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Un hijo aprovechado III

en Amor filial

Madre e hijo devoraron los sándwiches y se tomaron toda el agua que les trajeron, sin decir una palabra. Luego de unos minutos, cuando terminaron de comer y Eva ya estaba recuperada del esfuerzo y de la follada que le acababa de dar su hijo, los encapuchados se colocaron delante de ellos.

Encapuchado 1: Bueno, ya habéis descansado suficiente, ¿no?

Eva: Sí – dijo fría mientras su hijo asentía.

Encapuchado 1: Entonces, ya podemos seguir con la fiesta, ¿no? – dijo burlón.

Eva: Sí – dijo fría.

Encapuchado 1: Lo hemos estado comentando, que, ya que tu hijo ha sido capaz de follarte el coño y el culo como un campeón, falta que te folle esas tetas y esa boca como dios manda, ¿no? – dijo divertido – Qué dices chaval, ¿eres capaz de follarle a tu madre su boca y sus tetas, o vamos a tener que hacerlo los hombres de verdad? – dijo burlón.

Ángel: Soy capaz de eso y de mucho más – dijo seguro y serio mientras su madre le sonreía.

Encapuchado 1: Adelante entonces – dijo burlón.

Eva: Vamos, cariño, ¡demostrémosles a estos charlatanes que nadie me folla ni me da más placer que el semental de mi hijo! – dijo sonriéndole.

Eva agarró a su hijo de la nuca y para sorpresa de los delincuentes, atrajo a su hijo hacía su boca para empezar a besarlo con pasión, mientras no paraba de meterle la lengua y jugar con la lengua de su hijo con vehemencia, cachonda perdida. Mientras le besaba a su hijo apasionadamente, deslizaba sus manos por su torso hasta llegar a su polla y empezar a pajearlo suavemente. Eva comenzó a bajar por el cuerpo de su hijo, lamiéndolo, mientras su hijo le agarraba las tetas, hasta su polla. Los delincuentes se dieron cuenta de que le ponía cachonda que el chico que se la iba a follar o se la estaba follando fuera su propio hijo.

Encapuchado 1: ¿Qué pasa, zorra, te gusta tu hijo? – dijo burlón.

Encapuchado 4: Sí – dijo riendo – ¿te pone cachonda comerle la polla a tu hijo, guarra?

Cómo respuesta, Eva se puso de rodillas en el suelo con la cara a la altura de la polla de su hijo y, mirando a los encapuchados divertida, engulló la polla de su hijo hasta la garganta de una estocada.

Ángel: ¡Oh sí, mamá, cómete mi polla!

Eva, mirando a su hijo a los ojos, se sacó su polla morcillona de la boca y volvió a metérsela de una estocada en la garganta. Eva repitió la misma acción hasta que la polla de su hijo estuvo bien dura. Ángel no paraba de gemir. Cuando la polla de su hijo estuvo totalmente dura y lubricada por su saliva, le dio el pistoletazo de salida a su hijo.

Eva: ¡Vamos, mi semental, folla la boca a mami, demuéstrales a estos peleles quien es un verdadero macho! – dijo dándole un lametón a sus huevos.

Ángel: ¿Eso quieres, puta? – dijo cogiéndola del pelo.

Eva: ¡Sí, mi semental! – dijo mirándole a los ojos con deseo.

Ángel: ¡Pues eso tendrás, puta! ¡Abre bien la boca que no vas a poder cerrarla, perra! – dijo incrustando su polla en la garganta de su madre.

Ángel comenzó a follarle la boca a su madre bestialmente, le metía la polla hasta la garganta y se la dejaba incrustada ahí, haciéndole tener arcadas, pero contrariamente, cuanto más arcadas tenía Eva, más cachonda estaba y más apretaba el culo de su hijo contra ella para que le follara más a fondo la boca.

Ángel: ¡Oh sí, puta, te voy a dejar la boca bien abierta, sí, que buena come pollas eres, guarra! ¡Traga polla, puta! – decía gimiendo mientras le dejaba incrustada la polla en su garganta y le sujetaba la cabeza.

Eva: ¡Mmmmhhhgg! – gemía loca de deseo.

Ángel le follaba la boca como una bestia mientras su madre, cada vez más cachonda y sin apartar la mirada de su hijo había empezado a masturbarse y se metía hasta tres dedos en su coño encharcado. Eva nunca en su vida había deseado tanto a un hombre, y ese hombre era su propio hijo. Con el se sentía en las nubes, llena de placer. Nunca le había gustado ser usada por un hombre sexualmente, y sin embargo ahora deseaba que su hijo la usase a su antojo, por puro deseo. Nunca le había entusiasmado comer o chupar una polla, ni siquiera hacer una paja, ahora lo deseaba más que nunca, tener la polla de su hijo en su boca o en sus manos, pajearlo, comerse su polla, chupársela sin descanso. Solo de pensar en la vida que tendrían de ahora en adelante se corrió como loca con la polla de su hijo incrustada en la garganta. Los delincuentes se dieron cuenta y le ordenaron a Ángel que no se apiadara de su madre.

Encapuchado 1: ¡Vamos, chaval, demuestra que eres un hombre!

Encapuchado 3: ¡Sí, no le des tregua!

Encapuchado 4: ¡A las putas como tu madre hay que darles bien duro para que sepan quién manda!

