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Mi madrastra no me ve como su hija III

en Lésbicos

Al día siguiente no tope con Alejandra en el desayuno, seguro ni se levanta aun. Desayuné y me presté para ir a la oficina con mi padre, era incómodo sabiendo lo que había hecho con su esposa, pero a mi favor… ella me buscó.

-          Que tengas un buen día hija.

-          Igual papá- pase a mi oficina y él a la suya

Estaba revisando el balance financiero cuando tocaron la puerta, pedí que entraran sin desconcentrarme en lo que hacia

-          Buenos días, jefa- alce la mirada y vi a la pelirroja que tengo como secretaria

-          Hola, necesitas algo- respondí cortante.

-          Traía estos papeles para que los firmara, su padre ya lo hizo

Se acercó al escritorio para entregarme los papeles, pero no conté con que la muy descarada se sentara en mis piernas

-          Puedo leer el documento si lo desea- ronroneo

Me hice un poco para atrás en la silla, no podía negar que era muy guapa. Pensé un poco antes de responder, si mi padre me ve en estas me va a regañar.

-          No será necesario. Los firmare- tome el bolígrafo que tenía y firme

Sentí como acariciaba mis piernas, le facilitaba que cargara falda. Su mano llego hasta mi entrepierna

-          Estas jugando con fuego- gruñí

-          A mí me encanta quemarme- sentencio

-          Recuerda que soy tu jefa- hable

-          Por eso, lo hace más excitante- hablo a mi oído

Lleve mis manos a sus piernas y empecé a recorrerlas, gimió cuando apreté su vagina

-          Déjeme saborearla, extraño su olor, su esencia- murmuro

La tome de la cintura y la senté en la mesa, abriendo sus piernas.

-          Hoy me toca a mí, voy a deleitarme con tu coñito- sonrió y empezó a bajar su braguita

-          Soy toda suya, jefa- es una puta

Se recostó y yo hundí mi cara en su sexo, no necesitamos preliminares, es lo que quiere y es lo que quiero. Lamí su centro que estaba muy húmedo, mordí su botoncito haciendo que gritara

-          Cállate la puta boca si no quieres que pare- amenace 

Mordió su mano para evitar gritar, solo se escuchaban pequeños quejidos, embestí con dos dedos, mientras seguía comiendo su clítoris vorazmente, sus caderas tomaron vida y se empezaron a menear, sin embargo, tuve que parar cuando escuche un portazo. Salí de las piernas de mi secretara y vi parada con cara de pocos amigos a Alejandra.

-          No te han enseñado a tocar la puerta- espete

-          Y a ti no te han enseñado a respetar a los empleados- replico

No pude hacer más que reírme, se notaba a leguas que estaba celosa.

-          No estaba haciendo nada que no fuera premeditado, no es así Carla

-          Virginia, señorita- mierda lo había olvidado, solo asintió.

-          Ya ves

-          Es la secretaria de tu padre, por Dios

-          Y la mía también. Ya para el drama que no eres mi mamá, Virginia puede retirarse- pedí

Salió sin mirar a la bruja que estaba parada en la puerta

-          Hasta hoy trabaja esa zorra- sentencio

-          Has lo que quieras, me da igual; si no es ella, será cualquier otra- respondí

-          Por qué con todas y menos conmigo- pregunto. La mire y no entendía a que se refería

-          Anoche te comí el coño, no entiendo  

-          Olvídalo. Contigo pierdo el tiempo

-          Me da gusto que te des cuenta madrastra

La vi acercarse a mi hasta ponerse frente a mi altura, lo que no espere fue que me diera una bofetada. Me tome la cara, mis ojos se encendieron de coraje, a mí nadie me pega. La tome del brazo y la lleve a rastras al baño que tenía en mi oficina. La empuje y cerré la puerta con seguro.

