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La profesora y los 7 erasmus pornograficos

en Grandes Relatos

Me tocó irme con una profesora titular con la cual ya convivía en Holanda durante todo un curso ahora nos íbamos juntas a un Campus de Erasmus, como profesora ayudante, y en esas labores estuvimos en Madrid, durante unos 7 días, en los cuales los chicos que teníamos a nuestro cargo ya metidos en años, se lo pasaron bomba, aunque dados los días de trabajo y relax, pues digamos que las relaciones cada vez eran más estrechas y comprometidas.

Con Dayan, la profe titular originaria de Irlanda, la verdad que muy bien y ya con ella en Holanda   descubrí mundos nuevos e inimaginables, en muchos sentidos, y uno de ellos el sexual. No es que yo fuera una mojigata, pero nunca creí que me pudiera gustarme que me diesen una chupada integral al chumino, y menos aquella imponente pelirroja, cuyo felpudo, abultado peludo y rojizo, por alguna razón me gustó desde un primer momento, pues Dayan ya tras conocernos e ir a vivir juntas anduvo con toda la libertad desnuda por la casa sin muchos más miramientos, a mí me costaba adoptar esas mismas costumbres.

Por eso que cuando nos instalamos, tras sacar sus cosas y sus trapitos, por toda la casa, colocó a modo de santuario y por orden sus «amiguitos» en tamaño, colores y texturas. Ella como me confesó desde un primer instante al ver yo sus juguetes, me dijo que era lesbiana, pero que no le hacía ascos a un buen revolcón con polla incluida, y viendo la amplia colección de utensilios y sus formas y dimensiones, no me quedó ninguna duda de ello, aunque me aseguró que me respetaría en mis decisiones.

Lo cierto es que yo nunca me habían llamado la atención las chicas, pero aquella pelirroja deambulando por la habitación tan libre, me fue poniendo a cien, y procuraba espiarla de reojo, ver su culo respingón, su florido chochete vagando por la habitación era un primor, y ya no digamos cuando sus tetas quedaban libres de sujetadores y camiseras.

Durante ese curso en Holanda, sucedió lo del refrán , que de tanto ir el cántaro a la fuente, pues se rompió, y una noche tras tomarnos unas cerveza termine sobándole las tetas por debajo de la ropa a mi compañera de casa, y ya en el piso sucedió lo irremediable, que terminó amorradas a  mi chumino,  y cuyas peripecias de chupado, sorbido  y lamido, me hicieron ver las estrellas y cogerle las nalgas para restregar su cuerpo contra el mio,  y claro está terminamos probando todos sus juguetes, tanto en mi cuerpo como en el suyo, e incluso en ambos a la vez, los orgasmos vinieron en catarata.

Después vinieron otros encuentros más tranquilos, e incluso compartimos alguna otra polla, y también alguna de sus piolinas.

Ahora estábamos en Madrid y tenía que irse ha Holanda a una serie de cuestiones de papeleo, y la estancia del Erasmus se alargaba unos días más, pero nos alojaríamos en una Residencia de Estudiantes, en la que estábamos prácticamente solos, y así sería hasta que Dayan, volviera de resolver los papeles del retorno del grupo,  eso sí tras ese revuelo me quedé con solo 7 alumnos, pues algunos padres volaron a recoger a sus vástagos, y los que no se quedaron conmigo, en número de 7.

La noche del primer día , fue de asueto total, les pillé en una guerra de almohadas en pelota picada y con un grado más de alcohol del permitido, les estaba echando la bronca, cuando se apagaron las luces, y tras un instante de silencio y sorpresa, luego vino el jolgorio  y entre los juegos a la gallinita ciega a la que medio me obligaron a jugar  sentí sobre mis ropas varias manos, e incluso pasaron por mi cara algunas pollas, lo cierto es tardó bastante en hacerse la luz.

