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Mi primera vez con mi cuñad@

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Mi primera vez con mi cuñad@

Mi hermano es homosexual y tiene a su pareja, Jorge, en ese entonces de 33 años. Desde niño había convivido con él como si fuera lo más normal, incluso en esa época en que era un joven de 16 años. Un día mi hermano salió y Jorge se quedó en la casa. Yo estaba en mi cuarto escuchando música cuando de repente entró y puso el seguro de la puerta. Se sentó en mi cama y empezó a preguntar, tonterías, como para hacerme la plática. Yo estaba parado, y como vi que no se iba, me senté a su lado. Mientras seguía platicando, estiró su mano y la puso de mi pene, movió los dedos dándome un ligero apretón y retiró su mano. Yo me quedé quieto. Mil cosas pasaban por mi mente. Por un lado a mi no me gustaban los hombres, pero por el otro, lo que me había hecho me gustó bastante.

Mi erección era evidente, así que Jorge, al no ver una reacción desfavorable volvió a estirar la mano, dejándola más tiempo y dándome más apretones. Mientras seguía platicando, como si lo que estuviera haciendo no tuviera importancia. Como a mi me gustaba lo que estaba haciendo decidí dejarlo hacer. Jorge siguió jugando conmigo. Alargaba la mano, me tocaba un poco y retiraba la mano.

Después de varios toqueteos, estiró nuevamente la mano e intentó meterla bajo mi pantalón. Yo ya estaba a mil, así que sumí el estómago para que pudiera pasar su mano. Sentí su mano contra mi pene. El lo agarró y le daba apretones, para sacar la mano nuevamente. Repitió esto dos veces más hasta que en la tercera desabrochó mi pantalón. Quitó el botón, bajó la cremallera y liberó mi pene de su prisión. Lo tomó con la mano y empezó a masturbarme. Aquí ya no pude más y cerré los ojos. Lo que me hacía era algo increíble, ya no importaba lo que estaba platicando (de hecho nunca me importó), y cuando paró, abrí los ojos, como pidiéndole que siguiera. El volvió a masturbarme una y otra vez, hasta que sentí que se movía y sentí pasar su lengua por mi pene. Se detuvo. Después dio otro lenguetazo, para detenerse nuevamente.

¿Te gusta? – me preguntó

Me encanta- le respondí

Se lo metió todo en la boca y comenzó a darme una buena mamada. Mientras sus labios rozaban el tronco, su lengua jugaba con mi glande. Una y otra vez mi pene entraba en su boca como en una vagina. Con cada movimiento sentía que me iba al cielo. De pronto paró. Yo abrí los ojos.

-¿Quieres que siga?- me preguntó, sabiendo de antemano mi respuesta

- Si – contesté

- Entonces pídemelo – me dijo sonriendo

- Sigue, por favor – le dije

- ¿Qué es lo quieres que siga haciendo? - preguntó retadoramente

- Que te metas mi pene en tu boca – le dije ya con más ganas

- No, así no. No creo que esas palabras correspondan a lo que estás sintiendo. Son demasiado bonitas – me dijo mientras se paraba.

- No te pares, por favor – supliqué- Está bien, chúpame la verga.

Jorge tomó mi, ahora verga, y empezó a darme la mejor mamada que me han dado hasta ahora (ninguna mujer lo ha hecho como él). Se la metía y sacaba,. Me siguió mamando hasta que no pude más y estallé en un orgasmo. Jorge siguió chupando y se tragó toda mi leche. Cuando ya no salió más me lo limpió, se paró y yo me vestí. Salió de mi cuarto no sin antes decirme, nos vemos en la noche.

