miprimita.com

Un hijo aprovechado V

en Amor filial

Al día siguiente, luego de no verse las caras en la cena, madre e hijo coincidieron en el desayuno, pero Eva actuó como siempre. Durante esa tarde y noche, Eva pensó en lo que pasó, en cómo se entregó a su hijo, en cómo disfrutó como nunca lo había hecho. Decidió seguir follando con su hijo si él quería, cumplir su trato, ser suya completamente, por deseo, por morbo, por amor, porque, como ella misma se dio cuenta, ningún hombre la había hecho disfrutar nunca, salvo su hijo y su comportamiento duro, salvaje, dominante. Ángel por su parte, estaba nervioso y arrepentido, no quería que su madre se enfadara con él por aprovecharse de la situación. Durante el desayuno no hablaron, hasta que cuando estaban en el salón viendo la televisión, Ángel no aguantó más y encaró a su madre.

Ángel: Mamá, quiero hablar contigo – dijo nervioso.

Eva: ¿De qué? – dijo curiosa.

Ángel: De lo que pasó ayer – dijo más nervioso – Quiero pedirte perdón.

Eva: ¿Perdón tú? – dijo sorprendida - ¿Por qué? – dijo curiosa.

Ángel: Por aprovecharme de ti, de la situación para estar contigo – dijo sin poder mirarla.

Eva: ¡Mírame! – dijo seria - ¡No tengo que perdonarte nada, absolutamente nada! – le aclaró – Fui yo la que propuso que tuviéramos sexo, preferí que me follaras tú a que lo hicieran ellos o cualquier otro hombre.

Ángel: ¡Pero yo me aproveché! Lo siento, no volverá a pasar – dijo avergonzado.

Eva: ¿Por qué? – dijo sorprendida - ¿Vas a dejar a mami sin tu polla, cariño?

Ángel: ¿Qué? – dijo anonadado.

Eva: Pues eso, cariño. El que yo te eligiera para follar tiene su explicación. No quiero estar con nadie más que no seas tú – dijo seria y mirándole a los ojos – Desde que empezaste a espiarme, yo me sentí violenta al principio, pero poco a poco me sentí mujer, más mujer que nunca – dijo mirándole seria – Siempre deseé que hicieras tus fantasías realidad, te imaginaba follándome, obligándome a chupártela, aunque yo estuviera deseando de hacerlo – dijo riendo.

Ángel: ¡Vaya! – dijo sorprendido.

Eva: Te amo hijo y me pones mucho, siento un inmenso deseo y amor hacía ti, estoy dispuesta, si tú quieres, a entregarme totalmente a ti, ser tu mujer, tu puta, tu esclava, tu todo – dijo acariciándole la cara sonriente – Nunca en mi vida fui tan feliz cómo ayer. ¡Estoy enamorada de ti, amor! Te quiero como hijo y te amo como hombre, y espero que mi amo no se canse de su puta y la siga follando – dijo con deseo.

Ángel: ¡Guau mamá! Yo también te deseo, muchísimo – enfatizó – Todas mis pajas han sido a tu salud, y ayer me costó horrores no correrme pronto, ¡eres una diosa! Quiero ser tu hombre, tu semental, todo lo que quieras que sea.

Eva: Mi dueño, mi amo, mi amor, mi hombre, y si quieres, el padre de mis hijos – dijo sonriente – Te amo, mi amor – dijo besándolo con todo el amor que sentía – Me halaga haber sido tu musa para las pajas – dijo divertida – pero desde ahora, tienes prohibido hacértelas – dijo seria – Yo me ocuparé de que vacíes tus hermosos huevos – dijo pícara.

Ángel: ¿No te arrepentirás? No te obligo a nada – dijo nervioso de repente.

Eva: Tranquilo, mi amor, nadie me obliga a nada. No lo hago solo por cumplir mi parte del trato de ayer, sino también porque lo deseo – dijo seria – Quiero ser tuya, aunque tengas novia o mujer e hijos, quiero ser siempre tuya – dijo segura y sonriente.

Ángel: ¿También tendrías hijos míos? – dijo curioso, pensando en cuando le pidió que la preñara.

Eva: Sí eso quieres, sí – dijo divertida y morbosa por la imagen mental - ¿Quieres que te dé hijos?

Ángel: Bueno, no sé – dijo sincero – soy muy joven aún para pensar en eso, pero si follamos yo quiero hacerlo a pelo y llenarte de mí corrida todos tus agujeros – dijo lascivo – y eso tiene riesgos, ¿o vas a tomar anticonceptivos?

