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Sinfonía para dos (9)

en Grandes Series

Sinfonia para dos (9) . Recordar a los lectores que esta serie esta escrita a dos manos entre Gatacolorada y Pelayo

Yo creía que Inés era solo un coño, una putita que vivía todo el día pensando en el sexo, pero me estoy dando cuenta que es una mujer increíblemente fuerte, inteligente y necesitada de cariño tanto o más que de sexo. Creo que Ismael era un cabrón que la utilizaba sexualmente para sus propios objetivos – pensaba Pelayo mientras sentado en un vagón de tren se dirigía a Madrid, después de que Inés le diera el ultimo beso en el anden de  la Estación del Norte.

Cuando volvieron de su luna de miel en Venecia, Pelayo  decidió, como habían acordado, volver a sus obligaciones en Madrid e Inés se instaló en su nuevo apartamento en Barcelona. Los primeros días echaba en falta la compañía de Pelayo, quien a pesar de haberse casado con ella por la promesa efectuada a su prima, se había metido completamente en su papel de amante marido.

La primera noche sola fue de reencuentro con el placer de sus manos. Tumbada en la cama, no podía conciliar el sueño rememorando cada beso, cada caricia, cada sensación que había experimentado con el roce del cuerpo desnudo de Pelayo. A momentos sentía que lo tenia entre las piernas chupando su clítoris, para inmediatamente sentir su boca succionar sus pezones al tiempo que notaba como su dura polla penetraba en su coño mojado, haciéndola abrir la boca y gritar de gusto hasta que los espasmos del orgasmo

Le hacían tensar su cuerpo que se erguía  tenso sobre la cama levantando el culo, para luego caer a plomo de nuevo cuando el placer del clímax iba desminuyendo. Así varias veces, casi sin darse cuentas que, en esta ocasión, no era Pelayo sino su mano y sus dedos quien le estaban proporcionando todos aquellos orgasmos que habían mojado incluso las sabanas debajo de su coño.

Lucia, se había vuelto al pueblo al lado de Libertad después de la boda de Inés y Pelayo.

Se sentía decepcionada, ella realmente había esperado que Inés le hubiese pedido quedarse con ella en Barcelona, pero no lo hizo y además durante el tiempo que estuvo alojada en su apartamento no le dio oportunidad de tener ningún contacto íntimo. Inés había cambiado en la gran ciudad, el sexo ya n o era el único entretenimiento que tenía. Había empezado a gozar de las oportunidades de diversión de una gran ciudad, cine, teatro, bailes, los museos era algo que había descubierto con pasión.

La amistad, que había llegado a ser intima, con Jordi la había introducido en un ambiente universitario que bullía aún con las ideas del Mayo del 68 que, como siempre ocurre en nuestro país, habían llegado con retraso y que eran el caldo de cultivo para lucha contra el régimen.

Aquella relación con el grupo de amigos, y algo más…, de Jordi le producía una sensación de libertad y emoción intelectual que la había transformado en una mujer nueva con ambición de futuro. Eran todos entre siete y ocho años más jóvenes, con las cabezas llenas de teoría libertaria. Los fines de semana se reunían todos en casa de alguno de ellos para estudiar y para organizar las actividades de su organización, que incluían sesiones de lectura y discusión de textos que iban desde las teorías de  Proudhon hasta Bakunin sin dejar de compararlas con las contenidas en “El Capital” de Marx. Dentro de estas teorías, lógicamente cobraban gran importancia las de la libertad sexual y eran normales los intercambios sexuales entre ellos, sin tener parejas fijas, más por demostrar que estaban en la “onda” que por convencimiento intimo. Inés recibía confidencias de unos y de otros y se daba cuenta que en realidad todo aquello era una pantalla, que cada uno tenia también sus preferencias y sus sentimientos y que muchas veces esos intercambio sexuales significaban sufrir para alguno o alguna que veía como

Su “alma gemela” se acostaba con otro u otra.

