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Apocalipsis II

en Amor filial

Luego de aquel rito ceremonioso, Javier salió aturdido, pensando en lo que acababa de suceder. Se fue a sus quehaceres mientras las chicas ordenaban la casa y preparaban la comida. No sabía que pensar, estaba confundido, por un lado, quería follárselas, pero por otro eran su familia, no sabía qué hacer. La mañana entera la pasó pensando, pero no llegó a ninguna conclusión. A la hora de la comida llegó a la cocina para encontrarlas a todas completamente desnudas, esperándole.

Olga: Hola, amor, ¿Qué tal la mañana? – dijo besándole tiernamente.

Javier: Bien, gracias – dijo aún cohibido.

Cinthia: Vete acostumbrándote, mi amor, te recibiremos así siempre de ahora en adelante – le aviso divertida.

Todas le besaron tiernamente en los labios y luego le hicieron sentarse presidiendo la mesa de la cocina. Le sirvieron la comida encantadas y se sentaron a comer con él. El ambiente era muy ameno y divertido entre todas ellas. Comieron y charlaron todos sobre cómo iban las cosas, qué necesitaban y qué iban a hacer en la granja. Rachel, descaradamente, tiró su tenedor al suelo.

Rachel: ¡Huy! Que torpe, perdón – dijo agachándose con una sonrisa pícara.

Rachel se metió debajo de la mesa y a gatas se dirigió hasta dónde estaba su hermano. Javier no se había dado cuenta de nada y estaba con las piernas abiertas y con una erección de caballo al tener a todas esas mujeres desnudas. Javier sintió cómo alguien le bajaba la goma del pantalón que llevaba y su polla salía disparada como un resorte. Rachel estaba maravillada con la polla de su hermano y sin pensarlo la agarró con ambas manos y comenzó a pajearlo mientras le lamía la polla desde los huevos hasta la cabeza, cómo había visto en los videos porno.

Javier: ¡Oh mmm, oh!

Rachel al oír a su amado hermano gemir por lo que le estaba haciendo, no se lo pensó dos veces y se empezó a meter su polla en la boca. Rachel gimió de placer al saborear por primera vez la polla de su hermano. Rachel empezó a aumentar poco a poco la profundidad de la mamada, haciéndole gemir a Javier, quien ya había dejado de comer. Javier miró a ver quién se la estaba chupando y al ver que era su hermanita Rachel intentó quitársela de encima, pero Cinthia lo evitó acercándose a él.

Cinthia: No, mi amor, deja que tu hermana te demuestre cuanto te ama y te desea – dijo sujetándole los brazos – Mira cómo te mira, con amor, con deseo, con lujuria – dijo apoyando sus tetas en su espalda – Deja que tu hermana te la coma, amor.

Javier: ¡Oh mmm, oh sí!

Rachel incrementó el ritmo de la mamada sin dejar de mirar a su hermano a los ojos hasta llegar a meterse su polla entera en la garganta, aguantando las arcadas. Todas miraban cachondas cómo Rachel le comía la polla a Javier. Rachel se sacó la polla de su hermano de la boca, la agarró fuerte con ambas manos y empezó a pajearle rápido.

Rachel: ¿Te gusta como te la chupa la puta de tu hermanita? – dijo provocadora.

Javier: ¡Sí, no pares, oh sí!

Rachel: Tus deseos son órdenes, mi amor – dijo besándole la punta de la polla sin dejar de pajearlo – Prepárate para disfrutar, mi amor – dijo volviendo a introducirse la polla de su hermano en el fondo de su garganta sin dejar de mirarle a los ojos.

Javier: ¡Oh sí, sí, no pares, sí, cómetela toda!

Rachel siguió chupándole la polla a su hermano con gula, con deseo, con pasión, con amor mientras no paraba de gemir, tanto es así, que se corrió sin tocarse, solo comiendo la polla de su hermano, algo que Cinthia notó.

Cinthia: Mira cómo se corre de gusto solo con comerte la polla, mi amor – la señaló.

Rachel: ¡Mmmmhhhggg! ¡Mmmmhhhggg!

Javier: ¡Oh sí, me encanta cómo me la come, oh!

Cinthia: Demuéstraselo, ¡fóllale la boca a esa putita! – le animó restregándole sus tetas por la espalda.

Cinthia le soltó los brazos a su hijo que rápidamente le agarró la cabeza a Rachel y le incrustó la polla hasta el fondo en su garganta, empezando a follarla su boca, que ella recibía gustosa. Rachel se agarró a la cintura de su hermano para que le follara la boca a gusto.