Ángel comenzó a follarle la boca bestialmente al mismo tiempo que le pellizcaba los pezones, haciéndola gemir. Eva se dejaba hacer encantada sin dejar de mirarle a los ojos con deseo y amor. Luego de unos minutos intensos entre madre e hijo, Ángel le sacó la polla de la boca a su madre. Eva, mirándole con deseo, observó como su hijo cogía el aceite y, usándolo de lubricante, le embadurnó las tetas con el aceite lascivo.

Ángel: Te voy a follar tus tetazas, puta – dijo con lujuria.

Eva: ¡Hazlo, mi amor! – gemía loca de deseo y de anticipación.

Ángel cogió su polla y la puso entre las tetas de su madre, que juntó sus tetas abrazando la polla de su hijo mientras daba un lametón a la cabeza de su polla y le miraba con deseo. Con absoluto deseo, Ángel comenzó a follarle las tetas a su madre, suavemente, dejándose escurrir entre ellas mientras su madre le lamía la cabeza de la polla cuando sobresalía y la buscaba cuando desaparecía entre sus tetas.

Ángel: ¡Que buen par de tetazas tienes, puta, me encantan, tenía ganas de comérmelas y de follártelas!

Eva: ¡Oh sí, mi amor, fóllate las tetas de mami, de tu puta, no pares que a mami le encanta que su hombre la use! – gemía.

Ángel empezó a follarle cada vez más rápido las tetas a su madre, que seguía lamiendo la cabeza de su polla y apretando aún más las tetas sobre la polla de su hijo. Eva cada vez gemía más fuerte por las embestidas de su hijo y Ángel cada vez iba más rápido, más descontrolado, más duro. Los delincuentes se dieron cuenta de cómo gozaban madre e hijo y los animaron a terminar.

Encapuchado 1: ¡Vamos, chaval, dale toda tu leche a la puta de tu madre, que lo está deseando!

Encapuchado 5: ¡Sí, échasela toda en su cara de viciosa, báñale sus tetas de leche!

Ángel comenzó a follarle más violentamente las tetas mientras le metía la cabeza de su polla en su boca al mismo tiempo que le pellizcaba los pezones. Eva gemía deseosa de que su hijo le diera toda su leche en la cara, en las tetas y en la boca, sin dejar de mirarle a los ojos con deseo y lujuria en ningún momento. Luego de unos minutos intensos entre madre e hijo, Ángel no aguantó más, le quitó la polla de sus tetas y comenzó a pajearse frenéticamente frente a la cara de su madre.

Ángel: ¡Oh sí, me voy a correr en tu cara de puta viciosa, mamá, te voy a llenar entera de leche, oh sí, me corro, toma leche, puta, tómala toda, sí!

Eva: ¡Hazlo, mi amor! – gemía loca de deseo y de anticipación.

Ángel empezó a correrse como un animal en la cara y el las tetas de su madre, que recibía cada descarga de leche con la boca abierta y la lengua fuera, jadeando y gimiendo al mismo tiempo que se corría de placer sin tocarse. Los delincuentes se dieron cuenta y se miraron cómplices. Luego de correrse, madre e hijo se sentaron en el sofá agotados.

Encapuchado 1: Bueno, como se portaron tan bien, les vamos a dejar un rato para que descanses, pero queremos más – dijo riendo y haciendo un gesto a sus compinches.

Todos los delincuentes salieron dejaron solos a madre e hijo que aprovecharon para hablar y aclarar ideas. Eva mientras se limpiaba y lamía la corrida de su hijo vio como él miraba las armas serio.

Eva: ¿Qué vamos a hacer? – dijo preocupada por cómo miraba su hijo las armas.

Ángel: Seguir como hasta ahora y aprovechar la situación. Aún no se han dado cuenta de las armas.

Eva: ¡Es peligroso! – dijo preocupada.

Ángel: Lo sé, pero no nos queda otra. Confía en mí – le pidió.

Eva: En ti confió con mi vida, mi amor – dijo abrazándole.

Ángel: Hay que darles un buen espectáculo, vamos a tener que conseguir que se corran como la primera vez, aunque sea encima de ti, mamá – dijo mirándola con disculpa.

Eva: ¿Es necesario? – dijo asqueada – Está bien – dijo no muy convencida cuando su hijo asintió.

Ángel: Déjate llevar y no pienses que son ellos los que se corren, piensa en quien tú quieras, pero tenemos que llevarlos a nuestro terreno. Luego sacaremos las armas y todo habrá terminado.

Eva: Está bien – dijo ya decidida a ayudar a su hijo – Pero como alguno se sobrepase le corto la polla – dijo seria.

Ángel: Como quieras – dijo divertido – Ya que hemos hecho de todo para terminar vamos a hacer un mix.

Eva: ¿Un mix?

Ángel: Sí te voy a follar la boca y las tetas, te comeré el coño, te follaré el coño y el culo y me correré dónde tú quieras.

Eva: No es mal plan – dijo sonriendo lasciva – Me gusta tú idea – dijo besándolo – Quiero que te corras en el fondo de mi coño.

Ángel: Cómo quieras – dijo divertido y travieso.

Estuvieron un rato más descansando, hasta que llegaron los delincuentes, con agua para que bebieran y se refrescaran y con sonrisas malvadas.