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El placer del morbo III

en Amor filial

Unos días más tarde, tanto Álvaro como Sara seguían con las pajas, mamadas y cubanas diarias, pero ambos querían más. Durante una comida, cuando llegó Álvaro estuvieron hablando.

Sara: ¿Cómo llevas tus pajas, cielo? – dijo curiosa.

Álvaro: Ya no me hago ninguna, mamá – dijo sincero.

Sara: Me alegro. Me gusta saber que el tratamiento de mami da resultados. Tu padre se va a poner muy contento.

Álvaro: ¿Papá sabe lo que hacemos?

Sara: Claro.

Álvaro: ¿Y no le molesta?

Sara: Hombre, al principio estaba celosillo, pero ya se le ha pasado – dijo divertida – Está feliz de que su hijo se haga un hombre, si pudiera estaría aquí viendo cómo te hago un hombre, pro prefiere darnos privacidad, por si te incomodas.

Álvaro: ¡Vaya! Tengo unos padres que no me los merezco – dijo abrazando tiernamente a su madre.

Sara: Nosotros también te queremos, cielo.

Álvaro: Mamá, ¿puedo pedirte algo?

Sara: Claro cielo, dime.

Álvaro: Las pajas y todo eso que me haces está muy bien, pero yo llevo varios días con un pensamiento.

Sara: ¿Cuál?

Álvaro: Follarte – dijo algo cohibido por si se pasaba de la raya.

Sara: ¡Vaya! Yo también lo he pensado – le confesó – ya que estamos podría iniciarte sexualmente. Hoy si quieres lo haremos.

Álvaro: Gracias mamá. ¡Te quiero! – dijo feliz dándole por primera vez un apasionado morreo que su madre, sorprendida gratamente, le devolvió.

Sara: Cielo, hace mucho calor aquí – dijo mirando su polla descaradamente – mejor nos desnudamos, ¿no?

Álvaro: Sí, buena idea, mamá.

Madre e hijo se desnudaron en el salón, lentamente, mientras se miraban sonriendo. Cuando quedaron completamente desnudos, Sara le preguntó qué opinaba de ella.

Sara: ¿Te gusta lo que ves?

Álvaro: Sí, mamá, muchísimo – dijo sin poder evitar empalmarse al ver el cuerpo de su madre.

Sara: Ya lo veo – dijo señalando su polla – pero quiero que me digas cómo me ves. ¡Suéltate!

Álvaro: Estás buenísima, mamá. Me encantan tus tetazas y tu culo. Tienes unas piernas muy sensuales.

Sara: Gracias cielo – dijo besando a su hijo – a mí también me gustas mucho. Tienes un cuerpo fibrado, lo justo, tienes una buena polla – dijo relamiéndose – y además eres muy guapo, cielo.

Álvaro: Gracias, mamá – dijo sonrojado - ¿Es más grande que la de papá?

Sara: Aún te queda por desarrollarte, cielo – dijo riendo – pero te acercas mucho.

Álvaro: ¿Puedo tocarte? – algo cohibido, aunque ya le sobaba a base de bien las tetas a su madre cuando lo ordeñaba.

Sara: Adelante cielo, soy toda tuya, no tienes que preguntar, solo hazlo.

Álvaro se acercó y comenzó a tocarle las tetas suavemente a su madre, le pasaba los dedos por los pezones y las miraba embelesado. Sara lo dejaba hacer.

Sara: ¿Quieres comértelas? – dijo ofreciéndoselas.

Álvaro: ¿Puedo?

Sara: Claro, cielo – dijo riendo – todas tuyas.

Álvaro cogió tímido las tetas de su madre y comenzó a lamerle las tetas suavemente a su madre, le pasaba la lengua por los pezones y las amasaba. Sara lo dejaba hacer a su ritmo mientras comenzaba a gemir.

Sara: ¡Oh sí! Cómele las tetas a mami, cielo. ¡Así, sí!

Álvaro: ¿Te gusta?

Sara: ¡Sigue, cielo, no pares de comerme las tetas! ¡Me encanta sentir tu lengua y tus manos en mis tetas!