Javier: ¡Te gusta cómo te follo la boca, putita!

Rachel: ¡Mmmmhhhggg! ¡Mmmmhhhggg! ¡Mmmmhhhggg!

Javier: Te la voy a follar hasta desencajarte la mandíbula, por zorra calienta pollas y por guarra – gemía mientras le follaba la boca con violencia.

Rachel: ¡Mmmmhhhggg! ¡Mmmmhhhggg! ¡Mmmmhhhggg! ¡Mmmmhhhggg! ¡Mmmmhhhggg!

Rachel gemía de placer a cada embestida, notar cómo la polla de su amado hermano se abría paso por su boca y garganta la tenía muy cachonda, era lo que siempre había soñado y estaba disfrutándolo enormemente. Javier, luego de unos minutos de follada de boca bestial a su hermana pequeña, notó que se iba a correr y le avisó.

Javier: ¡Qué bien la comes, putita, sí, toma polla zorra, no voy a tardar en correrme! – dijo intentando sacar su polla de la boca de su hermana.

Cinthia: ¡Dale tu leche a tu hermana, dale de beber! – le susurró al oído sensualmente.

Rachel: ¡Mmmmhhhggg! ¡Mmmmhhhggg! ¡Mmmmhhhggg! ¡Mmmmhhhggg! ¡Mmmmhhhggg! ¡Mmmmhhhggg! – gemía aferrándose a la polla de su hermano para recibir su corrida en su boca.

Javier: ¡Oh sí, no puedo más me voy a correr, me corro, sí, sí, sí, tóma leche putita, bébetela toda, sí!

Rachel: ¡Mmmmhhhggg! ¡Mmmmhhhggg! ¡Mmmmhhhggg! ¡Mmmmhhhggg! ¡Mmmmhhhggg!

Javier se corrió enormemente en la boca de su hermana, que se sacó la polla hasta la boca para recibir su corrida. Rachel al recibir la corrida de su hermano en su boca convulsionó en un orgasmo brutal ante un atónito y cachondo Javier. Cuando ambos terminaron de correrse, Rachel le miró, le enseñó su corrida lujuriosamente y se la tragó toda como si fuera el mayor manjar del universo, relamiéndose y lamiendo los restos de corrida de su polla.

Javier: ¿Te ha gustado? – dijo más relajado.

Rachel: ¡Mucho! ¡Cómo me gustas tú! – dijo sentándose a horcajadas de él y empezando a besarlo apasionadamente mientras se aferraba a su cuello.

Javier: ¡Estás empapada! – dijo notando el empapado coño de su hermana en su polla.

Rachel: ¡Así me pones tú, mi amor! ¡Me encanta tu polla!

Entonces Javier hizo algo que nadie esperaba, cogió a su hermana de la nuca y la besó apasionadamente, metiéndole bien la lengua en la boca y haciéndola gemir. Rachel se aferró a su hermano cómo si fuera su salvavidas y profundizó aún más el beso mientras comenzó a restregarse con la polla de su hermano.

Rachel: ¡Oh sí, me encanta tu polla, siempre he querido tenerte así! – gimió sin separarse de su hermano ni un milímetro después del beso.

Javier: ¡Sigue restregándote, putita, quiero que te corras para mí!

Rachel: ¡Oh sí, mi amor, me voy a correr en tu polla, me encanta, tú me encantas, oh sí, no puedo parar! – gimió notando las grandes manos de su hermano agarrando su culo con fuerza.

Javier: ¡No pares! – dijo dándole un fuerte azote haciéndola gritar de placer.

Rachel: ¡Oh sí, no pares de azotar a tu puta, sí, dame más, azótame más, sí, me encanta, sí! – gritaba moviéndose frenéticamente.

Javier: ¡Vamos, puta, demuéstrame cuanto te pongo, zorrita! – dijo azotándole y pellizcando sus pezones con fuerza.

El grito de placer de Rachel por el trato de su hermano fue ensordecedor. Javier comenzó a torturarla más duramente mientras Rachel aumentaba la velocidad del roce de sus entrepiernas hasta que no aguantó más de tanto placer y estalló en un orgasmo brutal.

Rachel: ¡Oh sí, no aguanto más, sí, me corro mi amor, me corro en tu polla, oh sí, me corro, sí, sí, sí! – gritó presa del mayor frenesí de su vida.

Javier: ¡Vamos, córrete para mí, putita! – dijo notando cómo se corría su hermana

Rachel se corrió salvajemente sin dejar de mirar en ningún momento a los ojos a su hermano. Ante la mirada sorprendida de todos, cuando ella terminó de correrse, Javier la abrazó contra él y la besó tiernamente mientras no dejaba de sobarle el culo con una mano, con la otra la acariciaba tiernamente la mejilla. Cinthia, emocionada, fue la primera en hablar.

