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La mejor madre VI

en Amor filial

A la mañana siguiente, se despertó Isabel primero y lo hizo feliz en brazos de su hijo. Lo miró enamorada y extasiada. La verdad es que quería hacerlo feliz, por eso había accedido a compartirlo con Laura, pero también le daba morbo hacer un trío con ellos o ver a su hijo follarse a la muchacha. En eso pensaba cuando la polla de su hijo palpitó en su vientre. Ambos estaban desnudos. Al sentirla, bajó pícara su mano y comenzó a pajearla al mismo tiempo que le daba besos a su hijo por su abdomen y su pecho, bajando poco a poco hasta encontrarse con la polla de su hijo. Isabel no dudó en engullir la polla de Iker poco a poco y alojarla en su garganta. Iker se despertó con la sensación de tener su polla dentro de algo húmedo. Abrió los ojos y vio a su madre comiéndole la polla.

Iker: ¡Esto si es un buen despertar!

Isabel: ¿Te gusta, mi amor? – dijo sacando su polla de la boca y empezando a lamerle los huevos - ¡Pues esto te va a encantar, mi amor!

Isabel dejó de lamerle los huevos para escupirle en la polla y colocarla entre sus tetas, para comenzar una lenta cubana. Isabel movía su cuerpo al mismo tiempo que apretaba sus tetas contra la polla de su hijo, que gemía de placer.

Iker: ¡Cada día me gustan más tus tetas, mamá, y cómo las usas! ¡Sigue puta, así, oh sí!

Isabel: ¡A mí me encanta que las uses, mi amor, que las toques, que las pellizques, que las beses y lamas, quiero que me las llenes de leche!

Iker: ¡Tú sigue así y tendrás toda mi leche en tu preciosa cara y en tus tetas, puta! ¡Sigue así, oh sí, me encanta cómo me estrujas la polla con las tetas!

Isabel: ¡Vamos mi amor, dame toda tu rica y deliciosa leche, dale a mami su desayuno!

Isabel comenzó a lamer la cabeza de la polla de su hijo al mismo tiempo que le hacía la cubana más intensa que le había hecho hasta ahora. Iker se dejaba hacer. Luego de unos minutos, Iker no aguantó más y agarró la cabeza de su madre contra su polla y sin que ella dejara de pajearle con sus tetas, Iker se corrió para su madre.

Iker: ¿Quieres mi leche, puta? ¡Pues toma mi leche, oh sí, me corro, puta!

Isabel: ¡Sí, mi amor, dame tu leche, dale tu eche a mami, oh sí, en mi cara, en mi boca, en mis tetas!

Iker se corría como un loco en las tetas, cara y boca de su madre, que recibía la leche de su hijo deseosa, como si la vida le fuera en ello. Cuando terminó de correrse, Iker abrazó por detrás a su madre, que se sentó en la cama, pensativa.

Iker: ¿Estás bien, mamá? – dijo con cariño.

Isabel: Sí, mi amor, tranquilo. Es solo que no sé qué haría si algún día te cansaras de mí – dijo sincera.

Iker: ¿Por qué habría de aburrirme de ti? – dijo con cariño.

Isabel: Porque soy vieja, tienes una chica joven, te irás algún día a vivir por ahí con ella y tendréis una familia – dijo algo triste.

Iker: Nunca me voy a ir de tu lado, mamá – dijo abrazándola fuerte – No importa dónde trabaje el día de mañana o dónde tenga que vivir, tú te vienes conmigo – le dijo dándole la vuelta.

Isabel: ¿En serio, mi amor? – dijo ilusionada.

Iker: Totalmente en serio, mamá. Te amo - dijo con cariño - y no pienso aburrirme nunca de una puta cómo tú – dijo con deseo.

Isabel: No te imaginas lo felices que nos vas a hacer a Laura y a mí, mi amor – dijo mirándolo con devoción - ¡Y lo feliz que te vamos a hacer a ti!

Iker: No sé si Laura querrá la vida que le vamos a proponer – dijo dudoso.

Isabel: ¡Lo hará! Esa chica te ama y se nota que es capaz de todo por ti. Hazme caso – dijo cogiéndole la cara con cariño - ¡A desayunar! – dijo levantándose y dándole un beso a su hijo.

