miprimita.com

Descubriendo a mi vecina Sofía 2

en Grandes Relatos

 3

Sara había sido consciente de mi presencia en el balcón mientras ella hacía gozar a Sofía. No sabía cómo pero así había sido. Ya estaba deseando que volviera del gimnasio para que me explicara todo lo que había pasado esa tarde con Sofía. Estaba enfrascado con estos pensamientos cuando empezó a sonar mi teléfono móvil. Me extrañó el ver que el que llamaba era mi jefe. Estábamos a miércoles y hasta el lunes no me tocaba volver al trabajo, así que no sabía para qué me llamaba.

-Hola Andrés, perdona que te moleste en tus vacaciones. ¿Todo bien?

-Sí, sí. ¿Oye, es qué ha pasado algo?

-Te llamaba para comentarte una cosa. Verás, hoy nos ha llamado Victoria para decirnos que dejaba el trabajo. Se ve que su madre ha sufrido un ictus y le han quedado secuelas y va a necesitar ayuda para el día a día. Y como es hija única ha decidido volver a su pueblo para hacerse cargo de ella.

-No jodas, pobre mujer.

Victoria era mi secretaria y llevábamos trabajando juntos desde hacía unos tres años, cuando me incorporé a la empresa. Le tenía mucho cariño.

-Como comprenderás es casi imposible que encontremos a alguien para el lunes. Sólo quería avisarte para que no te lo encontraras  de sopetón el lunes cuando vuelvas. Mañana empezaremos a buscar pero no te hagas muchas ilusiones.

En eso una idea se me pasó por la cabeza.

-A ver Pedro, se me acaba de ocurrir una cosa. Tengo una vecina que se ha mudado hace poco aquí al lado y me comentó que estaba buscando curro. Es una chica joven pero tiene experiencia aunque no en este sector. Si quieres le comento el tema y, si a ti te parece bien, le haces una prueba a ver qué tal. ¿Qué opinas?

-Pues por mi genial. Pregúntale y si está de acuerdo me llamas y podemos quedar para hacerle una prueba mañana mismo. Cuanto antes mejor.

-Genial. Pues se lo comento y te vuelvo a llamar.

-Ok, hasta luego.

Cuando colgué le envié un mensaje a Sara para decirle que cuando salieran del gimnasio se pasaran las dos por casa que tenía que hablar con Sofía. Me fui a vestir para esperar la vuelta de las chicas.

Pasó una hora y aún no habían dado señales de vida. Estaba ya con el teléfono en la mano para llamar a mi chica cuando sentí las llaves en la cerradura.

-Ya iba a llamarte para ver dónde estabas. Te he mandado un mensaje.

-Ya, perdona cariño, es que nos hemos entretenido en el gimnasio. Le estaba enseñando el sitio a Sofía y se nos ha ido el santo al cielo. ¿Ha pasado algo?

-No, sólo quería hablar con Sofía de una cosa. Me ha llamado Pedro para decirme que mi secretaria ha plegado y entonces me he acordado que me dijiste que estabas buscando trabajo. Si quieres, le puedo llamar y mañana te pueden hacer una prueba. Sería para empezar el lunes.

-¿De verdad? Pues claro que quiero…me dijo mientras se abrazaba a mí…gracias, muchas gracias Andrés.

-Bueno tranquila jeje, que aún tienes que pasar la prueba y eso no depende de mí, le dije intentando apartarla un poco. Su cercanía estaba empezando a provocar un cosquilleo en mi pene. Déjame que llame a Pedro y ya quedamos para mañana.

Me aparté para hablar con mi jefe mientras las chicas empezaban a parlotear animadamente sobre el trabajo mientras se dirigían al dormitorio supongo que para cambiarse y dejarme hablar tranquilamente. Por un momento pensé en volver al balcón a ejercer de nuevo de mirón pero contestaron el teléfono y se pasó la oportunidad. Estuvimos un rato hablando y quedamos con que nos pasaríamos a la mañana siguiente a eso de las once. También me comentó la documentación que sería necesaria en caso de que la cogieran para agilizar la contratación.

