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Cuatro Corazones (Capítulo 9)

en Parodias

Capítulo 9

 

Finalmente, tras tres días de agonía, el domingo por la mañana Izzy me llamó por teléfono. Llevaba muchas horas de angustia, sobre todo en el sábado, día que me pasé pegada al móvil, esperando ansiosa que se pusiera en contacto conmigo… No habíamos hablado desde el jueves, cuando en aquel parque de Nagasaki disfrutamos de una mañana de morbosa y pública pasión… Y después le había hecho mi gran confesión y ya no nos habíamos vuelto a ver. Yo temía que él hubiera decidido terminar con lo nuestro.

Así que, cuando por fin sonó el teléfono, cuando por fin descolgué y escuché tras un momento de dudas y silencio su voz al otro lado de la línea,…, el miedo y la alegría se agolparon a la vez en la puerta de mi corazón y no sabía bien si quería reír, llorar, saltar o desplomarme sobre el sofá…

-Soy Izzy-se había limitado a decir a modo de saludo. Por el tono de su voz no pude detectar si estaba hablando con tranquilidad o si había enfado o tristeza en ella.

-Hola, Izzy-le respondí. Y al ver que él se quedaba en silencio, como no sabiendo que más decir, añadí para romper el hielo-¿Qué tal estás?

-Bien, gracias-volví a escuchar la voz neutra al otro lado del auricular-¿Y tú, Mimi?

-También bien-dije, siendo yo también protocolaria.

-Mimi. He estado pensando en lo que,…, en lo que estuvimos hablando,…, bueno, más bien en lo que me dijiste,…, y, bueno,…, creo que…

-¿Sí, Izzy?-le pregunté cuando el silencio se había alargado demasiado.

-Mimi. Tenemos que hablar. Y no puede ser por teléfono.

-Estoy de acuerdo-asentí.

-Esta noche, ¿podemos quedar en tu piso?

-¿Por qué no antes?-le pregunté.

-Es mejor por la noche-se limitó a decir.

-De acuerdo, Izzy. Esta noche nos vemos.

-Y…

-¿Sí?

-¿Crees que podría estar Sora? Al fin y al cabo el tema también la involucra.

-Creo que tenía una cita con Tai, pero se lo comentaré.

-Lo cierto es que Tai también debería estar.

-De acuerdo. Se lo diré. Pero no puedo prometerte nada al respecto.

-Bien, gracias-asintió-Bueno. Nos vemos, Mimi-se despidió.

-Nos vemos, Izzy-le correspondí.

.

.

-¿Vosotras qué pensáis, chicas?-les pregunté sin dejar de mirarme en el espero… No me convencía el peinado nuevo que Kari había insistido que probara.

-Yo creo que si quiere que Sora y mi hermano estén presentes-me dijo está-Es porque ha decidido seguir contigo. No creo que quiera que vean como te deja plantada.

-Estoy de acuerdo con Kari-asintió Sora-Creo que puedes ya respirar tranquila.

Yo asentí, pero los argumentos de la hermana de Tai y los de Sora, por muy firmes que parecieran y por muy buenas que fueran sus intenciones, lo cierto es que no socavaban ni hacían retroceder mis dudas. Quizá Izzy quería su presencia allí para poder dejarme en presencia de testigos que vieran que lo hacía por justos motivos y no por un capricho. Y la verdad es que no le podíamos reprochar nada… Yo le había sido infiel, Sora era la amante con la que le había puesto los cuernos y Tai el que había ocultado el secreto pese a saberlo…

Por mucho que la llamada me había alegrado en un primer momento tras colgar el teléfono y había ido rauda a contárselo a Sora y a Kari, a quien sólo habíamos dicho que unas diferencias nos habían distanciado estos días, ahora cada vez estaba más segura de que me quería ver para dejarme en persona, para decirme que no podía soportar ni vivir con la seguridad de que su amada se metía en la cama con otra. Cada vez me arrepentía más de haber accedido a dejarme peinar y arreglar por la hermana de Tai… Sora también iba a hacerlo. Tai y ella habían accedido sin problemas a reunirse con Izzy y conmigo según éste quería. Ellos dos estaban convencidos de que todo acabaría bien y con un final feliz. Me gustaría tener tantas esperanzas como ellos.