Isabel se limpió y aseó, al igual que Iker. Desayunaron tranquilamente y pasaron la mañana juntos, preparando el plan para la tarde cuando llegara Laura. Cuando llegó Laura, después de comer, lo hizo muy contenta de que Iker la hubiera invitado a pasar la tarde en su casa. Vestía un vestido hasta las rodillas con algo de escote y, cómo le dijo él la tarde antes, iba sin ropa interior. Le abrió la puerta Iker. Isabel estaba escondida en su habitación.

Iker: ¡Hola, amor! – dijo dándole un beso - ¡Pasa, no te quedes ahí!

Laura: ¡Hola, amor mío! No esperaba que me invitaras a tu casa – dijo respondiéndole al beso y entrando.

Iker: Quiero pasar tiempo con mi chica – dijo sonriendo - ¿Qué hay de malo en eso?

Laura: ¡Nada, mi amor! – dijo mirándolo con todo el amor que sentía – Yo también quiero pasar mucho tiempo contigo.

Iker llevó a Laura al salón y puso una película romántica, preparó unas palomitas y algo de beber. Cuando Laura vio todo lo que tenía preparado, se sorprendió.

Iker: ¿Te gusta? Si quieres hacer otra cosa podemos cambiar el plan.

Laura: ¡Me encanta! – dijo sonriente - ¡Te amo! – dijo dándole un beso apasionado.

Iker la colocó a su lado, bien pegada a él. Laura estaba encantada, pues no esperaba que fuera tan romántico. Se recostaron en el sofá, ella apoyada en el hombro de él. Cuando llegó una escena de sexo en la película, Laura no pudo evitar mirar a Iker y empezar a besarlo con pasión.

Iker: ¿Y eso?

Laura: Porque te amo, y porque ya no aguanto más, mi amor – dijo colocándose a horcajadas de él.

Laura comenzó a besar a Iker, a devorar su boca con pasión. Iker le empezó a pasar las manos por las piernas hasta llegar a su culo, sorprendiéndose de no encontrarse con ninguna prenda.

Iker: ¿No llevas nada? – dijo sorprendido.

Laura: No – dijo sonriendo – Mi chico me pidió que nunca llevara ropa interior con él y eso hago – dijo con deseo y amor.

Iker comenzó a besar con más pasión a Laura, que le quitó la camiseta a Iker para comenzar a tocarle el pecho y el abdomen con deseo. Iker comenzó a quitarle el vestido por arriba, dejándola completamente desnuda y le agarró las tetas, empezando a comérselas.

Laura: ¡Eso, mi amor, cómele las tetas a tu mujer! ¡Me encanta, mi amor!

Iker no dejó de comerle las tetas mientras empezaba a acariciarle el culo y el coño, que lo tenía ya empapado. Laura, no aguantaba más, así que con habilidad logró quitarle los pantalones y los bóxers a Iker y agarrando su polla, comenzó a pajearlo.

Laura: ¿Qué quieres que haga con esta preciosidad, mi amor? – dijo mirándole a los ojos sin parar de pajearlo suavemente.

Iker: Quiero que mi puta, me haga una mamada – dijo pellizcándole con fuerza un pezón y dándole un azote fuerte en su culo, haciéndola gemir.

Laura: Sí, mi amor, tu puta se encarga de ti – dijo con deseo mientas se restregaba son el cuerpo de Iker al bajar hacía su polla. Laura lamía le vientre y el pecho de Iker mientras bajaba sin dejar de pajearlo suavemente. Cuando llegó a la polla de Iker con su boca y tras mirarlo con una sonrisa en los labios, le lamió la polla desde los huevos a la cabeza y se la comenzó a meter en la boca, entera, poco a poco. No paró hasta tenerla toda la polla incrustada en su garganta.

Iker: ¡Eres una buena chupapollas, putita! ¡Oh sí, sigue así! ¡No pares!

Laura siguió comiéndole la polla a Iker, suavemente, dejándole notas cómo abría su garganta a su paso. Iker disfrutaba de la mamada de Laura. Nueva mente Laura le sorprendió, pues se sacó la polla bien ensalivada de su boca y la metió entre sus tetas, comenzando con una lenta cubana.

Laura: ¿Le gusta a mi chico como su puta le trata su polla?

Iker: ¡Me encanta, puta! ¡No pares, sí, sigue! ¡Tienes un buen par de tetazas! – dijo pellizcando sus pezones.

Laura: ¡Me alegro que te gusten, mi amor! – dijo gimiendo - ¡No dejes de usarlas, mi amor, me encanta!

