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Gracias a las drogas me follé a mi madre III

en Amor filial

Unos meses después, las cosas seguían igual en la familia. Lorena se dejaba follar la boca o las tetas por su hijo para vaciarle los huevos mientras estaban solos en casa. Vicente iba detrás de su madre cuando se iba a cambiar de ropa o a ducharse para ver cómo se masturbaba y hacerse una paja él al mismo tiempo, les gustaba eso. Felipe sabía lo que pasaba entre ambos, pero cómo el que más disfrutaba era él gracias a la calentura sin límite de su mujer, no decía nada. Últimamente, Vicente no se conformaba solo con follarle la boca y las tetas, quería follarla, pero por respeto a su marido, ella no se dejaba. Estaban tomando el sol, un día de descanso en su chalé cuando Vicente se tiró al agua a darse un chapuzón. Lorena se calentó solo de pensar que podía “jugar con su hijo” en la piscina. Ella llevaba un bikini que le quedaba muy apretado, tanto arriba cómo abajo, y Vicente un bañador normal. Lorena, luego de pensarlo unos minutos se tiró al agua.

Lorena: ¡Uf! Está fresquita – dijo sonriendo.

Vicente: Mucho – dijo viendo a su madre acercarse.

Lorena: ¿Te apetece jugar, antes de que venga tu padre? – dijo pícara.

Vicente: ¿A qué? – dijo sabiendo lo que quería su madre.

Lorena, ante la atenta mirada de su hijo, se quitó el bikini, quedando completamente desnuda. Le miró sonriendo pícara. Vicente se rio antes de quitarse el bañador. Lorena llevo ambos bañadores al borde de la piscina y volvió a la altura de su hijo.

Lorena: ¿Te apetece hacer algo en especial? – dijo sugerente.

Vicente: Que me la chupes – dijo mirándole las tetas con deseo.

Lorena: Vale – dijo guiñándole un ojo – Vente al borde.

Vicente: No – dijo riendo – Quiero que me la chupes, debajo del agua – dijo con una mirada ardiente.

Lorena miró a su hijo a los ojos y ante esa mirada de ardiente deseo no hizo más que guiñarle un ojo y agarrarle la polla sonriéndole pícara, antes de hundirse bajo el agua y tragarse la polla, aún no erecta, de su hijo. Vicente gimió al sentir como su madre, tragaba poco a poco su polla y le apretaba los huevos con suavidad. Lorena salió por falta de oxígeno y rápidamente empezó a besar a su hijo apasionadamente sin dejar de pajearlo.

Lorena: ¿Te gusta? – dijo sugerente.

Vicente: ¡Mucho! – dijo pellizcándole sus pezones - ¿Y a ti?

Lorena: Me encanta – dijo restregándole su coño por su, ahora, morcillona polla.

Vicente: ¡Pues sigue, puta!

Lorena volvió a sumergirse rauda y se volvió a meter la polla de su hijo en la boca empezando a masajearle los huevos, dándole más placer a su hijo. Vicente disfrutaba mucho de la mamada submarina de su madre. Lorena siguió haciéndole la mamada a su hijo hasta que la tuvo bien dura. Le costó un par de minutos en los que tuvo que salir un par de veces más a tomar aire. Cuando tuvo la polla bien erecta y luego de un par de mamadas profundas de su madre, Vicente la sacó del agua, la cogió de los brazos mientras la besaba y la llevó al borde para sentarse en él, quedando con las piernas abiertas delante de su madre que lo miraba con deseo.

Vicente: Has hecho muy buen trabajo, puta – dijo halagándola con una sonrisa – Ahora te toca rematar la faena.

Lorena: ¿Qué deseas, cielo? – dijo pasándose la lengua por sus labios, provocándolo.

Vicente: ¡Follarte la boca!

Lorena: Tus deseos son órdenes, cariño.

Lorena, con una sonrisa pícara, se colocó con su cara cerca de la polla de su hijo, que apuntaba al cielo, dura y palpitante. La agarró con ambas manos y la engulló suavemente hasta alojarla entera en su garganta. La aguantó unos segundos junto con las arcadas que le producía, y la sacó de nuevo para repetir la acción, lentamente.

Vicente: ¡Oh sí, toma polla, puta, sí, trágate toda mi polla, la polla de tu hijo! ¡Qué buena chupa pollas eres, puta! – dijo pellizcándole sus pezones con fuerza.