Salieron las chicas del dormitorio ya cambiadas.

-Bueno, ya he hablado con Pedro. Me ha dicho que te pases mañana a las once y, si puede ser, que le lleves la documentación que te he apuntado aquí. Es por si te cogen empezar a tramitar los papeles para que puedas empezar el lunes.

-De verdad, muchas gracias. No se cómo agradecértelo. Os estáis portando genial conmigo. Por cierto, ¿me explicas por dónde cae la empresa y cómo llegar en transporte público?

-De eso nada bonita, le dijo Sara. Andrés se ofrece voluntario para llevarte que el ya conoce el sitio y a la gente.

-¿De verdad harías eso por mí? No quiero abusar de tu tiempo…

-Tranquila que no hay ningún problema. Así aprovecho y me pongo un poco al día antes de empezar el lunes.

-Es que me sabe mal por ti. Aún estás de vacaciones y no quiero molestar, de verdad.

-Nada, mañana me invitas a comer y ya estamos en paz. Y a ésta, dije mientras le tocaba el culo a Sara, ya se me ocurrirá algo para que me compense.

-Lo de la comida está hecho. No seas demasiado duro con ella eh…jajaja.

-Quita chica, que a mí me gusta bien duro dijo Sara agarrándome la polla por encima del pantalón. Las dos se rieron y se volvieron al dormitorio ya que Sara quería enseñarle unas prendas que decía que le iban a quedar de muerte para ir a la entrevista.

Yo me fui a la cocina a preparar algo para la cena mientras acababan las chicas. Desde el dormitorio se sentían risas ahogadas y cuchicheos, me mataba la curiosidad pero no creí conveniente volver a tentar la suerte. Al poco salió Sofía con una bolsa bajo el brazo.

-Bueno, yo ya me voy. ¿Quedamos para las diez? Ah y disfruta tu premio dijo guiñándome un ojo.

Y sin darme tiempo a contestar salió por la puerta. Yo no entendía nada.

Apenas se sintió el cerrar de la puerta que apareció Sara proveniente del dormitorio. Venía vestida con un traje de chaqueta y falda, que le llegaba un poco por encima de la rodilla, una camisa blanca que dejaba transparentar un sujetador de encaje negro, unas medias que moldeaban sus estilizadas piernas y unos zapatos de tacón. El pelo se lo había recogido en una coleta alta y se había puesto sus gafas de pasta que utilizaba sólo para leer. Vamos, que venía en plan de secretaria sexy.

Viendo la cara de pasmarote que se me había quedado se acercó a mí sonriendo de forma lasciva y contoneando sus caderas de forma sensual.

-Bueno Andrés, ¿te gusta lo que ves?

-Joder, me encanta.

-Pues que sepas que ha sido idea de Sofía. Cree que te mereces un premio por lo de hoy y yo opino igual. ¿Hubieras preferido que ella te hubiera dado el premio? Me preguntó lascivamente pasando su mano por mis pectorales.

Yo no contesté, seguí observando a Sara que de espaldas a mí se fue despojando de la chaqueta de forma sensual.

-Seguro que sí, ya he visto cómo la miras y cómo te mira ella. Seguro que estás deseando enterrar tu polla dentro de ella, mmm… dijo mientras con su mano seguía el contorno de mi polla que ya estaba bien dura observando aquel espectáculo. Se agachó y sacó su lengua que utilizó para lamer mi erección por encima del pantalón.

-Por eso quieres contratarla como secretaria ¿verdad? Te la imaginas en tu despacho, de rodillas, comiendo tu maravillosa polla.

Me bajó de golpe el pantalón y el bóxer y mi miembro saltó como un resorte. Aquello me estaba poniendo a mil. Su lengua volvió a lamer mi polla pero esta vez sin ropa de por medio.

-Seguro que eso te pone un montón. Y poder disfrutar con la vista de sus tetas, tal como has hecho esta tarde dijo desabrochándose lentamente los botones de la camisa y bajando su sujetador dejando que sus tetas sobresalieran de su jaula.

