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Primera experiencia de verano (2)

en Amor filial

Primera experiencia de verano II

Los ultimos dias del verano fueron un poco dificiles.

 

El dia en que el marido de mi prima mayor nos encontro a mi primita Mireia y a mi desnudos en la cama, no paso nada. Mientras estabamos los dos trabajando en detalles de la fiesta del pueblo un par de veces hizo comentarios que evidentemente se referian a como nos habia pillado, pero yo los ignore y el no insistio.

Aquella noche, Mireia y yo no nos atrevimos a hacer nada. Ni siquiera cerramos la puerta de nuestro dormitorio.

En los dias siguientes, continuamos durmiendo separados y con la puerta abierta, aunque al final de la primera semana de este ritmo ninguno de los dos podia pegar ojo por lo calientes que estabamos. Hablabamos en susurros. Finalmente nos decidimos una noche y sobre las 3 de la mañana Mireia volvio a mi cama.

Notar su cuerpecito caliente buscando abrazarme me provoco una ereccion inmediata. Desde el dia en que nos habian pillado desnudos, yo habia vuelto a dormir con pijama, pero la fina tela del pantalon casi no podia reprimir mi pene erecto buscando el cuerpo de mi prima.

Nos besamos con muchas ganas y los dos fuimos directos a revelar lo que queriamos del cuerpo del otro. La mano de Mireia se cerro sobre mi polla y casi me arranco el pijama. Yo le hice pasar el suave top por encima de la cabeza sin desabrocharlo y mis manos recorrieron rapidamente sus piernas acompañando a sus mini-shorts para dejarla tambien desnuda.

Estabamos excitados pero tambien asustados. No nos atreviamos a estar mucho tiempo por miedo a que alguien nos volviera a pillar. Cerramos la puerta del dormitorio con mucho cuidado de no hacer ruido. Despues, por primera vez en muchos dias en la oscuridad de nuestro dormitorio, solo rota por la tenue luz que entraba por la ventana, empezamos a tocarnos con ganas, como los dos sabiamos que nos gustaba.

En unos instantes volviamos a estar los dos tan calientes como habiamos estado cada noche durante semanas hasta hacia poco. Desnudos otra vez, nuestros cuerpos querian volver a sentir los contactos que tanto placer nos habian dado durante muchas semanas.

Como un lagarto, Mireia rapidamente giro sobre mi, colocandose con la cara directamente sobre mi pene erecto y situando su precioso coñito a centimetros de mi boca, con sus deliciosas piernas calientes abrazando mi cara.

Lamerle el clitoris de nuevo despues de aquellos dias de abstinencia me parecio fabuloso. En el momento en que note sus labios cerrandose sobre mi pene, casi me corri de golpe.

Los dos nos dedicamos con entusiasmo a complacernos mutuamente tan bien como sabiamos hacerlo. Con la boca de Mireia comiendome la polla hasta el fondo y sus manos sobandome los huevos, muy pronto mi leche empezo a salir a borbotones directa al fondo de su boca, que la recibia con gusto, sorbiendo hasta tragar la ultima gota.

Casi al mismo tiempo, Mireia se estremecia de gusto al notar como mi lengua y mi dedo follando rapidamente su vagina le daban el orgasmo que tanto deseaba. Nos lamimos y sobamos hasta acabar relajados.

Aquella noche no nos atrevimos a dormir juntos para volver a gozar al despertar a la mañana siguiente como habiamos tenido por costumbre anteriormente.

No habia motivo para pensar que nadie, aparte del cuñado de Mireia que nos habia visto, supiera nada de nuestra situacion, pero por algun motivo, cada dia nos encontrabamos en situaciones que nos hacian temer que lo nuestro se habia hecho publico.

Parecia que todo el pueblo comentaba nuestra situacion. Los secretos solo se pueden mantener si no los conoce nadie mas. El marido de mi prima mayor debia haber hecho el comentario en confianza con alguien que pensaba que mantendria el secreto y a partir de alli se habia desatado la tormenta.

Finalmente mi tia, sin oficialmente saber nada, cuando solo me quedaba una semana para acabar mi trabajo de verano, me "aconsejo" que durmiera en otro sitio, por mas tranquilidad para todos segun ella. Con todo el verano de conocer gente, no me tenia que resultar un problema encontrar una cama para pasar las ultimas noches.