Eva: No voy a tomar nada – dijo riendo – eso tiene efectos secundarios y no me trae confianza. Si quieres correrte dentro de mi coño, de mi culo, de mi boca, en mis tetas o dónde te dé la gana, lo puedes hacer a gusto. Si quedo embarazada no te preocupes, yo lo tendré, te daré hijos, todos los que quieras. La verdad es que me haría muy feliz tener hijos tuyos – dijo sincera.

Ángel: Bueno, ya se verá, si pasa o no – dijo nervioso – voy a estudiar, que falta me hace – dijo divertido.

Eva: Vale, mi amor – dijo besándolo – que se te dé bien – dijo rozando su cuerpo con el de su hijo mientras inesperadamente le daba un beso apasionado a su hijo – No te olvides de tu mami – dijo sonriendo lujuriosa.

Ángel: Nunca – dijo sonriendo embobado.

Eva se puso a preparar unos papeles para su trabajo, pensando que los papeles que buscaban los atracadores estaban muy bien guardados bajo su cama, en la caja de zapatos. Riendo internamente por la estupidez de los delincuentes, estuvo trabajando un rato hasta que no podía quitar a su hijo de la mente. Decidió jugar un poco y dejando lo que estaba haciendo, se cambió de ropa, colocándose un conjunto de lencería nuevo, color rojo, que resaltaba sus curvas, compuesto por un sujetador de encaje que no dejaba nada a la imaginación y unas bragas de encaje transparente. Se pintó los labios del mismo color y se enfundó sus zapatos de tacón de aguja más altos. Así, después de mirarse en el espejo, se dirigió a la habitación de su hijo. Ángel, por su parte, estaba estudiando o al menos intentándolo, pero no podía dejar de pensar en lo que le había dicho su madre, ella quería seguir follando con él, quería ser su mujer. Con ese pensamiento en la mente le pilló su madre, que se quedó en la puerta mirándole sonriendo pícara.

Eva: ¿Necesitas ayuda, mi amor? – dijo sonriendo pícara.

Ángel: ¡Mamá! – dijo viéndola sorprendido - ¿Qué haces así?

Eva: Bueno, después de pensarlo mucho, pensé que necesitarías relajarte un rato – dijo acercándose sensualmente a él - ¿Quieres relajarte? – dijo sensual.

Ángel: ¡Sí! – dijo lujurioso – Digo, tengo que seguir estudiando, mamá – dijo nervioso.

Eva: Lo harás mejor cuando te relajes, mi amor – dijo sabiendo que aún pensaba su hijo que ella no quería hacer esto – Mami se encarga de su nene – susurró en su oído empezando a masajearle sensualmente los hombros y el cuello.

Ángel: ¡Mamá! – dijo caliente, por como actuaba su madre – Necesito estudiar – dijo intentando que parara.

Eva: ¿No quieres que tu puta te relaje antes, mi amor? – susurró caliente y pícara en su oído – Mami está deseando complacerte – susurró lamiendo su oreja – Pídeme lo que quieras, mami te complacerá.

Ángel: ¡Oh sí, que bien suena eso! – dijo caliente - ¿Me complacerás en todo? – dijo cachondo.

Eva: ¡Absolutamente en todo, mi amor! – susurró en su oído sin dejar de lamerlo - ¿Qué quieres que haga tu puta, amo?

Ángel: ¡Ven! – dijo dándose la vuelta y besándola con ardor.

Eva aceptó gustosa el beso de su hijo y se devolvió con pasión, con deseo, con todo el amor que sentía. Ángel le agarró el culo con fuerza, haciéndola gemir de deseo. Eva dejó de besar con ansia a su hijo y empezó a lamerle el cuello y las orejas mientras le acariciaba la polla erecta por encima del pantalón corto que llevaba.

Eva: Tu puta quiere saber que deseas que te haga, amo – susurró sensualmente en su oído.

Ángel: Quiero que me haga de todo – gimió.

Eva: ¡Ordénamelo, amo! – dijo para que se soltara de una vez – Tu puta solo te complacerá si se lo ordenas, aunque lo esté deseando – dijo metiendo lamiendo su cuello.

Ángel: ¡Chúpame la polla, puta! – dijo agarrando la cabeza de su madre y colocándola enfrente de su polla - ¡Vamos puta, demuéstrame lo bien que la comes! – dijo dándole un guantazo en la cara a su madre haciéndola gemir.

