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Amistad rota en Halloween 3

en Gays

(( Capitulo 3 - Homofobia ))

El timbre de inicio de clases estaba a punto de sonar, Max ya estaba sentado en su puesto desde bastante temprano, miraba moverse las primeras nubes de otoño y en su mente ciertas frases se le repetían una y otra vez desde la tarde del sábado, por culpa de eso no había podido dormir adecuadamente.

En su mente solo recordaba las palabras de Tomi, "me gustas tu", "soy gay", "me gustan los chicos", "me gustas tu", "soy gay", "me gustan los chicos", "me gustas tu", "soy gay"...

Así estuvo su mente toda la tarde del sábado y todo el domingo, y si no se lo decía a alguien hoy lunes seguiría así hasta volverse loco, lo particular de todo era que cada vez que recodaba la palabra gay presionaba sus dientes, esa palabra le molestaba de sobremanera, no sabía porque pero odiaba esa palabra, ¿Sería homófobo?

De pronto una mano se puso sobre cabeza, miró hacia el frente y ahí estaba Maria, mirándolo curiosa y divertida.

Una estruendosa carcajada de parte de ella hizo que todos los del salón miraran.

¡Tienes unas ojeras horribles Max! -siguió riéndose de manera escandalosa-

-Cállate -dijo enfadado y avergonzado.

-Perdón, ¿Pero qué te paso? Tienes que contarme por qué no pudiste dormir anoche.

-Llevo dos noches sin apenas dormir -respondió Max.

-¿Dos noches seguidas sin dormir? -Maria con un avance de chisme como ese estaba encantada- ¿Acaso es por tu cita del sábado? ¿Esa chica no te ha dejado dormir?

-No es eso -replico Max- Aunque está relacionado con lo que paso ese día, no podemos hablar ahora, ya llego el profesor, te cuento a la hora de almuerzo ¿de acuerdo?

-Que aburrido eres, está bien, pero que sea con lujo de detalles -dijo ansiosa Maria.

Las clases transcurrieron normalmente hasta que al fin llegó la hora de almuerzo, era lunes de pizza en la cafetería y por mucho que Maria y Max se apuraron cuando llegaron la fila ya estaba hasta afuera.

-Te dije que te apuraras -reclamo Max

-Oye, yo no salgo sin mirarme antes al espejo -dijo con una actitud de chica engreída, a veces Max olvidaba que Maria era una chica ya que era muy ruda y por eso nunca se había sentido atraído por ella- Me gustaran los chismes -continuó diciendo Maria- Pero no me gusta ser parte de ellos, y hablando de chismes ¿me vas a contar o no?

-Si, pero aquí no, además si quieres que te cuente tienes que prometer que aunque te amenacen de muerte tu nunca le vas a decir a nadie ¿entendiste? -Max la miro fijamente.

-Entendido, señor Max

-Mira, apenas compremos el almuer...

Max se detuvo, su mirada había chocado con la de un un chico mas bajo que el resto, de pelo oscuro y ojos verdes oscuros, muy delgado y con la piel muy blanca. El simplemente iba caminando hacia la fila del almuerzo, con algunos libros en sus brazos, pero se detuvo al ver a Max

-Hola Tomi -saludo Maria alegremente, pero no tuvo respuesta, Maria se fijó en el rostro de Tomi, se veía muy delgado, incluso mas de lo normal, como si no hubiese comido en varios días, se fijó en sus ojos que miraban tímidamente a Max, estaban rojos y muy brillosos, era muy evidente que a Tomi le pasaba algo, incluso que quizás había llorado recientemente, sus ojeras rojizas lo presagiaban, la chica miro a Max para decirlelo a Max, ya que este no solía ser muy atento en ese tipo de detalles y entonces Maria se dio cuenta, la mirada de su amigo era de enfado y estaba dirigida a Tomi, luego Max desvió la vista con repudio, Tomi bajo la vista, dio media vuelta y se fue.

Maria los miraba a ambos atentamente, cuando Tomi ya no podía oírlos le hablo a Max.

-¿Ocurre algo entre vosotros?

-¿Por qué?

-Bueno, tengo ojos, sentido común y no soy tonta, ¿Es sobre esto de lo que quieres hablarme?.

Max asintió

-Por eso no debes decirle a nadie lo que te voy a decir

-Esta bien -respondió Maria, esta vez mucho más seria de lo usual

Veinte minutos más tarde, Max y Maria estaban en la sala de danza del Instituto, Maria es la presidenta del club de danza y tenia acceso a el, siempre iban a ese sitio cuando tenían que hablar de cosas importantes.

-Vaya -dijo María- Con que a Tomi le gustan los chicos, bueno, siempre pensé que había algo raro en él.

-¿Cómo puedes tomártelo tan a la ligera? -Max se había vuelto a alterar- ¿Y si me hubiera hecho algo raro?

-Pero Tomi dijo que no lo había hecho, él nunca te ha mentido ¿o sí? Además, ¿Te escuchas cuando hablas? Lo estas tratando como si fuera un violador pervertido, creía que erais amigos...

-Yo también lo creía –respondió algo turbado Max- Pero me dijo que yo le gustaba...

-¿Y? No es para tanto, a mi me gustan muchos chicos y no por eso me lo haría con todos.

-No es eso Maria.

-¿Entonces que es? –Pregunto la chica mirando a Max fijamente, éste abrió la boca pero no supo qué responder- Yo deduzco que lo que te molestó fue que Tomi no te lo haya dicho antes, es decir te sentiste traicionado ¿O me equivoco? -continuo Maria.

Max miraba al suelo pensando que responder, sabía que le molestaba, pero no sabía qué exactamente.

-Si no es por eso... -Maria hizo una pausa y tomó un sorbo de su zumo- Quizás lo que pasa simplemente es que eres homofóbico.

-¡No es eso tampoco! -respondió Max, y era cierto, le daba un escalofrió y algo de asco cuando veía a dos hombres besándose en la calle, pero nada más, por él que hicieran lo quisieran, no le importaba, pero tratándose de Tommy...-

-¡Ahrrrgg! -Gritó agarrándose la cabeza- Maldita sea, ¿Por qué no puede ser normal como yo? Es que no sé qué hacer Maria...

-Bueno... –dijo ella pero fue interrumpida por el sonido de su móvil, era un mensaje, cuando Maria termino de leerlo sus ojos estaban brillando y su clásica sonrisa de astucia estaba dibujada en su cara- ¡Esto es genial! -dijo ignorando por completo a Max- Pero debo ir a confirmarlo... -poniéndose de pie arregló rápidamente sus cosas-

-Maria... -Max estaba atónito, luego de Tomi ella era su única amiga- ¿Te vas a ir? Estábamos conversando algo muy delicado ¡No puedes hacerme esto!

-Esto también es delicado –respondió a Max mirándolo y señalando su móvil.

-Posiblemente sea el chisme de la semana, es mi deber ir a confirmarlo -dijo extrañada de que Max no entendiera la importancia de eso- Toma -le paso la llave del salón- Cierra bien cuando salgas- y salió corriendo hacia el patio, dejando a Max solo, con sus problemas.

Max suspiró, tomó sus cosas y cerró el salón de danza, mientras guardaba la llave en su bolsillo miro hacia donde se había ido Maria

-Tomi jamás me habría hecho algo así -murmuró y dirigió su camino al salón de clases.

(Continuará...)

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