Yo estaba un poco enfadado, pero tampoco podia culpar a mi tia por confrontarme con un rumor que estaba basado en hechos muy reales.

El clima era bueno y en aquellos dias yo pensaba que me podia adaptar a cualquier cosa, con lo cual decidi pasar mi primera noche de "exilio" en la playa.

En cuanto me desperte al dia siguiente me arrepenti de mi eleccion. La humedad de la noche no era fria pero si desagradable y hacia que la ropa se pegara a mi cuerpo como si la hubiera estado vistiendo una semana. La arena, pese a la toalla que habia colocado, se metia por todas partes.

No podia ir a trabajar asi y por suerte cuando llegue a casa de mis tios, para buscar ropa para cambiarme, mi tia me dijo que me podia dar una ducha y al salir limpio y vestido me encontre con que me habia preparado el desayuno. A mi prima no la vi.

Al acabar de trabajar aquel dia fui otra vez a casa de mis tios. Mi tia parecia que me estaba esperando. Me preparo algo de comer y me hizo sentar a la mesa. Sin recriminarme nada, me hizo entender que comprendia lo que habia pasado entre mi prima y yo, pero tambien se mostro firme en su decision de evitar que continuaramos por ese camino, "por nuestro bien".

Mi prima mayor, Asun y su marido Jose el que nos habia pillado a Mireia y a mi juntos desnudos y empezado a divulgar la historia, llegaron a casa de mis tios a recoger a sus hijas casi al mismo momento en que yo me iba. No pude evitar lanzar una mirada de rabia a Jose.

Donde dormir no me preocupaba demasiado. Era todavia relativamente temprano y en el peor de los casos, ya habia podido comprobar que si tenia que acabar durmiendo en la playa, al dia siguiente me podria duchar y cambiar de ropa en casa de mis tios.

Un automovil se me acerco, dandome un susto.

"sube" me pidio Jose sin mirarme a la cara, abriendo la puerta de atras de su auto. Mi prima Asun estaba en el asiento del copiloto y las dos hijas de ambos sentadas detras. En aquel momento mi reaccion hacia Jose habria sido mas bien violenta, pero dadas las circunstancias, entre en el auto.

"te vas a quedar en casa unos dias, ok?" me dijo Jose, mas como afirmacion que como pregunta con sus ojos buscando los mios a traves del retrovisor del auto.

No le di respuesta. Con ganas le habria dicho algo desagradable, pero no me lo podia permitir porque necesitaba un sitio donde dormir.

Mi prima Asun estaba claro que sabia lo que habia pasado porque estaba seria y callada. Marisa y Julia, sus hijas, me miraban un poco sorprendidas porque ni siquiera habia hablado con ellas. Normalmente siempre jugaba con ellas y no parabamos de bromear cuando nos veiamos, asi que aquella situacion les resultaba confusa.

Jose tenia 40 años y sus negocios iban relativamente bien, aunque no como para hacerle pensar que era el magnate que se creia. Mi prima Asun 37 y hasta hacia poco a mi me habia parecido que estaba bien conservada. Tenia el cabello negro corto, era muy delgada y siempre vestia clasica pero atractiva. Despues de los problemas que estaba teniendo por culpa de lo que habia hablado su marido, simplemente me parecia vieja.

Sus hijas eran una buena mezcla de los dos. Tenian el cabello rizado del padre y las facciones y la figura de la madre. Marisa tenia 14 años y Julia 12. Normalmente cuando jugabamos, habia una pequeña dosis de morbo sensual entre los tres, sin que ninguno de nosotros (ni siquiera yo) esperase nada especial de nuestros contactos, pero disfrutando de momentos de confusion. Aquel dia simplemente les habia dicho hola y ni siquiera les habia dado un beso, aunque no pude evitar que mi mano se colocara casi como reflejo en la pierna de Julia que estaba sentada a mi lado en el asiento trasero del auto.

Llegamos a su casa. Jose me llevo aparte al fondo del jardin, abriendo dos cervezas mientras Asun y las niñas iban a cambiar cosas de los dormitorios para preparar una cama para mi.