-Te gustaría comértelas ¿verdad? Dijo mientras una mano pellizcaba sus erectos pezones y la otra masturbaba mi polla.

-¿Te está gustando? ¿Te estoy poniendo a mil? Coge el móvil y graba como tu putita te come la polla.

Alargué la mano para coger el teléfono que había dejado encima de la encimera y me puse a grabar. Esa fue la señal para que Sara empezara a tragarse mi erección con frenesí como si no hubiera un mañana. Hacía tiempo que no veía a Sara así de cachonda y como siguiera así me iba a correr en poco tiempo. La aparté de mi polla y la levanté para fundirnos en un tórrido beso. La giré dejando que sus manos se apoyaran en el mármol de la encimera, subí su falda hasta la cadera y ahí me encontré con otra sorpresa. Llevaba puestas las braguitas que antes le había quitado ella misma a Sofía.

Pasé mi mano de su coño hasta su ano por encima de la ropa, estaba empapada. Volví a coger el móvil y empecé a grabar como le bajaba las braguitas dejando su culo al descubierto, como le pegué un par de azotes en su perfecto trasero, como apoyé mi polla en la entrada de su coñito mientras ella me suplicaba que se la metiera de una vez y como, lentamente, me fui abriendo paso dentro de ella martirizándola de placer. Dejé el móvil y empecé a penetrarla aumentando el ritmo poco a poco hasta alcanzar un ritmo salvaje que provocó su primer orgasmo, pero aún no tenía suficiente. Con mis manos en sus caderas seguí bombeando sin descanso mientras nuestros gemidos llenaban la habitación. Notaba que me quedaba poco para correrme y quería que ambos acabáramos a la vez y sabía cómo hacerlo. Me  mojé un dedo y se lo introduje sin miramientos en su trasero, casi al instante se corrió provocando que mi polla entrara en una fase sin retorno. Se la saqué rápidamente, le di la vuelta y con el móvil en una mano y la otra meneándome la polla llegué a mi orgasmo, lanzando mi semen contra sus tetas desnudas.

Nos quedamos sentados en el suelo, exhaustos, sudados y aún en una nube por lo que acabábamos de hacer. Nos miramos y empezamos a reírnos.

-Joder, esto hay que repetirlo más a menudo.¿ A qué ha venido todo esto?

-Y que lo digas, me has dejado reventada. Ahora te lo explico pero, lo más importante, ¿lo has grabado?

-De principio a fin. He dejado el móvil en la encimera en modo grabación.

-Genial, envíamelos al móvil mientras me doy una ducha.

-¿No has tenido bastante que ahora quieres vídeos para pajearte?

-No son para mí, son para Sofía. Quiero calentarla un poco más hasta que sea incapaz de resistirse.

-¿Resistirse? Pero si te la has follado esta tarde…

-No cariño, a mí no…quiero ayudarte a ti, quiero que te folles a Sofía y yo quiero participar…

 4

Esa noche, después de ducharnos y cenar algo ligero, nos acurrucamos en la cama. Teníamos una conversación pendiente.

-Bueno, ¿me vas a explicar qué está pasando?

-Sí, verás, esta tarde cuando hemos quedado para comer hemos tenido una charla reveladora. Déjame que te lo explique y cuando acabe entenderás el porqué.

Y entonces me relató con todo lujo de detalles la conversación que habían mantenido y que yo ahora os voy a contar tal como ella me lo contó.

 -------------------------------------------

-Bueno, ¿qué tal te ha parecido el barrio? Le preguntó Sara a Sofía mientras tomaban asiento en el local donde habían decidido entrar a comer.

-Genial. La verdad que mejor de lo que esperaba. Tenía un poco de miedo, la verdad, con lo me iba a encontrar. Es un cambio radical a lo que estaba acostumbrada. Pero la mudanza ha ido bien, me gusta el piso, los vecinos aún más…ahora sólo falta encontrar pronto un trabajo y será todo perfecto.

-Guay, me alegro un montón…y tranquila, que seguro que pronto te saldrá algo.

-Eso espero.

