miprimita.com

Descubriendo a mi vecina Sofía 8

en Grandes Relatos

15

Me desperté un par de horas más tarde y vi que Sofía no estaba a mi lado en la cama. Como no volvía me levanté y fui en su busca encontrándomela en la terracita que había fuera. Llevaba puesta la camisa que llevaba yo puesta la noche anterior apenas cubriéndole su trasero y dejando adivinar que no llevaba nada debajo. Miraba pensativa el firmamento donde pronto empezaría a despuntar un nuevo día. Me acerqué a ella por detrás y la abracé desnudo como estaba dejando mis manos enlazadas en su cintura y mi cabeza sobre su hombro.

-No podía dormir me dijo sin esperar mi pregunta.

-Vaya y yo que pensaba que te había dejado reventada. La próxima vez tendré que esforzarme más.

-No seas tonto me dijo con una sonrisa. No es por eso, mi cuerpo pide un descanso a gritos pero mi mente no deja de darle vueltas a todo lo que ha pasado.

-¿Te arrepientes de lo que ha pasado?

-No es eso. Me ha encantado lo que ha pasado pero he sentido cosas que no había sentido nunca y tengo miedo a lo que pueda pasar.

-¿Miedo por qué?

-Porque no creo que pueda volver a mi vida anterior, a como era mi vida la semana pasada. He descubierto un mundo nuevo y me ha encantado pero no sé cómo encaja en todo esto Carlos, Sara y tú.

-Si te soy sincero a mí también me ha encantado y sí, yo tampoco sé lo que va a pasar mañana o pasado. A mí también me asusta esto un poco sabes, después de lo que hemos compartido los dos no creo que nada pueda ser igual que antes y ni lo quiero. No quiero renunciar a ti.

-Ni yo a ti tampoco. ¿Pero crees que Carlos querrá seguir con este juego una vez que acaben las vacaciones?

-No creo que tenga alternativa le dije. Ella desconocía todo lo que yo sabía, que tanto Carlos como Sara llevaban ya un tiempo follando a escondidas. No creía que a ella le hiciera mucha gracia saber lo que habían estado haciendo a sus espaldas.

-¿Por qué lo dices?

-Tú no te preocupes y déjame a Carlos a mí. Estoy seguro que estará de acuerdo con seguir con esta situación cuando volvamos a casa. Ahora relájate y disfruta le dije mientras mi boca buscaba su cuello y empezaba a darle unos suaves besos en su fina piel.

Mis manos que abrazaban su cintura fueron subiendo desabrochando los botones de mi camisa hasta dejar al descubierto sus pechos que acariciaron hasta conseguir endurecer sus pezones mientras mis caderas frotaban mi polla desnuda contra su culo apenas cubierto por la tela de la camisa como si estuviera follándola. Ella ladeó su cabeza para juntar nuestras bocas que se enzarzaron en una feroz batalla mientras bajé mi mano derecha recorriendo suavemente la piel de su vientre, de su cintura hasta llegar a su pubis donde enseguida di con su endurecido clítoris que acaricié con fervor provocándole oleadas de placer. Los dos queríamos más e incliné su cuerpo dejando que sus manos se apoyaran en la barandilla de la terracita quedando totalmente expuesta a mí.

Mi polla se adentró en ella provocándole un gemido que no pudo contener. Tal como estábamos cualquiera de los bungalós cercanos con sólo abrir las cortinas tendría una visión espectacular de nuestro polvo y de eso éramos conscientes lo que aumentaba nuestra excitación a niveles inimaginables. Con mis manos sujetándola en sus caderas la embestía con penetraciones rápidas y profundas mientras ella intentaba ahogar sus gemidos pero sin conseguirlo, sus pechos se bamboleaban fruto de nuestros vaivenes mientras sus manos se aferraban a la barandilla intentando mantener su equilibrio.

A todo esto pasó lo que tenía que pasar. En el bungaló de enfrente vi moverse una cortina, alguien nos había oído alertado por los gemidos de Sofía. Desde mi posición vi como acababa de abrirse del todo la cortina y veía en el interior del bungaló a un hombre cercano a la cincuentena completamente desnudo y con la mano en su miembro haciéndose una paja. Me incliné sin parar de follarla y le susurré a Sofía que levantara la cabeza. Ella alzó su cabeza y se encontró de frente a nuestro voyeur. Me hubiera encantado ver su cara en ese instante pero intuí que no le desagradaba la situación cuando empezó a gemir más alto y elevó un poco su torso dándole a nuestro inesperado espectador una visión perfecta de sus tetas balanceándose fruto de mis penetraciones que cada vez iban ganando en intensidad debido al morbo de todo aquello.

Nuestro vecino se pajeaba con ganas y no tardó en correrse copiosamente. Sofía excitadísima como estaba exhaló un profundo gemido y se corrió de forma intensa provocando que casi explotara yo también pero conseguí evitarlo en el último instante. Pensaba continuar jugando con Sofía en el interior hasta conseguir correrme pero no contaba con la tremenda calentura de ella que quería seguir calentando al vecino mirón. Se quitó la camisa quedando completamente desnuda y me empujó de manera que quedara de perfil a la vista del voyeur, se agachó quedando en cuclillas con sus piernas abiertas y se tragó mi polla mientras ella se masturbaba con su mano.

Nuestro mirón no daba crédito a lo que veía y ya tenía su polla otra vez dura y estaba cascándose una soberana paja en honor a mi vecina. Ella engullía mi miembro con auténtica devoción mientras su mano frotaba de forma frenética su inflamado clítoris lanzando fugaces miradas al observador viendo sus movimientos. Aquel día descubrí que le encantaba exhibirse hasta límites que nunca llegué a imaginarme.

Como era de esperar mi orgasmo no tardó en producirse, aquella situación me había llevado a un nivel de excitación máxima y no aguanté más y descargué toda mi leche en la boca de Sofía que no dejaba de tragar y no hizo ademán de sacarse mi polla de su boca mientras arreciaba sus movimientos sobre su sobreexcitado clítoris. No tuvo bastante con tragarse toda mi simiente que con toda la lascivia del mundo y mirando fijamente a nuestro mirón lamió toda mi polla tragándose los restos de semen y dejándomela completamente limpia. El cincuentón no aguantó más y volvió a explotar descargándose por segunda vez en pocos minutos. Eso era lo único que necesitaba Sofía para alcanzar su propio orgasmo y correrse como pocas veces había hecho en su vida. Me agaché para besarla y la ayudé a ponerse en pie para dirigirnos al interior del bungaló pero antes y para mí sorpresa se giró y le lanzó un beso a nuestro espectador que no dudó en devolverle el saludo agradeciéndole el espectáculo. Yo también le saludé y nos fuimos al dormitorio donde nos acostamos desnudos y abrazados cayendo casi al instante en un sueño reparador y necesario.

