Una fantasía

Hola, me llamo Tatiana, pero como ese nombre es muy largo, todos me llaman Señora Tati, salvo algunas personas muy especiales, por ejemplo Maria Susana me llama AMA, y mi amante/esposa me llama Tati a secas , aunque generalmente me dice "mi amor".-

Mi historia es extraña, tiene algunos componentes bastante increíbles y si me la contaran no la creería, salvo que la creo porque yo soy la protagonista.-

Ahora tengo 43 años y mi vida cambió totalmente hace exactamente 10 años.-

Es más o menos así:

Yo nací en un pueblo casi desconocido en Santiago del Estero, mi madre – que en paz descanse la pobre – era una india colla casi pura que a los 14 años entró a trabajar como "peona" en uno de los latifundios de la zona. A los 16 años resultó embarazada de alguno de los hombres en la estancia. Nunca supe de quien, pero seguro que no era de allí, ni de los patrones ni de los peones, porque yo resulté rubia, de ojos verdes y mido mas de 1,80, nadie en la zona se corresponde con esa descripción, además del nombre que me puso mi madre. Las monjas que me criaron, ya que mi madre murió cuando yo tenía 2 años, siempre pensaron que el que violó a mi madre debía ser algún camionero, gendarme o contratista. En fin, nuca supe quien fue mi padre y no tuve forma de averiguarlo. Cuando cumplí los 18 años y empecé a indagar, todo los que conocieron la cuestión o habían muerto, o no recordaban nada o ya no vivían en la zona.

Final que a los 18 años, con una educación bastante buena de las monjas, sin un peso y con la mochila de la orfandad, los traumas que se imaginan, etc. etc. dejé el orfanato – colegio y con una carta de recomendación para una agencia de empleos en Rosario que manejaba la Curia, tome el "Estrella del Norte" (En aquella época todavía funcionaban los trenes, se acuerdan, fue antes que Capicúa los cerrara)

En Rosario tuve suerte, bueno es un decir, ya que conseguí emplearme como administrativa de una empresa, la mayoría de las chicas en mi condición terminaban de mucamas "cama adentro" o de putas en un quilombo. Obviamente me ayudo mi imagen, yo no tenía la imagen de la santiagueña típica, imagínense que si ahora todavía me defiendo y los hombres me miran, lo que era a los 18.

Bien, con la ayuda de la agencia de los curas alquilé un pequeño departamento en una casa "de pasillo" en un barrio perdido, casi en el Gran Rosario. Como no era manca y – según decían todos- muy eficiente, rápidamente (Es decir como los 2 años y medio, con 21 recién cumplidos) pase a jefa de contaduría y a los cuatro años de estar en la función me ofrecieron pasar a trabajar a Buenos Aires, en la central como jefa del área contable (A esa altura ya me había recibido de contadora en la Universidad del Litoral, ya que como no tenia otra cosa que hacer fuera de trabajar me puse a estudiar en forma "furibunda" como decían mis compañeros). Las monjas me habían metido en la cabeza que la única forma de progresar era o casarme o recibirme de algo, como la primera opción no me atraía me pase a la segunda, yo siempre quise ser "poderosa" y para una huérfana santiagueña, al poder se llega metiéndose en la cama de un poderoso o teniendo dinero, un título universitario era un buena oportunidad para acceder a la clase social que tenia PODER.-

Y así llegue a Buenos Aires, a esa altura con 25 años ya no era un pobre huerfanita. No solo tenía un importante conocimiento del mundo de los negocios, sino también un físico impresionante y una caradurez a toda prueba.

Mi vida privada en esa época?

Bueno, la de cualquier estudiante, me metí en cuanto quilombo político había en la facultad, recibí algunos palos policiales en manifestaciones y tumultos varios, me acosté con varios de mis compañeros (Y con una compañera, pero eso es otra historia muy hermosa que le contaré otro día) y nunca me enamoré de algun chico como para casarme. Dice mi amante/pareja/esposa que porque no se me cruzó ningún "poderoso", sino… puede que sea cierto.