-Y, dime Sora, ¿tenéis planes mi hermano y tú para está noche?-oí que le preguntaba Kari.

-Pues la verdad es que no hemos programado nada de salir ni ir a un restaurante o al cine-le respondió ésta-Lo primero es lo primero, y es solucionar el tema de Izzy. Luego ya veremos.

-Ayer me dijiste que era seguro que saldríais-le comenté.

-Pero ayer no sabía lo de la petición de Izzy y, repito, lo primero es lo primero-replicó ella-Ya saldremos otro día. Tenemos tiempo de sobra.

-Así es-estuvo de acuerdo Kari.

-¿Y tú qué tal estás con T. K.?-le preguntó Sora.

-Muy bien-respondió-Estamos planeando una pequeña excursión al campo para la semana que viene o la siguiente, dependiendo de como vayan yendo las cosas. Un camping.

-Y oye,…, ¿al final Tai ha regresado al mundo digimon?-le pregunté a Sora-¿Cómo va el asunto ese?

-De momento no parece haber pasado nada-respondió Sora-Tai ha ido, en efecto, pero estuvo un solo un segundo para comprobar que no había habido ningún cambio. No cree que tengamos que preocuparnos.

-Tendría que haber ido con Izzy-comenté, lamentando que mis problemas personales pudiera afectar a una investigación tan necesaria.

-Ya irán-se limitó a replicar ella-No hay que comerse la cabeza por ello.

-Sí-asentí.

-Y, Mimi, ¿cuándo empezáis a rodar la película?-me preguntó Kari.

-Pues de momento está pensado que empezamos, la semana que viene no, la siguiente-le respondí. Lo cierto es que en ese momento, por lo lejos que me parecía y por lo de Izzy, estaba tranquila al respecto, pero sabía que me pondría nerviosa cuando el momento fuese llegando.

-¿Y tu abuela?

-Está bien. Puede que pronto le den el alta. Mi padre quiere que deje Nagasaki y se venga a vivir a Tokio, ocupando la que fuera mi habitación y que ahora esta desocupada.

-Creo que sería buena idea-comentó Sora.

-Sí, mi madre está de acuerdo-asentí-Pero mi abuela no quiere dejar Nagasaki.

-Ah. Claro, llevará viviendo ahí mucho tiempo.

-Sí. Su familia era de allí y sólo la abandonaron durante unos años a partir de lo de la bomba de 1945.

-Sí.

-Pero la cosa es-empezó Sora-Que como te dije, todo se va arreglando. Tu carrera, la salud de tu abuela, lo del mundo digimon y esta noche lo de Izzy. Te lo aseguro.

-Espero que así sea, Sora, espero que así sea.

.

.

Estaba tan nerviosa que uno de los platos se me deslizó de las manos y cayo con estruendo al suelo, rompiéndose en pedazos.

-Mimi-me llamó Sora-Ve al salón, siéntate y estate tranquila. Tai y yo pondremos la mesa.

-¡Eh, pelirroja!-salto aquel-A mí también se me podría caer algún plato ¡Mira como tiemblo!-dijo bamboleándose.

-Más te vale no hacerlo-le replicó ella pasándole una pila de platos-Pon estos cuatro, y cuatro tenedores y cuatro cuchillos-fue enumerando al tiempo que abría los cajones de la encimera-Hoy tendremos un plato que he decidido probar a hacer, cordero con puré de manzana.

-¿Cordero con puré de manzana?-repitió él-¿Por qué tantas complicaciones inventando cuando unas hamburguesas serían una apuesta sabrosa y segura?-terminó relamiéndose los labios.

-Porque lo digo yo-sentenció Sora-Eso para empezar. Y cállate un poquito y pon la mesa.

-Sí, jefa-dijo él cogiéndolo todo y marchándose fuera de la cocina.

-¿Crees que Izzy tardará mucho?-le pregunté a Sora cuando nos quedamos solas mientras ella ya estaba sirviendo el puré y la carne en dos fuentes.

-Probablemente no-respondió-Se morirá de ganas de volver a estar junto a ti, seguro.