 Era sábado, en época de exámenes parciales en la Universidad y como aquel fin de semana Inés libraba en el hotel los invito a utilizar su apartamento para sus reuniones de estudio, eso si…a la noche cada uno a dormir en su casa, ella no quería problemas  y además no tenia camas suficientes, pues de momento solo había amueblado su habitación y otra para algún invitado.

Llegaron sobre las diez de la mañana y se instalaron en el salón, unos en el tresillo, uno de los sillones se lo reservo Inés para ella. Habían acudido Jordi, Nuria, Ana, Gabi, Carlos, Marí José y  Silvia.  La única que no pertenecía al grupo libertario era Silvia, que era una chica burguesa, la única que tenia novio fuera de la Uni y que la iba a buscar con su propio coche, un Mini 100, a la puerta de la universidad con frecuencia. Se había juntado al grupo para estudiar y hacer trabajos conjuntos.  Cuando tenían sus discusiones políticas, Silvia era el foco de las bromas por su condición de “pija burguesa” como cariñosamente le llamaba Gabi, a quien se le iban los ojos detrás del culo burgués bien puesto que tenía la chica.

Aquel día no había discusiones revolucionarias, todos estaban concentrados en sus estudios. Jordi, Mari José y Anna estaban enfrascados en sus apuntes de Teoría del Estado, sentados en el sofá y uno de los sillones, mientras Nuria, Gabi y Silvia seguían las explicaciones de Carlos, que era un coco para las matemáticas, sobre el temario de Estructura Económica con sus libretas de apuntes extendidas sobre la mesa del comedor.

Inés, después de finalizar de arreglar su habitación y adecentar la cocina, tenia las tazas del desayuno y los platos de la cena sin fregar desde hacia tres días, se dispuso a preparar la comida, pues los había invitado a comer.

Después de comer, mientras ellos volvieron a enfrascarse en sus estudios, Inés

 se sentó en el sillón había quedado libre a leer “Homenaje a Cataluña” de Georges Orwell, libro en que el autor relata su experiencia y participación como voluntario en la Guerra civil española enrolado en el POUM, y que le había dejado Jordi, quien a su vez lo había conseguido de contrabando puesto que en España estaba prohibido.

Estuvo poco tiempo entretenida en la lectura, pues empezó a sentir ese suave soponcio de después de comer que se agrava cuando tienes un libro entre las manos. Dejo el libro sobre su regazo y se relajo en un suave duerme vela, acunada por las charlas en voz baja que sus invitados hacían  comentando o explicándose unos a otros las dudas de los temas. Estaría en esa situación unos quince minutos y al abrir los ojos pesadamente se dio cuenta que Jordi, que estaba sentado al lado de Anna, estaba mirando por encima de su libro hacia sus piernas, ni cuenta se dio de que Inés había abierto los ojos. Mientras dormía se había relajado tanto que sus piernas estaban totalmente abiertas, el vestido, que ya era de por si corto, estaba remangado casi hasta la entrepierna. Ella fue consciente de la visión que le estaba ofreciendo a Jordi. Volvió a cerrar los ojos y disimuladamente abrió aun más las piernas, con la intención de que su raja se marcara bien en las bragas, pues al llevar el coño totalmente depilado adivinada que se marcaría. Al cabo de otros diez minutos hizo que se despertaba, efectivamente Jordi seguía embelesado con la visión de la entrepierna de Inés.

-         Jordi, ¿estas estudiando anatomía? – le dijo con sorna

-         Yoo…bueno…estaba…viendo si me lo se de memoria – respondió intentado ponerse de lado para que ella no se diera cuenta del inmenso bulto que tenia entre las piernas, debajo de su pantalón. Ella ya sabía que medida calzaba el muchacho que estaba bien dotado, lastima que le faltará experiencia.

-         Ya, ya….le dijo ella cerrando las piernas muy despacio y sonriéndole.

-          

Al mismo tiempo se  percato que Anna, que siempre vestía vestidos largos y anchos, tipo hippy, y como era moda entre las “revolucionarias feministas”, sin sujetadores,  estaba sentada con las piernas cruzadas tipo buda, en el sillón, el vestido también remangado, dejando ver todas las piernas y las bragas blancas sin ningún pudor. Debajo de las bragas blancas se notaba una abultada mata de pelo negro que le salía por los lados de las bragas.