La empresa – cuyo nombre omito por obvias razones - es una multinacional que trabaja en la importación y exportación de todo lo que sea negocio, fundamentalmente exporta granos e importa maquinaria.-

Alli aprendí un montón y comencé a entrar en el área de los "poderosos", ya estaba empezando a alcanzar mi meta. A los 30 años tenia departamento y auto propios, una razonable cuenta en dólares en Uruguay y una cohorte de admiradores dentro y fuera de la empresa como para elegir con quien cenar (Pagan ellos) o con quien acostarme. Pero, ya a esa altura había tomado conciencia de algo que siempre estuvo en el fondo de mi mente. Seguramente generado por 16 años de infancia y adolescencia viviendo entre mujeres – no lo se – lo cierto es que me di cuenta que me gustaban más las chicas que los chicos. Y me encamoté con una compañera de un curso de post – grado que estaba haciendo en la UCA.

Eso fue hace… huy…. un montón de tiempo. Lo cierto que fui correspondida e iniciamos una relación tierna y tormentosa y eso me llevó a meterme mas aun en el área de los "poderosos". Ella trabajaba como secretaria privada del dueño de un inmenso hotel (este) y según me contó también era su amante. Me presentó a su amante, al que llamaré "Rodrigo" en una fiesta en el hotel, se festejaban los 10 años de la empresa. Y allí fui, con un vestido bien ajustado, con gran escote y casi sin espalda.

La cena fue espectacular, nos divertimos con el espectáculo, bailamos, bebimos y charlamos hasta casi las 5 de la mañana. A esa hora Mirta me dijo en voz baja que se quedaba a dormir en el hotel con don Rodrigo y que para que no me fuera tan tarde sola me daban una habitación. Perfecto, yo estaba casi reventada y, en serio era muy tarde.

La fiesta se desgranó, Rodrigo y Mirta enfilaron para los ascensores, yo pase por la conserjería y me dieron la llave de mi habitación, en el mismo piso que el que ellos tenían. En el ascensor, mientras subíamos Mirta al oído me propuso que fuera con ellos. Nunca había estado en un trío, menos aun con una persona que me gustaba y un - hasta ese momento – desconocido. Pero por alguna extraña razón acepté. Allí comenzó el cambió mi vida.

En la suite, cuando entramos Mirta se abalanzó sobre mi, me abrazó y comenzó a besarme como si estuviéramos solas. Yo no atine ha nada, me deje llevar y en menos de cinco minutos estábamos las dos desnudas en la cama transando como desesperadas. Y don Rodrigo? Miraba sentado en un sillón, desnudo, con un vaso de bebida en la mano y fumando.

Después de más de media hora de revolcarnos en la cama y de habernos propinado varios orgasmos con los juguetes que ella tenía por allí, caímos rendidas. Allí don Rodrigo se nos acercó, nos besó a ambas y se acostó entre las dos.

Y don Rodrigo alejando a su amante me cojió como un beduino. Sin casi preparación me metió su inmensa pija en la concha que estaba totalmente mojada y me bombeó un largo rato arrancándome un nuevo orgasmo.

Final que al día siguiente me llamó para invitarme a su casa a charlar.

En cuanto llegué y lo vi nuevamente me di cuenta que estaba totalmente loca, loca por lo que estaba haciendo y loca porque quería ser la esclava de ese hombre.

No se, un magnetismo especial surgía de él que me llevo en cuanto lo vi me abalancé y comencé a besarlo mientras me desnudaba.

El vivía solo, su departamento era relativamente chico, lo que se conoce como "un tres ambientes con dependencias".