Me desperté pasado el mediodía al sentir la llegada de un mensaje al móvil. Era Sara preguntando si ya estábamos despiertos y para ver qué planes teníamos para ese día. Le contesté que yo me acaba de despertar y que Sofía aún dormía. Aproveché para preguntarle qué tal le había ido la noche con Carlos. No me contestó sino que se presentó en el bungaló un par de minutos más tarde. Salí a abrirle vestido sólo con mi bóxer y no más entrar se lanzó a mis brazos a besarme con lujuria. Me costó apartarla y cuando lo conseguí el daño ya estaba hecho, un enorme bulto ya se evidenciaba bajo la tela. Puse tierra por en medio yendo a la nevera a buscar algo para preparar algo ligero para comer.

-Joder tía, cualquiera diría que has estado toda la noche follando. ¿No tuviste suficiente anoche? Pregunté mientras sacaba cosas de la nevera y apartaba mi polla de las manos avariciosas de Sara.

-Carlos sigue durmiendo así que te puedes imaginar cómo lo dejé. Esto era para agradecerte el haber conseguido que todo esto pasara. Tenía mis dudas pero al final lo lograste. ¿Qué tal Sofía en la cama?

-Genial, nunca imaginé que dentro suyo hubiera una mujer tan ardiente como ella pero me ha encantado descubrirlo. Ahora hay que conseguir que esto siga cuando volvamos. ¿Crees que podrás convencer a Carlos? Sofía ya te digo que no está dispuesta renunciar a seguir disfrutando de todo esto.

-Tú no preocupes de Carlos que ya lo convenceré con mis encantos femeninos dijo sensualmente mientras se quitaba el vestido de tirantes que llevaba puesto quedando desnuda en medio del bungaló. Se acercó con andares felinos hacía mí e intentó bajarme el bóxer. Conseguí apartarme pero ella no cejaba en su esfuerzo y seguía acorralándome intentando alcanzar mi polla.

-Puedes parar Sara. Vas a conseguir despertar a Sofía.

Eso pareció calmarla y detuvo su acoso sobre mí. Volví a seguir preparando la comida aprovechando el momento de respiro pero con todos los sentidos alerta ya que dudaba que aquella tregua durara demasiado. Al cabo de un rato y extrañado por haberse rendido tan pronto cosa no habitual en ella me giré no encontrándola. El vestido seguía en el suelo así que no se había ido, podía ser que hubiera ido al baño pero algo me decía que estaba en otro lugar. Me dirigí al dormitorio y allí la encontré. Había decidido despertar a su manera a Sofía.

Me quedé apoyado en el umbral de la puerta viendo como las dos chicas se revolcaban por toda la cama besándose con desenfreno y sus manos surcando el cuerpo de la otra acariciando cada centímetro de piel. La vencedora de aquella particular batalla fue Sofía que quedó encima de Sara con sus manos sujetando sus muñecas. Sus labios volvieron a buscar los de Sara que ya los estaba esperando y se fundieron en un morreo que hizo que mi polla alcanzara su máximo apogeo. En esa postura Sofía tenía sus movimientos limitados así que decidí echarle una mano rodeando la cama y sujetando yo sus muñecas. Ella me agradeció el gesto pasando a besarme a mí para bajar otra vez a una indefensa Sara que vio cómo su cuello, sus tetas, su vientre, sus muslos y finalmente su sexo eran devorados por Sofía. Cuando sus labios se enzarzaron sobre su endurecido clítoris entendí que ya no era necesario seguir sujetándola y solté sus manos que aferraron la cabeza que tanto placer le estaba dando.

Volví a dar la vuelta a la cama y me situé detrás de Sofía arrodillándome y empezando a lamer su coño que rezumaba fluidos fruto de la calentura que llevaba. Estaba más que lubricada así que me levanté y apunté mi tiesa polla hacía el interior de su coño insertándosela de una sola vez arrancándole un sonoro gemido de placer dejando de lamer por un instante a su amiga y amante. Pero enseguida reanudó sus lamidas mientras yo la penetraba cada vez más rápido. Sara jugaba con sus duros pezones y disfrutando de la tremenda comida de coño que le estaban haciendo y no tardó en alcanzar un sonoro orgasmo que la dejó rendida sobre la cama. Alcanzado su objetivo Sofía se dedicó por entero a disfrutar de las embestidas mías alcanzando poco rato después su ansiado éxtasis.

 La pobre no podía más y se dejó caer sobre Sara saliéndose mi polla de su interior sin haber alcanzado todavía su orgasmo. Sofía se tumbó al lado de su amiga y el ver allí a aquellas dos hembras desnudas con el placer aún reflejado en su rostro me dio una idea. Me empecé a masturbarme de forma frenética y cuando mi orgasmo era inevitable apunté mi polla hacía sus cuerpos empezando a lanzar chorros de semen alcanzado sus tetas, sus vientres y su pubis. Me dejé caer entre ellas y nos quedamos un rato tumbados en la cama juntos disfrutando del polvo que acabábamos de echar. Sofía se levantó la primera con la intención de darse una ducha y enseguida Sara se ofreció para acompañarla. Aquellas dos no tenían freno. Me levanté viendo como aquellas dos preciosidades entraban desnudas a darse una ducha juntas y me fui a acabar de preparar la comida antes de que mi polla volviera a alzarse pidiendo guerra.

Cuando salieron media hora más tarde aún desnudas la comida ya estaba lista. Comimos con ganas y entre buen rollo y enseguida Sara se fue a ver si Carlos ya había regresado del mundo de los sueños. Sofía se vistió y la acompañó para poder estar un rato con su novio al que apenas había tratado desde nuestra nueva situación. Yo aproveché para darme una larga ducha relajante y darle vueltas a la cabeza a todo lo que estaba pasando. Las cosas habían ido mejor de lo que había esperado y casi había cumplido mis objetivos de este viaje. Había conseguido vencer las defensas de Sofía más allá de lo imaginado y veía difícil cuando no imposible su vuelta atrás. La había hecho disfrutar la mayor parte de sus fantasías: trío, sexo en grupo, exhibicionismo, intercambio de pareja…y vaya si lo había gozado. Con Sofía sólo me quedaban dos cosas por hacer y si no me equivocaba el cumplir una me haría lograr la otra. Y esa era mi prioridad para ese día, conseguir que Sofía pasara la noche con Stefan.