-Oye y eso de que te gustan los vecinos… ¿lo dices por mí o por Andrés?

-Jajaja… por los dos, tonta…no te me pongas celosa eh…

-No, si celosa no estoy, la verdad…si te soy sincera me pone cachonda ver cómo te lo comes con la mirada.

-Ala, que bruta jajaja…y yo no me como a nadie…

-Claro, lo que tú digas. Yo sé lo que he visto y, sinceramente, no me importa. Si no pasa nada. Carlos tampoco está nada mal…

-Anda y qué haces tú fijándote en mi chico?

-Pues porque está buenorro, jajaja.

-Tía, tú siempre sin cortarte un pelo...la verdad es que sí, está de buen ver… y sí, Andrés también…

-Andrés también ¿qué?

-Joder tía…que está cañón…

-¿Ves cómo no costaba nada? Y dime, ¿está lo suficientemente cañón cómo para tirártelo? Yo ya te digo que a Carlos le hacía un favor, tú ya me entiendes…

-Buff… si te soy sincera, ahora mismo no.  Hace un tiempo, ya me lo habría follado.

-Ahora vas a tener que explicarme eso, has despertado mi curiosidad…

-A ver, supongo que Andrés te habrá contado que Carlos y yo nos conocimos en el instituto y que llevamos juntos desde entonces, ¿verdad?

-Sí, algo así me había dicho.

-Nos conocimos en la época final del instituto, teníamos unos diecisiete años por entonces. Nos conocimos en una fiesta, nos gustamos y empezamos a salir. Ninguno de los dos éramos vírgenes pero en Carlos se notaba que tenía poca experiencia, tal como averigüé más tarde. Sólo había estado con una chica más.

-Bueno, con esa edad tampoco es tan raro ¿no?

-No. Lo que tienes que entender es que Carlos me gustaba y no quería que me rechazara. Por eso le engañé y le dije que yo también sólo había estado con otro chico. Al ser de institutos distintos se lo creyó.

-Ufff  me imagino que eran unos cuantos más, ¿no?

-Bastantes más. Descubrí el sexo muy pronto. Antes de los catorce ya había pajeado y mamado unas cuantas pollas. Y me encantaba. Antes de los quince ya había perdido la virginidad y follar aún me gustó más. No me quería atar a ningún tío, así que me tiraba a quién me apetecía. Ya sabes, polvos sin compromiso. Y no sólo chavales de mi edad. Tuve un par de rollos con hombres más mayores que yo. Con uno de ellos, un universitario de 22 años, perdí mi otra virginidad a los 16.

-Hostia tía, me dejas a cuadros. No me extraña que no le contaras nada a Carlos…

-Claro, me hubiera tratado de puta y no habría querido saber nada más de mí. La cosa es que Carlos fue el primer tío que me gustó como pareja, así que le mentí y decidí dejar ese tipo de vida atrás. Por eso te digo que entonces me lo habría follado sin contemplaciones pero ahora no.

-Pero a ver, por lo que me has contado deduzco que eres una mujer fogosa y a la que le gusta el sexo. Renunciar a eso ha debido ser muy duro y más, y perdona si me equivoco, teniendo en cuenta que Carlos no me parece que sea un hombre que te satisfaga totalmente. No sé, la otra noche me pareció que te dejó a medias…

-Sí, la verdad es que tuve que acabar con mis deditos para quedar satisfecha. Me pasa a veces, sobre todo cuando estoy muy cachonda. Y claro que es duro pero creo que una cosa compensa la otra.

-¿De verdad? No sé, tal como lo explicas es como si te reprimieras a ti misma, le ocultas a Carlos tu verdadero ser. Eso no puede ser bueno, para ninguno de los dos.

-Ya, a veces lo pienso cuando me da el bajón. Contarlo todo y a ver qué pasa, pero me entra el miedo y callo. Supongo que no todas podemos tener tanta suerte como tú y tener a un semental en casa que te baje los ardores jajaja.