Álvaro siguió comiéndole las tetas de su madre cada vez con más ansia, arrancando a su madre gemidos y gritos de placer, sin dejar de amasarle las tetas. Sara, después de unos minutos de disfrutar de la comida de tetas que le hacía su hijo, le cogió la cara y le separó para besarlo apasionadamente. Cuando acabó el beso, lo sentó en el sofá.

Sara: Me ha encantado cielo, pero esto no podemos dejarlo así – dijo agarrando la polla a su hijo.

Álvaro: ¡Mamá! – dijo gimiendo.

Sara: Prepárate cielo, y disfruta de lo que te va a hacer mami.

Sara le cogió la polla a su hijo con ambas manos y comenzó a masturbarlo, lentamente mientras le sonreía.

Sara: ¿Te gusta, cielo? -dijo pícara.

Álvaro: ¡Oh sí! Mamá…sigue...

Sara siguió pajeando a su hijo lentamente hasta que vio que no iba a aguantar más y decidió dar un paso más. Sara, después de guiñarle un ojo a su hijo, se llevó la polla de su hijo a la boca, comenzando a chupársela de una manera sensual, y lenta.

Álvaro: ¡Oh sí, mamá! ¡Sí! ¡Cómemela! ¡Sí!

Sara siguió la orden de su hijo y se metía la polla entera, haciéndole una buena garganta profunda y llevando a su hijo a la gloria, sin dejar en ningún momento de mirarle a los ojos. Luego de unos minutos, aumentó el ritmo de la mamada.

Álvaro: ¡Oh sí! Eres la mejor chupapollas ¡Sí! Vas a hacer que me corra, ¡puta! ¡Sí!

Sara: Vamos cielo, dame toda la leche que guardas para mí -dijo sacándose la polla de su hijo de la boca y sin dejar de mirarle a los ojos, para acto seguido, volverse a meter la polla hasta la garganta y subir aún más el ritmo.

Álvaro: ¡Sí! Tómala toda, mamá… ¡Toma toda mi leche! ¡Sí, me corro! …

Álvaro se corría y se corría dentro de la boca de su madre, que tragaba todo lo que podía de la grandísima corrida de su hijo, sin dejar de mirarlo a los ojos en ningún momento. Cuando terminó de correrse, Álvaro se quedó sentado y relajado. Sara, sin dejar de mirar a su hijo, le enseñó su corrida en su boca para, acto seguido, tragársela ante la mirada alucinada de su hijo.

Sara: Caray cielo, me has llenado el estómago de leche, ¡Que corrida! -alabó a su hijo- Ven, vamos a mi cama, que es más grande.

Sara llevó a su hijo a su habitación y lo tumbó en la cama para luego tumbarse ella.

Sara: Ven cielo, túmbate encima de mí – dijo abriendo sus piernas para que se colocara entre ellas mientras Álvaro hacía lo que le decía su madre - Bien cielo, ahora besa a tu madre.

Álvaro, algo cohibido miró a su madre que le sonreía y empezó a besarla, al principio besos pequeños y poco a poco subiendo de tono hasta que su madre le dijo como besar.

Sara: Cielo, besar se besa así -dijo antes de coger a su hijo de la nuca y atraerlo a ella.

Sara besaba como una loba a su hijo, le metía la lengua hasta la campanilla y guiaba a su hijo, que poco a poco empezaba a soltarse y a tener iniciativa. Álvaro comenzó a devorarle la boca a su madre mientras la acariciaba sus tetas y le pellizcaba los pezones.

Sara: Sigue así cielo, no pares -dijo entre besos y su hijo seguía tocando sus tetas - Cielo, besar en la boca está muy bien, pero hay más partes. Besa mi cuello lentamente y no dejes de tocarme las tetas – le guio.

Álvaro le hacía caso y empezó a besarle el cuello a su madre arrancándole suspiros y gemidos, se volvió más osado y bajo su mano para tocarle el coño a su madre.

Sara: ¡Oh si cielo, sigue, no pares! ¡Oh sí!

