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Amistad rota en Halloween 4

en Gays


(( Capitulo 4 - Sin perdón ))

Para sorpresa de Max los días pasaron muy rápidos, no pensaba tanto en Tomi como creyó que pasaría, pensaba en él desde que se levantaba hasta que llegaba a la escuela, luego allí se distraía conversando con chicas y entre tantas clases, tareas, trabajos, deportes y por supuesto largas citas luego del periodo escolar, ya no pensaba en Tomi hasta que llegaba a su casa y miraba la fotografía de su mesita de noche, al menos así fue durante los primeros días.

Hasta que se hartó de tener que verlo y en un ataque de ira destruyó el cuadro y todas las fotografías que encontró en las que saliera Tomi, luego de eso dejo de pensar tanto en él, sólo lo recordaba cuando de casualidad pasaba frente a la cafetería donde escuchó esas horribles palabras, o cada mañana cuando llegaba atrasado a clases, sabía que Tomi siempre llegaba tarde y Max por nada del mundo quería verlo, de hecho no lo había visto desde que se toparon en la fila de la cafetería ese lunes en que le contó a Maria lo sucedido.

A veces sentía que lo extrañaba y le daban ganas de verlo aunque fuera de lejos para saber cómo estaba, al fin y al cabo habían sido amigos desde el colegio y siempre estaban juntos, pero a pesar de eso no quería verlo, seguía sintiendo esa rabia enfermiza cada vez que pensaba en las palabras de Tomi, sabía que si lo veía haría una estupidez como golpearlo hasta que se retractara de lo que había dicho o insultarlo frente a toda la escuela y ponerlo en evidencia frente a todos sus compañeros sobre quien era realmente, aun no sabía cuál de los dos casos era peor y no quería averiguarlo.

El frío de otoño era cada vez peor, se notaba que el invierno estaba cerca y con él la semana de Halloween que se celebraba en el Instituto a finales de mes, todos estaban ansiosos por eso y ya se estaban organizando los preparativos para la fiesta que la escuela acostumbraba a hacer el día de Halloween, sin embargo cada mañana los estudiantes debían llegar muy abrigados para soportar el frío viento y afrontar las primeras lluvias de la temporada, por suerte la cafetería cambiaba su menú y ofrecía deliciosas y calientes sopas a los estudiantes.

Max y Maria esperaban en la fila del almuerzo que fuera su turno, por suerte no había mucha gente antes que ellos, pero detrás estaba el equipo completo de organizadores de la fiesta de Halloween conversando animada mente sobre los preparativos, para desgracia de Max no sólo tenía que soportar ese ruido, sino también el informe de chismes de la semana que cada viernes le hacia Maria.

-Y eso con respecto al club de fotografía, no podrán volver a reunirse hasta que se sepa quién de ellos publicó esas fotografías escandalosas de la hija de la directora -comentaba animada mente la chica, miro a Max de reojo y continuo- ¿A que no sabes quién tiene de novio al capitán del equipo de fútbol?

Max alzo una ceja esperando una respuesta

-¡Sarai! -dijo con una sonrisa y mirada perspicaz

Inmediatamente a Max se le pasó por la mente lo sucedido con Tomi, presionó los puños y se puso muy serio.

-Te he dicho que no me hables de ella, ni de nadie relacionado con "ese" día, ni con tu ya sabes quién -dijo bastante molesto.

-Con que sigues traumatizado con eso ¿eh? -dijo Maria sin prestarle atención al enfado de Max.

-No estoy traumatizado -dijo agarrándola del brazo.

-¡Max! -le reprochó ella alterada, ante eso el Max reaccionó y la soltó-

-Lo siento... -murmuró- Yo...

En ese momento una chica con voz de mando entro a la cafetería y le habló a los organizadores de la fiesta

-Chicos, ya tenemos presupuesto para la fiesta, debemos ir ahora al gimnasio a organizar las cosas que ya tenemos y planear que vamos a hacer, vamos no tendremos otro momento.

Ante eso los chicos de la fila dejaron sus bandejas y se fueron tras la chica mandona, ignorando los gritos de la cocinera por dejar ese desastre cuando ya habían sacado su comida, Max y su amiga que ya estaba cerca de la caja, trataron de apurarse lo más posible para no recibir un regaño de la cocinera quien a regañadientes fue a retirar las bandejas y hacer espacio para el siguiente en la fila.

-¿¡Qué hace ahí parado!? ¡Avanza muchachito! -la muy cabreada cocinera le gritaba a un chico medio rapado con orejeras y un abrigo muy grande que seguía en la fila sin avanzar, tímidamente el chico bajó la cabeza y caminó escogiendo qué comer hasta estar al lado de Max, éste no le dio importancia y siguió escuchando a Maria cuando escuchó una voz familiar.

-¿Quieres avanzar? -le reprochó uno de la fila al chico bajito medio rapado del abrigo enorme-

-Lo siento mucho -al escucharlo Max se dio la vuelta y miro al chico medio rapado, no tenía idea de quien era.

El chico levantó la mirada hacia Max -Lo siento mucho -continuo el chico- Sé que no te gusta que este cerca de ti, pero no pude evitarlo, está prohibido dar el puesto en la fila de la cafetería...

Max lo miraba atentamente, le parecía muy familiar pero no sabía de quién se trataba, entonces se dio cuenta, esa forma tímida en que el chico miraba el piso y desviaba la mirada era inconfundible: era Tomi, Max no lo podía creer, se había rapado el pelo, apenas tenia y Tomi siempre tenia pelo, su cabello ya no estaba, se lo había rapado y muy corto, casi al ras, por eso no lo había reconocido, y su rostro, estaba muy delgado, extremadamente delgado, no podía ver el resto de su cuerpo porque lo cubría un enorme abrigo gris, pero se notaba que no era de él, y entonces se fijó en sus manos, estaban muy delgadas, al notar eso un horrible escalofrío recorrió la espalda de Max y volvió a fijarse en su rostro, Tomi no lo miraba, de hecho miraba fijamente hacia el frente, como si no sintiera la mirada de Max sobre sí, Max miró los ojos de Tomi, se dio cuenta de las ojeras que parecían tener semanas allí, de su piel que estaba más blanca y muy, muy pálida...

