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Siete rosas rojas

en Gays

___Siete rosas rojas______

Como cada día salí del trabajo dirigiéndome a casa, paso por la floristería y recojo el ramo de flores que encargue por la mañana, (siete rosas rojas) una por cada mes que llevamos juntos.

Pago a la dependienta y salgo en dirección al estudio donde vivo, he quedado allí contigo, mientras ando por las calles voy imaginando lo nervioso que estarás, este encuentro es muy importante para nosotros, es un paso más que andamos en este nuestro caminar diario a través de la aventura que nos embarga en nuestro sentir.

Conozco tu alma más que tu cuerpo, cierro los ojos y te imagino igual a la foto que me enviaste, y adivino como te mueves, tus gestos y tu sonrisa, tu mirada y tu pelo meciéndose por tu espalda, a cada movimiento de tu cabeza como gesticulas con tu manos al hablar y tu voz, oír como me susurra al oído lo mucho que me necesitas y que me amas.

Me paro frente al escaparte de una tienda de ropa interior femenina, veo un conjunto que me parece muy sexy y sensual, entro y pregunto a la dependienta, le digo que no se la talla que es para un regalo, y mas o menos le digo que es una talla pequeña, quizás la más pequeña de toda, me lo muestra y lo miro noto la suavidad del encaje los detalles del tejido y las costuras (noto que no tiene ninguna) y pienso en ti con el puesto, la tanga mínima te marcara y con solo pensarlo noto una erección bajo mi slip, siento como palpita mi pene dentro de el, como se estira alargándose queriendo salir.

Si cariño así me tienes desde hace siete largos meses, ¡deseándote! mi pasión alcanza cotas altísimas, cuando te imagino así en ropa interior moviéndote por la casa, esperando mi llegada para salir corriendo a mi encuentro y encerrarte entre mis brazos, ¡uf! siento un cosquilleo en mi interior, que estoy deseando llegar y rodearte con mis brazos, ¡tenerte! darme y darte todas las cosas que hemos hablado y más mucho más.

Pregunto a la dependienta si lo tiene en blanco, me dice que si le pago y me lo llevo, sigo caminando por la calle dentro de poco llegare, mi deseo y mis nervios van creciendo por momentos ¡se que me esperas!.

Hace dos meses que te envié la llave de mi casa, esperando que dieras el paso de venir a verme (bien que lo has pensado, aunque lo deseabas mucho) has esperado a sentirte seguro de tus sentimientos, y del paso que ibas a dar, eso me demuestra que aunque joven, eres muy maduro y que no te tomas estas cosas como una simple aventura, que tanto tu como yo queremos unir nuestras vidas como una pareja mas.

Se que ha sido duro para ti dejar tu tierra, a tus padres, a tus amigos, eso me dice que tus sentimientos son sinceros, y que este paso es meditado desde el corazón ¡estamos enamorados!

Se que has tenido otras relaciones, furtivas y algunas más serias pero que te hicieron daño, también se que tienes miedo a que te pase de nuevo conmigo, pero yo no soy promiscuo, y te amo y quiero compartir mis días contigo.

He llegado al portal de mi casa, estoy como un quinceañero ante su primera cita, mi mano tiembla al abrir el portal, me dirijo al ascensor que tarda en bajar y decido subir las escaleras, empiezan a temblarme las piernas y mi respiración entrecortada acaba en jadeos que se me agolpan en la garganta.

El perfume de las rosas llega a mí, estoy ante la puerta de casa, antes de abrir respiro honda y profundamente, no quiero darte la sensación de una persona insegura. Me coloco bien la chaqueta, la corbata, el pantalón, cojo las llaves y abro la puerta, me adentro y te llamo no contestas pero oigo música en el salón, camino hacia el a través del pasillo y te veo sentado ante mi, me miras y sonríes te pones en pie y por un momento nos quedamos así parados y mirándonos.