Laura siguió haciéndole la cubana mientras él le pellizcaba y amasaba sus tetas. Laura quería ordeñarlo, pero él tenía otros planes. Para sorpresa de Laura, la apartó de él y se levantó para incrustarle la polla en su garganta una vez más y volver a sacarla.

Laura: ¡Me encanta cómo me usas, mi amor! ¡Quiero tu leche, dame de beber! – dijo pensando que se iba a correr en su boca.

Iker: No voy a correrme aún, ¡puta! – dijo levantándola del suelo.

Laura: ¿A dónde me llevas? – dijo viendo cómo Iker la llevaba a su habitación.

Cuando llegaron Laura vio todo lo que había preparado. Sorprendida contempló como había abrazaderas atadas a los bordes de la cama al igual que al lado había una fusta y una venda.

Laura: ¿Qué es todo esto, mi amor?

Iker: ¡Tu castigo por puta! – dijo azotándola.

Laura: ¿Qué vas a hacerme? – dijo cachonda, pensando en la follada que le iba a meter Iker.

Iker: Ya lo verás, o mejor dicho, lo notarás – dijo sonriendo divertido.

Iker llevó a Laura a la cama y la acostó al tiempo que sin dejar de sonreírla comenzó a atarla a la cama las muñecas y los tobillos. Iker se quedó admirándola.

Iker: ¡Estás buenísima, mi amor! ¡Pero te voy a reventar a pollazos!

Laura: ¡Soy toda tuya, mi amor, úsame a tu antojo! – dijo gimiendo con anticipación al oírlo.

Iker: Tienes prohibido correrte – le avisó mientras cogía la fusta.

Laura: ¡Sí, amo!

Iker se colocó encima de Laura, sin llegar a tocarla y le pasó la fusta por todo su cuerpo, por su cara, por su cuello, sus tetas, su vientre, su coño y sus piernas. Iker, con una sonrisa satisfecha al oírla gemir sustituyó su lengua por la fusta e hizo el recorrido inverso hasta llegar a su boca. La besó intensamente.

Iker: ¿Te gusta?

Laura: Sí, mi amo, me encanta – dijo gimiendo.

Iker siguió torturándola un poco más hasta que llegó con su boca a su coño y comenzó a comérselo. Primero le pasó la lengua por todo su coño, de arriba abajo, haciendo círculos en su clítoris. Laura gemía sin parar. Iker empezó a comerle el coño más rápido, más intenso, sacándole gritos de placer a Laura.

Laura: ¡Oh sí, amo, no pares, así! ¡Qué bien comes mi coño! ¡Oh sí, así, no pares, más, más, sigue así, me encanta! – decía retorciéndose de placer.

Iker siguió llevándola al límite viendo cómo Laura le complacía e intentaba retrasar su orgasmo todo lo que podía. Cuando vio que no podía más Iker se apiadó de ella y la hizo correrse.

Iker: Has sido una buena puta, ¡córrete para tu amo!

Laura: ¡Oh sí, amo, me corro, sí, más, oh sí, me encanta, oh sí, sí, sí! – se corría entre gritos y lágrimas.

Laura tuvo un orgasmo brutal, pero no fue el único, encadenó orgasmo tras orgasmo mientras Iker cada vez era más osado y mientras le devoraba el coño con su lengua le metía un par de dedos follándola. Luego de unos minutos intensos, Iker la dejó descansar.

Iker: Veo que te gusta lo que te hace tu amo – dijo levantándose de la cama y yendo a por la venda.

Laura: Me encanta, amo, te amo – dijo mirándolo con amor infinito - ¿Qué vas a hacerme? – dijo viendo que cogía la venda.

Iker: Disfrutar – dijo sonriendo.

Laura: ¡Amo! – dijo gimiendo, esperando lo que le haría Iker.

Iker se colocó a su lado y le levantó la cabeza para colocarle la venda. Cuando se la hubo colocado, miró a la puerta y encontró a su madre escondida, completamente desnuda. Le hizo una señal para que entrara. Isabel entró y se colocó al lado de la cama, de pie.

Iker: ¿Por dónde deseas que empiece, puta?

Laura: Sigue comiéndome el coño, amo – dijo gimiendo.

Iker le hizo una señal a su madre e Isabel, con una sonrisa, se colocó entre las piernas de Laura y comenzó a comerla el coño. Isabel nunca lo había hecho antes, pero le daba morbo, y cuando comenzó a comerle el coño, le gustó el sabor y comenzó a hacerlo con más intensidad, notando cómo Laura se retorcía de placer. Iker no se perdía detalle.