"Perdona tio, en serio que no pensaba que la cosa iba a llegar tan lejos" me dijo Jose en voz baja agarrandome por el brazo mientras yo me separaba, concentrandome en la cerveza que me habia puesto en la mano.

"Joder, en serio, no puedes esperar que os encuentre a ti y a Mireia en la cama y me lo calle del todo para mi sin poder comentarlo ni contigo, no?"

"Conmigo no lo comentaste" le respondi con mala cara

"Yo hice el intento, pero tu simulaste que no sabias de que iba la cosa"

Era verdad a medias. Yo no quise hablar del tema y esperaba que el no hablaria con nadie.

"A quien se lo dijiste?" le pregunte, con curiosidad por saber quien habia empezado a correr la voz

"No importa. Siento el problema que te he causado pero no te obsesiones con esto. Olvidalo"

Yo no queria olvidarlo, pero en aquel momento salieron a buscarnos Asun y las niñas, anunciando que mi dormitorio estaba preparado.

"Vas a dormir en mi cama" me anuncio Marisa con entusiasmo. "La hemos puesto en el cuarto de planchar" me aclaro Asun rapidamente " el cuarto es pequeño pero la cama es la mas comoda y aunque sea un poco pequeña espero que puedas dormir"

"seguro que estare a gusto" conteste.

Me quedaba solo una semana antes de volver a mi ciudad y no daba la impresion de que la cosa fuera a ser nada parecido al tiempo que habia pasado compartiendo dormitorio con Mirea, que parecia haber desaparecido del pueblo.

Aquella noche me fui a la cama sin guardar rencor a Jose (habia sido yo el que habia hecho algo fuera de lo normal) y sin preocuparme demasiado. Una semana pasaria enseguida y despues volveria a mi vida habitual...

Poco sabia yo cuanto una semana podia dar de si.

Aquella primera noche no paso nada. Yo pase mucho calor. Pese a estar ya a final del verano, la temperatura todavia era elevada y el minusculo cuarto reconvertido a dormitorio donde yo me encontraba no tenia ninguna ventilacion.

La noche siguiente cuando todos nos habiamos ido a dormir, abri la puerta. Dormia desnudo porque hacia mucho calor.

Temprano a la mañana siguiente abri los ojos y todavia medio dormido mi mirada se encontro con Marisa en la puerta. Ella vestia una camiseta larga que la cubria hasta medio muslo y al dirigirse hacia el baño se habia detenido en la puerta de mi dormitorio.

Sus ojos estaban fijos en mi ereccion matinal. Cuando se dio cuenta de que la habia visto mirandome, me sonrio picaramente y continuo su camino hacia el baño. Yo me tape con la sabana y espere me hice bajar la ereccion a base de una paja que incluyo los mejores momentos que habia pasado con Mireia mezclados un poco con la idea del cuerpecito de Marisa añadiendose a nuestra fiesta.

Aquella noche, en contra de lo que habia sido mi costumbre durante casi todo el verano (porque en ningun sitio estaba mejor que en casa), sali hasta tarde. Al llegar a la casa de Jose y Asun, todo estaba ya en silencio y me fui a dormir. Tuve cuidado de mantenerme tapado con la sabana pese al calor, para evitar una situacion como la del dia anterior.

Al siguiente dia, ya casi me habia acostumbrado a la nueva rutina. Por la mañana me hacia una buena paja en la ducha y descargaba lo que no habia podido disfrutar la noche anterior.

Solo me quedaban tres dias para volver a mi rutina habitual de invierno y a mis estudios. El verano habia sido muy diferente a lo que me esperaba, pero sin ninguna duda no me podia quejar. Lo que habia pasado con mi prima Mireia estaba muy lejos de la idea de tener una amante distinta cada noche con la que habia fantaseado antes de salir de casa, pero sin duda me habia dado mas placer que el que razonablemente habria podido esperar.

Aceptando que lo de Jose descubriendo nuestra historia habia sido sin mala intencion y relajado ante la idea de volver a la ciudad, aquella noche me quede a cenar con ellos.