Lorena: ¡Mmmmmmmhhhh! – gimió - ¡Mmmmmmmhhhh!

Lorena, poco a poco, aumentó el ritmo en el que engullía la polla de su hijo. Vicente disfrutaba de la mamada de su madre, que no dejaba de aumentar cada vez más la presión que ejercía con su boca y garganta en la polla de su hijo. Vicente le sujetó la cabeza a su madre fuertemente contra su polla, haciendo la mamada aún más profunda, haciéndole a su madre gemir.

Vicente: ¡Oh sí, traga polla, puta, sí, sé que te gusta, puta, trágatela entera, oh sí, que buena garganta tienes, puta, oh sí! ¡Eres la mejor chupa pollas del mundo, puta! – gimió.

Lorena: ¡Mmmmmmmhhhh! – gimió mientras se corría de placer por el tratamiento de su hijo - ¡Mmmmmmmhhhh!

Nunca le había pasado eso antes a Lorena, se sorprendió, pero sentía aún más calentura por la follada de boca que le propinaba su hijo. Vicente, luego de unos minutos, no aguantó más y se corrió en la boca de su madre, que recibía gustosa y deseosa la corrida de su hijo.

Vicente: ¡Oh sí, me voy a correr en tu boca, puta, sí, toma mi leche, puta, trágatela toda, perra, no dejes ni una sola gota, oh sí, me corro, sí, oh sí! ¡Toma toda mi leche, puta! – gimió.

Lorena: ¡Mmmmmmmhhhh! – gimió - ¡Mmmmmmmhhhh! ¡Mmmmmmmhhhh! ¡Mmmmmmmhhhh!

Vicente se corrió bestialmente en la boca de su madre mientras ella la recibía enajenada por el placer. Lorena se corrió al sentir la explosión de leche de su hijo en su garganta. Cuando ambos se corrieron Lorena se quedó tumbada boca arriba en la piscina, relajada, mientras Vicente se quedó sentado viendo a su madre relajada.

Vicente: Buen trabajo, puta – la alabó – cada día te superas más – dijo sonriendo lascivo.

Lorena: ¡Gracias, cariño! – rio – Me encanta que me folles la boca con tu pollón.

Vicente: ¿Te gusta más que la de papá? – dijo curioso.

Lorena: Sí – dijo sincera – tu olla es más grande, más gorda y me gusta más comérmela o agarrártela que la de papá.

Vicente: ¿Y no has pensado en tenerla en el fondo de tu ser? – dijo pícaro.

Lorena: ¡Cariño! – dijo sorprendida – La verdad no voy a hacer eso – dijo indecisa, pues se moría de ganas por hacerlo y su hijo lo notó.

Vicente: Bueno, voy a seguir bañándome – dijo tirándose al agua.

Lorena: Vale, yo iré a tomar el sol – dijo saliéndose del agua para evitar tentaciones.

Lorena se fue rauda a la tumbona a tomar el sol conforme estaba por miedo a llegar a más con su propio hijo, pues su cuerpo le pedía que se lo follara, pero su cabeza más razonable le pedía cordura. Vicente se quedó observando a su madre tomar el sol, le ponía muchísimo y quería llegar a más con ella, quería follársela, pero deseaba que fuera ella quién se lo pidiera. Trazó un plan.

Vicente: Mamá, voy a por un refresco, ¿quieres uno?

Lorena: Vale, pero no tardes cielo – dijo evitando mirarle.

Vicente: De acuerdo – dijo saliendo despreocupado hacia el despacho de su padre.

Vicente fue al despacho de su padre y, con la contraseña que había conseguido unos días antes, abrió la caja fuerte y sacó un bote de droga. Una vez que ya tenía el bote, se dirigió a la cocina y preparó unas limonadas y echó la droga en la bebida de su madre. Luego volvió al despacho y dejó el bote de droga en su sitio y volvió a la cocina a preparar algo de picar. Una vez todo listo salió con ello a la piscina dónde su madre tomaba el sol, completamente desnuda.

Vicente: ¡Ya estoy aquí! – dijo asustándola – Toma – dijo divertido.

Lorena: ¡Qué susto! – dijo meneando la cabeza divertida - Gracias cielo.

Vicente: ¿Te pongo crema?

Lorena: Vale – dijo dubitativa evitando mirarle mientras le daba un sorbo a su bebida.