Pero no me mude, solo me dio un juego de llaves y me dijo que viniera cuando quisiera que siempre tenia su cama a mi disposición…

Me gustaba jugar a su mucama, así que me compre un traje de mucama, de esos negros, con cofia y delantal blanco. Cundo salía de mi trabajo al mayoría de los días me iba a su departamento.

Cuando llegaba, me desnudaba rápidamente, me ponía el uniforme, las sandalias de taco alto y preparaba todo para esperar a mi amor.-

De a poquito me fui transformando en su esclava, adoraba estar a su servicio, ser cojida varias veces por día o noche a veces atada y ser sometida, sentir su pija dentro mío y su pesada mano en mi culo cuando me azotaba por algo que no le gustaba.

Y así pasaron varios meses, yo de alta ejecutiva pase a ser la esclava de un tirano que si bien nunca me lastimó, se divertía en azotarme con cualquier excusa y me utilizaba para su placer sexual siempre que le daba la gana.

En su presencia yo casi siempre estaba desnuda, solo con los tacos altos y el collar, a veces me ordenaba ponerme el uniforme (Y al rato me lo sacaba) o vestirme de fiesta y ponerme todas las joyas que quisiera dentro de un montón que guardaba dentro de su caja fuerte (A la que yo tenía acceso!!!)

En esas noches "de gala" me trataba como una dama, como si fuera su ¿esposa? Y hacíamos el amor largamente y sin violencia, la forma violenta era la preferida de él (Y que a mi no me desagradó nunca). El venía tarde de su trabajo, aunque yo sabia que no había dejado a Mirta como amante y que más de una vez por semana pasaban largas horas revolcándose en alguna habitación del Hotel.

Y de esto estaba segura porque Mirta me lo había contado, durante los días en que don Rodrigo no estaba en Buenos Aires (Todos los meses durante una semana viajaba a Bariloche, donde tenía otro hotel, que después vendió) ella se venia a mi departamento donde teníamos unos hermosos encuentros de lujuria y sexo.

Mas de una vez nos pasamos dos días seguidos sin salir, todo el tiempo en bolas o a medio vestir, comiendo, durmiendo, cojiendo, charlando y viendo TV o películas (Muy porno algunas, nos encantan, sobre todo las de lesbianas) . En estos encuentros Mirta oficiaba de "la esposa" y yo de "el marido".

Les cuento:

10 de la mañana de un martes, yo había llegado recién de la casa de don Ramiro después de dejarla brillante, ese día había salido a las 7 de la mañana para aeroparque, volaba a las 9. Suena el teléfono y la voz de Mirta me cuenta que él la llamo al hotel desde Bariloche que había llegado bien y encomendándole algunas cosas de la oficina y avisando que se quedaba hasta el viernes.-

- Mi amor, en una hora hago todo, me invitas a almorzar.-

- Seguro, donde queres ir?

- A tu casa, compré un regalo y quiero llevártelo.-

- Dale, te espero, pero cocinas vos, ya sabes que soy tu marido.

- Seguro mi amor, y colgó.

Me fui a dormir, estaba muerta ya que durante la noche don Rodrigo me había dado un buen baile, con un buen polvo por la concha y una hermosa enculada. A las 6 me había levantado para prepararle el desayuno y antes de salir le hice una mamada espectacular (Él siempre dice que la mejor forma de dormir en el avión es después de que una hembra le saque toda la leche). Cerca de la una sonó el timbre, media dormida y en pijama me levanté y atendí el portero, la voz alegre de Mirta:

- Hola mi amor!!!!

- Dale subí… (No lograba despertarme)

Cuando entró con varios paquetes, me miró fijo sonriendo, después de un jugoso beso en la boca, me dijo al oído:

Cerca de las 3 de la tarde me despertó con un beso. Se había puesto una de mis batas de baño y encima el delantal de la cocina, con un pañuelo en la cabeza sujetando su melena y las hojotas de goma era la perfecta imagen del "ama de casa", solo le faltaban los ruleros.