Fue una cena divertida. Asun no era la mejor cocinera del mundo, pero se aseguraba de que no faltara un buen vino que mejorara sus platos. Mientras ella preparaba la cena, yo estuve jugando con Marisa y Julia en el patio trasero. Ellas, con la excusa de mi presencia, hacian oidos sordos a las repetidas veces que su madre les decia que fueran a cambiarse y seguian jugando dentro de la piscina que Jose habia hecho instalar alli a principios de aquel verano.

Sus cuerpecitos en biquini eran todavia un poco infantiles, pero empezaban a apuntar formas interesantes.

Marisa, la mayor, ya empezaba a ser una mujercita. Su cara era de facciones un poco duras (nariz y barbilla marcadas) y sus ojos marrones estaban cubiertos con unas cejas bastante densas. Llevaba el cabello negro muy rizado y bastante corto. Su bikini rojo no la tapaba demasiado. Debia ser del verano anterior. Sus pechos empezaban a estar formados y las redondeces de sus limites salian del triangulito de tela que apenas cubria la mitad de su superficie. Sobresaliendo de la tela mojada se adivinaban claramente unos pezones puntiagudos. Sus piernas todavia mostraban la redondez de la adolescencia, aunque ya empezaba a adivinarse que seria esbelta como su madre y su tia. La parte de atras de la braguita de su bikini rebosaba con sus nalguitas firmes y bronceadas por el mucho tiempo pasado al sol durante los ultimos meses.

Julia era dos años menor y todavia casi no habia desarrollado sus formas. Tambien llevaba un bikini blanco bastante ajustado, pero su cuerpo casi no lo deformaba, aparte de una marca bastante evidente que denotaba unos pezones mas amplios que los de su hermana. Su cara de ojos azules estaba enmarcada por un cabello rizadisimo castaño que el sol y el mar habian vuelto rubio y su constante sonrisa atraia la atencion sobre su rasgo mas atractivo, los labios rojos y llenos que constantemente pellizcaba con sus blancos dientes.

Durante bastante rato, se dedicaron a intentar convencerme de que me metiera en la piscina con ellas. Al final, cansadas de que les dijera que no, tomaron la iniciativa y empezaron a echarme agua, dejandome empapado.

Sobrepasado por su ataque, me lance hacia ellas y acabamos cayendo los tres dentro del agua, abrazandolas con una de ellas a cada lado.

Sacando la cabeza del agua recibi en la cara un chorro proviniente de la boca de Julia. Me sacudi y procedi tambien a escupirle agua de la piscina en la cara entre risas de los tres.

Marisa entonces hizo lo mismo y su chorro de agua fue a parar directamente a mi boca.

Yo las tenia todavia medio abrazadas a las dos, con mis brazos en sus cinturas y antes de soltarlas meti la cabeza debajo del agua para morder jugando el ombligo de Marisa antes de darme la vuelta y quedar tumbado en el agua entre las dos.

Me quite la camisa empapada y quedamos riendo los tres tumbados en el agua, ellas dos todavia salpicandome mas con las manos y yo devolviendoles los chorros de agua y haciendoles cosquillas.

Finalmente salimos del agua y fuimos a cambiarnos de ropa para cenar.

Despues de la cena, Marisa y Julia se fueron a dormir y yo me quede un rato charlando con Jose y Asun.

Despues de los cafes y tomando algunos chupitos, los dos me empezaron a hacer un poco de broma sobre lo que habia pasado con mi prima Mireia antes. Jose me iba rellenando el vaso y el suave licor pasaba fabulosamente. No segui la cuenta de cuantos tomabamos. Al final no pude menos que reirme con ellos sobre el escandalo que habia animado el final del verano para todo el pueblo. Fuimos a dormir bastante tarde, habiendolo pasado muy bien.

A la mañana siguiente lo lamente. La bebida de la noche anterior se notaba todavia. Yo tenia una resaca tremenda. Jose intento despertarme, pero casi le di con el pie en la cara.

"tranquilo, fiera!" se rio de mi. Con medio ojo abierto me parecio adivinar su cara sonriente, fresco como si lo de la noche antes no hubiera existido. Salio de mi minusculo dormitorio riendose y dejandome con la almohada cubriendome la cara para evitar que la luz me diera en los ojos.

