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La mejor madre V

en Amor filial

Una semana después, Laura evitaba a Iker, ya no iba a su casa a ayudarle con los estudios y deberes, simplemente le dejaba a su madre o en el buzón lo que había que estudiar o hacer, y se iba. Un día, Iker ya estaba cansado de su actitud, no la entendía, primero se le declaraba y luego no le quería ver. Harto de esperar, fue a la casa de Laura. Llamó a la puerta y le abrió su padre.

Iker: Hola, ¿está Laura?

Camilo: Sí, un momento – dijo con recelo, pues sabía los sentimientos de su hija - ¡Laura, te buscan cielo!

Laura salió a la puerta y se quedó sorprendida al ver a Iker ahí parado, vestido con unos vaqueros ajustados y una camiseta holgada. El padre de Laura los dejó solos, no quería oír más de la cuenta.

Laura: ¿Qué haces aquí? – dijo sorprendida - ¿Necesitas ayuda con los deberes?

Iker: No, la verdad que los deberes los llevo bien. Quiero hablar contigo a solas – dijo serio.

Laura: ¿De qué? – dijo nerviosa, no quería que le dijera que no sentía nada por ella.

Iker: Ya sabes de qué, necesitamos hablar ya. Te espero abajo en la puerta, no tardes. Y de antemano te aviso que no me moveré de aquí hasta que hayamos hablado – le avisó por si quería escaquearse.

Laura cerró la puerta aún nerviosa y fue a cambiarse, pues llevaba puesto su pijama de las tres mellizas. Se puso una falda y una blusa, con deportivas y se hizo una coleta. Laura era una chica de 15 años, con un cuerpo más desarrollado de lo normal para su edad, era alta, con los labios gruesos, unas piernas largas y finas con un culo duro y respingón, unos ojos azules claros y el pelo liso y rubio, unas tetas grandes (115C) y un vientre plano. Salió al encuentro de Iker y lo vio en su puerta abajo.

Laura: ¿A dónde vamos?

Iker: Estás muy guapa – dijo dándole un repaso – Vamos al parque.

Laura: Tú también estás muy guapo – dijo nerviosa.

Iker: Gracias – dijo sonriendo.

Iker y Laura fueron al parque y después de dar una vuelta y hablar de nimiedades, Laura, bastante nerviosa, le preguntó a Iker qué quería hablar con ella.

Laura: ¿De qué quieres hablar? – dijo mirándole a los ojos.

Iker: Vamos a sentarnos aquí, nadie nos molestará – dijo llevándola a un banco apartado con vegetación abundante y por dónde nadie pasaba – Verás, yo he estado pensando y me he dado cuenta de que me gustas mucho – dijo mirándola a los ojos – Y no solo físicamente que estás buenísima, sino tu forma de ser.

Laura: ¿De verdad? – dijo esperanzada.

Iker: De verdad, pero no sé si yo te convenga a ti – dijo sincero.

Laura: ¿Entonces no me quieres? – dijo llorosa.

Iker: Sí, te quiero, estoy enamorado de ti – dijo cogiéndola de sus manos temblorosas – por eso no puedo hacerte esto, no puedo tener una relación contigo.

Laura: ¿Por qué? Yo te amo – dijo llorando.

Iker: Es mejor que no sufras por mi culpa más. A partir de ahora no te acerques a mí.

Laura: ¡No me puedes pedir eso! – dijo histérica - ¿Tú sabes lo que me cuesta no correr a dónde tú estés y comerte entero a besos?

Iker: Laura – dijo limpiando sus lágrimas – Es lo mejor, créeme, yo solo te haría sufrir.

Laura: ¡Ya lo estás haciendo!

Iker: Pero es mejor ahora que no luego el daño sea mayor – dijo intentando que comprendiera.

Laura: ¿El daño mayor? Llevo desde primaria perdidamente enamorada de ti, y sufriendo como una loca porque tú no te fijas en mí. Necesito estar junto a ti. Si de verdad me quieres, déjame estar a tu lado.

Iker: ¿Cómo amigos?

Laura: Cómo tu folla amiga, tu puta, tu novia, lo que tú quieras, pero no me apartes de tu lado.

Iker: Tú ya te has apartado esta semana, ¿qué más da que yo te aparte para más tiempo?

Laura: Lo he hecho para darte espacio para pensar – dijo cogiendo su cara con sus manos – Y aún así he estado apartando moscones a tu alrededor – dijo seria – No me apartes, por favor – le suplicó – Seré lo que tú quieras, pero no me apartes.