-No sé yo…

-Pero yo sí. Confía en mí-me miró-Mimi, te lo repito. Siéntate ya a la mesa. Cenaremos pronto, Izzy debe estar al llegar. Será una comida alegre, ya lo verás. Y después, nos divertiremos todavía más.

-¿Tienes algún plan?

-Ya lo verás.

-Dímelo.

-No.

-¿Por qué no?

-Porque estropearía la sorpresa.

Sabiendo que no le lograría sacar nada que no quisiera decirme, decidí salir siguiendo su consejo y me senté en mi lado de la mesa. Tai había puesto ya los platos y los cubiertos y se sentaba al otro lado de la mesa, junto a la silla que quedaba enfrente de mí y en la que se sentaría Sora… Izzy debía sentarse a mí lado… Casi me reí por los nervios cuando me sorprendí tan cortada y temerosa frente a un amigo de casi toda la vida, de la infancia… ¿Cuándo había comenzado a fijarme en él? Ya ni me acordaba ni podía pensarlo. Sólo sabía seguro que le necesitaba. Quería que entrara, viniera a mí y, sin ni siquiera decir nada, sencillamente me arrastrara a mi cuarto y me hiciera apasionadamente el amor… No harían falta palabras cuando su pene erecto me follara duramente todos mis orificios, cuando tomara posesión de mi boquita, mi coñito, mi culito… Y cuando su semen me inundase.

Y estaba pensando en ello mientras Sora, a quién apenas prestaba atención terminaba de poner la mesa y servía cuatro copas de vino blanco cuando, de repente, llamaron a la puerta… ¿Sería Izzy? No esperábamos a nadie más. Y aunque él debía tener una copia de las llaves del piso, su renunciar a usarlas me animó y desanimó a la vez: No terminaba de ver si era buena o mala señal. Sí. Estaba tan nerviosa que incluso cosas como esas intentaba tomarlas como augurios.

Sora fue a abrir y sí, era él. Apareció en breve en el comedor, siguiendo a Sora.

-Has llegado justo a tiempo, Izzy-le decía Sora-Acabamos de terminar de servir la mesa y sólo quedaba que llegarás para empezar a cenar-explico, tomando asiento.

-Sí, has llegado a tiempo de no tener que ayudar a poner la mesa-bromeó Tai.

-Que raro-le replicó él, al tiempo que tomaba asiento, ¡sí! A mi lado-Seguro que no te quejas cuando eres tú el que no mueve un dedo-le respondió Izzy. Yo quise tomarme su buen ánimo como una señal positiva.

-Si no muevo ni un dedo es porque no tengo ni fuerzas para quejarme, pero si las tuviera lo haría.

-Bueno-le cortó Sora-Lo que importa ahora es que todos probéis mi cena y me digáis lo riquísima que está.

-Pues menos mal que Joe no está con nosotros-saltó Tai.

-¿Por qué?-pregunté, intrigada.

-Porque su emblema era el de la sinceridad-volvió a reír.

-Creo que alguien podría acabar bañándose hoy en la salsa de la carne-dijo Sora con fingido enfado.

Y así, con ese tono de humor desenfadado, comenzamos a cenar. A mí el puré de manzana no terminaba de convencerme pero el cordero y más con la salsa estaba delicioso… Pero yo no tenía verdadero espíritu para degustar la comida. Miraba constantemente a Izzy, esperando ver una señal del tema que íbamos a tratar, esperaba que en breve… El hecho del buen humor que parecía haber y el que no se hubiera limitado a decir que dejaba e irse en el acto me daban buenas sensaciones, pero no podía dejar de pensar e imaginar lo peor.

Y yo quería sacar el tema. Quería que lo habláramos cuanto antes, lo más rápido posible. Que se convirtiera en un recuerdo molesto del pasado y que la vida que la semana pasada parecía que podíamos comenzar volviera. Pero no me atrevía a hablar y solamente seguía comiendo en silencio. Todo lo más fue darle un toque por debajo de la mesa a Sora, en forma de una pequeña patadita en el tobillo. Ella, sin dejar notar nada en su expresión y sin parecer alterada, me lo devolvió, acariciándome con su pie el tobillo. Pero tampoco dijo nada. Yo no sabía en que estaba pensando. Yo quería que ella rompiera el hielo, que sacara el tema… Pero no lo hacía. Y según la comida se acababa en los platos y la botella de vino menguaba empezaba a preocuparme… ¿Por qué ni Sora ni Izzy sacaban el tema? Cuando hablaban lo hacían de cosas intrascendentes de las que en ese momento no tenía ganas de hablar… ¿Por qué no dejaban esas tonterías?

