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Mi madrastra no me ve como su hija VII

en Lésbicos

Entramos aquel cuarto de huéspedes abrazadas, puso seguro a la puerta y nos sentamos al borde de la cama, sin hablar; solo se escuchaban nuestras respiraciones, sentía que debía confesarle mi verdad, la verdad de todo, por la cual me case con su padre, la obsesión o no sé si será amor, guardármelo está asfixiando mi vida.

-        Debemos hablar de lo que nos pasa- rompí el silencio.

Tomó mi mano y la apretó. Alce mi mirada, y la vi mirando fijamente mis ojos, con una bonita sonrisa que adornaba su rostro.

-        Que te parece, si lo dejamos para mañana- fruncí el ceño- Esta noche quiero que me hagas el amor- expreso

Abrí mis ojos sorprendida, no pensé escuchar aquellas palabras de su boca. Me limite a sonreír, había logrado que me pusiera nerviosa y no supiera cómo reaccionar. ¡Demonios! actuaba peor que una primeriza.

Sonrió por mi indecisión, y tuvo que ella acercarse a mí y plantar un suave beso, suspire irremediablemente, nunca me había besado con tanta dulzura, saboreaba mis labios y de mi salían suspiros; poco a poco aumento de nivel, su lengua invasiva interrumpió mi boca e invito a la mía jugar con ella. Nos recostamos sin dejar de besarnos, prácticamente se estaba devorando mi cavidad bocal, me postre encima de ella, y lleve mi boca a su oreja, empezó a dar mordiditas que lograban hacerla sonreír, sentía como si fuera mi primera vez, pase mi lengua por su cuello además de succionar, dejando pequeñas marquitas, llevó sus manos al inicio de mi blusa y la retiro, me senté sobre su abdomen para ayudarla a sacarla totalmente. Hice lo mismo con aquella camisa a cuadros que cargaba, con mi dedo recorrí desde su frente, pasando por sus labios, cuello, seguí el caminito de sus pechos hasta llegar a su vientre. Amaba ver su sonrisa resplandeciente mientras acariciaba su piel. Comencé a menarme sobre su vientre lentamente, provocándola, mordió su labio y coloco sus manos en mis pechos que aún estaban cubiertos por mi sujetador, apretándolos despacio, mientras yo seguía moviéndome sobre ella, mi sexo se estaba restregando en la pretina de su pantalón. Sentí como una mano se metió por debajo de mi brasier, pellizco con fuerza mi pezón logrando que jadeara por aquel acto, el hormigueo se hizo presente y no solo en esa parte, también llego a mi coñito… comenzaba a humedecerme. Cuando sintió que solo estorbaba esa prenda la retiro, dejando al aire mis bubis, las acerque a sus labios para que pudiera comérselas enteritas y no espero en hacerlo. Se la metió a su boca y empezó a succionar, parecía un bebe amamantándose, eche mi cabeza para atrás, que delicioso lo que hacía. Juntaba mis pechos y hundía su rostro en ellos, yo me atreví a desabotonar su pantalón e invadir su vulva con mis dejos que ya querían jugar con su coñito. Apreté mi mano en su centro y gimió, mi palma se humedeció, restregué mi dedo en su hendidura tomando los líquidos que estaba expulsando, ahora recorrí desde su centro hacia arriba, pasando por su vientre, sus pechos hasta su boca para que probara su esencia.

-        Prueba lo deliciosa que eres- ronronee, ofreciéndole una sonrisa. Hoy no quería apurar las cosas ni nada, me había pedido que le haga el amor.

Prácticamente le practico sexo oral a mi falange, estaba encantada con su actitud era muy diferente a la que me había demostrado en ocasiones pasadas. Me baje de encima para ocuparme de esa prenda que me molestaba, su pantalón, me colaboro alzando su trasero y retire aquel estorbo. Vi su braguita blanca donde se denotaba el rastro de los líquidos que estaba expulsando.

-        Estas mojada- Mordí mis labios, comentando lo que veía

-        Es lo que provocas- contestó, guiñando un ojo.