Laura: ¡Oh sí, sigue, no pares, así! ¡Oh sí, así, no pares, más, más, sigue así, me encanta!

Isabel siguió comiéndole el coño un rato más mientras su hijo se hacía una lenta paja. Iker, luego de un rato, se hartó de mirar y sin hacer mucho ruido se subió encima de su cara y le puso la polla en la boca, Laura la engulló sin rechistar de una estocada en su garganta. Iker comenzó a follarla la boca mientras su madre le miraba sin dejar de comerle el coño a Laura. Iker le follaba la boca como una bestia mientras su madre, cada vez más cachonda y sin apartar la mirada de su hijo le comía el coño a Laura y le metía tres dedos en su coño.

Laura: ¡Más, más! – gemía apenas cuando le sacaba la polla Iker de la boca.

Iker siguió con su juego un buen rato más, hasta que decidió jugarse el todo por el todo. Quitó a su madre y se quitó él de encima. Situó a su madre encima de Laura y le quitó la venda. Laura tenía los ojos cerrados, pero cuando los abrió se sorprendió enormemente de encontrarse a Isabel encima suyo.

Laura: ¡Ah! – gritó - ¿Qué significa esto? – dijo intentando soltarse sin éxito.

Isabel: Tranquila, putita – dijo acariciándole la cara – que el amo nos va a follar cómo solo él sabe hacerlo – dijo mirándola a los ojos.

Laura: ¿Qué? ¡Iker! ¿Qué significa esto? – dijo desorientada y cabreada.

Iker: Que me voy a follar a mis putas – dijo colocándose detrás de su madre.

Iker no le dio tiempo a contestar a Laura, pues de una estocada le penetró su encharcado coño, haciéndola gritar, pero Isabel la calló besándola apasionadamente. Laura se dejaba besar, al principio sorprendida, pero luego le correspondió al beso profundizándolo mientras Iker la follaba salvajemente el coño.

Iker: ¡Vamos putita, disfruta de la follada que te vamos a dar! ¡Toma polla, oh sí, que coño tan estrechito!

Iker se continuó follando el coño de Laura a un ritmo salvaje unos minutos más mientras Isabel besaba a Laura y le comía las tetas. Luego, Iker sacó su polla del coño de Laura y arrastró a su madre hasta que la colocó a cuatro patas con su boca en el coño de Laura y se colocó detrás de ella.

Iker: Ahora mamá, ¡cómele el coño a Laura mientras te follo en tuyo!

Isabel: ¡Sí, amo, con mucho gusto!

Laura: ¡Estáis locos!

Iker, dándole un sonoro azote al culo de su madre la penetró el coño de una estocada sacándole un grito de placer. Laura observaba gimiendo cómo Iker se follaba a su madre al mismo tiempo que su madre le comía el coño a ella. Era morboso. Laura no paraba de correrse en la boca de Isabel y ella al sentir la corrida de Laura y la follada bestial de su hijo, se corría cómo loca. Iker marcaba el ritmo de la follada con azotes. Luego de unos minutos, Iker se corrió.

Iker: ¡Pon tu cara al lado de la de Laura, puta! – dijo sacándole la polla de su coño a Isabel y dándole un sonoro azote.

Isabel: ¡Sí, amo! – dijo colocándose tumbada al lado de Laura y pegando su cara a la de la muchacha.

Laura: ¿Qué vas a hacer? – dijo exhausta.

Iker: ¡Correrme en vuestras caras de puta! ¿Queréis mi leche? – dijo colocándose sentado en el vientre de Laura y comenzando a pajearse.

Isabel: ¡Sí, amo, llena nuestras caras de putas viciosas de tu rica leche! – dijo con su mejor cara de puta viciosa.

Laura: ¡Danos de beber! – dijo abriendo la boca y sacando la lengua.

Iker: ¡Tomar mi leche, putas! ¡Oh sí, me corro! ¡Os voy a llenar vuestras caras de putas con mi leche!

Iker se corrió como una bestia en las caras y bocas de sus putas, que recibían gustosas la corrida tan inmensa de Iker y se tragaban toda la leche que caía en sus bocas. Laura se corrió al sentir la descarga de leche de su amado en su cara y boca, al igual que Isabel. Iker, cuando terminó de correrse, se tumbó al otro lado de Laura. Luego de unos segundos de descanso, Isabel limpió los restos de semen de la cara de Laura y de la suya con toallitas húmedas. Iker, desató a Laura y la besó, pero ella se puso histérica.

