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Amistad rota en Halloween 8

en Gays

 


(( Capitulo 8 - Recuperar lo perdido ))

 

Las horas pasaban y Tomi estaba junto a la familia de Max en la sala de espera, esperando alguna noticia sobre el estado de Max, la desesperación de Tomi era muy grande, se sentía muy mal, Max iba a morir por su culpa, por no perdonarlo, no podría vivir sin el y menos con eso en su alma.

 

El padre de Max, o mejor dicho, el padrastro, era un señor con el pelo muy canoso para su edad y corpulento, miraba a Tomi con rabia, esta claro que algo sabía, a su lado estaba la madre de Max, una mujer algo mas joven, de pelo oscuro y ojos muy negros, sus rasgos parecían de una mujer de origen asiático.

 

Tomi sentía rabia, sabía que todo esto era por culpa de ese hombre, por culpa de ese señor asqueroso que le había comido la cabeza a Max, pero no podía hacer nada, al menos no delante de el, quizás si hablara con la madre a solas y le contara todo, solo quizás cambiasen las cosas, pero ya era tarde, además eso sería peligroso.

 

El medico se acerco a la sala, el padrastro de Max y su madre se levantaron enseguida, y hablo con ellos, Max estaba vivo, pero estaba invalido, el medico se dirigió al cuarto donde estaba Max y los padres siguieron al doctor.

 

Pero Tomi no podía, por lo que escucho decir al medico, Max estaba invalido, no lo quería pensar, se hecho a llorar y se fue del hospital lejos, muy lejos, sin mirar atrás ni saber donde se dirigía.

 

Pasaron los días y Tomi no fue al colegio, se la pasaba en la cama con la mirada perdida, estaba harto de tanto sufrir, quería terminar ya con su dolor y tenia pensado como hacerlo, iba a tirarse desde un edificio, Tomi ya no pensaba con claridad, se le había ido la cabeza, solo un milagro podía hacer que no se quitara la vida.

 

Y ese milagro estaba a punto de ocurrir.

 

-Mama, ¿sabes algo de Tomi?

 

-No, me dijeron que no fue a clase y sus padres me dijeron que esta enfermo y por eso no vino a visitarte.

 

Max miro al suelo triste, intuía algo malo, pero no se imaginaba el que.

 

-Mama, ¿cuando me dan el alta?

 

-El medico dijo que en tres días, pero no te preocupes, dijo que te vas recuperando muy deprisa.

 

Max, estiro la mano para coger el móvil, lo abrió y busco en la agenda el nombre de Tomi ,pero no lo encontró, lo borro hacia mucho.

 

Tomi estaba en el edificio contiguo al colegio, ya tenia una nota en la que se despedía y pedía perdón, en la que expresaba su dolor y desesperación.

 

Max intentaba recordar el numero de su amigo y lo fue marcando, Tomi estaba a punto de tirarse cuando su móvil empezó a sonar, lo cogió y miro quien era, era Max, desde aquel día no volvió a ver una llamada de el, su corazón le decía que lo cogiera, pero tenia miedo.

 

-¿Si...?

 

-Hola..., Tomi..., me gustaría verte, ¿podrías pasarte?

 

Tomi se quedo en silencio, no sabia que contestar, pensó durante unos segundos.

 

-Por favor..., me gustaría verte...

 

Tomi empezó a llorar y colgó el móvil, pero pensó que al menos se despediría de el y decidió ir, Max pensó que aun no lo perdono, incluso habiéndole salvado la vida, el dolor que le hizo no se olvidaría así de fácil.

 

En el camino recordaba el incidente, ojala le hubiera perdonado, se dio cuenta que ese dolor que tenia y sentía podría ser al menos aliviado con la ayuda del que lo causo. Llegó al hospital y después de preguntar a la enfermera se dirigió al cuarto, estando delante no tenia valor de entrar, tenia miedo de verlo en ese estado, jamas podría andar, ni jugar al fútbol, que era su pasión, siempre peleaban por ver quien era mejor. Pero ahora eso ya no pasaría nunca mas, Tomi llamo a la puerta.

 

-Adelante.

 

Tomi entro y vio en la cama a Max, el cual cuando vio quien era se sorprendió, dejo la consola que tenia en la mano en la mesita.

 

-Tomi, sabía que vendrías, bueno, al menos eso esperaba.