Cinthia: Acabas de hacer tuya a tu hermana – dijo con una mano en su corazón, emocionada – Ya es tu mujer – sonrió.

Javier: Sí – dijo sorprendido por ese detalle – Eso he hecho.

Rachel: Me has tomado cómo mujer, mi amor – dijo feliz – Ya solo falta follarme – dijo riendo feliz - ¡Soy tuya, al fin!

Olga: Somos – puntualizó celosa – Que a mi antes también me folló la boca – sonrió.

Rachel: Somos – concedió – somos sus mujeres – rio.

Javier: No es para tanto – le quitó importancia.

Cinthia: Sí que lo es – dijo seria.

Javier: ¿Por qué?

Cinthia: Mi amor, para nosotras es muy importante que nos hagas tuyas, así no solo te demostramos cuando te amamos y deseamos, sino también nos demuestras cuanto nos amas tú – explicó.

Javier: Vaya, no lo había pensado así – reconoció – Todo esto es muy…raro.

Cinthia: Lo es – concedió – pero hazte a la idea de que tienes 6 mujeres – rio.

Olga: Y muy amorosas – dijo sentándose en una pierna de Javier a horcajadas mientras lo besaba y mordía sus labios.

Javier sonrió por primera vez divertido y las miró a todas. No podía negar que tenía muchísima suerte. Nunca pensó tener a esas odiosas niñatas que eran su hermana pequeña y su mejor amiga desnudas y encima de él como en ese momento.

Cinthia: Mi amor, queremos saber cómo quieres que vistamos o si quieres que vayamos desnudas – dijo llamando su atención.

Javier: Dentro de casa iréis desnudas – decidió luego de un par de minutos pensándolo – Pero no salgáis así fuera, os vestís. Y si tenéis la regla os ponéis las bragas.

Cinthia: Cómo tú desees, mi amor – dijo sonriente.

Luego de unos momentos de mimos y cariños, Javier se puso la ropa de trabajo y fue al granero a seguir trabajando y cuidando la granja. Cuando estaba dando de comer a los cerdos, llegó su hermana Mariana para ayudarle vestida con un pantalón ajustado y un top, marcando su culo grande y sus tetas gordas y grandes.

Mariana: ¿Necesitas ayuda, ojitos? – dijo sonriendo.

Javier: No mucha – dijo dándole un repaso a la anatomía de su hermana mayor ante la mirada de deseo de ella - ¿Por qué me llamas ojitos? – dijo curioso.

Mariana: Es lo que más me gusta de ti – confesó – Desde que éramos pequeños estoy prendada de esos ojos claros, con mirada penetrante y pícara. Esa mirada me enamora cada día más.

Javier: No puedo creer que estéis enamoradas de mí, sobre todo tú – dijo serio – Con todos los novios o amigos que has tenido, ninguno se parecía a mí en nada.

Mariana: Antes buscaba chicos diferentes a ti para olvidarte – confesó – somos hermanos, pensé que no podíamos tener nada, pero siempre fracasé – dijo encogiéndose de hombros – Siempre he estado, estoy y estaré locamente enamorada de ti, ojitos – sonrió.

Javier: ¡Vaya! No me daba cuenta, siempre actuabas como una hermana normal – dijo encogiéndose de hombros – yo siempre te vi cómo una hermana, pero debo reconocer que muchas veces me he pajeado pensando en ti.

Mariana: Lo sé – confesó entre divertida y avergonzada – te espiaba a manudo – confesó a un sorprendido Javier.

Javier: ¿En serio?

Mariana: Sí, muchas veces te he visto pajearte en tu habitación con una foto mía en bikini o pensando en mi culo – sonrió sugerente – Muchas veces me ponía sexy para ti. Me ponía cachonda provocarte y me masturbaba espiándote – confesó.

Javier: Sí, la verdad me he pajeado mucho con tu culo, me encanta – confesó algo avergonzado – He deseado hacer tantas cosas a tu culo...

Mariana: No te avergüences, ojitos – dijo dándole un beso tierno en los labios – Siempre he deseado que me manosearas el culo y me hicieras completamente tuya.

Javier: No me lo digas dos veces – dijo llevando sus manos al culo de su hermana.

Mariana: Toca mi culo, amor, sáciate de él – dijo besándolo apasionadamente mientras gemía por sus tocamientos y apretones de culo.

