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Mil mamadas

en Sexo Oral

Sexo Oral. Toma categoria facil.

Yo no soy muy de largar intimidades, pero alguna vez con unas copas de mas y entre amigotes que presumian de sus andanzas, tambien me he echado algun farol con las mias.

Para hacer lo mismo en un relato, es cuestion de ponerse en situacion (momentito que me concentro) y lanzarse a ello. Eso si, sin las copas de mas, que si no no voy a acertar una con el teclado.

A ustedes, por ejemplo, les podria contar las mil mamadas que me han hecho, aprovechando que justo ayer llegue a esa marca.

Podria hacerlo, pero iba a ser muy largo y ademas seria mentira. No me acuerdo de cuantas, pero tantas como mil no creo.

¿Lo ven? Facilisimo. Como quien no quiere la cosa yo ya he dejado caer sutilmente que igual si que estoy cerca de ese numero. Tu lo sueltas y algo queda.

Bueno, pues ya que no las mil, les voy a contar la primera, que sera mas facil y ademas fue inolvidable.

Prueba de que fue inolvidable es que me acuerdo, si no no se lo iba a poder contar, claro, pero ademas estuvo realmente muy bien.

Yo de mas jovencito mucha suerte no tenia. Ligaba pero no mojaba. Ahora... dejemos el tema, que no viene al caso.

De morrear, tenia un master a los 16. Tetitas, repase unas cuantas por la misma epoca. Correrme, un par de veces pegadito a quien se dejaba, pero procurando que no se notara.

Con mi primera novia seria, tarde dos meses en conseguir que me hiciera una pajilla. En realidad, eso fue lo que la convirtio en mi primera novia seria. Vamos, como que en esas circunstancias hasta le dije que la queria. En los cinco meses siguientes hasta nuestra ruptura, me hizo unas cuantas mas, pero solo eso.

Luego tuve una novia que duro un poco mas de dos años. Recordandolo ahora me parece que fueron dos siglos. Ya pueden deducir por el comentario que muy bien no acabamos.

Queria llegar virgen al matrimonio. Tiene narices la cosa. Para hacerme pajillas no tenia muchas manias. Yo queria mas, claro. Lo de que me la chupara era nuestra batalla constante, en la que siempre acababa claudicando yo, porque si no, no me hacia la pajilla.

Lo de darle por el culo se me escapo una vez y estuve una semana castigado.

Por fin un dia, no se como, parecio entusiasmarse un poco mas con nuestros arrumacos y consegui plantarme encima suyo y empezar a frotarmela entre sus tetas. A eso no puso objecion y frota que te frota, acabe pringandole todo el pecho.

Desde aquel dia, pude comprobar que eso de que mejor calidad que cantidad no es siempre del todo cierto.

Me explico: se acabaron las pajillas. No se por que, pero casi cada vez que estabamos en una situacion que invitaba al sexo, el comentario de mi novia era "aqui no podemos".

A cambio, las pocas veces que segun ella podiamos, que con lo de que ella estudiaba en la capital y solo venia los fines de semana, era desesperantemente poco a menudo, yo acababa con la polla entre esas tetas que la abrazaban como si fueran un amigo al que no habian visto en años.

Unas cuantas veces, iluso de mi, intente que mi polla saludara la boca cercana de mi novia. Menudos mosqueos se cogia. Movimientos de rechazo con la cabeza, manotazos para apartarme... solo le faltaba decir "¡quita bicho!"

Unas cuantas corridas solte en aquellos pechos, pero en esa epoca iba todo el dia con ganas de mas. Ahora tambien.

Me desahogaba del deficit de relaciones con las glandulas mamarias de mi novia, a base de pajillas y con algun que otro escarceo, muy pocos, con alguna chica que se ponia a tiro. Esas aventurillas tambien acababan en pajilla. De lo de follar no habia manera y ademas me dejaban con remordimientos de conciencia durante quince dias

Fue en esa epoca en la que por casualidad (bueno, por casualidad no fue, pero explicar el porque haria el relato mas largo y tampoco aportaria nada especifico) conoci a Olga.

