamente recreándole, si recreándole, por que lo siento, siento como me mira mientras lo hago.

En esta ocasión mi ropa interior es diseño mío la he confeccionado para tal ocasión, es de cuero negro con tiras cruzadas que aprietan bien mi pecho y mi pubis, a la altura del pezón, el sujetador deja hueco por donde este sale, el resto de la copa son tiras que se cruzan entre ellas, que marcan y aprietan mis senos. La braguita hace juego con el, también son tiras que al colocarlas dejan libre, parte de mi pubis y mi vagina, pasa hacia atrás una tira casi como un hilo que acaricia mi ano, y en la cinturilla se aprieta como un cinturón, y me marca bastante. Siento esa piel como si fuera parte de la mía, y el olor de esta me hace sentirme como un animal. Si así me siento, como un animal en celo, que busca su mitad y su complemento.

 

Recojo mi pelo sobre la nuca, y comienzo a maquillarme, mientras lo hago solo pienso en el, se que le gusta que vaya poco maquillada, así que solo doy pequeños toques, solo para que resalten mas mis facciones, me veo muy bonita, recojo mi bolso y salgo a la calle.

El sol, hacia de plano sobre mi cuerpo y su calor me hacia sentir bien. Hoy no iría andando, cogí un taxi, quería estar lo mas pronto posible con el, no había tiempo que perder por lo que en diez minutos me hallaba a las puertas del hotel, baje del taxi y mis pasos me guiaron hasta las puertas del paraíso de su presencia, subo al ascensor, ese que durante varios días, había sido testigo de mis nervios, de mi angustia, y de mi felicidad.

Llamo a su puerta, siento sus pasos, firme, seguro e impaciente se va acercando a la puerta, la abre, me mira, nos abrazamos y nos quedamos un buen rato así sin hablar sin palabras, solo sintiéndonos.

Hola mi amo, son las palabras que rompen el silencio, pero que no rompen la magia del momento, mas bien noto como se va haciendo más fuerte y se va adueñando de nuestras personas. Al final del pasillo veo aún la silla junto a la mesa donde reposa todavía el botiquín. Avanzamos por el pasillo lentamente, a la vez que esto sucedía, era como si me transportara a otro mundo, a otro lugar, en otra dimensión donde solo existíamos nosotros. Siento su mano en mi cintura, la noto temblorosa o soy yo quien tiembla no lo se, solo se que estoy con el y que no hay nada más.

Lo primero que me dice es que me quite el vestido, lo saco y quedo ante el con la ropa interior, noto su sorpresa y su excitación, se acerca a mi me tiende sobre la cama sin decir palabra alguna, besa mi pezón y aureola que sale por entre las tiras, lame la anilla que forma parte de mi ser y del suyo, mis pezones empiezan a ponerse duros y son mas sensibles, noto como las tiras se clavan en mi pecho, presionándolos y siento un poco de dolor, pero su lengua hace que me alivie.

Mi amo esta al limite, noto su pene erecto y duro bajo su slip, aunque se que el no empezara aun el juego. Me besa en los labios, con un beso profundo y duro, como queriendo beberse mis ser a través de ellos, y lo consigue porque yo pongo toda mi alma en ello y me entrego.

Tanto que le digo, amo aquí esta tu esclava, soy tuya, toda para ti, no se, ser persona si no estoy contigo, y me sumo a ti, a todos tus deseos. Dicho esto se levanta, deja de lamer y se dirige al baño, yo quedo en la cama esperando ansiosa su vuelta, pensando que placeres nuevos tendría para mi hoy.

Sale del baño, después de hacerme esperar un buen rato, mientras tanto mi mente se había disparado, pensando que quizás no le haya agradado tanta entrega, aunque la entrega para un amo nunca es total, siempre quiere más no basta con entregar tu cuerpo, el quiere mi mente, mi ser, mi persona. Y poco a poco lo va consiguiendo, me esta haciendo cambiar, y yo me entrego a ese cambio que es mi felicidad.

Se me queda mirando de pies ante la cama, noto su cara enfurecida, disgustada, y me dice:

¿Como te has atrevido a venir como una puta, así vestida?, acaso quieres que todos vean lo puta que eres, eso crea en mi una intranquilidad y un desasosiego, empiezo a pensar que hice mal, y no hallo respuesta, noto su disgusto y la desilusión se adueña de mí, y le pregunto ¿acaso no te gusta?.

El se enoja aún más, ¿que dices esclava? Esa es forma de dirigirte a mí, acaso no sabes lo que eres aún, ¡haber dime que eres!, yo me pongo a llorar cuando el mismo responde, yo te diré lo que eres esclava. Eres una puta que va por ahí provocando con los pezones anillados y los pechos marcados, sus palabras se clavan en mi mente como un martillazo, y hace que ni yo misma sepa quien soy. Que hago allí y crea en mi mente una batalla que me hace sentir insegura, angustiada y a la vez excitada.