Y finalmente, acabamos de cenar y durante un segundo se hizo el silencio.

-Tai-lo rompió Sora.

-¿Sí, pelirroja?

-¿Qué tal si recoges la mesa y llevas todo al fregadero?-sonrío con malicia-Aquí empezaremos mientras a hablar las personas mayores.

-Claro, Mamá-respondió éste, irónico, pero empezando a hacer lo que Sora le había mandado.

-En fin, Izzy-se dirigió a él está vez-Creo que tienes algo que decirnos, sobre todo a Mimi.

-Sí, así es-asintió él.

Yo creía que empezaría a hablar, que lo tendría todo bien ensayado y memorizado, pero se quede un breve momento en silencio. Yo hubiera querido agarrarle y agitarla para que reaccionara y siguiera hablando, pero como Sora no dijo nada para meterle prisa ni nada, yo tampoco.

-Yo, por lo que me dijo Mimi-empezó finalmente-Entiendo que vuestra relación “especial” no es como si fuerais novias, ¿no? No es que seáis pareja ni os consideráis así. ¿Lo he dicho bien o me confundo?

-No, Izzy-asintió Sora-Es así. Nos queremos muchos y a veces expresamos ese afecto de forma,…, pasional, sí. Pero somos amigas. Mis sentimientos por Mimi, por muy profundos que sean, no son como el amor que tengo por Tai, ni como el que ella te tiene a ti. Son cosas distintas y compatibles.

-¿De verdad crees que lo son, Sora?-le preguntó Izzy. A mí oír esa duda me preocupó sobre manera.

-Sí-le respondió ella con voz firme-Y lo sé porque llevo ya un largo tiempo viviéndolas.

Él no dijo nada. Parecía pensativo.

-¿Y tú qué piensas, Izzy?-le tocó a ella preguntar-Creo que para tomar la mejor decisión deberíamos poner las cartas sobre la mesa, ¿sabes?

-¿Las cartas sobre la mesa?-preguntó él.

-Sí. Desecha las dudas un momento y veamos que tienes seguro-insistió ella-¿Tú amas a Mimi?

-Sí-respondió él, mirándome… Yo, no sé por qué, me encontré sonrojándome como una infantil colegiala, pasando a mirar mis zapatos como una niña sorprendida en una falta.

-¿Quieres estar con ella?

-Sí-volvió a asentir… Y yo notaba mi corazón acelerando en mi pecho.

-Entonces, si la amas y puedes estar con ella, ¿por qué no? ¿A qué se deben tus dudas?

-Bueno, Sora,…, en parte tienes razón, pero,…, cuando me contó lo vuestro,…, no lo supe encajar… He sido algo tonto, pero,…, es que si está conmigo y contigo a la vez…

-Pero te confundes, Izzy-no puede evitar intervenir-No estoy con Sora y contigo a la vez. Sora es mi mejor amiga y tú eres mi novio. Son cosas distintas.

-Exacto-me respaldó ella.

-Ya, pero las mejores amigas no suelen…

-¿Qué, Izzy?-le preguntó Sora.

-Ya lo sabéis.

-¿Follar?-le preguntó nuevamente ella, divertida por el pudor de Izzy.

-¿Decís que vamos a follar?-intervino Tai con tono de broma, que mientras hablábamos ya había retirado la mesa, tomando asiento.

-Todavía no-respondió Sora igualmente burlona.

-La cosa es que no sé,…, no parece normal.

-¿Por qué te molesta?-le inquirió Sora-Míralo de este modo. ¿Si le diera un beso en la mejilla a Mimi, como haría una buena amiga como señal de afecto al saludarla? ¿Te molestaría?

-Pues claro que no.

-¿Y si la abrazara?