Si ella ya no estaba dispuesta a renunciar a mí menos lo haría cuando cumpliera mi palabra y le pusiera en bandeja el poder disfrutar de la polla de Stefan que tanto le había gustado. Lo otro que tenía pendiente y si todo iba bien podría afrontarlo al regresar de nuestras vacaciones era tener un cara a cara con Sara y acabar con lo nuestro. Pero lo primero era lo primero así que salí de la ducha y le envié un mensaje a Stefan con una sola pregunta

-¿Quieres follarte a Sofía?

No os engaño si os digo que no tardó ni un minuto en sonar mi móvil, ya os podéis imaginar quien era.

-Hola Andrés. Acabo de ver tu mensaje y creo que ya sabes mi respuesta.

-Claro que la sé, ya vi tu cara cuando te la comía ayer y la que se te quedó cuando te dejó para venirse conmigo.

-Es que tu chica está espectacular y eso que no me quejo que Sara fue todo un descubrimiento pero donde esté Sofía…

-Bueno puedes estar tranquilo que ella también te tiene ganas desde que te vio en la playa. Ahora lo que tenemos que ver es como lo hacemos para hacerlo realidad. Quiero que sea una cosa especial, ya sabes, quiero que sea como un regalo que hago para ella. Por eso quiero que sea una cosa íntima, nada como lo ayer.

-Me tienes intrigado. ¿Tienes algo pensado?

-Pues sí. Lo primero es quitarnos de encima a Sara y Carlos, por eso quiero que nos mandes a los cuatro un mensaje diciendo que os salido un viaje de última hora y no podéis quedar con nosotros esta noche, del resto me ocupo yo. Y lo segundo, supongo que siendo dueño del recinto no tendrás problemas en disponer de un bungaló por aquí cerca me imagino…

-Lo del mensaje está hecho y lo del bungaló llamaré a ver cómo está la cosa pero tampoco creo que de problemas, cuando sepa algo te lo confirmo.

-Perfecto. Ya me encargo yo de recogernos pronto y antes de medianoche estaremos en el bungaló que tú nos digas. A partir de ahí será cosa vuestra, lo único que te pido es que hagas que ésta noche sea especial para ella.

-Te importa mucho esta chica ¿verdad?

-Pues sí, por eso hago esto. Quiero hacerla feliz y cumplir sus deseos por eso quiero que ésta velada sea perfecta. Bueno, cuando puedas me confirmas lo tuyo.

-OK te digo algo.

Miré la hora y vi que hacía casi una hora que se habían ido las chicas así que me vestí y fui en su busca. Cuando entré me los encontré en el sofá hablando y viendo la tele para pasar el rato. Me uní a ellos y al poco sonaron nuestros móviles. Stefan había cumplido la primera parte del plan y nos comunicaba un cambio de planes de última hora. Yo ya sabía que era el mensaje así que pude observar el rostro de los otros tres al leerlo. Se veía decepción en ellos, creo que todos estaban deseando volver a repetir lo de la noche pasada y el mensaje era un jarro de agua fría en toda regla.

-Vaya caras chicos, cualquiera diría que se ha muerto alguien. Que nosotros también podemos divertirnos por nuestra cuenta. Y además, ¿en serio creéis que podríais aguantar otra noche como la ayer? Sobretodo tú Carlos, que parece un zombi de esos que salen en la tele jajaja. Mejor descansamos esta noche y la otra, nuestra última noche en la isla, damos el todo por el todo y acabamos nuestras vacaciones de la mejor manera posible y con un recuerdo inmejorable.

-Pues tienes toda la razón me contestó Sara. Hoy velada tranquila y mañana una orgía como dios manda jajaja.

Todos reímos ante su respuesta y las malas caras desaparecieron al instante. Enseguida nos pusimos a planear lo que nos quedaba de día que la verdad no era mucho, es lo que tiene levantarse al mediodía. Íbamos a pasar de playa e ir a un pueblo cercano del que nos habían hablado bien en recepción y de paso comprar los típicos recuerdos. Después ya cenaríamos algo por la zona.

Partimos después de arreglarnos para pasar el resto del día fuera y nos dirigimos a nuestro destino. Nos encantó el lugar y disfrutamos de la tarde paseando y rebuscando entre los tenderetes comprando suvenires para los amigos y familia. Mientras disfrutábamos de la tarde me llegó un mensaje de Stefan confirmando que tenía disponible un bungaló y me pasó el número de éste. Si no me equivocaba quedaba casi enfrente del que teníamos Sofía y yo, debía ser el que quedaba justo al lado del vecino mirón de aquella mañana lo que seguramente añadiría más morbo si cabe al encuentro.

Mientras seguíamos visitando tiendas se me ocurrió que, ya que la próxima noche iba a ser especial, porque no vestir adecuadamente para la ocasión y propuse entrar en una tienda de ropa y comprar algo para esa velada. Los demás estuvieron de acuerdo y entramos con la intención de comprar una vestimenta que hiciera aún más especial nuestra última noche en la isla. Carlos y yo nos dirigimos a la sección de ropa de hombre y ellas a la de mujeres y empezamos a buscar. Como era lógico y de esperar nosotros acabamos antes y fuimos con las prendas escogidas en su busca. Las encontramos en los probadores acabando de elegir sus respectivos vestidos y pudimos aprovechar para disfrutar viendo cómo les quedaban los vestidos que habían elegido.

Sara había escogido un vestido acorde a su personalidad abierta y descarada, un vestido negro de tirantes con un generoso escote y que le llegaba justo al principio de sus muslos, teniendo dos aperturas laterales a lo largo de todo el vestido que dejaba entrever las bellas formas que había bajo la tela. Evidentemente era una prenda para lucir sin ropa interior debajo y eso era un plus para ella. Sofía, en cambio, había escogido un vestido a la vez sexy y elegante. También era negro, de una tela vaporosa que descansaba sobre su piel resaltando su figura y le llegaba a medio muslo. Pero lo que más llamaba la atención era que la parte superior del vestido iba sujeta a un collar que lucía en su precioso cuello, cubriendo la tela apenas sus pechos y dejando al descubierto su espalda por completo y los laterales desde donde se percibían el inicio de sus magníficas tetas. Por supuesto, ella tampoco necesitaba sujetador.