Olga era una impresionante belleza eslava. Nacida, segun decia, en una ciudad industrial a unos 45 minutos de Moscu, de cuyo nombre no es que no quiera acordarme, pero es muy raro y no hay manera. Habia conocido al que hoy era su afortunado marido en una feria en Rusia.

El hombre se habia enamorado o ella le habia hecho encoñarse. No se yo, pero viendola y tal y como la fui conociendo, para mi que fue lo segundo.

La mayoria de nosotros hubiesemos hecho como el marido supongo. Olga era alta, rubia, guapisima y explosivamente sexy. Desde su culo a su risa, todo en ella parecia diseñado para provocar erecciones a 50 metros a la redonda.

A mi me volvia loco y no desaprovechaba ocasion para intentar acercarme a ella. Nos convertimos en amigos. Ademas de lo buena que estaba, me caia bien. Yo entendia que se sentia desplazada en una cultura distinta, con una familia, la de su marido, muy conservadora y en una capital de provincia relativamente pequeña donde no conocia a casi nadie.

Coño, la victima ideal.

Yo simpatiquillo, mas o menos de buen ver y, ya de paso, mas o menos sincero en mi amistad.

Esta caia seguro y si el marido se la habia importado de tan lejos no seria por que le hiciera pajillas ni por corridas entre las tetas (aunque vaya tetas tenia tambien Olga).

Nos saltamos unas semanas en la cronologia de la historia.

Cada vez que nos encontrabamos, a mi se me ponia dura (...y ella se daba cuenta y sonreia... ups, no, que eso es de otro relato).

No se si cada vez que la veia se me ponia dura, pero casi. No podia evitarlo. Siempre vestia de forma que no mostraba nada pero lo insinuaba todo. Los cerrados escotes de las blusas y camisetas que cubrian sus pechos, siempre encontraban la manera de alejarse de su cuerpo para descubrir carnes blancas cubiertas por sujetadores de copas tan bajas que casi dejaban ver los pezones. Yo estoy seguro de que lo hacia a proposito.

No habia tenido nunca la oportunidad de atacarla a fondo. Ella parecia tener bastante miedo al "que diran". Tambien puede ser que pasara de mi y estuviera hasta el gorro de ese pesado que solo pensaba en meterle mano, pero me hace mas ilusion pensar que era por lo del que diran.

Entonces aparecio otro personaje en escena. No se preocupen que es en serio, no se va a descontrolar la cosa.

Hacia unas dos semanas que no me pasaba por casa de Olga y decidi hacerle una visita.

Mis visitas eran siempre sin anunciar. A lo mejor asi alguna vez la pillaria recien salida de la ducha, pensaba yo.

Olga me saludo al abrir la puerta con los dos besos de rigor a cada lado de los labios (a las mejillas hacia tiempo que ni se acercaba) y me abrazo con mas fuerza que yo a ella.

Una de mis manos recorrio aquel culo durisimo con mas descaro que de costumbre y, vista la efusividad de la recepcion, la otra se quedo plantada en el pecho de Olga en lugar de solo rozarlo como de pasada, que es lo que yo solia hacer.

"Ha venido Ludmila" me dijo excitada.

Yo tambien estaba excitado, pero por los motivos que ustedes ya conocen, con lo cual me costo un poco reaccionar.

Vagamente podia recordar que Ludmila era una amiga suya de toda la vida. Me habia hablado bastantes veces de ella y de que sus familias eran vecinas y amigas desde siempre, pero mi cerebro no recibia la suficiente sangre como para recordar mas detalles. Mi pene palpitaba pegado a Olga y, dado su entusiasmo, se habia conseguido colocar contra el pubis que cubrian sus jeans.

"Ven, te la voy a presentar".