Vicente esperó a que su madre se diera la vuelta y se colocó sentado en su culo, con su polla rozándole su raja del culo. Lorena gimió y le subió la calentura enseguida, empezó a beber más, para regocijo de su hijo. Vicente empezó a echarle crema por toda la espalda, los hombros y los brazos de forma pausada y sensual, haciéndola gemir a su madre.

Vicente: ¿Estás bien? – dijo divertido.

Lorena: ¡Mmmhh sí, muy bien! – gimió - ¡Sigue!

Vicente siguió masajeando el cuerpo de su madre sensualmente sin dejar de restregarle la polla por su culo a su madre. Lorena no paraba de gemir ni de beber. Vicente empezó a echarle crema por las piernas, alternando suavemente una y otra, pero sin tocarle el coño, notando cómo cada vez que pasaba de una pierna a otra su madre cerraba las piernas para frotarse el coño.

Vicente: Date la vuelta, que te toca por delante – dijo autoritario.

Lorena: Sí, claro cielo – gimió - ¡Adelante! – dijo pensando en que le comería el coño.

Vicente esperó a que su madre se diera la vuelta y se colocó sentado en su barriga dándole una buena vista de su polla morcillona, mientras comenzaba a darle crema por los hombros y los brazos. Lorena gimió ante el roce de los dedos de su hijo por su piel, estaba ardiendo de deseo. Vicente continuaba como si la cosa no fuera con él y empezó a masajearle las tetas a su madre, arrancándola un grito de deseo.

Vicente: ¿Te pasa algo? – dijo divertido.

Lorena: ¡Mmmhh sí, me encanta que me toques las tetas! – gimió - ¡Sigue, así!

Vicente siguió su camino y bajo por la tripa de su madre hasta sus piernas sin tocar su coño y volviendo a ver cómo su madre se frotaba los muslos mientras gemía. Lorena gritó de placer al notar cómo su hijo le volvía a recorrer las piernas sensualmente. Vicente apiadándose de su madre, cuando subió de nuevo por sus piernas le acarició el coño suavemente, haciendo que su madre arqueara la espalda de placer.

Vicente: Veo que estás muy acalorada, mamá, ¿esto es lo que deseas? – dijo sonriendo lascivo.

Lorena: ¡Oh sí, eso es lo que deseo cariño, dale placer a mami, oh sí! – gimió - ¡Me encanta!

Vicente empezó a masturbar lentamente a su madre haciéndola gemir mientras se arqueaba de placer. Lorena se arqueaba cada vez que su hijo le rozaba el clítoris, cada vez con más intensidad. Vicente comenzó a masturbar a su madre de manera frenética, hasta que vio que su madre se iba a correr irremediablemente y cambio sus dedos por su lengua.

Lorena: ¡Oh sí, cómeme el coño, sí, me encanta, oh sí, sí, sí, me corro, oh sí! – gritó - ¡Sigue así, sí, usa tus dedos, métemelos!

Lorena agarró la cabeza de su hijo con fuerza mientras Vicente le lamía el coño de arriba abajo, con habilidad, llevándola al cielo mientras le metía un par de dedos dentro de su coño. Lorena comenzó a pellizcarse los pezones con violencia, encadenando orgasmos sin parar, muerta de deseo.

Lorena: ¡Oh sí, no pares, sí, sí, que bien comes el coño a mami, oh sí, sí, sí, me corro, oh sí! – gritó - ¡Sigue así, sí, no pares!

Lorena no paraba de correrse y Vicente vio su oportunidad. Raudo, se levantó y empezó a rozar su polla erecta con el coño de su madre, con habilidad, haciéndola gemir. Lorena quería que su hijo se la follara, tener su polla en el fondo de sus agujeros, pero amaba a su marido cómo para entregarse a otro hombre, aunque fuera su propio hijo. Se lo quitó de encima a empujones.

Lorena: ¡No cielo, eso no! – dijo asustada - ¡Quítate!

Vicente: ¿Por qué no, mamá? Tú lo deseas, yo lo deseo, ¿cuál es el problema? – dijo quitándose de encima de su madre con disgusto.

Lorena: Cariño, no debemos llegar más allá de lo que ya hacemos por respeto a tu padre. Te deseo sí – reconoció – pero no quiero hacerle daño a tu padre.