Las dos estaban bellísimas y así se lo hicimos saber, tanto con nuestras palabras como con la cara de pasmarote que se nos quedó a los dos cuando las vimos vestidas así. Fuimos a la caja y los dos invitamos a nuestra respectiva pareja de esas vacaciones. Tal como teníamos planeado buscamos un restaurante cercano y compartimos una deliciosa cena, regada con buen vino y un ambiente inmejorable. La noche avanzaba y se acercaba la hora en que se iba a cumplir el deseo de Sofía aunque ella aún no lo sabía.

-Bueno chicos, yo no sé vosotros pero yo estoy ya cansado y quiero estar a tope para mañana. Mirad que hora es y entre que  llegamos y le doy un repaso a esta preciosa chica que está a mi lado ya nos dan las tantas.

-Oye, eso será si te dejo me contestó una sonriente Sofía mientras me daba un amistoso puñetazo en el brazo.

-Será porque no tienes ganas le dije besándola con pasión.

-Anda y parad de dar la nota guarros y buscaros un hotel jajaja contestó Sara. A mí tampoco me parece mal la idea. Algo se me ocurrirá para hacer en el bungaló… ¿tú que dices Carlos?

-Pues que cuando nos vamos jajaja mientras también se fundía en un beso apasionado con su compañera de alojamiento.

Dicho y hecho. Recogimos nuestras cosas, pagamos la cuenta y fuimos presurosos en busca del coche. Ahora todos teníamos prisa por llegar a los bungalós aunque cada uno tenía sus propios motivos. Nos despedimos al llegar al recinto y cada uno se internó en su respectivo bungaló. Nomás entrar Sofía se abalanzó sobre mí, devorándome la boca y su mano aferrando mi miembro, estimulándolo para entrar pronto en faena. Se notaba que estaba muy caliente y que quería aprovechar la noche. Pero no era esa mi intención y la aparté como pude. Ella al principio no entendía que pretendía pero cuando le dije que quería verla  con el vestido que se había comprado esa tarde creyó que quería poseerla con él puesto.

Fue rápidamente a cambiarse y yo a ver cómo se lo ponía. Mientras se desnudaba yo mismo le busqué un tanga que hiciera las delicias de Stefan y la invité a que se lo pusiera. Lo hizo de forma sexy provocándome al máximo al igual que colocarse el vestido. Tuve que hacer un esfuerzo enorme para no abalanzarme sobre ella y follarla allí mismo.

-Estás preciosa. ¿Así es como te verá mañana Stefan cuando quedemos? Dime cómo te prepararás para él, que más harás para gustarle, para hacer que te deseé aún más.

-Supongo que me maquillaré un poco pero no mucho y me haré un recogido con mi pelo. Y por supuesto me pondré unos tacones negros que realcen más mis piernas y ese culito que tanto te gusta.

-Me muero por verte así. Arréglate como si lo hicieras para él, quiero verte así de sexy.

Ella no se hizo de rogar y siguió mi juego sin ser consciente de mis intenciones. Mientras lo hacía, disimuladamente mandé un mensaje a Stefan avisándole que en breve estaríamos allí. Se acabó de arreglar y estaba maravillosa, por un momento pensé en renunciar a todo y follarla toda la noche pero recobré la cordura a tiempo y me dije que si todo iba bien tendría mucho tiempo para disfrutar de aquella mujer que me volvía loco con todo lo que hacía.

Le di la mano y la hice girar para contemplar desde todos los ángulos su precioso cuerpo. La agarré por la cintura y con un escueto sígueme la hice acompañarme hacía la puerta del bungaló.

-¿A dónde vamos? Preguntó extrañada.

-¿Confías en mí?

-Sí, claro.

-Pues sígueme y estate tranquila que te aseguro que te va a gustar la sorpresa que te he preparado.

Salimos sin más y emprendimos el camino hacía el bungaló que me había indicado Stefan. Apenas llamé a la puerta cuando ésta se abrió y apareció la figura de nuestro amigo alemán. La cara de los dos era digna de ver, ella sorprendida de verlo allí y él encandilado de verla vestida así.

-Bueno, pasamos o nos quedamos aquí toda la noche.

Entonces despertaron de su trance y entramos los tres. Sofía se extrañó más al entrar y no ver allí a Erika y Stefan estaba a la expectativa.

-Tranquila Sofía que estamos solos. He preparado este encuentro para darte una sorpresa. El otro día cuando estábamos en la playa me dijiste que te gustaría acostarte con Stefan y yo te dije que lo dejaras en mis manos. Ahora es el momento de que hagas realidad ese sueño y que lo disfrutes.

-Pero no entiendo nada. ¿No estabais fuera? ¿Y lo de la ropa y descansar para recuperar fuerzas para mañana? ¿Todo esto lo has montado tú para quedar a solas con él?

-Así es. Sé que te mueres de ganas de disfrutar de su polla, te lo vi en la mirada el primer día que la viste. Me imagino que nunca has visto una igual y estás deseando saber que se siente al notarla en tu interior. Y tuviste la oportunidad ayer y renunciaste por hacerme disfrutar a mí y eso lo valoro mucho. Por eso he preparado todo esto para que puedas disfrutarlo plenamente.

-No sé qué decir, nunca nadie se había tomado tantas molestias por complacerme o preocuparse por lo que quiero o no. Eres un sol y mereces que te lo agradezca debidamente dijo mientras se acercaba a mí e intentaba besarme pero la detuve.

-No necesito que me agradezcas nada, hago esto porque me preocupo por ti y haría cualquier cosa con tal de verte feliz. Por eso, cuando he dicho que quiero que disfrutes plenamente, quiero decir que esta noche es para vosotros dos. Quiero que estés cien por cien volcada en tu placer y si yo estoy aquí voy a ser una distracción para ti.

-¿Nosotros dos solos? ¿Toda la noche? ¿Estás seguro de esto?

-Absolutamente. Tú y yo podremos disfrutar el uno del otro muchas veces más pero algo así…a saber cuándo encontraras algo parecido y debes aprovechar la ocasión. No te preocupes por mí y dedícate a disfrutar.

-No sé qué he hecho para merecerte pero te prometo que esto no voy a olvidarlo nunca dijo mientras ahora sí permitía que nuestras bocas se fundieran en un tórrido beso que expresaban mejor que en palabras lo que sentíamos en ese momento. Mientras seguíamos besándonos me fui acercando a Stefan hasta llegar a su lado y aparté mi boca de la suya para dejar paso a la del alemán que la devoró con ansia. Me aparté lentamente dejando que sus cuerpos se unieran en un abrazo lujurioso donde sus manos no daban abasto buscando darse placer el uno al otro. Silenciosamente y sin mirar atrás abrí la puerta y emprendí el camino de vuelta a mi alojamiento.