Quiero agradarle y no se como, mientras el me dice, creo que tendré que castigarte, coge una fusta y castiga mi orgullo, da golpes en mi culo, los siento en mi piel, primero da golpes despacio y va ascendiendo en fuerza, noto como mis glúteos se enervan y se tensan, siento calor en ellos, y una picazón, a la vez que noto como mi vagina va destilando flujo, lo noto como sale a borbotones, ya casi no echo cuenta del dolor que me produce las sacudidas de sus fustigaciones, si no del deseo que tengo. De golpe para y pasa sus manos por donde han sido dado los golpes, y acaricia la zona aliviando la quemazón que me han producido, las noto sobre el relieve que de mis nalgas, han surgidos por las sacudidas dadas con la fusta, se han marcado en mi piel, y eso hace que note un alivio grato y complaciente, baja sus labios y besa cada rojez, cada relieve marcado, y esa diferencia me hace ponerme aun mas ardiente y lo deseo mas.

Coge un pañuelo y me venda los ojos, me ata de pies y manos y quedo de lado como si de un bebe se tratara, noto mis rodillas tocar mis pezones, la posición fetal en la que me ha colocado, no deja movimiento alguno y me quedo ahí indefensa para el, aunque gozo con este juego no dejo de estar un poco asustada, y mi mente se va fraguando la idea de que pueda perder el control y el juego se vaya de las manos.

Mientras pienso eso, el se dedica a coger un vibrador y colocármelo entre las rodillas, por lo que mi pecho al estar junto a ellas, siente esa vibración, así que si puedo moverme de una lado a otro, y rozara mis pezones, y sentiré placer, y así lo hago a la vez que me muevo de un lado a otro. El ha cogido otro consolador y lo ha metido en mi ano, la humedad es abundante y estoy a punto de correrme, pero quiero reservarme, quiero aguantar todo lo que pueda, porque mi amo, se merece el mejor de los orgasmos por darme tanto placer.

Coge unas pinzas, y me entriza los labios externos, quedando bien unidos y sin mas, se coloca tras de mi, pone su pene erecto entre ellos, lo siento en mi, como va resbalando entre ellos, rozando mi clítoris, envuelto en mis labios. Eso me hace abandonar mi lucha, me contraigo y la descarga se afianza en mi interior; como si se tratara de un volcán, los flujos van destilando por mi vagina, a la vez que mi vientre y mi interior se retuerce de placer.

Quedo en la más absoluta quietud, me abandono psíquica y físicamente mientras noto, como me observa y como mis gemidos, se disipan en el silencio de la habitación. Me desata y se recuesta a mi lado, me besa de la forma mas dulce diciéndome te amo, y nos quedamos dormidos, así uno al lado del otro.

El juego solo acababa de empezar, y después de dormir un rato recuperándonos, salimos a comer y reponer fuerzas. Entre bromas y risas intentamos no hablar de la partida, pero se que ambos la teníamos presente eran las 14,30 comíamos, charlábamos, y nos mirábamos con la complicidad que existía entre nosotros. Al terminar el almuerzo nos retiramos de nuevo a la habitación, allí hablamos en serio de planes futuros, de deseos y de la distancia. Nos desnudamos ambos y quedamos echados sobre la cama sintiendo nuestras respiraciones, de vez en cuando nos mirábamos recapacitando, sobre todo lo que había pasado estos días, que habíamos estado juntos, y sobre planes futuros. En esos momentos, en que salía desde nosotros, toda la nostalgia y toda la sinceridad que teníamos, las lagrimas de ambos humedecían nuestros ojos, haciéndolos cristalinos, y nuestras miradas, mas que miradas eran palabras que nuestras almas se decían.

En ese momento, sentí su ser en mí, la dulzura de su alma, la destreza, la atracción, la pasión y el deseo, que por tanto tiempo había estado esperando, sus manos fueron seda en mi piel, mi piel fue terciopelo para la suya, los besos fueron apasionados y sinceros, dados desde el amor y la necesidad de pertenecernos el uno al otro. Nuestras lenguas reconocieron caminos y recovecos, los fluidos se mezclaron y fuimos a ser uno por primera vez físicamente. Somos tal para cual, dos mitades que se unen completando un todo, ahora ya no había juegos, solo amor y ternura. Dos pieles que se juntan, que se complementan, y se saben únicos en este sentir. Y yo sentí, me sentí mas suya que nunca, me sentí aceptada, amada, y necesitada, y me quedo con todo lo bueno que esta relación me da.

Ahora tengo su semilla en mí, en mi vientre, quiero el fruto de nuestro amor, de nuestro futuro, y los dos sabemos que aunque sea larga la espera, nuestra mente y nuestro corazón es uno solo, esto solo han sido treinta horas de amor, pero tenemos el resto de nuestras vidas, para sentirnos amos y esclavos de nuestros sentimientos.

Nos despedimos , sale el avión, una sonrisa forzada sale de mis labios, con un hasta pronto amor, cuídate, te amo, abrazos y besos que se sabes unidos para siempre y el corazón roto, a cada paso que se va dirigiendo hacia el avión, desaparece por el túnel y yo rompo en la mas absoluta desesperación.

Agito mi mano en y mis besos al aire diciendo adiós y me quedo con el cristal roto de tu mirada que me dice sin palabras adiós ¡te amo!

 

Para ti y por ti soy y existo, lo demás son solo complementos, que hacen que mi vida, sea una vida útil y transitoriamente existencial, porque mi verdadera existencia esta junto a ti. ¡Te amo mi amo!

 

Evelyn45

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