Laura: ¡Estáis locos! ¡Sois unos degenerados! – dijo pegando a Iker en el pecho e intentando huir - ¡Déjame irme! – dijo al notar cómo Iker la intentaba sujetar.

Iker: ¡No pienso dejarte ir! Sé que es raro, pero todo tiene una explicación – dijo intentando razonar con ella.

Laura: ¿Explicación? – dijo sarcástica – La única explicación que tiene es que sois unos degenerados y unos dementes. ¡Déjame en paz! – dijo pataleando.

Iker: ¡No hasta que te calmes!

Isabel: Iker, mi amor, déjame hablar con Laura a solas, por favor – dijo al ver que Laura se tranquilizaba en su intento de golpear a su hijo.

Iker: Esta bien, vuelvo en 5 minutos – les avisó saliendo por la puerta y cerrándola, dejando a una Laura llorosa e impotente.

Isabel: Sé lo que estás pasando – dijo intentando acercarse a ella.

Laura: Permíteme dudarlo – dijo sarcástica.

Isabel: ¿Qué sientes por mi hijo?

Laura: Lo amo con toda mi alma – dijo llorando.

Isabel: Mira, te voy a explicar algo. Yo a mi hijo lo he criado sola y siempre lo he querido cómo mi mayor tesoro – dijo sonriente – siempre lo quise cómo a un hijo, pero el día que le pasó lo del accidente, cuando me llamaron del hospital yo quise morirme – dijo mirándola seria a los ojos – Pensar que mi hijo podría estar mal o muerto me sacó de mis casillas.

Laura: No sé a dónde quieres llegar – dijo confusa.

Isabel: A partir de ese momento yo me empecé a dar cuenta de algo: no solo quería a Iker cómo a mi hijo, sino que lo amaba cómo un hombre, lo deseaba – dijo mirándola seria – y me dije a mí misma que haría todo lo que estuviera en mi mano para hacerlo feliz.

Laura: Yo también quiero hacerlo feliz – dijo segura, pero llorosa.

Isabel: Entonces, ¡hagámoslo feliz! – dijo sonriendo – Él nos ama a las dos, nos quiere a las dos en su vida cómo sus mujeres, sus putas, su todo. ¿No estás dispuesta a hacerlo feliz y ser feliz a su lado?

Laura: Sí, lo estoy. Quiero ser todo para él y hacerlo inmensamente feliz, igual de feliz que me hace cuando me mira con esos ojitos pícaros y me sonríe con esa sonrisa traviesa que tiene – dijo enamorada – ¡Y esa carita de pillo! Me lo comería entero.

Isabel: Sí, lo sé – dijo sonriendo enamorada – a mí me pasa lo mismo. Entonces, ¿te unes a nosotros?

Laura: Sí, Isabel, me uniré a vosotros – dijo decidida.

Iker volvió a entrar a la habitación y encontró a su madre abrazada a Laura, ambas aún desnudas, pero tranquilas. Avanzó hacía ellas y se colocó delante de Laura.

Iker: ¿Y bien? – dijo expectante.

Laura: Me quedo con vosotros – dijo sonriendo – Ya te dije que no te ibas a deshacer de mí nunca – le advirtió divertida.

Iker: ¡Me alegra escucharlo! – dijo besándola y abrazándola.

Isabel: Bueno, vamos a la ducha, que la necesitamos – dijo levantándose.

Iker y Laura la siguieron cogidos de la cintura. Isabel preparó la bañera con agua templada y tras darle una sonrisa y mirada cómplice a Laura pidió a su hijo que se metiera dentro.

Isabel: Mi amor, métete dentro que tus putas te vamos a mimar – dijo dejándole espacio y sonriéndole.

Iker, sorprendido, le hizo caso y se metió a la bañera y se tumbó, esperando lo que iban a hacerle ambas mujeres. Laura se colocó a la altura de sus piernas e Isabel a la altura de su pecho.

Isabel: Relájate y disfruta, mi amor – dijo empezando a enjabonarle el pecho.

Laura: Sí, mi amor, nosotras te cuidaremos, amaremos y mimaremos – dijo mirándolo enamorada mientras la comenzaba a masajear los pies.