Vicente: Papá no tiene por qué enterarse, yo no quiero hacerle daño tampoco y no voy a hacer nada para fastidiarle. Te he respetado siempre y te respetaré a partir de ahora. No te preocupes – dijo cabreado.

Lorena se sintió mal y quiso parar a su hijo para abrazarlo, pero Vicente fue más rápido y se lanzó al agua empezando a nadar. Lorena aún estaba caliente. Empezó a pensar en lo que le había dicho su hijo. La verdad era que su propio marido le había dado permiso para “jugar” todo lo posible con su hijo y eso incluía el sexo siempre y cuando luego follara con él. Luego de unos minutos, viendo que su calentura iba en aumento al pensar en follarse a su hijo, se levantó decidida de la tumbona y con decisión se tiró al agua, yendo al encuentro de su hijo.

Lorena: Hola, ¿me echabas de menos? – dijo abrazando a su hijo por los hombros.

Vicente: ¿Pasa algo? – dijo distante.

Lorena: Solo quiero decirte que tienes razón y que si quieres podemos llegar hasta el final – dijo restregando su coño por la polla morcillona de su hijo.

Vicente: No, déjalo, paso – dijo quitándosela de encima.

Lorena: No me rechaces, cariño – dijo con voz lastimera – Perdóname por lo de antes, es que me aterra hacerle daño a papá, pero te deseo como no he deseado a nadie en mi vida – dijo volviendo a agarrarse a su cuello.

Vicente: No pasa nada, mamá, lo entiendo, yo tampoco quiero hacerle daño, pero tienes razón, lo mejor es no seguir – dijo cabreado.

Lorena: ¡Yo no he dicho eso! – dijo asustada ante esa visión – Mami quiere seguir jugando con su hombrecito – dijo restregándose con la polla de su hijo.

Vicente: ¡Basta, mamá! – dijo apartándola bruscamente – Dejémoslo así.

Lorena: Yo no quiero dejarlo, cariño – dijo siguiendo a su hijo por la piscina – Te deseo, te necesito, quiero tu polla.

Vicente: ¿Qué? – dijo sorprendido por su arranque de sinceridad.

Entonces Lorena hizo algo que nunca había hecho hasta ahora con su hijo, le echó los brazos al cuello y agarrándole de la nuca le dio un beso apasionado en la boca, jugando con su lengua por sus labios y dientes. Vicente estaba sorprendido, pero no tardó en corresponder a su madre mientras la agarraba fuertemente del culo, haciéndola gemir por el contacto y por el roce de su polla con su coño. Lorena profundizó el beso. Luego de unos segundos de intenso morreo, Vicente rompió el beso.

Vicente: ¿Y eso? – dijo gratamente sorprendido.

Lorena: Quiero demostrarte cuanto te deseo – gimió mientras no dejaba de frotarse con la polla de su hijo – Quiero sentir tu polla en todos mis agujeros, quiero tu polla, quiero que me folles.

Vicente: Te va a costar un poco más, mamá – dijo quitándosela de encima con esfuerzo.

Lorena: ¿Por qué? – dijo frustrada.

Vicente: No pienso follarte así porque sí después de lo que me has hecho antes – dijo serio - ¿Qué es lo que realmente quieres de mí?

Lorena: Cielo, ya soy tu puta, desde que empezamos a jugar. Pero te necesito completamente para saciar mi apetito sexual, qué desde que empezamos a jugar está desbordado, y es solo por ti, por el morbo que me das, por el placer que siento al ver cómo te corres por mí – dijo sincera mientras se restregaba contra la polla de su hijo como una perra en celo.

Vicente: ¿Qué quieres de mí? – dijo serio.

Lorena: Amo a tu padre, pero te deseo inmensamente a ti – gimió – Mira cómo estoy solo con estar en tu presencia – dijo obviando que su estado se debía a la droga.

Vicente: No me has contestado – dijo quitándosela de encima.

Lorena: Quiero ser la puta que te folles a tu antojo cuando quieras, cómo quieras y dónde quieras, por dónde quieras – dijo sincera y cachonda.

Vicente: ¿Y qué quieres de mí? – dijo mirándola serio.

Lorena: Quiero que seas mi macho, mi semental, mi empotrador - gimió.

