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Carmen, educadora especial

en No Consentido

Nunca hubiera pensado en forzar a nadie a tener sexo conmigo. Sin embargo, descubrir a una amiga en una situacion comprometedora me llevo a una reaccion de la que no me siento orgulloso pero que reconozco que me resulto extremadamente satisfactoria.

Carmen era educadora especial. Licenciada en pedagogia y psicologia habia acabado montando un centro de educacion para ayudar a adolescentes con dificultades personales que repercutian en sus estudios. Se ocupaba tanto de aconsejarles y ayudarles a afirmar su personalidad como de que los resultados en sus estudios fueran los mejores posibles.

Era mi amiga a traves del que actualmente era su esposo. Desde el momento en que nos presento el, habiamos compartido una cierta complicidad. Divertida, inteligente. Se habia convertido en una buena amiga por derecho propio.

Carmen tenia un encanto especial, pero no era guapisima, ni tenia un fisico extraordinario. Ni siquiera pensaba en ella habitualmente en mis fantasias que incluian a tantas y tantas mujeres conocidas o no.

Eso no impedia que Carmen me resultara atractiva.Tenia el cabello castaño claro, ojos marrones, alrededor de 1,50 de altura y entre 50 y 55 kg. Sus formas eran muy sensuales. Tenia morbo.

El dia en que descubri algo mas sobre ella y sus tecnicas, habiamos quedado en que la iria a buscar al final de la jornada para ir a cenar con su novio y una amiga suya que, segun me aseguraba, era perfecta para mi.

Aquel dia, la puerta de su local estaba abierta cuando llegue, un poco pasadas las 7 de la tarde. La recepcionista ya se habia ido. Era la primera vez que visitaba aquellas dependencias, pero enseguida me pude orientar.

Justo detras del mostrador de la recepcionista estaba la oficina de Carmen. En el lado opuesto, una sala con una mesa circular para reuniones. Al fondo, la sala mas grande, donde Carmen conducia sus terapias.

Me dirigi hacia aquella sala. Tenia una ventana desde la cual se podia observar lo que sucedia dentro. Era una sala amplia, con una distribucion un poco extraña. Habia dos pupitres de escuela. Tambien una mesa redonda pequeña con dos sillas. Otra mesa cuadrada, sin sillas. Finalmente, unas mesas altas redondas, con taburetes como de bar a su alrededor.

En estas ultimas pude ver que Carmen estaba con uno de sus alumnos/pacientes (clientes?). Era un chico de unos 16 años que parecia muy concentrado en lo que estaban estudiando.

Iba a volver hacia la oficina a esperar a que terminara la sesion cuando mis ojos se captaron la actividad de la mano de Carmen. Por debajo de la superficie de la mesa pude ver claramente que su mano estaba situada sobre los genitales de su alumno. Pese a la situacion, el movimiento rapido que pude observar en la mano de Carmen no me dejo ninguna duda sobre lo que le estaba haciendo al chico.

No puedo negar que fue una sorpresa. No pude apartar la mirada de lo que estaba sucediendo en el aula. Varias veces el chico intento acercar su mano al pecho o las piernas de Carmen y cada vez ella le rechazaba con energia, pero su mano seguia masturbandole sin detenerse. Carmen no dejaba de decirle lo que fuera que le estuviera explicando, con la mirada fija en el libro que habia entre los dos. Los ojos del chico tambien se esforzaban por centrarse en aquel libro pero su cara delataba lo que Carmen le estaba haciendo bajo la mesa. En poco tiempo el chico solto unas exclamaciones de placer que no pude oir pero se reflejaron en su cara y yo pude ver como de su polla salia un buen chorro de semen a traves de los dedos de Carmen, que seguia concentrandose en el libro.

Cuando el chico acabo de correrse, Carmen levanto por fin sus ojos de la mesa y se encontraron con los mios. No pudo evitar que su cara reflejara entre sorpresa y susto, pero aparto su mirada de mi y volvio a dirigirse a su alumno

Excitado y sorprendido, fui a esperarla en su despacho, amplio y decorado de forma moderna pero austera y funcional. Cuando Carmen llego sin duda estaba avergonzada por lo que yo habia podido ver y, probablemente, asustada por la posibilidad de que se lo contara a su marido.