Álvaro bajó a las tetas de su madre para lamerlas, comerlas y morderlas, mientras no dejaba de tocar y acariciar el coño a su madre, de arriba abajo y de forma circular. Después de un rato así Sara quería más y se puso a cuatro patas.

Sara: Cielo, demuéstrame como manejas la lengua, cómeme el coño.

Álvaro muy caliente bajó hasta el coño de su madre sin dejar de mirarla, mientras Sara giraba su cabeza y sonreía de forma sexy a su hijo.

Sara: Vamos cielo, empieza a usar esa lengua en el coño de dónde saliste -dijo poniendo cara de zorra viciosa consiguiendo calentar a su hijo más si era posible.

Cuando llegó a su coño comenzó a lamerlo de arriba abajo hasta el culo disfrutando de los gemidos de su madre. Sara gemía de placer, estaba muy caliente.

Sara: Cielo me matas de placer… ¡Sí! Por favor, ¡cómemelo, sí! ¡No pares…más más! ¡Sí! ¡Qué bien usas la lengua, cielo!

Álvaro le comía el coño con gula, con ímpetu, llevando a su madre al límite una y otra vez. Sara se corría sin parar disfrutando de la comida de coño que le daba su hijo.

Sara: ¡Sí, cielo! ¡Más, más, no pares, así, sigue! ¡Me corro!

Álvaro se tragaba la corrida de Sara con gusto. Luego de un rato, Sara paró a su hijo.

Sara: Cielo, ya está bien que vas a dejar seca a tu madre – dijo separando a su hijo suavemente entre jadeos – creo que ya es hora de que me folles cielo, fóllate a tu madre, a tu puta -decía deseosa.

Álvaro: Si mamá, te voy a follar como una puta, aunque es mi primera vez…

Sara: Lo sé cariño, y eso es muy bonito cielo, ven métemela aquí -dijo separándose los labios vaginales y enseñándole el agujero.

Luego de unos instantes Álvaro se colocó y la penetró de una estocada. Álvaro al principio la follaba lento e inseguro, pero luego con ayuda de su madre la empezó a follar de forma desesperada.

Sara: ¡Sí, cielo, sí! ¡Fóllame! ¡Folla a tu puta! ¡Sí, así, no pares, sí! Qué bueno eres cielo ¡Sí, más, más, no pares, más duro, más! ¡Me corro, sí!

Álvaro se dejaba guiar, sin parar de follar a su madre, creía que estaba en un sueño, se estaba follando a su madre. Empezó a pellizcarla las tetas mientras no paraba de follarla.

Álvaro: ¡Toma polla, puta! ¡Qué buena estás, puta! ¡Sí toma polla, sí, que apretadito lo tienes y que gustazo follarlo, puta! ¡Oh sí! ¡Te voy a llenar de leche! ¡Sí!

Sara: ¡Si, cielo como me gusta, sí! ¡Sigue mi cielo, no pares, sí cielo, más, más! ¡Me corro! ¡Vamos cielo, dame tu leche en mis tetas, dámela toda! ¡Lléname las tetas con tu deliciosa leche, mi cielo! ¡Oh sí!

Álvaro: ¡Toma polla, puta! ¡Qué buena estás, puta! ¡Sí toma polla, sí, que apretadito lo tienes y que gustazo follarlo, puta! ¡Oh sí! ¡Te voy a llenar de leche! ¡Sí!

Cuando Sara sacó la polla de su hijo de su coño y se puso tumbada boca arriba en la cama, Álvaro se corría en las tetas de su madre, que recibía con gusto tanta leche de su hijo, se corrió simultáneamente mientras se tocaba el coño. Tras la corrida, copiosa y abundante de él, y la corrida simultanea de ella, ambos se tumbaron en la cama abrazados.

Sara: Ha sido fantástico mi campeón, eres todo un semental – le alabó - ¡Menuda corrida!

Álvaro: Gracias por esto, lo deseaba mucho -dijo mirando lascivamente a su madre.