Iker: Laura, yo no quiero solo una novia, yo quiero una puta que me satisfaga, una perra en celo que siempre esté dispuesta a complacerme, una mujer que me haga feliz. Mis gustos no son fáciles de complacer y no voy a hacértelo pasar mal.

Laura: Yo seré todo eso – dijo convencida – Es lo que siempre he soñado y es lo que seré, tuya en todos los sentidos.

Iker: No estoy seguro – dijo con ternura – No quiero que sufras más, mejor cortar por lo sano y que intentes ser feliz por tu lado.

Laura: Mi felicidad está a tu lado – dijo seria – Y ahora mismo te voy a demostrar que puedo hacerte feliz.

Sin darle tiempo a reaccionar, Laura comenzó a besarle con pasión, con amor, con deseo mientras le agarraba fuertemente del cuello. Iker, aprovechó para tocarle el culo suavemente, haciéndola gemir.

Iker: Para, o te juro que no respondo de mí – dijo acariciando su culo.

Laura: ¿Es una amenaza? – dijo gimiendo por las caricias en su culo de él – No me das miedo – le susurró.

Iker: Deberías – dijo pellizcándole el culo.

Laura: Haz lo que quieras hacerme, mi amor, soy toda tuya, pero con cuidado, soy virgen – dijo gimiendo.

Iker: ¿Aún? – dijo sorprendido.

Laura: ¿Qué parte de no me interesa nadie que no seas tú no has entendido? Solo seré tuya – dijo comenzando a besarlo con todo su amor y pasión.

Iker se levantó y la levantó a ella del banco para, sin dejar de besarse, meterse entre los arbustos. Iker comenzó a meterle mano por su camiseta y su falda, llevándola a una calentura que ni en sus mejores sueños habría soñado. Laura notó un bulto en su vientre y cuando lo tocó se sorprendió de su tamaño.

Iker: A partir de ahora, mientras estés a solas conmigo no llevarás nada de ropa interior, quiero tener libre acceso a ti – dijo mientras la besaba el cuello y le amasaba sus grandes tetas.

Laura: Sí, mi amor, cómo tú quieras – dijo gimiendo - ¡No pares, oh sí! ¡Quiero tu polla! – dijo agarrándola fuerte por encima del pantalón.

Laura, luego de besar apasionadamente a Iker, bajó las manos por su cuerpo y al mismo tiempo que se ponía de cuclillas le sacaba la polla del pantalón para, tras poner los ojos grandes como platos, engullir la polla erecta hasta los huevos.

Iker: ¡Oh, Laura, despacio, oh sí!

Laura comenzó a comer polla cómo una posesa, haciendo una garganta profunda, mientras con la otra mano le acariciaba los huevos. Iker se tuvo que apoyar contra el árbol que había detrás suyo para evitar caerse por la pasión y el deseo con el que Laura se la comía.

Iker: ¡Sí sigues así no tardaré en correrme! ¡Oh sí, come polla, puta!

Laura comenzó a aumentar el ritmo, si es que eso era posible, volviéndose loca con la polla de Iker en su garganta. Iker intentó apartarla de su polla, pero no pudo y tras unos minutos de intensa mamada de Laura, la agarró de la cabeza y comenzó a follarle la boca.

Iker: ¡Toma polla, puta! ¡Mi polla querías, mi polla tienes, perra! ¡Traga polla, así, así, entera! ¡Me voy a correr, oh sí, toda mi leche en tu boca, puta! ¡Me corro! ¡Bébetela toda!

Laura recibió encantada la corrida de Iker en su boca, sin dejar de mirarle a los ojos con amor y adoración. Iker descargó toda su leche y se quedó de pie viendo como Laura cumplía su orden, pues estaba con la boca abierta, enseñándole su leche cómo si fuera su trofeo y se lo tragó relamiéndose cómo si probase el mejor manjar del universo. Iker la miraba boquiabierto, no se esperaba que su amiga fuera tan puta.

Laura: ¡Me encanta tu polla, amor, y me encanta tu leche! – dijo relamiéndose su boca y lamiendo la polla de Iker – No me mires así, llevo queriendo hacerte una mamada desde los 9 años – le confesó con una sonrisa.

Iker: ¿Dónde has aprendido a hacer eso? – dijo sorprendido – Eres una buena chupa pollas.

Laura: Nunca he hecho ninguna mamada antes – confesó – Si me ha salido así es porque así es cómo llevo soñando con hacértela desde hace años.

Iker: Pues se te da muy bien – dijo abrazándola – Pero ahora te toca a ti – dijo empezando a besarla.