Cuando el orden fue restablecido con la llegada de la luz, les castigué por sus comportamientos a unas cuantas sesiones físicas, con la realización de una serie de planchas para o cual les ordené quitarse las roas que les quedaban y los puse diseminados para hacer las planchas, me gustaba verlos así en pelota, haciendo torsiones, para ver sus jóvenes príapos colgando, lo cual me permitía hacerme una composición de lugar. Tras la larga contemplación y la maldad de ponerles el pie sobre el nalgatorio, me fui a mi habitación a hacerme unos dedos y cebarme con alguno de los juguetes que me había dejado Dayan.

Estuve medianoche haciéndome pajas, con el slut  metido en mi culito, mientras se metía poco a poco uno de esos príapos de Dayan que nunca me había metido, como el pollón de color negro, al que tuve que untar bastante para que entrara de lleno en mi chocho, al final me hice con su tamaño y longitud, y me gustaba retorcerme con él por la cama a la vez que sentía vibrar a toda potencia el huevo del Slut, lo cual hizo que estuviera presta a probar a meterme en el culito  aquella colita de perro  y culear con el pene ventosa en la mesa de escritorio, hasta que caí desfallecida muerta de sueño.

Al día siguiente en la clase todo eran cuchicheos y risitas y guiños, algo tramaba aquella jauría de enanitos salidos, al pasar por entre las mesas me levantaron las faldas. y se reían.

Por la tarde la pasamos en la piscina, y sus arrimadas como que no quería la cosa me pusieron a tono y dejé que me rozaran más de la cuenta y todos nos pusimos a tono, aunque el descorche de todas esas tensiones fue cuando me propusieron follar conmigo, quedé boquiabierta y cuando quise reaccionar, me enseñaron un video, donde se me veía la noche anterior en todo el disloque que me traje con los juguetes. Ante ello les pedí una tregua de un par de horas, y para las 24 le daría una respuesta.

Con el susto en las piernas, llamé a Dayan para pedirle consejo de cómo actuar, a lo cual me aconsejó que me los follara a todos uno por uno y luego todos, y eso sí pagarles con la misma moneda, o sea grabarle a ello.

Dicho y hecho me presenté a las 12 de la noche y le dí el beneplácito de disfrutar de mi cuerpo, pero con varias condiciones: 1ª hacerlo de uno en uno, 2ª yo les iría llamando, por un alias que les daría, y yo manejaría los tiempos ..3ª las sesiones se celebrarían en mi habitación, 4ª nada de cámaras , teléfonos, etc…  firmamos el trato con un morreo a la vez que ambos partenaires nos íbamos calibrando los bajos.

Al día siguiente les dí la jornada libre, y yo me dediqué a realizar junto con el conserje y la señora de limpieza a la instalación del circuito de grabación, con la excusa de que creía que estaban entrando en mi habitación para copiarme los exámenes. Durante la instalación con ambos ayudantes, pude comprobar que le señor mayor que ejercía de conserje, se gastaba un buen instrumento y era bastante salido, aunque se reprimía bastante, y que la buena de Engracia, para mi que no llevaba bragas y debía darse algún que otro restregón con Felipón, el conserje.

Me pude con los expedientes de los 7 alumnos, y les adjudiqué un alias relacionado con los 7 enanitos de Blancanieves, pues tanto Dayan como yo, somos muy altas y corpulentas, estamos en 1,80 y 90 kg, en mi caso, y los 7 Erasmus pollones, como los llamaré de ahora en adelante, parecían unos enanitos a mi lado, a pesar de su edad y tamaño. Se quedaron un tanto pasmados, con los de nombres, y que les dedicara a todos ellos unas cuantas horas, pues pensaban que era echarse encima correrse e irse.

El Encuentro con FELIZ

Por tanto, a quien primero convoque a mi a mis habitaciones fue a Feliz, un chico grandote, de rojizos cabellos, y buenas maneras, que siempre ponía cara de felicidad hiciera lo que hiciera, y en este caso sería mi primera víctima, pues no en vano había caído en manos de la Viuda Negra.