Vicente: ¿Y si yo quiero más que eso? – dijo cogiendo a su madre y empotrándola contra la pared de la piscina – Y si quiero que seas mi puta, mi esclava para que me complazcas en todo – dijo restregándole la polla por su coño haciéndola gemir – Y si quiero ser tu dueño, tu amo, tu señor al que obedezcas sin rechistar y solo vivas para hacerme feliz – dijo pellizcándole los pezones haciéndola gritar de placer.

Lorena: ¡Lo seré, seré tu puta para que me folles a tu antojo, tu esclava para complacerte en todo y satisfacerte – dijo intentando meterse la polla de su hijo en el coño – Por favor, ¡fóllame!

Vicente: ¡Pídelo bien, puta! – dijo dándole un guantazo en la cara mientras le turaba del pelo.

Lorena: Por favor, amo – suplicó muerta de deseo – Folla a tu puta, a tu sierva, a tu esclava, fóllame bien follada – dijo echando su culo hacia atrás para intentar penetrarse.

Vicente: Así me gusta, puta – dijo tirándola del pelo y pellizcándola un pezón con fuerza haciéndola gritar – Has sido buena y tendrás tu premio, ¡toma polla, puta! – dijo penetrándola de una sola estocada su coño.

Vicente penetró de una estocada el coño empapado de su madre, que lo recibió gritando de placer al notar como el pollón de su hijo se abría paso por su coño con violencia, abriéndola como nunca antes la habían abierto y llegando a tocar la pared de su vagina, cosa nunca antes conseguida.

Lorena: ¡Oh sí, me llenas entero mi coño, sí, fóllame, folla a tu puta, soy tuya, sí, más, bombea tu pollón en el coño de la puta de tu mami, oh sí, más, sigue, sí, revienta mi coño a pollazos, sí, me corro!

Vicente: ¡Toma polla, puta, mi polla querías, mi polla tendrás, oh sí, que ganas tenía de follarte, perra, sí, toma rabo, guarra, sí! – gimió mientras le agarraba de los pelos a su madre y tiraba de ella violentamente.

Vicente iba penetrando a su madre profundamente de forma lenta, pero poco a poco comenzó a torturarla más, le sacaba entera la polla y jugaba restregándosela en su culo. Quería que se entregara a él por completo y la estaba torturando.

Lorena: ¡Folla a tu puta, no seas malo, tu puta quiere tu polla! – gimió desesperada.

Vicente: No hasta que te rindas a mí totalmente y te des cuenta de que me perteneces, puta – dijo tirándola del pelo y mordiendo fuerte su cuello.

Vicente siguió torturando a su madre mientras ella gemía desesperada por que su hijo se la follara. Lorena, tras unos minutos de desesperación y de batallas internas, claudicó y se entregó totalmente a su hijo, sabiendo que su relación cambiaría totalmente de ahora en adelante.

Lorena: ¡Amo, por favor, su puta quiere que la folle! – gimió - ¡Folle a su puta, amo! – gimió girando la cabeza para mirarle a los ojos - ¡Soy suya, amo, márqueme, fólleme, lléneme de su rica leche!

Vicente: ¡Así me gusta, puta! Que entiendas la situación – dijo dándole un suave guantazo en la cara – Prepárate para la mejor follada de toda tu vida, puta. Te voy a reventar todos tus agujeros, perra – dijo restregándole su polla por su coño mientras le agarraba fuertemente del culo.

Vicente jugueteó con su polla en la entrada del coño de su madre unos segundos más, hasta que de un solo empujón violento le ensartó toda su polla en su interior haciéndola gritar de placer mientras con la mano libre pasó de agarrarle el culo a pellizcarle violentamente los pezones.

Lorena: ¡Oh sí, amo, folla mi coño, sí, fóllame, folla a tu puta, soy tuya, sí, más, sáciate con tu puta, me corro, oh sí, más, sigue, sí, revienta mi coño a pollazos, oh sí, me corro!

Vicente: ¡Eres una puta, mamá, mírate, follada por tu propio hijo, suplicándole que te reviente a pollazos, que te folle bien follada! ¡Eres una puta, perra, sí, toma rabo, guarra, sí! – gimió.

Vicente humillaba a su madre con sus comentarios llevándola a un estado de placer enfermizo dónde encadenaba orgasmos uno tras otro. Lorena no era capaz de pensar en nada, solo en su hijo y en su manera de follarla salvajemente, le encantaba, estaba en el cielo. Vicente le sacó la polla, la sacó del agua y la tumbó en el borde para, acto seguido, tumbarse encima de ella y penetrarla sin miramientos por su coño mientras comenzaba a comerle las tetas.