Al llegar la noche, estábamos mi hermano, Jorge y yo viendo una película. En eso mi hermano se levanta y nos dice que ya se va a ir a dormir. Jorge le dice que él se queda porque estaba muy buena la película (no era verdad, pero en fin) y yo me quedé temblando de emoción. Decidimos esperar quince minutos para asegurarnos que mi hermano estuviese bien dormido. Durante ese tiempo Jorge me sobaba por encima del pantalón y me daba apretones. Yo estiré mi mano y también se la sobé. Tomó mi mano y la metió dentro de su pantalón. Era la primera vez que tocaba una verga que no era mía. Pasados los quince minutos se volteó, me desabrochó y bajó el pantalón y se metió mi verga en su boca. Me dio otra mamada espectacular. Mi cuerpo se convulsionaba de placer y tomé su cabeza con mis manos para meterla más. Se lo metía y sacaba de su boca, y sólo se escuchaba el ruido de las lamidas. Ya estaba jadeando, a punto de tener mi orgasmo cuando paró. Yo me quedé mirándolo con deseo, quería que siguiera. Jorge se levantó de la cama, se quitó los pantalones y se acercó a mi. Puso su verga junto a mi boca y yo la abrí. Me la metió y le di dos chupadas, después me la saqué y le dije que no. Definitivamente eso no era lo mío.

Me levantó de la cama y me apoyó contra la pared. Acercó su culo a mi verga, que continuaba bien parada y poco a poco la fue introduciendo dentro de su hoyo. Yo me estremecí. La sensación era extraña. Sentí como mi verga avanzaba por su culo caliente. El empezó a mover las nalgas hacia el frente y hacia atrás. Yo decidí abrazarlo y le tomé su verga con mis manos, así mientras me lo cojía lo masturbaba. Una y otra vez se lo metí y saqué hasta que no pude más y eyaculé dentro de él. Mientras yo tenía mi orgasmo el tomó una de mis manos y la puso al frente de su verga para eyacular. Vertió todo sobre mi mano. Al terminar me dijo que lo probara. Yo me resistía, pero él tomó un poco con el dedo y lo acercó a mi boca, la cual abrí, después de todo se lo debía. Saqué la lengua y probé su leche, que ciertament no sabía tan mal.

- Un poco más – me dijo tomando una mayor cantidad con el dedo- pero por favor chúpalo como si fuese una verga.

Yo obedecí y abrí la boca. El metió su dedo y suavemente se lo redeé con mis labios, mientras mi lengua jugaba con él. Lo metía y sacaba como si fuera una verga, yo estaba fuera de mi, y cuando sacó su dedo y lo volvió a untar con su leche yo desesperado me lo volví a meter. El seguía jugando conmigo, mientras que con la otra mano, la que no tenía su leche, le agarraba la verga, que volvía a estar parada. Me sacó el dedo y me acercó mi mano con su leche, yo empecé a lamerla toda.

- Veo que te gustó mi leche – dijo sonriendo. Es mágica, a todos les encanta pero ¿no te gustaría probarla directamente?

- si, le contesté, mientras Jorge me hincaba.

- Abre bien la boca, putita

Yo me metí su verga en la boca y empecé a chupar como si de eso dependiera mi vida. Sus gruesas venas palpitaban. Jorge gemía y me acariciaba la cabeza mientras yo se la chupaba. Entraba y salía de mi boca cada vez más rápido.

- Me voy a venir, y quiero que te tragues toda mi leche

Yo sólo gemí, como asintiendo. Jorge empezó a eyacular dentro de mi boca. Pude sentir su chorro caliente, y comencé a tragar, lo más rápido posible, pero no se si era demasiado o no tenía experiencia, pero una parte salió de mi boca para resbalar por mi barbilla.

-Límpiamela bien – dijo cuando al fin terminó. Yo le dí lenguazos, como si fuera un helado, hasta que se la dejé limpia, sin rastro de leche.

-Eres una golosa – me dijo mientras me paraba- veo que te gusta.

Después me volteó y apoyó su verga contra mis nalgas, se frotó contra mi unas tres veces y se retiró

- Eso será después, según como te portes.

Se agachó, le dio unas lamidas a mi verga, se paró, se vistió y se fue, no sin antes decirme

- Ahora ya eres mía.