Y la presentacion se hizo y las sonrisas se multiplicaron como las estrellas del firmamento.

Esto ha quedado como exagerado. Es que estoy practicando para otra cosa, perdon.

Pero bueno, la verdad es que me la presento y sonreimos todos.

Ludmila era guapa. Pelirroja de cabello rizado, unos ojos preciosos, verdes con reflejos de color miel y una sonrisa muy agradable, con labios rojos y llenos y dientes muy blancos, un poco salidos pero muy uniformes, que le daban su morbo.

El resto del cuerpo, no estaba mal. Tambien bastante alta, incluso un poco mas que Olga, delgada, le fallaban un poco las curvas.

Sola, hubiese resultado bastante atractiva. Las comparaciones son siempre odiosas para una de las dos partes y, en este caso, Ludmila salia perdiendo por goleada ante la inevitable comparacion con Olga.

Ludmila parecia muy timida. Me dio la mano y sonrio. Sonreir lo hacia muy bien.

Me fije en el resto de su cara. Nariz respingona, unas cuantas pecas.

Ludmila acababa de llegar, invitada por Olga y su marido, para pasar unas semanas de vacaciones en España. Era la primera vez que salia de Rusia. Estaba muy contenta de estar aqui y le hacia mucha ilusion. En la ciudad industrial cercana a Moscu donde vivia, daba clases de musica. Era una virtuosa del piano.

De todo esto me entere a base de traducciones de Olga.

Porque Ludmila no hablaba ni una palabra de castellano ¿Ingles? Tampoco. Apenas una docena de frases hechas y cuatro palabras sueltas.

Menos mal que hablaba frances. Eso decia. Pero lo decia en ruso - Я говорю по-французски (ia gavariu pa franzosky, por si alguien no lo entiende) - y no habia forma de que lo demostrara.

Bueno, con traduccion simultanea de Olga, al menos esa tarde nos entendimos.

Pasamos de detalles durante otro par de semanas en las que Ludmila y yo nos fuimos conociendo, Olga fue maquinando su plan para emparejarnos... y yo seguia aprovechando cualquier ocasion para tocarle el culo a Olga y pasando de su amiga.

Ahora, ya hace tiempo que tengo claro que si Olga me permitia mis infantiles excesos con ella era porque creia que conseguiria colocarme a su amiga. En aquella epoca, yo pensaba que en cuanto tuviesemos ocasion de despistar al marido y a Ludmila, Olga y yo ibamos a hacer de todo.

A todo eso, de vez en cuando me seguia corriendo entre las tetas de mi novia, aunque cada vez con menos entusiasmo. Ya hacia dias que no se la intentaba colocar en la boca ni nada. Estaba obsesionado con Olga.

La estancia prevista de Ludmila estaba llegando a su final.

Ella queria quedarse. Olga queria que se quedara. A Ludmila le quedaban dos meses de visado. Mucho problema no habia. La cosa dependia del marido de Olga.

Este, supongo que en compensacion por las atenciones recibidas de Olga, no tenia inconveniente en seguir proporcionando alojamiento e incluso comida a la amiga de su esposa, pero lo de tener que darle dinero para sus gastos, no lo aceptaba.

A mi se me ocurrio comentar que si solo era eso, los padres de un amigo mio tenian un pequeño hotel en el pueblo donde vivia yo y necesitaban gente a tiempo parcial para limpiar habitaciones en dias determinados.

Cuando Olga se lo tradujo, a Ludmila se le ilumino la cara. Estaba claro que se sentia humillada por ser una carga para su amiga y, sobre todo, para la familia de esta.

Pagada por horas, sin contrato y en efectivo, Ludmila se convirtio en una ayuda para el hotel y al mismo tiempo dejo de ser una carga para el marido de Olga.

Ludmila habia aprendido algunas palabras en castellano. Yo tambien algunas en ruso. Ademas su ingles habia mejorado tambien un poco. Lo de que dijera que hablaba frances, sigue siendo un misterio para mi incluso hoy. Ni un "Oui" le oi pronunciar en tres meses.