-Tampoco, pero…

-Pero nada, Izzy. Es verdad que en nuestra sociedad, sobre todo en un país tan conservador como es el nuestro, ha habido un gran tabú contra el sexo. Siempre se ha considerado que es algo que se hacía entre hombre y mujer dentro del matrimonio. Pero nosotros tenemos derecho a tener una visión más amplia. Mimi y yo consideramos que nuestra amistad puede expresarse sin problemas de esa manera. Igual que expresamos nuestro amor por vosotros dos, aunque sea de naturaleza distinta, mediante él. Yo que tú, Izzy, si me permites el consejo, desecharía los prejuicios y volvería con Mimi. ¿Eh, qué dices?

Él parecía dudar, desconcertado ante las palabras de Sora,…, y me miraba indeciso. Y en ese momento ella se levantó y rodeo la mesa para situarse junto a él… Yo no sabía lo que pensaba hacer pero lo que me decía la intuición me parecía increíble.

Ella se colocó a su lado, casi de rodillas para quedar a su altura mientras con las manos sujeto, acarició más bien sus mejillas para hacerle mirarla.

-Izzy, ¿todavía dudas?-y, entonces, dejándome muda y, aunque no le vi bien, sé que también él se quedó de piedra cuando ella le besó y le metió la lengua en la boca.

¿Pero qué estaba haciendo? ¿Era ésta la sorpresa que me había dicho que tenía preparada? Ambos nos quedamos quietos, patidifusos, mientras ella continuó comiéndole la boca. Y yo estaba pensando en decir algo, en que debía decir algo, cuando Tai apareció a mi lado sin que lo viera moverse, centrada como estaba en Sora e Izzy y, cogiéndome a mí también igual que la primera a éste, me besó también.

Sentí sus manos en mi cuello, acariciando mis mejillas mientras su calida boca se apoyaba contra la mía, sus labios abrían los míos, su suave y golosa lengua recorría mi boca y pugnaba con la mía… Yo al principio no pude moverme, pero al poco, empecé a responder mientras comenzaba a sentirme caliente… Y mi preocupación por lo que Izzy pensaría se relajó cuando las manos de él aparecieron repentinamente en mi cintura,…, sus dedos tiraban de mi vestido y yo me alcé un poco para que la tela pudiera subir y pronto sus dedos exploraban mis nalgas…

Y, de repente, Tai de alejó y poniéndose detrás de mí me hizo girar la cabeza en sentido contrario, haciéndome encontrar con Izzy, a quién Sora prácticamente empujaba contra mí. Y yo también me lancé contra él y chocamos en un brusco pero apasionado beso en que nuestras lenguas chocaron antes de adentrarse en la boca del otro… Sus manos se asentaron con más firmeza en mis nalgas mientras las mía iba comenzando a abrir los botones de su camisa…

Mi vestido ascendió de golpe, tomado por Tai, al que luego oí arrojarlo contra el otro lado de la mesa antes de empezar a sobarme los pechos por encima del sujetador. Prenda que, por otro lado, pronto también iba a retirar para amasar mis senos directamente con sus manos… Sora al mismo tiempo había terminado de retirar la camisa de Izzy y ahora se metía debajo de su brazo, besando su estomago y metiendo la lengua en el ombligo… ¡Uf! Estaba ya muy caliente.

Sora levantó a Izzy entonces y le arrastró hacia el sofá, bajándole los pantalones y los calzoncillos antes de darle un pequeño empujón para que quedara sentado en éste. Tai hizo otro tanto conmigo, llevándome hasta el sofá al tiempo que me bajaba las bragas, para hacerme poniéndome de rodillas frente a Izzy.

En ese momento todavía no terminaba de entender lo que estaba pasando. Se había desencadenado todo de forma tan rápida y repentina que no tenía la mente clara y todo lo que ocurría era como si saltase de la nada contra mí sin que pudiera esperarlo. Hacía un momento estábamos hablando alrededor de la mesa y ahora, sin comerlo ni beberlo, me encontraba de rodillas, desnuda y ante Izzy, desnudo y empalmado ante mí; Sora a su lado, que le masturbaba mientras le besaba y Tai detrás de mí, acariciándome el culo mientras me empujaba contra Izzy.

-Venga, Mimi-me llamó Sora-¡Suéltate! Yo sé que te mueres por comértela-dijo dirigiendo el pene de Izzy hacia mi cara-Adelante.