Descansaron unos minutos, pero Sara quería más, le daba demasiado morbo que se la follara su hijo como a una puta barata. Luego de unos minutos de descanso y después de limpiarse, viendo que su hijo no paraba de tocar sus tetas y su culo, Sara le preguntó que quería hacer.

Sara: Bueno cielo, ¿estás listo para otro asalto? -dijo colocándose en posición de misionero.

Álvaro: Siempre -dijo divertido y caliente, colocándose sobre su madre.

Álvaro empezó a meter sus dedos despacio en el coño de su madre, mientras acariciaba a su madre en las piernas.

Sara: Está mi hijo juguetón, ¿eh? -decía mientras se abría más de piernas para facilitar las maniobras de su hijo.

Álvaro aprovechó para tocarle el coño a su madre. Luego de unos minutos así y de comprobar que su madre estaba chorreando, Álvaro la empezó a tocar el coño.

Sara: ¡Oh si cielo, sigue, no pares! ¡Oh sí!

Álvaro le siguió tocando el coño, pero esta vez aprovechó para meterle un dedo dentro.

Sara: ¡Oh si cielo, no me esperaba eso de ti! ¡Sigue, no pares! ¡Oh sí! ¡Méteme más dedos, no pares de frotarme el coño! ¡Sí!

Sara se dejaba hacer hasta que no pudo más de tanta calentura.

Sara: Vamos cielo, sigue haciendo eso a mami, pero ahora usa también la lengua -decía hirviendo en calentura.

Álvaro bajó su cara con una sonrisa pícara y cuando llegó a su coño comenzó a lamerlo de arriba abajo hasta el culo disfrutando de los gemidos de su madre. Sara gemía de placer, estaba muy caliente.

Sara: Cielo, ¡me matas de placer, sí! Por favor ¡cómemelo, sí! – le suplicó - ¡No pares, más, más, sí! Méteme los dedos, ¡vamos, sí, no pares, sí, más, más! ¡Me corro!

Álvaro le comía el coño con gula, con ímpetu, sin dejar de meterle un dedo en su coño llevando a su madre al límite una y otra vez. Sara se corría sin parar disfrutando de la comida de coño que le daba su hijo.

Sara: ¡Sí, mi cielo, más, más! ¡Me corro!

Álvaro se tragaba la corrida de Sara con gusto. Se atrevía a más y le metía ahora hasta tres dedos dentro de su coño.

Sara: ¡Sí, mi cielo, más, más! ¡No paro de correrme! ¡Sí!

Álvaro se volvió más descarado y le metió un dedo en el culo a su madre mientras con la otra mano le torturaba el clítoris como cientos de veces había visto hacerlo en las películas porno.

Sara: Cielo me matas de placer… ¡Sí! Por favor, ¡cómemelo, sí! ¡No pares…más más! ¡Sí! ¡Qué bien usas la lengua, cielo! Méteme los dedos en mi culo, ¡vamos, sí, no pares, sí, más, más! ¡Me corro! ¡Me encanta! ¡No paro de correrme! ¡Oh sí!

Cuando Sara creyó que era conveniente paró a su hijo.

Sara: Cielo para, que quiero tener tu polla dentro de mí, en el agujero que quieras -decía exhausta.

Álvaro: Vale puta, como tú quieras, pero te pienso follar dónde me dé la gana, quiero hacer realidad algunas fantasías contigo zorra -decía totalmente desinhibido, cosa que puso más cachonda a su madre.

Sara: Claro cielo, dónde quieras, como quieras, y por dónde quieras -decía deseosa.

Álvaro cogió a su madre y la colocó con las piernas en sus hombros, para, después de mirarla de manera lujuriosa, meterle la polla de una sola estocada en el encharcado coño de su madre, haciéndola gemir de placer.

Sara: Eso cielo, ¡fóllate a tu madre, a tu puta! ¡No pares cielo! ¡Oh sí! -decía deseosa.

Álvaro: Si mamá, te voy a follar puta, no voy a parar hasta que no te puedas sentar en una semana zorra…toma polla puta…

Sara: ¡Oh sí, no pares! ¡Cómeme las tetas! ¡Oh sí, dame más, más duro, más! ¡Oh sí! ¡Eres todo un semental, cielo!