Cuando entró Feliz, flipó pues esperaba verme abierta de piernas, y lo que se encontró fue una profe vestida de Maitresse, con intención de aplicarle a Feliz unas tiernas andaduras por el Bondage más suave. Por tanto, desde la puerta le invité a entrar y ponerse cómodo en la silla que le tenía preparada. El chico azorado se sentó, y creo que menguó de tamaño, cuando vio los látigos y palmetas, aunque seguía poniendo cara de feliz, pues para mi que le iba el tema, como buen inglés y de buena casta.

Una vez sentado y esposado, le abrí la bragueta, sacando una polla interesante, parecía larga pero gordinflona en el glande, y con el prepucio aún tapándole toda la cabeza, aunque dadas las condiciones del encuentro, digamos que el príapo tenia trazas, le metí la mano por la bragueta para palpar sus cojones, que tenían tamaño y peso, le di una chupada al conjunto, una vez le quité los pantalones y los calzoncillos con dibujos de ballenitas.

LO cierto es que el conjunto no estaba nada mal, unos grandes huevos colgantes y tras el masaje sobre el bálano unas cuantas veces, y parecía tomar cuerpo pues su glande se puso a crecer al igual que una seta. Le puse a tono con una mamada intensa, y cuando estaba a punto de venirse, le apreté la corbata corporativa del su famoso colegio, no sabia si atender a la mamada e inminente corrida al estrangulamiento que estaba sufriendo.  Tras la primera sorpresa, su rabo se puso aún más tieso, lo cual aproveché para que me chupara una poco la almeja, era un poco torpe con la lengua, pero su cara de felicidad al verse metido en tal fregado, era elocuente, le pedí que entrara hasta el fondo en mi chocho, y que me chupara el prominente pirulillo, lo que hizo puntualmente y con mucha aplicación.

Le tenía a punto de reventar, le pasé mis tetas por su felizona cara para que además chupara mis negros pezones, que pronto se pudieron como cañotos, en eso estaba cuando tras un buen salivazo me dejé caer en su buen príapo sin miramientos, con lo cual digamos que le descapullé a las bravas, y por sus piernas corría su esperma y sangre, tras una voluminosa corrida.

Me salí de él, tras hacerme otro par de dedos en combinación con el juego de la corbata, lo que ponía mi chichi a rebosar. Me salí de encima de nabo-seta sobre el cual le eché un jarro de agua bien fría, y allí le dejé solito cebándose en sus propias cavilaciones. Pues quería saber como estaban los demás en sus habitaciones. Camino de ellas pillé a Felipón y a la Engracia en plan morreo y metiéndose manos entre ambos, les guiñé el ojo y seguí con mi vigilancia. Digamos que muchos de ellos tenían las manos ocupadas dentro de su pantalón.

Volví con Feliz, que estaba medio dormido, y al cual desperté con un retorcimiento de su sangrante polla, su cara de pollón feliz, me pone .. y me da pena, por eso lo le limpié bien, le curé y le di de comer, a la vez que le preparaba para la sesión de la tarde, eso sí tras darle una pastilla para los dolores y la ansiedad.

Tras dejar que Feliz se reanimara, volví a la carga, ahora puse a Feliz de rodillas en el sillón, con las piernas abiertas, y entre ellas colgaba su bálano, con algo mejor pinta, le puse un anillo con tirante enlazando el capullo y sus doloridos huevos, y fui tirando del hilo  mientras le ponía las nalgas coloradas con las palmetas y el látigo de colas, cuando el príapo empezó o ponerse cañón, le endilgué en el ojete el slut de cola de caballo, y le di caña a intervalos, de este modo su polla ya descapullada, fue creciendo a modo de una enorme seta  , momento apropiado para una pequeña mama, pero intensa y encalomármelo en el chumino, ahora de modo más suave, en la entrada y en el sube y baja, cuando estaba en pleno erección y sentía como su rosetón me llenaba, le di máxima potencia al slut y en los espasmo, nos corrimos ambos con todo la intensidad, pues viendo la lefa que corría por nuestros muslos no era para menos.

 

Así disfruté de Feliz al que dejé en su habitación sumido en dulces sueños, después de un poco de adormidera.

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