Hundí mi rostro sobre su tanguita y me embragué de su olor, huele mejor de lo que me imaginaba, moví su prenda a un costado y pude observar sus labios rosados y brillosos, me lamí los labios hambrienta por ya comerme su coñito.  La mire a los ojos, no sabía si me dejaría o volvería a rechazarme, pero ver sus ojos, la sonrisa que me brindo me dio la confianza de acercarme y dar una gran lamida, en aquel momento sentí como fuegos artificiales explotaba en mi interior, estaba comiéndome el coño de la mujer por la cual he cometido tantas locuras, gruñí de placer y me pegue como sanguijuela a su centro, en ocasiones hundiendo mi lengua rápidamente, Daniela se retorcía en la cama, mientras yo no despegaba mi boca, desde ahora será mi templo y le rendiré culto a cada momento.

Tome su botoncito abultado absorbiéndolo, además de dar pequeñas mordidas, las cuales hicieron que diera grititos de dolor y placer, no deje de atacar su clítoris, sino que acompañe con dos dedos dentro de su agujero, empecé lento reconociendo aquel lugar que no había tenido oportunidad de explorar, me tome mi tiempo dando pequeñas arremetidas.

-            Mueve tus dedos con fuerza, que necesito correrme- lloriqueo, mi hijastra

No quería hacerla enojar, así que aumente mi ritmo, ahonde más profundo en ella mientras restregaba con mi boca su botoncito, doble mis falanges, tocando su punto de placer, alzo sus caderas, y presiono mi cabello con fuerza; gruñó y mis dedos sintieron el manjar calentito que chorreaban por ellos, seguí penetrándola suavemente, lo cual provocaba pequeños espasmos en su cuerpo,  retire mis dedos y use mi lengua para tomar su esencia, estaba claro que me volvería adicta a su sabor, no podía dejar de absorber todo lo que me ofrecía, pase mi lengua desde su ano hasta su botón, no quería dejar ningún rastro, todo me lo llevaría en mis labios.

Empecé a dar besitos en su monte de venus, me nacía ser cariñosa con ella, tanto tiempo y había cumplido mi objetivo, no cabía de la alegría, subí por su vientre para seguir repartiendo pequeños caricias, me entretuve en sus senos, devorando sus pezones claritos y duros, vi como quedaron chupetones en sus bubis pero no me detuve, llegue a sus finos labios y me hundí en ellos, esta vez tome yo el control del beso, después de dejarnos los labios hinchados por aquellos besos, me recosté en su pecho, no terminaba de creérmelo. Cerré mis ojos, dejándome llevar por el latido de sus corazones que repicaban en mi oído.

-          Tienes agitado tu corazón- mencione

-        Después del sexo oral que me practicaste, no es para menos- jugó

-        Me gusta escuchar tus latidos- me abrazo y sentí una sensación de felicidad que nunca había sentido, como si no hubiera nada mas importante que estar entre sus brazos.

-        No sé qué me está pasando contigo- confesó

-        Yo sé lo que me pasa contigo, pero no sé si te estará pasando lo mismo- me atreví a revelar

-        Dime que te pasa y te digo si es lo mismo

-        Te voy a contar una historia primero, pero no quiero que me interrumpas por favor.

-        Ok.

Tome fuerzas antes de poder hablar y contar toda mi verdad, no podía seguir de esta manera.

-        Hace unos años, iba en el auto hacia la oficina, pero al pasar por un colegio observe caminar en la vereda una jovencita hermosa, fue mirarla por segundos y se grabó en mi mente. Su cabellera negra, una sonrisa radiante y una faldita que mostraba unas piernas espectaculares.- Sonreí por aquellos recuerdos

-        Eso es todo- habló en un tono molesto. Se me había formado un nudo en la garganta, no sabía cómo reaccionaría con lo demás

-        No. Aquella joven me cautivo y me tome la molestia de buscar información sobre ella, supe todo lo necesario, lo malo que no me acerque, ella era menor de edad y no quería meterme en problemas. Me limitaba a observarla desde lejos, tenía una fijación por aquella hermosa adolescente, hasta que un día su padre la envió a estudiar al extranjero, estuve tentada a seguirla pero no lo hice, preferí que se fuera, que viviera lo que tenga que vivir y cuando regresara me acercaría a ella.

Sentí su cuerpo tensarse

-        Y buscaste aquella muchacha- preguntó, temerosamente

-        Sí, pero el método que utilice creo que no fue el adecuado- exprese

-        A que te refieres- volvió a indagar

-        En el tiempo que estuvo en el extranjero me acerque a su padre, quería crear un vínculo amistoso para cuando regresara no pensara que era una total desconocida, pero no conté que aquel hombre se enamoraría de mí y lo peor de todo, que terminara casándome con él.- termine de confesar

Se formó un silencio incomodo, creo que estaba tratando de dirigir todo lo que había dicho, no aguante las ganas y hablé.

