miprimita.com

La Casa Real

en Parodias

Era como un sueño. Una casa de verdad. Nunca habiamos tenido una y nos encontrabamos de golpe con una que era como un palacio. Daba envidia, aunque fuera poca.

Cimientos. Estructura. Cubierta. Interiores. Decoracion. Sobre todo, decoracion. Era una casa real que podiamos tocar.

Nos sentiamos un poco fuera de lugar. La estructura era bastante artificial. Los elementos decorativos, muy raros y no por conocidos menos sorprendentes.

Estatuas solemnes a la entrada. Una egregia figura de maduro varon de altura guardaba el pie de la escalinata y parecia imponerse con aire afable y campechano en todo el ambiente que lo contemplaba. Al otro lado de la escalinata, una escultura de femina de formas poco agraciadas por la naturaleza a la cual el espiritu del escultor le habia dado alma y calidez, acompañaba distante pero segura a la pieza protagonista.

Me detuve unos instantes. Estaba, en dos palabras: im-presionado. Con confianza palmee la espalda de la figura del maduro varon de altura y, con descaro intente introducir la mano bajo la falda de la regia pieza de femina que lo acompañaba, pero desgraciadamente solo pude sentir una pantorrilla firme pero mucho menos calida de lo que buscaba. El gesto de mi mano intentando introducirse bajo la falda de la protagonista consorte resulto en un duro golpe en mi antebrazo, que me hizo reprimir algunos gestos en las horas siguientes. Represion y acceso a la vivienda eran temas que no me cuadraban pero parecian ligados.

El enorme espacio del recibidor de la casa seguia vacio. Era una tonteria por mi parte, porque sabia que en aquel momento esa era nuestra casa, pero no podia dejar de pensar que en cualquier momento alguien nos iba a impedir el paso.

Inicie el ascenso a la planta superior, sin que nadie me lo impidiera.

Arriba las escaleras volvian a estar flanqueadas por las mismas figuras campechanas de la planta baja. Aqui ninguna de las dos parecia estar ejerciendo ninguna funcion. Dentro de la casa tenian menos sentido. Ni siquiera decoraban. No palmee la espalda del poco sonriente maduro varon de altura. Tampoco me senti tentado a fracturar mas profundamente mi muñeca contra la petrea falda de la regia figura femenina que lo flanqueaba.

Me adentre un poco por el corredor. Dos figuras se apretaron contra las paredes a mi paso. Un mayordomo me parecio que era la primera. Nunca habia visto uno real. Casi por instinto le llame. "Pascual!" pero no obtuve respuesta y pense que habia sido mi imaginacion.

La segunda figura mas que apretarse contra la pared del corredor, se deshizo tras mis pasos, quedando cerca de mi en el camino que seguia como marques buen conocedor de la corte.

La primera puerta que me atrevi a abrir me hizo desear no haberlo hecho. La imagen era romantica, pero a mi me hizo lamentar haber interrumpido aquella fantastica expresion de libertad dentro de unas limitaciones: Una mujer que no sabria decir seguro si sufria del sindrome de down, aunque mostraba varias de sus caracteristicas, atendia a las peticiones de su compañero, un hombre alto, muy delgado, de movimientos lentos, que parecia tambien padecer de alguna ligera restriccion fisica y psiquica. "Elena, no pares. No me pegues con el pañuelo. Hazme mas cosas. No me metas el dedo.... La fusta si. Asi. Mas adentro! No te quites la polla de la boca. Traga zorra!"

Observar aquellos tiernos y curiosos especimenes me hizo sentir extraño pero no pude evitar que me excitara.

Segui avanzando por aquel enorme corredor.

Ninfas Barbaras sin descubrir pasaban centelleantes sin darme tiempo ni a pensar si eran reales o lo habian sido.

Al girar una esquina de los aposentos, me encontre frente a una de las pruebas establecidas por los dioses del olimpo. Afortunadamente, no debia ser yo quien la superara (y si hubiera sido el caso, no habria sido capaz).

Aceptando la realidad, el representante real del comite olimpico se sometio a un encuentro de culturas. Yo tuve ocasion de observarlo y he de reconocer que el espectaculo no fue agradable, pero Don, el real representante, dio muestras de su entereza casi hasta el final. Solo se quebro cuando el hermano marciano cubano se le presento sin previo aviso. La voz del duque desde ese momento es una octava mas aguda, pero su imagen no ha cambiado en nada mas que una casi imperceptible inclinacion en su postura habitual.

En la pieza siguiente, habian 3 crias de humano con una regia figura, voluptuosa, de mejores proporciones y mas movilidad que la de la planta baja y el primer rellano.

La situacion fue sorprendente. La figura femenina de buenas proporciones me recibio con una sonrisa. Su vestido era casi igual al de la figura de proporciones menos agraciadas de la planta inferior, con lo cual evite intentar meter mi mano bajo su falda, para no golpearmela contra el vestido de hormigon. Pese a ello, la mirada de la cristiana figura de hembra dedicada al apareamiento se seguia clavando a mi cuerpo y nuevamente senti una ereccion.

Pese a ser solo crias, me espantaron los retoños y no me atrevi a intentar ir mas alla con aquella principesca hembra que ni invitaba ni rechazaba con su sonriente mirada que la hacia ligeramente deseable.

Llegado al final del pasillo, segui otras escaleras que me devolvian a la planta baja. Las baje, esperando encontrar a alguien en la planta baja que me dirigiera fuera del dominio real de aquella casa de todos, pero no habia nadie.

Me quede unos instantes sorprendido y desorientado. No era la zona por la que habia entrado.

Sali al jardin y me acerque a una casita que habia alli. Pude comprobar que no era la del jardinero. Era casi tan grande como la casa real, la de verdad, y parecia casi tan antigua, aunque debia ser muy nueva.

A traves de una ventana capte una figura desnuda de princesa que me sorprendio. Debia acabar de salir de la ducha porque su cabello claro estaba mojado, pero me parecio que estaba desnuda para mi de forma exclusiva. Pese a no estar seguro de si era princesa o plebeya, sus formas serian indudablemente deseables para muchos. Rasgos duros, cuerpo menudo, movimientos energicos. Me la ponia dura. Eso me pasaba con casi cualquier hembra atractiva, real o imaginada. Tampoco iba a salir en las noticias. Las circunstancias no invitaban a estar caliente, pero no lo pude evitar.

Oi ruidos tras de mi. Tuve que abandonar rapidamente aquella vision y salir de la casa. No me pillaron. Yo tampoco pude llegar a obtener la casa que pensaba que debia ser mia al menos en parte y que resultaba que estaba tomada por completo por okupas legalizados.

Cosas que pasan en la realidad sin que nadie las cuestione.