Max abrió la boca para decir algo, pero fue interrumpido por la cajera.

-Date prisa chico -decía la cajera- Estas retrasando el almuerzo de tus compañeros.

-Vamos Max -Maria no había reconocido a Tomi, pero si había quedado intrigada por la actitud de Max, él la siguió y se sentaron en una mesa, Max seguía atento a lo que Tomi hacía, lo vio retirarse de la cafetería con tan solo una manzana en sus manos y una mirada muy triste, su cara parecía estar sin expresión, como muerto.

-¿Eso es todo lo que va a comer? –pensó, no lo podía evitar, una sensación de desasosiego se había apoderado de su corazón, desde que lo reconoció, ni siquiera se había acordado del por qué ya no eran amigos, sólo pensaba en ir a ayudarlo, a reconfortarlo, a abrazarlo como tantas veces había hecho Tomi con él cuando era más pequeños, estuvo a punto de gritar su nombre, a punto de ir y zarandearlo exigiendo una explicación de porqué estaba en ese estado, pero no lo hizo, se quedó ahí sentado, sumergido en sus pensamientos, comiendo sin fijarse en lo que hacía, porque en el fondo tenía miedo, miedo de que se burlaran de él los chicos de la escuela, miedo de que lo vieran llorar al momento de abrazar a Tomi, que lo vieran pidiendo perdón como una chica, ahora lo sabía, era un cobarde, y por eso no soportaba que Tomi fuera homosexual, no quería que a él también lo llamaran gay solo por ser amigo de Tomi, ahora lo comprendía todo.

Max sacó una clara conclusión, era un cobarde y un pésimo amigo, tenía ganas de irse de ahí y llorar, llorar hasta quedar dormido y no despertar mas. Lo que hizo no tenía perdón, se comportó muy mal, fatal, con su mejor amigo, ni el mismo podía perdonarse.

Pero se quedó ahí, comiendo, ignorando las insistentes preguntas de Maria, y recordó unas palabras que le había dicho Maria el primer día que se lo encontraron en la cafetería después de confesar que era gay, era homofóbico.

Luego de ese encuentro en la cafetería, las semanas pasaron rápidamente, Tomi siempre había sabido obedecer al cien por ciento las ordenes de Max y esta vez no era la excepción, el "no te me acerques" lo había acatado rigurosamente, no se volvieron a ver ni siquiera por casualidad.

Max empezó a extrañarlo, pero no quiso ceder ante sus sentimientos, luego de ese encuentro en la cafetería lloró mas de una noche, lloró en silencio, acostado en su cama y tapándose la cara con la almohada, con la vaga esperanza de ahogarse por accidente para ya no sufrir por extrañar tanto a Tomi, extrañaba esa sonrisa de cada mañana que siempre le daba a pesar de tener unas ojeras enormes por haber hecho las tareas a última hora en la noche, extrañaba lo muy raro que podía ser, siempre Tomi le alegraba la vida, le hacia reír, le hacia sentirse bien, Max extrañaba eso y por sobretodo extrañaba el que Tomi le abrazaba cuando se reían a carcajadas de sus juegos, extrañaba tanto tenerlo a su lado, echaba de menos a su mejor amigo.

Lloró tanto que creyó que no le quedarían lágrimas para llorar nunca más en la vida y se dispuso a olvidar o por lo menos a ignorar, y se inscribió en absolutamente todas las actividades de la escuela, participó en la organización de la fiesta de fin de semestre, empezó a salir con todas las chicas que le pedían citas y así el título de mujeriego que le habían dado sus compañeros de salón se extendió a toda la escuela, ocupó cada segundo de su tiempo libre para no tener que pensar en Tomi, incluso en las noches se quedaba dormido con los audífonos puestos, y así se mantuvo todo el periodo escolar, Max dejó de pensar en Tomi, todo estaba perfecto.

Pero había algo que Max no tuvo en cuenta: la escuela no dura para siempre, sólo faltaban unas horas para que sonara el timbre final y empezaran las vacaciones de verano.

Se despidió de sus compañeros y se fue tranquilo a casa, sin ninguna preocupación.

Al día siguiente, el sol estaba muy alto cuando Max por fin despertó, cansado de dormir tanto, se sentó en su cama, miró la hora, eran las once y media de la mañana

-Primer día de vacaciones -murmuró entre bostezos mientras se rascaba la cabeza, al decirlo miró instintivamente hacia la puerta, como si esperara que alguien entrara en cualquier momento, pero nada pasó, su rostro se puso serio como si de pronto hubiese recordado algo, cerró lo ojos con pesadumbre y empezó a recordar- Tomi... -murmuró y un nudo apareció en su garganta, al recordar cada primer día de vacaciones de los últimos años-

Tomi siempre aparecía cada primer día para salir a jugar al fútbol y a los videojuegos durante horas, quedaban en su casa y se pasaban el verano juntos y dormían juntos, iban a la piscina, se divertían y disfrutaban del verano y ahora que Tomi no había aparecido como siempre se sintió muy solo, y por sobre todo sintió como si todo el esfuerzo que hizo durante el año no hubiese servido de nada, había vuelto a pensar en su mejor amigo.

Se volvió a acostar y mirando el techo se dijo

-Tengo que hacer algo...

(Continuará...)

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