Álvaro la follaba de manera salvaje, penetrando en el coño de su madre de manera dura y fuerte mientras le comía las tetas y le pellizcaba los pezones. Luego de unos instantes, Álvaro, sin sacarle la polla a su madre del coño, la levantó y la llevó hasta el mueble del espejo, y la puso esta vez con ambas piernas a ambos lados de él. Álvaro al principio la follaba lento para hacer sufrir un poco a la puta de su madre que no paraba de correrse y de pedir más. Sara no aguantaba más y tiró a Álvaro a la silla y sin sacar su polla de su coño comenzó a cabalgarlo a una velocidad endiablada. Álvaro seguía comiéndole las tetas y tocándole el culo. Álvaro empezó a volver a follarla de manera salvaje, tirando unas decoraciones de encima del mueble del espejo. Empezó a comerle las tetas y la boca mientras no paraba de follarla.

Álvaro: ¡Toma polla, puta! ¡Qué buena estás, puta! ¡Oh sí, toma polla, sí! ¡Qué gustazo follar tu coño de puta! ¡Oh sí!

Álvaro la colocó a cuatro patas sobre la cama y se puso a jugar con su polla en su coño. Cuando empezó a meterle la polla por el coño Sara suplicaba más.

Sara: ¡Sí, cielo, sí! ¡Fóllame! ¡Folla a tu puta! ¡Sí, así, no pares, sí! Qué bueno eres cielo ¡Sí, más, más, no pares, más duro, más! ¡Me corro, sí! ¡Sí, más duro, más fuerte, no pares, más salvaje, dame más! ¡Me corro, sí! ¡Dame más fuerte, cielo…no hagas sufrir a mami! ¡Sí, más, más, no pares, más duro, más! ¡Me corro, sí! Vamos mi cielo, ¡dame tu leche en mis tetas, dámela toda! ¡Lléname las tetas con tu deliciosa leche, mi cielo! ¡Oh sí!

Álvaro: ¡Sí puta, sí! ¡Te vas a llevar mi leche en tus tetazas! ¡Oh sí! ¡Toma leche, puta, tómala toda! ¡Oh sí, me vacío en tus tetazas, puta! ¡Sí, toma leche!

Álvaro se corría en las tetas de su madre, que recibía con gusto tanta leche de su hijo, se corrió simultáneamente. Tras la corrida, copiosa y abundante de él, y la corrida simultanea de ella, ambos se tumbaron en la cama abrazados de nuevo.

Sara: Eres todo un semental – le alabó mientras lo besaba apasionadamente - ¡Menudo polvazo me acabas de echar!

Álvaro: Gracias, tú eres toda una puta mamá -dijo mirando lascivamente a su madre.

Sara: Gracias mi cielo. ¿Deseas algo más? -dijo traviesa.

Álvaro: Quiero follarte el culo puta -dijo caliente.

Álvaro comenzó a comerle las tetas mientras Sara le masturbaba. Se colocaron en posición de 69 y mientras Sara le comía la polla dejándola bien ensalivada para cuando la follara mientras le tocaba los testículos, Álvaro le comía el coño y le metía dos dedos por el culo haciéndola gemir. Él, después de unos minutos le metía prácticamente el puño por el culo, ella gritaba de placer.

Sara: ¡Oh si mi cielo, como me gusta! ¡Sí, sigue mi vida, no pares! - Álvaro le mordía el clítoris mientras le lamía el coño y le metía dos dedos dentro de su coño, haciéndola correrse- ¡Oh sí mi cielo, más, más! ¡Me corro!

Sara se corrió en la boca de su hijo mientras lo masturbaba. Cuando se corrió, Álvaro la colocó a cuatro patas sobre la cama y se puso a jugar con su polla en su culo. Cuando empezó a meterle la polla por el culo Sara suplicaba más.

Sara: ¡Mi cielo, folla mi culo, cielo, dame bien fuerte por el culo! ¡Vamos mi cielo, no te preocupes, lo estoy deseando mi vida! ¡Folla mi culo! ¡Oh sí, dame, dame, dame más, mucho más, no pares!