Iker: Parece que has aceptado lo que te pido sin ni siquiera pedírtelo – dijo mirando a Laura.

Laura: Bueno, tu madre me ha hecho entender que lo único que quiero en mi vida es hacerte inmensamente feliz y ser feliz a tu lado – dijo mirándolo con devoción y amor – Y el tener que compartirte con tu madre me da morbo – confesó sonriendo pícara.

Isabel sonrió cómplice con Laura y empezaron a lavar a Iker. Iker se dejaba hacer por ambas. Laura comenzó a lavarle las piernas y los pies, dándole un lento masaje, mientras Isabel le lavaba el pecho y la espalda a su hijo con delicadeza. Iker estaba relajado con los ojos cerrados. Isabel le lavó la cabeza mientras Laura comenzó a lavarle la polla y el culo, haciendo que tuviera una erección en sus manos.

Laura: Mi amor, ¿quieres que te pajeé? - dijo sin quitar la vista de su polla.

Iker: Sí, a ver qué tal se te da - dijo mirándola con intensidad.

Isabel: ¡Vamos querida! Demuéstrale a nuestro hombre lo que sabes hacer – dijo sonriendo pícara.

Iker no dejó de mirar ni un solo segundo, como Laura agarraba su polla suavemente y comenzaba a subir y bajar sus manos y dedos por toda su polla. Laura, al sentirse observada, le dedicó una sonrisa satisfecha al ver su cara de satisfacción.

Laura: ¿Te gusta, mi amor?

Iker: No lo haces mal – dijo guiñándole un ojo.

Isabel le puso sus tetas en la boca para que le comiera las tetas y llevó sus manos a la polla de su hijo y empezó a pajearlo junto con Laura.

Isabel: ¿Qué te parece si le enseñamos a nuestro hombre lo que es el placer? – dijo pícara a Laura.

Laura: ¡Perfecto! – dijo sonriendo traviesa.

Isabel comenzó a pajear a su hijo con ambas manos mientras Laura, luego de guiñarle un ojo a Iker, comenzó a lamerle la polla y los huevos de arriba abajo, Iker gemía con las tetas de su madre en la boca.

Iker: ¡Oh sí, seguid así, no paréis!

Laura comenzó a comerle la polla poco a poco al mismo tiempo que Isabel aumentaba el ritmo de la paja. Isabel gemía porque su hijo le comía las tetas con más ansia.

Iker: ¡Seguid así, putas! ¡No paréis, oh sí, así, más!

Isabel: ¡Sigue comiéndome las tetas, mi amor! Y tú cariño, ¡Cómete la polla de nuestro hombre! – dijo cogiendo la cabeza de Laura e incrustando la polla de su hijo bien adentro de su garganta.

Laura: ¡Uhgmmmmm! – gritó con la polla dentro de su boca.

Iker: ¡Sí, putas, seguid así, cómeme la polla y tú dame teta!

Laura empezó a comerle la polla metiéndosela entera en su garganta ayudada por Isabel, mientras que Isabel le masajeaba los huevos e Iker no paraba de comerle las tetas a su madre con ansia. Luego de unos minutos, Iker se corrió en la boca de Laura.

Iker: ¡Oh sí putas, seguid así, me corro, perras, toma mi leche puta, oh sí me vacío en tu boca!

Isabel: ¡Vamos, mi amor, dale toda tu leche en la boca, que lo está deseando, oh sí!

Iker se corrió como un animal en la boca de Laura que recibía toda la descarga de su amado, encantada. Laura se corrió con solo sentir a Iker correrse en su boca mientras que Isabel se corría al morderle su hijo muy intensamente sus pezones, mientras se corría. Cuando Iker terminó de correrse, Isabel no dejó que Laura se tragara la leche, así que, sorprendiendo a Iker y a la propia Laura, la besó apasionadamente, mientras se pasaban y compartían la corrida de Iker.

Isabel: ¡Dame la leche de mi hombre, puta! – dijo besando a Laura.

Laura: ¡Toma leche, puta! – dijo pasándole parte de la enorme corrida de Iker.

Luego de compartir la leche de Iker, Isabel y Laura terminaron de lavar y secar a Iker, que las miraba divertido. Iker se dejaba mimar por sus mujeres. Isabel y Laura le prepararon algo de tomar mientras Iker se quedaba viendo la televisión. Cuando llegaron al salón, se sentaron cada una a un lado de Iker. Todos seguían desnudos.