Iker comenzó a besarla con amor, con cario, la boca y el cuello, pasándole la lengua sensualmente por los labios y el cuello mientras Laura se la mordía suavemente gimiendo. Iker la metía mano por debajo de la camiseta, notando cómo sus pezones se ponían duros entre sus hábiles dedos.

Laura: ¡Mi amor, me vuelves loca!

Iker, hábilmente le sacó las tetas por encima de la camiseta y del sujetador y comenzó a comérselas. Laura se dejaba encantada colocando sus menos en la cabeza de Iker y cogiéndole del pelo.

Laura: ¡Cómeme las tetas, mi amor! ¡Son todas tuyas! ¡Oh sí, no pares, así, más!

Iker: ¡Tienes un buen par de tetas, putita mía!

Laura: ¡Tuya, solo tuya, oh sí!

Iker siguió comiéndole las tetas mientras ahora, con la mano libre le subía la falda y le quitaba las bragas con la ayuda de Laura. Luego de unos minutos de comerle las tetas, la tumbó en el césped y comenzó a pasar sus manos por sus piernas, culo, coño y tetas sin dejar de mirarla a los ojos.

Iker: ¡Estás buenísima! ¿Te gusta?

Laura: ¡Me encanta, así, no pares, oh sí!

Iker comenzó a bajar la cabeza hacía su coño mientras Laura abría aún más sus piernas. Iker comenzó a pasar la lengua por su coño, de arriba abajo y en círculos, haciéndola gemir de placer mientras con una mano le levantaba el culo y con otra la pellizcaba los pezones.

Laura: ¡Oh sí, cómeme el coño, así, mi amor, así, sigue! ¡Me encanta, mi amor! ¡Oh sí, no pares, así, más! ¡Me corro!

Laura le agarraba del pelo a Iker mientras él no dejaba de comerle el coño, cada vez con más intensidad, llevándola al cielo. Iker, pronto dejó las tetas de Laura para agarrarle el culo y comerle el coño con ganas, con ímpetu, haciéndola gritar.

Laura: ¡Oh sí, no pares mi amor, así, más, así, sigue! ¡Me encanta, mi amor, oh sí, no pares, así, más! ¡Me corro!

Luego de unos minutos y de que Laura encadenara un orgasmo con otro, Iker paró y se tumbó encima para besarla.

Iker: Yo creo que ya hay que parar – dijo besándola.

Laura: ¿Estás loco? – dijo gimiendo – ¡No pienso parar! – le aseguró.

Iker: Eres virgen, amor. No quiero hacerte mía aquí.

Laura: Te voy a dejar algo claro. Quiero que mi primera vez sea contigo y me da igual el sitio, hazlo aquí y ahora, mi amor. No me hagas esperar – le pidió.

Iker: ¿Estás segura? Yo quiero una cama y más intimidad para hacerte gritar.

Laura: Puedo gritar aquí – dijo pícara - ¡Hazme tuya, aquí y ahora! ¡No aguanto más!

Iker: Espero que estés lista – dijo restregando su polla en su coño empapado.

Laura: Llevo esperando este momento desde hace años, mi amor. No me hagas sufrir más – le pidió.

Iker continúo restregando su polla con el coño de Laura para lubricarla. Laura se impacientó y viendo que él iba a tardar un rato en jugar con su coño para que no le doliera, se dio media vuelta y se colocó a cuatro patas.  

Laura: ¡Vamos, métemela ya! – dijo deseosa.

Iker: Ten paciencia, te dolerá menos – dijo colocándole la polla en su coño y volviendo a restregarla.

Laura: ¡No puedo esperar más! ‘La necesito dentro! – dijo cuando notó la punta de la polla de Iker en la entrada de su coño.

Laura, al notar la punta de la polla de Iker en la entrada de su coño, no lo soportó más y echó su culo para atrás, metiéndose centímetro a centímetro la polla de Iker entera en su coño. No paró hasta que la tuvo toda entera dentro.

Iker: ¡Oh, eres muy estrecha! – dijo dándola un pequeño azote y agarrándose a su culo.

Laura: ¡Oh sí, por fin! ¡Es el dolor más placentero de mi vida! ¡Por fin te tengo dentro de mí, mi amor! ¡Fóllame, folla a tu puta!

Iker, luego de unos segundos para que se adaptara a su intrusión, empezó una lenta follada mientras la agarraba con una mano de la cadera y con la otra le cogía una teta y se la pellizcaba y estrujaba.