-          Es la última vez en tu puta vida que me pegas- bufe cerca de su cara. Antes de adueñarme de sus labios en un beso lleno de rabia

-          Te voy a enseñar que conmigo no se juega- añadí

La pegue a la pared, su cabeza quedo pegada al frio de la baldosa. Baje la cremallera de su vestido, quería despedazarlo pero me controle, cuando la tuve en ropa interior, le di una nalgada que la hizo gritar; di otra más y otra, mientras chillaba. Lleve mi mano a su coño y estaba mojada, sabía que le gustaba lo salvaje

-          Madrastra te estas chorreando- susurre a su oído, dejando una mordida. Gimió al sentir como resbalaba un dedo en su interior. Se inclinó en la pared y me arrodille para hundir mi cara en su trasero que estaba rojo por los golpes. Moví mi lengua en su ano, haciéndola aullar con más fuerza, ahonde con otro dedo en su hendidura; jadeada y murmuraba frases sin sentido, estaba perdiendo el control, estaba a punto de correrse, pero no esperó a que yo parara. Me levante y la deje con sus piernas temblorosas.

-          Vístete pronto y anda pídele a mi padre que termine el trabajo- sonsaque mientras me lavaba las manos

-          Eres una hija de puta-gritó

-          Tu hijastra soy- me burle, saliendo de aquel lugar

Me senté en mi sillón para seguir en mi trabajo, eso le enseñara que no puede venir a mi oficina a hacer reclamos estúpidos y menos a levantarme la mano.  La vi salir sin emitir palabra alguna, cerrando la puerta de muy mala manera. Que genio tiene esa mujer.

Alejandra Pov

Odio las reuniones con los vejestorios amigos de mi esposo, es lo más insoportable, ver como con sus ojos se comen mis pechos. Ni en sueños podrían tener oportunidad conmigo, lo único que me alivia es el alcohol que estoy ingiriendo para asimilar todo esto.

Después de unas dos insufribles horas terminó, nos despedimos y nos marchamos de aquel lugar, me costó un poco caminar si me había afectado, pero no era mucho. Como siempre tuve que regresar sola a casa. Carlos se había ido con una de las prostitutas que tiene, esa es nuestra vida. Aparentamos ser la pareja perfecta, desde que descubrí que aquel hombre “enamorado” solo se casó conmigo para salvar su fortuna, confieso que sentí alivio, el dinero es lo que menos me importa. Todo el teatrito que arme por estar cerca de su hija valía la pena, no me sentía mal. Si supiera mi amantísimo esposo que nos hemos utilizado. El para recuperar su dinero y yo para ganarme a Daniela.

Me abrieron la puerta de casa, y camine hasta el comedor, me encontré con la culpable de mis arrebatos. Es hermosa, su juventud atrae, su cabello oscuro como mis pensamientos me enamoran. Estaba decidida, hoy la haría mía al precio que fuera, fingí estar mareada por completo, para que me ayudara y se la creyó.

Estando en el cuarto use todas mis armas de seducción, sentí como se comió mi cuerpo con la mirada, podía ver el deseo que tenía, me aproveche de aquello;  en el baño logre mi objetivo perdió el control y nos devoramos en un gran beso. Tantos años esperando y por fin probaba los labio de esa niña, que me encandilo desde la primera vez. Lástima que el entrometido de mi marido haya arruinado todo, mi cuerpo estaba hirviendo, aun sentía la mano de Daniela en mi vagina. Salí del baño y distraje a Carlos para que la pelinegra pudiera salir sin problemas.

En la madrugada no podía dormir, mi centro palpitaba quería atención, pero no de Carlos, quería la boca de Daniela en ese lugar.

Baje  a la cocina por una pasilla, un dolor de cabeza estaba apoderándose de mí, lo que nunca imagine fue que mi hermosa hijastra también iría. La vi y no perdí el tiempo en insinuarme, debíamos terminar lo que comenzó en el baño. Me había dado cuenta que con mi mirada no podía decirme que no, volvió a comerse mi boca, cada vez me gustan más sus labios, fuimos a su habitación, necesitaba quitarme esta presión que tenía mi vulva. Tome el control del momento, lleve mi mano a su hendidura, tantos años espere para esto, sentía que iba a llorar, estaba saboreando el coño de aquella muchacha. Pero todo termino cuando se posó encima de mí. Intente burlarme, tomar el control ella, eso era imposible, hasta que me penetro con vehemencia me quede sin respiración. Beso por todo mi cuerpo, llego a mi centro; solo gemía, era una salvaje, jamás lo imagine de esta manera, pensé que sería una gatita dócil de la cual yo me apoderaría pero no, estaba viendo el cielo y el infierno a la vez, mi cuerpo iba a explotar de pasión, es una fiera en la cama. Cuando termino conmigo, pensé que había llegado mi momento de vengarme, pero no fue así. No me dejo tocarla más, me corrió de su cuarto.