Total, que nos seguiamos comunicando principalmente por señas, con dibujos y a traves de Olga.

A mi me encantaba la posibilidad de descararme con Olga que daba la situacion. Abrazaba a la rubia, me frotaba con ella, le sobaba las tetas con no mucho disimulo. Ella me apartaba siempre, un poco incomoda, pero nunca antes de darme oportunidad de gozar del contacto con su cuerpo.

Olga no tenia la formacion musical de su amiga, pero habia empezado a estudiar canto, para matar horas de soledad, en el modesto conservatorio local. El ultimo dia de su primer curso, habia un recital. Olga y sus compañeros de estudios iban a cantar. Ludmila iba a ser un lujo para ellos acompañandoles al piano. Faltaba el publico.

Amigos, familiares y demas componiamos, que remedio, el grupo que se sentaba en las sillas plegables de madera que cubrian la superficie de la platea de la modesta sala que hacia las veces de auditorio del conservatorio.

En el improvisado escenario, el conjunto de alumnos y alumnas del primer curso del conservatorio. Catorce en total.

Olga vestia completamente de negro en un traje brillante que destacaba la blancura de su piel y el atractivo de su cabellera rubia.

Ludmila se sentaba al piano, de espaldas al poco publico capturado por los actuantes aprovechando compromisos.

Yo estaba sentado en primera fila. Mis ojos se centraban sobre todo en los pechos de Olga. Habia un par de compañeras de curso que no estaban mal. Ludmila tambien se habia vestido para impresionar.

Con una blusa roja de manga larga y falda cortisima del mismo color que dejaba al descubierto sus largos y blancos muslos, Ludmila conseguia que me costara mantener la atencion en los pechos de Olga..

Acabo el concierto y, entre aplausos de todos, alguien llevo un ramo de flores a Ludmila.

Yo espere en mi sitio a que mis amigas bajaran del escenario. Fuimos a cenar con todo el grupo y acabamos tarde.

Al dia siguiente Ludmila tenia que trabajar temprano en el hotel y el pueblo donde vivia yo estaba a unos 20 km. Dada la hora, lo mas sensato era que se viniera a dormir a mi casa.

En aquella epoca, por motivos que no vienen al caso, yo me alojaba solo un apartamento que pertenecia a mis padres, bastante amplio, con tres dormitorios y dos baños.

Por el camino la vista se me iba hacia los muslos de Ludmila, pero me resisti a dejar que la idea se me metiera en la cabeza. Llegamos a mi casa y le entregue, por señas, posesion del segundo dormitorio y del baño pequeño, ademas de toallas y esas cosas.

Con un lapidario "buenas noches" me meti en mi dormitorio, cerrando la puerta tras de mi. Aunque estaba buena y aquel dia habia conseguido impresionarme, no me apetecia nada liarme con una rusa a la que le quedaba un mes justito de visado.

Hasta yo, que no tengo demasiadas luces y siempre me estoy metiendo en lios, podia ver que eso me traeria problemas.

Luego estaba lo de mi novia. Si hubiera sido Olga, otro gallo cantaria porque me volvia loco. Con su amiga no me compensaba todo el follon que se me podia montar por una pajilla que me pudiera hacer (mentalidad de derrotado, en que me la pudiera follar ni soñaba).

Estaba ya medio dormido cuando se abrio la puerta de golpe y Ludmila entro en la habitacion como un torbellino y se echo encima de mi cama abrazandome y escondiendo la cabeza contra mi hombro. Vaya susto.

No hizo nada. No dijo nada (o igual es que estaba pensando en frances). Yo no me atrevia a moverme. Disimule un ratito, a ver que pasaba. No paso nada.


"¿Que pasa?" acabe preguntandole cansado de que no pasara nada aunque acojonado por lo que podia pasar.