Iker: ¿Te gusta? ¡Me encanta cómo abro tu coño, puta!

Laura: ¡Oh sí, me encanta, dame más, necesito más, dame fuerte mi amor!

Iker comenzó a follarla cada vez más rápido mientras la azotaba el culo. Laura cada vez gemía más y más. Iker le sacó la polla y la colocó de espaldas al suelo para abrirle las piernas, colocárselas en sus hombros y mirándola a los ojos volverle a clavar la polla en su coño de una estocada.

Iker: ¡Ahora vas a saber lo que es bueno, puta! – dijo empezando a follarla de manera bestial.

Laura: ¡Oh sí, dame más, sí, así, fuerte, dame duro, dame con todo, oh sí, no pares nunca de follarme así, dame más, oh sí! ¡Me corro!

Iker estuvo unos minutos follándola así, sin dejar de comerle, pellizcarle, lamerle ni amasarle las tetas en ningún momento. También le comía la boca y el cuello cada vez que Laura se corría para evitar que los transeúntes los oyeran. Luego de unos minutos de intensa follada, Iker estaba a punto de correrse.

Iker: ¡No voy a tardar en correrme, mi amor! ¿Dónde quieres que me corra?

Laura: ¡Córrete dentro de mi coño, mi amor, dame toda tu leche en mi coño!

Iker: ¿Estás loca? – dijo sin parar de follarla, le daba morbo cumplir su deseo.

Laura: ¡Vamos dame tu leche en mi coño, mi amor! – dijo haciéndole la pinza - ¡No pares de follar a tu puta hasta que te vacíes los huevos en su coño! ¡Oh sí, me corro, dámela toda!

Iker: ¡Me corro, puta, me corro dentro de tu coño! ¡Toma mi leche, oh sí, toda entera en tu coño!

Iker se corría como un bestia en el coño de Laura, que recibía loca de contenta la descarga de leche de su amado mientras se unía a él en un intenso orgasmo. Cuando se calmaron se tumbaron en el césped, abrazados y se colocaron la ropa.

Iker: ¡Estás loca! ¡Puedo embarazarte, eres muy joven aún! – dijo preocupado.

Laura: Tranquilo, mi amor – dijo abrazándolo y besándolo – No me vas a embarazar…aún – dijo pícara.

Iker: ¿Por qué estás tan segura?

Laura: Porque desde hace un par de años, tomo la píldora anticonceptiva – dijo sonriendo – Por si te pillaba desprevenido y caías en mis redes – le aclaró divertida al ver su cara de atónito.

Iker: ¿Hablas en serio? ¿Llevas preparando este momento durante tanto tiempo? – dijo atónito.

Laura: Te amo cómo nunca voy a amar a nadie, Iker – dijo mirándolo a los ojos con todo el amor que sentía por él – Y nunca me voy a ir de tu lado y menos ahora que eres mío – dijo abrazándolo posesiva.

Iker: ¿Tu padre sabe lo que sientes por mí? – dijo recordando la cara de su padre cuando lo vio hoy.

Laura: Sí, desde que me enamoré de ti mis padres se burlan de mi diciendo que eres demasiado para mí – dijo rodando los ojos – Claro que no saben la razón que tienen – dijo pícara agarrando su polla por encima del pantalón – Me encanta tu polla, mi amor, es lo que siempre me imaginé de ti – dijo con ojos de deseo – Eres mi hombre ideal – dijo besándolo.

Iker: ¿Eso significa que eres mi novia?

Laura: Lo seré si me lo pides – dijo pícara.

Iker: Esta bien – dijo sabiendo lo que quería – Laura, ¿quieres ser mi novia? – dijo cogiéndole las manos y mirándola a los ojos.

Laura: ¡Sí, quiero! – dijo emocionada antes de besarlo apasionadamente – Y que se preparen todas las zorras que te rondan que a partir de ahora tienes dueña. Seré todo para ti: tu novia, tu puta, tu perra, todo lo que quieras que sea.

La nueva pareja estuvo un rato más en el parque dándose mimos, aunque muchos miraban a Laura andar raro. Cuando Iker llegó a su casa su madre le preguntó qué tal le había ido. Isabel iba desnuda e Iker se quedó en bóxer nada más entrar por la puerta.

Isabel: ¡Hola mi amor! – dijo besándolo - ¿Qué tal te fue?

Iker: Muy bien mamá – dijo cogiéndole una teta y pellizcándola.

Iker se sentó en el sofá del salón con su madre y le contó todo lo que pasó esa tarde con Laura.