Que tendrá que ver el feminismo con llevar el coño bien arregladito – pensó Inés, mientras los observaba a todos-

 

No quería interrumpirlos así que dejo volar su imaginación. Anna era la más liberal, le constaba que follaba con cualquiera de sus amigos cuado el cuerpo se lo pedía, y por las noches le había confesado que se masturbaba en su cama rozándose contra la almohada entre sus piernas.

 

Fue a buscar una toalla y los útiles de afeitar, la extendió debajo del culo de Anna en el sillón, le quito las bragas le abrió bien las piernas dejándole al coño abierto a la vista de todos que dejaron de estudiar para quedar mirando en silencio, se lo enjabonó bien y empezó a depilárselo con suavidad, aprovechando para acariciarlo como descuidadamente hasta que notó como cerraba los ojos y se dejaba hacer, se estaba poniendo cachonda, le abrió el vestido y le dejo las tetas al aire. Cuando hubo terminado le quito el vestido y la dejo en pelotas y empezó a hacerle una paja hasta que la vio bien caliente.

 

A continuación se fue a buscar a Maria José, que estaba embobada mirando a Ana. Sin decirle nada le planto un morreo en la boca, metiéndole la lengua hasta las amígdalas, al tiempo que metía su mano debajo de la minifalda comprobando que también tenia el coño peludo, aunque más arreglado que el de Anna. La llevo al sillón, le pidió a Anna que se fuese a la silla que había dejado María José, y repitió la operación de afeitado de coño. María José era aun más lanzada que Anna y con sus manos iba facilitándole la labor a Inés, estirando y abriendo los labios del coño para facilitarle el afeitado, ella misma se saco las tetas grandes que tenia y recostándose bien en el sofá, con una mano forzó una de ellas hasta llevársela a la boca y chuparse ella misma el pezón.

Nadie hablaba, nadie se atrevía a moverse, contemplaban el espectáculo que Inés les iba ofreciendo.

 

Una vez terminó con María José, repitió la operación del beso y la metedura de mano a Nuria que, como ya suponía, lo tenía ya completamente rasurado. Se limitó a ordenarle que se desnudara del todo y se quedará sentada con las piernas abiertas.

 

Quedaba la burguesita, pero Inés temía que no aceptase aquel juego fácilmente, así que se decidió por ir en busca de los chicos que ya mostraban buenos bultos debajo de los pantalones.

 

Primero se fue por Carlos, que siendo el empollón y el que ayudaba a todos a pasar sus exámenes, sin embargo era el menos afortunado físicamente y, a pesar de lo revolucionarias y solidarias que eran las chicas, el que no se comía un rosco. Inés estaba segura que aun era virgen.

 

-         Bien chicos ahora os toca a vosotros. A nosotras también nos gustan las pollas y los huevos sin pelo.

-         Nuria, ¿me ayudas?- Sabia que Nuria era una experta con la gillette

 

Le bajo los pantalones y los calzoncillos a Carlos, que la sorprendió con una polla grande y gorda en un estado de erección que parecía iban a reventarle las venas. Le hizo ocupar el sitio encima de la toalla y le pidió a Nuria que procediera, mientras ella con la mano sostenía la polla bien estirada y quieta para evitar un accidente. Al los pocos instantes de tenerla en la mano, Carlos le pidió que lo dejara, con voz entrecortada. Inés comprendió que aquel muchacho llevaba tanta tensión acumulada que estaba a punto de correrse solo con sentir el tacto de su mano y la brocha con espuma que Nuria manejaba sobre sus huevos.

 

-         No te preocupes, tranquilo….le dijo soltándole la polla, mientras observaba como  el muchacho se ponía rojo de vergüenza y hacia intención de levantarse.

-         Tranquilo Carlos, no te muevas…..tranquilo….no te dé vergüenza…suponía que eras virgen….sois unas cabronas – dijo dirigiéndose a las chicas – muy libertarias, muy feministas, muy solidarias, muy amigas de Carlos que os saca las castañas del fuego con  los apuntes para los exámenes, pero lo tenéis sin estrenarse. Ya os vale.

