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La amiga de mi madre (Maduros y sabrosos)

en Sexo con maduros

____La amiga de mi madre (Maduritos y sabrosos) ____

Nos levantamos y fuimos al encuentro de Cecil, que me recibió con una gran sonrisa y un fuerte abrazo, el fin de semana fue esplendido disfrute con ambos descubriendo el sexo. Cecil tenía razón, cada rincón de mi cuerpo era un pozo de placer.

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Cecil fue muy cariñosa conmigo, me aconsejo que fuera a ducharme y que si estaba cansada cenara algo y descansara. Que teníamos todo un fin de semana por delante. Ella me preguntó que si estaba contenta o tenía alguna molestia, a lo que yo conteste que había sido maravilloso, y que si me molestaba un poco el vientre.

Subí y me duche y me cambie, al mirarme al espejo note como me sonreía pensando en la experiencia que había tenido. Nada que comparar con las que me habían contado mis amigas. Había sido muy placentera, y no había dolido tanto como yo pensaba, tampoco sangre mucho, se notaba que Robert es un experto.

Me estaba excitando solo de pensar en las caricias recibidas, y en todo lo que estaba descubriendo y creí que eso iba a ser todo. Pero cuan equivocada estaba. Cuando baje una vez me hube duchado, oí gemidos no sabía que hacer si quedarme arriba en mi cuarto o bajar. Me decidí por lo último, llegue hasta la entrada del salón allí pude ver a Cecil y Robert, ella tenia su pene metido en la boca, y el la agarraba por la cabeza sin parar de gemir; ella metía sus dedos en su vagina a la vez que se la chupaba. Note como disfrutaban, eso hizo que de nuevo me excitara, tanto que mi coñito estaba de nuevo muy mojado.

Me acerque a ellos, y me miraron sonriéndome, Robert me tendió la mano, la cual yo así acercándome a el y besándolo en la boca. Cecil metió una mano bajo mi falda, explorando mis piernas y subiendo hasta llegar a mis labios íntimos. Empezó a mover sus dedos por ellos, mojándolos en mi flujo. Después de mojarlos bien los saco, y se lo tendió a Robert que los metió en su boca y los lamió.

Cecil me saco la falda y Robbert la blusa, quedando en ropa interior ante ellos. Robert se levanto y me saco el sujetador, tendiéndome en el sofá, su impresionante falo estaba muy erguido, Cecil también se incorporo, y empezó a besarme en la cara, en los labios y seguía bajando hasta alcanzar mis pechitos; que asomaban ante ella con mi pezón muy salido. Se detuvo ahí, lamiéndomelos y estirándolos con sus labios. Era una sensación muy excitante, puesto que yo sentía los suyos aplastándose contra mi vientre, y notaba sus pezones acariciando mi abdomen, a la vez que se comía mis tetas.

Robert se había puesto detrás de ella y estaba lamiéndole su culito, de vez en cuando Cecil gemía de placer, y al yo escucharla también gemía. La situación nos había superado a los tres, Robert metió su polla dentro de Cecil que había bajado hasta mi coñito y lamía sin parar, metiendo su lengua dentro y por entre mis labios, mientras Robert, se movía dentro de ella lentamente. No se el tiempo que nos llevamos así solo se que era maravilloso sentir el cuerpo de Cecil sobre mi y viendo como Robert la iba llevando a la locura con su mete y saca.

Algo que yo, quería sentir dentro de mi de nuevo, por lo que me levante y me dirigí hacía el, empecé a tocarle su culo y a besarlo, lo apretaba con mis manos, incluso metí mi lengua en su canal, y la pasee por el. Robert saco su polla de la vagina de Cecil y se volvió hacía mi, cogiendo su polla en la mano la pasó por mi cara y mis labios. Sentí el olor de el y el de ella juntos, un olor intenso a sexo que me llamaba a saborearlo, saque mi lengua y empecé a lamerlo, lo deguste, al principio me supo un poco raro, pero después el sabor se hizo agradable y la metí en mi boca; chupándola como si se tratara de un caramelo. Así preciosa decía Robert, afloja tus labios y déjala entrar, dale con tu lengüita y disfruta. Cecil se volvió hacía mi metiendo dos dedos en mi vagina, moviéndolos sin cesar dentro de ella, los sacudía dentro de mi y empecé a tener espasmos, llegando a orgasmar mientras Robert sin remedio llenaba mi boca de su leche, que caía dentro de mi boca derramándose entre mis labios.

Cecil se acerco a mi boca lamiendo todo lo que yo no podía tragar, mientras nuestras lenguas se entrelazaban y Robert quedaba exhausto sentado en el sofá. Nosotras seguimos lamiéndonos, y ella limpio con su boca todo el semen que se había ido cayendo en mis pechos. Esta mujer me volvía loca, de nuevo estaba excitadísima. Ella lo notó y se tendió en el suelo cogiendo mi cabeza y llevándola hasta su sexo que estaba chorreante de flujo. Yo sabía lo que ella quería, y aunque me daba un poco de reparo pensé que se merecía, ese premio por darme tanto placer.

Metí mi cabeza entre sus piernas y olí su sexo, saque mi lengua y probé sus labios, hice exactamente lo que ella me había echo a mi, y no me desagrado el sabor de su coño, al contrario, al probarlo metí mi lengua mas dentro de ella, sacando todo el jugo que salía de su interior, A eso sentí a Robert tras de mi, pasando su verga por entre mis labios haciéndola resbalar por ellos.

Cielos eso hizo que mi lengua entrara en Cecil, con mas fuerza y velocidad. Robert la metió dentro de mi, y empezó a moverse sentí su pene dentro de mi ahora sin dolor solo sentía un placer inconmensurable. Mientras el se movía dentro de mi y yo lamía el sexo de Cecil decidí meter mis dedos en la concha de ella, y moverlos igual que ella me hizo a mi, cuando de pronto note como ella se contraía y se revolvía, metí mi cara en su coño apretándome a ella mientras mis dedos no dejaban de moverse, y Cecil derramo sobre mi cara su placer.

Robert no pudo contenerse, y yo tampoco por lo que los tres llegamos al unísono, entre gemidos y gritos de lujuria.

Caímos rendidos en el suelo los tres, jamás creí que llegara a conocer el sexo de la mano de los amigos de mi madre, hoy creo que fue la mejor elección. Esa noche después de bañarnos y alimentarnos seguimos toda la noche juntos hasta quedar dormidos, y el día del sábado también fue maravilloso. Me enseñaron posturas y algunas técnicas para retrasar el orgasmo. La verdad fue el mejor fin de semana de mi vida.

Y llego el domingo, Cecil y Robert me llevaron a casa prometiéndome que tendría todos los fines de semana que quisiera con ellos. No sin antes, decirme que esto era un secreto entre tres y que nadie debería saberlo.

Desde ese fin de semana mis visitas son más asiduas a casa de mi amiga Zoe, y aprovecho cada momento que me quedo solas con sus padres. Incluso hemos quedado fuera de casa, unas veces con el y otras con ella, a veces con los dos. Pero la verdad es que ellos me han enseñado a conocerme, a saber lo caliente que soy, y disfrutar del sexo.

A veces tengo sexo con chicos de mi edad, pero ya todo me sabe muy laigh con ellos, las emociones vividas con mis sabrosos maduros me vuelven loca.

 

Evelyn45

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