Paso de mi y siguio sin hacer nada ni decir nada. El sueño me estaba acabando la paciencia. Encendi la luz y, con mas o menos suavidad, le hice levantar la cabeza.

"¿Te encuentras bien?" Sus bonitos ojos verdes se clavaban en los mios con intensidad, como si esperara transmitirme un mensaje telepatico.

Va a resultar que si que estaba pensando en frances. Mira tu, esa posibilidad no se me habia ocurrido nunca hasta ahora. Es verdad que a veces va bien hablar de estas cosas.

Bueno, pues alli estabamos, mirandonos. A ver, yo ya he reconocido que tengo pocas luces, pero no se vayan ustedes a pensar que de verdad no me enteraba de lo que queria Ludmila. Es decir: un visado permanente y de paso un marido que pagara las facturas.

Insisti en hacerme mas el tonto de lo que soy y en preguntarle en dos idiomas, español e ingles, que de ruso por muy bien que haya quedado por ahi arriba, se eso y bien poca cosa mas. Al final, consegui que hablara:

"Yo no puedo sin ti" Bueno, era de lo mas correcto que le habia oido decir. Se le entendieron todas las palabras, una por una, y el significado tambien estaba claro.

Pero no se lo iba a poner tan facil. "¿No puedes que?". Tuvo que pensar "este tio es tonto del culo" ("c’est oncle est tontaine de l’arriere", que lo debia pensar en frances y no creo que lo hiciera mejor que esto).

Luego debio pensar que de perdidos al rio y me lo solto: "Te quiero".

Ahi si que ni yo podia hacer ver que no la entendia. Como pude, despacito y con la mayor suavidad de que fui capaz, le dije todo eso de "muy atractiva" "como amigos" "no es por ti, es por mi" y tal.

No se si lo entendio muy bien, pero lo que debio ver claro es que no me habia abalanzado sobre ella apasionadamente, como supongo que esperaba.

Volvio a salir corriendo y oi el portazo que dio al encerrarse en su dormitorio. Lo oi yo y seguramente todos aquellos de ustedes que viven en Europa, la mitad Este de America y por encima del ecuador en Africa.

Bueno, no lo habia solventado tan mal, me dije, bastante satisfecho con el resultado final obtenido.

Ya podia volverme a poner a dormir, que era tardisimo. Apague la luz.

La volvi a encender. Jodida conciencia.

Me levante y fui al dormitorio de Ludmila. Llame a la puerta y no obtuve respuesta. Espere unos segundos y la abri despacito. La luz estaba apagada y no veia nada, pero podia oir como Ludmila sollozaba. Encendi la luz. Se metio bajo las sabanas.

Me dio pena. Jodida conciencia. Me sente en la cama. Mis pocas luces no me impedian darme cuenta de que, sentimientos aparte, tenia que sentirse terriblemente humillada.

Es casi imposible que un tio le diga que no a una mujer como Ludmila si se le mete en el dormitorio y se le echa encima a las tantas de la madrugada. Yo lo habia hecho.

Eso tenia que doler mucho.

"Es que soy gay". Juro que estuve a punto de decirlo, pero no me atrevi. Decidi intentar consolarla.

Consegui que saliera de debajo de las sabanas y me mirara a la cara.


"Perdona, no te preocupes, no pasa nada" mi tono de voz era tranquilizador. Ya que no sabia cuanto de lo que le decia estaba entendiendo, procuraba que mi lenguaje corporal fuera lo mas amable posible.

Le tome las dos manos entre las mias. "хочу пиво” ("jachu piva") fue lo único que dijo. Eso lo entendia. Queria una cerveza (yo es que de los idiomas dificiles siempre procuro aprender las cosas mas importantes). Le traje una de la nevera. Se pulio la mitad de un trago y dejo la botella sobre la mesilla de noche.