-         Anna, haz el favor de ir a mi dormitorio y traer un paño de tocador de la mesita de noche.

Cuado Anna hubo vuelto con el paño, le pidió a Nuria que continuaría, mientras ella copio de  nuevo la polla de Carlos con una mano, mientras en la otra sostenía la toallita.

 

      -    Tranquilo Carlos….relájate…que hoy vas a saber lo que es correrse con una mujer…mejor dicho hoy te vas a follar a todas estas desagradecidas. Seguro que ahora que veis esta polla – les recriminó de nuevo – os estáis perdiendo.

Mientras Nuria empezaba a rasura, ella empezó a mover suavemente su mano alrededor del capullo de la polla. Carlos, inmóvil por miedo a la gillette, emitió un gemido indicando que no aguantaba más. Inés colocó su mano con la toallita a cierta altura encima de la polla que empezó a echar leche con fuerza chocando en la tela del paño y cayendo a lo largo de la polla mezclándose con la espuma del afeitado. Ella lo dejo así para que todas vieran como salía la leche a borbotones, sabia que eso las pondría a todas aún más cachondas.

 

Después depilaron a Gabi y a Jordi, ambos empalmados como estacas también. Anna había empezado a tocarse, sentada en la silla con las piernas abiertas,  María José seguía chapándose los pezones y los muchachos se tocaban las pollas suavemente mirando a las chicas y esperando que alguna de ellas les pidiera utilizarlas. Pero allí nadie se movía esperando que Inés diera el siguiente paso.

 

Solo quedaba Silvia, que seguía haciendo que estudiaba, como si la escena no fuera con ella. Inés sabia que era todo apariencia hipócrita de la típica burguesita, que en el fondo era tan caliente como todas y que cuando la desinhibiera seguro que resultaba más depravada que ella misma. Esta idea le hizo a Inés sentir un fuerte palpitar en su entrepierna y noto como se mojaba y sus pezones se erizaba, al tiempo que se le secaba la boca.

 

-         Silvia, cariño – le dijo, acercándose y abrazándola por detrás al tiempo que le daba un beso en el cuello- solo quedas tú.

-         Mira….Inés…a mi no me van esos juegos….yo tengo novio…y..  – tartamudeaba, roja como un tomate, no se sabia si por vergüenza o por calentura –

-         Chica….suéltate un  poco….ya ves que aquí todos están depilados y en pelotas..sois un grupo…debes ser solidaria….si tu los ves a ellos….ellos seguro que les gustara verte desnuda a ti…¿vosotros que decidís?

Lógicamente todos asintieron, los chicos porque no había nada que desearan más que ver en pelotas a la burguesita, que además era la que estaba más buena, y las chicas porque ya estaban hasta el moño de que se hiciera la estrecha como recriminándolas por su concepción del sexo.

 

Nuria se acerco también, se arrodillo delante de ella y acariciándole las piernas, procurando que sus grandes tetas se las rozaran, le hablaba con dulzura

 

-         Venga Silvita, libérate de estas ropas que te aprisionan….olvídate por un momento de tu novio. En esta vida hay que experimentar cosas nuevas. Déjame que te lo afeite, a tu novio le gustará… Mientras le decía esto, ya le había metido las manos hasta la cintura y empezaba a forcejear para bajarle las bragas hasta que por fin cedió y levantando el culo de la silla, le facilito el quitarle las bragas.

-         Vale…pero….yo no lo quiero todo….sin pelo  - balbuceo Silvia

-         No te preocupes, te dejaré un triangulo sobre el monte. Solo te rasurare la zona del clítoris y de los labios…veras como disfrutará tu novio cuando te lo chupe

-         El…..no me hace eso…nunca…dice que son …guarradas.

-         Se oyó una carcajada general, que ahora si la hizo avergonzarse.

-         ¡No os riáis! – corto en seco Inés. La represión es algo que vosotros deberías conocer bien.