Al cabo de una media hora o asi Asun volvio a hacer un intento de levantarme. "Venga, despierta. No vas a quedar mal ahora en el trabajo a dos dias de acabar, no?" me sacudio sin demasiada fuerza. Mi cerebro lentamente volvia a empezar a registrar ideas y por un momento pense en hacer un esfuerzo para levantarme, pero lo maximo que consegui articular fue una sonrisa idiota y un "me voy a morir, verdad?" que Asun contesto con una carcajada y un gesto de resignacion. "dejalo, ya llamo yo a tu jefe y le digo que estas indispuesto y no iras hasta mañana. Duermela bien. Jose y yo nos tenemos que ir a trabajar. Te traigo un calmante y un poco de agua y me voy".

Me hizo tragar una pildora que debia intentar calmar el desfile de tambores que se estaba desarrollando dentro de mi cabeza y me hizo sorber un poco de agua, recomendandome que no dejara de beber mucho liquido. Despues de eso, me dio un beso en la mejilla y me dejo para que durmiera un rato mas, hasta que me recuperara o (como me parecia a mi en aquel momento) hasta que la muerte me arrancara de aquella agonia.

Unas horas mas tarde volvi a abrir los ojos y por primera vez en aquel dia me parecio que iba a sobrevivir. Aparte de mucho calor, lo peor que sentia era un poco de mareo y un poco de dolor de cabeza.

Sin sufrir demasiado, consegui llegar al baño y refrescarme la cara. Un poco recuperado, volvi a mi cama y me derrumbe boca abajo a descansar un rato mas.

A los pocos minutos, las figuras de Marisa y Julia aparecieron en la puerta.

"Estas despierto?" "Hemos oido que ibas al baño" " Esta mañana mama ha dicho que estabas enfermo y tenias que dormir" "Estas bien?" "Quieres agua?" "Quieres algo?" "Por que estas enfermo?" "Te vas a quedar mas dias?" "Quieres venir a la piscina?" "Que hacemos?"

Sus preguntas se simultanearon y casi volvieron a resucitar mi dolor de cabeza. Venciendo el impulso de simplemente volver a intentar dormirme, saque la cabeza de debajo de la almohada y con un intento de sonrisa les pregunte: "Que hora es?"

"Las dos y cuarto"... lentamente mi cerebro empezo a asimilar que la noche anterior nos habiamos ido a dormir cerca de las 4, con lo cual, salvo alguna interrupcion, habia dormido unas 10 horas. Vagamente recordaba que Asun iba a llamar a mi jefe para avisarle de que no iba a ir a trabajar.

Vaya manera de acabar el verano.

"Voy a ir a ducharme" les dije. Panza abajo en la cama era consciente de estar desnudo, pero la sabana cubria lo suficiente como para que eso no fuera un problema.

"Necesitas algo?" me pregunto Marisa. "Nada, tranquilas, ya me encuentro mucho mejor. En cuanto acabe de ducharme bajare con vosotras, ok?"

"Vienes a la piscina con nosotras?" pregunto Julia "Claro, solo dejame ducharme antes"

Las dos fueron hacia el jardin y yo disfrute de una larga ducha de agua fria. Estuve un buen rato. Finalmente sali de la ducha y me parecio que la cara que me devolvia la mirada en el espejo era relativamente humana y no tan distinta de como me recordaba.

Me puse un bañador y fui al jardin trasero de la casa donde Marisa y Julia estaban jugando dentro de la piscina con unas pistolas de agua. En cuanto me vieron aparecer por la puerta trasera, las dos apuntaron hacia mi y me dejaron empapado antes de darme oportunidad a reaccionar.

Salte dentro del agua y durante unos minutos jugamos los tres en una pelea fingida donde yo recibi la peor parte de la violencia (una rodilla de Julia en mi espalda y un manotazo de Marisa en mi cara) antes de acabar los tres en una guerra menos violenta de cosquillas durante la cual note que pese a mis esfuerzos por evitar contactos "inapropiados" las manos de Marisa repetidamente contactaban con mi pene por encima del bañador, provocandome una ereccion bastante incomoda.

Finalmente acabe usando a Julia como escudo ante los avances atrevidos de su hermana y me fui al extremo de la piscina manteniendo a Julia pegada justo delante de mi.