Eva: ¡Como me ordene mi amo! – dijo mirándole a los ojos mientras le sacaba la polla de su encierro - ¡Que ganas tenía de comerme esta polla, amo! – dijo dándole un lametón desde los huevos a la punta de la polla.

Ángel: ¡Calla y come, puta! – dijo insertándole la polla en su garganta de una estocada, haciendo que tuviera arcadas.

Eva: ¡Mmmmhhhgg! – gemía loca de deseo.

Ángel le follaba la boca como una bestia mientras su madre, cada vez más cachonda y sin apartar la mirada de su hijo. Eva estaba contentísima, por fin su hijo se comportaba como el hombre que era, que ella quería y deseaba. Ella quería que su hijo se soltara con ella. Ángel no dejaba de follarle la boca salvajemente, llegado un momento, le sacó la polla de la garganta y la miró.

Ángel: ¿Esto es lo deseas? – dijo mirándola lascivo.

Eva: ¡Sí! – gritó loca de deseo.

Ángel: ¿Por qué? – dijo quitándole la polla de la boca cuando vio que ella volvía a intentar metérsela.

Eva: ¡Porque te amo, porque te deseo, porque te necesito! – gemía loca de deseo.

Ángel: ¿Por qué estás así vestida? – dijo dándole otro guantazo en la cara.

Eva: ¡Para provocarte, mi amor! – gemía loca de deseo metiéndose la mano por debajo de la braga.

Ángel volvió a meterle la polla en la garganta a su madre de manera violenta mientras ella gimió de placer ante tal intrusión. Ángel por fin lo entendió: su madre no fingía ayer. Ángel por fin se dio cuenta de que su madre realmente quería eso, quería follar con él, no le dijo todo lo del desayuno solo por cumplir como él pensaba. Eso le calentó pensando en todo el sexo que tendría a partir de ahora y con su propia madre. Ángel, cachondo por sus pensamientos, empezó a follarle la boca a su madre de nuevo con violencia, con fuerza y dureza.

Ángel: ¡Eres una puta, mamá! ¡Mi puta! – dijo dándole otro guantazo en la cara.

Eva: ¡Mmmmhhhgg! ¡Mmmmhhhgg! ¡Mmmmhhhgg! ¡Mmmmhhhgg!

Ángel empezó a follarle la boca como un salvaje a su madre que lo único que hacía al respecto era disfrutar de la polla de su hijo en el interior de su garganta y de los guantazos que le propinaba su hijo. Eva cada vez disfrutaba más. Ángel le dejó insertada la polla en el fondo de su garganta a su madre provocándole arcadas, pero Eva las aguantó.

Ángel: ¿Sabes lo que quiero? – dijo dándole otro guantazo en la cara.

Eva: ¡Mmmmhhhgg!

Ángel: ¡Contesta! – dijo sacándole la polla de la boca.

Eva: ¡Follarme! – dijo recuperando el aliento mirándolo con deseo, lujuria y adoración.

Ángel: ¿Y tú quieres que te folle? – dijo dándole otro guantazo en la cara.

Eva: ¡Sí, lo deseo, lo necesito! – gemía.

Ángel: ¿Por dónde quieres recibir primero mi polla? – dijo meneándosela en su cara.

Eva: ¡En mi coño! – gritó.

Ángel: ¿Eres consciente de que te voy a follar todos tus agujeros salvajemente? – dijo dándole otro guantazo en la cara.

Eva: ¡Sí, mi amor, y lo deseo profundamente! – gimió.

Ángel cogió de los pelos a su madre que se dejaba hacer y la colocó contra la pared y le dio un azote fuerte en su culo haciéndola gemir.

Ángel: ¡Saca el culo, puta! – gritó.

Eva: ¡Sí, amo! – gimió.

Eva hizo caso a su hijo y sacó su culo, colocándose con el culo en pompa. Ángel le sacó las bragas con dureza a su madre, que jadeó con anticipación. Ángel le pasó la polla a su madre por el coño encontrándolo más encharcado que el día anterior.

Ángel: Estás más empapada que ayer, puta – dijo azotándola - ¿Estás lista? – dijo mordiéndola la oreja con fuerza.

Eva: ¡Oh sí, mi amor! – gimió – Ayer estaban esos imbéciles, pero hoy estoy liberada con mi hombre – dijo moviendo el culo y rozándose con su polla - ¡Te necesito! - gimió.