Se callaron todos, mientras llevo de la mano a Silvia hasta sentarse en la toalla, que ya estaba mojada de espuma conteniendo los pelos de todos ellos, y Nuria empezó su trabajo, mientras Inés con delicadeza le daba besitos en el cuello y las orejas y como sin querer le desabrochaba la blusa, afortunadamente se encontró con unos sujetadores

que se desabrochaban por delante, algo que muchas chicas utilizaban porque eran muy prácticos para los toqueteos en los cine, y que por supuesto hacia juego con las  braguitas que habían quedado en el suelos. Se lo desabrocho y empezó a acariciarlo los pechos que turgentes quedaron libres, eran preciosos.

Ella había cerrado los ojos y suspiraba. Inés llamó a Jordi y le indico por señas que le chupara los pezones. Silvia estaba ya entregada. Cuando Nuria termino de rasurarla, dejándole el triangulo de Venus, ya la tenían totalmente desnuda y aprecia realmente una Venus. Nuria le seco bien el coño con otra toalla y no pudiendo resistirse llevo su boca a chuparle el coño. Entre los tres, Inés, Jordi y Nuria, llevaron a Silvia un orgasmo que fue seguido de estamos que sacudían su cuerpo como el de una posesa.

 

Ya todas las pollas estaban tiesas y los coños mojados. La única que quedaba vestida, era Inés.

 

Fue Carlos quien se acerco a ella, un poco cohibido, pero le pidió desnudarla

 

-         No, me desnudaré yo, pero tu serás el primero que disfrute de mi cuerpo. Quiero sentir como te derramas dentro de mí. Aquí hoy no hay parejas, cada quien follará con quien le apetezca, nadie podrá decir que no a quien se lo proponga.

Todos aceptaron y los libros se quedaron solos donde se encontraban, que no era en  la facultad.

Los coños disfrutaron de diferentes pollas, al tiempo que sus dueñas chupan diferentes pollas, las pollas echaron leche chupadas por diferentes bocas y comprimidas por diferentes coños y mientras las lenguas de sus dueños se introducían en otros coños.

 

Inés volvió en si de aquel estado de semi inconsciencia en que había quedado mientras su mente vivía, como algo real, aquella aventura, estaba totalmente mojada notando los hinchados labios de su coño palpitar con ganas de ser acariciados o chupados, los pezones le dolian del roce con la tela del vestido, de lo duro que los tenia,

Anna seguía en la  misma posición, pero ahora la braga se le había arrugado y metido dentro del coño, con lo cual la mata de pelo salía prácticamente toda por los lados. A Inés esa visión acabo de hacerle peder el control, necesitaba hacer algo para calmar sus ganas de  sentirse follada y correrse.

-         Chicos!, porque no descansáis un poco y nos relajamos todos

-         Me parece perfecto – respondió Anna – estoy hasta el coño de estudiar..

-         Por cierto Anna, hablando de coño….me he fijado que tienes mucho pelo, te sale incluso por el lado de las bragas, nos dejas que Nuria y yo te lo depilemos.

-         Joder Inés, que bruta eres, como me dices eso aquí delante de todos – le respondió al tiempo que se bajaba el vestido-

-         En que quedamos, hay que llamar a las cosas por su nombre o nos vamos a escandalizar?

-         Noo, pero…..joder…no querrás depilármelo aquí delante de todos.

-         Pues si, ¿que os pareced si tenemos una experiencia comunitaria? Una depilación comentaría y cada uno que pasa por la cuchilla de Nuria o mía

Se queda en pelotas mirando a los siguientes.

-         Y después…? – sorprendentemente era Silvia quien preguntaba

-         Bueno….ya todos somos mayores, ¿ no? ….ya veremos donde llegamos

-         Pero a los tíos también los depilamos – añadió María José

-         Por supuesto, pero ojo con las cuchillas no vayáis a capar a alguno – se río Anna

-         Bien…pues Nuria empezara por depilarme a mí…dijo Inés al tiempo que se quitaba las bragas, se remangaba el vestido y se sentaba en el sillón con las piernas abiertas de par en par.

Su fantasía empezaba a tomar cuerpo, para calmar el suyo  que estaba ardiendo….