Lorena: ¡Oh sí, me matas de placer, sí, fóllame duro, fóllame fuerte, así, sí, folla a tu puta, me corro! – gritaba presa de tanto frenesí.

Vicente: ¡Toma polla, puta, no voy a parar hasta que te desmayes de placer, toma rabo, guarra, sí! – gimió mientras no dejaba de morderle, chuparle y lamerle las tetas y el cuello.

Vicente siguió follándose a su madre con furia, con rabia, con dureza mientras le comía las tetas y empezaba a morderle el cuello. Luego de unos minutos, Vicente sacó su polla del coño de su madre y la colocó a cuatro patas para ensartarle la polla de una estocada en el coño mientras empezaba a azotar el culo a su madre.

Lorena: ¡Oh sí, ahora me llegas más profundo, oh sí, me encanta, no pares, sí, fóllame duro, fóllame fuerte, así, sí, folla a tu puta, me corro, no dejes de follarme! – gritaba enajenada de placer.

Vicente: ¡Toma polla, puta, que ganas tenía de follarte, perra, toma rabo, guarra, sí! – gimió mientras no dejaba de azotarla y comenzaba a meterle un dedo en su culo.

Vicente empezó a meterle un dedo en el culo a su madre sin dejar de azotarla con la otra mano. Lorena gemía encantada con el tratamiento salvaje que le estaba dando su hijo. Vicente, luego de unos minutos de abrirle el culo a su madre, le metía hasta tres dedos en su culo. Tras unos minutos intensos y llenos de orgasmos de Lorena, Vicente le sacó la polla del coño a su madre y la colocó en la entrada del culo de su madre.

Lorena: ¡Qué vas a hacerme! – gritaba entre asustada y excitada.

Vicente: Comprobar si realmente has comprendido tu status hacía mí – dijo dándole un azote fuerte – Si realmente eres mi puta y mi esclava, ¡clávate mi polla en el fondo de tu culo!

Lorena: ¡Me vas a destrozar! – gritaba entre asustada y excitada.

Vicente: Lo sé, por eso quiero que te la metas tú solita – dijo dándole un azote fuerte – Tú decides, pero si no lo haces, no te pienso follar nunca más.

Lorena lo sopesó unos segundos. A ella no le gustaba el sexo anal, lo soportaba de su marido porque su polla no era muy grande, pero la polla de su hijo era casi el doble de la de su marido en tamaño. No tardó en decidirse al imaginarse sin la polla de su hijo. Ante esa visión, no tardó en echar el culo para atrás. Al sentir cómo su hijo le abría el culo con su polla se ensartó de un solo golpe la polla de su hijo. Sintió una mezcla de dolor enorme y placer enorme.

Lorena: ¡Oh sí, quiero tu polla, soy tu puta, amo, solo tuya, oh sí, me duele, pero me encanta, quiero tu polla en todo mi cuerpo, sí, oh sí, no pares, sí! – gritaba de placer.

Vicente: ¡Toma polla, puta, sabía que elegirías bien, perra, te voy a abrir bien el culo, guarra, sí! – gimió mientras no dejaba de azotarla y, apiadándose de ella, la empezaba a masturbar el coño.

Vicente comenzó a follarle el culo bestialmente a su madre notando cómo ella cada vez gritaba más por placer que por dolor. Lorena se sentía cómo nunca antes. Después de las primeras sensaciones de tener la polla de su hijo rompiéndole el culo, ahora se sentía en el cielo, sentía más placer que cuando le follaba el coño.

Lorena: ¡Oh sí, sí, me corro, amo, soy tu puta, amo, solo tuya, oh sí, nunca dejes de follarme todos mis agujeros, sí, me corro, me encanta, fóllame más fuerte, me corro, oh sí, me encanta tu polla, sí, oh sí, no pares, sí! – gritaba de placer.

Vicente, luego de unos minutos de follarle el culo a su madre, y de que esta gritara a los cuatro vientos que le pertenecía y que quería su polla, Vicente le sacó la polla del culo y se la volvió a ensartar en su coño chorreante.

Lorena: ¡Oh sí, sí, sí, sí, no dejes de follarme nunca así, amo, me corro, amo, me corro, oh sí, sí, me corro, me encanta, fóllame más fuerte, me corro, oh sí, me encanta tu polla, sí, oh sí, no pares, sí! – gritaba de placer.