No fue fácil, lo reconozco. Sentía una mezcla de excitación, miedo y celos pero aquello era necesario si quería que ella se entregara definitivamente a mí. Me acosté desnudo y traté de conciliar el sueño pero no paraban de pasar por mi cabeza imágenes de Sofía siendo empalada por aquella polla que tanto deseaba y la excitación venció a las demás sensaciones. Me agarré mi polla y me masturbé hasta conseguir correrme de forma copiosa. Ya más relajado acabé durmiéndome.

No sé exactamente qué hora era cuando sentí movimiento en la habitación, pero ya entraban las primeras luces del nuevo día por las rendijas de las cortinas. Seguí haciéndome el dormido mientras escuchaba como Sofía se desnudaba y se metía en la cama junto a mí. Pegó su cuerpo al mío y el olor a sexo y sudor llegó a mí provocándome una erección instantánea pero al estar de espalda a ella no se percató de ello. Se quedó quieta oyendo mi respiración y se convenció que aún dormía. Se abrazó a mí y me dio un suave beso en el cuello cerca de la oreja mientras oí como susurraba “te quiero”.

16

Por la mañana me desperté temprano y me levanté sin hacer ruido para no despertar a una agotada Sofía. Me di una ducha rápida, me vestí y salí a dar un paseo por la playa. Le dejé una nota por si se despertaba que supiera donde estaba. Aún resonaban en mi cabeza sus palabras diciéndome que me quería, aquello sólo podía suponer que todo había ido bien en su encuentro. La única duda que tenía era si había sido fruto del alcohol, del calentón o un sentimiento real y profundo de ella.

No me quedaba más que esperar y ver cómo evolucionaban las cosas así que decidí relajarme y disfrutar del paseo y de las vistas. Estuve fuera casi dos horas y cuando regresé Sofía aún dormía cosa normal teniendo en cuenta que se había acostado al amanecer. Decidí dejarla tranquila y fui al otro bungaló en busca de la otra pareja. Llamé a su puerta pero no abrieron, debían haber alargado la noche y aún debían estar durmiendo.

Estaba decidiendo si volver a mi alojamiento o volver a la playa cuando me llegó un mensaje al móvil. Era Erika preguntándome que tal estaba. La llamé y como aún no habíamos desayunado quedamos en una cafetería cercana. Les dejé una nota avisándoles de a dónde iba y fui a su encuentro. Encontré el sitio fácilmente y como era el primero en llegar escogí una mesa donde poder desayunar y conversar tranquilamente. Al poco llegó ella tan espectacular como siempre. Me saludó con dos besos y llamamos al camarero para que tomara nota. Estuvimos hablando de trivialidades hasta que nos sirvieron y entonces, sin miedo a que nos interrumpieran, Erika abordó lo que realmente estábamos los dos deseando hablar.

-Bueno, ¿qué tal le fue a Sofía anoche? ¿Le gustó la experiencia?

-Supongo, llegó casi al amanecer y se durmió enseguida. Aún duerme por eso estoy aquí. ¿Te ha dicho algo a ti Stefan?

-Ya lo creo. Me llamó esta mañana en cuanto se fue ella para darme todo lujo de detalles, me puse a cien y me tuve que hacer un dedo para aliviar mi calentura. No veas con la chica, Stefan está encantado. No sé si me tengo que poner celosa de tu amiga…porque a mí no me engañas Andrés, sé que ella no es tu novia.

-Vaya, y yo que pensaba que habíamos disimulado muy bien. ¿Puedo preguntar cómo lo has sabido?

-La verdad es que vosotros lo habéis bordado, se nota que  hay química y complicidad entre vosotros. Ha sido más por Carlos, está siempre pendiente de ella vigilándola, incluso cuando estaba follando conmigo estaba más pendiente de ella que de mí cosa que no me agradó la verdad. Vosotros estáis pendientes el uno del otro que no os dais cuenta pero a veces te echa unas miradas…vaya, de novio celoso.

-Pues no me había dado cuenta, pero tienes razón ella no es mi chica lo es Sara…bueno, almenos de momento. Es un poco complicado de explicar.

-No tengo nada mejor que hacer así que ya puedes empezar.

Erika me había caído bien desde el principio y confiaba en ella aunque hacía pocos días que nos conocíamos. Decidí que no tenía nada que perder y me confesé a ella, explicándole toda nuestra historia desde aquella tarde de final de verano cuando vi por primera vez a mi vecina Sofía. Estuve más de una hora hablando yo solo, ella escuchando y asintiendo, sin interrumpirme para no cortar el hilo de mi narración. Cuando acabé de hablar ella me miraba sonriente, llamó al camarero y pidió otro café para ambos. Seguimos en silencio hasta que el camarero nos trajo el café y se retiró.

-El primer día que te conocí sabía que eras un hombre interesante Andrés, pero no me podía imaginar cuánto. Menuda historia la tuya. Supongo que sabes que te has enamorado ¿no?

-¿Tú crees? Le contesté irónicamente.

-Al cien por cien me dijo riendo. ¿Piensas decirle algo?

-Primero quiero hablar con Sara, dejar las cosas claras entre ambos. Lo nuestro acabó cuando descubrí sus engaños y más ahora que sé que lo que sentía por ella no era amor. Después, pues supongo que ya se verá. Yo creo que he hecho todo lo que estaba en mi mano para liberar a la Sofía que llevaba dentro reprimida, le he mostrado el camino y ahora ella es la que tiene que decir si lo sigue o no. No pienso forzar su decisión.

-Eres un encanto de hombre Andrés. Espero que todo salga como te mereces y ya sabes que, sea bueno o malo, aquí siempre tendrás una amiga para lo que necesites dijo cogiéndome la mano.

-Te lo agradezco. Al menos sé que si la cosa no sale bien tengo un hombro sobre el que llorar jajaja.

-Bueno, llorar u otra cosa. Estaría encantada de ir a consolarte, algo se me ocurriría para levantarte el ánimo…dijo acariciándome la mano.

-¿El ánimo sólo? Menudo peligro tienes jajaja.

-No lo sabes tú bien. Tengo muchas ganas que llegue esta noche para volver a disfrutar como la otra noche, hacía tiempo que no disfrutaba tanto con un hombre que no fuera Stefan.