Marisa lanzo sus manos un par de veces mas riendo excitadamente y por fin nuestra batalla de cosquillas finalizo. Julia no parecia notar para nada mi pene erecto pegado a su culito. Nos relajamos unos minutos y yo empece a sentirme hambriento..

"Quereis comer algo?" les pregunte. "Pizza!" dijo Julia enseguida y Marisa lo aprobo "Si, pedimos una?" No era lo que mas me apetecia, pero les dije que si y eligieron una del menu. Pasamos el rato en el agua mientras esperabamos a que llegara y casi no oimos el timbre de la puerta. Pague y puse la caja de la pizza en la mesa del comedor.

"Mama no nos deja comer aqui si vamos mojadas" me dijo Marisa. Me di cuenta de que habiamos puesto el suelo perdido de agua al recoger la pizza. "Vale, por que no la sacais fuera y comemos alli?"

Julia llevo la pizza hacia el jardin y yo, con una toalla del aseo de visitas, seque el agua del suelo antes de volver con ellas a la parte de atras de la casa.

Habian puesto la pizza en una especie de taburete minusculo y para sentarnos teniamos unas piedras de jardin y el escalon de la puerta del jardin. Julia estaba sobre una piedra, Marisa en el escalon y yo me sente en la piedra que quedaba libre, no muy confortable.

En realidad la piedra se me clavaba en el culo muy desagradablemente, con lo cual rapidamente levante a Marisa de su confortable asiento y ocupe su lugar, sentandola sobre mis piernas.

Seguimos dando buena cuenta de la pizza. Julia tenia algunos problemas con un hilo de queso que pese a sus esfuerzos por recogerlo con la lengua, se le resistia. Intente ayudarla con mis dedos, pero el hilo de queso se quedo pegado a ellos. Fui a lamerlos, al mismo tiempo que Julia tambien hacia el mismo movimiento y nuestras lenguas se tocaron brevemente.

Los dos nos apartamos de golpe, pero Marisa, que sentada sobre mi habia notado como de repente se me habia puesto dura, con una sonrisa maliciosa me pillo la mano y se llevo mis dedos a la boca, succionandolos sensualmente, mucho mas rato del necesario para que cualquier resto de queso hubiera desaparecido de ellos.

La temperatura de repente habia vuelto a aumentar, pese a que estabamos en la sombra.

Mis manos recolocaron a Marisa mejor sobre mio, de manera que mi polla, dura bajo el bañador, estuviera casi directamente pegada a los labios de su vagina. Julia me miraba con cara de sorpresa. Marisa, sintiendo mi verga pegada a ella, inicio un movimiento casi imperceptible, frotandose contra mi. Su cara no delataba nada y su mente estaba muy concentrada en aquel leve movimiento de sus caderas.

Julia no acababa de entender que pasaba, pero tenia claro que algo estaba pasando. Cogio el ultimo trozo de pizza que quedaba y jugando me ofrecio la punta del triangulo. Cuando fui a morderlo lo aparto de golpe y me encontre con la risa de Julia que, a pocos cms de mi cara, me sacaba la lengua en burla.

Ella dio el primer mordisco y se relamio de los hilos que quedaron colgando de su boca.

Viendola, me empece a excitar seriamente y sin apartar los ojos de su hermana menor, comence a acariciar el cuerpo de Marisa, apretando mas su culito contra mi ereccion.

De repente, Marisa me sorprendio diciendo "ahora tienes eso como cuando te lo vi el otro dia por la mañana, verdad?"

Yo en un primer momento intente simular que no sabia lo que queria decir, pero en seguida ella lo dejo bien claro.

"Si, tienes el pene duro, verdad?" "Muchas veces me he sentado encima tuyo asi y nunca sentia lo que ahora"

Sin pensarlo mucho, la aparte de encima mio y fue todavia mas evidente mi ereccion. Tanto Julia como Marisa se la quedaron mirando. Las dos parecian a punto de decir algo y yo tambien pensaba en explicarles que aquello era una cosa natural, pero finalmente fue Marisa quien coloco la palma de su mano por encima de la ereccion de mi bañador.