No podía negarlo. Me acerqué ya, dejándome llevar sólo por el deseo y olvidando todo lo demás y me introduje el erecto miembro de mi Izzy de una vez en la boca, intentando rozar sus testículos con mis labios antes de empezar a chupar con fruición y rapidez, saboreando esa barrita y sobre todo su pegajoso glande con mi lengua mientras Sora acariciaba mi cabello y me alentaba con unas palabras que me ponían más cachonda:

-Así, así-me decía-Cométela entera, Mimi, que sabemos bien que te gusta mucho comer pollas.

Sentía la polla de Izzy caliente y palpitante llenándome la boquita, dura y firme mientras la recorría con la lengua, sabrosa cuando jugaba con ella, cuando recorría su cabecita, lamiendo cada milímetro, explorando el pequeño agujerito por el que las primeras gotas iban apareciendo. Y al tiempo masajeaba sus testículos, a los que también dedicaba alguna lamida cuando bajaba mucho en mis recorridos a lo largo de su falo.

Y mientras noté a Tai detrás de mí… Si antes me había estado acariciando ahora se introducía entre mis nalgas y de repente sentí su lengua hurgando en mi ano y recorriendo mi rajita… Temblé cuando después de empezar a lamer mi culito y mi rajita, sus dedos comenzaron a explorarme… Había espiado muchas veces a Tai y a Sora cuando lo hacían, pero nunca había imaginado el verdadero placer que las habilidades de Tai le permitían dar… Su lengua recorría experta mi conchita, pasando con agilidad a presionar mi ano y nuevamente a rodear mi clítoris mientras sus manos se movían con perfecto ritmo y sintonía…

Estaba tan absorta chupándosela a Izzy y disfrutando de las habilidades de Tai que no me di cuenta de que Sora ya no me acariciaba la cabeza. Y cuando fui a mirar dónde estaba ella la encontré encima del sofá, sobre Izzy y con su entrepierna sobre su boquita mientras gemía suavemente… Él le estaba comiendo el coñito, pensé, relamiéndome los labios y pensando en lo morboso que era ver a mis dos amantes haciéndolo entre ellos.

Pero no tuve mucho tiempo para pensar en eso ya que al poco Tai se retiró y empezó a ajustarse sobre mí…

-Allá voy, Mimi-oí su voz a mis espaldas…

Y de repente la sentí. Como un bestia colocó la punta de su verga en mi coñito y empujó con decisión hasta clavármela de un rápido golpe… No pude evitar un pequeño grito de dolor cuando me la clavó, apretando como si pretendiera atravesarme, partirme realmente en dos… Él, moviéndome y haciéndome quedar sobre el brazo del sofá, al cual me sujeté, comenzó a bombear con dureza…

-¡Ah, Tai!...-apenas pude quejarme, los gemidos que sus embestidas duras me arrancaban no me dejaban articular las palabras.

-¿Qué? La habías visto muchas veces pero no te imaginabas lo que era tenerla dentro de verdad, ¿eh?-dijo agachándose para rodear y acariciar, amasando, mis tetas. 

-No-respondí… Era un placer inmenso… No podía dejar de jadear, ansiosa de que siguiera…

Siguió un rato follándome en esa posición mientras, según pude ver, Sora cabalgaba a Izzy sobre el sofá al tiempo que éste mamaba sus pechos… Y entonces, sin avisar, Tai la sacó de mi coñito y puso la cabeza de su pene sobre mi culito… Yo no tuve tiempo ni de pestañear, me la clavó, empujando con fuerza tremenda para vencer toda resistencia y abrir mis carnes al tiempo que me arrancaba un nuevo y aún más fuerte grito de dolor al verme penetrada tan bruscamente en mi pequeña entradita trasera…

Tai no esperó tampoco a ablandar mi recto. Al segundo estaba moviéndose con igual o mayor agilidad que antes, de hecho, no quedándose en ninguno de los agujeros, sino taladrando ambos con igual ímpetu… Metía su polla y desfloraba mi coñito durante unos golpes antes de ir a hacer otro tanto en mi culito.

