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Carta a Evo Morales.

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Carta a Evo Morales.

 

Saludos revolucionarios desde Buenos Aires!

Como las buenas costumbres lo indican, aunque con poco tono protocolar, comenzaré presentándome. Mi nombre es Gabriel Soto Sautú. Y lo que deseo es sumarme al movimiento.

Mi profesión actual, nada que ver con los cambios sociales, es martillero, sobrevivo realizando subastas, en especial, de antigüedades. A lo largo de mi corta pero agitada vida, he estudiado primeramente letras, y luego cuando lo creí oportuno, opté por periodismo. De ninguna carrera me he recibido. No son los títulos mi meta, y en este salvaje mundo capitalista tuve que optar por un papel burocrático o apoyar a mi padre que enfermó en su negocio de los remates.

Como la lógica lo indica, tal vez estas letras que escribo sean en vano y nunca lleguen a los ojos pertinentes. Aunque difícil que una acción no surta algún efecto, más mínimo que sea, así que continuaré hacia adelante, como mi padre me ha enseñado, poniendo el pecho y yendo con la verdad. Y mostrando mi convicción y voluntad, repito con redundancia: Deseo sumarme al movimiento!

Y qué podría aportar? Primeramente, mi predisposición para lo que sea y mi lealtad incondicional. Es el capital privado la mayor tentación del hombre y solamente con los hechos del devenir, y aquellos que pasaron, uno puede demostrar su honestidad. Como vivo en Buenos Aires y cualquier referencia siempre es subjetiva y parcial, será el tiempo y el movimiento quienes deberán comprobar mi verdad.

Ideas puedo aportar. Ideas propias, y fundamentalmente, aquellas escuchadas de la voz del pueblo. Al ser argentino, tal vez muchos podrán alegar que por mi condición de extranjero, soy incapaz de captar la realidad boliviana. Pero agravantes de la vida como el hambre, la miseria, la ignorancia, la corrupción o la delincuencia, son enfermedades universales producto de un egoísmo capitalista que nos afecta globalmente a todos.

Pero la verdad es que poco sé de Bolivia. Contemplo lo evidente. Que no tiene salida al mar, que en sus tierras está la segunda reserva más grande de hidrocarburos de América, y que la mayoría de los habitantes son indígenas. Y quiero aportar algo, y al aportar, siento un atrevimiento, porque pienso que lo que yo les voy a decir, ustedes lo vienen charlando hace mucho tiempo.

El mayor problema que nos afecta, (y digo nos porque ya me siento parte del movimiento y del pueblo boliviano), es el de los hidrocarburos. Es nuestra mayor riqueza. Hay que nacionalizar. Pero no solo el gas, todos los minerales naturales, y comercializar así con el mundo como un país rico. Nuestra arma infalible, es el apoyo de todo el pueblo. Basta que nos roben!

Consideremos a nuestros hermanos latinos. En principio, Buenos Aires y Manaos serán las salidas al mar y el mundo. Y por ende la entrada de productos que el pueblo y la economía de Bolivia necesita. 

Un alianza con el MERCOSUR y Venezuela sería fundamental para la consolidación y el consenso internacional. La lucha no tiene fronteras.

Propagar las ideas a través de los medios.  Mucha propaganda. Debe existir un medio nacional que revolucione la función de la televisión y la radio: comunicar lo social, como se jacta de ser. Programas donde habla a diario el presidente, llegando al interior de cada casa. Divulgaciones de acontecimientos sociales y programas educativos. Inclusiones para todos.

Una revolución agraria. Devolver el campo a los campesinos. Legalizar la coca y la mariguana. Esto pondrá los pelos de punta a USA, y a la vez, abriremos una etapa nueva en América latina e incorporaremos otra industria a nuestra economía. Propicio tomar los informes de Harvard respecto del cannabis.

Es vital para todos impulsar una campaña educativa sin precedentes. Revalorizar la cultura indígena y enseñar la historia de la conquista, esta vez desde la perspectiva de los vencidos. Concienciar la población la diferencia del capitalismo salvaje del movimiento al socialismo.

Che Guevara hubo y habrá uno solo. Pero qué mundo diferente sería, sin dudas, si todos, cada uno de nosotros, intentara parecerse a su sombra. El hecho de que sea argentino, inmediatamente traerá a la mente de la gente, la comparación injusta, desubicada en tiempo y espacio. Sería un honor para mi participar en discursos y promover las ideas de confrontación, como poner el hombro en trabajos comunitarios.

Un último aporte en esta improvisada letra. Movimiento, suena a cambio pausado, paulatino, con sumo cuidado en el orden, siempre en pos del progreso. Algo que nos vienen enseñando los yanquis con su maldito sueño americano. En cambio más resonante será la palabra revolución. Sospecho que la prudencia ha denominado >>MAS>>. Y espero que llegue el momento oportuno para hablar de REVOLUCIÓN con todas sus letras. Pero las grandes distancias se recorren paso a paso, y ninguna lucha importante es segura, mucho menos fácil.

Este joven argentino idealista extiende su mano, y su vida. En este momento de escribir, tengo un clavo y un yeso en la mano. Debería sacármelo a mitad de enero. Pero me lo quitaré la semana entrante para poder realizar un sueño: viajar por los pueblos hermanos contemplando su realidad y cultura para poder crecer como individuo. Es la lucha por la satisfacción personal. Por momentos tengo sentimientos de culpa, me siento egoísta. Pero quiero invertir en mi saber. Por mi posición de profesional y de pequeño burgués podré hacer el viaje en mi moto. Pasaré por Chile, Perú, Ecuador, y finalmente Colombia. Y cuando regrese hacia Argentina, me gustaría quedarme en Bolivia a apoyar la causa hasta la muerte.

Viva Bolivia!

Viva el movimiento!

Viva la revolución! 

 

Gabriel Soto Sautú

Buenos Aires, diciembre 2005