-Sí, la verdad es que he tenido suerte en dar con Andrés. Y no te creas que eres la única guarrilla por aquí, que yo también he hecho lo mío jajaja…y lo he pasado mal también, que antes de estar con Andrés estuve con alguno que uff…sobre todo el último, que era de un celoso que no te puedes imaginar. Recuérdame que algún día te cuente como acabé con ese novio y conocí a Andrés, seguro que te encanta la historia.

-Tomo nota tía, que seguro que la cosa promete. Me das envidia la verdad.

-Y eso que no sabes ni la mitad jajaja…

-¿Y eso?

-A ver cómo te lo explico…nosotros no tenemos una relación digamos que muy convencional. Habrás notado que a los dos nos gusta el sexo y lo disfrutamos a tope. Y a veces, para romper la rutina, pues probamos cosas nuevas…

-¿Cómo cosas nuevas?…posturas, juguetes…

-Bueno, eso también. Pero a veces buscamos cosas más atrevidas. Siempre con el consentimiento de la otra parte eso sí.

-Ahora a la que le pica la curiosidad es a mí jajaja…venga, desembucha.

-Pues a ver. Hemos tenido sexo en lugares públicos, hemos hecho tríos, hemos jugado a exhibirnos y ponernos en situaciones morbosas. Incluso hemos acudido alguna vez a algún club de intercambios pero de momento sólo a mirar pero tiempo al tiempo jajaja.

-No me lo puedo creer, ¿ lo dices en serio?

-Claro.

-Ahora sí que tengo envidia y de la buena…y eso de los tríos, ¿qué fuerte no?

-La verdad es que es una pasada. Lo de tener dos buenas pollas dentro de ti es lo más y el estar con otra chica, bueno, al principio no lo tenía muy claro pero después lo disfruté un montón. ¿Tú no has probado nunca con otra chica?

-Bueno, sólo una vez. Quedé  con una amiga en su casa para ir a una fiesta. Sus padres no estaban, subimos a al dormitorio a probarnos ropa y una cosa llevó a la otra. Fue excitante pero no he vuelto a repetir, supongo que me gustan demasiado las pollas jajaja.

-Sobre todo la de mi Andrés jajaja y más ahora con lo que te he explicado. Lástima que no puedas follártelo…

-Y tú tampoco a Carlos eh, que ya tiene dueña jajaja.

-¿Sabes qué pienso? Creo que no vas a poder evitarlo y vas a querer follarte a Andrés…

-Qué va tía, ya te digo que esa era otra yo.

-Pues estoy convencida de que no vas a poder evitarlo. ¿Te apuestas algo?

-Tía, estás mal eh…que ya te he dicho que no voy a hacer nada con él. Apuesta lo que quieras porque vas a perder.

-Vale, si tan segura estás…mira, yo no voy a intentar nada con Carlos ¿vale? Pero cualquier cosa que tu hagas con Andrés, yo haré lo mismo con Carlos. ¿Qué te parece?

-Por mí bien, como no va a pasar nada entre nosotros… así me aseguro que no te tires encima de mi chico jajaja…vaya peligro que tienes.

-No lo sabes tú bien…joder, mira qué hora es. Vamos a casa a cambiarnos y así te enseño el gimnasio.

-Vale, a ver si encuentro dónde he metido la ropa de deporte que con todo el lío de la mudanza no tengo ni idea.

-Pues vamos a mi casa y te presto algo mío. Algo encontraremos que te sirva y así de paso te presto unas braguitas porque, no sé tú, pero yo con toda esta conversación las tengo chorreando jajaja.

-Un poco jajaja. Venga vamos.

 ------------------------------------------

-¿Ahora entiendes mejor las cosas?

-Sí cariño, ahora lo entiendo todo. Y es que si algo tenía mi chica además de ser una apasionada del sexo es que no le gustaba perder ni a las canicas. Sofía no sabía dónde se había metido porque mi chica iba a hacer lo imposible para ganar esa apuesta.

-Bueno ¿y cuál va a ser el siguiente paso?

-Pues enviarle los vídeos que hemos grabado antes y ponerla cachonda perdida jajaja.

Y eso hizo.