Eres precioso, tu cuerpo delgado se aquieta… me voy a cercando a ti te doy las rosas y el paquete con el regalo, lo dejas en la mesa, no podemos hablar solo nuestras miradas hablan en silencio, te cojo por la cintura y te acerco a mi, noto como tu cuerpo tiembla, echas tus brazos sobre mis hombros me abrazas, noto tu olor, tu aroma, retiro tu cara y cogiéndote por la barbilla te beso los labios, tu respondes abriendo tu boca y entregándome tu lengua, noto como nuestros sexos se rozan erectos y deseosos.

¡Cuanto te quiero!, ¡cuanto te deseo y cuanta alegría me da el tenerte aquí!, nos separamos y veo lágrimas en tus ojos, y te digo para que distraigas tu dolor que si te gustan las rosas, te das la vuelta y coges el ramo de la mesa lo hueles, te llenas de su fragancia y me dices, ¿siete rosas amor?, a lo cual te contesto ¡siete rosas mi vida! existes desde hace siete meses, siete rosas para ti es todo lo que hasta hoy te puedo dar, pero a partir de mañana, será una rosa cada día, que me regales con tu presencia, porque en si tu eres una rosa para mi.

Miras la caja preguntándote que esconde, y como una niña te acercas sonriendo para abrirla, noto como te sonríes, la coges y me miras, te digo ¡es para ti ábrela!, tus manos nerviosas van abriendo la caja, retiras el papel con cuidado de no romperlo, (con ese gesto adivino lo cuidadoso que eres), por fin lo sacas y abres la cajita roja donde viene metido el conjunto, la abres y lo sacas te quedas parado mirándolo y sonríes.

¿Blanco mi amor?, me preguntas a sabiendas de que me gusta la ropa interior negra, ¡si blanco! Te digo porque lo usaras en tu noche de novia conmigo, en ese momento te acercas a mi y me besas de nuevo, nuestra pasión se dispara y mis manos alcanza tu piel por debajo de la camisa, acariciando tu espalda estas muy excitado, tu corazón a través de tu pecho quiere salir y sale, de tu boca a mi boca siento su latir.

Mis manos se desplazan hasta tu pecho, y noto esos pequeños senos hormonados, que se levantan sosteniéndose tímidos en el aire, sientes mis manos en ellos y suspiras, rozo tus pequeños pezones y tu aureola, me miras y te separas tímidamente !Enseguida vengo!. Coges el conjunto interior y vas al lavabo.

Me tienes al limite mi pene hierve dentro de mi, se enerva y endurece pensándote como saldrás del baño, te imagino con el conjunto puesto tímida como una novia en su noche de bodas, como la primera vez que te entregas.

Y no me equivoco, cierra los ojos me dices y no los abras hasta que yo te diga ¡Dios cuanto lo deseo!, cierro mis ojos y lo siento llegar ante mi, me sienta en el sofá y me dice ¡ahora ábrelos!, lo miro, es bellísimo su cuerpo depilado, sus mínimos pechos agolpados en el sujetador, el tanga le queda perfecto y sus cachas asoman pomposas y respingonas ante mi.

Sus maneras sus formas femeninas me enloquecen, desde mi sillón alargo mis manos hasta sus caderas, lo atraigo hacia mi y lo beso, el se agacha frente a mi, de rodillas abre la cremallera y me despoja de mi ropaje, me desnuda lentamente, mientras va besando mi torso.

Bajo el tanga noto su pene erecto, lo cojo en mis manos, lo acaricio, lo lamo, nos sentimos en esta entrega de amor, dándonos todo lo que dos hombres pueden dar, el placer y la entrega es absoluta, y nos amamos libremente desde entonces.

Es mi mujer porque ella se siente mujer cada día conmigo, su cuerpo empieza a cambiar, ahora se maquilla, su pelo ha crecido y se viste con ropa femenina. Me deleita con su forma de moverse, con sus gestos, y me premia con su sonrisa y su mirada cómplice.

Para la gente somos una pareja normal y lo somos de veras, no tengo por más que agradecer con una rosa cada día, haciéndole recordar que es una rosa para mí.

 

Evelyn45

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