Javier: Tienes el mejor culo del mundo – apretujándolo.

Mariana: Y tú tienes los mejores ojos, la mejor boca, las mejores manos, el mejor cuerpo, la mejor polla, el mejor culo de todo el universo, amor – dijo entre besos tocando cada parte de su cuerpo.

Javier: Mi polla aún no la has probado – dijo provocador rozándole con su erección.

Mariana: ¿Me vas a dar polla, amor? ¿Vas a darle polla a tu mujercita? – gimió entre besos - ¡Quiero tu polla!

Javier: Está a tu servicio, hermanita – dijo lujurioso.

Mariana besó ardientemente a su hermano, cómo siempre deseó, metiéndole la lengua en su boca y jugando lengua con lengua. Luego, mientras con las manos le bajaba el pantalón y los calzoncillos, se puso de cuclillas, para empezar a pajearlo mirándole a los ojos.

Mariana: ¿Sabes la de veces que he deseado hacer esto? – dijo lujuriosa.

Javier: No – gimió.

Mariana: Muchas, amor – dijo empezando a pajear con ambas manos la polla de su hermano.

Javier: ¡Oh sí! ¿Y qué más deseas hacerme?

Mariana: ¡Esto! – dijo lamiéndole la polla desde los huevos a la punta.

Javier: ¡Oh sí! ¿Y qué más? – gimió.

Mariana: ¡Esto! – dijo cachonda y lujuriosa metiéndose de una estocada la polla de su hermano hasta la garganta sin dejar de mirarle a los ojos.

Javier: ¡Oh sí, traga polla, puta, sí, me encanta, cuanto tiempo deseando una mamada tuya!

Mariana comenzó a hacerle una mamada lenta y profunda mientras no dejaba de acariciarle los huevos con una mano y pajearle con la otra, sin dejar de mirarle a los ojos. Javier observaba extasiado cómo su hermana le hacía una mamada de campeonato. Luego de unos minutos de disfrutar de la mamada de su hermana, le agarró del pelo y le hizo una coleta para, acto seguido, agarrarla de ahí y empezar a follarle la boca.

Javier: ¡Oh sí, traga polla, puta, sí, cómetela enterita, así, toda, sí! – gimió.

Mariana: ¡Mmmmmmhhhgggg! ¡Mmmmmmhhhgggg! ¡Mmmmmmhhhgggg!

Javier comenzó a follarle la boca a su hermana profundamente, mientras ella recibía gustosa esa profunda follada de boca. Javier le metía la polla, al principio lentamente, hasta el fondo de su garganta, llevándola al límite, mientras Mariana aguantaba las arcadas y recibía la polla de su hermano en su garganta. Poco a poco, Javier aumentaba el ritmo de la follada de boca a su hermana. Luego de unos minutos así, con la polla bien ensalivada se la sacó de la garganta y comenzó a pajearse en su cara.

Javier: ¿Te gusta cómo te follo la boca, puta?

Mariana: ¡Me encanta! – gimió recuperándose - ¡No pares, amor, quiero beber tu leche!

Javier: ¡Pídemela, zorra!

Mariana: ¡Dame tu leche, amor, dale de beber a tu puta, sí, quiero tu leche, te voy a ordeñar! – gimió caliente.

Mariana se volvió a meter la polla de su hermano en la boca para empezar ella misma a follarse su boca intensamente sin dejar de gemir ni de mirarle a los ojos. Javier estaba tan cachondo que no aguantó más y se corrió en la boca de su hermana.

Javier: ¡Oh sí, toma mi leche, puta, sí, bébetela toda, sí, me corro, sí! – gimió.

Mariana: ¡Mmmmmmhhhgggg! ¡Mmmmmmhhhgggg! ¡Mmmmmmhhhgggg! ¡Mmmmmmhhhgggg!

Javier se corrió como un animal en celo en la boca de su hermana que recibía por primera vez gustosa y cachonda la leche de su amado hermano, se corrió con solo sentirla y probarla. Cuando Javier terminó de correrse, Mariana siguió ordeñándolo hasta que le dejó la polla bien limpia y, sin dejar de mirarle a los ojos feliz y cachonda le enseñó toda su corrida y se la bebió con placer, con gula, con lujuria.

Javier: ¿Te gusta mi leche, puta?

Mariana: ¡Me encanta! – gimió relamiéndose- ¡Por fin la pruebo!

Javier: La chupas muy bien – la alabó.

Mariana: Gracias – dijo besándolo con pasión – He practicado algo con mis amigos, pero a ninguno me gustó hacérselo. Llevo tiempo soñando con mamarte la polla, mi amor – dijo rozándole la polla morcillona con su coño empapado.