Pase los diez minutos siguientes intentando convencerla de que la encontraba muy atractiva, que la consideraba una gran persona y que no es que pensara que no podiamos tener una relacion, pero necesitaba mas tiempo y de momento la consideraba una amiga muy especial ¡Joder, a las tias eso les funciona! La de veces que lo he oido yo.

Con Ludmila tambien parecio que funcionaba. Dejo de llorar. Nos abrazamos y, tirando de ella, la invite a venir a compartir lo poco que quedaba de noche junto a mi, en mi cama.

Cagada, cagada, cagada.

Yo vestia una camiseta y unos pantalones cortos. Ludmila un camison blanco, largo y amplio, muy pudoroso.

A la que nos tumbamos y sentí su cuerpo junto al mio, se me puso dura como una piedra. Menuda tienda de campaña se formó bajo la sábana (es decir, que se formo una tienda de campaña menuda).

No creo que con la luz que entraba a traves de la persana medio bajada, se destacara esa silueta, pero me di la vuelta de costado. Tengo la costumbre de dormir sobre el costado derecho y alli es donde estaba Ludmila.

En cuanto me gire, mi pene entro en contacto con el muslo de Ludmila. La sensacion era muy agradable. Recordar ademas esos muslos de los que mis ojos habian estado gozando toda la tarde, no hizo sino incrementar mi excitacion.

Ludmila no pudo dejar de sentir el contacto. No se aparto. Su mano abrazo mi cintura.

A la mierda el sentido comun, la prudencia, la logica y todas esas cosas que solo sirven para que dejemos de hacer cosas que nos apetecen. Cuenta la leyenda que tambien hay a quien le sirven para no hacer estupideces y no meterse en lios, pero lo dudo.

Encendi la luz. Sin la presencia a su lado de Olga, que ya hubiese sido la repera, perdon, quiero decir que la eclipsaba, Ludmila era muy guapa. Esa boca de labios rojos y dientes blancos era irresistible.

No me resisti. Nuestros labios se juntaron. Su lengua respondio a la mia. Le mordisquee repetidamente el labio inferior. Lleno, calido, delicioso. Mi mano acaricio su espalda, bajando hasta empezar a acariciar el culo pequeño de Ludmila.

Ella no perdio el tiempo. Su mano se deslizo por mi cuerpo y pronto encontro la verga que se apretaba contra sus muslos. Un masaje delicioso estimulo mis huevos por encima de los shorts.

Yo le acariciaba los pechos que al tacto resultaban extremadamente firmes. Nuestras bocas seguian descubriendose. Ludmila besaba como una diosa y el contacto de sus labios era el mas sensual que habia conocido nunca.

Empezo a intentar despojarme de mi camiseta. Colabore encantado. Siguio su amplio camison que dejo al descubierto un cuerpo que quitaba la respiracion.

Esbelta, cada una de sus sutiles curvas que parecian ausentes vestida, desnuda aparecian con el punto justo de definicion. Su piel, blanquisima, resultaba irresistiblemente hipnotizante. No tenia nada que ver con esos cuerpos blancos desagradables de ingleses y germanos que atentan a los sentidos en nuestras playas cada verano. Diria que tenia el blanco de la pureza, pero para mi esa piel tenia el blanco de la lascivia.

Pezones de boton, esos que tienen la puntita no muy larga y un poco plana y pequeñas aureolas coronaban sus pechos perfectos.

Ella misma se quito las bragas. Era la primera vez que veia en directo una pelirroja desnuda. Una fina mata de pelo rojizo muy rizado cubria el centro de su pubis.

Mi cara debia ser de alucinado, porque Ludmila se rio con dulzura y se dispuso a bajarme los shorts. "Este tambien" dijo empezando a tirar de la goma. Le facilite el trabajo y quedamos los dos contemplandonos.

Abrazandola, me coloque encima suyo. Nuestras bocas se volvieron a juntar. Mi lengua recorria sus dientes mientras mi mano le acariciaba el culo y los muslos. Sentia cada vez mayor excitacion por el contacto de mi pene entre sus muslos. Ludmila me apretaba el culo, pegandome mas a ella.