Ángel: ¿Qué necesitas? – dijo dándole otro azote.

Eva: ¡Que mi hombre, mi amo, mi amor, me use a su antojo! – gimió - ¡Úsame!

Al escuchar a su madre, le rozó con su polla otra vez su encharcado coño y cuando pasó por la entrada de su coño, le ensartó la polla de una estocada hasta el fondo mientras le agarraba del pelo y tiraba de ella para atrás, metiéndosela hasta el fondo.

Eva: ¡Oh sí, sí, me llevas al cielo, amor, no pares! ¡Dame más, más, quiero más de tu polla, así, enterita en mi útero! ¡Oh sí, mi semental, azótame, folla a mami, a tu puta, dame duro, dame polla, me corro, sí, sí, sí! ¡Oh sí, métele la polla a mamá en el fondo de su coño, sí, así, dame fuerte, folla a mamá, dame duro, amor, así, no pares, soy tu puta, solo tuya, oh sí!

Ángel: ¡Me gusta escuchar eso, puta! – dijo dándole un azote - ¡No pienso parar hasta que te desmayes!

Ángel siguió follándola salvajemente sin dejar de azotarla fuertemente ni de tirarle del pelo. Eva cada vez se corría más intensamente por los pollazos que le daba su hijo en su coño. Nunca le habían follado de esa manera, le encantaba hacer sus fantasías realidad. Ángel notó como las piernas de su madre se aflojaban debido a los intensos orgasmos y le sacó la polla del coño, y sin soltarla del pelo la tiró a la cama boca abajo y se colocó encima de ella, para ensartarle su polla de suevo en el coño.

Eva: ¡Oh sí, sí, me encanta como me follas, amor, no pares! ¡Dame más, más, quiero más, así, fóllame! ¡Oh sí, mi semental, azótame, dame duro, dame polla, me corro, sí, sí, sí! ¡Oh sí, revienta a tu puta a pollazos, sí, así, dame fuerte, folla a mami, dame duro, amor, así, no pares, oh sí!

Ángel: ¡Toma polla, puta! – dijo dándole azotes sin dejar de follarla - ¡Te voy a reventar a pollazos, guarra! ¡Oh sí, joder, que coño más estrecho tienes!

Ángel siguió la follada violenta a su madre en la cama mientras su madre no paraba de gritar de placer y de pedirle más. Eva estaba a punto de perder el conocimiento de tanto placer, literalmente se moría de placer, se ahogaba, pero le encantaba, estaba en la gloria. Luego de unos minutos de intensísima follada de coño a su madre y tras ver cómo casi estaba por perder el conocimiento de puro placer, Ángel le sacó la polla del coño y le ensartó el culo de una estocada, sin miramientos. Eva chilló por la sorpresa y el dolor que le causó, pero contrariamente a eso, sintió más placer que nunca.

Ángel: ¡Te voy a reventar tu culazo, puta! – dijo dándole azotes cada vez más fuertes - ¡Te voy a reventar a pollazos todos tus agujeros, guarra! ¡Oh sí, joder, que culazo tienes, zorra!

Eva: ¡Oh sí, sí, me duele, pero no pares, mi amor, dame más fuerte, amor, no pares! ¡Dame más, más, quiero más, mucho más, así, fóllame! ¡Oh sí, mi semental, azótame, dame duro por mi culito, folla el culito de mami, de tu puta, de tu esclava, me corro, sí, sí, sí! ¡Oh sí, reviéntame a pollazos, sí, así, dame fuerte, folla a mami, dame duro, amor, así, no pares, oh sí!

Ángel la colocó con el culo en pompa en la cama para clavarle la polla aún más al fondo de su culo. Luego de unos minutos intensos en los que Eva disfrutaba de la follada que le estaba dando su hijo encadenando orgasmos brutales, Ángel le sacó la polla del culo y le ensartó el coño de una estocada, empezando a follarla el culo y el coño a la vez. Eva estaba en el cielo.

Eva: ¡Oh sí, sí, no pares, mi amor, fóllame entera, oh sí, mi semental, folla enterita a mami, a tu puta, a tu esclava, a tu mujer, oh sí, me corro, sí, sí, sí, oh sí, reviéntame a pollazos, sí, así, dame fuerte, fóllame duro, amor, así, no pares, oh sí!

Ángel empezó a follarla el coño y el culo al mismo tiempo mientras le volvía a azotar brutalmente el culo a su madre. Luego de unos minutos intensos para Eva que estaba a punto de desmayarse de tanto placer, Ángel, notando como el coño y el culo de su madre le estrujaban la polla, le avisó que se iba a correr.