Y de repente, salió y se retiró. Y, cuando, apoyándome mejor sobre el sofá, pude mirar, Izzy, de pie, estaba detrás de mí.

-Toca cambio-oí a Sora, que se había arrodillado delante de Tai para empezar a chupársela.

Pero nuevamente no tenía tiempo para centrarme en lo que hacían los demás ya que el pene de Izzy empezó a entrar en mi culito, dispuesto a ocupar el vacío dejado por Tai.

-Dale duro-le dijo éste-Que es lo que le gusta.

-¡Sí!-asintió él para mi regocijo.

Ahora era Izzy el que me embestía cada vez con más fuerza, follándome alternativamente por delante y por atrás mientras sus manos amasaban mis senos y pellizcaban mis pezones.

-¡Oh, Izzy! ¡Sí!-le empecé a decir… Estaba llegando al máximo, me sentía plenamente follada y me encantaba. El placer me desbordaba y me sentía como un río que amenazara inundación mientras no gemía, aullaba como poseída… Era magnífico volver a tenerle tras estos días de duda… Y en una increíble orgía que nunca habría imaginado… Esta Sora, pensé, luego tendré que decirle algunas cosas, me dije sonriendo mentalmente…

E Izzy pasó al rato a centrarse en mi culo mientras una mano, que pude ver era la de Sora, se puso a masturbarme... Ahora el placer llegaba a la vez de los dos focos mientras tres dedos por delante y la verga de Izzy por detrás me penetraban cada vez con más intensidad…

En ese momento ya no pude resistir más y alcancé, mal contenido chillido mediante, un fogoso orgasmo en que sentí mis piernas temblar, humedecerse y todo mi ser estremecerse con las convulsiones del placer…

Y quede tendida, sudorosa, contra el brazo del sofá, empapado por mi cuerpo mientras Izzy siguió un rato dentro de mí. Pero no estuvo mucho tiempo, poco después la sacó y se puso a meneársela delante de mi cara. Y no espero a que yo hiciera nada, él me cogió de la cabeza y me la metió en la boca, comenzando a follármela… Yo me dejé hacer y gocé nuevamente con el placer de sentir su rico pene en mi boca, su caliente herramienta, su carne en mi lengua… Y al poco, cuando él también terminó, el sabor y la textura de su caliente y espesa leche llenándome la boquita por completo.

Sora me ayudó a levantarme y, apretando mi cuerpo contra el suyo, atrajo mi cabeza y me beso, cruzándose nuestras lenguas, siendo la mía capturada por sus labios, recorriendo sus manos senos, vientre y caderas…

-Todavía queda una cosa que hacer por hoy-me dijo entonces.

-¿Qué?

-Tai. Te toca-se limitó a indicarle.

Yo no sabía a que se refería e Izzy, que estaba parado cerca, desde luego que tampoco… Y entonces volvieron a sorprenderme. Tai cogió a Izzy por las muñecas y, juntándoselas en la espalda, le hizo caer sobre el mismo brazo del sofá en que yo me había apoyado, quedando con el,…, con el culo en pompa. Y él se dispuso detrás…

-¿Pero qué te propones?-le preguntó Izzy.

Pero ya lo sabía. Y yo. Los cuatro lo sabíamos, pero yo nunca lo habría imaginado.

-Esto lo puedes asumir como un pequeño castigo por los días malos que le has hecho pasar a Mimi-le dijo Sora.

Izzy iba a replicarle algo cuando Tai puso su verga en la entrada de su culito y, sin lubricar ni nada, empezó a metérsela, muy lentamente. Izzy tembló y se agitó pero Tai le tenía bien sujeto y, mientras le taladraba profundamente las entrañas, no le soltó en ningún momento… A Izzy yo misma le había penetrado con consoladores en ocasiones,…, pero nunca de golpe,…, y además sabía que para él no sería lo mismo el impacto de un consolador que de una polla de verdad… Sin contar con que la de Tai era enorme…

Izzy tenía los dientes apretados mientras el pene de Tai seguía siendo engullido por su estrecho agujerito… Toda la gran verga de aquel acabó, momentos después, dentro. Yo estaba sorprendida… Pero la nueva sorpresa era igual de morbosa que la orgía anterior y no quería perderme ni un detalle.