-A mí también me encantó y estoy deseando de repetir. Va a ser una noche especial y creo que tardaré tiempo en olvidar estos días.

-Ya lo creo que va a ser especial jajaja. Más de lo que te imaginas.

-Bueno ¿y eso?

-Secreto…no te voy a decir nada ya os llamará Stefan y os contará él los detalles. Yo sólo te diré que ésta noche la vais a pasar en nuestra casa y no puedo hablar más jajaja.

La estuve pinchando un buen rato a ver si soltaba algo más sobre la sorpresa que nos estaban preparando pero no conseguí sacarle nada más. Estaba intrigado pero estaba claro que no iba a sonsacarle nada y tocaba esperar hasta la noche. Continuamos charlando y nos separamos casi al mediodía. Cuando llegué al alojamiento después de haber dado un largo paseo era la una pasadas y Sofía aún dormía. Así que volví a salir ahora al bungaló de Sara y Carlos que estos si se habían despertado ya aunque por sus caras parecía que no hacía mucho. Estuvimos charlando un rato y al poco Sara se levantó para ir a darse una ducha quedando los dos solos. Recordé mi conversación con Erika de esa mañana y no quise que aprovechara ese momento a solas para recriminarme nada y acabar montando una escena. Así que me levanté y me despedí rápidamente con la excusa de ir a despertar a Sofía. Con las prisas casi se me olvida de coger el móvil que había dejado al entrar en la mesa del salón, me di la vuelta y lo cogí sin fijarme con prisa por salir de allí.

No más salir miré el móvil para ver si Sofía me había mandado algún mensaje y entonces me di cuenta de que aquel no era mi teléfono, con las prisas había cogido el de Carlos. Iba a ir a devolverlo pero me lo pensé mejor y decidí echarle un vistazo rápido. Lo primero que miré fue el servicio de mensajería donde había gran cantidad de conversaciones abiertas pero a mí sólo me interesaron dos, la de Sofía y la de Sara. Carlos no era una persona que borrara nada ya que la conversación con Sofía se remontaba a mucho tiempo atrás pero aparte de eso nada llamó mi atención. Abrí la de Sara y ahí sí que noté algo raro, la conversación también se remontaba a varios años atrás cuando se suponía que no habían tenido contacto ninguno hasta que se reencontraron unos meses atrás. Envié toda la conversación a mi móvil para poder mirarla con detenimiento y borré el rastro para que no se diera cuenta Carlos de lo que había hecho.

Seguí fisgoneando y sólo encontré algo de interés en una carpeta oculta que me llamó la atención por la gran capacidad que ocupaba. Cuando lo abrí encontré fotos y vídeos de Sara de todo tipo aunque la mayoría eran fotos sugerentes o directamente desnuda posando o practicando diversos actos sexuales. Lo extraño era otra vez la fecha de los archivos que se remontaba a más de un año atrás. También envié este archivo a mi móvil ya que creí que podía serme útil más adelante.

Una vez confirmé que había recibido en mi móvil los archivos enviados volví a devolverle el teléfono a Carlos. Cuando entré afortunadamente no estaba allí así que pude entrar y coger el mío sin tener que dar ninguna explicación. Regresé sin demora a mi bungaló, entré en el dormitorio y vi que por fin Sofía se había despertado. Desde allí escuché el agua de la ducha y decidí aprovechar para mirar con más calma las conversaciones entre Sara y Carlos y los vídeos y fotos entre ellos dos.

Retrocedí hasta el inicio y empecé a leer sus primeros mensajes que eran de casi cuatro años atrás. Al principio eran mensajes entre dos personas que se habían reencontrado después de mucho tiempo sin tener contacto pero poco a poco los mensajes fueron subiendo de intensidad, frecuencia y más reveladores. Leí como recordaban sus encuentros furtivos de su época del instituto lo que me extrañó ya que tenía entendido que por esa época Sofía ya salía con Carlos. Supe que después habían tenido algunos encuentros más en visitas de Sara a su ciudad a visitar a familia que allí tenía y después perdieron el contacto hasta que volvieron a reencontrarse poco antes del inicio de los mensajes.

Su relación fue escalando y subiendo de tono. Primero fueron fotos con ropa sugerente, luego enseñando sus pechos y finalmente completamente desnuda. Y él tampoco se cortaba a la hora de enseñar. Ya lo que seguía os lo podéis imaginar, vídeos de todo tipo: acariciándose, mostrándose a su amante y masturbándose para él o bien con sus dedos o con un consolador que más de una vez habíamos usado en nuestros juegos. Hasta que unos tres años atrás aparecía el primer mensaje para quedar en un hotel a medio camino de las dos ciudades. Y después siguieron muchos más. Los intervalos variaban, a veces quedaban una vez al mes y otras veces pasaban varios meses antes de que pudieran verse pero lo que quedaba claro era que aquellos llevaban follando varios años a espaldas nuestras.

Y aún quedaba lo peor por descubrir. Ante  la desesperación de él cuando perdió su trabajo y no encontraba nada fue la propia Sara la que le buscó trabajo en la ciudad y fue ella misma la que le informó del piso vacío al lado del nuestro. Sus encuentros en esa época eran continuos, aprovechaban cada viaje de él para hacer entrevistas, ver pisos y hacer papeleos para mudarse para verse en cualquier sitio incluido nuestro piso. Ver sus mensajes dónde reflejaban las ganas de vivir el uno al lado del otro para verse siempre que quisieran era un puñal que se me clavaba en el fondo de mi corazón. Acababa de confirmar que toda mi relación había sido un fraude. Ya sabía que Sara me engañaba pero nunca me hubiera imaginado el alcance de su engaño. Estaba aún procesando lo que acababa de descubrir cuando sentí cerrarse el grifo del agua y tuve el tiempo justo de dejar el teléfono en la mesita antes de que apareciera Sofía cubierta con una toalla y secándose el pelo.

Cuando me vio, se acercó a mí con una gran sonrisa y se sentó en mis piernas buscando sus labios los míos fundiéndonos en un apasionado beso que duró una eternidad. Cuando nos separamos por fin ella me pidió que mientras se acababa de vestir le preparara algo para comer ya que estaba hambrienta. A mí me pareció perfecto ya que así podríamos conversar tranquilamente sobre lo sucedido por la noche.