Javier: ¿Quieres más? – dijo divertido.

Mariana: ¡Siempre quiero más de ti, mi amor! – gimió.

Javier: ¿Eres virgen?

Mariana: No mi amor, nunca pensé que pudiera hacerlo contigo y la perdí hace tiempo con un amigo – confesó – Pero te puedo dar mi otra virginidad – dijo llevándole las manos de su hermano a su culo.

Javier: ¿Quieres que te folle por el culo? – dijo cachondo.

Mariana: Es mi fantasía desde que te pillaba mirándolo – le susurró mientras le mordía sensualmente la oreja al notar la dura polla de su hermano – Folla mi culo, mi amor, hazme totalmente tuya.

Javier: Es mi fantasía hecha realidad – dijo agarrando su culo con fuerza.

Mariana: Es tuyo, amor, toda yo soy tuya, te pertenezco, te amo, te adoro – dijo besándole por el cuello y llegando a su boca – Quiero tu polla en mi culo, amor.

Javier empezó a besar apasionadamente a su hermana mientras le agarraba del culo fuertemente haciendo el roce de sus sexos más intenso. Mariana estaba empapada, deseaba sentir la polla de su hermano en su coño y en su culo, no dudó en intensificar el beso con más pasión, lujuria y amor. Mariana le desnudó y agarró la polla de su hermano y comenzó a pajearlo mientras le restregaba sus tetas por su torso sin dejar de besarle. Luego de unos momentos, Javier se separó de su hermana y le lamió los labios haciéndola gemir.

Javier: Quiero comerte enterita, hermanita – dijo llevándola al pajar.

Mariana: Eso suena muy bien, amor – gimió abrazada a su cuello.

Ambos llegaron al pajar y Javier desnudó a su hermana entre besos. Ante él se encontraba por fin su deseada hermana completamente desnuda, con sus grandes tetas apuntándole, las agarró y empezó a lamer y mordisquear.

Mariana: ¡Oh sí, mi amor, cómete mis tetas, sí, que placer, sí, me encanta! – gimió.

Javier: ¡Me encantan tus tetas!

Mariana: ¡Son tuyas, mi amor! – gimió.

Javier comenzó a comerle las tetas a su hermana mientras no dejaba de agarrarla del culo. Mariana no paraba de gemir. Lucía, curiosa por los gemidos que escuchó al pasar por el granero, se asomó y encontró a su primo comiéndole las tetas a su prima, se calentó de inmediato y se escondió para espiarlos mejor. Javier bajaba por las tetas de su hermana hacía su coño. Tras mirarla pícaro, se levantó antes de llegar a su coño y la empujó contra el pajar para, tras la sorpresa inicial de Mariana, colocarla a cuatro patas.

Javier: Prefiero esta postura contigo, puta – dijo colocándose entre sus piernas.

Mariana: ¡Cómo tú quieras, mi amor, pero no pares! – gimió.

Javier colocó su cara enfrente del coño de su hermana, primero acercó su nariz a su encharcado coño y aspiró su aroma.

Javier: ¡Me encanta tu olor, zorra!

Mariana: ¡Oh sí, y a mí el tuyo! – gimió.

Javier dio un lametón desde el coño hasta el culo a su hermana, haciéndola gemir más fuerte. La lengua de Javier comenzó a jugar en el coño encharcado de su hermana que no paraba de gemir hasta que, luego de unos segundos y sin poder aguantarse, se corrió fuertemente con la lengua de su amado hermano jugando con su clítoris.

Mariana: ¡Oh sí, me encanta cómo me comes el coño y el culo, amor, sí, no pares, me corro, me corro, sí, sí, sí, más! – gimió.

Javier, al ver cómo se corría su hermana, aumento la intensidad y empezó a penetrar con su lengua el coño de su hermana. Javier empezó a jugar con los dedos en el ojete de su hermana, primero pasando dos dedos por su agujero y luego llevando su lengua hasta él. Mariana, al sentir la lengua de su hermano salir de su coño para empezar a lamer su ojete, se abrió las nalgas, mostrándole a su amado hermano su ojete rosado.

Mariana: ¡Mira mi culo, mi amor! Es tuyo, haz con él lo que quieras, lo que desees – gemía ansiosa.

Javier: No sabes cuánto te deseo, hermanita – dijo lamiéndole el culo – te lo voy a demostrar.