- Mi amor… a comer

- ¿Que hiciste?, le contesté ya casi despierta, las horitas de descanso me dejaron como nueva.-

- Pollo a la cacerola, dormiste bien?

- Bárbaro.

- Parece que estabas cansada, me vas a contar?

- Si vos me contas porque Don Rodrigo volvió el otro viernes a las 4 de la mañana, con un olor a concha de aquellos y se fue a dormir sin darme ni cinco de pelota??

- Estas celosa?

- No, pero creo que compartimos todo, hasta nuestro amante, así que tengo derecho, ¿no?, además yo soy tu marido y vos mi esposa y me tenés que contar todo, ¿si?? La reté, medio en serio medio en broma.-

- Si mi amor, te cuento mientras comemos estoy hambrienta.

La verdad que Mirta cocina muy bien, yo nunca pude hacerlo como ella, así que nos sentamos a la mesa de la cocina y nos devoramos el pollo y una botella del mejor vino blanco que me había traído de lo de don Rodrigo. Mientras comíamos me contó que el día en cuestión, a eso de las 7 de la tarde Don Rodrigo pidió una suite y se fue para arriba diciendo que estaba cansado y se dormiría una siesta, "dentro de una hora me venís a despertar", Así que Mirta terminó con lo que estaba haciendo y se fue también a la habitación. Cuando llegó nuestro amante dormía placidamente desnudo en el medio de la inmensa cama, ella se desnudó, se pegó una ducha, se maquillo, perfumó, etc. y a la hora justa lo despertó con una serie de besos. Don Rodrigo la atrajo y sin hablar, empezó con una larga sesión de toqueteos hasta que su pija se puso durísima (Según Mirta gracias a la mamada que le pegó) y se la montó durante largo rato, haciéndola acabar dos veces antes que él le llenara la concha de leche. (A esta altura del relato yo ya estaba medio mojada). A eso de las 10, Don Rodrigo se levantó, se duchó, se vistió y le explicó que tenia una cena de negocios y que no sabia a que hora terminaría, que se fuera a su casa y "hasta mañana" con un besito en la mejilla. "Lo que pasó desde las 10 ½ hasta las 4 no es mi responsabilidad." Y con esta frase y una sonrisa terminó el relato mientras de comía el último pedazo de pechuga. (Yo había pensado que me contaría con lujo de detalles una tórrida noche de sexo, pero igual había logrado excitarme lo suficiente como para necesitar mucho sexo).

Se levantó y volvió al rato con una caja envuelta en papel rojo.

Y mientras ella cumplía con sus funciones de "ama de casa", desaté la cinta y abrí la caja. Dentro había una hermosa pija falsa, bastante grandecita, con las correas para sujetarla a la cintura, y con un pequeño pene colocado hacia atrás, de forma tal que acariciaba la concha de la usuaria.

Bueno, por la tarde vimos un par de películas en la TV, las dos desnudas y abrazadas en el sillón del living y a las 7 nos fuimos a la cama, donde entre besos y caricias me volvió a poner el arnés y la volví a coger, regalándome dos orgasmos.

Y mi obediente esposa, se deslizó por la cama, me sacó el arnés y reemplazo el pequeño pene plástico con su lengua y sus dedos durante largo rato, hasta que mi orgasmo bañó su mano, su cara y ambas nos abrazamos de felicidad. Se quedó en casa tres días, de los cuales los dos primeros no salimos.

Al tercero nos fuimos de shoping a gastar el sueldo entero de ella ya que con el dinero que le regalaba mi amante le sobraba y los casi 1200 dólares del sueldo los reventaba en cosas para ella (Y regalos para mi). Esa noche volvía don Rodrigo y me había avisado al celular que quería que lo esperara en el aeropuerto, así que a las 7, después de largos besos Mirta tomo un taxi para su departamento y yo me fui con el auto de don Rodrigo al aeroparque.