Fui a la cocina y preparé rápidamente varios platos que calmaran el hambre de mi famélica compañera. Media hora más tarde apareció ella vestida con unas braguitas y una camiseta de tirantes blanca que se ceñían a sus pechos desnudos. Me pareció que su semblante estaba algo más serio que antes pero enseguida me sonrió, me dio las gracias por tan suculento manjar y se sentó a saciar su hambre.

-Bueno, ¿no tienes nada que decirme?

-¿Te refieres a la comida? Pues está deliciosa.

-Anda y no te hagas la tonta que ya sabes por lo que te pregunto.

-Ya lo sé tonto, sólo bromeaba. Pues muy bien la verdad, al principio estaba un poco nerviosa por estar los dos solos pero enseguida nos dejamos llevar y todo fue surgiendo con naturalidad entre los dos.

-Me alegro que te gustara la experiencia. No tenía muy claro si estabas preparada para dar un paso así, temía que te echaras para atrás.

-Bueno, yo tampoco lo tenía claro. Pero la excitación del momento y la confianza que demuestras en mí hicieron el resto. Y tenías razón en lo de dejarnos a solas. El no tener que estar pendiente de nada más que disfrutar y complacer a tu amante fue maravilloso y pude gozar como nunca.

-Ya veo que no me echaste de menos jajaja.

-Claro que te eché de menos. Disfruté como nunca, sabes que deseaba sentir esa polla desde el momento en que la vi y te agradezco lo que hiciste como no te puedes llegar a imaginar. No conozco a nadie que hubiera confiado tanto en su pareja como para entregarla sin condiciones a otro hombre para que disfrutara de ella pero tú lo hiciste y eso lo valoro mucho. Pero también me hubiera gustado que estuvieras allí.

-¿No tenías bastante con una polla o qué?

-Bueno, no hubiera estado mal pero no es eso. Cuando estoy contigo me siento más confiada, más segura y eso hace que me entregue al cien por cien. Es como si sintiera que nada malo puede pasar. Y luego está lo que me pone el ver tu cara de lujuria cuando otro hombre me toca, disfrutas viéndome gozar y es una sensación nueva que he descubierto y me encanta. Y al revés también, no te creas. Me encantó ver cómo te comían la polla la otra noche, era verlo y mi coñito se hacía agua.

-Vaya contigo, eres toda una caja de sorpresas. Me alegro que hayas derribado esos muros que habías levantado y que hayas dejado salir a tu verdadero yo. Me encanta esta nueva Sofía.

-A mí también y más te va a gustar dentro de un rato dijo levantándose y sacándose la camiseta dejando sus pechos al aire. Se acercó a mí y me hizo ponerme en pie para inmediatamente dejar caer mis pantalones y bóxer al suelo. Se arrodilló ante mí, sus manos acariciaron mis muslos y mi culo mientras su boca permanecía a escasos centímetros de mi polla sintiendo su cálido aliento. Así, sin tocarme, mi polla empezó a crecer hasta llegar en pocos instantes a su máximo tamaño. Y como si hubiera estado esperando ese instante, sus manos se abalanzaron sobre ella. La derecha recorriendo toda su longitud de forma lenta y la izquierda acariciando los huevos. Enseguida su boca se unió a la fiesta y empezó a besar mi glande, recorriéndolo con su lengua y haciéndome ver las estrellas.

Pronto su boca empezó a engullir mi miembro hasta casi tragársela por completo para mi sorpresa, se notaba que últimamente había practicado mucho y la chica aprendía a pasos agigantados. Mientras su mano derecha sujetaba la base de mi polla, su boca empezó un sube baja a lo largo de mi miembro y todo ello siempre con su mirada clavada en la mía, disfrutando con mis gestos de placer. Su mano izquierda se apartó de mis huevos y se perdió en el interior de su braguita. Sus movimientos eran cada vez más rápidos y mi placer iba en aumento acercándome inexorablemente a mi orgasmo. Ella vio por mis gestos que estaba a punto de estallar pero no hizo amago de sacársela de la boca y pronto notó como mi polla escupía mi semen al fondo de su garganta tragándoselo sin rechistar.

Mi polla perdió algo de su dureza al descargar pero ella siguió a lo suyo lamiendo y chupando mi miembro mientras seguía acariciándose su sexo. No tardó mucho en conseguir que se me pusiera dura del todo, se alzó dejando tras de sí sus braguitas más que húmedas pegándose a mí. Sabía lo que quería, lo que deseaba. Mis manos se aferraron a sus nalgas y la alzaron apoyándola en la encimera de la cocina quedando mi polla encajada entre nuestros cuerpos desnudos. Deslicé mis caderas para atrás liberándola y apoyé la punta en la entrada de su coño. Lentamente y sin perder detalle de su cara de placer me fui adentrando hasta enterrarla por completo en su interior. Un largo gemido salió de su boca y se corrió quedando abrazada a mí con su cara apoyada en mi hombro.

No me salí de su interior sino que empecé a moverme lentamente, estimulándola de nuevo cosa que no tardó en suceder. Cuando empecé a notar como escapaban de su boca leves gemidos, como sus brazos aferraban con más fuerza mi cuello y sus piernas apretaban con vigor mis nalgas animándome a penetrarla con más ímpetu empecé a embestirla de forma salvaje arrancándole gritos de placer. Mi polla entraba y salía de su coño a un ritmo vertiginoso haciendo que su culo apenas descansase sobre la encimera, sosteniéndola al aire solo con la fuerza de mis brazos. Abrazada así la llevé a la mesa donde con un manotazo la vacié dejándola caer sobre ella y volver a arremeter con fuerza en su interior.

Nuestros cuerpos se movían sin descanso, mis nalgas no dejaban de empujar clavándole mi miembro hasta el fondo de su vagina y ella no dejaba de gritar extasiada del placer que estaba sintiendo. No tardó el alcanzar su segundo orgasmo de ese día y a mí no me quedaba mucho más. Unas pocas arremetidas más y exhalando un largo gemido me vacié en su interior. Me dejé caer sobre ella y nos besamos con cariño. Y abrazados y aun con mi polla en su interior la llevé en volandas hasta el sofá donde nos dejamos caer intentando recuperarnos del esfuerzo realizado. Nos sentamos el uno al lado del otro, ella con su cabeza apoyada en mi pecho y mi brazo abrazándola por detrás. Estábamos disfrutando aun del tremendo polvo echado cuando empezó a sonar mi móvil rompiendo el encanto del momento. Era Stefan.

-Buenas Andrés. Antes que nada déjame preguntarte que tal estás después de lo de ayer.

-Pues bien, creo. ¿Por qué lo preguntas?