Ángel: ¡Oh sí, me encanta follarte, puta! ¡No voy a tardar en correrme! – dijo mirando a su madre con extrema lujuria, deseo y lascivia.

Eva: ¡Oh sí, córrete en tu puta, en tu mami, oh sí, me corro, me corro, sí, sí, sí, quiero tu leche sí, dámela en el fondo de mi útero, préñame!

Ángel se corrió como un animal en el coño de su madre, de nuevo, mientras ella se corría como loca sintiendo la leche de su hijo inundándola su coño. Luego de correrse ambos, Ángel se salió de su madre y se tumbó en la cama al lado de ella, que se acurrucó amorosa en los brazos de su hijo.

Eva: ¿Te ha gustado, mi amor? – dijo amorosa sin aliento.

Ángel: Sí, ¿estás bien? – dijo un poco preocupado por si se había pasado.

Eva: ¡Mucho! – dijo amorosa dándole un beso apasionado – Que no te quepa la mayor duda, mi amor. ¿Necesitas más? – dijo volviendo a agarrar la polla flácida de su hijo.

Ángel: No, de momento estoy bien – dijo nervioso y sorprendido - ¿Tú quieres más?

Eva: ¡Siempre quiero y querré más de mi hombre, mi amor! – dijo abrazándole y besando su cuello.

Ángel: Espera aquí – dijo luego de unos segundos de silencio.

Ángel salió de la habitación hacia el baño, para desconcierto de su madre, que se quedó mirando a la puerta sorprendida por su reacción repentina. Luego de unos segundos de incertidumbre para su madre, Ángel volvió a la habitación con una crema en la mano para sorpresa de su madre.

Ángel: Ponte boca abajo – dijo serio.

Eva, sorprendida, le hizo caso a su hijo. Cuando pensaba que iba a hacer su hijo, sintió un líquido espeso frío en su culo. Miró hacía su hijo sorprendida.

Eva: ¿Qué vas a hacerme, mi amor? – dijo sorprendida.

Ángel: Tienes el culo muy rojo – dijo preocupado – Relájate - ordenó.

Ángel comenzó a aplicar la crema suavemente en el culo dolorido de su madre. Eva al sentir las manos de su hijo gimió mitad de placer mitad de alivio. Ángel le dio un masaje en su culo suavemente viendo la cara de felicidad absoluta de su madre. Eva notó como le cuidaba su amado hijo. Cuando terminó el masaje colocó a su madre de espaldas a la cama, tumbada y se colocó sentado en su estómago.

Eva: Al final no me has quitado el sujetador – dijo divertida.

Ángel: Prefería quitarte las bragas – dijo sonriendo.

Ángel comenzó a pasarle las manos con crema de nuevo, esta vez por su cara, que estaba roja de tanto guantazo. Eva le miraba enamorada, tierna y amorosa.

Ángel: Siento los golpes – dijo serio.

Eva: Yo no – dijo susurrando sonriente – Me ha encantado, mi amor – dijo amorosa sin aliento.

Ángel: Te gusta el sexo duro, ¿eh? – dijo divertido.

Eva: Todo lo que me hagas me enloquece, mi amor – dijo sincera – Estoy deseosa de que vuelvas a repetirlo.

Ángel: Todo a su tiempo, mamá, todo a su tiempo – dijo serio.

Eva: Espero que te hayas dado cuenta de cuánto te amo y te deseo, mi amor – dijo agarrando sus manos y mirándole a los ojos seria.

Ángel: Sí, lo sé mamá, pero me da miedo hacerte daño – dijo sincero.

Eva: No me vas a hacer daño nunca, mi amor, estoy deseando que repitas esto y hagas muchísimo más, mi vida – dijo sincera.

Ángel: Bueno, yo tengo que estudiar – dijo divertido - ¡Cada mochuelo a su olivo! – dijo levantándose y levantando a su madre.

Eva: Que se te dé bien, mi amor – dijo besándolo apasionadamente - ¡Ah! Y a partir de hoy esta no es tu habitación – dijo sonriente – Vas a dormir conmigo – dijo saliendo de la habitación tirándole un beso a su hijo mirándolo sonriente y moviendo sus caderas con las bragas en la mano zarandeándolas.

Ángel, sonriente, sacudió la cabeza, divertido y se puso a estudiar, y esta vez se concentró.