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Treinta horas de amor (3)

en Dominación

________Treinta horas de amor_(3)_________

El tercer día

Esta mañana lo llame, había salido a desayunar, me pidió que saliéramos a pasear esa tarde, le dije que si, que me gustaría hacerlo, me dijo, que me pusiera una falda larga, con vuelo, y que llevara ropa interior de la especial, que ya sabia yo como la quería, y que cogiera las bolas chinas, le dije a todo que si, que no había problemas.

Mi mente, ya estaba imaginando cosas, queriendo revivir en ella, los juegos que habíamos tenido, y barruntando lo que podría suceder esa tarde, la excitación era continua, desde antes de llegar él, y aún me tenia en la misma situación. Solo de pensar en él, mí ser se desbarataba, el deseo me desbordaba, y la humedad en mi sexo, era constante. Solo podía pensar en él, mi mente era un pulso incontrolado, mi corazón, un continuo trotar, punzadas y vuelcos de corazón, que recorrían mi ser, cosquilleos en mi vientre y en mi entrepierna, excitación, goce, lujuria y pasión que llenaban mi cuerpo de sentidos, que anegaban mi entidad.

 

Así estuve todo el día, embriagada por esas sensaciones que me absorbían; pasaron las horas, y por fin ya me encontré en la calle, había puesto en mi bolso, todo lo que mi amo me había requerido. Y me dirigía a su encuentro, cuando me llama por teléfono y me dice:

Hola amor, quiero que entres en el primer bar que encuentres, que entres al lavabo y te coloques las bolas, repases tu maquillaje y que sientas al hacerlo, que soy yo quien te las introduce, te espero en el parque, donde tu sabes. Hasta ahora.

 

Entre en una cafetería cercana, que me cogía de paso, pedí al camarero un refresco, y mientras me lo servia entre al lavabo, estaba muy nerviosa, me parecía que todos, se darían cuenta de lo que hacia, y que al salir, se me notaria al andar. Una vez en el lavabo, cogí las bolas pensando en él, a pesar, que estaba muy lubricada, puse un poco de crema lubricante en mi vagina, eso me ayudo a la penetración, me sentí llena, me mire al espejo y repase mi maquillaje, note, como mis pezones se endurecían, queriendo traspasar el tejido de mi blusa, mordí mi labio inferior, salí del lavabo y me dirigí a la mesa, donde amablemente el camarero, me había servido el refresco.

Al salir, algunos clientes se me quedaron mirando, pensé, que era por lo mucho que se me notaban los pezones; al andar notaba las bolas moverse dentro de mi vagina, eso me hacia sentir, un goce muy intimo y particular. Tomé el refresco y salí de allí, a cada paso que daba, aquello se movía dentro de mí, y mi cara seguro que denotaba, el placer que iba sintiendo, estaba deseando llegar al parque donde habíamos quedado.

Tras unos cinco minutos, llegue al lugar acordado, mire a todos lados y no conseguí verlo, por lo que decidí, sentarme en un banco a esperarlo. Estaba inquieta, caliente, y solo sabia moverme de un lado a otro, cruce mis piernas, estas se apretaban una contra otra, haciendo que mi sexo se contrajera. Estaba gozando como una loca y no llegaba, me daba vergüenza de que alguien, pudiera verme de esa manera, de echo, algunas personas, pasaban por mi lado y se me quedaban mirando, pensaba que se me notaba, a cada movimiento, mis labios se entreabrían, y algún que otro gemido se me escapaba.

Pasé así, como unos quince minutos, cuando noto una mano, que se posa sobre mi hombro, me giro y estaba allí detrás de mí, me quedo quieta, él nota en mi rostro el deseo, y la alegría de verlo. Da la vuelta y se sienta a mi lado, pasa una mano por detrás de mi cintura, me atrae hacia él, y me besa, abre unos botones de mi blusa, dejando a la vista el canalillo de mi pecho, y roza por encima de ella, mis pezones salidos, entrizándolos con los dedos, y estirándolos; cierro los ojos, me olvido de la vergüenza y del lugar donde me hallo, entregándome a mi amo y obedeciéndole.