Vicente comenzó a follarla violentamente por su culo y por su coño al mismo tiempo mientras la azotaba, la pellizcaba los pezones y la tiraba del pelo con fuerza. Lorena disfrutaba de la follada bestial de su hijo como nunca antes, estaba en el cielo, encadenando orgasmos sin parar. Vicente, luego de unos minutos intensos de follada a su madre e intentando evitar correrse para seguir follándosela, no pudo más y se corrió como un animal dentro del coño de su madre.

Vicente: ¡Toma polla, puta, me encanta follarte, perra, oh sí, eres muy estrecha, guarra, sí! – gimió - ¡Me voy a correr en tu coño!

Lorena: ¡Oh sí, dame tu leche, dale tu leche a tu puta, amo, quiero tu leche en mi útero, sí, oh sí, me corro, sí! – gritaba de placer.

Vicente: ¡Toma leche, puta, me corro en tu coño, perra, oh sí, toma leche, sí, sí! – gritó.

Vicente se corrió como un animal mientras que Lorena, cuando sintió la corrida de su hijo en el fondo de su coño se corrió como loca, como nunca antes se había corrido, gimiendo y gritando de placer mientras se retorcía en los brazos de su hijo. Cuando ambos terminaron de correrse, Vicente cayó al agua y se apoyó en el borde exhausto frente a su madre que, con una sonrisa y una mirada de deseo absoluto, le miraba.

Vicente: ¿Te ha gustado?

Lorena: ¡Mucho! – dijo sonriente - ¿Y a ti? ¿Te ha dejado satisfecho tu puta? – dijo sorprendiendo a su hijo.

Vicente: Me ha encantado, llevaba mucho tiempo deseando hacerte esto – dijo riendo - ¿Te gusta tu papel de ser mi puta? – dijo divertido.

Lorena: Ni te lo imaginas – le confesó – No concibo mi vida sin probar tu polla, me tiene loca.

Vicente: Pero, ¿sigues queriendo a papá? – dijo algo asustado.

Lorena: Le amo muchísimo, pero a ti te deseo cómo nunca he deseado ni desearé a ningún otro. Solo de pensar en tu polla me pongo muy, muy cachonda - confesó.

Vicente: Me alegro – dijo riendo – No quiero hacer daño a papá – dijo serio – Si en algún momento él se siente incómodo o no quiere que te folle, lo nuestro se acaba – le avisó.

Lorena: Aunque me duela, tienes razón, no quiero incomodar ni hacer daño a tu padre. Él de momento nos deja hacer lo que queramos, pero no quiero pasarme de la raya.

Vicente: Entonces, ¿eres mi esclava, mi puta? – dijo curioso.

Lorena: Soy tu puta, tu esclava, tu guarra, tu perra, tu zorra – dijo besándolo apasionadamente – A partir de ahora viviré solo para satisfacerte en todo lo que me pidas.

Vicente: ¿Incluso si te pido un trío con una chica? ¿O un show lésbico?

Lorena: Nunca he hecho nada con otra mujer, pero si es lo que deseas, tu puta lo hará para ti – dijo solemne.

Vicente: ¡Mola! – dijo riendo – Voy a darme una ducha, no tarda en llegar papá.

Lorena: Sí, y yo me vestiré y prepararé la cena – dijo dándole un morreo sensual mientras su hijo le magreaba a gusto sus tetas.

Vicente: Nos vemos – dijo yéndose divertido – Ah, se me olvidaba, a partir de hoy quiero que me despiertes con una mamada todos los días – dijo guiñándole un ojo – Ah, y mientras estemos solos, irás desnuda por casa, así podré follarte a mi antojo.

Lorena: Así lo haré, amo – dijo solemne y pícara.

Vicente se fue a la ducha y se vistió cómo para estar por casa. Lorena se aseó y se puso una bata de estar por casa, como siempre. Cuando Felipe llegó, cenaron como una familia normal y hablaron de sus cosas. Una vez en la cama, Felipe le preguntó a su mujer que habían hecho hoy ella y Vicente y ella le contó lo acontecido. Felipe, entre sorprendido, celoso y cachondo, se folló a su mujer salvajemente esa noche, mientras Lorena le complacía gustosamente por dejarla vivir aquello con su hijo.