Álvaro estaba muy caliente oyendo a Sara suplicar que se la follara por el culo. La penetró despacio, pero de una sola vez. Sara comenzó a gritar mientras su hijo la follaba despacio al principio para poco a poco aumentar el ritmo de la follada a un ritmo vertiginoso, endiablado, salvaje a petición de ella mientras la azotaba el culo y le pellizcaba los pezones.

Sara: ¡Oh sí, mi cielo! ¡Qué placer, mi vida, sigue, dame más duro, sigue, no pares por favor! ¡Oh sí! ¡Me corro, sí! ¡Qué bien follas mi cielo, dame polla, así, sigue, más duro, así, azótame, pellízcame! ¡Oh sí!

Álvaro complacía a Sara mientras la follaba el culo, prácticamente la taladraba el culo con su polla y mientras la cogía del pelo se la empezó a follar de forma más salvaje posible.

Álvaro: ¡Toma polla, puta! ¡Qué culazo tienes zorra, que estrecho! ¡Oh sí, toma polla! ¡Qué apretadito lo tienes y que gustazo follarlo puta! ¡Oh sí! ¡Te voy a llenar el culo de leche! ¡Sí, me corro!

Sara se corría una y otra vez, sin descanso, cuando sintió que Álvaro la rellenaba el culo de leche caliente y espesa se corrió por última vez y ambos cayeron rendidos a la cama.

Sara: ¿Te has quedado a gusto mi cielo? ¿O quieres más? -dijo deseosa y complaciente.

Álvaro: No ha estado mal mamá, pero antes de acabar quiero que me hagas una cubana con esas tetas grandes que tienes -dijo con deseo mientras la acariciaba.

Sara: Con mucho gusto mi cielo -dijo sensualmente.

Después de unos minutos de descanso, Álvaro se sentó en la cama y Sara se colocó entre las piernas de Álvaro y le rozaba con las tetas su polla. Comenzó a chuparla con pasión, a lamerla con fruición y deseo, cuando estuvo bien lubricada se la metió entre las tetas y empezó con la cubana mientras le lamía la punta de la polla.

Álvaro: ¡Oh sí, puta, así! ¡Qué buena zorra eres, mamá! ¡Oh sí, como me gusta, no pares! ¡Oh sí!

Sara poco a poco aumentaba el ritmo y la presión que ejercía en la polla de su hijo.

Sara: ¿Te gusta, cielo? A mami le gusta mucho la polla de su hijo, es grande, gorda… ¡mmmmm que rica! - decía para calentarlo más - Ahora verás cielo - dijo con picardía y travesura.

Sara comenzó a comerle lo que sobresalía de la polla de su hijo mientras lo masturbaba con sus tetas llevando a Álvaro al cielo. Álvaro se corrió en la boca de Sara que se tragó la leche de su hijo con gula, pasión y deseo.

Álvaro: ¡Oh sí! ¡Trágatelo todo puta! ¡Oh sí, toma leche! ¡Qué bien lo haces! ¡Oh sí!

Cuando Álvaro se corrió se tumbaron en la cama abrazaditos y desnudos ya dispuestos a descansar de la noche tan ajetreada que tuvieron.

Sara: Mi cielo eres todo un campeón, espero que te haya gustado el día de hoy, me ha encantado que te corrieras tanto, me estas enviciando cielo.

Álvaro: Me ha encantado mami, pienso follarte mucho puta -dijo tocándole las tetas y besándola.

Madre e hijo descansaron un rato, hasta que tuvieron que preparar la cena. La cena pasó normal, hasta le contaron a Emilio la follada que le había metido Álvaro a su madre. Emilio no cabía en sí de gozo, su hijo ya era todo un hombre, aún que fuera con su propia madre y cada vez se hacía menos pajas. Esa noche fue de celebración y cuando se fueron a la cama, Emilio y Sara follaron como locos, quedando Sara completamente satisfecha y comenzando a pensar cuando tendría a su amado marido y a su querido hijo a la vez follándola todos sus agujeros sin descanso.