Hija de puta, había jugado conmigo.

Regrese a mi habitación frustraba, olí mis dedos seguían impregnados con el olor de Daniela.

Escuche los gemidos de mi hijastra y me tape los oídos, prefiere masturbarse antes que yo me devore su coño.

Vas a ser mía, eso tenlo por seguro. Sentencie

Vi el reloj eran más de la nueve, me cambie y baje a desayunar. Carlos y Daniela ya no estaban.

Pedí al chofer que me llevara a la empresa, necesitaba ver a Daniela, sentir sus labios nuevamente y no me importaba que mi marido esté en el mismo lugar.

Se me hizo raro no ver a la secretaria en su puesto, abrí la puerta de la oficina de Daniela y la vi. Estaba entre las piernas de esa puta, me llene de coraje y de un portazo cerré la puerta.

Se irguió y me vio con indiferencia, le importa un bledo que la haya visto en esa situación. Tuve unas ganas inmensas de arrastrar a esa zorra pero me contuve, salió y encare a mi hijastra. Mi mente se nublo y sin pensarlo, la abofetee.

Iba pedir perdón, pero no pude hablar me tomo a la fuerza y me encerró en el baño, en mi mente imagine lo peor. Hasta que se deshizo de mi vestido, había despertado a la bestia, mi respiración se entre corto cuando sentí su boca en mi trasero. Esa niña va a volverme loca, mi cuerpo hervía de placer, ni sentía el frio de la pared solo quería correrme en su boca, algo que nunca sucedió. Me dejo botada antes de llegar a tener un orgasmo.

Me sentía humillada nunca en mi vida me habían tratado de esta manera.

Salí de su oficina y de aquel empresa, no tenía ganas de ver a nadie de ese lugar. Tome el teléfono e hice una llamada.

-          Te veo en el mismo lugar en quince minutos- hable furiosa. Me iba a desquitar con una de mis putas

Pedí al chofer que me llevara. Él sabía de mis andadas, es mi hombre de confianza.

Subí al departamento que tenía para estos momentos, me tome un trago para esperar a mi putita. Tocaron la puerta y fui abrir.

-          Hola- saludo con una sonrisa

La tome del cuello y la pegue a mí. Cerré la puerta sin dejar de besarla, tenía que desfogar todo

La empuje a la cama, empecé a desvestirme con rapidez, ella me esperaba expectante. Pelinegra, con una mirada inocente, aun no entiendo cómo pueden caer en la prostitución, pero es algo que no me importa,

Subí a  la cama posándome en su rostro, baje al encuentro con su boca, empecé a restregarme. Por fin, su lengua jugaba con mi rajita, me meneaba intensamente quería correrme de una buena vez

-          Usa los dedos- gruñí

Hizo caso, penetro con sus falanges, alce mi mirada al techo; imagine que era Daniela como todas la veces que me acostaba con estas chicas. De esa manera mi excitación y placer aumentaban, esta vez no fue la excepción, me corrí con demasía.

-          Señora, su sabor es alucinante- hablo aquella niña que no me recordaba su nombre o tal vez no me lo dijo. Con este sería el cuarto encuentro que teníamos, es una de las más eficientes.

-          Que bien- solté aburrida- ¿Cómo te llamas?

Y a esta que le pasa, no puede responderme.

-          Tienes prohibido dar tu nombre o qué- volví a preguntar

-          Bárbara, ese es mi nombre- susurro. Me parecía un bonito nombre

-          Ok. Aquí tienes tu dinero, cuando te necesite te llamo. Ahora lárgate- espete

Aunque no quiera pensarlo, esa niña se parece a Daniela mucho, pero solo en apariencias. Esta chica es muy sumisa, una completa gatita. En cambio, mi hijastra es una loba, un huracán que arrasa en la cama y estoy segura que no he probado casi nada de lo que en verdad puede hacer.

Pero voy a descubrirlo, voy a descubrir la verdadera faceta de Daniela, quiero conocerla completamente. Sigue siendo mi objetivo.

Espero les guste... saludos