Estoy seguro de que si hubiese querido (si se me hubiese ocurrido), en aquel momento me la habria podido follar. Pero no. Supongo que por la fuerza de la costumbre y por mis pocas luces, en lugar de entrar a matar en aquella cueva rojiza que desprendia calor de fuego y jugos vaginales que parecian lava incandescente de un volcan en erupcion (no se pierdan mi relato "National Geographic" en la categoria de Fetichismo, de proxima aparicion en sus pantallas de ordenador), lo que hice fue colocarme a horcajadas sobre el blanco cuerpo de Ludmila.

Agarro mi pene con una mano y me empezo a masturbar mientras yo avanzaba poco a poco por su tronco, en una expedicion destinada a acabar entre sus pechos. Esas cimas fueron faciles de coronar.

Mis manos los apretaron desde cada lado, juntandolos para que me envolvieran la polla. Empece a follarselos, pellizcandole con suavidad los pezones. Cerre los ojos y a medida que aumentaba mi excitacion tambien aumentaba la velocidad de mi follada a sus pechos.

De repente, sus manos apartaron a las mias. Pense que habia apretado demasiado fuerte y le habia hecho daño. Con el impetu de mi follada, mi polla, no encontrando el tope de esos deliciosos montes, se paso de largo y acabe sentado sobre sus tetas.

La siguiente sensacion que tuve fue un calor desconocido envolviendo mi pene. La calidez, la humedad, las caricias de un vibrante apendice musculoso que lo recorria y el contacto con el marfil duro pero calido de sus dientes hicieron decidir a mi polla que se iba a quedar a vivir en aquella maravillosa boca, por los siglos de los siglos.

Asi fuera y asi lo hubiese querido, pero el movimiento succionador de Ludmila, de ritmo suave y chupadas profundas que su lengua acompañaba recorriendo la longitud de mi pene cada vez que sus labios iniciaban la breve retirada que casi ninguna vez permitia que mi polla se escapara por completo al control de su boca, pronto me hicieron explotar de placer.

Justo en ese instante Ludmila habia decidido darle un breve reposo a mi polla y, despues de que su lengua los lamiera lenta y profundamente, su boca habia engullido mis testiculos. Primero uno, luego el otro y, para terminar, el mas dificil todavia, los dos a la vez, ademas con las electrizantes caricias de su lengua dandome todavia mas placer.

Vaya si fue para terminar. Mi eyaculacion fue descontrolada pero en ningun caso inesperada. Intensa y caliente como la erupcion de un geyser, la primera explosion supero la longitud de la cara de Ludmila y acabo manchando de blanco su roja cabellera.

Mis huevos fueron rapidamente expulsados de las profundidades cavernosas de su boca y esa deliciosa calidez que habia descubierto pocos minutos antes en mi pene, volvio a envolverlo.

Mi placer aumento hasta niveles que nunca antes habia sentido y fue creciendo cada vez que la boca de Ludmila lo engullia hasta el fondo, tragando todo lo que quedaba de mi semen, mientras su mano estimulaba mis testiculos.

Acabe casi en estado de trance. Habia descubierto una nueva dimension del sexo. Me quede dormido, en paz con el universo, sin ni siquiera pensar en tener el detalle de devolverle la atencion a Ludmila.

Con Ludmila pasamos muchos buenos ratos en las semanas siguientes. La compense por esa falta de consideracion de aquella noche y me siguio descubriendo cosas fabulosas ¡¡¡Hasta llegue a follar!!!

Pero no se porque, no me parece que este sea el lugar para contarselo.

Ademas, el relato se ha hecho largo y ustedes tendran cosas que hacer.

Pues ya esta. Les he contado mi batallita y la categoria de sexo oral al saco.

No se que decirles. No esta mal esto del sexo oral, pero la verdad es que, como sexo, yo prefiero que me la chupen, como hizo Ludmila.