Iker: Te veo contenta – dijo mirando a Laura.

Laura: Sí, la verdad es que tengo motivos – dijo mirándolo feliz.

Isabel: Es normal, mi amor – dijo sonriendo – Está con el hombre que ama y eso la hace enormemente feliz – dijo al ver cómo Laura abrazaba por la cintura a su hijo.

Iker: Me alegro – dijo besando a Laura – La verdad, temía que no quisieras unirte a nosotros.

Laura: Al principio he sentido unos celos enormes al ver a tu madre con nosotros y he querido morirme – dijo seria – Pero luego ella me ha hecho entrar en razón – dijo cogiéndole una mano a Isabel.

Isabel: Un placer cariño – dijo devolviéndole el apretón con una sonrisa.

Iker: No sé si podré con dos mujeres – dijo divertido.

Laura: Claro que podrás, mi amor – dijo besándolo.

Isabel: Eres todo un semental, mi amor – dijo besándolo también – La verdad es que no sé si aguantaremos ambas tus folladas – dijo sonriendo pícara – Nos dejas hechas polvo.

Iker: Sí y espero que sigas tomándote las pastillas anticonceptivas – dijo a Laura – sino tendremos un equipo entero de fútbol antes de los 30 – dijo divertido.

Laura: La verdad me gustaría, mi amor – dijo mirándolo feliz.

Isabel: De eso nada – dijo seria – Laura es joven para tener hijos. Os lo prohíbo, y no admito comentarios – dijo seria al ver que iban a replicar – Laura tiene terminantemente prohibido quedarse embarazada hasta que no tenga los 18 o hasta que termine sus estudios y no es negociable. Si quieres hijos, tendrás que conformarte con tenerlos conmigo de momento – dijo seria – A mí puedes hacerme todos los que quieras – dijo sonriendo – nada me haría más feliz que tener hijos con el hombre de mi vida – dijo enamorada.

Iker: Vale, puede que tengas razón. Pero pronto me casaré con ella – dijo serio.

Laura: La verdad es que tu madre tiene razón – dijo mirándolo sería – Pero acepto casarme contigo – dijo feliz.

Isabel: De cara a la gente tú serás su mujer – dijo a Laura – ya que yo no puedo serlo, pero de puertas para adentro, tienes a dos mujeres que satisfacer y con quienes satisfacer tus deseos – dijo sonriendo.

Iker: El paraíso – dijo besándolas.

Laura: Te amo, mi amor. Pero me tengo que ir a cenar – dijo triste.

Isabel: ¿Aún tienes hambre? – dijo riendo - ¿No has tenido suficiente con la salchicha y los huevos de tu futuro marido?

Laura se rio junto con Iker por la ocurrencia de Isabel. Laura se vistió y se despidió de madre e hijo.

Laura: Me voy, mi amor. Te echaré de menos – dijo besándolo apasionadamente.

Iker: Y yo a ti, mi amor – dijo respondiendo a su beso y tocándola el culo.

Laura: Espero que hayas quedado satisfecho – dijo pícara.

Isabel: No te preocupes, cariño, si aún tiene ganas de reventar a su puta, aquí me tiene – dijo dándole un beso apasionado a Laura que ella devolvió gustosa.

Laura: ¡Déjalo seco, que mañana es mío! – dijo tocándole sus enormes tetas a Isabel.

Iker: Lo hará – dijo mientras la azotaba el culo a su madre – Toma, llévate esto. Quiero que lo uses hoy y mañana – dijo entregándole un plug anal.

Laura: ¿Para qué? – dijo confusa.

Isabel: Es un plug anal, cariño – le explicó – sirve para dilatar el culo.

Iker: Quiero que te lo pongas cuando llegues a casa y que te lo quites para venir aquí. Mañana pienso romperte el culo, puta – dijo acariciándoselo mientras le daba un azote.

Laura: Lo estoy deseando, mi amor – dijo besándolo – mi culo es tuyo, como todo mi cuerpo, úsalo a tu antojo.

Iker: Eso haré. Hasta mañana – dijo besándola.

Isabel: Hasta mañana, cariño – dijo con la mano.

Laura: Hasta mañana, mi amor. Hasta mañana, cariño.

Laura se fue a su casa e hizo lo que le pidió Iker. Madre e hijo cenaron y repusieron fuerzas, pues se pasaron toda la noche follando como animales en celo.