-¡Bravo, Izzy!-le dijo Tai-Has aguantado como un campeón.

Y al segundo empezó a moverse, cogiéndoselo como si fuera una chica… Era excitante… Nunca había visto en persona a dos chicos montándoselo, aunque había visto películas y la idea me resultaba morbosa…

-A ti te gustaba mucho mirar, ¿no, Mimi?-la voz de Sora sopló en mi nuca mientras ella continuaba abrazándome desde atrás… Su mano bajo y se colocó en mi entrepierna, que yo hice más accesible a sus avances…-Míralos, míralos bien, complácete…

No necesitaba que me lo dijera. No me perdía ni un detalle de cómo Tai se estaba cogiendo, cada vez más rápido, el culito de Izzy… Y cómo éste la tenía nuevamente dura y empezaba a gemir… Estaba gozando el que lo follasen…

En ese momento, Sora cogió mi mano derecha y para cuando quise darme cuenta la tenía puesta sobre su rajita… Y comencé a acariciarle su suave conchita, húmeda y abierta, y a introducir mis dedos mientras ella en la mía hacía otro tanto. Así las dos nos masturbábamos mutuamente mientras veíamos a Tai follarse a Izzy.

-Nunca pensé que el culito de un chico sería tan rico-comentó Tai…-¿Estás disfrutando, Izzy?

-¡Sí!,…, ¡cielos, no pares!-replicó aquel.

Pasado un momento, Tai le hizo dar la vuelta para que quedara sobre el sofá boca arriba y él se subió a éste y colocó las piernas de Izzy sobre sus hombros antes de volver a clavársela y acelerar en sus embestidas… Era muy excitante, morboso, verlos follando… Incluso tenía algo de bonito…

-Es muy bonita la amistad, ¿verdad?-me susurró Sora al oído, como si me leyera, mientras ambas seguíamos masturbándonos mutuamente-Ahora Izzy podrá entendernos mejor.

Yo la miré, sorprendida. No había caído en eso ni lo había pensado… ¿Esa era la razón de la orgía? ¿Cómo de les había podido ocurrir? ¿Por qué no me dijo nada a mí? Pero cuando abrí la boca para expresar esas y otras dudas que burbujeaban en mi mente ella me silenció con un beso y con su lengua buceando en busca de mi garganta.

Y cuando nos separamos, fue el nuevo orgasmo, compartido con el de Sora, que estremeció mis muslos y mis piernas y que me arranco un nuevo excitante chillido de placer lo que las silenció y las hundió en el olvido… Y para cuando, después del placer de mi nuevo éxtasis, pude abrir los ojos y ver con nitidez… Lo que vi me sorprendió…

Izzy, sin apenas tocarse se estaba corriendo… Veía su pene palpitar, sin ser tocado por nadie, echando a borbotones la rica leche sobre su mismo vientre… Y Tai, poco después, también acababa… Pero para hacerlo, salió del culito de Izzy y, nuevamente para mi pasmo, pasó sobre él y agarrándole la cabeza le metió la polla en la boca…

Esto si que no tenía parangón con nada que yo le hubiera hecho con un consolador… E Izzy se dejo, es más, se la chupó con gustó hasta que Tai vació su leche en su boquita…

-Es hermoso, ¿no?-volví a escuchar la voz de Sora mientras los dos quedaban descansando, tumbados, desnudos sobre el sofá…-Ahora estamos los cuatro unidos. Cuatro cuerpos deseosos de placer, cuatro almas buscando amar, cuatro corazones colmados de felicidad… Disfrutemos el momento. 

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Cuatro Días (Capítulo 3)

Rocío, ¿la criada? (3. Un Duro Día)

Cuidando a mi Hermanito (4. El Gran Final)

La Amiga de mi Madre

Rocío, ¿la criada? (2. Las Compras)

Cuidando a mi Hermanito (3. Una Clase Decisiva)

Rocío, ¿la criada?

Cuatro Días (Capítulo 2)

Cuidando a mi Hermanito (2. La Amiga y la Piscina)

Ayudando a Recoger

Cuidando a mi Hermanito

Cuatro Días (Capítulo 1)

Una Amiga y una Fiesta

Carta de Gatonosoy