Isabel: Te dije que esa putita caería a tus pies si le amenazabas con irte de su lado – dijo orgullosa de su plan - ¡Está coladita por ti!

Iker: Sí, ya me he dado cuenta – dijo sonriente – Gracias por tu ayuda, mamá – dijo agradecido.

Isabel: Bueno – dijo besándolo – Creo que me puedes demostrar que tan agradecido estás – dijo levantándose del sofá y colocándose mirando contra la pared – Un buen amo no hace diferencias con sus putas – dijo poniendo el culo en pompa.

Iker: ¡Eres muy viciosa, mamá! – dijo riendo - ¡Pero te lo mereces, puta! – dijo levantándose y quitándose los bóxers.

Iker se acercó a su madre con la polla en la mano mientras Isabel no dejaba de mirarle con cara de puta y sacando aún más el culo. Isabel se pellizcaba los pezones y sacaba la lengua para provocarlo. Iker, al llegar a la altura de su madre, le dio un sonoro azote en el culo y la penetró el coño de una estocada, sin miramientos, para empezar a follarla a un ritmo bestial sin dejar de azotarla y pellizcarle los pezones.

Isabel: ¡Sí, amo! ¡Como lo necesitaba! ¡Folla a tu puta, amo, dale bien fuerte! ¡Oh sí, no pares, así, dame más, azótame! ¡Oh sí, amo, me matas de placer, dame más, oh sí, no pares, así, más, dame duro, sí, así, me corro!

Iker se follaba a su madre violentamente contra la pared sin dejar de azotarla. Luego de unos minutos y de que Isabel se corriera varias veces, la cogió y le dio la vuelta, cogiendo a su madre por el culo, la colocó con sus piernas rodeándolo y le volvió a ensartar su polla en su coño. Iker se follaba a su madre violentamente, dándole tanta caña que su madre encadenaba orgasmos. Isabel estaba en el séptimo cielo. Iker, luego de unos minutos y sin sacar su polla del coño de su madre, la llevó a la mesa del salón y la puso encima con las piernas bien abiertas.

Iker: ¡Oh sí! ¡Toma polla! ¡Te voy a reventar el coño a pollazos, puta! – dijo agarrándose a sus tetas.

Isabel: ¡Oh sí! ¡Cómo me gusta tu polla! ¡No pares, amo! ¡Oh sí, no pares, dame más, más, así, dame duro, así, más fuerte, métemela entera! ¡Quiero más polla! ¡Oh sí, dame más, más duro, más! ¡Oh sí! ¡Dale más polla a tu puta, amo! ¡Dale más polla a la puta de tu madre! ¡Me corro!

Iker: ¡Oh sí, toma polla, toda mi polla, puta! ¡Me encantas, mamá, me voy a correr en tu coño mamá! ¡Te voy a llenar tu útero de mi leche! ¡Me corro! ¡Toma tu premio!

Iker se corría dentro del coño de su madre soltando una cantidad de corrida enorme. Isabel se corrió como una loca entre gritos de placer al sentir la descarga de leche de su hijo en el fondo de su coño. Cuando terminaron de correrse, acabaron sentados en el sofá, exhaustos y abrazados.

Isabel: ¿Te ha gustado, mi amor?

Iker: Mucho, cada día me gusta más follarte – dijo besándola con pasión - ¿Y a ti?

Isabel: Me encanta que me folles, mi amor, cada día que pasa lo haces mejor, más salvaje, más tú, y eso me encanta – dijo abrazándolo.

Iker: Yo pensaba que a las mujeres os gustaba el sexo más romántico – dijo burlón.

Isabel: Y nos gusta que nuestro hombre nos haga el amor – dijo mirándolo a los ojos – pero también que nos sepa llevar y usar para su propio placer – dijo agarrando su polla – Tú haces ambas a las mil maravillas, mi amor. Eres el dios del sexo – dijo mirándolo con adoración.

Iker: No creo que sea para tanto, pero lo dejaré pasar – dijo divertido – Ahora vamos a cenar que entre mis putas me vais a dejar seco y muerto de cansancio – dijo dándole un sonoro azote en el culo.

Isabel: Lo dudo, mi amor. Eres un semental, serás tú quien nos mate de cansancio a la pobre Laura y a mí – dijo riendo mientras iba a la cocina a por la cena.

Madre e hijo cenaron tranquilamente y vieron la televisión un rato, para luego irse a la cama a descansar y luego de que Isabel le hiciera una mamada a su hijo y se tragara toda su leche, se durmieron abrazados.