Javier comenzó a lamerle el culo, las nalgas, la raja y el ojete causando gemidos de placer a su hermana. Lucía contemplaba caliente la tortura placentera a la que era sometida Mariana por su hermano, miraba con deseo esa polla morcillona, deseaba metérsela en la boca, comérsela, chupársela, notar cómo se pone bien dura en su boca, solo de imaginárselo se mojó su coño. Javier, sin saber que era observado, empezó a lamer el culo de su hermana mientras le acariciaba el coño con una mano y con el dedo pulgar jugueteaba con su ojete.

Mariana: ¡Me encanta lo que me haces, mi amor! – gemía ansiosa - ¡No pares, sigue, así! ¡Necesito que me lo folles! – gimió meneando su culo.

Javier: Aún no – dijo – tienes que estar dilatada, sino te dolerá, quiero que sientas el máximo placer – dijo lamiéndole la oreja mientras no dejaba de masturbarla.

Mariana: ¡Oh sí, mi amor, dame placer, usa a tu mujer, a tu puta, sí, sí! – gemía ansiosa.

Javier siguió lamiéndole el culo y el coño mientras no paraba de masturbarla y dilatarla el ojete, él nunca lo había hecho, pero era lo que hacían en los videos porno y lo iba a probar. Lucía empezó a masturbarse por debajo del pantalón corto que llevaba deseando que Javier la usara en ese momento, pero no sabiendo qué hacer ni cual sería la reacción de él, espero paciente su turno, pero no iba a desaprovechar la ocasión de observar en primera fila lo que la esperaba a ella. Mariana estaba al borde del orgasmo y cada vez gritaba más.

Mariana: ¡Oh sí, mi amor, sigue, sí, me encanta, no pares, sí, sí, me voy correr, sí! – gemía.

Javier: ¡Córrete en mi boca! – ordenó empezando a comerle el coño.

Mariana: ¡Oh sí, mi amor, me corro, sí, me encanta tu lengua, sí, sí! – gritaba.

Javier se tragaba la corrida de su hermana, mientras Lucía los observaba uniéndose a su prima en la corrida, simultáneamente, logrando obtener la atención de Javier, que oyó gemidos ahogados. La miró, dejó de comerle el coño a su hermana, la sonrió perverso a Lucía y enfiló su ya dura polla al ojete de su hermana sin dejar de mirar a su prima a los ojos.

Mariana: Con cuidado, amor – gimió con algo de miedo notando la punta de la polla de su hermano en su ojete.

Javier: No te preocupes, he soñado tantas veces con este momento, que no sentirás apenas dolor, cariño – dijo pellizcándole un pezón mirando perversamente a Lucía.

Mariana: ¡Hazlo, mi amor, hazme tuya, lo deseo! – gimió haciendo mayor contacto moviendo su culo, con la polla de su hermano.

Javier jugó un poco con el ojete y el coño empapado de su hermana antes de colocar su polla en su ojete y comenzar a penetrarlo suavemente y hasta el fondo, de una estocada, arrancando un gritó mitad de placer mitad de dolor a su hermana y hacer que Lucía comenzara a pellizcarse los pezones al ver lo que le hacía su primo a su prima, sin dejar de masturbarse.

Mariana: ¡Oh sí, mi mor, me estás follando el culo, amor! – gemía.

Javier: ¡Oh sí, te voy a follar tu precioso culazo, hermanita, el culo de mi mujer, de mi puta! – dijo agarrándola de las nalgas y comenzando a sacarle la polla del culo para volver a meterla, despacio.

Mariana: ¡Me duele, pero me encanta, mi amor, me matas de placer, sigue, sí, despacio, ábreme el culo, folla a tu mujer, sí!

Lucía se masturbaba frenéticamente mientras no dejaba de mirar la escena tan excitante que tenía delante, deseando ser ella la que estuviera siendo follada por Javier. que se follaba el culo de su hermana sin dejar de mirar a Lucía.

Javier: ¡Quiero que te masturbes! – dijo mirando a Lucía - ¡Enséñame cuánto me deseas!

Mariana: ¡Sí, mi amor! Tú mujer se masturba mientras su hombre se la folla, ¡oh sí, sigue! – gemía.

Javier: ¡Pienso follarte bien follada! – les dijo a ambas, llevando a Lucía a otro orgasmo solo con oírlo.

Lucía llevaba un pantaloncito corto y una camiseta que se le pegaba al cuerpo, sin ropa interior. Javier podía ver sus erectos pezones y la mancha húmeda entre sus piernas en el pantalón. Se calentó aún más al ver lo excitada que estaba su prima y empezó poco a poco a aumentar el ritmo de la follada de su hermana, que empezó a gritar más fuerte.