A los 3 meses renuncie a mi trabajo para pasar a ser la mantenida de don Rodrigo, aunque a esa altura no me permitió mudarme a su casa, a la que yo iba y venia sin ningún tipo de limitaciones, allí tenía gran parte de mi ropa, pero, bueno, son rarezas.

Por supuesto que con Mirta aprovechábamos alguna que otra tarde, pero cuando Don Rodrigo dejo de viajar a Bariloche no pudimos más pasar una noche juntas.

A los 6 meses yo había incorporado mi situación, me sentía y era una sometida total, hacia las cosas más vergonzosas que él me pidiera y me entregaba a él como una completa zombi. Ese día, el que cumplía 6 meses de gozar de mi amor, estaba en su departamento terminando de arreglar un ramo de rosas en el florero del recibidor, medio desnuda como andaba siempre, cuando sentí la puerta. Era temprano, pero solo él tenía llave y al instante sentí su voz:

En mi puta vida había sacado a alguien de una borrachera, pero pensé que un baño, hacerla vomitar y un buen café serian suficientes. Y así lo hice, sin mucho esfuerzo la lleve al baño, la desnude (En realidad solo tenia un vestido y un par de sandalias) y la metí bajo la ducha. Ella me dejo hacer casi sin abrir los ojos, hasta que el chorro de agua fría en la cara la despertó, la senté en el borde de la bañera y le metí la mano en la boca hasta que provoqué que vaciara el estomago, ella lloraba y lloraba mientras la bañe con agua tibia y terminé envolviéndola en un gran tohallon, así la llevé al salón donde Don Rodrigo con cara de orto, estaba sentado en el escritorio mirando unos papeles mientras fumaba como un beduino.-

Así que me vestí como se me había ordenado, me maquillé, me puse uno de mis mejores vestidos, sin ropa interior como ya estaba acostumbrada, y así me presenté en el baño donde mi AMO estaba poniéndose la corbata frente al espejo.

Y salimos a cenar a uno de los mejores restaurantes de la Ciudad, allí en una mesa había un par de parejas, a los dos caballeros los conocía, habían hecho negocios con la empresa donde había trabajado, las mujeres no parecían las esposas, mas bien tenían una pinta de "gatos" de aquellas, pero un poco mas de cerca las reconocí, ambas eran ejecutivas de tercer nivel de las empresas de sus acompañantes y evidentemente cumplían además otras funciones.

La cena fue cordial, los invitados de Don Rodrigo me reconocieron, preguntaron donde había estado.-

Felicitaron a mi amante por la elección de su apoderada y las mujeres me miraron con esa mirada de las serpientes listas a inyectar el veneno a su victima.

Cuando terminó la cena don Rodrigo invito a todos a pasar la noche en el hotel, con una sonrisa las dos parejas agradecieron la invitación. Hijos de puta hoy cojerian en un hotel de lujo gratis y los cuernos de las esposas de los dos ejecutivos crecerían un poco más.

En que negocio andaría don Rodrigo con estos tipos para ser tan generoso.

Mientras volvíamos al hotel en el coche, me dijo: Ya tenés información más que valiosa. Dos pelotudos encamandose con sus amantes en habitaciones con micro cámaras. Espero que sepas manejar la cuestión con la confidencialidad del caso, "de ser necesario".-

- Si A... Señor. (Que hijo de puta que había sido, las sabe todas. Este sistema de "conocimiento de las debilidades del prójimo" lo sigo manteniendo y es muuuuuuyyyyyyyy útil, y las cámaras no les cuento)

Cuando llegamos al Hotel y después de despedirse de las "felices parejas" con un: "voy a llevar a la señora a su casa", volvimos al auto y a su departamento.-

Allí, en cuanto llegue y casi por reflejo condicionado me desnudé para mi amor. Que me miró con una sonrisa, me acarició el culo y me ordenó:

Mirta estaba atada a la cama, dormida como una ostra, casi en la misma posición en que la había dejado.-

Estando en la puerta, sentí a Don Rodrigo a mi espalda, mirando por sobre mi hombro y con sus manos sosteniendo mis tetas.