Mete una mano por debajo de mi falda, y empieza a rozar los bordes de mi braga, se sonríe al ver que llevo las especiales, con el cierre de velcro, como él me pidió, da un tirón del velcro y consigue abrirlo, sigue con su mano sobre la cinturilla de la braga, hasta llegar al otro lado, da otro tirón y consigue abrirlo también, ahora me dice que abra mis piernas, y empieza a tirar de ella. Noto como me va rozando toda la vulva, se ha adentrado entre mis labios, y va tirando de ella; poco a poco la noto deslizarse, a la vez que va saliendo, hasta que por fin consigue salir, la coge con la mano y se la lleva a su boca, la besa y la huele, se la pasa por su cara, por su pecho y se va marcando con mi olor.

En el banco de enfrente, hay dos hombres que solo saben mirarnos, él, lo nota, me coge de la mano y nos levantamos, los mira directamente, y me ase por la cintura atrayéndome hacía él, se acerca y me besa, yo me sonrojo, sintiendo la mirada de aquellos hombres, pero él lo hace adrede. Con mi braga en la mano, la introduce dentro de su pantalón, y la deja ahí, une su aroma y mi aroma dentro de su sexo.

Nos separamos después de un largo beso, en el cual él nota, mi excitación, mi deseo, y paseamos largamente por aquel parque, donde buscamos un rincón apartado, y nos tumbamos sobre el césped, bajo un sauce, allí resguardados por su sombra, sentí sus manos por mi piel, bajo mi falda rozaba sus dedos haciéndome temblar, ¡no podía más! le rogaba, mis manos se posaban en sus pectorales, él mordía su labio pero controlaba su deseo, no se como puede aguantar tanto, pues se que él esta súper excitado, noto en mi mano el abultado miembro que late bajo su slip, desabotono el pantalón saco mi braga, que aun sigue ahí, la cojo y la meto en mi boca, ahora siento los dos sabores juntos, los dos aromas, la mezcla de las dos humedades, muerdo fuertemente en mi boca la braga, la lamo y cierro mis ojos.

Noto, como su mano penetra bajo mi blusa, tira del cierre de velcro del sujetador, de las tirántas y saca este por el escote de mi blusa, dejando así, mis pechos sueltos, que parece, que quieren explotar, mi mano entra en su bragueta, noto su pene duro, lo cojo en mis manos, y veo como cierra sus ojos. Mi amo esta disfrutando, lo noto al igual que noto, como su mano va sacando lentamente, las bolas de mi interior; a la vez que roza sus dedos en mis labios íntimos, ese gesto hace que llegue a un orgasmo súbito.

Quiero seguir tocándolo, pero él me frena, dice que ya disfrutó bastante viéndome a mi, yo me desespero por seguir, por verlo llegar, ver su cara como se contrae, y se distiende de placer, pero debo obedecer "ese es el juego", retiro mi mano, y le ruego un beso, se acerca roza sus labios con los míos, es un roce leve, yo avanzo para coger sus labios, pero me los retira, me hace rabiar, y yo me vuelvo loca por lamerlos y morderlos.

En ese momento, me dice que me componga un poco la ropa, y salimos del parque, mis piernas siguen temblando, y aún siento un cosquilleo en mi sexo y en mi vientre. Mientras vamos paseando, mis pensamientos no paran, estoy echa un barullo de emociones, que despiertan en mi, una enorme curiosidad por él, y así se lo hago saber, me va confesando cosas, yo escucho con atención lo que él me dice.

Esta oscureciendo, la tarde va cayendo lentamente sobre nosotros, algunas nubes se atisba en el horizonte, el aire va refrescando, el sudor de mi cuerpo, y respiro profundamente, mientras lo escucho hablar. Paramos al lado de una joyería, nos detenemos en el escaparte, y vemos unas argollas de oro, se cuantas ganas tiene de ponérmelas, nos miramos y sonreímos, pero sin más, entra y las compra.

Volvemos al hotel, entramos, nos duchamos, me cambio y nos sentamos a hablar tranquilamente, en nuestros juegos siempre soy libre de elegir, él me da esa opción, pero yo solo quiero hacerlo feliz.

Es la hora, debo irme, mañana será otro día de compartirnos, de darnos en esta entrega, que hace que me suma en él cada día mas.

Evelyn45

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