Mariana: ¡Oh sí, no pares, mi amor, me rompes mi culo, sí, hazme tuya, sí, sí, sí, me corro, sí, dame más, azota a tu puta, sí, sí, sí! – gemía y gritaba extasiada - ¡Dame más, no pares, sí, sí, sí, me corro mi amor, tu puta se corre, sí, sí!

Javier: ¡Eres más puta de lo que pensaba, hermanita! – dijo empezando a darle azotes a su hermana sin dejar de follarle el culo - ¡Me encanta tu culo!

Mariana: ¡Soy la más puta para ti, mi amor! – gimió descontrolada empezando a mover su culo enterrando aún más la polla de su hermano dentro - ¡Soy tuya, tu puta, tu mujer, tu zorra! – gritó uniendo un orgasmo con otro.

Javier: ¡Tienes prohibido correrte sin mi permiso, puta, o no te follaré más! Dijo tirando del pelo a su hermana como una yegua y mirando a Lucía, que ya no aguantaba más su orgasmo.

Lucía no quería defraudar a su amor, a su amo, a su dueño, al que observaba mientras se masturbaba viendo la tremenda follada que le estaba dando su amado Javier a su prima, cuando se cruzaba con la mirada perversa de Javier ella se pellizcaba sus pezones por encima de la camiseta mientras aguantaba su orgasmo cuando él se relamía. Un rato más tarde, viendo que su hermana estaba loca de placer y ya ni su hermana ni su prima aguantaban su orgasmo, se apiadó de ellas y las dejó correrse.

Javier: ¿Quieres correrte, puta? – les preguntó a ambas.

Mariana: ¡Sí, mi amor, no aguanto más, quiero correrme con tu polla en el fondo de mi culo! – gritó sin dejar de masturbarse.

Lucía: ¡Sí, amo! – susurró ante su mirada.

Javier: ¡Pues córrete, puta, córrete para tu hombre! – dijo azotando más fuerte a su hermana y mirando a Lucia - ¡Demuéstrame cuanto me deseas!

Mariana: ¡Oh sí, mi amor, sí, tu puta se corre, sí, eres el mejor, mi semental, sí, no pares de romperme el culo, sí, me corro otra vez, sí, sí, sí!

Lucía: ¡Oh sí, amo, tu sucia puta se corre, sí, sí, le amo, le deseo, lo necesito! – gimió susurrante mirando a Javier, que se sintió satisfecho por su entrega.

Mariana se corrió mientras Javier le tiraba fuerte del pelo para que no viera a Lucía, sin saber que haciendo eso, el contacto era mucho mayor con su polla y se la incrustaba más a fondo, incrementando su placer enormemente. Javier, satisfecho por la entrega de Lucía y porque su hermana le haya entregado su culo, le sacó la polla de su culo y se la insertó en su encharcado coño de una estocada, haciéndola gritar más aún.

Mariana: ¡Oh sí, mi amor, folla mi coño, el coño de tu mujer, sí, dame fuerte, rómpeme el coño, sí, más, más, mas, dame duro, sí, me encanta mi amor, no pares, sí, me corro!

Javier: ¡Oh sí, que coñito más estrecho tienes, zorra, sí, te voy a follar bien follada! – dijo pellizcando sus pezones sin dejar de follarla.

Mariana: ¡Sí, mi amor, fóllame entera, sí, soy toda tuya, no pares!

Javier comenzó una brutal follada al coño de su hermana que gritaba de placer mientras Lucía observaba atónita, caliente y deseosa la tremenda follada que le daba Javier a su hermana y no dejaba de masturbarse. Mariana aguantó uniendo orgasmos, uno tras otro, la tremenda follada que le daba su hermano, ningún otro hombre le había follado tan brutalmente, tan salvaje, con tanto deseo y estaba en el cielo. Luego de unos minutos de intensa follada a su hermana y aguantando el correrse, Javier sacó su polla del coño de su hermana y se lo insertó en el culo, comenzando así una follada intercambiando ambos agujeros.

Mariana: ¡Oh sí, mi amor, folla mi culo y mi coño, folla a tu mujer, sí, dame fuerte, rómpeme el culo, sí, más, más, mas, dame duro, sí, me encanta mi amor, no pares, sí, me corro, folla mi coño, más, más, sí, sí, sí!

Javier: ¡Oh sí, me encanta follarte, puta, me encantas tú! – gimió azotándola duramente.

Javier siguió follándose a su hermana salvajemente por todos sus agujeros durante unos minutos más hasta que ya no aguantó más y se corrió dónde siempre soñó en hacerlo, en su culo.