No dije nada. Les sonrei a las dos y mi mano se introdujo bajo el culito de Marisa. Mis dedos buscaron su vagina hasta que lograron abrir sus labios y sentir como su clitoris se endurecia ante la estimulacion que le producia.

Marisa me estaba masturbando por encima del bañador y Julia nos miraba a los dos con incredulidad. Sus pezones mas marcados en el bikini y su boca mostrando unos labios entreabiertos de incredulidad que no pude evitar besar.

La respuesta de Julia fue inmediata. Sus labios carnosos rapidamente se cerraron sobre los mios. Mi lengua suavemente busco abrirse paso dentro de su boca y fue recibida con pasion. Nuestras lenguas se juntaron mientras mi dedo se metia mas profundamente dentro del coñito de Marisa y esta no dejaba de sobarme la polla y los huevos.

Mi mano libre empezo a desabrochar el top de Julia. En unos segundos, sus pechos casi planos quedaron delante de mi boca, mostrando unos pezones redondos y rotundos que empece a succionar apasionadamente.

Marisa notaba que me estaba dedicando mas a su hermana y se arrodillo delante mio. Me hizo bajar el bañador, dejandome desnudo y erecto y sin parar un instante, su boca empezo a chuparme la polla.

Yo seguia morreando con Julia, mordiendo sus labios y lamiendo sus dientes mientras mis manos la liberaban del bikini y buscaban el mayor contacto con sus partes mas intimas.

Julia, viendome desnudo, habia empezado tambien a competir con su hermana por darme el mejor masaje posible en los huevos.

Las dos en su inexperiencia, tenian el instinto necesario y me estaban volviendo loco. La boca de Julia era tan fabulosa que no podia dejar de besarla. Nuestras lenguas seguian recorriendose y empezaba a sentir que mis dedos en su vagina estaban a punto de provocarle su primer orgasmo. Marisa me la seguia mamando y yo tambien estaba muy caliente.

Buscando la mejor manera de acabar satisfechos los tres, intente separar la boca de Marisa de mi polla, pero justo en aquel momento me empece a correr. Mi lengua dentro de la boca de Julia se movia al ritmo de mis espasmos de gusto por el orgasmo que me estaba dando Marisa. Las dos me sobaban los huevos mas rapido que nunca.

Marisa se trago hasta la ultima gota de mi semen. Acabado y otra vez mas en control, mis besos a Julia empezaron a recorrer su cuerpo. Marisa tambien desnuda ofrecia un cuerpo muy dificil de resistir y pronto mi lengua y mis manos se repartieron entre las dos.

Mi dedo follando a Marisa desde hacia rato, encontro finalmente recompensa en cuanto mi lengua se sumo a sus caricias. El sabor de su coñito me volvio a poner la polla dura y cuando senti que llegaba al orgasmo su carita de placer me hizo sonreir.

Con Marisa satisfecha por el momento, mi boca busco el coño de Julia. Coloque sus piernas sobre mi cara y con su vagina sobre mi boca la bese. Primero suavemente y despues cada vez con mas pasion. Mis labios se cerraron sobre su clitoris y mi lengua se lanzo a estimularlo al mismo tiempo que ella me volvia a lamer los huevos, consiguiendo de nuevo mi ereccion.

Marisa no iba a estarse quieta y pronto note su mano sobando mis huevos añadiendose a la mamada que Julia me estaba dando, cada vez con mas entusiasmo.

Mi lengua se movia lo mas rapido posible para hacer que Julia se corriera y pronto se vio recompensada por el orgasmo de la menor de los tres. Su jugo era sabroso y yo queria devorarlo hasta el final.

Entre las dos, me hicieron explotar de placer otra vez. Yo queria besar los labios sensuales de Julia, pero ella no los aparto ni un instante de mi polla mientras me corria en su boca, con Marisa masturbando mis huevos y chupando lo que podia de mi pene hasta que termine mi orgasmo.

Quedamos los tres rendidos de placer.

Nos recompusimos y cuando Jose y Asun volvieron a casa por la tarde, yo estaba en el salon viendo la television, con Julia sentada junto a mi y Marisa habia ido a visitar a una vecina.

Aquella fue la experiencia mas inesperada del verano. Ni la primera, ni la mejor... ni la ultima. Dos dias todavia me iban a reportar alguna sorpresa.