(Y durante tres horas no dejo ningún agujero de mi cuerpo sin llenarlo de leche, que hermoso fue cuando me quede dormida sobre su hombro)

En la mañana me desperté antes que él y fui a ver que pasaba con su/mi amante. Allí estaba, atada a la cama despierta, con los ojos rojos de llorar.

Me miró implorante y me suplicó que la desatara, necesitaba ir al baño. Yo no me atrevía ha hacerlo, don Rodrigo no me lo había autorizado. Y si se escapaba? Y si volvía ha hacer escándalo seguro que me castigaría. Pero los ojos suplicantes de mi amante me convencieron. Pero por seguridad ate sus manos a la espalda y un lazo al cuello y así la llevé al pequeño baño de la habitación de servicio.

Quiso amagar un movimiento hacia la puerta, pero la golpee con fuerza y la tire nuevamente en la cama, no solté sus muñecas, sino que ate el lazo del cuello al cabezal y las piernas a las patas de la cama mientras ella intentó gritar. Se lo impedí con un par de bofetadas, para evitar problemas (Mi amoroso Rodrigo dormía) la amordacé con un trozo de cinta de embalar y luego de otro par de bofetadas se calmó y quedó quieta. Cuando me volví para ir para la cocina, vi a Don Rodrigo parado en la puerta sonriente, solo tenía puesto un bóxer.-

Mirta en la cama seguía lloriqueando e intentando hablar, pero la mordaza se lo impedía.

La mire… ella me miró y con la cabeza asentía desesperada.

Le saque la mordaza.

La situación era por demás extraña. Yo estaba desnuda parada al lado de la cama de la habitación de servicio, mi amante en bóxer parado en la puerta y su/mi amante desnuda atada en la cama.

Don Rodrigo me miró, la miró a ella; se sonrió y dijo:

Así Mirta pasó de ser la secretaria privada – amante de don Rodrigo a su esclava absoluta y unos días después, pasó a ser mía.

En fin, en esos febriles días me puse al tanto del manejo de los negocios que pronto heredaría… fui presentada en el hotel como la nueva GERENTE GENERAL, Mirta galopaba como loca ya que oficiaba de secretaria privada de ambos… (Y por la noche en el departamento de Don Rodrigo de esclava, también de ambos) me presentaron al personal superior, a la contadora (Un Linda morocha de mas de 40, con la que me entiendo a la perfección, en el trabajo y en la cama) al jefe de seguridad, un ex gendarme de mas de 2 metros, con el que alguna vez tuve fantasías sexuales pero nunca las concreté ya que ahora estoy decididamente entregada al amor de mi pareja/amante/esposa y del resto de las mujeres que me rodean.

Y ese viernes Don Rodrigo viajaba... tenia que tomar el vuelo a las 7 de la mañana, así que decidió que después de la cena de despedida con el personal más allegado en el salón Azul del hotel, que se quedaría a dormir allí y desde allí en un auto del Hotel al aeropuerto. Y allí fuimos a la mejor suite (esta) Don Rodrigo, Mirta y yo.

A ver mis putitas… que van ha hacer…

Con Mirta nos miramos y – como la primera noche – nos trenzamos en un largo beso mientras nos quitábamos la ropa. En segundos estuvimos desnudas y Mirta se arrodilló a mis pies y comenzó la buscar con su boca mi clítoris mientras se masturbaba, todo bajo la mirada de nuestro amante que después de dar algunas vueltas nos observaba desde un sillón, mientras su fabulosa pija se ponía dura como una estaca.