-        Di algo por favor- alce mi cabeza para poder observar su rostro. No mostraba ninguna emoción en el.

-        Daniela- susurre. Enfoco su mirada en mi

-        Dime algo, por favor- suplique

Me tomo de los hombros y me alejo de su cuerpo, aquel rechazo, hirió mi corazón, se levantó de la cama y salió de la habitación sin decir alguna palabra.

Cubrí mi rostro con mis manos, había arruinado todo, jamás me iba a perdonar que hubiera engañado a su padre  por acercarme a ella.

Adiós a todos mis sueños…

 

Daniela Pov

Se me hacía imposible seguir ocultando lo que me pasaba con mi madrastra, ni estando con mil mujeres podría sacarla de mi mente, no sé en qué momento paso, si fue el primer día que la vi o en el trascurso del tiempo, solo sé que sus rechazos me duelen, las punzadas en el corazón me lo demuestran.

Es por eso que cuando la vi alejarse por aquellas escaleras, un impulso me hizo subir tras ella y abrazarla fuerte desde su espalda, quería transmitirle con mi calor lo que me estaba pasando.

Nos sentamos en aquella cama y un prolongado silencio inundo el lugar, tenía miedo de expresarme, el mal sabor de aquella mujer venía a mi cabeza todo lo que tuve que pasar por enamorarme, pero no puedo compararlas es inaudito. Si quería superar todo aquel pasado debía permitir que la persona por la cual estoy sintiendo cosas inexplicables me tomara, me hiciera sentir viva de nuevo, sexo me lo daba cualquiera, pero amor en aquel acto nadie, quería pensar que Alejandra puede lograrlo.

Y así lo hice, pedí que me hiciera el amor, su sorpresa fue tan grande que no supo reaccionar, ame su carita y tuve que tomar la iniciativa, bese sus dulces labio de una forma sublime, como nunca me había atrevido a besar o que me besen. Aquella corriente eléctrica que no era la primera vez que la sentía con ella volvió aparecer, mi cuerpo reaccionaba siempre con mi madrastra, me volvía de hule con sus caricias, disfrutó mi cuerpo con caricias que me hacían suspirar, sus dedos dóciles recorrieron mi vientre y se apoderando de mi centro, creí que me vendría ahí mismo, con ella mis sentidos se multiplicaban, solo sus manos y boca podían lograrlo. Su lengua jugando con mi clítoris era delirante, mordía y jadeada por el escozor provocado por sus dientes, era diestra en el arte de dar sexo oral, el sinfín de mujeres por las cuales haya pasado, le debieron dar la experiencia pero no podía enojarme por aquello, había hecho lo mismo.

Me vine en su falanges y el temblor de mi cuerpo era exagerado, como si hubiera sido mi primera vez y debe ser así, fue mi primera vez estando con una mujer por la cual sienta más que una simple atracción, esto fue muy diferente a lo que sentía con mi ex.

Sentí su cuerpo encima del mío, reposando su cabeza en mí pecho, en silencio, solo con  el repicar de mis latidos,  no pensé tener a una mujer como Alejandra de esta manera, tan dócil, era indescriptible la sensación, pero todo comenzó a esfumarse cuando la escuche hablar.

Se había obsesionado de una jovencita la cual ha estado esperando todo ese tiempo, mi corazón estaba doliendo, no podía creerlo, pero mientras avanzaba su historia, sentí como si conocía ese cuento hasta que llego al matrimonio, las piezas encajaron a quien se refería era a mí, llevaba persiguiéndome todo este tiempo como una puta obsesionada, no era amor lo que la trajo a mí, sino, pura obsesión por estar con una adolescente. No pude hablar y preferí salir de ese lugar que empezaba a asfixiarme.

Vaya mierda.   

Gracias por el apoyo que le han dado a esta historia y a todas, agradezco sus mensajes de verdad. Pero debo dejar en claro, que si el correo está visible es porque me agrada saber lo que piensan  sobre lo que escribo, más no, para que me hagan propuestas de cibersexo ni nada parecido, solo pido respeto por favor. El hecho de escribir relatos eróticos no significa que esté buscando sexo. 

Gracias por su atención, y espero sepan comprenderlo.