-Es que no sabía si algo había cambiado desde anoche. Lo digo porque a veces lo que por la noche parece maravilloso luego por la mañana no lo es tanto. Me temía que estando solo le hubieras dado vueltas a la cabeza toda la noche y te arrepintieras de lo sucedido.

-Bueno, si es por eso puedes estar tranquilo. Te puedo asegurar que yo no me arrepiento y creo que por la forma de darme las gracias esta mañana Sofía tampoco ella.

-Ah bien, bien. Me alegro mucho, no veas el peso que me he quitado de encima. Me sabría mal estropear lo vuestro, de verdad que me caéis muy bien y no me gustaría crearos problemas por nada del mundo. Entonces, ¿te ha contado lo que hicimos anoche?

-Detalles no me ha dado, no hemos tenido tiempo. Se acaba de levantar y sólo me ha dicho que disfrutó mucho contigo pero que también me echó de menos.

-Ya lo sé. Lo estuvimos hablando y me contó que había disfrutado mucho pero que le faltaba algo y ese eres tú. Creo que tu chica es un poco exhibicionista y disfruta más siendo observada. Por eso te quería allí, para que vieras como se entregaba a mí.

-Puede ser, algo así me había imaginado. Será cuestión de buscar una oportunidad para demostrar esa teoría.

-Ah amigo, ahí viene el segundo motivo de mi llamada. Como te he dicho, anoche hablamos mucho los dos y Sofía me comentó que le gustaría agradecerte tu gesto de anoche con algo especial y yo me ofrecí a ayudarla. Se me ha ocurrido algo que a ti te va a encantar, ya que creo que nunca has disfrutado de una cosa así y te puede ayudar a demostrar lo que hemos hablado de ella.

-Vaya, me tienes intrigado. Esta mañana he hablado con Erika y algo me ha comentado pero no ha querido soltar prenda. ¿Qué os lleváis entre manos?

-Claro que no ha dicho nada sino no sería una sorpresa. Y yo tampoco te lo voy a decir, sólo que esta noche estáis invitados a nuestra casa donde vais a vivir una experiencia inolvidable. Como creo que mañana tenéis que coger el vuelo de regreso, me parece que lo mejor es que recojáis todas vuestras cosas y paséis la noche con nosotros. Ya mañana vais de allí directamente al aeropuerto. ¿Qué te parece?

-En principio bien, sólo que tendremos que hablar con recepción para arreglarlo.

-Por eso no te preocupes que hablo yo con ellos. Vosotros dejáis la llave cuando salgáis y ya está.

-¿Y no me puedes contar nada más? Me tienes súper intrigado con todo este secretismo.

-Jajaja pues no te queda otra que aguantarte. Luego te paso por mensaje la dirección y os espero a eso de las seis, así tendréis tiempo de arreglaros para estar presentables.

-Cada vez estoy más intrigado con todo esto…

-Pues te jodes jajaja. Nos vemos luego.

Y me colgó. Le conté lo que habíamos hablado Stefan y yo a Sofía y también sintió curiosidad por lo que estarían tramando nuestros amigos alemanes pero no quiso darle más vueltas. No le preocupaba lo que estuvieran preparando, después de lo que habíamos vivido juntos los últimos días confiaba en ellos y estaba segura que sería una sorpresa que nos iba a gustar. Propuso que fuéramos a hablar con los otros para comentarle la propuesta de Stefan y empezar a recoger las cosas para partir de camino a su casa.

En cuanto les contamos el cambio de plan los dos se mostraron a la par intrigados y deseosos de aceptar su invitación, sobretodo Sara que se mostró ansiosa por que llegara pronto la noche para ver que nos habían preparado. Todos intuíamos que sería algo de carácter sexual conociendo a aquella pareja y por eso estábamos todos expectantes y un poco nerviosos por saber que sería. Incluido yo, que por primera vez estaba fuera de juego y no sabía lo que se avecinaba.

Recogimos todas nuestras cosas y cargamos el coche. Nos pasamos por recepción y tal como había prometido Stefan ya sabían lo de nuestra partida y sólo tuvimos que dejar las llaves. Ya eran las cinco cuando partimos en busca de la casa de Stefan, la cual no nos costó mucho encontrar. Aquello más que una casa era una mansión. En cuanto llegamos se abrió la verja y conduje por un paseo arbolado hasta llegar al pie de la casa donde nos esperaban nuestros anfitriones. Después de los besos de rigor y mientras nos guiaban a nuestros dormitorios nos fueron mostrando el lugar.

Aquello era enorme. Un salón enorme lujosamente equipado, que debía ser más grande que todo mi piso, con cristaleras que daban al jardín donde se veía una piscina de tamaño considerable. Una cocina espaciosa y un baño completo completaban la primera planta. En la segunda planta estaban los dormitorios, seis en total cada una con su propio baño y un despacho. Y en el ático había una sala de juegos que daba paso a una enorme terraza, con unas vistas espectaculares, que contaba con tumbonas para tomar el sol y un jacuzzi para relajarse al anochecer. Me había imaginado que era gente pudiente pero nunca me hubiera figurado que  tanto.

Nos mostraron cuales eran nuestras habitaciones y dejamos nuestras maletas allí.

-Bueno, ¿qué os parece mi humilde morada? Preguntó Stefan viendo nuestra cara de estupefacción. La verdad es que nos sentíamos un poco intimidados por tanto lujo.

-No le hagáis caso que os está vacilando contestó Erika. Relajaos y disfrutad como si estuvierais en vuestra casa y si necesitáis cualquier cosa no dudéis en pedírmela.

-Así es dijo Stefan. Vuestra sorpresa empezará a las ocho y así que tenéis poco más de una hora para daros una ducha y poneros bien guapos para recibir a nuestros invitados.

-¿Así que nuestra sorpresa es una fiesta? Preguntó Sara.

-Bueno se podría decir así contestó enigmáticamente Erika. Ahora id a prepararos  que nosotros aún tenemos que preparar algunas cosas y los del catering estarán al caer.

Nos despedimos y cada uno se dirigió a su habitación. Mientras Sofía se daba una ducha yo me desvestí dándole vueltas a lo dicho por nuestros amigos. Nos habían preparado una fiesta y, conociendo a aquel par, ya me estaba imaginando lo que podrían estar tramando. Pero fuera lo que fuera, lo que tenía claro era que iba a cumplir el deseo de Sofía y permanecer junto a ella. Si ella disfrutaba viendo como los dos nos entregábamos a otros cuerpos no iba a privarle de ese gusto.