Su cara reflejaba miedo. Yo estaba asustado, excitado, sorprendido y confundido. Ninguno de los dos sabia muy bien como reaccionar. "Hola" dijimos al mismo tiempo.

La mirada de Carmen seguia rehuyendo mis ojos y creo que esa sensacion de culpabilidad que desprendia, junto con la excitacion que me habia provocado verla masturbar a su alumno, fue lo que me llevo a aprovecharme de la situacion.

Pese a que Carmen habia pasado a su lado de la mesa de despacho al entrar en la oficina, no se habia sentado. Instintivamente, mis manos se cerraron sobre su jugoso trasero enfundado en unos gastados jeans y mis labios, en lugar de los dos besos amistosos habituales, se posaron en los suyos.

"Que haces???!!!" me pregunto, empujandome para separarme

Aunque era la normal, su reaccion me sorprendio. Mis manos agarraron torpemente sus pechos por encima de la blusa que los cubria. Pude notar el sujetador y mis dedos tantearon en busca de los pezones que, esquivos, no habian despertado a mi contacto. Mi mano derecha nuevamente se coloco entre sus muslos.

Esta vez si que su mirada se encontro con la mia. Estaba enfadada. Mucho. Yo no tenia ningun derecho a tratarla asi. Nunca antes lo habia hecho.

Carmen tenia razon, pero no le valia. Mi mirada no se escondio como hubiera sido mi reaccion natural. Saber lo que sabia me daba un poder sobre ella. Ella queria mantener esa informacion secreta. Le iba a costar caro.

Mi mano agarro con fuerza su mata de cabello mientras nuestro desafio de miradas seguia. Soltando el cabello, recorri su cuello y sin pausa introduje la mano dentro de su blusa acariciando sus pechos sobre el sujetador. Sus pezones seguian sin reaccionar.

Esta vez cuando mi boca los encontro de nuevo, sus labios no se apartaron de los mios. Descaradamente mi lengua se movio por su cara y se introdujo en su boca. Mi mano derecha estaba desabrochando sus jeans y la izquierda ya se habia introducido dentro del sujetador y acariciaba sus pechos, jugando con sus pezones que, por fin, reaccionaban a mis caricias endureciendose.

Mis dedos jugaban dentro de sus bragas, introduciendose en la humeda vagina de Carmen. Sus gemidos y sus contracciones de gusto contradecian la mirada herida, humillada y desafiante de sus ojos.

Con ganas de devorarla entera, me aparte por un momento de ella para desnudarme. Volvi a sentarme frente a Carmen que no se rendia a apartar su mirada de la mia. No tuve que forzar su cabeza a introducirse mi polla en la boca. Parecia tenerlo asumido.

Me la chupaba suave, muy caliente. El gusto que me producia casi me hizo olvidar el morbo que Carmen me daba. Entre su boca y sus labios tenian mi polla y mis huevos calientes y llenos de su saliva. Su lengua los lamia completamente. Nuestros ojos se encontraron de nuevo.


En su mirada habia una mezcla de miedo y desprecio.

Con las dos manos la empuje a introducirse de nuevo hasta el fondo mi polla en la boca. Mientras me empezaba a correr en su garganta mis manos recorrieron su cuerpo una vez mas. Manteniendo su cabeza apretada para que sus labios y su nariz rozaran mi vello pubico. Pellizcando sus pezones y sus pechos burdamente. Con mis dedos introduciendose en su humeda vagina mientras me corria... Se trago todo mi semen. Que gusto.

Acabado de disfrutar aquel orgasmo fantastico, volvi a la realidad. La mirada de Carmen volvio a encontrarse con la mia. Ningun morbo. Mal rollo. Me supo mal lo que habia forzado. Intente pedirle perdon, pero sus ojos dejaron claro que hubiera sido una perdida de tiempo.

Nos volveriamos a encontrar. Ojala me hubiese parecido una promesa, pero realmente sonaba a amenaza. Los ojos de Carmen lo confirmaron.