Aparté a Mirta tirandole de los pelos y me fui derechito al sillón, quería meterme ese regalo en la concha, pero don Rodrigo me ordenó:

Y de rodillas frente a él me metí ese caramelo en la boca y comencé a pajearlo… Mirta se arrastró en cuatro patas, se metió entre mis piernas y siguió comiendo mi concha con su lengua, mientras se pajeaba… Cuando él descargó su leche en mi boca, Mirta logró arrancarme un orgasmo con su lengua. Se deslizó hacia atrás y me imploró:

A las 5 de la mañana Don Rodrigo se levantó y nosotras rápidamente también para ayudarlo, así que desnudas como estábamos le ayudamos a bañarse, oportunidad que aprovechó (los tres bajo la ducha) para unos lindos toqueteos y una nueva mamada que le hice mientras Mirta lo secaba. A las 6 se despidió de nosotras con sendos besos de lengua y nunca más lo vimos, aunque se mantiene en contacto por teléfono y correo electrónico para ver como andan los negocios que me regaló.

Eran las 6, estábamos muertas, así que nos volvimos a meter en la gran cama y abrazadas nos dormimos como hasta las 12.

Mirta me despertó con un beso de lengua.

Al rato me levanté mientras ella se secaba y buscaba en las valijas que habíamos traído ropa para ambas, me di una ducha, espectacular, Mirta asumió rápidamente su función de esclava y me secó, después me senté frente al tocador y mientras me maquillaba ella me secó el pelo y me peinó, y con sus tetas me acariciaba la espalda, la muy turra querría mas sexo (Ambas estábamos desnudas).

Así que nos vestimos de ejecutivas y a las oficinas del primer piso.

Como todos los sábados el Hotel era un hervidero, además había una convención de ejecutivos de una multi de toda América, en fin, mucho trabajo, recién a las 9 de la noche pude sentarme tranquila con mi "ex esposa / amante" ahora "secretaria-esclava" para organizar mi nueva vida…

Que quilombo… primero tenia que resolver donde vivir, después que hacer con Mirta, yo estaba bastante nerviosa porque la responsabilidad del trabajo era mucha, los negocios que heredé eran varios, ya que además del hotel había dos edificios de departamentos en renta y una galería de arte.

Vivienda, bueno, estaba mi departamento y el departamento de don Rodrigo, era más grande, bien ubicado y con cochera, yo lo conocía de memoria y la cama era comodísima…

Así que ordené una mesa en restaurante del hotel y bajamos a cenar. Allí Mirta se sentó y durante la cena me miró arrobada, como una quinceañera.

-Ama, me dijo en voz baja, estoy feliz de esta nueva situación. Me llena de felicidad poder estar a su lado todo el día y servirla, de día y de noche…

Y nos fuimos en uno de los autos del hotel al departamento que heredé de don Rodrigo.

Cuando llegamos, Mirta entró detrás de mí y en cuanto cerró la puerta se arrojó a mis pies y comenzó a besar mis botas.

En el dormitorio me desnudé… y abrí la cama y así me tire a gozar de mi nueva posición. Al minuto apareció Mirta en la puerta, tenia puesto uno de mis camisones cortos, transparente negro, una mini – tanga de encaje (estaba deliciosa) Se paró respetuosamente en la puerta y luego se arrodillo sobre sus desnudos talones… (Costumbre de esclava, vieron…)

- A tus ordenes mi AMOR. (Me dijo con una sonrisa de oreja a oreja)

Se acomodó sobre en la cama, enrolladita contra mi, la abrace y desde ese día la tengo como amante/esposa/ y –obviamente - como secretaria privada, es la mejor que he conocido.

Y así terminó el día en que pase de la mantenida de don Rodrigo a dueña de una fortuna, viviendo un romance apasionado con mi amante/ esposa/ secretaria privada desde hace años, poseedora de esclavas (Después le cuento esta parte) etc. etc., había conseguido mi objetivo, ahora estaba donde quería estar, estaba LLEGANDO AL PODER.