Mariana: ¡Oh sí, mi amor, me matas de placer sí, me corro!

Javier: ¡Oh sí, me voy a correr, puta, te voy a llenar el culo de leche, zorra! – gimió azotándola.

Mariana: ¡Oh sí, mi amor, córrete en el culo de tu mujer, de tu puta, dame tu leche, quiero tu leche, sí!

Javier: ¡Oh sí, me corro, sí, toma mi leche en el culo, puta, sí, sí, sí, me corro!

Javier se corrió como un animal en celo en el culo de su hermana mientras Mariana tenía un brutal orgasmo al sentir como su hermano le llenaba el culo de leche. Lucía se corrió de nuevo al observar la cara de placer de Javier al correrse mientras se masturbaba salvajemente. Mariana, después de correrse, se desmayó y cayó sobre la paja inconsciente, asustando a Javier.

Javier: ¡Mariana! – se asustó - ¿Qué te pasa? Responde – dijo asustado mientras intentaba despertarla.

Lucía: No te preocupes, amo – dijo acercándose – solo está desmayada – le informó – esta zorra no a aguantado tanto placer – dijo con guasa.

Javier: Espero que solo sea eso – dijo algo aliviado – Pero vuelve a dirigirte así delante de mí a Mariana y te quedas sin mí, ¿entendido? – dijo asustándola.

Lucía: ¡Sí…sí, amo, no te preocupes! ¡No volverá a pasar!

Javier: Y ahora vete a seguir con tus quehaceres si no quieres cabrearme más, ¡mirona salida!

Lucía salió corriendo, entre cachonda por lo vivido, caliente por cómo le había hablado Javier y asustada por si cumplía su castigo, se fue a limpiar la casa junto con su madre. Javier cogió a su hermana, la vistió, se colocó él la ropa y la llevó a su habitación. Al pasar por el salón, lo vio su madre y se preocupó.

Cinthia: ¿Qué le pasa? – se levantó de la silla asustada y preocupada.

Javier: No te preocupes, solo está desmayada, mamá – le informó tranquilizándola – Me la he follado y ha colapsado.

Cinthia: Ya me imagino la menuda follada le habrás pegado – dijo divertida – Pobre, aún no está acostumbrada – se encogió de hombros – Ya se acostumbrará – dijo divertida.

Javier: Voy a llevarla a su habitación y a echarme un rato la siesta.

Cinthia: Está bien, mi amor, eres todo un hombre, caballero y buen amante – le guiñó un ojo mientras le daba un beso en la boca.

Javier se fue algo sonrojado por el halago, se dirigió a la habitación de su hermana y la tumbó en la cama, la desnudó y fue a su baño a por crema o ungüento para darle en el culo. Le limpió la mezcla de sangre, heces y semen de su culo y la colocó en la cama, justo cuando su hermana despertó. Mariana estaba desorientada, pero pronto reaccionó, se dio la vuelta al ver dónde estaba y se encontró con el rostro que más amaba en el mundo, su hermano. Le miró enamorada y sonriente.

Mariana: Gracias, mi amor – le agradeció – A parte de hacerme disfrutar cómo nunca, me cuidas y mimas – le agarró la cara con ambas manos – te amo infinito, mi vida – dijo besándole amorosamente.

Javier: Yo también te amo, hermanita – dijo devolviéndole el beso – No te muevas, tienes el cuerpo muy dolorido – dijo recostándola - ¿Te he hecho mucho daño? – dijo temeroso.

Mariana: Tú nunca me harías daño, mi amor – le miró con amor – Solo sabes dar amor, y placer. ¿Te has quedado a gusto, mi vida? ¿Te ha gustado?

Javier: Sí, mi amor, mucho, era mi mayor fantasía y me has hecho muy feliz – le agradeció con más besos y mimos - ¿y a ti?

Mariana: Ha sido lo mejor de toda mi vida, mi amor – reconoció sonriente – Eres todo un semental – le alabó – Quiero repetir – dijo agarrando su polla.

Javier: De eso nada, amor – dijo quitándole la mano – Necesitas reposo, no te moverás de la cama en toda la tarde, ¿entendido? Y no es una sugerencia – dijo serio – Quiero que estés lista para lo siguiente que quiero hacerte, amor – dijo en su oído sensualmente mientras se lo mordía, haciéndola gemir.

Javier, luego de darle mimos y besos a su hermana salió de la habitación dejando a una cansada Mariana en la cama. Nada más salir al pasillo se encontró con su hermana pequeña y Olga en la puerta plantadas mirándole con celos. Javier no sabía lo que le venía encima.