 

Tomi se acerco a Max, estaba a punto de llorar y pedirle perdón, pero a la vez no quería.

 

-Perdoname -de los labios salieron las palabras suaves y con dolor de Tomi mientras miraba al suelo.

 

-Tomi, no estés mal, ademas mirando el lado bueno, no iré a clase durante semanas.

 

Tomi miro a Max extrañado.

 

-¿Como puedes decir eso? Jamas podrás andar!!

 

-¿Quien te dijo eso?

 

-¿No, no lo sabias?

 

Tomi miro a Max, el cual estaba sorprendido, dudo un momento antes de hablar.

 

-Si no pudiera andar no podría hacer esto.

 

Max alzo una de sus piernas hacia arriba con un poco de trabajo. Tomi sorprendido se acerco a Max y sin hablar se quedo sin saber que decir.

 

-Es verdad que debo usar los bastones esos que no recuerdo como se llaman para que me sujeten, pero el medico dijo que con rehabilitación podre andar normalmente en unos meses.

 

-Pero yo escuche que...

 

Max no le dejo terminar.

 

-No importa lo que escuchases, tu mente te habrá jugado una mala pasada, ven.

 

Tomi se acerco y se sentó al lado de Max. Se miraron por unos instantes.

 

-No me arrepiento de haber hecho lo que hice -Max cogió la mano de Tommy-

 

-Pero..., fue por mi culpa.

 

-No, Tomi, fue del conductor, iba muy deprisa, ademas me sentí muy bien cuando supe que te salve.

 

-Max...

 

-No digas nada..., solo quiero pedirte algo Tomi.

 

-¿El que?

 

-¿Puedo abrazarte?

 

Tomi no dudo ni un instante y abrazo a su amigo, un abrazo que significaba mucho para ambos, todo el dolor que sintieron y sentían, todo el sufrimiento, todo el rencor, todo, se esfumo durante el tiempo que duro el abrazo.

 

-No te pido que me perdones, las heridas sanaran con el tiempo, pero, ¿dejame curarlas si?

 

Max acaricio la mejilla de Tomi suavemente, esta estaba roja de haber llorado.

 

Se volvieron a abrazar fuertemente a la vez que las lagrimas de ambos chicos salían de sus ojos y caían por sus mejillas...

 

Los días fueron pasando y Tomi seguía yendo a clases normalmente, era martes cuando salió una hora antes y se dirigió al hospital, fue hasta la habitación de Max.

 

-Tomiii no te esperaba tan pronto.

 

-Hola Max -ambos se abrazaron por un momento.

 

-Mira, te he traído unos cómics, para que no te aburras.

 

-¡Gracias!

 

-Oye, ¿cuando te dan el alta?

 

-Mañana jejeje.

 

-¿Enserio?

 

-Si, mira ya puedo andar perfectamente, la rehabilitación que hago todas las mañanas hizo sus frutos.

 

Max se levanto de la cama y se puso a a andar por la habitación. Tomi lo miro muy feliz y se sentaron en la cama.

 

-Bueno..y ¿como te va en clases?

 

-Pues bien...

 

-Tomi ,cierra la puerta.

 

-¿Porque?

 

-Tu hazlo.

 

Tomi se levanto y cerro la puerta.

 

-¿Que pasa?

 

Max miro seriamente a Tomi y le cogió de las manos.

 

-Tomi, me vengare de lo que te hizo ese hijo de perra.

 

Tomi se levanto de un salto y se dirigió a la puerta.

 

-¿Que he dicho?

 

-No soy ningún crío y mis problemas los resolveré yo.

 

-¿Pero que dices? Siempre tuve que defenderte en el recreo de pequeños y ahora no sera diferente.

 

-Esto a ti no te incumbe y yo ya no soy como antes, se cuidarme.

 

Tomi salio y cerro la puerta.

 

Llego el miércoles y Max fue dado de alta, pero Tomi no fue a verlo, se sintió mal por todo lo que aun estaba pasando, Tomi estaba fatal y muy diferente, ya no era el niño que tenia que ser cuidado por el a la hora de la salida o en los recreos.

 

Y aunque ahora estaba mas receptivo seguía teniendo cambios de humor bruscos, fruto del daño que sufrió, eso era lo que Max mas temía, aunque su amigo lo perdonara, nunca nada volvería a ser como antes, pero Max tenía esperanzas de cambiar eso, y sabía como hacerlo.

 

(Continuará...)

 

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